Impuestos, acumulación y pérdidas

Por Carlos Rodríguez Braun. Publicado el 16/6/13 en en http://www.libremercado.com/2013-06-16/carlos-rodriguez-braun-impuestos-acumulacion-y-perdidas-68725/

Titulares de un artículo de Xavier Vidal-Folch en El País: «La diminuta Jersey acumula 140.000 millones de euros». «La UE y el G-20 se comprometen a combatir los paraísos fiscales«. «Los Veintisiete pierden un billón de euros al año por la evasión fiscal«.

Jersey no «acumula» mucho dinero, porque realmente no es suyo; los que acumulan allí son unos afortunados que han podido evitar pagar los enormes impuestos que los Estados obligan a sus súbditos a pagar fuera de allí. Este hecho obvio es sistemáticamente eludido por la corrección política, que se apresura a lamentar lo que «pierden» los Estados cuando no pueden pillar a algunas personas, y jamás lamenta lo que pierden los demás ciudadanos, es decir, la gran mayoría que no puede evitar que el poder político incursione contra su propiedad.

La evasión fiscal es un delito, pero no es como el asesinato o la violación, porque es un delito derivado de la acción del propio Estado, que después se presenta como el héroe que va a combatir el mal que él mismo ha generado. Por supuesto, el argumento de que si se acabara con el fraude fiscal entonces bajarían los impuestos que pagamos los desgraciados que no podemos evitarlo es un insulto a la inteligencia, que no tiene base alguna, ni teórica ni empírica.

Incluso una persona tan entregada al pensamiento único como Xavier Vidal-Folch no puede evitar reconocer la evidencia. Empieza solemne y colectivista: «El mundo aprieta contra los paraísos fiscales y el dinero sucio». Pero después de rasgarse las vestiduras ante «un flujo monstruoso», subraya que esos fondos “provienen en un tercio del narcotráfico y otros crímenes, que contaminan cuanto tocan”. O sea, que dos terceras partes no tienen nada que ver con el crimen…

En lugar de explorar ese dato tan interesante, que refuta el diagnóstico según el cual sólo la perversión explica que los Estados no recauden todo lo que desean, don Xavier se pierde en los cálidos senderos de la corrección política, y desvaría sugiriendo que los paraísos fiscales contribuyeron «enormemente al agravamiento de la crisis financiera», que la competencia fiscal es dañina y que el Estado es igual que la comunidad, lo que es, nótese, la síntesis del totalitarismo: «Bruselas calcula que ese agujero negro fiscal cuesta al año un billón de euros a los europeos». O sea, que los impuestos que sí pagan los europeos no les cuestan. O sea, que la culpa de los impuestos no es de quienes los recaudan sino de los que aún pueden escaparse de su (o)presión fiscal.

El Dr. Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE.

 

Chávez y Cristina, «uniendo» a América Latina

Por Alejandro A. Tagliavini. Publicado el 1/8/12 en http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/otroscolumnistas/chavez-y-cristina-uniendo-a-america-latina-alejandro-a-tagliavini-columnista-el-tiempo_12083114-4

 México asegura que el decreto de la Casa Rosada, que en junio terminó con el acuerdo automotor, es ilegal y que no habrá conversaciones con Argentina si no se levanta la suspensión del régimen de intercambio bilateral de autos, sumando así un nuevo capítulo a las tensas relaciones. La actitud argentina se debe al miedo por el creciente déficit en el comercio de automóviles con México, que llegó a 832 millones de dólares en el 2011.

El modelo represivo argentino no podía tener otra consecuencia que la destrucción y, como todo ente depresivo, no encuentra otra solución que encerrarse sobre sí mismo, asilándose del exterior a pesar de su demagógico discurso a favor de la «unión latinoamericana». Argentina es el país que más normas aplica para reprimir el comercio exterior, según el informe ‘Global Trade Alert’, del Centro de Investigación de Política Económica, sumando 168 medidas sólo desde el 2009. Los países más afectados por estas medidas fueron China, Brasil (otro «hermano» latinoamericano) y EE. UU., restricciones que afectan al 37 por ciento de los productos, porcentaje muy alto comparado con Alemania (2 por ciento) o EE. UU. (11 por ciento).

Tanta depresión, tanta cerrazón, tanto ánimo destructivo tiene consecuencias lógicas. Los latinoamericanos que más dinero enviaron a los paraísos fiscales entre 1970 y el 2010, según la Tax Justice Network (TJN), fueron Brasil (520.000 millones de dólares), México (417.000 millones), Venezuela (406.000 millones) y Argentina (399.000 millones). En proporción al tamaño de sus economías, Venezuela y Argentina son las primeras en la lista. Los fondos latinoamericanos en paraísos fiscales (2,058 billones de dólares) doblan su deuda externa (1,01 billones).

Dicho sea de paso, el dinero global en paraísos equivale al PIB combinado de EE. UU. y Japón (entre 21 y 32 billones de dólares), contando solo riqueza financiera, excluyendo activos como propiedades inmobiliarias. Según TJN, si esas sumas reportaran un rendimiento anual del 3 por ciento (que es bastante bajo) y se les aplicara un impuesto a los ingresos del 30 por ciento, se generarían entre 190.000 y 280.000 millones de dólares en ingresos fiscales anuales, casi el doble de la ayuda para el desarrollo aportada por los países de la Ocde.

En fin, son muchas las cosas que «unen» a los gobiernos de Argentina y Venezuela (además de su desesperación por aferrarse al poder como consecuencia de su estado depresivo). Entre las últimas, está su deseo de quedarse con toda la actividad energética posible. Chávez desaconsejó a la petrolera Repsol que realice su denuncia contra la Argentina, tras la expropiación del 51 por ciento de sus acciones, defendió la «recuperación» de YPF y aseguró que quiere que la petrolera participe en la explotación de hidrocarburos en su país.

Pero el presidente venezolano no solo alienta delitos como «expropiaciones» que no fueron, sino robos sin previo aviso, con uso de personal armado y sin compensación de ningún tipo, sino que es el principal aliado en América Latina de Irán, otro paria aislado del mundo civilizado. Así, ambos gobiernos intensificaron en los últimos años sus relaciones económicas y políticas.

Recientemente, el primero de cuatro petroleros gigantes destinados a Venezuela fue terminado por la compañía Sadra, relacionada con los Guardianes de la Revolución, la organización militar del fanático régimen islámico iraní. Chávez, que apoya el programa nuclear de Irán, asegura que juntos «destruirán el imperialismo».

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Es Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.