Hay dos posibilidades. Ser políticamente correctos y seguir eligiendo entre los políticos que “gobiernan” desde hace años con, básicamente, los mismos modelos y seguir escuchando a los gurúes -como los del REM cuyos registros históricos muestran que son “erradores” profesionales- o podemos ser políticamente incorrectos y cambiar todo. Aunque no dudo de que Argentina seguirá por el camino “correcto” dado su proverbial y fuerte conservadurismo.
Y, por cierto, entre los “erradores” está el FMI que dice -con desparpajo- que hizo todo lo posible cuando basta ver los registros para encontrar que su “ayuda” se basaba en su afirmación de que la economía iba bien. Y tiene en esto razón la izquierda radical al exigir que este organismo se haga cargo junto con la “patria financiera” gran beneficiaria de la bicicleta, el rulo, el bucle, el teñido blue y los todos efectos de peluquería que vendrán en la medida en que el Gobierno introduzca regulaciones logrando que el dólar sea la mejor inversión.
Bonos y acciones operaron en alza el día posterior a cuando Alberto Fernández (AF) dijo que intentaría evitar quitas del capital en el pago de bonos y buscaría una reestructuración de la deuda “al estilo uruguayo”. Pero resulta que en el medio está el FMI que, como buen banco -multi- estatal, es estatista y lo hace a costa del sector privado, el mercado y por tanto siempre exige una quita a los privados -como en el caso de Ucrania en 2015- o un aumento de impuestos de modo de lograr un superávit primario para hacer frente a los intereses a cambio de sostener los desembolsos que faltan.
El entonces ministro de Economía uruguayo reconoce que “Nos peleamos con el FMI. Se realizó una política de apertura comercial, firmamos acuerdos de inversiones con EE.UU. y México, políticas de cielos abiertos y una baja en la presión impositiva”.
Pero pareciera que AF estaría pensando en aumentar los impuestos sobre los más ricos -sobre los bienes personales- no para los blanqueados, sino sobre todos los activos del exterior. Por cierto, en España estos impuestos se cobran a partir de €700.000 con una exención por patrimonio inmobiliario de €300.000 y con tasa entre 0,2% y 3,5% en 2018 siendo el más alto del mundo. En cambio, en Argentina el mínimo imponible ronda los u$s19.000 y tasa de 0,75%.
Ahora, a los políticos no les conviene decir que no importa a quién ni cómo estén dirigidos los impuestos, siempre terminan siendo derivados hacia abajo -subiendo precios, bajando salarios, etc.- hasta llegar al más pobre. De hecho, la “presión fiscal total” –impuestos, más inflación más tasas exageradas- es la principal causa de pobreza ya que es dinero retirado del mercado que pasa por una tremenda burocracia, cuando no corrupción, para volver poco a los millones de argentinos.
Y así es como Macri consigue aumentar la pobreza, agrandando al Estado en relación al sector privado. Por caso, según el Indec, el empleo público presentó otra suba en julio de 0,7% i.a., cuando en el sector privado cayó 2,1% y los monotributistas bajaron en 0,7%. En tanto que los salarios aumentaron un 34,7% i.a. en el sector privado no registrado, 44% en el registrado y 46,5% en el sector público.
Hasta diciembre el Tesoro tendrá necesidades financieras cercanas a los $530.00 M y u$s6.600 M y probablemente el cierre del programa financiero 2019 requerirá de la “asistencia monetaria” del BCRA, léase inflación. El problema es el 2020 ya que faltarían entre u$s25.000 y 40.000 M para cubrir el déficit.
Así las cosas, AF debería pasar de un déficit global de 3% del PBI a un superávit de un 2%, para poder pagar al menos los intereses de la deuda, un ajuste fiscal global de 5% del PBI lo que significaría un “ajuste salvaje”, una política fuertemente contractiva en 2020-2021 cuando la recaudación impositiva languidece y va para peor.
La próxima campaña agrícola 2019-2020 verá reducida su volumen de producción en 3%, según la BCBA, lo que no es un dato menor ya que el PB Agrícola aporta 1,6% al crecimiento de la economía en 2019 y u$s28.500 M en exportaciones, prácticamente el único oferente neto de divisas. En 2020, se registraría una caída en el valor de las exportaciones del orden del 8%. Vaca Muerta, la otra “gallina de oro”, hasta ahora “crece” gracias a aportes y subsidios estatales con lo que deberá sincerarse, es decir, quedar completamente en manos del mercado para ver si es rentable o un muerto con cara de vivo.
Así las cosas, viene más tiempos de economía débil a menos que se sea políticamente incorrecto. Lo que la izquierda radical no dijo es que también es responsable, junto al FMI y “la patria financiera”, el Estado que tiene la llave de todo esto. Argentina debería de una vez por todas reconocer que es un deudor serial desde hace décadas y, por tanto, reconvertirse privatizando -o sea, sacarles a los políticos para entregar al mercado conformado por los millones de argentinos- y vendiendo propiedades inconvenientes, además de desregular fuertemente -desencorsetar- de modo que la economía pueda expandirse.
Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE. Síguelo como @alextagliavini
Por Nicolás Cachanosky. Publicado el 11/12/18 en: https://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2018/12/11/a-dos-meses-de-la-nueva-politica-monetaria/
Luego de las crisis cambiarías que afectaron a la economía Argentina desde Abril/Mayo de este año, un recambio de autoridades en el equipo económico derivaron en un nuevo plan monetario y un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El nuevo plan económico entró en vigencia en octubre de este año. A dos meses de haber implementado el nuevo plan, ya se puede comenzar a ver algunos resultados.
El nuevo plan monetario
El nuevo plan monetario (o “Plan Sandleris”, por el nuevo presidente del BCRA) se construye sobre metas de agregados monetarios y una nueva política cambiaria.
AGREGADOS MONETARIOS
Se dejan de lado las metas de inflación y la tasa de interés como instrumento de política monetaria y se pasa a utilizar la base monetaria (BM) como nuevo objetivo de política monetaria. La selección de la BM sobre otros agregados, como M2, obedece a que el BCRA tiene un control directo sobre la BM, pero no sobre M2 u otros agregados monetarios.
La regla consiste en tomar el promedio diario de la BM en el mes de octubre y utilizar este valor como un techo de cuál debe ser la BM a fin de junio del 2019. Esto quiere decir que la BM puede aumentar o disminuir mes a mes, pero en promedio debe mantenerse constante. Esta BM monetaria constante posee dos ajustes estacionales, uno en diciembre y otro en junio. En diciembre, el ajuste de la meta (o techo) de la BM es del 6.2% y en junio es del 2.45%.
En los dos primeros meses, el BCRA ha logrado sobre cumplir los objetivos de BM, lo cual deja lugar a se pueda expandir la oferta de dinero sin incumplir lo acordado con el FMI (por lo que hay lugar para alguna ingerencia en modificar la tasa de interés).
El siguiente gráfico muestra las metas de BM a fines del 2018 (rojo punteado), la base monetaria diaria (en gris) y el promedio acumulado (azul). En el último comunicado del BCRA, las autoridades monetarias han expresado la intención de volver a sobre cumplir la meta en diciembre por un mínimo de 16 mil millones de pesos.
Este frenazo monetario ha llevado a que las expectativas de inflación comiencen a desacelerarse e incluso descender. Parte del acuerdo con el FMI era mantener un piso de tasa de interés del 60% en las licitaciones de las Leliqs (Letras de Liquidez) hasta que las expectativas de inflación bajen por dos meses consecutivos. No quedaba claro del anuncio cómo se definía esta baja. Dos meses consecutivos donde la inflacion a una fecha determinada (por ejemplo fin del 2018) bajase o dos meses consecutivos donde una ventana fija (los próximos 12 meses) bajase? Según los últimos datos del REM, las expectativas de inflación a fines del 2018 se han mantenido constantes en los dos últimos meses, pero la inflación a 12 meses de la fecha de la encuesta ya muestra dos meses consecutivos de baja, por lo que el BCRA (con beneplacito del FMI) ha decidido remover el piso del 60% para la tasa de interés de referencia. La tasa de interés de las Leliqs ya se ubica levemente por debajo del 60%.
EL TIPO DE CAMBIO
En la nueva política cambiaria el tipo de cambio se mueve libremente dentro de una generosa banda de flotación (la zona de no intervención). Los límites inferiores y superiores se actualizan a un 3% diario hasta diciembre. El Comité de Política Monetaria decidió extender la zona de no intervención por otros tres meses actualizando sus límites a un 2% mensual.
Si el tipo de cambio cae por debajo del límite inferior, el BCRA tiene la opción (pero no la obligación) de comprar dólares en el mercado de cambios. Si el tipo de cambio supera el límite superior, entonces el BCRA se compromete a vender hasta 150 millones de dólares diarios. Como muestra el gráfico, en estos dos meses el tipo de cambio se ha movido dentro de la zona de no intervención, más cerca del límite inferior que del superior. Los futuros del tipo de cambio también se ubican dentro de la zona de no intervención (no incluidos en el gráfico).
Cuestiones Pendientes
Si bien las variables monetarias se mueven dentro de los objetivos establecidos, eso no quita que haya temas pendientes por resolver o que deban recibir atención
LEBACS Y LELIQS
A pesar de que el gobierno negase que las Lebacs fuesen un problema, lo cierto es que el mismo gobierno ha implementado y anunciado un plan de desarme de Lebacs. Los actos de gobierno, y lo anunciado en el acuerdo con el FMI, sugieren que las Lebacs sí son vistas como un problema por las autoridades monetarias.
Sin embargo, el plan parece ser más un canje que un desarme. A la par que el BCRA reduce el stock de Lebacs aumenta la emisión de Leliqs. La principal diferencia entre las Lebacs y las Leliqs es que las primeras podían estar en manos del público y de entidades financieras, mientras que las Leliqs sólo pueden estar en manos de entidades financieras. Uno de los argumentos para este cambio es que los bancos, al tener un mejor dominio del mundo financiero que el ciudadano medio, es menos proclive a comportarse de manera irracional (“animal spirits”?) y liquidar posiciones de Lebacs produciendo tensiones cambiarias inncesarias. Otro motivo más suspicaz es que es más fácil para el BCRA y el gobierno presionar a un grupo de bancos para que no liquiden posiciones de Leliqs que a un gran número de individuos tenedores de Lebacs.
Las Lebacs, así como las Leliqs, son deuda en pesos emitida por el BCRA. Como tales, son promeses de emisión futura que, al momento de concretarse pueden generar problemas si no hay un correspondiente aumento de la demanda de pesos. El monto de Lebacs y Leliqs sobre la BM es un indicador de la potencial expansión de la BM. Como se aprecia en el siguiente gráfico, desde la asunción de nuevo gobierno la emisión de deuda del BCRA se ha acelerado llegado a valores en torno al 150% de la BM. Luego de un descenso en el monto de Lebacs y Leliqs con la crisis cambiaria, el monto de ambas deudas se vuelve a incrementar ubicandose en 1.1 veces la BM.
EL PROBLEMA FISCAL
El nuevo plan económico incluye también una reducción más agresiva del déficit fiscal. Si bien pareciera ser que esta aceleración del déficit fiscal se está cumpliendo, hay también otras cuestiones a tener en cuenta.
El déficit que se debe reducir, según lo acordado con el FMI, es el déficit primario, que no incluye el pago de intereses. A octubre del 2018, el ahorro en el déficit primario es menor al aumento de pago de intereses. El equilibrio macroeconómico depende del déficit total, no sólo del primario. Si bien es cierto que es posible tener estabilidad con déficit fiscal (si la economía crece más rápido que el costo de la deuda), no es cierto que todo nivel de deuda es sostenible. El pago de intereses (incluyendo intra-sector público) se encuentran en niveles similares a los del 2001.Si bien esto tampoco quiere decir que una crisis o default sean inminentes, si explican la preocupación de los mercados por la situacion de la deuda soberana.
Hay otras dos variables que pueden afectar los resultados fiscales. Por un lado, una desaceleración económica puede hacer caer la recaudación en términos reales. Los últimos datos económicos están mostrando esta tendencia. Por otro lado, dentro de los ingresos el tesoro considera “rentas de la propiedad”, que son intereses ganados por los depósitos que el Tesoro hace cobrando las altas tasas de interés. Esto podría describirse como un financiamiento indirecto del BCRA al Tesoro, donde en lugar de darle pesos directamente paga elevadas tasas de interés.
A octubre, las rentas de la propiedad se incrementaron un 180%. A octubre, las rentas de la propiedad representan el 18% de los ingresos del tesoro. El aumento en las rentas de la propiedad explica el ahorro en el déficit primario. Una reducción en las tasas de interés, y por lo tanto de las rentas de la propiedad pueden llevar a una revisión de la política fiscal.
Nicolás Cachanosky es Doctor en Economía, (Suffolk University), Lic. en Economía, (UCA), Master en Economía y Ciencias Políticas, (ESEADE). Fué profesor de Finanzas Públicas en UCA y es Assistant Professor of Economics en Metropolitan State University of Denver.