Esta podría ser la semana más movida de la economía global en 2019

Por Alejandro Tagliavini. Publicado el 30/7/19 en: https://www.ambito.com/esta-podria-ser-la-semana-mas-movida-la-economia-global-2019-n5045560

 

La Reserva Federal (Fed) de EE.UU.

Mañana la Fed reduciría las tasas, luego de más de diez años, en un cuarto de punto, aunque algunos apuestan hasta por medio punto porcentual, intentando sostener el crecimiento y acotar la inflación. Hoy saldrían en EE.UU., los índices de salarios, ventas de viviendas y confianza del consumidor. Luego, el jueves, el dato de manufacturas (ISM) mostraría una expansión.

El viernes, las estadísticas sobre comercio evidenciarían la guerra con China y el informe de empleo mostraría una ganancia de 166.000 puestos, menos que los 224.000 de junio. La próxima semana, el Tesoro dirá cuánto crédito necesita dados los crecientes déficits presupuestarios.

EE.UU. se frena, creció 2,1% en el segundo trimestre frente al 3,1% del primero, aun así, continua la reactivación iniciada hace 10 años, la más larga de su historia, y la más mediocre, con un crecimiento promedio de 2,3%.

En Asia, esta semana se retoman las negociaciones entre EE.UU y China. El Banco de Japón, hoy reafirmaría su intención de bajar tasas para evitar una apreciación del yen, si la Fed recorta las tasas, dado que los datos este martes mostrarían que la producción industrial se contrajo nuevamente en junio debido a la floja demanda externa.

En China, Corea del Sur, Australia, Indonesia y Tailandia se conocerán esta semana índices que mostrarían una ralentización de las economías y el comercio global. Y, hablando de China, el Índice de las 500 mayores empresas globales de Fortune, hace 30 años tenía 167 estadounidenses, 111 japonesas y ninguna china. En su última edición, de la semana pasada, tiene 121 de EE.UU., 119 chinas, y 52 japonesas. Ahora, de las empresas chinas, el 69,9% son estatales y subsidiadas.

Por cierto, nadie cree los datos chinos. Para Yingyao Hu, de la Universidad J. Hopkins, el crecimiento es 1,8% inferior, lo que supone un respetable 4,4% pero no el 6,2% oficial. Y, según Greg Ip del The Wall Street Journal, el milagro chino genera aumentos del PBI per cápita inferiores a los del japonés, taiwanés y coreano.

En Europa el BCE se preparó, la semana pasada, para el recorte de tasas en septiembre y la compra de bonos. Hoy se conocería otro descenso en la confianza de la zona y, mañana, que la economía se desaceleró en el segundo trimestre a la mitad del 0,4% del primero y que la inflación languidece debajo del objetivo del BCE de 2%. El Banco de Inglaterra publicará sus previsiones el jueves, que se moderarían al acercarse la fecha límite del Brexit, el 31 de octubre.

En América latina, el banco central de Brasil podría reducir las tasas mañana. El jueves, los datos industriales de julio aclararían si entró en recesión técnica en el primer semestre y México, mañana, sabrá si la evitó al publicarse los datos preliminares del segundo trimestre.

Entretanto, en Argentina, el Índice de Confianza del Consumidor de la UTDT mejoró en julio 8,9% respecto a junio, y 21,9% i.a., mostrando que la propaganda oficial es exitosa porque, aunque el PBI haya cortado una caída continua de 12 meses, ni el consumo ni el empleo mejoran.

La actividad económica creció 2,6% i.a., según el EMAE del Indec y subió 0,2% respecto de abril. Pero lo único que se ve es que el agro hizo un aporte en efectivo y circunstancial -creciendo 49,5%- compensando la baja de casi todos los sectores, como el comercio, la actividad manufacturera y financiera que bajo 16% por la contracción del crédito, evidenciando que la economía sigue cayendo.

Y con las PASO cerca, según analistas citados por Bloomberg, después de los retornos en 2019 de las acciones de más de 30%, y el mejor carry trade del mundo, con un retorno de 14%, muchos podrían tomar ganancias.

