Etiqueta: Sociología
El intervencionismo económico genera empresarios amigos del poder, no de los consumidores.
Por Martín Krause. Publicado el 21/10/14 en: http://bazar.ufm.edu/el-intervencionismo-economico-genera-empresarios-amigos-del-poder-no-de-los-consumidores/
Mises escribe (“The Myth of the Failure of Capitalism”):
“Antes que existiera la economía política, se creía que cualquiera que tuviera poder y la determinación de usarlo podía hacer lo que quisiera. Pero aun si el poder de quienes sustentaban autoridad era considerado ilimitado y omnipotente, los sacerdotes advertirían a los gobernantes que debían moderarse en el uso de su poder para la salvación de sus almas.
Esta visión fue destruida con la fundación de la sociología y el trabajo de una gran número de intelectuales, entre los cuales los nombres de David Hume y Adam Smith brillan en forma destacada. Se descubrió que el poder social es algo moral e intelectual, no algo material o ‘real’ en el sentido vulgar del término, como antes se pensaba. Y se comprendió que existe una unidad inevitable en los fenómenos del mercado que ni siquiera el poder puede destruir. Se descubrió que en la arena social hay algo funcionando que incluso los que detentan el poder no pueden torcer y que, al buscar sus objetivos, se deben ajustar a ello no muy diferente de como se someten a las leyes de la naturaleza. En toda la historia del pensamiento humano y las ciencias, nunca hubo un descubrimiento mayor.”
“Comenzando con el reconocimiento de las leyes del mercado, la economía política demuestra los efectos cuando el poder político y la fuerza intervienen en el funcionamiento del mercado. Una intervención aislada no puede alcanzar los fines para los que fue aplicada por las autoridades y lleva a consecuencias que son indeseables aun desde la perspectiva de quienes detentan el poder. Así, aún desde la perspectiva del intervencionista, los efectos son inútiles y dañinos.”
“El argumento utilizado para hacer responsable al capitalismo de por lo menos alguna de estas cosas se basa en la idea de que los emprendedores y capitalistas ya no son liberales sino que se han vuelto intervencionistas y estatistas. Esto es cierto, pero las conclusiones son erróneas. Esas conclusiones se basan en una visión marxista insostenible de que los emprendedores y capitalistas protegieron sus especiales intereses de clase a través del liberalismo durante el auge del capitalismo, pero ahora, en el período de su declive, protegen sus intereses a través del intervencionismo. Así, supuestamente se muestra que la ‘economía regulada’ bajo el sistema intervencionista es un sistema económico históricamente necesario para esa fase del capitalismo en la cual nos encontramos ahora. Pero la idea que la Economía Clásica y el Liberalismo eran la ideología (en el sentido marxista del término) de la burguesía es una de las tantas doctrinas marxistas absurdas. Si los emprendedores y capitalistas pensaron como liberales en Inglaterra en 1800 y piensan como intervencionistas, estatistas y socialistas en la Alemania de 1930, la razón de esto es que incluso los emprendedores y capitalistas están en manos de las ideas predominantes del momento. Los emprendedores tienen intereses especiales que podrían haber sido protegidos por el intervencionismo y dañados por el liberalismo en 1800 no menos que en 1930.”
“Ahora, a los grandes emprendedores se los llama ‘líderes económicos’. La sociedad capitalista no conoce de ‘líderes económicos’. La diferencia característica entre una economía socialista y una capitalista se basa precisamente en el hecho de que los emprendedores y los dueños de los medios de producción no siguen otro liderazgo que no sea el del mercado. La costumbre de llamar a los directores de grandes empresas como líderes económicos significa que esas posiciones generalmente se consiguen no a través del éxito económico sino de otros medios.”
“En el estado interventor ya no es de crucial importancia para el éxito de una empresa que el negocio se maneje de una forma que satisfaga la demanda de los consumidores de la mejor y menos costosa forma. Es mucho más importante que uno tenga “buenas relaciones” con las autoridades políticas que la intervención actúe en beneficio y no en perjuicio de la empresa. Un poco más de protección arancelaria para los productos que la empresa fabrica y un poco menos para los insumos que utiliza puede ser mucho más beneficios que una mayor eficiencia manejando el negocio. No importa cuán bien se maneje una empresa, fracasará si no sabe proteger sus intereses en el diseño de aranceles y en la relación con las autoridades. Tener “contactos” se vuelve más importante que producir bien y barato.”
Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).
¿Deben los científicos sociales especializarse en un campo de estudio o ser más bien generalistas?
Por Adrián Ravier. Publicado el 17/1/13 en http://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2013/01/17/deben-los-cientificos-sociales-especializarse-en-un-campo-de-estudio-o-ser-mas-bien-generalistas/
Ante esta pregunta, existen dos citas de Ludwig von Mises que vienen a mi mente:
“Lean todo lo que sus profesores les indican leer. Pero no lean solo eso. Lean más. Lean todo acerca de un tema, desde todos los puntos de vista, ya sean socialista-marxista, intervencionista o liberal. Lean con mente abierta. Aprendan a pensar. Solo cuando conozcan su campo desde todos los ángulos podrán decidir que es correcto y que es falso. Solo entonces estarán preparados a responder a todas las preguntas, inclusive las que les hagan sus opositores”.
Ludwig von Mises; “Autobiografía de un liberal”, 1973.
“Nadie puede ser un buen economista a menos que esté versado en matemática, física, biología, historia y jurisprudencia, además de un buen manejo de idiomas”.
Ludwig von Mises; “El fundamento último de la Ciencia Económica”, 1962.
Si pudieramos hoy entrevistar a autor clásicos como Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill e inclusive a Karl Marx, mi impresión es que todos afirmarían que Mises tiene razón. Marx fue un experto en varios temas, desde la filosofía y la economía, hasta la sociología y la historia. Aun John Maynard Keynes tiene contribuciones en diversos campos. Independientemente del acuerdo o desacuerdo que tengamos con sus aportes, Friedrich Hayek o Paul Samuelson han obtenido fama justamente por ser de los pocos economistas modernos que jamás abandonaron el estudio multidisciplinar.
El mundo, sin embargo, ha cambiado. Hoy un economista que maneja el inglés posiblemente no necesita saber alemán, francés o español. Desde luego, que sería mejor que sí conozca estas lenguas, pero la mayor parte de las contribuciones hoy se realizan en inglés.
Al mismo tiempo, las revistas científicas exigen un nivel de especialización en los artículos que reciben, que necesariamente son el resultado de una visión acotada de sus autores. La literatura es tan amplia en cada uno de los campos, que si alguien quiere contribuir a cualquiera de ellos, necesita especializarse.
Pienso ahora mismo en los autores modernos que generalmente citamos en este blog: Roger Garrison se especializó en macroeconomía; Lawrence H. White o George Selgin se especializan en teoría monetaria; Gabriel Zanotti se especializa en filosofía de la ciencia y en particular en la epistemología de la economía; Martín Krause es experto en temas institucionales; Peter Klein es conocido por sus contribuciones sobre teoría de la firma, Roberto Cortés Conde o Ezequiel Gallo son grandes historiadores, etc etc etc. Por supuesto que todos ellos tienen cierto conocimiento sobre historia del pensamiento económico y hasta pueden ofrecer un curso general de introducción a la economía cubriendo todos los campos de la disciplina. Pero difícilmente tengan un manejo profundo de la literatura de todos los campos, y desde la perspectiva de los diversos enfoques.
¿Cuál es entonces la mejor estrategia a seguir? Ser generalista, como lo fueron en otros tiempos los autores clásicos, aun a costa de perder un lugar en las revistas más renombradas. O ser un especialista, lograr un lugar destacado en los mejores journals, pero a costa de perder una más completa y compleja lectura del mundo.
Adrián Ravier es Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Master en Economía y Administración de Empresas por ESEADE y profesor de Macroeconomía en la Universidad Francisco Marroquín.