PAGAR LA CUENTA

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 1/5/20 en: https://sotograndedigital.com/2020/04/28/pagar-la-cuenta-por-carlos-rodriguez-braun/

 

La pandemia ha ensombrecido a España con miles de muertos. Y su coste económico será abultado en términos de paro e impuestos.

El desempleo aumentaba ya en 2019, pero la pandemia lo ha hecho explotar. Las estimaciones de organismos públicos y privados, como el Fondo Monetario Internacional o el BBVA, pronostican para este año una tasa de paro superior al 20 % de la población activa. La desocupación se cebará en las regiones donde tengan más peso los sectores económicos más expuestos al cierre de la economía. Es lo que sucede con nuestra Andalucía, debido principalmente al turismo y la hostelería.

Carlos Rodríguez Braun

Carlos Rodríguez Braun

Algo parecido puede afirmarse en relación con la Hacienda Pública. Su situación ya se estaba deteriorando el año pasado, y la crisis de 2020 será catastrófica, con un déficit estimado en el 9,5 % del PIB, el más alto de Europa. Esto abocará al Estado español a una situación insostenible, que en teoría debería ser ajustada mediante una combinación de las tres medidas clásicas: menos gasto, más deuda y más impuestos. Y las tres resultan problemáticas.

Es difícil bajar el gasto cuando el Gobierno ya lo estaba incrementando irresponsablemente antes del virus, y la tendencia se acentuará considerablemente en 2020, no solo por la caída en la actividad, que disparará las prestaciones por desempleo, sino por las propias iniciativas gubernamentales, como la llamada “renta mínima”. Siempre se puede aumentar la deuda, pero su coste probablemente tenderá a subir, y esto significa menos dinero para atender a los demás capítulos del gasto. Por fin, la subida de impuestos es políticamente delicada para el Gobierno, en la medida en que no pueda convencer a la población con la habitual excusa de que los mayores impuestos solo recaerán sobre “los ricos”.

En resumen, la cuenta de esta pandemia la van a pagar, como siempre, la mayoría de los ciudadanos, porque se quedarán sin trabajo y, los que tengan la suerte de conservar el empleo, serán empobrecidos por los mayores impuestos. Consuela pensar, sin embargo, que la factura será también política, y que las autoridades deberán hacerle frente, tarde o temprano.

 

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE. Difunde sus ideas como @rodriguezbraun

Regular los precios y la producción del alcohol en gel: buena intención, mal resultado

Por Juan Carlos de Pablo: Publicado el 22/3/20 en:  https://www.lanacion.com.ar/economia/regular-el-alcohol-en-gel-buena-intencion-mal-resultadoe-nid2345858?fbclid=IwAR1Y0l-y16CyyEl9DK_xC2Yb8TgzqvswapRSYS0IgbPa7vLeRTvTK0SBVak

 



Crédito: MANUEL CORTINA

Preguntas al economista Juan Carlos Cachanosky (1953-2015): Se recibió de licenciado en Economía en la UCA y luego obtuvo una beca para hacer su doctorado en Economía en Grove City College, Pennsylvania. Su tutor de tesis fue Hans Sennholz, que a su vez fue discípulo de Ludwig von Mises

El coronavirus aumentó la demanda de barbijos y de alcohol en gel . Para evitar abusos, el Ministerio de Desarrollo Productivo, a través de la Secretaría de Comercio Interior, dispuso retrotraer el precio del alcohol en gel al 15 de febrero de 2020, al tiempo que intimó a los productores a aumentar la oferta «al máximo de la capacidad instalada». La cuestión no es si, en las actuales circunstancias, higienizarse las manos con frecuencia es una buena idea, sino si esta es la forma en la cual se podrá abastecer la mayor demanda de alcohol en gel.