Con todo, el FMI -optimista- estimó que en 2019 la economía caerá 1,3%. Y hablando del FMI, reafirmando su neokeynesianismo, con motivo de su 75º aniversario del 22 de julio, reproduce en su web un artículo (“Lord Keynes Pays a Visit”) donde imaginariamente Lagarde explica a Keynes el porqué del leve desvío de su proyecto inicial.

El daño más grande del -multi- estatal FMI es el ideológico, al convencer a sectores conservadores de que es necesario “un ajuste doloroso”, recortar gasto en base a baja de sueldos y pensiones.

Falacia que viola las leyes económicas desde que este “ajuste”, a igualdad de condiciones, solo provocará una caída en el consumo -ergo, el PBI, la recaudación fiscal…- obligando a aumentar la presión impositiva. Cuando, por donde debe empezarse, es por desregular al mercado, permitiéndole expandirse, y vender propiedades estatales deficitarias y, así, licuar el gasto al tiempo que se bajan los impuestos.

Además, esto de que, del mal –el “ajuste doloroso”- puede surgir un bien, viola las leyes de la lógica: de Identidad, de No contradicción, del Tercero excluido y de la Razón suficiente. Del mal solo puede -y surge- mal.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE. Síguelo como @alextagliavini 

Elecciones en Brasil: la democracia necesita recuperar confianza

Por Constanza Mazzina. Publicado el 9/10/18 en: https://www.infobae.com/opinion/2018/10/09/elecciones-en-brasil-la-democracia-necesita-recuperar-confianza/

 

Con reglas electorales como las de nuestro país, hoy Jair Bolsonaro sería ya presidente electo de Brasil. El titular de algún diario diría: «Bolsonaro es el nuevo presidente» en lugar de «Bolsonaro a ballotage». Sin embargo, en el país vecino, si ningún candidato se alza con la mitad más uno de los votos, se procede a la segunda vuelta. En cierto sentido, el sistema obliga a los candidatos a buscar mayorías, y si no las encuentran, a construirlas, por lo tanto, a formar coaliciones.

La sorpresa radica en la gran distancia que hay en esta primera vuelta entre el primero y el segundo candidato. Léase, que el segundo contendiente es el candidato del partido de Lula da Silva. ¿Son estos resultados realmente sorprendentes? América Latina muestra, desde hace algunos años, un deterioro de la democracia. El desencanto con la democracia se ha hecho presente y ha llegado para quedarse. ¿Son los lideres populistas hijos de los ciudadanos desinteresados y desencantados de y con la política? ¿Asistimos a una espiral ascendente entre apatía y populismo? ¿Perder la confianza en los políticos es sinónimo de perder la confianza en la democracia?

El informe de Latinobarómetro para el 2017 señalaba (sin referirse específicamente al caso que hoy comentamos, pero haciendo un déjà vu sobre los resultados que ahora conocemos): «Hoy la derecha y la izquierda compiten en una cancha más pareja que al inicio de la transición, poniendo a prueba el sistema de partidos (…) Da la impresión de que la izquierda también perdió el halo de superioridad moral que le daba ventaja al inicio de la transición, entrando como un competidor más a la cancha, y a veces siendo reemplazada también por independientes. El resultado de estos mayores grados de libertad de elección que se han tomado los latinoamericanos con una fuerte crítica al poder político».

El mismo estudio mostraba que la percepción de la corrupción en Brasil para el 2017 se ubicaba en 7,4, donde 10 es mucha y 0 es ninguna. Para el mismo 2017, otra institución, Transparencia Internacional, señalaba que Brasil se encontraba en el puesto 94 del ranking —que encabeza Nueva Zelanda—, y comparte ese puesto con Zambia, Tailandia y Colombia, entre otros. El puesto 180, el final de la tabla, lo ocupa Somalia. Además, la media global de transparencia se ubica en 43,07 y Brasil medía en el índice de percepción de la corrupción (IPC) solo 37 puntos. Veámoslo así: un puntaje de 100 indica que la percepción es que no hay corrupción, un puntaje de 0 indica una percepción de la corrupción muy alta, Nueva Zelanda tiene 89 puntos, Somalia, 9.

