El virus expiatorio

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 10/3/20 en: https://younews.larazon.es/el-virus-expiatorio/

 

Las enfermedades dañan la economía, y no solo la salud. Así, no debería extrañarnos que suceda con el coronavirus. Después de todo, es contagioso, afecta a países importantes, interrumpe cadenas de suministro, obstaculiza la actividad en sectores de relieve como el turismo o el transporte y, sobre todo, no conocemos aún qué alcance puede tener. Ahora bien, notemos que se combina con otros virus, empezando por la simplificación monocausal. De pronto, aquí todo lo que pasa se debe al coronavirus. Y no es así. En el derrumbe de las bolsas y en el descalabro del precio del petróleo, por poner los dos ejemplos más llamativos de las últimas horas, el virus es un elemento más, a integrar en una ecuación con otras variables. El freno en el crecimiento de la economía mundial, y las tensiones financieras globales, debidas a las irresponsables políticas monetarias expansivas de los bancos centrales, precedieron a la llegada desde China de las primeras noticias inquietantes sobre el virus. Los temores suscitados por esos factores, y la posibilidad de que golpearan con más intensidad, incluso con un horizonte recesivo, ya estaban agitando los mercados bursátiles y presionando a la baja a los precios del crudo. En ese contexto es cuando se desata una esperable batalla entre Arabia Saudí, líder de la OPEP, y Rusia, para no quedarse atrás cuando vengan las vacas flacas y el petróleo barato por la caída en la demanda. Otro virus no desdeñable es la urgencia intervencionista de las autoridades, que huyen como de la peste de la posible acusación de «no haber hecho nada». Pero, claro, lo que hacen es intensificar el intervencionismo monetario y fiscal, empeorando aún más las cosas. Recordemos que después de los atentados del 11 de septiembre los bancos centrales aparecieron como los salvadores que con sus políticas expansivas iban a «evitar el colapso». Lo que hicieron, como hacen siempre, no fue evitarlo sino retrasarlo unos años, pero fueron años suficientes como para que la opinión pública no los señalase como culpables sino, nuevamente, como salvadores. Ya estamos viendo repetido el mismo guion. Ya se nos anuncia que los bancos centrales van a actuar para contrarrestar los efectos recesivos de la extensión del virus, expandiendo y abaratando el crédito, aún más. Como si eso fuera la solución, y no el agravamiento del problema. Otro tanto sucede con la política fiscal, y se vuelve a hablar del gasto público como si su incremento solo tuviera consecuencias benéficas, y no se tradujera en coste alguno para los ciudadanos. Comprensivas, las autoridades europeas han dicho que esos mayores gastos no contabilizarán para el déficit público, como si su exclusión numérica equivaliese a su difuminación real. En fin, que veremos mucha manipulación y politización por doquier. En cuanto a la reacción de nuestros gobernantes en España, también es predecible. Si la situación mejora, dirán que se debió a su pronta y diestra reacción. Y si empeora, dirán que todo fue culpa de los «recortes» del PP en sanidad. Y en todo caso, el virus ya está instalado en una lista importante, pero, paradójicamente, no de males sino de remedios. Como hemos dicho, la economía mundial ya adolecía de dificultades antes del estallido de la enfermedad en Wuhan. Por lo tanto, no es inconcebible pensar que habríamos enfrentado más problemas incluso si el virus no hubiese aparecido nunca. Pero una vez en la escena, se convierte en una útil medicina para que los gobernantes recurran a ella para ampararse y para culparla de cualquier contratiempo. Igual deberé cambiar mi viejo refrán y afirmar: el mejor amigo del hombre no es el perro sino el virus expiatorio.

 

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE. Difunde sus ideas como @rodriguezbraun

Un debate económico entre dos populismos

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 15/1/19 en: https://www.infobae.com/opinion/2019/01/15/un-debate-economico-entre-dos-populismos/?fbclid=IwAR3gfVUJTRcUXt8WG1b22RIWCUSsV2mRe7OOkleNompTRN-O0U3xL_Mma5o

 

De cara a las elecciones 2019, el oficialismo no tendrá muchos argumentos económicos como para mostrar su éxito de gestión durante sus 4 años de gobierno

Dos estilos de gobernar, el Presidente la Nación, la mandataria Santa Cruz

Dos estilos de gobernar, el Presidente la Nación, la mandataria Santa Cruz

A lo máximo que puede aspirar Cambiemos en términos económicos durante la campaña electoral es llegar a las elecciones con el mercado de cambios bajo control, con una inflación que sea la mitad de la de 2018 y con un nivel de actividad que no siga cayendo e, idealmente, muestre algún signo de recuperación.

Para llegar a octubre sin convulsiones en el mercado de cambios, sugiero el cambio de LELIQs por algún bono de largo plazo del tesoro, bonos que el tesoro le entregaría al BCRA a cambio de las letras intransferibles que viene acumulando desde la era K.

Cambiemos ya no podrá argumentar la herencia recibida para explicar el complicado escenario económico de Argentina. En ese caso estaría hablando de su propia herencia. La oportunidad para mostrar el destrozo que había dejado el kirchnerismo ya pasó.

Lamentablemente el marketing político estuvo por encima de las necesidades de cambios profundos que requerían mostrar la cruda realidad heredada de la gestión K. Hoy día la gente protesta por el ajuste de las tarifas de los servicios públicos. Nunca el gobierno mostró datos muy elementales como cuántos recursos dilapidó el kirchnerismo en mantener artificialmente bajas las tarifas de los servicios públicos.

Si Cambiemos hubiese mostrado este simple gráfico en que se ve que entre 2006, cuando empiezan a darse subsidios para las tarifas de servicios públicos (subsidios que han dado lugar a casos de corrupción que hoy se investigan) y 2015, el kirchnerismo revoleó USD 161.318 millones, la gente podría haber entendido la gravedad de la herencia recibida y del sacrificio que le esperaba para poder tener nuevamente energía, gas, transporte, etc. en calidad razonable.

Para que el lector tenga una idea de magnitudes, el plan Marshall que lanzó Estados Unidos en 1948 para ayudar a 16 países que habían estado en la Segunda Guerra Mundial fue de USD 13.000 millones de ese momento, equivalente a USD 130.000 millones actuales. Es decir, el kirchnerismo gastó en subsidios para mantener artificialmente bajas las tarifas de los servicios públicos un monto mayor a todo el plan Marshall.

Como el grueso de los subsidios se concentró en energía y transporte, el Gobierno podría haber mostrado este otro gráfico:

Entre 2006 y 2015 se destinaron USD 138.896 millones a financiar tarifas «baratas» de energía y transporte, el 86% de los recursos destinados a financiar subsidios económicos se concentró en esos dos rubros. El kirchnerismo llegó a destinar 5 puntos del PBI a este revoleo de recursos para ganar votos.