Al respecto conversé con el argentino Juan Carlos Cachanosky (1953-2015), quien estudió en la Universidad Católica Argentina, doctorándose en el International College de California. Enseñó en la UCA de Buenos Aires y en la de Rosario, en la Ucema, en la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (Eseade), en la Escuela de Negocios de la Universidad Francisco Marroquín, de Guatemala, y en el Swiss Management Center. Una de sus alumnas en la UCA fue Máxima Zorreguieta, la actual reina de Holanda, a quien también le dirigió la tesina. El 31 de diciembre de 2015, a la noche, su familia lo encontró muerto frente a su escritorio, con la computadora prendida, según relató su hermano Roberto. «Lo vi fenómeno por última vez el miércoles 30, conversando con entusiasmo sobre varios proyectos. Fue una gran pérdida para el mundo liberal», agrega Agustín Etchebarne.

-A raíz del coronavirus, las autoridades argentinas están adoptando medidas.

-Bueno estaría que no las estuviera adoptando.

-Pero no se sabe, a ciencia cierta, cuáles son las que hay que adoptar.

-Efectivamente. Lo cual no quiere decir que estemos en cero, porque debemos aprovechar la experiencia de los otros países, ajustándola al caso argentino y particularmente a nuestra idiosincrasia.

-Desde el punto de vista de las decisiones parece haber una lógica de la acción y otra de la prevención.

-Buen punto. Como consecuencia del coronavirus, quienes se dedican al turismo se están fundiendo, los peluqueros parecen tener otro tema para conversar con sus clientes y quizá algunos libreros incrementen sus ventas al permanecer la gente en sus domicilio. Por otro lado, mejoran sus ventas, y probablemente sus ganancias, quienes fabrican y venden barbijos y alcohol en gel.

-Vuelvo sobre este último caso. ¿Por qué dice que la lógica de la prevención es diferente de la de la acción?

-Porque en materia de prevención, adoptar decisiones por exceso no se penaliza tanto como hacerlo por defecto. Ilustremos con el caso de Estados Unidos. ¿Era absolutamente necesario prohibir todos los vuelos desde y hacia Europa durante 30 días? Nadie lo sabe y quizá no lo fuera. Pero seguramente que, al adoptar dicha decisión, el presidente Donald Trump estaba pensando, entre otras cosas, en las elecciones del 3 de noviembre próximo. ¿Cuántos votos perderé por las molestias que ocasiona la ausencia de vuelos versus cuántos perderé si, por no prohibirlos, adjudican a mi decisión el aumento de muertes que seguramente se producirá en el país?

-En la Argentina, el precio del alcohol en gel aumentó fuertemente desde que comenzó esto del coronavirus.

-Era de esperar, por una cuestión de aumento de costos y por la oportunidad que plantea el aumento de la demanda. No se la agarren con mi mamá; no lo estoy justificando, sino que lo estoy explicando.

-Para evitar los abusos de precios y la falta del producto, el Ministerio de Desarrollo Productivo dictó el 11 de marzo la resolución 86.

-Muy bien.

-Muy bien será la idea, pero por favor prestale atención al texto.

-A ver. El artículo 1 establece la retrocesión transitoria del precio de venta del alcohol en gel a los valores vigentes al 15 de febrero de 2020; el artículo 2 dispone que los nuevos valores no podrán ser alterados durante 90 días corridos. Y el artículo 3 intima a las empresas a incrementar la producción de tales bienes hasta el máximo de su capacidad instalada.

-¿Qué pensás?

-Que algún dirigente político de repente piensa que el Gobierno se está ocupando del problema y alguien considera que están controlando a los especuladores, pero mucho me temo que los resultados serán los contrarios a los buscados.

-¿Por qué?

-Comencemos por el lado de los precios. La historia de retrotraer precios, en la Argentina, es contundente y negativa. Los precios no bajan, al menos porque así lo disponga el gobierno de turno. Pero fijate que la resolución pretende retrotraer los precios del alcohol en gel y encima congelar el viejo precio durante 90 días, sin decir nada sobre los costos de los insumos. Ejemplo: ¿al precio de los envases utilizados para vender el producto también le ocurrirá lo mismo? La resolución al respecto no dice nada.

-El análisis microeconómico más elemental sugiere que, frente a la caída del precio de un producto, lo que cabe esperar es una disminución en la cantidad ofrecida. Si, como consecuencia del coronavirus, aumentó la demanda de alcohol en gel y encima por disposición oficial baja su precio, subirá la cantidad demandada. Todo lo cual generará desabastecimiento.