Hace algunos años, Mainwaring y Pérez Liñán indicaban la importancia de lo que ellos llamaron la «preferencia normativa por la democracia», esto es, el valor intrínseco de la democracia más allá de los resultados. El compromiso de los valores democráticos se expresa, por ejemplo, en el reconocimiento de la derrota electoral en lugar del cuestionamiento de sus resultados. Hoy, los resultados electorales de Brasil muestran que los ciudadanos están dispuestos a votar prospectivamente, es decir, por lo que el candidato promete que va a hacer, y que retrospectivamente ven lo que hizo el PT (nótese la mala elección de Dilma Rousseff) y por eso no lo votan (permítanme la simplificación). Pero, además, el desencanto democrático lleva a creer en soluciones providenciales.

El resultado muestra una crisis de confianza en los líderes y los partidos tradicionales, y a su vez, reflota la posibilidad de que alguien solucione mágicamente todos los problemas. Las sociedades que logran construir confianza son aquellas en las que sus líderes dan cátedra de ejemplaridad.

 

Constanza Mazzina es doctora en Ciencias Políticas (UCA), master en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE). Fue investigadora de ESEADE, Fundación F. A. von Hayek y UADE. Fue docente de la Universidad del Salvador en grado y postgrado y en el postgrado en desarme y no proliferación de NPSGlobal. Es profesora de ciencia política en la Fundación UADE.

Consigna: castigar a los pobres

Por Alejandro A. Tagliavini. Publicado el 12/11/15 en:  http://www.la-razon.com/opinion/columnistas/Consigna-castigar-pobres_0_2379961982.html

 

Un niño apátrida nace en el mundo cada diez minutos”, titulaba un periódico haciendo gala de incoherencia. “Patria” es la “tierra de los padres”, entonces es imposible que un niño nazca sin ella. Pero, luego, el mismo periódico aclara que: “No tener nacionalidad puede condenar ‘a una vida de discriminación y desesperanza’, informó la Agencia de la ONU para los Refugiados”.

Ahora sí, la ONU confunde patria con “nacionalidad”. Mientras que la patria “la da Dios” —nadie elige la tierra de sus padres, le viene dada—, la nacionalidad es un invento de los políticos que establecen fronteras dentro de las cuales se arrogan el monopolio de la violencia sobre la que basan su “autoridad”. A diferencia del mercado natural, donde las relaciones son voluntarias y surgen de los acuerdos que sirven a las partes —y esto es servir—, esta “autoridad” se basa en la arbitrariedad de quién, finalmente, empuña el arma para hacer cumplir la “ley” de un político.

Con esta “autoridad” cobran impuestos que utilizan para —luego de pasar por una burocracia que se queda con parte— dar servicios como “justicia, seguridad, educación” y otros, según los países. Suena lógico, entonces, que no tengan carnet de ciudadanos quienes no pagan impuestos y, por tanto, no tendrían derecho a los “servicios”. Pero el punto no es ése, sino que, a quienes no tienen “nacionalidad”, se les prohíbe trabajar, y otras cosas, con lo que no pueden vivir.

Cada diez minutos nace un niño sin nacionalidad, un problema agudizado por el conflicto en Siria que provocó la peor crisis migratoria en Europa desde 1945. Muchas mujeres han dado a luz en el camino. El conflicto ha dejado al 25% de los hogares de los refugiados sin un padre para acreditar su nacionalidad. El certificado de nacimiento se convierte así en la única manera de demostrar la ciudadanía, según la ONU, que asegura que el registro del nacimiento es de “vital importancia” para muchos niños que fueron separados de sus padres.

La discriminación, ya sea por motivos étnicos, religiosos o de género, sigue siendo la principal causa de “apatridia”. En los países —Birmania, Costa de Marfil y Tailandia—donde viven las 20 poblaciones “apátridas” más numerosas, al menos 70.000 niños en esta situación nacen cada año. Ahora sí nos entendemos, lo que están diciendo es que hay niños a los que los políticos se niegan a darles “nacionalidad”.

La ONU quiere “eliminar el estatuto de apátrida” antes de 2024 y para ello insta a permitir a los menores obtener la nacionalidad de los países donde nacieron, a abrogar las leyes que impiden a las madres transmitir su nacionalidad, a suprimir las prácticas discriminatorias, y a garantizar el registro universal de nacimientos.

El corolario de esta “autoridad” es que perjudica al que es físicamente más débil. Y se nota en la creación de pobreza por parte del Estado al cobrar impuestos que, supuestamente, pagan los ricos pero que necesariamente son derivados hacia abajo, por ejemplo, subiendo precios o bajando salarios. Por caso, según la CEPAL, dentro de América Latina, en 2014 existían 167 millones de personas en situación de pobreza —28% del total de la población—, de los cuales 71 millones —12% del total— se encontraban en la indigencia. Ahora niños, mujeres, jóvenes, adultos mayores, discapacitados, pueblos indígenas y afrodescendientes son quienes más sufren discriminación, carencia o vulnerabilidad.

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Es Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

El Fondo Monetario Internacional

Por Gabriel Boragina. Publicado el 11/5/14 en: http://www.accionhumana.com/2014/05/el-fondo-monetario-internacional.html

 

«Fondo Monetario Internacional. Agencia especializada de las Naciones Unidas creada en 1945 como parte de los acuerdos de Bretton Woods. Su principal propósito es facilitar la expansión equilibrada del comercio internacional alentando la estabilidad de las tasas de cambio y la cooperación internacional en materia monetaria. El FMI, concretamente, otorga préstamos de corto plazo para equilibrar la balanza de pagos de los países miembros, busca la eliminación de barreras comerciales y auspicia la convertibilidad de las monedas a tasas estables.

`Desde el principio de los años sesenta sus miembros, que llegan al centenar, tienen una cuota expresada en dólares americanos que determina su poder de voto y sus derechos como prestatarios y como prestamistas. El Fondo actúa como banquero entre sus miembros, prestándoles las divisas que necesitan: el prestatario las compra con su propia moneda, comprometiéndose a utilizarlas para reducir sus déficits comerciales. En los últimos años el FMI ha cooperado en la renegociación de la gran deuda externa contraída por muchos países en desarrollo, otorgando préstamos a largo plazo y facilitando fondos para la recompra de la deuda por parte de esos países.»[1]

Este organismo estatal funciona a la manera de un gran banco central. Es decir, su objetivo real (y el que en los hechos ha venido cumpliendo) consiste en monopolizar la moneda. Los «miembros» de este «banco mundial de bancos» como se lo ha llamado, son gobiernos y no empresas ni particulares. Por lo que se opone tanto al liberalismo como al capitalismo, en tanto estos últimos postulan una moneda libre del control estatal y político.

«Las burocracias internacionales como el FMI y el Banco Mundial financian o ayudan a financiar alegremente a los gobiernos más corruptos del planeta. En realidad la deuda pública significa la inmoralidad de comprometer coactivamente los patrimonios de futuras generaciones que ni siquiera han participado en la elección de los gobiernos que contrajeron la deuda.»[2]

Los préstamos que el FMI otorga a los gobiernos del mundo no son, desde luego, financiados con dinero de los burócratas que dirigen y controlan al FMI, y los pagos y cancelaciones que los prestamistas hagan de los mismos tampoco son abonados con dinero proveniente del patrimonio personal de gobernantes y su séquito de burócratas. Todo el movimiento financiero entre el FMI y los gobiernos recipiendarios se hace siempre -y desde 1945- a costa del patrimonio de los habitantes de los países cuyos gobiernos despilfarran sus recursos de esa manera, complicando, como se expresa antes, a varias generaciones posteriores que no intervinieron en las decisiones de terceros ajenos a ellos que, finalmente, los terminarán perjudicando.

Vemos los efectos de la actuación real del FMI:

«Cuando Ferdinand Marcos fue derrocado, dejó a Filipinas con una deuda externa de 26.000 millones de dólares, en gran parte con el Banco Mundial. Una investigación posterior descubrió que, por lo menos 10.000 millones de éstos habían sido “desviados” a cuentas bancarias en Suiza, de las cuales prácticamente nada se recuperó. En 1981, el FMI transfirió 22 millones de dólares al Tesoro de Haití. Luego descubrieron que habían sido retirados por el presidente Duvalier para su uso personal.»[3]

Naturalmente, los casos mencionados arriba se multiplican a lo largo y a lo ancho del mundo entero desde la misma creación del FMI, máxima expresión -a mi juicio- del socialismo e izquierdismo monetario más absoluto. Cabe señalar que, en los hechos citados arriba, esos «préstamos» estaban destinados supuestamente a mejorar las condiciones de vida de los filipinos y haitianos. Las únicas vidas que efectivamente mejoraron -como observamos- fueron las de F. Marcos y Duvalier. Pero –insistamos- que estos resultados son los que a diario también se suceden en los demás países desde la misma creación del FMI.

El Fondo Monetario Internacional ocasiona conflictos sociales de gran envergadura, lo que es contrario a un orden liberal/capitalista:

«Si los alimentos se encarecen mensualmente en un 2%, será muy improbable que estalle una rebelión. Significa que en 12 meses el aumento asciende a más del 26%. Pero si el aumento se diera de una sola vez, no se podría imponer sin protestas ni disturbios.

Ejemplo: muchos países, como Túnez, Indonesia y Tailandia, tuvieron experiencias con el aumento radical de los precios de los alimentos básicos por presión del FMI o del Banco Mundial; una estrategia de pequeños pasos hubiera podido evitar los disturbios y las luchas.»[4]

Debe recordarse que en un sistema liberal-capitalista (o capitalista-liberal, que es lo mismo, al fin de cuentas) el precio de los alimentos (o de cualquier otro bien o servicio) no sube, sino que tiende a permanecer en su nivel, e inclusive a bajar, por efecto de la mayor oferta que –a su turno- es el necesario resultado de la libre competencia entre los productores del bien en cuestión.

«No se pueden exagerar los efectos del imperialismo occidental, real o supuesto, en el surgimiento del fundamentalismo. En muchos países del Tercer Mundo, el comercio internacional y el sector secular del intercambio de conocimientos, la transferencia de tecnologías, la industria moderna y la actuación del FMI y del Banco Mundial aparecen como acciones explotadoras, colonialistas de las potencias occidentales.»[5]

El FMI representa, en efecto, un verdadero fundamentalismo de orden monetario, de explotación monetaria y crediticia, que el partidario de una sociedad libre o abierta combate enérgicamente.

El Fondo Monetario Internacional es instrumento de corrupción:

«Aparentemente hay un alto riesgo de corrupción… Tal es el caso, por ejemplo,…cuando aportadores internacionales de fondos (FMI, Banco Mundial, UE, etc.) inician grandes proyectos de desarrollo»[6]

Es por eso que ilustres liberales y excelentes pensadores pro-capitalistas han postulado el cierre definitivo de estos organismos estatales internacionales.

 

 

[1] Carlos Sabino, Diccionario de Economía y Finanzas, Ed. Panapo, Caracas. Venezuela, 1991. Voz respectiva.

[2] Alberto Benegas Lynch (h) EL LLAMADO “PENSAMIENTO ÚNICO” pág. 2

[3] Alberto Benegas Lynch (h) – Martin Krause. En defensa de los más necesitados. Editorial Atlántida. Buenos Aires, pág. 335

[4] Schröder, Peter. Estrategias políticas. ISBN 0-8270-4733-9. pág. 115

[5] Schröder, Peter. Estrategias …ob. cit. pág. 293

[6] Schröder, Peter. Estrategias …ob. cit. Pág. 300

 

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE.  Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero.