EL LIBERALISMO CATÓLICO

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 2/2/20 en: http://gzanotti.blogspot.com/2020/02/el-liberalismo-catolico.html

 

El liberalismo católico puede entenderse como una posibilidad histórica o una posibilidad teórica.

Como posibilidad teórica, este liberalismo se refiere a un liberalismo institucional (repúblicas democráticas con división de poderes y control de constitucionalidad) y fue desarrollado por autores como Lord Acton, Lacordaire, Montalembert, Ozanam, Rosmini, Luigi Sturzo y Jacques Maritain. En estos momentos es continuado por autores como M. Novak o Sam Gregg en el plano político. Ha tenido cierto apoyo del Magisterio en los documentos de Pío XII sobre la sana democracia, Juan XXIII en la Pacem in terris, la Declaración de libertad religiosa del Vaticano II y sobre todo en los discursos de Benedicto XVI al Parlamento Inglés y al Parlamento Británico.

Pero desde un punto de vista histórico, se podría decir que esta modernidad católica, como mundo posible, fue absorbida, como dice Leocata, por el Iluminismo, sobre todo en Europa, si exceptuamos las instituciones inglesas y norteamericanas. Hayek las ha distinguido claramente de la Revolución Francesa y Benedicto XVI ha hecho esa misma distinción, aunque se discutirá ad infinitum la influencia del Anglicanismo y el Protestantismo en ambos casos.

Sin embargo, hubo dos ocasiones donde un liberalismo propiamente católico estuvo a punto de materializarse. Hoy casi no se recuerda que Pío IX estuvo a punto de nombrar a Antonio Rosmini su Secretario de Estado, antes de entrar en su período “anti-moderno” y escribir sus famosas Quanta cura y el Syllabus. Rosmini llegó a redactar un proyecto de una Constitución para los nuevos estados italianos muy parecida a la de los EEUU, con obvias adaptaciones para el caso italiano y un tratamiento de los estados pontificios que hubiera evitado toda la “cuestión romana” posterior. El ala no liberal del Vaticano reaccionó con toda su fuerza y lograron convencerlo a Pío IX que dejara de lado el proyecto, además de comenzar una serie de ataques doctrinales contra la teología rosminiana, que lamentablemente prosperaron bajo el pontificado de León XIII con la acusación de “ontologismo”. La condena fue levantada por Benedicto XVI en 2006, pero obviamente fue humanamente irremediable el daño producido. Un mundo paralelo totalmente distinto hubiera surgido. Políticamente hubiéramos tenido a un Vaticano integrado al mundo moderno con todo lo que ello implica. El Vaticano II en ese sentido se hubiera adelantado casi un siglo. Por lo demás Rosmini hizo una filosofía integrada a lo mejor de las inquietudes filosóficas de la modernidad, que hubiera sido un contrapeso interesante a esa deformación de Santo Tomás donde se lo hizo quedar como un mero aristotélico como “arma de combate” contra un “mundo moderno” condenado filosóficamente sin distinciones, igual que la proposición 80 del Syllabus en el ámbito político.

La segunda ocasión fue la de Luigi Sturzo. Con el pleno apoyo de Benedicto XV, a partir de 1914, el sacerdote Luigi Sturzo funda el Partido Popular, antecedente de la Democracia Cristiana, y comienza a ganarle las elecciones, sistemáticamente, a los movimientos políticos pro-fascistas y pro-mussolinianos. Benedicto XV levanta la interdicción establecida por Pío IX a los católicos italianos para participar en política. Hace enormes esfuerzos por la paz mundial y apoya la idea de Sturzo, que tomaba la legitimidad de la democracia como forma de gobierno ya defendida in abstracto por León XIII. Pero Benedicto XV muere en 1922 y Pío XI comienza negociaciones con Mussolini a fin de lograr el Pacto de Letrán de 1931. Como parte de esas negociaciones.  Mussolini pide la cabeza de Sturzo y Pío XI se la entrega en bandeja de plata. Por medio de su secretario de estado “invita a retirarse”, en 1924, de Italia, a Sturzo, quien se exilia primero en Inglaterra y luego en los EEUU. Terminada la Segunda Guerra, Sturzo vuelve a Italia y es elegido senador vitalicio y muere en 1959, dejando profundos escritos en defensa de la democracia y la economía de mercado.

Este último episodio es especialmente lamentable. Primero, hubiéramos tenido una Italia democrática y cristiana, sin Mussolini, con todo lo que ello implica. Segundo, obsérvese que de este tema casi nadie habla, y es así porque, a pesar de toda la comprensión histórica que podemos tener con Pío XI, es, retrospectivamente, vergonzoso lo que sucedió. Cómo pudo un pontífice romano hacer ese pacto con un dictador y echar a un demócrata genuino como Luigi Sturzo, con una visión cortoplacista absoluta, se explica solamente por la falta de vacunas anti-autoritarias que la mayor parte de los católicos, pontífice incluido, padecían, y eso fruto de las “condenas al liberalismo” sin ningún tipo de distinciones, realizadas por Pío IX y León XIII y festejadas por todos los católicos autoritarios de todos los tiempos.

Pero independientemente de esto, los dos casos aludidos muestran que el liberalismo católico, además de ser una posibilidad doctrinal, estuvo a punto dos veces de ser historia, quedando, en lenguaje tomista, en “estado de potencia próxima al acto”. ¿Habrá una tercera oportunidad? Creo que ya la hubo, con el pontificado de Benedicto XVI y sus reflexiones sobre la Constitución de los EEUU, las instituciones inglesas y la reconstrucción democrática alemana, además de sus reflexiones sobre el Vaticano II, la razón y la fe y la sana laicidad del Estado, que iban de la mano.

Pero la renuncia de Benedicto XVI no fue una casualidad. La Iglesia, en tanto a las acciones y pensamientos concretos de los católicos en general, no está madura aún para esto.

Habrá que seguir esperando.

 

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor titular, de Epistemología de la Comunicación Social en la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor de la Escuela de Post-grado de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor co-titular del seminario de epistemología en el doctorado en Administración del CEMA. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Fue profesor Titular de Metodología de las Ciencias Sociales en el Master en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE, y miembro de su departamento de investigación. Publica como @gabrielmises

JUAN MARCOS DE LA FUENTE, QEPD

Por Adrián Ravier: Publicado el 4/5/17 en: https://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2017/05/04/juan-marcos-de-la-fuente-qepd/

 

Corrían los años 1970. España llevaba casi cuatro décadas de una larga dictadura y se empezaba a ver algo de luz al final del camino. Eran tiempos de cambio, pero las ideas predominantes no eran consistentes con la libertad, al menos en el modo que nuestro hombre lo comprendía.

Juan Marcos de la Fuente, junto a los hermanos Luis y Joaquín Reig, Julio Pascual y Francisco Gómez, comprendieron que la mayor contribución que podían hacer para la España de su tiempo era trabajar en el mundo de las ideas. No se trataba de desarrollar actividades profundas de investigación –que desde luego las desarrollaron- sino que se propusieron una tarea algo más humilde. Llevar al mundo hispano los autores y la literatura que ellos conocieron a favor de la economía de mercado, la propiedad privada, la libertad individual y el gobierno limitado, textos que hasta ese momento sólo eran accesibles en idioma inglés o alemán. El vehículo para este aporte fue la fundación de Unión Editorial.

Juan Marcos de la Fuente consiguió de la pluma de Friedrich Hayek la cesión de derechos de autor que permitieron traducir su obra completa. Joaquín Reig, por su parte, tradujo por primera vez al español el Tratado de Economía de Ludwig von Mises, La Acción Humana, una tarea titánica dada su extensión. Se sumaron desde luego la publicación de otros gigantes, desde clásicos como Adam Smith hasta autores de la Escuela de la Elección Pública como James M. Buchanan y Geoffrey Brennan o de la Economía Social de Mercado como Ludwig Erhard y Wilhelm Röpke.

Casi 45 años después, Unión Editorial cuenta con más de 500 títulos que inundan las librerías de España y Latinoamérica con autores clásicos, austriacos, del Public Choice, de la Nueva Economía Institucional, de la Economía Social de Mercado, que ofrecen un contrapeso para las ideas populistas predominantes. No sólo ello. Con la labor de su acutal Director, Juan Pablo Marcos –hijo de Juan Marcos de la Fuente- la editorial consiguió expandirse hacia varios países latinoamericanos, que a su vez abrieron puertas a nuevos autores en diversas áreas como la filosofía, la antropología, la historia, el derecho, la economía o las ciencias políticas.

Hoy Juan Marcos de la Fuente nos ha dejado, pero su herencia ha sido más que un granito de arena para cambiar el mundo. Se lo recordará por haber sido parte de la fundación de esta majestuosa Editorial, pero somos muchos los que lo recordaremos por su enorme humildad, lo que me lleva a cerrar esta nota con una anécdota personal.

En el libro La Escuela Austriaca desde Adentro –publicado en tres tomos-, pude entrevistar entre 2010 y 2014 a muchos austriacos. Juan Marcos de la Fuente era desde luego uno de mis objetivos. Escuchar su relato sobre su acercamiento a estas ideas que compartimos desde su propia experiencia y desde sus propias palabras, o desde su propia pluma, pienso habría sido un aporte significativo para quienes queremos comprender el origen de estas ideas y su expansión en el mundo hispano.

Juan Marcos de la Fuente nunca aceptó esta entrevista, pero sí formó parte del proyecto, entrevistando autores italianos o traduciendo sus respuestas. Sus créditos no aparecen en el libro, porque esa fue su solicitud. Siempre quiso mantenerse al margen, y son escasas las menciones que encontraremos a su buen nombre, aunque su trabajo haya sido enorme.

¡Que en paz descanse!

 

Adrián Ravier es Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Master en Economía y Administración de Empresas por ESEADE. Es profesor de Economía en la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la Universidad Nacional de La Pampa y profesor de Macroeconomía en la Universidad Francisco Marroquín.