-Aquí es donde hay que prestarle atención al artículo 3 de la resolución, que intima a los oferentes a producir al máximo de la capacidad instalada. El propósito es muy loable, pero como economista me surgen dudas.

-¿Por ejemplo?

-En toda fábrica, no todas las máquinas tienen igual capacidad de producción, porque se las va incorporando de manera paulatina. Sería fácil, para un inspector ignorante, labrar un acta luego de observar que algunas de las máquinas no se están utilizando al máximo de su capacidad instalada. Pero no solo eso…

-¿Hay más?

-Está la cuestión de a qué costo se produce mayor cantidad. Ejemplo: supongamos que, para satisfacer la demanda, un productor de alcohol en gel invita a sus obreros a trabajar un tercer turno, generalmente el nocturno, o los fines de semana. ¿Logrará que lo hagan ganando el mismo salario horario que en las jornadas normales o tendrá que pagar horas extras? Pregúntesele a cualquier arquitecto si el costo de una obra en construcción es independiente de la velocidad con la cual se la realiza y dirá que no.

-Querido tocayo: ¿estás diciendo que la salud de la población, bien gracias?

-Estoy diciendo que los malos diagnósticos producen más problemas que soluciones. ¿Cuántas personas fallecieron cuando un expresidente de Sudáfrica dijo que eso de que había que usar preservativos para impedir la trasmisión del sida era un invento de los fabricantes del citado producto? Esta resolución tomada en la Argentina complicará el abastecimiento de alcohol en gel, a menos que en la práctica sea ignorada.

-Recordado Juan Carlos, muchas gracias.

 

Juan Carlos Cachanosky, Ph.D. se graduó en el International College de California. Fue miembro del departamento de Investigación y Docente de ESEADE. Dictó diversas cátedras en la Pontificia Universidad Católica Argentina, Santa María de los Buenos Aires, adonde fue director del Departamento de Economía del Campus Rosario. (UCA), también dictó cátedras y dirigió centros de investigación en la Universidad Francisco Marroquín, (UFM), entre otras.

El virus expiatorio

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 10/3/20 en: https://younews.larazon.es/el-virus-expiatorio/

 

Las enfermedades dañan la economía, y no solo la salud. Así, no debería extrañarnos que suceda con el coronavirus. Después de todo, es contagioso, afecta a países importantes, interrumpe cadenas de suministro, obstaculiza la actividad en sectores de relieve como el turismo o el transporte y, sobre todo, no conocemos aún qué alcance puede tener. Ahora bien, notemos que se combina con otros virus, empezando por la simplificación monocausal. De pronto, aquí todo lo que pasa se debe al coronavirus. Y no es así. En el derrumbe de las bolsas y en el descalabro del precio del petróleo, por poner los dos ejemplos más llamativos de las últimas horas, el virus es un elemento más, a integrar en una ecuación con otras variables. El freno en el crecimiento de la economía mundial, y las tensiones financieras globales, debidas a las irresponsables políticas monetarias expansivas de los bancos centrales, precedieron a la llegada desde China de las primeras noticias inquietantes sobre el virus. Los temores suscitados por esos factores, y la posibilidad de que golpearan con más intensidad, incluso con un horizonte recesivo, ya estaban agitando los mercados bursátiles y presionando a la baja a los precios del crudo. En ese contexto es cuando se desata una esperable batalla entre Arabia Saudí, líder de la OPEP, y Rusia, para no quedarse atrás cuando vengan las vacas flacas y el petróleo barato por la caída en la demanda. Otro virus no desdeñable es la urgencia intervencionista de las autoridades, que huyen como de la peste de la posible acusación de «no haber hecho nada». Pero, claro, lo que hacen es intensificar el intervencionismo monetario y fiscal, empeorando aún más las cosas. Recordemos que después de los atentados del 11 de septiembre los bancos centrales aparecieron como los salvadores que con sus políticas expansivas iban a «evitar el colapso». Lo que hicieron, como hacen siempre, no fue evitarlo sino retrasarlo unos años, pero fueron años suficientes como para que la opinión pública no los señalase como culpables sino, nuevamente, como salvadores. Ya estamos viendo repetido el mismo guion. Ya se nos anuncia que los bancos centrales van a actuar para contrarrestar los efectos recesivos de la extensión del virus, expandiendo y abaratando el crédito, aún más. Como si eso fuera la solución, y no el agravamiento del problema. Otro tanto sucede con la política fiscal, y se vuelve a hablar del gasto público como si su incremento solo tuviera consecuencias benéficas, y no se tradujera en coste alguno para los ciudadanos. Comprensivas, las autoridades europeas han dicho que esos mayores gastos no contabilizarán para el déficit público, como si su exclusión numérica equivaliese a su difuminación real. En fin, que veremos mucha manipulación y politización por doquier. En cuanto a la reacción de nuestros gobernantes en España, también es predecible. Si la situación mejora, dirán que se debió a su pronta y diestra reacción. Y si empeora, dirán que todo fue culpa de los «recortes» del PP en sanidad. Y en todo caso, el virus ya está instalado en una lista importante, pero, paradójicamente, no de males sino de remedios. Como hemos dicho, la economía mundial ya adolecía de dificultades antes del estallido de la enfermedad en Wuhan. Por lo tanto, no es inconcebible pensar que habríamos enfrentado más problemas incluso si el virus no hubiese aparecido nunca. Pero una vez en la escena, se convierte en una útil medicina para que los gobernantes recurran a ella para ampararse y para culparla de cualquier contratiempo. Igual deberé cambiar mi viejo refrán y afirmar: el mejor amigo del hombre no es el perro sino el virus expiatorio.

 

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE. Difunde sus ideas como @rodriguezbraun

El 2019 será todo un desafío económico para Cambiemos

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 17/12/18 en: https://www.ambito.com/el-2019-sera-todo-un-desafio-economico-cambiemos-n5005402

 

Las tensiones en el mercado de cambios y financiero y la inflación serán predominantes para ver cómo llega el oficialismo a las elecciones de octubre.

El 2019 será todo un desafío económico para Cambiemos

El 2019 va a estar económicamente condicionado por factores políticos y otros puramente económicos. El factor político tiene que ver, obviamente, con las elecciones presidenciales, dato que en Argentina no es un tema menos porque vamos a los bandazos entre populismos autocráticos y populismos menos agresivos con los derechos individuales, pero ambos populismos al fin.

En lo estrictamente económico, el nivel de actividad, las tensiones en el mercado de cambios y financiero y la inflación, serán predominantes para ver cómo llega el oficialismo a las elecciones de octubre.

En lo que hace al nivel de actividad, los motores de la economía son tres. A saber: 1) consumo interno, 2) inversiones y 3) exportaciones.

Siendo que el ingreso real depende de la tasa de inversión y considerando que esta está estancada, se hace muy difícil imaginar que en los próximos meses el salario real vaya a recuperar terreno en forma significativa como para movilizar la economía. Es difícil imaginar un aumento artificial del consumo interno como en la era k porque ya no queda stock de capital para ser utilizado para financiar el consumo interno. Recordemos que en la era K el estímulo al consumo interno se basó, entre otras cosas, en consumirnos 12 millones de cabezas de ganado para tener, durante un tiempo, barato el asado de tira. Que nos consumimos el sistema energético estableciendo tarifas artificialmente bajas y financiando solo la compra de insumos dejando que el sistema energético se cayera a pedazos. Lo mismo se hizo con el agua potable, el transporte público, las rutas, los trenes, etc. Lo que la gente se ahorraba por consumir servicios públicos artificialmente bajos, se destinaba a pagar la cuota del televisor, el celular, etc., mientras se caía a pedazos la infraestructura del país.

También se financió el consumo confiscando los ahorros de aquellos que habíamos aportado a las AFJP, decisión que fue letal para el crecimiento económico porque se le quitó financiamiento de largo plazo a la economía argentina.

Todos estos artificios para financiar consumo interno no están a la vista y el acceso al crédito internacional para aumentar el gasto público y estimular el consumo interno va a estar restringido, por no decir ausente. De manera que se podría descartar el consumo como factor que movilice la economía. Lo mejor que podría ocurrir es que el salario real deje de caer.