Para seguir ejemplificando, el total de recursos destinados solamente a subsidios económicos, equivale a la construcción de 70.000 Km de rutas. O sea, con esos recursos se podrían haber hecho 20 rutas de norte a sur de Argentina o 50 rutas de este a oeste de Argentina.

no agrego el revoleo de plata en planes sociales, jubilados que nunca aportaron al sistema o crecimiento del empleo público porque sería muy extensa la nota.

Pero insisto, todavía sigue siendo imperdonable que el gobierno no haya informado el 10 de diciembre de 2015 a la población el deplorable estado en que dejaba la economía el kirchnerismo.

Ahora, muy astutos como son, los kirchneristas harán el relato que con ellos se vendían más televisores, celulares, autos y demás bienes de consumo durable y no durable y con Cambiemos tienen recesión.

Como ejemplifiqué alguna vez y funcionarios del gobierno usaron el ejemplo sin citar al autor. Mi ejemplo era el siguiente: durante la era K era como si una familia hubiese vendido la casa, el auto, juntado todos sus ahorros y se hubiese ido a Europa de vacaciones alojándose en los mejores hoteles, comiendo en los mejores restaurantes y alquilando los autos más lujosos. Al volver no iban a tener ni casa, ni auto ni trabajo. Si alguien les preguntaba cuándo estaban mejor, ¿cuándo estaban en Europa o a la vuelta? Obvio que la respuesta iba a ser cuando estaban en Europa, aunque claramente la fiesta de consumo en Europa era insostenible.

Eso hizo el kirchnerismo. Nos consumimos las reservas de gas, el sistema energético, las rutas, 12 millones de cabezas de ganado, los trenes, etc. para que la gente pudiera comprar más televisores, celulares y ropa. Al final nos quedamos sin energía, rutas, agua potable, gas, etc. pero ellos ya se habían ido.

Era función de Cambiemos pagar la cuenta política de lo que dejaba el kirchnerismo. ¿Y qué hizo Cambiemos? Pago el costo político pero no arregló el problema económico.

Cuál es el fondo de cada propuesta de gobierno

Y aquí viene un punto a considerar sobre cuál es en el fondo la propuesta económica del kirchnerismo y de Cambiemos. Además de la matriz corrupta del kirchnerismo y del populismo más grosero, el kirchnerismo busca redistribuir hasta lo que no hay con tal de conseguir votos. El kirchnerismo llegó a consumirse stock de capital para financiar la redistribución del ingreso, que en realidad no redistribuía ingreso sino que al final redistribuía stock de capital.

Cambiemos no apunta a terminar con la redistribución y el asistencialismo. Continúa con la cultura de la dádiva al punto que la ministro Carolina Stanley acaba de afirmar que los que reciben subsidios no tienen que agradecerle a nadie porque ese subsidio es un derecho que tienen, sin explicar quién y por qué tiene la obligación de pagar ese subsidio. Pero Cambiemos luce más racional en lo económico, aunque en el fondo no lo es tanto ya que lo que dice Cambiemos es quiere que la economía crezca para que el estado pueda cobrar impuestos para luego redistribuirlos.

Es algo así como decir, inviertan y trabajen para que yo pueda ganar votos repartiendo el trabajo de Uds. Ellos creen que son racionales porque primero proponen producir y luego redistribuir, pero la propuesta es muy irracional porque nadie va a invertir para que luego venga el Estado a confiscar impositivamente parte de ese ingreso para financiar la redistribución de Cambiemos.

En definitiva, acá tenemos un serio problema de cara al futuro.

Los dos principales partidos políticos con mayores chances de llegar al poder solo piensan en continuar con la cultura de la dádiva, financiándola de manera diferente, pero ninguno de los dos está pensando en la cultura del trabajo. Si la idea es seguir expropiando con impuestos a los que producen, imaginar inversiones y crecimientos es una utopía.

Por eso, para terminar, insisto una vez más, el problema económico argentino es el emergente de un problema de los valores que imperan en la sociedad, en que hay oferta y demanda de populismo y ninguna fuerza política ofrece una propuesta no populista posible para salir de nuestra larga decadencia.

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE 

«Lamentablemente la prioridad no es cumplir metas de inflación»

Por Aldo Abram: Publicado el 22/3/18 en: https://www.elliberal.com.ar/noticia/405061/lamentablemente-prioridad-no-cumplir-metas-inflacion

 

Afirmó que se emiten pesos «para financiar al Estado: $150.000 millones el año pasado y eso se hace dándole a la maquinita».

Tras conocerse los datos del IPC de febrero que marcaron una inflación de 2,4%, el economista Aldo Abram dijo que «lamentablemente, lo que está sucediendo es que la prioridad del Banco Central no es justamente cumplir con las metas de inflación».

«Hoy no sabemos ni cuál va a ser la inflación durante este año», sentenció Abram y enfatizó que «la prioridad del Banco Central desde que asumió esta gestión es licuar los problemas que genera el exceso de gasto público».

«Fundamentalmente uno de ellos es el déficit fiscal, y entonces emiten pesos para financiar al Estado: $150.000 millones el año pasado y eso se hace dándole a la maquinita», reseñó el director ejecutivo de la consultora Libertad y Progreso.

El economista remarcó también que se debe hacer una «distinción», pues subrayó que «no es que haya inflación porque sube el dólar».

De acuerdo con los datos oficiales, la variación núcleo fue del 2,1% el mes pasado, la más alta en diez meses; el IPC nacional marcó el 2,4%, por los ajustes en transporte, luz, prepagas, celulares y combustibles.

Diversos analistas sostienen que para lograr la meta de inflación anual que el Gobierno modificó en diciembre (al 15%) es necesario que, desde marzo, la suba de precios mensual sea de 1%.

 

Aldo Abram es Lic. en Economía y fue director del Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados de Argentina (Ciima-Eseade) .

Trump perjudicará a México, pero también a Estados Unidos

Por Iván Carrino. Publicado el 10/1/17 en: http://www.ivancarrino.com/trump-perjudicara-a-mexico-pero-tambien-a-estados-unidos/

 

El nuevo presidente de Estados Unidos propone librar una guerra comercial con México para beneficiar a Estados Unidos. El resultado será una pérdida para ambos.

La izquierda en el mundo se encuentra en una encrucijada. Por un lado, desprecia a Donald Trump por su rechazo a la libre inmigración, por sus malas formas políticas, y por sus propuestas de desregulación económica.

Sin embargo, a la hora de hablar sobre comercio internacional, no hay nadie más proteccionista que el nuevo presidente norteamericano.

En una nota de hace unos meses, el Wall Street Journal sostenía sobre su postura proteccionista: “El Sr. Trump es tan delirante en temas comerciales, que hace que Hillary Clinton y los Demócratas parezcan sensatos”.

La más reciente novedad llega antes de que Trump asuma la presidencia. La empresa automotriz Ford decidió cancelar un proyecto de inversión de USD 1.600 millones en la localidad mexicana de San Luis de Potosí. La decisión se tomó con el objetivo de invertir USD 700 millones en una fábrica en Michigan, emblema de la industria automotriz y sede del primer documental de Michel Moore, quien narraba las penurias de una ciudad tras el cierre de la fábrica de General Motors y su traslado a México.

Este giro en la política de la empresa está directamente relacionado con las promesas de campaña de Trump, quien sugirió que quienes tercericen su producción en México, deberán sufrir altos aranceles a la importación de sus productos.

Es decir, si Ford elegía, para ahorrar costos, abrir una nueva fábrica en México, perdería ese beneficio a la hora de vender los autos allí producidos a Estados Unidos, porque el país subirá sus aranceles de importación.

Michael Moore, uno de los más críticos de Donald Trump, debería estar festejando esta decisión. En definitiva, gracias a la amenaza proteccionista, ahora habrá empleo en Michigan y las empresas lo pensarán dos veces antes de ir a México.

La lectura superficial de esta medida es precisamente esta: México perderá inversiones, pero las obtendrá Estados Unidos. Lo lamentamos hermanos mejicanos, pero nuestro presidente quiere que nosotros vivamos mejor, así que les toca perder para que nuestros trabajadores consigan empleo.

Sin embargo, esa no es toda la realidad y, si bien México evidentemente se verá perjudicado, también lo harán los propios norteamericanos.

Lo primero es muy fácil de ver. Si bajo amenazas directas o indirectas, las empresas norteamericanas reducen su inversión en México, el país de 122 millones de habitantes se perjudicará al tener menor demanda de mano de obra y menos empresas que compitan para subir los salarios de sus ciudadanos.

El stock de inversión extranjera directa de Estados Unidos en México era de USD 108.000 millones en 2014, con lo que se trata del principal inversor extranjero en ese país. Si se reduce este monto, México deberá hacer mayores esfuerzos por atraer inversión de otros países, de manera de mantener el crecimiento de su economía.

Si uno centra su mirada en lo que sucederá en Michigan, todo parece color de rosas. Ahora Ford, en lugar de llevarse su inversión al extranjero, hundirá USD 700 millones de capital en suelo estadounidense. Previsiblemente, esto genere demanda de materias primas, mano de obra, y haga crecer la producción de dicho estado.

Buena noticia para Michael Moore, pero no tan buena para el resto de los norteamericanos.

Es que cuando Ford decidió inicialmente invertir en México lo hizo para “mejorar la rentabilidad de la compañía”, ahorrando costos. Y lo que necesitan los Estados Unidos y cualquier país del mundo son empresas rentables.

Piénsese un instante en el accionista de Ford. Si la empresa es rentable, él recibirá un dividendo mayor. Con este mayor dividendo, podrá consumir más o bien aumentar su ahorro o sus inversiones. Si aumenta el ahorro, entonces habrá más fondos disponibles para realizar nuevas inversiones, porque bajará la tasa de interés. Si lo destina a inversiones, entonces subirá el precio de otras acciones que coticen en Estados Unidos, incrementando la riqueza del resto de los accionistas y posibilitando nuevos proyectos de inversión.

Otro efecto negativo del proteccionismo es que la inversión forzada de Ford competirá en el mercado por los recursos escasos (mano de obra, tierra, materias primas), subiendo sus precios. Esto funcionará como una barrera para que se desarrollen nuevos emprendimientos. En comercio internacional, esto se llama “distorsión en la producción”, ya que se sabe que una producción forzada por aranceles sustrae recursos valiosos de la sociedad, llevándolos a una industria determinada, pero en detrimento de todas las demás.

Es decir, la política de Trump puede ser positiva para la industria automotriz norteamericana, pero será desastrosa para la construcción, la minería, la agricultura, el comercio y el transporte, actividades que, entre otras, ascienden nada menos que al 99,1% del PBI estadounidense.

En la medida que se materialice, la demagogia proteccionista de Trump afectará con fuerza a México. Sin embargo, al reducir la rentabilidad de las empresas estadounidenses y subir el precio de los insumos de producción, también afectará a la economía norteamericana.

En definitiva, el cuento proteccionista siempre termina igual. Con una clase privilegiada, que subsiste al calor de la protección, y una sociedad mayormente empobrecida por las distorsiones que genera. En Estados Unidos no será diferente.

 

Iván Carrino es Licenciado en Administración por la Universidad de Buenos Aires y Máster en Economía de la Escuela Austriaca por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Es editor de El Diario del Lunes, el informe económico de Inversor Global. Además, es profesor asistente de Comercio Internacional en el Instituto Universitario ESEADE y de Economía en la Universidad de Belgrano.

Regular el reclamo colectivo, una tarea urgente

Por Demetrio A. Chamatropulos: Publicado el 31/12/16 en: http://www.lanacion.com.ar/1971898-regular-el-reclamo-colectivo-una-tarea-urgente

 

Los consumidores presentan sus quejas conjuntas; cuáles son los riesgos y los desafíos

La preocupación creciente en el mundo empresarial es el evidente aumento de reclamos colectivos de consumidores. La inquietud es lógica, pues esos reclamos involucran sumas millonarias capaces de atraer la atención de quienes analizan o auditan estados contables de cualquier empresa o capaces de ser, por ejemplo, la causa del fracaso de una due diligence.

Naturalmente, hay industrias más sensibles a estos cuantiosos reclamos. Bancos, aseguradoras, retail, laboratorios, e-commerce, telecomunicaciones, automotrices, prepagas, transporte, entre otras, pueden dar fe de estos «nuevos pasivos».

Además del estricto impacto en números de una condena, no se pueden dejar de lado aspectos que a primera vista parecen intangibles, pero que ya son objeto frecuente de valuaciones de activos cada vez más sofisticadas. En tal sentido, la reputación y el valor de una marca pueden pulverizarse en cuestión de segundos cuando el público toma conocimiento de reclamos o condenas millonarias que ocupan un lugar destacado en los medios de comunicación. En tiempos de «viralizaciones» de noticias (positivas y negativas), las compañías no pueden permanecer indiferentes.

No obstante lo dicho, se advierte algo llamativo: más allá de su crecimiento exponencial (sobre todo en los últimos diez años, con una curva interanual muy ascendente), hay consenso entre los distintos sectores sobre la cuasi inexistente regulación legal del tema, sin perjuicio de disposiciones puntuales en leyes que resultan notoriamente insuficientes.

A partir de 2009, la Corte Suprema de Justicia de la Nación (caso «Halabi», complementado por muchos otros siguientes) puso el tema en el centro de la escena, al recomendar el dictado de una ley general que regulara estos procesos colectivos. En el último tiempo tomó incluso un rol más protagónico al dictar acordadas en donde intenta dar algunas soluciones.

En línea con lo apuntado y en el marco del proyecto Justicia 2020, el Ministerio de Justicia de la Nación viene trabajando en un anteproyecto específico sobre la temática referida. Otras autoridades promueven iniciativas de tónica similar.

Dentro del marco normativo a proponerse deberían analizarse cuestiones tales como quiénes pueden iniciar estas acciones, su régimen de responsabilidad, cómo regular su representatividad, la intervención personal de representados en los casos, la registración y la publicidad de los procesos, los alcances jurisdiccionales y la ejecución de las sentencias, los aspectos probatorios, las medidas cautelares, los costos y gastos de justicia de estos reclamos (y quién los debe pagar), las demandas colectivas sin contenido patrimonial, los problemas de competencia entre los magistrados, la multiplicidad de procesos en simultáneo, los acuerdos transaccionales y su ejecución, los honorarios de los profesionales intervinientes, entre otros.

Todo lo dicho deja evidenciada la necesidad de regular el fenómeno de los reclamos y procesos colectivos, lo cual constituye un desafío impostergable.

 

Demetrio Chamatropulos es abogado. Profesor de ESEADE y subdirector de la Maestría en Derecho Empresario de ESEADE.

¿Plan económico global u otro rodrigazo?

Por Roberto H. Cachanosky. Publicado el /7/16 en: http://economiaparatodos.net/plan-economico-global-u-otro-rodrigazo/

 

Insisto, alguien le vendió a Macri que no hace falta un plan global económico e institucional que debe ser anunciado en forma conjunta

Alguien le vendió a Macri, o Macri nos quieren vender a nosotros (cosa que dudo) que el fenomenal descalabro económico que dejó el kircnerismo se soluciona con ondas de paz y amor, mucho de buena onda y haciendo algunos retoques al populismo que dejó el kirchnerismo.

Insisto, alguien le vendió que no hace falta un plan global económico e institucional que debe ser anunciado en forma conjunta para marcar el rumbo a seguir y crear confianza mostrando la consistencia de las medidas anunciadas. Y resalto la palabra anunciar. Cuando digo anunciar, no estoy diciendo que de un día para otro hay que eliminar el déficit fiscal del 7% del PBI de un día para otro ni echar a 2,5 millones de empleados públicos en 24 horas. Solo estoy diciendo que no sirve atacar de a uno los problemas. Es como mandar a los soldados de a uno al frente de batalla. Tiene que presentarse un plan con medidas simultáneas, porque los buenos planes económicos parten de la realidad que todas las variables están relacionadas. Es decir, si uno toca una variable inmediatamente otra recibe el impacto.

La otra pata de un buen plan económico consiste en saber comunicárselo a la población. El ministro de economía tiene que hacer docencia explicando claramente a la población, que no es experta en economía, el sentido de las medidas, por qué se toman y como se espera evolucione la economía.

Dentro de la comunicación no debe olvidarse detallar descarnadamente la herencia recibida, en el caso de Macri, lo que dejó el kirchnerismo. Con los 30 minutos que dedicó el 1 de marzo en el Congreso a explicar la herencia recibida no alcanza. Y menos sirve mandar a la gente a leer las 223 páginas de El Estado del Estado que publicó en internet el gobierno. Hay que partir de la base que la gente lee poco y comprende menos. Si de casualidad la gente llega a leer lo 140 caracteres de Twitter y comprender lo que dicen, no esperemos que lea 223 páginas bajándolas de Internet  y comprenda lo que dice. En todo caso esas 223 páginas pueden estar destinadas a un grupo reducido de personas como políticos y economistas, pero no sirven para que mi vecina doña Josefa pueda enterarse de la herencia recibida. Por lo tanto, cuando doña Josefa reciba la cuenta de gas, no va a tener otra reacción que la de protestar porque nadie le explicó claramente lo que dejó el kirchnerismo. Luego se podrá debatir si el aumento había que aplicarlo en etapas o de una sola vez, pero lo primero que hay que lograr es que la gente comprenda por qué tiene que bancarse semejante aumento. Basta con explicar que desde 2001 no se mueve la tarifa de gas y dar algunos datos de aumentos de otros bienes y servicios para que la gente comprenda el problema.

Ahora bien, una vez planteado el problema hay que dar una solución y de ahí puede surgir este debate: ¿se anuncia medidas aisladas o se presenta un plan económico completo? Mi propuesta es anunciar un plan global completo.

Volvamos al caso del aumento del gas. ¿Cómo podría amortiguarse el costo de tener que asumir la corrección del precio? Por un lado es correcto que cada uno paguemos lo que tenemos que pagar por el consumo de gas, luz, transporte, agua, etc. pero lo que no podemos hacer es pedirle a la gente que pague el precio pleno del gas y además financie a un estado sobredimensionado que no le ofrece al contribuyente ni los servicios básicos para los cuales fue creado el estado. ¿O acaso este estado sobredimensionado, que le cuesta carísimo a la gente, brinda seguridad, una justicia eficiente, educación, salud y defensa?

Me parece que lo justo sería que el gobierno distribuya en forma equitativa el costo de pagar la herencia k. Creo que podría presentar un plan global que, por ejemplo, le diga a la gente: Ud. asumirá el costo de pagar más el m3 de gas porque se le quitará el subsidio que recibía hasta ahora. Pero, al mismo tiempo, vamos a reducir este estado sobredimensionado eliminando reparticiones y funciones que no son propias de un estado republicano para que Ud. no tenga que mantener estructuras que solo benefician a unos pocos y generan bolsones de corrupción. Por lo tanto, un paso es aumentarle a Ud. el 50% de la tarifa de gas y por el monto equivalente que el estado dejará de subsidiar el gas se bajará el gasto público que, a su vez, tendrá como contrapartida una reducción de los impuestos que Ud. paga. Por ejemplo, bajaremos 1 o 2 puntos porcentuales el IVA, o subiremos el mínimo no imponible de ganancias, o eliminaremos parte del impuesto al cheque o, directamente, eliminamos la carga impositiva que tienen los servicios públicos. En fin, es tan variada la gama de impuestos que perfectamente se puede elegir alguno para compensar a la gente por quitarle el subsidio al gas. Si se aumentan las tarifas de los servicios públicos y no se bajan los impuestos, entonces estamos en un escenario de ajuste brutal sobre todos los sectores que trabajan en blanco.

El paso siguiente consistiría en ajustar mensualmente la tarifa de gas por alguna combinación de tipo de cambio e IPC y en un par de meses terminar con el subsidio al gas con el mismo procedimiento de bajar el gasto y reducir la carga tributaria.

¿Quién terminaría pagando el costo de reconstruir la economía Argentina? Aquellos que durante una década o más vivieron a costa del contribuyente. El estado literalmente le robó a la gente decente el fruto de su trabajo y se lo dio a militantes k, ñoquis enquistados en el estado, “artistas” que exigen ser subsidiados por hacer algo que nadie estaría dispuesto a pagar y tantos vivos que recurriendo al discurso de la solidaridad social viven del trabajo ajeno.

Mi propuesta es presentar un plan económico que, además de encaminar la economía hacia el crecimiento sostenido y el bienestar de toda la población, también constituya un acto de justicia. ¿O acaso no es una injusticia hacerle pagar impuestos a la gente para que legiones de burócratas y gente que vive de “planes sociales” se queden con el trabajo ajeno y el que trabaja y paga impuestos encima de mantener a esa legión de gente tenga que pagar dos veces por la educación, la seguridad y la salud?

Están quienes me dicen que reducir el estado generaría una crisis social. Bien, esperen y vean qué pasa si no se comienza a hacer una profunda reforma del estado, del sistema tributario y una decidida incorporación al mundo. En este último punto lo veo trabajando muy bien a Macri, pero si no hace reformas económicas que le permitan competir a los productores locales, entonces en el futuro le echaran la culpa a la integración al mundo por el fracaso y no a la falta de reformas estructurales que le den competitividad a la economía.

Una vez más insisto en el siguiente punto. No estoy diciendo que de un día para otro hay que despedir del estado a 2,5 millones de personas o que hay que eliminar en 24 horas el déficit fiscal de 7% del PBI, estoy diciendo que lo recomendable, a mi juicio, sería lo siguiente:

1)   Hacer una clara y contundente descripción de la herencia recibida. La gente común tiene que conocer el deliberado destrozo que hizo el kirchnerismo de la economía y las instituciones argentinas.

2)   Presentar un plan económico global explicando el sentido de las medidas y dejar de mandar de a uno los soldados a la batalla.

3)   La comunicación sencilla, que cualquiera pueda comprender, de la herencia k y del sentido de las medidas que hay que tomar, deben ser parte del plan económico.

4)   Las medidas que se anuncien no solo tienen que mostrar sus beneficios económicos, sino comenzar a cambiar los valores que hoy imperan en la sociedad.

Decir Cambiemos utilizando los mismos argumentos populistas que nos llevaron a esta larga decadencia no es cambiar. Es continuar. Por eso, lo más importante es empezar a transmitir otro tipo de valores que deben imperar en la sociedad, porque son esos valores los que terminan configurando las normas, leyes, códigos y costumbres que imperan en una sociedad y, por ende, la política económica resultante. Cambiar los valores es fundamental para atraer inversiones, crear puestos de trabajo y mejorar la calidad de vida de la gente.

En una sociedad en que impera el valor vivir a costa del trabajo ajeno, solo puede esperarse más pobreza. En una sociedad en que impera el valor del esfuerzo personal, el trabajo y el vivir del esfuerzo que cada uno hace es una sociedad cuyo futuro es el éxito económico y moral.

Insisto, subir las tarifas de los servicios públicos sin hacer nada por bajar el gasto y la presión tributaria es aplicar un torpe rodrigazo que lejos está de ayudar políticamente al gobierno de Macri.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE

Inflación y desocupación: terminemos con el cinismo

Por Roberto H. Cachanosky. Publicado el 1/5/16 en: http://economiaparatodos.net/inflacion-y-desocupacion-terminemos-con-el-cinismo/

 

Quieren los beneficios, pero no pagar los costos de arreglar el destrozo que dejó el kirchnerismo.

El viernes pasado los dirigentes sindicales hicieron un acto de protesta contra la inflación, el impuesto a las ganancias y los despidos. Su propuesta se limita a apoyar la ley de doble indemnización. Ellos dicen que no afectará la incorporación de nuevos empleados porque la ley corre solo para los que ya están empleados. Los nuevos empleados no tendrían doble indemnización si fueran despedidos como los que ya están trabajando. Es decir, para los dirigentes sindicales y para el FPV que apoya ese proyecto junto con varios partidos de la oposición, habría trabajadores de primera y trabajadores de segunda clase. Los de primera clase se verían beneficiados con la doble indemnización. Los de segunda clase, normalmente los que hoy no tienen trabajo y podrían conseguirlo, pasarían a la categoría de segunda clase. A esos sí se los puede despedir sin doble indemnización.

Pero creo que tanto los políticos de la oposición, periodistas en general y dirigentes sindicales deberían dejar de ser tan hipócritas, en tanto que en el gobierno tendría que dejarse de jorobar y presentar un plan económico que genere confianza y en reforma global. No digo que esa reforma tiene que ser aplicada de un día para otro, digo que debe ser anunciada para marcar el rumbo.

A los primeros, dirigentes políticos, sindicales, periodistas, digo que son unos hipócritas porque se oponen a bajar el gasto público pero también quieren que el BCRA no emita para financiar el gasto a sí frenar la inflación y además protestan por las escalas y el mínimo imponible de ganancias. Es decir, un periodista te dice que es una barbaridad que no bajen ganancias, pero si les decís que hay que disminuir la cantidad de empleados públicos te tratan de insensible. De ajuste salvaje.

Repasemos las opciones. Del lado de los ingresos el gobierno tiene las siguientes opciones de financiamiento: 1) impuestos, 2) endeudamiento (interno y externo) y 3) emisión monetaria.

Todos claman por menor presión impositiva y está bien que así sea porque nos está matando. Al mismo tiempo todos piden que pare la inflación porque la gente no llega a fin de mes. O sea que el BCRA deje de emitir. Lo cual también está bien. Y, finalmente, todos protestan por la alta tasa de interés que puso el BCRA para el endeudamiento en LEBACS lo cual paraliza la economía. Quedaría solo la opción del endeudamiento externo pero eso generaría problemas con el tipo de cambio real porque el ingreso de dólares por endeudamiento público haría bajar el tipo de cambio afectando el comercio exterior haciendo artificialmente baratas las importaciones y artificialmente caras las exportaciones.

Así que cuando uno mira por el lado de los ingresos no hay opciones para enfrentar la herencia k. Vayamos ahora por el lado de los gastos.

Los rubros en los que se puede bajar el gasto son: 1) remuneraciones, 2) jubilaciones, 3) subsidios económicos, 4) subsidios sociales y 5) obra pública.

Si uno propone reducir la cantidad de empleados públicos, enseguida saltan con el ajuste salvaje y la desocupación. No importa que haya capas geológicas de empleados estatales que se van acumulando con el paso de los gobiernos y no producen nada útil para el conjunto de la sociedad. Ahora, si ante la negativa a reducir los empleados estatales uno le dice al periodista, al sindicalista o al político que no se puede aumentar el mínimo no imponible de ganancias, entonces saltan como leche hervida y lloran diciendo que la gente no aguanta más pagar tantos impuestos. ¡No sean cínicos! ¿Cómo quieren que se mantenga a la legión de empleados públicos que hay a nivel nacional, provincial y municipal?

El otro rubro en que podría  bajarse el gasto es en jubilaciones, pero la realidad es que es impensable que un jubilado, sometido a este sistema de reparto ineficiente, pueda sobrevivir con las migajas que recibe. Así que este rubro yo diría que es intocable. No se puede bajar.

Quedan los subsidios económicos (luz, transporte, gas, agua, etc.) en los cuales el gobierno ya está trabajando, pero claramente no alcanza para controlar el déficit fiscal. Solo un dato. El gobierno se ahorrará unos $ 160.000 millones por la suba de las tarifas de los servicios públicos pero pierde otros $ 170.000 millones en el gasto cuasifiscal con la suba de la tasa de interés. Paga esa cifra por la deuda en LEBACs. Es decir, el gobierno asume el costo político de subir las tarifas pero no se traduce en una mejora fiscal porque el ahorro se le escapa por otro rubro. Y podía citar más ejemplos. Y aun así la gente protesta por el aumento de la luz, el gas, el colectivo, etc.

Luego se puede bajar el gasto en los llamados planes sociales pero enseguida saltan los “progres” diciendo que eso es intocable porque es un derecho humano. Así que como vivir a costa del trabajo ajeno se transformó en un derecho humano, los cínicos no quieren bajarlo.

Finalmente mi propuesta sería que las obras públicas (rutas, puertos, etc.) lo hagan empresas privadas y cobren peajes, pero ante esta propuesta salta el energúmeno que dice: eso es volver a los 90. Nada de privatizaciones quiere la gente.

Resumiendo, si no tenemos de dónde obtener más recursos y ponemos mil escusas para no bajar el gasto público, entonces, terminemos con la hipocresía de quejarnos de la inflación y la desocupación y sigamos así hasta que la crisis sea tan profunda que la gente clame por una solución de fondo.

Finalmente diría que el gobierno debería dejarse de jorobar y dar un minucioso detalle de la herencia recibida, plantear el camino a seguir y qué medidas se aplicarán.

Hay salidas medianamente rápidas, pero no con esta idea que impulsa el gobierno de que es todo cuestión de administrar mejor. El país necesita reformas de fondo, no administrar eficientemente un estado sobredimensionado y un sistema tributario impagable.

Hoy estamos entrampados entre el cinismo de los dirigentes sindicales, políticos de la oposición y periodismo en general y la parálisis de un gobierno que se niega a tomar el toro por las astas y apuesta todo a un milagro de llegada de inversiones que, como el gas oil de Moreno, todavía no se lo ve llover.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE

Por ahora el ajuste es para el sector privado

Por Roberto H. Cachanosky. Publicado el 20/4/16 en: http://www.lanacion.com.ar/1891026-por-ahora-el-ajuste-es-para-el-sector-privado

 

En momentos en que el Gobierno de Macri aumenta las tarifas de los servicios públicos mucha gente habla de ajuste. En rigor, si hay un ajuste es porque antes hubo un desajuste. Para ponerlo en términos más sencillos, no es que el Gobierno aumentó las tarifas de luz, gas y transporte porque goza viendo cómo la gente sufre en el bolsillo el impacto de esos aumentos. La realidad es que aunque hubiese ganado las elecciones Scioli hubiera tenido que aumentar las tarifas de los servicios públicos o dejar a la gente sin energía, transporte, agua, etc. Es, a mi entender, la pobre política de comunicaciones del Gobierno la que le genera todos los costos políticos de tener que arreglar el destrozo económico que dejó el kirchnerismo.

¿Tan complicado era para el Gobierno decirle a la gente que entre 2006 y 2015 los recursos destinados a subsidiar la energía pasaron de $ 4032 millones a $ 170.000 millones, o sea, que se multiplicó por 42 los recursos destinados el gasto en ese subsidio? Claramente esos subsidios, como los del transporte, etc. estaban concentrados en CABA y provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 50% del padrón electoral. El kirchnerismo no era tonto a la hora de buscar votos, en tanto que el catamarqueño, el salteño o el rionegrino pagaban el costo de esos subsidios para que los disfrutásemos los que vivíamos en Capital y Gran Buenos Aires.

El presidente Macri habló aproximadamente una hora ante la asamblea el 1 de marzo pasado. Media hora la dedicó a describir la herencia recibida. Los economistas sabemos que media hora es muy poco tiempo para informarle a la gente el fenomenal destrozo económico que dejó el kirchnerismo.

Dicen que la gente no quiere oír hablar del pasado. ¿Qué estudio serio de opinión muestra que la gente no quiere saber sobre el destrozo que dejó el kirchnerismo en materia energética, de gasto público, de situación patrimonial del Banco Central, y el listado sigue?

¿Qué hubiese sido de la Argentina que progresó a pasos agigantados si Sarmiento hubiese mandado a hacer un estudio de opinión pública para ver si impulsaba la educación luego de descubrir que el 70% de la población era analfabeta de acuerdo al primer censo en 1869? Los líderes asumen riesgos y marcan el camino al resto de la población.

Explicar la necesidad de poner orden en las cuentas públicas para poder bajar la presión impositiva y la tasa de inflación es clave para que la gente comprenda por qué tiene que afrontar ciertas restricciones y cómo debe distribuirse la carga de corregir los desajustes heredados del kirchnerismo.

Por ejemplo, aquí se habla de ajuste salvaje en el sector público y sin embargo entre 2003 y 2015 los empleados públicos de la Nación aumentaron en 148.000 personas. Hasta ahora, de acuerdo a información dada oportunamente por el ministerio de Modernización, solo disminuyeron en 10.900 la planta de empleados estatales, es decir, solo 7% del aumento y únicamente el 2,8% del stock de empleados.

Al mismo tiempo, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, acaba de reconocer que en los últimos 4 meses el sector privado redujo la cantidad de empleados en 27.000 personas.

La demora en corregir el impuesto a las ganancias, no solo a las personas que trabajan en relación de dependencia sino también a los autónomos y a las empresas, el aumento de las tarifas y la suba de la tasa de interés muestran que el Estado no ha hecho ningún ajuste y el que sobrelleva el peso de corregir los desajustes heredados del kirchnerismo es el sector productivo de la economía. Es decir, el sector privado. Salvo por las ruidosas manifestaciones de unos pocos ñoquis y militantes k que dejaron de vivir a costa del trabajo ajeno, el grueso del llamado ajuste sigue recayendo sobre el sector privado. Es el que sigue teniendo privaciones económicas para no tocar a la legión de empleados estatales que hay a nivel nacional, provincial y municipal sin que haya mejorado la salud, la seguridad o la educación.

En 2003 el Estado ya estaba sobredimensionado. En 2015 el Estado explotaba de gordo y ya pesa tanto sobre el sector privado que lo terminó asfixiando, no dejándolo producir y, por lo tanto, generar la riqueza para financiarlo mediante impuestos.

Dicen que no se puede reducir la cantidad de empleados públicos hasta tanto no haya inversiones que generen puestos de trabajo para que absorba a esa gente que quedaría desocupada.

Mi impresión es que esas inversiones no van a aparecer hasta tanto no se deje de ajustar al sector privado impidiéndole invertir para crear puestos de trabajo.

A esta historia ya la vivimos infinidad de veces y siempre terminó mal. Ajustar al sector privado para no ajustar al sector público es un clásico de la economía argentina.

Es posible que con el arreglo con los holdouts la Nación, las provincias y los municipios consigan endeudarse en el exterior para financiar el gasto público. Pero eso no significa solucionar el problema, solo implica postergarlo acumulando más deuda. Financiar el desequilibrio con acceso al crédito que hasta ahora no disponíamos.

Hasta que los argentinos no terminemos con esta historia de que el Estado es la vaca sagrada que nadie puede tocar y el sector privado siga siendo el que continúa achicándose y pagando la fiesta populista, la Argentina no podrá revertir su tendencia decadente. Algún día le tendrá que tocar el turno al Estado depredador. El que se anime a hacerlo, será un verdadero estadista que pondrá de pie a la Argentina.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE

De cómo el Estado combate a la pobreza

Por Alejandro A. Tagliavini. Publicado el 11/11/15 en: http://hoybolivia.com/Blog.php?IdBlog=41361&tit=de_como_el_estado_combate_a_la_pobreza

 

Un fallo de la Suprema Corte mexicana autoriza el consumo, cultivo, transporte y posesión de marihuana a una asociación de fumadores sin ánimo de lucro, lo que allana el camino para que otros reclamen lo mismo. El tribunal ha privilegiado la libertad por sobre los efectos en la salud. Insólitamente, sólo el PRD de izquierda apoya la “legalización”, la no criminalización de los ciudadanos. El presidente iniciará un debate y, aunque su opinión es contraria, aceptaría la “legalización” dentro de un marco regulatorio.

Como nunca he consumido drogas “ilegales” ni soy especialista, no puedo dar mi opinión personal, pero muchos científicos de prestigio han hablado de lo terriblemente dañinas que son. En cualquier caso, definitivamente la solución no pasa porque el Estado las prohíba coactivamente porque solo logrará una excusa para que los funcionarios decidan arbitrariamente -corrupción de por medio- quién puede y quién no usar estas drogas.

Es creíble el testimonio del hijo del capo de las drogas Pablo Escobar, en el sentido de que Frank Sinatra era socio de su padre. Y más creíble que “la DEA (agencia antidrogas) cobraba a mi papá ‘impuestos’ para permitir que la cocaína entrase en EE.UU.” ‘Hecha la ley, hecha la trampa’ describe el sabio refrán en cuanto a lo que ocurre cuando coactivamente se pretende desviar el curso natural de los hechos: una ley coactiva solo promoverá la corrupción ya que los forzados se verán tentados a sobornar para conseguir lo que no pueden hacer naturalmente.

Según un informe del Imco, compuesto por académicos y ejecutivos mexicanos, el 63% de los empresarios considera que la corrupción es parte de la cultura del país. Irónicamente, de no ser por los sobornos muchos negocios no podrían existir y la pobreza social sería superior. El 70% dice que sus gobernantes no cumplen la ley y el 77% no confía en la policía y el 60% tampoco en los jueces.

El problema con la coacción -basado en el poder policial y militar, el monopolio de la violencia estatal- es que desvirtúa el desarrollo natural de las cosas y, por tanto, destruye. Probablemente, el caso más irónico sea el del “combate a la pobreza” con estas armas: el Estado impone impuestos a los ricos para solventar programas de promoción y ayuda social.

Pero los impuestos necesariamente son derivados hacia abajo –subiendo precios, bajando salarios, etc.- y terminan pagándolos los pobres a quienes les vuelve solo una parte ya que el resto se pierde en corrupción y otros gastos. Créame, se lo digo con toda seriedad después de investigar el tema, así es imposible erradicar la pobreza y los políticos lo saben, pero como no quieren reconocer su ineptitud, ignoraran e intentarán tapar el problema sin importarles que la gente muera. Remarco: sin importarles que la gente muera.

A tal punto es así que muchos políticos -y no es broma- creen que la solución es asesinar a los pobres. Corría la década de los 90 en Perú, y el presidente Alberto Fujimori creó el «Programa de salud reproductiva y planificación familiar 1996-2000». Todavía hoy, con más de 2.000 denuncias registradas y una cifra estimada de más de 300.000 mujeres y hombres esterilizados -se desconocen cuantas fueron forzadas, la mayoría mujeres analfabetas que sólo hablan quechua- el actual Gobierno no pone el énfasis que debería en la investigación. Es que no le conviene del todo, al fin de cuentas, son políticos.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Es Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

“Cuba tiene una cúpula millonaria, y los demás estamos en la miseria”

Por Belén Marty: Publicado el 8/1/15 en: http://es.panampost.com/belen-marty/2015/01/08/cuba-tiene-una-cupula-millonaria-y-los-demas-estamos-en-la-miseria/

 

Ernesto Oliva Torres, joven disidente, miembro de la Unión Patriótica de Cuba, cuenta lo que debe hacer un cubano para sobrevivir todos los días.

Ernesto Oliva Torres debe sentirse como el protagonista de la novela El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde. Es un joven cubano que vive bajo la dictadura de los Castro, pero por otro lado, Ernesto debe sentirse como un pequeño superhéroe. Es activista de la célula Jose María Heredia, y miembro del Frente Juvenil de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), una organización civil que aboga por la defensa de las libertades civiles en la isla.

Intrigados por cómo sobrelleva este doble rol, lo interrogamos sobre cómo se vive —o sobrevive— en un régimen comunista.

¿Qué opina del embargo a Cuba por parte de Estados Unidos?

Estamos, desde la UNPACU, de acuerdo con que se levante el embargo que el Gobierno de Estados Unidos mantiene sobre Cuba; pero solo cuando exista en Cuba un Gobierno verdaderamente democrático. De no ser así, solo serviría para perpetuar en el poder a la cúpula castrista, mejorando la técnica y los beneficios de los órganos represivos que mantienen al pueblo de Cuba sin libertad ni derechos.

Portal de La Habana. (Yusnaby Pérez)

¿Qué significa ser político hoy en Cuba?

Existen dos tipos de políticos en Cuba: Uno es el político partidario del régimen; el otro es el político opositor al régimen. Al primero se llega ingresando a las organizaciones que promueve el Gobierno y manteniendo una postura sumisa, servil y aduladora hacia el régimen y sus dirigentes.

Al segundo se llega comportándose como un ciudadano verdadero, expresándose libremente y sin hipocresías sobre cualquier tema político, económico y social que afecte al pueblo; y asumiendo las represalias que bajo una dictadura totalitaria trae consigo este digno comportamiento .

En Cuba no existe la igualdad anhelada por el comunismo. En la Cuba de hoy existen millonarios, existe una cúpula dentro del Gobierno que goza de facilidades y privilegios, mientras la gran mayoría del pueblo vive sumido en la miseria con un salario mínimo de 9.00 CUC al mes (US$9), con problemas con el agua potable, comunicación, transporte, alimentación y vivienda, entre otros muchos aspectos.

Ernesto Oliva Torres reside en Santiago de Cuba. (Twitter)

¿Cuál es tu opinión de la dictadura de Batista?

Pensamos que en aquella época, pese a que también existía una dictadura, había mayores libertades y derechos que en la actualidad. Pues la dictadura de Batista era una dictadura autoritaria, donde se respetaba la propiedad privada, existía libertad de empresa, autonomía en la enseñanza, y pese a que existía cierta censura, los medios de prensa eran más libres, había el derecho de salir y entrar libremente del país, en 1958 Cuba ocupaba el puesto número 29 entre las economías del mundo, era el país de Iberoamérica con más automóviles; en 1959, La Habana era la ciudad del mundo con mayor número de salas de cine (358), etc.

En la actualidad vivimos bajo una dictadura totalitaria, que lo único que ha hecho es arruinar a la nación, no tenemos libertades, ni derechos, y nuestra situación económica es muy precaria.

¿Cómo es la conexión a internet en la isla?

La conexión a la red, para la población, se realiza en locales de ETECSA, se abre una cuenta personal por el valor de 4.50 CUC ($4.50) la hora y de ahí puede ser recargada a partir de 1.00 CUC ($1). La conexión es lenta. A los estudiantes universitarios se les permite el acceso de forma restringida a muchos sitios web a partir del 4to año de su carrera, y al salir de la universidad este servicio es retirado.

No todas las empresas tienen acceso a internet. La mayoría de los ciudadanos no conocen realmente que es Facebook, Twiter, e−mail, Google u otras redes sociales porque sencillamente no tienen acceso. El ciudadano común oye que existen pero no las ve. Muchos altos funcionarios del PCC no gozan del privilegio de navegar libremente en internet.

Solo tiene acceso aquella persona que tenga familiares en otros países y le manden dinero, o lo que es más frecuente, mediante la prostitución, de hombres y mujeres con extranjeros, y estos les dan dinero para comunicarse cuando salen de Cuba. Para comprar un teléfono en Cuba, sucede igual que con internet: debes tener familiares en el exterior, estar en negocios ilícitos o prostituirte.

Los teléfonos de los ciudadanos que se oponen al Gobierno son interrumpidos cuando hay algún evento y las llamadas son escuchadas todo el tiempo por la Policía Politica. La comunicación en Cuba es todo un desafío para el que quiera verdaderamente construirla.

¿Cuánto cuesta comer diariamente?

En Cuba comer una comida sencilla todos los días es un desafío. Muchas personas se van a trabajar, si se le puede llamar trabajo, sin desayunar, porque no tienen nada. El almuerzo muchas veces se extiende a las 6:00 p.m. porque en la noche no habrá nada que comer, y por lo tanto comes tarde para sostenerte hasta acostarte; esto es algo muy común en Cuba. Da lástima ver a los padres de familia, cuando sus hijos les dicen que tienen hambre, y como es natural en la nación, no tienen dinero para comprarles algo de comer.

Imagínese que en una casa viva una familia de cuatro personas donde trabajen el padre y la madre, y que sus salarios sean los mínimos, 225.00 CUP ($8.5), suman 450 pesos ($16.9), imaginémonos que compren cuatro panes diarios y que cada pan cuesta un peso, en un mes que traiga 30 días, son 120 pesos, ¿cuánto les queda de ambos sueldos? 330 pesos ($12.5), esto en panes nada más, y eso que al día una persona consume más de uno; imagínese una comida para esas cuatro personas todos los días al mes, esto un ejemplo de los muchos.

¿Y la tarjeta de racionamiento, qué incluye?

La tarjeta de abastecimiento o racionamiento es una pequeña libreta en la cual están normados los productos de la canasta básica que llegan a cada uno de los ciudadanos mensualmente y que el Estado usa como una de sus herramientas políticas para hacerles ver a las masas su supuesta preocupación por ellas. Asignándoles una cuota de:

Arroz ______________ 5 Libras

Frijoles_____________10 onzas

Azúcar­­­­­­­­­­­_____________4 Libras

Aceite­­­­­­­­­­­­­­­­_____________250 ml

Sal________________1 paquete de 1 Kg x 3 meses

Pollo______________17 onzas

Huevos____________5 unidades

Picadillo de Soya_____8 onzas

Leche en polvo______3 Kg a los niños

Independientemente de que lo que dan es muy poco, aún administrándolo de la mejor manera, no alcanza para sobrevivir. Si hablamos de la calidad de los productos, es pésima, ya que en casos como el de los frijoles y el arroz, llegan con suciedad y baja calidad, al igual que la sal y el azúcar. A pesar de que Cuba es una isla, a los cubanos les es muy difícil consumir productos del mar. En las carnicerías se aglomeran tantas personas cuando llega el pollo que parece que se está celebrando una boda.

A pesar de toda esta problemática, el Gobierno coloca, en las tiendas que venden en CUC., una gran gama de productos alimenticios de gran calidad, tanto nacionales como importados, a precios muy elevados. Por ejemplo, la carne de res cuesta 10.50 CUC ($10.50), una lata de sardinas, 2.75 CUC ($2.75)., un jugo de frutas, 2.25 CUC ($2.25), etc.

Una bodega en Cuba donde se compran productos racionados. (Yusnaby Perez)

¿Cómo funciona el sistema de pendrives para compartir información?

Esta es una alternativa para la información que el cubano está utilizando para romper la censura implantada por los Castro desde hace ya más de 55 años. Los programas televisivos en Cuba deben de estar acordes con la ideología del comunismo, y la televisión nunca ha admitido ningún programa de corte capitalista.

Cuba, al abrirse al turismo, creó una fisura, y así entro la realidad del mundo. Los hoteles cuentan con tv satelital, y los empleados que tuvieron que ver con esto, empezaron a grabar programas televisivos y a comercializarlos a través de estos Pen drive, pasándose así la información de una mano a otra, con lo cual se ha generado un negocio ilícito de grabación de diferentes productos televisivos que ha permitido que el cubano cambie su manera de ver las cosas, en diferentes direcciones.

 

Belén Marty es Lic. en Comunicación por la Universidad Austral. Actualmente cursa el Master en Economía y Ciencias Políticas en ESEADE. Conduce el programa radial “Los Violinistas del Titanic”, por Radio Palermo, 94,7 FM.