Delirio

Suponer que la inversión se va a transformar en el motor del crecimiento económico en los próximos meses es casi un delirio. Nadie va a invertir en un país con la incertidumbre política que en particular tiene la Argentina ante cada elección, dada la inestabilidad en las reglas de juego. Hoy las encuestas muestran cierta paridad en intención de voto entre Macri y Cristina Fernández. Ambos tienen un núcleo duro de votantes de aproximadamente el 30% y el resto está desconforme con la gestión de Cambiemos pero tiene miedo a que vuelva el kirchnerismo. Todo parece indicar que la elección se va a definir entre la billetera y el rechazo a la vuelta del kirchnerismo. Ahí la clase media y la clase media baja van a definir el partido.

Ahora bien, como decía antes, supongamos que llegando a las elecciones se despejara el horizonte político y mostrara a un Macri ganando cómodamente las elecciones, ¿ese escenario podría traducirse en un mayor flujo de inversiones en el sector real de la economía que contrate personal, baje la tasa de desocupación, incremente la masa salarial y el consumo interno? Francamente veo bastante complicado que con encuestas que muestren una baja probabilidad de retorno del kirchnerismo vaya a producirse la lluvia de inversiones que no se produjo en estos 3 años que gobierna Cambiemos. Es que los cambios estructurales que se necesitan para atraer inversiones parecen ir más allá de la mayoría que necesitaría el oficialismo en el Congreso para implementarlas. Más bien todo parece indicar que no está en el espíritu o la filosofía de Cambiemos ir hacia las reformas estructurales necesarias, especialmente en materia de reforma del estado, del sistema tributario y de la legislación laboral.

Tanto el Presidente como sus principales laderos parecen despreciar la importancia de la macroeconomía y consideran que todo es un problema de gestión. Es decir, administrar eficientemente el Estado y los recursos de los contribuyentes. En definitiva, el principal error de Cambiemos es creer que un sistema intrínsecamente ineficiente, el populismo, puede transformarse en eficiente con un buen managment. Con esta carga tributaria, esta legislación laboral, este nivel y calidad del gasto público es impensable hasta una garúa de inversiones, de manera que hay que descartar que las inversiones vayan a movilizar la economía en 2019 aun con encuestas que muestren el escenario político despejado. ¿Por qué Cambiemos modificaría su política económica si no lo hizo en 2015 cuando tuvo oportunidad de contar en detalle la herencia recibida, ni en 2017 luego de haber ganado en forma categórica las elecciones de medio término?

El único motor que le queda para llegar hasta octubre con una economía que deje de caer como actualmente ocurre, será el de las exportaciones, siempre y cuando no dejen caer nuevamente el tipo de cambio real como hicieron en 2017. Si el tipo de cambio real se mantiene en estos niveles. Tanto el sector agropecuario, como las economías regionales, el turismo y alguna sustitución de importaciones puede frenar la caída en el nivel de actividad, pero tampoco debe esperarse una estampida de reactivación. Solo frenar el proceso recesivo en el que estamos al momento de redactar estas líneas.

En términos de actividad, el escenario es, a mi juicio, el planteado más arriba, sin embargo la mayor preocupación debería estar en no tener una crisis cambiaria y financiera.

Sabemos que el gradualismo requirió de endeudamiento externo para financiar el déficit fiscal. También sabemos que esos dólares de crédito externo había que transformarlos en pesos para pagar los sueldos, las jubilaciones, etc. y que el BCRA compraba esos dólares contra expansión monetaria que le entregaba al tesoro a cambio de las divisas de la deuda. Luego retiraba los pesos emitidos colocando Lebac, que lo llevó a acumular un stock de Lebac de $ 1,3 billones que se transformaron en inmanejables.

Esas Lebac fueron reemplazadas por las Leliq y a fines de año el BCRA tendrá un stock de Leliq de aproximadamente $800.000 millones pero pagando una tasa de interés todavía sustancialmente mayor a las que pagaban las Lebac. ¿Qué hace pensar que el cambio de las Lebac por las Leliq aleja el peligro cambiario y financiero?

El hecho que las Leliq las tengan los bancos y no los particulares no es un cambio estructural porque los bancos compran esas Leliq con los fondos de sus depositantes. El depositante no compara la tasa de interés contra la tasa de inflación. Compara la tasa de interés que le paga el banco contra el tipo de cambio esperado. Si estima que la tasa le va a ganar al dólar, sigue apostando a la tasa. Si cree que el tipo de cambio va a subir más que la tasa, retira su plazo fijo y compra dólares. Esta historia la vimos muchas veces en Argentina.

Supongamos que el inversor decide retirar sus depósitos a plazo fijo de los bancos, la pregunta es: ¿con qué le paga el banco si tiene Leliq en su activo? El banco tendrá que pedirle al BCRA que le de los pesos a cambio de las Leliq y el BCRA no tiene los pesos para pagar las Leliq. Tiene que emitirlos. De manera que el cambio de Lebac por Leliq no solucionó nada.

¿Qué puede llevar al inversor a salir del plazo fijo y pasarse a dólares? En primer lugar ningún inversor devenga indefinidamente sus ganancias. En algún momento las realiza. En segundo lugar, si el escenario político mostrara alta incertidumbre sobre el resultado de las elecciones de octubre podría generar un cambio de cartera. En tercer lugar, estos arbitrajes siempre saltan en el momento menos pensados y por la causa menos sospechada. Son muy inestables.

En síntesis, 2019 se presenta complicado para el Gobierno, no solo porque es un año electoral, sino porque tiene que lograr llegar a las elecciones con la economía dejando de caer en su nivel de actividad y rezando para que los inversores no decidan realizar sus ganancias en dólares antes de octubre por el arbitraje tasa versus dólar.

No será un año fácil en lo económico para la gente y para Cambiemos en particular 2019 se presenta como todo un desafío.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE  

El reino del revés

Por Alejandro A. Tagliavini. Publicado el 11/12/16 en: http://www.elheraldo.hn/opinion/columnas/1025202-469/el-reino-del-rev%C3%A9s

 

¡Se pone divertido el mundo! El globo va por caminos que desafían a la inteligencia y obligan a razonar. Y enhorabuena por esto de razonar, que las personas se tomen el trabajo de pensar objetivamente en lugar de repetir los mismos eslóganes que nos enseñan en la historia oficial desde la escuela.

Decía la cantautora María Elena Walsh, en una canción para niños, que “…en el Reino del Revés, nadie baila con los pies… un ladrón es vigilante y otro es juez y que dos y dos son tres”.

Para empezar, visto que Trump dice que llevará a los Estados Unidos hacia una mayor cerrazón, parece que Alemania -atacada, cuando era nazi, por los Aliados en nombre de la libertad- pasará a liderar la lucha ideológica por las libertades individuales. Solo los germanos -en esta Europa con su “estado de bienestar” fracasado que provoca el resurgimiento del aislacionismo de derecha- parecen mantener la chispa de la libertad. Seis meses después del Brexit, la renuncia del proeuropeo primer ministro italiano Matteo Renzi a raíz de su fracaso en el referéndum, produjo la mayor sacudida del año con una depreciación del euro y notables caídas en el sector bancario.

Muerto el comandante cubano, el vicepresidente Miguel Díaz-Canel parece el favorito para suceder a Raúl Castro. De los dinosaurios, solo quedan tres con poder: Castro, Ramiro Valdés y José Ramón Machado. Aunque muy lentamente en este ultraconservador país, los cambios son inevitables sobre todo en áreas como el turismo, la inversión extranjera, la pequeña empresa –dicen que pronto se formalizaría la existencia de pymes– y la agricultura ya que Cuba importa más del 40% de los alimentos.

Sin dudas, ha ayudado el gradual levantamiento del embargo por parte de Estados Unidos -que no es sino coartar la libertad de sus ciudadanos para relacionarse con los cubanos-, cosa que Trump pretende terminar. Así, en el mundo del revés, Cuba intentará ser un país más libre y Washington intentaría complicar el camino.

Pero la mayor ironía es que el “capitalismo” le dejará a la China “comunista” ser la primera potencia. Según el FMI, ya en 2014 pasó a ser la primera potencia global, cuando su PIB superó los US$ 17,500,000 millones (EE UU, 17,400,000). Pero América no perdió su liderazgo desde que superó al Reino Unido en 1872, por varios motivos, para empezar porque el cálculo del PIB es caprichoso. Luego porque China llega a esa cantidad debido a que tiene cuatro veces más habitantes, pero EE UU todavía tiene una productividad superior gracias a un mayor desarrollo tecnológico, científico y, sobre todo, a un sistema más eficiente desde que es más libre y con menor peso del Estado.

Pero esto podría cambiar. Con Trump por primera vez un presidente de EE UU, desde que en 1979 Washington reconoció a la República Popular de China y rompió con Taiwán, habló con la presidenta de la isla. Y en Twitter preguntó si China pide permiso a los EE UU para devaluar su moneda, imponer aranceles o expandirse militarmente. “¡No lo creo!”, se responde él mismo.

Trump impondría 45% de arancel a los productos chinos, así desatará una guerra comercial. Y dejaría el Acuerdo Trans Pacífico (TPP), con lo que ya le han advertido que su lugar podría ser ocupado por el gigante asiático. Todas estas medidas contrarias a la libertad traerían ineficiencia a la economía y entonces, sí, China podría ocupar el primer lugar en la medida en que libere su mercado.

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

La economía y el Brexit

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 19/5/16 en: http://sotograndedigital.com/la-economia-brexit-la-opinion-carlos-rodriguez-braun/

 

El próximo 23 de junio los británicos están convocados a un referéndum para responder a esta pregunta: “¿Debería el Reino Unido continuar siendo miembro de la Unión Europea o dejar la Unión Europea?”. Como es natural, está habiendo un vivo debate allí entre los partidarios de continuar dentro de la UE y los partidarios del “Brexit”, es decir, la salida.

Aunque la economía ha estado en el centro de la discusión, se ha puesto énfasis sobre todo en las consecuencias económicas que el Brexit podía tener para Gran Bretaña. Sin embargo, como recordó hace poco The Economist, el posible abandono tendría impacto sobre la propia Unión Europea, y sobre España: los dos primeros exportadores europeos al Reino Unido son, en porcentaje del PIB, Irlanda y Países Bajos, pero los siguientes son España y Alemania. También el Brexit podría afectar a Sotogrande, por su antigua y estrecha relación con los británicos, que representan un porcentaje elevado de los extranjeros que viven en nuestra comunidad, y también de nuestros visitantes, turistas e inversores.

Brexit

Las conjeturas sobre los resultados del Brexit normalmente recurren a lo que los economistas llamamos el supuesto ceteris paribus, es decir, suponer que se van los británicos y las demás cosas no varían. De ahí las estimaciones que hemos visto sobre los efectos económicos y políticos de la salida en términos de menos comercio, menos turismo, menos empleo, menos inversiones, más populismo y más euroescepticismo. Las consecuencias serían negativas para el Reino Unido, el resto de Europa, España y Sotogrande.

Sin embargo, nadie sabe si va a ser necesariamente así, porque desconocemos el futuro, y porque suponer que nada va a cambiar es cómodo pero irreal. Por ejemplo, toda Europa se ha acostumbrado a mantener intercambios económicos cada vez más sencillos y baratos. ¿Toleraríamos que los políticos se embarcaran en una carrera proteccionista como la vivida en los años 1930, cuando ahora llevamos décadas de un comercio cada vez más libre que ha beneficiado a los británicos y al resto de Europa? No lo creo.

Por tanto, convendrá prestar atención a la orientación de las políticas, con o sin Brexit, en el Reino Unido y en los demás países, porque unas economías más intervenidas tendrán efectos económicos negativos en todas las circunstancias y para todas las partes.

 

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE.

¿Y si declaramos feriado todo el año?

Por Roberto H. Cachanosky. Publicado el 6/5/14 en: http://www.lanacion.com.ar/1687826-y-si-declaramos-feriado-todo-el-ano

 

Poder organizar una agenda de actividades a lo largo del año se ha transformado en una misión imposible. Nuevos feriados y feriados puente impiden establecer fechas. En otras palabras, perjudican la actividad económica.

Según el argumento del Gobierno, a mayor cantidad de feriados, la gente hace más turismo los fines de semana largos, consume más, el mayor consumo lleva a más actividad y la economía crece. Dicho de manera más corta, a mayor cantidad de feriados más actividad económica derivada del turismo.

Si el argumento fuera verdadero, podemos llevarlo al extremo y declarar feriado todo el año para que la gente haga turismo todo el tiempo. La actividad turística explotaría, el consumo sería fenomenal, hoteles y restaurantes tendrían que contratar más empleados y el país crecería a tasas que superarían las tasas chinas.

Sin embargo, dentro del argumento del Gobierno hay un pequeño detalle a considerar: para poder consumir turismo primero hay que generar los ingresos correspondientes. Si a mayor cantidad de feriados más consumo y crecimiento, también a mayor cantidad de feriados menos producción en el resto de la economía, menos generación de riqueza y menos salarios que pueden pagar las empresas. Es decir, crecen las actividades ligadas al turismo y decrecen todas las otras actividades que son las que generan los ingresos para hacer turismo.

Salvo que el Gobierno considere que las empresas que no se dedican al turismo pueden pagar salarios produciendo y vendiendo cada vez menos, no se le encuentra demasiada lógica a esto de sumar cada vez más feriados como forma de mover la economía.

Esto de creer que con más feriados aumenta la actividad económica me recuerda al cuento de la ventana rota.

Un día un muchacho travieso tira una piedra contra la vidriera de un comercio y la destruye. El muchacho sale corriendo y el dueño del local junto con sus vecinos comienza a protestar contra el comportamiento del joven que rompió la vidriera. Pero en el medio de las protestas dice un vecino: bueno, veamos el lado positivo. El dueño del local tendrá que comprar un nuevo vidrio. El vidriero tendrá más trabajo, sus ingresos aumentarán, contratará más gente y habrá más actividad económica con mayor consumo. En rigor, el vidrio roto permite crear más riqueza. Si bien es reprochable el comportamiento del muchacho, finalmente le ha hecho un bien a la actividad económica.

Claro, el vecino nunca pensó en el costo de oportunidad. Si al dueño del local no le rompían la vidriera no tendría que gastar dinero en un nuevo vidrio. Con ese dinero se podría haber comprado la indumentaria que necesitaba, aumentando la actividad del sector, generando más puestos de trabajo y haciendo crecer la economía. La diferencia está en que si el muchacho no le rompía el vidrio, tenía el vidrio de su comercio más la indumentaria que tanto estaba esperando poder comprar. Ahora tiene que conformarse con no comprar la indumentaria y reponer un vidrio que ya tenía. Su nivel de vida no mejora. En todo caso mejora el nivel de vida del vidriero, pero a costa del nivel de vida del comerciante.

Cuando el Gobierno esgrime, como gran argumento, la cantidad de gente que hizo turismo el fin de semana largo como un logro del modelo, no muestra la otra cara de la moneda: la cantidad de bienes y servicios que dejaron de producirse por el feriado. Y bueno es insistir por enésima vez que para poder consumir primero hay que producir. No hay consumo posible sin previa generación de riqueza. Y agrego, solo se puede llegar a niveles de consumo cada vez más altos cuanto mayor sea la productividad de la economía.

Un razonamiento similar hacía el Gobierno cuando defendía las tarifas artificialmente bajas de los servicios públicos. El argumento era que al pagar menos la luz, (el gas, el transporte, etcétera) la gente tenía más dinero disponible para consumir en otras cosas generando más actividad económica. ¿Cuál era la otra cara de la moneda que no contaba? Que esas tarifas artificialmente bajas tenían como contrapartida la destrucción de la infraestructura del país. Pan para hoy, hambre para mañana.

No hay nada que hacer. Al Gobierno no le entra en la cabeza que no es el consumo el que lleva a más actividad económica, sino que es la producción de bienes y servicios la que genera los ingresos que son los que llevan a poder consumir.

Mientras sigan poniendo el carro delante del caballo, va a ser imposible que la economía mejore. Seguiremos destruyendo riqueza y puestos de trabajo hasta que un día, ni declarando todo el año feriado, los hoteles van a tener clientes.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE.