El tema vital es la supervivencia de la democracia

Por Alberto Benegas Lynch (h) Publicado el 23/4/2en: https://www.infobae.com/opinion/2022/04/23/el-tema-vital-es-la-supervivencia-de-la-democracia/

Si las libertades individuales se dan por sentado y no se contribuye diariamente a sostenerlas, es inevitable entrar en el sendero del autoritarismo

La premio Pulitzer y periodista de The Atlantic, Anne Applebaum

Me impulsó a escribir sobre este tema medular el libro de Anne Applebaum (ganadora del Premio Pulitzer) titulado El ocaso de la democracia. La seducción del autoritarismo. De entrada consigno que la obra plantea el problema grave del desvío de la democracia de sus cauces originales para entrar en el sendero sumamente peligroso del autoritarismo cuando no del liso y llano totalitarismo, se detiene en anécdotas y referencias muy jugosas e ilustrativas de estos descarriles mayúsculos ocurridos en Polonia, Hungría, Gran Bretaña, Estados Unidos, Rusia y Francia, más no ofrece soluciones para revertir tamaño desbarranque. Es una aguda descripción de los hechos.

La autora se declara liberal y por ende partidaria del libre mercado y, claro, contraria a los estatismos, la xenofobia, las paranoias nacionalistas, los antisemitismos y el marxismo. Se detiene en subrayar las advertencias de los Padres Fundadores en Estados Unidos para “evitar que una nueva democracia se convirtiera en tiranía” y concluye que las diversas manifestaciones autoritarias hoy en boga muestran una marcada “tendencia a la homogeneidad” puesto que “el autoritarismo es algo que atrae simplemente a las personas que no toleran la complejidad […] es meramente anti-pluralista, recela las personas con ideas distintas y es alérgico a los debates […] personas que admiran a los demagogos o se sienten más cómodos con las dictaduras […] El político antiliberal quiere socavar los tribunales para dotarse de más poder […] fomentar ya fuera la pasión de clase en forma de marxismo soviético o la pasión nacional en forma del fascismo.” Todo en última instancia copiado de los bolcheviques “no meramente antidemocrático, es también anticompetitivo […] Las plazas universitarias, los puestos relacionados con los derechos civiles o los cargos de responsabilidad en el gobierno y la industria no se asignaban a los más trabajadores ni a los más capaces, sino a los más leales […] favorecían a las personas que profesaban en voz alta su fe en el partido […] Lenin escribió que la libertad de prensa es una patraña, se burlaba de la libertad de reunión como una frase vacía y en cuanto a la democracia parlamentaria en sí misma no era más que una máquina para la opresión de la clase obrera.” Todo se resume según Applebaum a “nepotismo, clientelismo estatal y corrupción” en medio de “un odioso predominio de la meritocracia, la competencia política y el libre mercado” y los riesgos de los controles vía tecnología sofisticada en manos de los aparatos estatales.

Hasta aquí este libro que ha significado un disparador para lo que sigue. Son muy ciertas y pertinentes las advertencias de los Padres Fundadores estadounidenses las cuales por mi parte resumí en mi libro Estados Unidos contra Estados Unidos junto a la puntualización del marcado declive de los valores fundacionales en ese gran país. Así, por ejemplo, para ponerlo en una cápsula, George Mason escribió que “todos los actos de la legislatura contrarios al derecho natural y a la justicia son nulos según nuestras leyes y deben serlo según la naturaleza de las cosas […] en conciencia estamos obligados a desobedecer si contradicen aquellos principios”. James Madison ha destacado que “Dondequiera que resida el poder del gobierno, existe el peligro de opresión” y se refiere al alma de la libertad al escribir que “El gobierno ha sido instituido para proteger la propiedad de todo tipo. Éste es el fin del gobierno, solo un gobierno es justo cuando imparcialmente asegura a todo hombre lo que es suyo.” James Wilson enseña que “el gobierno se debe establecer para asegurar y extender el ejercicio de los derechos naturales de los miembros y todo gobierno que no tiene esto en la mira, como objeto principal, no es un gobierno legítimo.” Y Thomas Jefferson enfatizó que “un despotismo electo no fue el gobierno por el que luchamos.”

Ya señalaban los peligros de los tumultos Gustave Le Bon en La psicología de las multitudes y Ortega y Gasset en La rebelión de las masas pero mucho antes que esto Cicerón y Benjamin Constant definieron el peligro de trastocar la democracia en tiranía. El primero al escribir que “El imperio de la multitud no es menos tiránica que la de un hombre solo y esta tiranía es tanto más cruel cuanto que no hay monstruo más terrible que esa fiera que toma la forma y el nombre de pueblo” (en Tratado de la República) y el segundo afirma que “los ciudadanos poseen derechos individuales independientes de toda autoridad social o política y toda autoridad que vulnere estos derechos se hace ilegítima […] La voluntad de todo un pueblo no puede hacer justo lo que es injusto” (en Curso de política constitucional).

En torno al desconocimiento de estas definiciones giran los problemas de nuestro tiempo donde en nombre de la democracia se hiere el corazón del sistema cual es la protección de los derechos de todos en el contexto de la igualdad ante la ley y no mediante ella. En su lugar se da prelación al simple recuento de votos con lo que se llega a la aberración de sostener que Hitler era democrático porque asumió con la primera minoría y así sucesivamente con todos los dictadores electos de nuestros días. Esa es la preocupación y ocupación de pensadores contemporáneos como Giovanni Sartori, Friedrich Hayek y Bertrand de Jouvenel.

Vamos ahora a las propuestas tendientes a revertir el problema antes que el planeta se convierta en un inmenso Gulag en nombre de una supuesta democracia que en verdad muta a cleptocracia, es decir, los gobiernos de ladrones de libertades, de propiedades y de sueños de vida. Tengamos en cuenta que si por alguna razón no se consideran convenientes las propuestas que siguen es imprescindible sugerir otras pero en ningún caso quedarse con los brazos cruzados esperando la próxima elección. Es indispensable abrir un debate en torno a este problema mayúsculo que amenaza con devorarnos.

En primer lugar, la educación para atender a lo dicho por Antonio Gramsci desde la vereda opuesta al espíritu liberal en cuanto a la inmensa y decisiva importancia de influir sobre la cultura para cambiar las cosas de raíz. No es del caso detenernos en este tema pues ya hemos escrito en detalle, solo nos limitamos a puntualizar la urgencia que el sistema debe despolitizarse y no aceptar que las estructuras curriculares se dicten desde el poder lo cual contradice el sentido de la educación que requiere un sistema abierto, competitivo y de auditorias cruzadas en busca de excelencia en un contexto evolutivo de prueba y error. Un sistema educativo de esta naturaleza permite entre muchas otras cosas que se perciba la relevancia y el significado de la democracia a la que nos venimos refiriendo.

En segundo lugar, el debate de fondo respecto a nuevos límites al poder al efecto de preservar la democracia. Bruno Leoni en La liberad y la ley ha sugerido en una primer paso para el Poder Judicial que se abra la posibilidad -sin regulaciones de ninguna naturaleza (ni siquiera la condición de ser abogado)- la inclusión de árbitros privados para estimular la competencia en un proceso de descubrimiento del derecho y no de ingeniería social y de diseño vía fallos en competencia, en esta instancia según los marcos institucionales establecidos por la Corte Suprema.

En cuanto al Poder Legislativo, el antes mencionado Hayek propuso (en Derecho, legislación y libertad) diferentes disposiciones a las que se suelen añadir la prohibición de reelecciones y el trabajo en tiempo parcial en el Congreso, por un lado para evitar que la política se convierta en un negocio y por otro para que los legisladores sepan de modo vivencial de que se trata el sector privado.

Ahora viene un tema que sorprenderá a timoratos a quienes me imagino recostados en sus poltronas refiriéndose con sorna a la propuesta que sigue, personajes que nunca contribuyeron a ningún debate serio pero que están envueltos en las pesadas telarañas mentales del statu quo, una instancia de la que son incapaces de zafar. Se trata del Poder Ejecutivo. Resulta fértil aplicar al caso un pasaje escrito por quien es la referencia máxima de la división de poderes superando las ideas centrales de John Locke y Algernon Sidney, es decir Montesquieu que escribe en El espíritu de las leyes tomado de las experiencias en las repúblicas de Florencia y Venecia: “El sufragio por sorteo está en la índole de la democracia”. Esto que puede sonar estrafalario ya que cualquiera puede resultar electo se condice con la preocupación de Karl Popper en La sociedad abierta y sus enemigos cuando refuta la tesis de Platón respecto al “filósofo rey” mostrando que lo decisivo no son los hombres sino las instituciones “para que el gobierno haga en menor daño posible”. En el caso señalado, los incentivos se volcarán a defenderse de posibles atropellos lo cual se traslada en instituciones fuertes que es precisamente lo que se necesita para contar con una sociedad libre. A esta propuesta podría adicionarse lo que se discutió originalmente de modo detenido en tres sesiones en la Asamblea Constituyente de Estados Unidos pero que finalmente no se adoptó y es que el Ejecutivo sea tripartito para disminuir los riesgos del caudillaje y se vean obligados a proceder por mayoría de sus miembros y tal como se propuso en la referida Asamblea solo en caso de guerra el poder será unipersonal por turno en tiempos previamente establecidos.

Nuevamente decimos que si estas sugerencias no parecen adecuadas es necesario proponer otras. Siempre y en todos los campos las nuevas ideas se rechazan y se recurre a la sandez de la falacia ad populum, a saber, si nadie lo aplica está mal y si todos lo aplican está bien con lo cual no hubiéramos pasado del garrote puesto que el arco y la flecha en cierto momento nadie las usaba hasta que irrumpió el primero y así con todo el progreso de la humanidad. Es por ello que John Stuart Mill ha consignado que “toda buena idea pasa siempre por tres etapas: la ridiculización, la discusión y la adopción”. Esto nos recuerda a aquellos que huyen de lo complejo tal como vaticina Anne Applebaum y pretenden escritos cortos y conferencias resumidas. Ludwig von Mises ilustraba lo dicho con lo que le ocurrió con un alumno en la Universidad de New York -seguramente una exageración pero sirve para ejemplificar- contaba riendo que ese alumno le pidió que le explicara la teoría del ciclo económico “pero rápido porque tengo un partido de golf”.

En resumen, esta nota periodística apunta a la apertura de un debate sobre un tema crucial pues nos va la vida en el asunto. Todos los partidarios de la libertad debieran participar activamente en este debate. Es una irresponsabilidad limitarnos a contar anécdotas sobre posibles sucesos en las próximas elecciones. Debemos mirar más lejos antes que resulte demasiado tarde. Tantas veces ha reiterado Juan González Calderón que los demócratas de los números ni de números saben pues parten de dos ecuaciones falsas: 50%+1%=100% y 50%-1%=0%. Desde esta perspectiva, hoy observamos algunos episodios rayanos en la antidemocracia con la muy pastosa parodia de la democracia en Perú, Nicaragua, Chile, Argentina y con 20 gobiernos autoritarios en 35 años: Haití, solo para citar algunos casos de llamativas implosiones en nuestra región americana. Applebaum pone como ejemplo de la antidemocracia a Donald Trump en Estados Unidos y cita como dos de sus ejemplos “la entrevista realizada en 2017 por Bill O´Reilly de Fox News. Trump expresaba su admiración por el dictador ruso Vladimir Putin” y “en otra entrevista televisiva esta vez con Joe Scarborough: ´él gobierna su país y al menos es un líder´, declaraba Trump hablando de Putin” es la manía de la “retórica de la equivalencia moral” entre el bien y el mal puesto que Donald Trump “no comprende el lenguaje de los fundadores de la nación [estadounidense] ni simpatiza con él, de manera que tampoco puede servirle de inspiración”.

La revolución norteamericana ha sido la más fértil de la humanidad en lo que va de su historia al efecto de preservar las libertades con el consiguiente progreso moral y material, pero como escribía Tocqueville en El antiguo régimen y la Revolución Francesasi esto se da por sentado y no se contribuye diariamente a sostener la libertad fatalmente se revertirá la situación (los Padres Fundadores decían que “el precio de la libertad es su eterna vigilancia”). No pocos son los necios que se circunscriben a sus arbitrajes personales sin darse cuenta que para que se los respete deben contribuir a que se entiendan los pilares de la sociedad libre. Actúan como si estuvieran ubicados en una inmensa platea mirando al escenario donde estiman que se encuentran los que les deben resolver sus problemas en lugar de asumir sus propias responsabilidades. Benjamin Franklin, de 81 años, al salir de la Convención Constituyente cuando lo felicitaban por el documento logrado miró fijo a los aplaudidores y les transmitió su célebre dictum que no ocultaba cierto presagio por lo que advertía con gran sensatez: “Entregamos una República, si la pueden mantener”.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

La OTAN comienza a definir a China como preocupación

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 19/12/13 en: https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-otan-comienza-definir-china-como-preocupacion-nid2317070

 

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) acaba de tener su reunión anual «cumbre». Por primera vez en su historia, en su transcurso la organización referida mencionó a China como tema «que, como alianza, necesitamos considerar».

Lo que se suma a la dura decisión norteamericana de no trabajar con la enorme empresa china de telefonía «Huawei», porque hay sospechas de que los aparatos de comunicación que ella provee para ser usados en la banda ancha 5G podrían ser utilizados para hacer espionaje, sin que ello necesariamente se advierta.

Ante la fuerte presión norteamericana, Japón, Nueva Zelanda y Australia han decidido ya no operar con la telefonía de la mencionada empresa china, a la que han sustancialmente excluido de sus respectivos mercados domésticos.

Gran Bretaña, que ya tiene a «Huawei» en su propio sistema telefónico nacional, ha anunciado que lo excluiría si se confirma que está siendo usado para, a través del mismo, espiar a favor de una nación extranjera. Italia se habría comprometido a hacer lo mismo.

Alemania, en cambio, aún no. Pero su propio Parlamento nacional sigue muy de cerca el tema, con visible preocupación. Y acaba de acordar tratar un proyecto bi-partidario de ley que, de ser aprobado, excluiría a Huawei de la red alemana móvil 5G. La empresa china podría ser reemplazada en Alemania por Nokia o Ericsson, que están en condiciones tecnológicas de hacerlo. Aunque aparentemente con algunos sobrecostos.

La misma Comisión de la Unión Europea se ha referido explícitamente a China, definiéndola como un «rival sistémico», lo que es todo un alerta. Para los europeos, en general, «Huawei» debe ser considerada como una empresa estratégica, cuya operación, por ese importante motivo, no debe quedar librada exclusivamente a las fuerzas del mercado, sino que debe ser vigilada y regulada, de cerca, por las distintas autoridades nacionales.

«Huawei» es una empresa bien notable, cuya tecnología es ciertamente «de punta» cuando de sopesar su capacidad se trata y tiene algunas ventajas claras en materia de velocidad de operación, esencialmente. Ese es su fuerte, razón por la cual no será nada sencillo desplazarla de los principales mercados domésticos sin que ello suponga una elección comercial de peso, como son siempre las que tienen que ver con elegir entre los EE.UU. y China, con todas sus consecuencias.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Es profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.

La ideología económica de los argentinos

Por Carlos Newland: 

 

Argentina es un caso único de involución económica. De pertenecer a principios del Siglo XX al conjunto de países de mayor ingreso per cápita, ha ido perdiendo puestos en la carrera mundial del crecimiento y hoy en día su tamaño a nivel global se ha reducido a la mitad de su peso en 1910. Sin duda un gran responsable de esta situación ha sido un entramado regulatorio institucional perverso que ha puesto todo tipo de frenos al desarrollo de sus fuerzas productivas. En el último Índice Fraser (2018) que mide la calidad institucional económica global, Argentina aparece en el puesto 160 de 162 naciones. Sólo es superada negativamente por Libia y Venezuela. Prácticamente todas las naciones africanas tienen mejores marcos de funcionamiento que la Argentina y sin duda un anhelo de sus habitantes debiera ser algún día parecerse más al continente negro.  ¿A qué tipo de instituciones se refiere el Índice Fraser?  A las regulaciones aplicadas sobre la iniciativa privada, el respecto a la propiedad, al tamaño del gobierno y de los subsidios, el proteccionismo, la inflación y el déficit fiscal, y la presión impositiva. Puede postularse que el marco institucional argentino no es consecuencia de algún factor aleatorio y circunstancial, sino que es en gran media una consecuencia del tipo de cultura económica poseída por su población, o su ADN ideológico, como se lo ha denominado recientemente en los medios de comunicación.

Prácticamente no hay estudios de la ideología predominante en la población argentina, por el que su análisis queda limitado a opiniones o manifestaciones culturales puntuales. Un ejemplo significativo lo brinda lo que es en la práctica el segundo himno nacional argentino. El primero es el Himno Nacional de 1812, una canción patriótica entonada por el ejército revolucionario en sus acometidas contra las tropas españolas. El segundo, tan cantado como el primero, es la marcha peronista, últimamente vocalizado jovialmente en reuniones de dos principales partidos argentinos, el macrista y el kirchnerista (para llamarlos de alguna manera). Este también es un himno de guerra, pero no contra realistas, sino contra el capitalismo. Así dice en una de sus estrofas:

Por ese gran argentino
que se supo conquistar
a la gran masa del pueblo,
combatiendo al capital.

Que en 1947, cuando la composición fue interpretada por primera vez públicamente en la Casa Rosada, se enunciara tal objetivo es sorprendente. Ya para entonces existía a nivel global un gran consenso de que la acumulación de capital era un ingrediente principal para el logro del crecimiento económico y que toda nación desarrollada debía poseer un alto stock de este factor de la producción. Queda claro que el pensamiento económico de los argentinos presentaba ya entonces algunos rasgos muy particulares, los que se encarnaron de pleno en las políticas peronistas de aumento del tamaño del Estado, proteccionismo y regulación. Pero esta mentalidad no era nueva. Ya en 1928 José Ortega y Gasset marcaba que los argentinos tenían incorporada en su cultura la idea de un Estado hipertrófico y excesivo. A la vez, no vivían conectados con su contexto y realidad, sino más bien proyectados en un futuro idealizado e ilusorio.   El economista argentino contemporáneo Emilio Coni, apoyando la visión del filósofo español, aclaraba en 1930 que los argentinos eran grandes creyentes en el “Estado-Providencia”, una entidad que el ciudadano esperaba solucionara sus problemas laborales ofreciéndole empleo sin pedirle mucho a cambio. Esta valoración del Estado, unido a un cierto irrealismo, parece ofrecer las condiciones ideales para prácticas populistas de incremento de las erogaciones sin una evaluación de su financiamiento ni de su impacto a largo plazo. Y así la historia argentina destaca por un continuo déficit fiscal, y por una insoportable inflación, su contracara.  Pero podemos retroceder aún más hasta mediados del siglo XIX y evocar al pensamiento de Juan Bautista Alberdi, inspirador de la constitución de 1853. Para Alberdi el principal impedimento para el desarrollo de la Argentina -y de toda América Hispana- era la falta de apreciación social de la figura empresarial. Los héroes a los que se levantaban monumentos públicos, dedicaban obras poéticas y libros de historia eran siempre políticos o militares, quienes para este pensador eran primordialmente destructores y no creadores de riqueza. No ocurría lo mismo con los que debían ser lo verdaderos héroes, los emprendedores. Alberdi consideraba era necesario lograr un nuevo paradigma social, el del empresario desarrollador tanto de proyectos industriales como agropecuarios. Escribía en las Bases en 1852:

[l]a nueva política debe tender a glorificar los triunfos industriales, a ennoblecer el trabajo, a rodear de honor las empresas de colonización, de navegación y de industria, a reemplazar en las costumbres del pueblo, como estímulo moral, la vanagloria militar por el honor del trabajo, el entusiasmo guerrero por el entusiasmo industrial que distingue a los países libres de la raza inglesa, el patriotismo belicoso por el patriotismo de las empresas industriales que cambian la faz estéril de nuestros desiertos en lugares poblados y animados…

Queda claro que la descripción de Alberdi o de Ortega y Gasset sigue vigente en la actualidad. El anticapitalismo imperante se asocia muy bien con la otra característica que señalaba el filósofo, una mentalidad fantasiosa y poco realista.  En particular ello explicaría el por qué en los contextos de gasto o déficit fiscal crítico se implementan planes económicos excesivamente optimistas y condenados al fracaso por los desequilibrios que causan: típicos han sido los esquemas que para contener la inflación en lugar de recortar los gastos generan una dañina revaluación de la moneda. Por otra parte, todo intento de reforma, de «achicar el gasto» sólo perdura en los primeros momentos de los gobiernos: pronto las demandas sociales aplastan tales intenciones.   Ciertamente las políticas económicas argentinas cumplen una regularidad: se reiteran situaciones de populismo que incluyen gasto público exacerbado, inflación, aumento de deuda y revaluación de la moneda, seguidas por crisis en el sector externo, en la actividad productiva y de empeoramiento de los salarios reales. Dentro de cada ciclo también se produce otra repetición: el nuevo gobierno que busca solucionar el desequilibrio generado por su predecesor repite luego de un tiempo las mismas conductas. La apreciación en 1933 del economista Luis Roque Gondra sobre la política económica del general golpista José Uriburu parece poder aplicarse a muchos otros períodos: “Como otros cómicos, seguíase representando la misma comedia demagógica momentáneamente interrumpida por (el cambio de gobierno)”. Un buen ejemplo lo relata el Ministro de Economía Alfredo Martínez de Hoz que en 1978 presentó a la Junta Militar dos alternativas para, de una vez por todas, dominar la inflación heredada del gobierno de María Estela Martínez de Perón. La primera era bajar la emisión, lo que claramente implicaba un recorte del gasto. La segunda era “pisar” el tipo de cambio, lo que traccionaría a la baja las expectativas de aumentos de precios. La segunda medida claramente no solucionaba estructuralmente el tema y sólo podía tener efectos de corto plazo. La opción de la Junta Militar en favor de la esta última opción fue, según el ministro, “contundente”. Otro caso lo ofrece el economista Ricardo López Murphy quien como ministro en 2001 propuso al presidente Fernando de la Rua un recorte del gasto, una propuesta que sería (considerando lo que ocurrió posteriormente) bastante modesta. Pero el presidente decidió reemplazarlo por Domingo Cavallo quien parecía ofrecer una salida más indolora a la crisis. Los gobernantes, ha manifestado López Murphy, tienen una propensión en situaciones críticas a escuchar diagnósticos y propuestas optimistas, que por otra parte estiman les permiten no perder su popularidad. Los primeros años del gobierno de Mauricio Macri no escapan a esta ley: en lugar de reducir el tamaño gigantesco del Estado y el altísimo déficit heredado de Cristina Kirchner, postuló en cambio que el gasto se reduciría naturalmente gracias al gran crecimiento económico propulsado por una presunta lluvia de inversiones externas. Como siempre, por tal fantasía se pagó y se está pagando un altísimo costo recesivo: entre 2018 y 2019 la caída acumulada del PBI rondará el 5%. Lentamente, pero a paso seguro, Argentina se está convirtiendo así en una economía latinoamericana más, incluso siendo superada por otras naciones otrora pobres de la región, como Chile.

Todo lo presentado es plausible, ¿pero hasta qué punto es un cuadro objetivo?  Una cuantificación de la mentalidad anticapitalista o anti mercado de la población argentina lo ofrece el Índice Global de Pensamiento Pro Mercado  (FMMI) elaborado por el que escribe estas líneas junto a Pal Czegledi y que fuera presentado en 2018 en diversas publicaciones. La materia prima de este ranking son preguntas incluidas en la Encuesta Mundial de Valores, un emprendimiento global que investiga las actitudes de la población de muchas naciones sobre diversos temas culturales, sociales, religiosos, económicos y políticos. Entre las preguntas que incluye se encuentran algunas cuyas respuestas se han tomado para caracterizar la ideología económica media nacional. Ellas incluyen opiniones sobre la valoración de la competencia, la apreciación de la iniciativa privada sobre la estatal, la idea de que todas las partes se benefician del intercambio y la necesidad de que el individuo pueda actuar con libertad en sus acciones económicas. El índice da como resultado que los países más pro capitalistas del globo son aquellos pertenecientes a la Anglósfera: Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Este grupo es seguido por naciones del Norte Europeo, como Alemania o Suecia, y por los países de la Sinósfera, como Japón, Taiwan o China. ¿Cuál es el conglomerado mundial más anticapitalista? Es Europa del Este, cuyo largo paso por el comunismo parece haber dejado una marca indeleble. ¿Y dónde está Argentina? No es sorprendente que mi nación se ubique en los últimos puestos de la tabla, compartiendo posiciones con Rusia y Ucrania. Argentina es ideológicamente como aquellas naciones educadas durante décadas en la ideología socialista anti mercado. Claro que en Argentina no fue necesaria la imposición de una indoctrinación comunista para llegar a tal estadio.

Quien escribe estas líneas pudo discutir con frecuencia tales cuestiones con su maestro Ezequiel Gallo, quien sin duda compartía plenamente el diagnostico de Ortega y Gasset y Alberdi. Y ¿cuál hubiera sido la conclusión practica o de acción de este gran historiador argentino? Posiblemente ninguna. Ezequiel era un gran creyente en la evolución social y estaba muy lejos de esperar mucho de cambios entusiastas generados por gobiernos revolucionarios. Aunque él era claramente miembro de una minoría liberal, no hubiera de ninguna manera deseado aplicar sus ideas a la fuerza o con la ayuda del Estado. Simplemente hubiera concluido que lo óptimo era, luego de escuchar al opositor ideológico, intentar convencerlo amablemente. Y el mejor convencimiento era logrado en el caso de un historiador, por mesuradas y meditadas contribuciones al conocimiento del pasado argentino y sobre las trabas que han existido a su desarrollo.

Bibliografía

CONI, Emilio. El hombre a la ofensiva. Buenos Aires, 1930.

GONDRA, L. Elementos de Economía Política. Buenos Aires: Librería La Facultad, 1933.

CZEGLEDI, Pal y NEWLAND, Carlos. “How is the pro-capitalist mentality globally distributed?Economic Affairs 2018. 38,2: pp. 240-256.-

CZEGLEDI, Pal y NEWLAND, Carlos. “Measuring Global Free Market Ideology 1990-2015” en: Gwartney et al. Economic Freedom of theWorld. 2018 Annual Report (Incluye el Ïndice Fraser).

GOMEZ, Alejandro y NEWLAND, Carlos.“Alberdi, sobre héroes y empresarios”. Cultura Económica, 2014.

ORTEGA Y GASSET, J. (1962b). “El hombre a la defensiva”. En su “Meditación del Pueblo Joven” (pp. 15- 51).  Revista de Occidente. Madrid: 1962. (Publicado inicialmente en1929).

 

Carlos Newland es Dr. Litt. en Historia. Profesor y Ex Rector de ESEADE.

El gobierno es un divague

Por Alejandro Tagliavini. Publicado el 25/2/19 en: https://alejandrotagliavini.com/2019/02/25/el-gobierno-es-un-divague/

 

Por profesionalismo evito títulos “subjetivos”, este no lo es. La situación ha tomado un cariz que lo serio es, precisamente, decir que se está perdiendo objetividad, sentido común y lógica.

Macri dijo que “los argentinos no quieren volver para atrás” pero el PBI no deja de caer, vamos para atrás. Entretanto en la Rosada aseguraban que “En diciembre de 2019, la economía estará más sana que en 2015”. ¿Tanto cuesta ser realista y aceptar los datos -oficiales- que muestran lo contrario?

Dicen que baja la inflación. Imposible. Para empezar no entienden que este fenómeno es el exceso de emisión de moneda en tiempo real. Así, “absorber” pesos del mercado no tiene sentido porque, una vez emitido el exceso, precisamente vía aumento de precios, el mercado equilibró la oferta y demanda. Si a posteriori se retira moneda del mercado ofreciendo tasas altas, se provoca una “emisión negativa” es decir, en tiempo real se baja artificialmente la demanda de dinero, no los precios.

Además, están los números. Dice el gobierno que está bajando “desde los registros de septiembre y octubre de 2018”. Entre noviembre y enero, el aumento mensual de los precios fue de entre 2,5% y 3,2%, la mitad que septiembre. ¡Qué alentador! ¿Pero, y si es verdad que en febrero superará el 3,5% y que sigue subiendo?

Según el oficialismo, el índice de precios mayoristas es un anticipo y aumentó 0,6% en enero, acumulando 2% en el último trimestre, el crecimiento más bajo desde fines de 2016. La realidad es que esta baja -circunstancial- nada tiene que ver con la inflación, sino que, por el contrario, muestra recesión en aumento, y la contrapartida es una caída mayor en la demanda de dinero.

Por esta ridiculez de creer que “absorbiendo” dinero baja la inflación, el BCRA volvió a subir las tasas -Leliq casi en 50%- aumentando la “bicicleta”, destruyendo la producción. Insólitamente, lo hacen para “frenar” al dólar como si su precio provocara inflación y no al revés.

A ver, el precio del dólar tiene que subir porque es, precisamente, otro precio y dada la inflación debe acomodarse, por oferta y demanda, para equilibrar al mercado. Con un dólar artificialmente planchado, el precio en dólares de los productos debería aumentar al ritmo de la inflación -de los costos- lo que los deja fuera de competencia. Así es como las exportaciones caen.

Insólitamente el gobierno dice que esta “construyendo una macroeconomía más sana… hacia el déficit cero… un tipo de cambio competitivo y estable, con superávit comercial… Este es el camino para reducir la inflación”. Sin palabras, de no creer. Y remata argumentando que van a reactivar “a partir de las exportaciones, la continuidad de la baja de tasas y la recuperación de salarios y jubilaciones”. Por cierto, las ventas minoristas cayeron 11,6% en enero, 13 meses consecutivos de baja.

Economía estimaba que las exportaciones crecerían arriba de 20% en 2019. Y la realidad muestra que, por el contrario, caen. Bajaron 4,7% interanual en enero y la cosa va para peor -por el desfasaje dólar/inflación- a pesar de los pronósticos -basados en deseos imaginarios- del gobierno y muchas “consultoras” al punto de prometer un superávit comercial en 2019 al nivel del 2012.

Si todavía hubo superávit -no por mucho tiempo- de US$ 372 M en enero frente a los US$ 1.000 M proyectados, se debe a la recesión, la destrucción de la producción que logró que las importaciones cayeran 26,5%.

Pero el gobierno no se escapa de la realidad con sus solas fuerzas, además de las “consultoras” hay otros “expertos”. Por caso, cuando está claro que el problema es un exceso de Estado parasitario sobre el mercado cada vez más expoliado, la “mejor escuela de negocios”, ubicada en Pilar, propone ahondar el problema. En un informe afirma que “el rol contractivo de las erogaciones del sector público sobre gastos de inversión y consumo… brinda sustento a la contracción”.

O sea, la baja del gasto estatal provoca la recesión económica. Dios nos libre de estos “expertos”, como el FMI asegura que “se están logrando avances importantes”. Claro, al ser un banco (multi) estatal es, necesariamente, estatista y estatizante y, entonces, considera que la consolidación del Estado es un “avance”.

Divagues de lado, el diario económico global más prestigioso, The Wall Street Journal, en un editorial -“Brexiteers for Argentina”- asegura que “El Brexit no funcionará con el modelo económico… inflacionario de Argentina”, sino convirtiendo a Gran Bretaña “en un Hong Kong o Singapur, con baja regulación, bajos impuestos y libre comercio…”.

Según Came, de cada “$ 100 que entran a una pyme, 46 va a impuestos”, y queda mucho por sumar. Así, según O. Ferreres, la Inversión Bruta Interna Mensual cayó 5,6% interanual en 2018, y va para peor. Los Procedimientos Preventivos de Crisis se duplicaron durante el macrismo, y ahora se conocieron los casos de Coca Cola, Avianca, Editorial Atlántida, y Fate que asegura que el problema se agudizó con las retenciones a las exportaciones industriales -una alícuota del 8%- y la disminución del reintegro a dichas ventas.

 

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

La Unión Europea ayuda a Irán a eludir las sanciones de EE.UU

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 14/2/19 en: https://www.lanacion.com.ar/2220014-la-union-europea-ayuda-iran-eludir-sanciones

 

Los Estados Unidos han dispuesto, a través de distintas normas sucesivas, fuertes sanciones económicas contra Irán, con las que se apunta a impedirle actuar en el capítulo del comercio exterior, particularmente cuando las transacciones se realizan en dólares.

La Unión Europea, en cambio, procura mantener vigentes sus relaciones comerciales con Irán. Razón por la cual, los ministros de Relaciones Exteriores de Alemania, Francia y Gran Bretaña acaban de anunciar la creación de un mecanismo especial de pagos que presuntamente permite a las empresas europeas e iraníes continuar comerciando, evitando las sanciones estadounidenses.

Ese nuevo mecanismo se denomina «Instrumento de Apoyo a los Intercambios Comerciales», y es conocido como «Instex», por sus siglas en inglés. Se trata de un vehículo societario específico con el que se procura sortear el uso del dólar en las transacciones comerciales. Y, por ende, el alcance de las sanciones norteamericanas.

Llama poderosamente la atención que Gran Bretaña, que generalmente apoya a los Estados Unidos en su política comercial internacional, esta vez en cambio, haya decidido plegarse a sus pares de la Unión Europea. Una vez más, el interés es la medida de la acción.

Instex es -en rigor- una sociedad europea, inscripta bajo la ley francesa. Su domicilio es el mismo del Ministerio de Economía y Finanzas de Francia y será presidida por Per Fischer, un experimentado banquero alemán, que en su momento formara parte de la conducción de Commerzbank.

La creación de Instex conlleva un mensaje político, que transmite la voluntad europea de mantener activas sus relaciones comerciales con Irán, al menos mientras el país de los persas cumpla con los compromisos que asumiera respecto de no utilizar su programa nuclear con propósitos militares. Europa sostiene que, hasta ahora, Teherán ha cumplido con lo convenido en materia nuclear en el 2015, incluyendo la no realización de ensayos militares con armas nucleares.

No obstante, lo cierto es que existe, también en Europa, una preocupación creciente por la cuota de violencia que flota en derredor de la política exterior iraní, muy especialmente por la utilización de sus servicios de inteligencia y seguridad contra los disidentes iraníes hoy expatriados en Europa, algunos de los cuales han sido objeto de atentados contra sus vidas.

Con el mecanismo que la Unión Europea acaba de anunciar respecto de las sanciones norteamericanas se estructurará, en adelante, una suerte de «clearing», a través del cual se podrán compensar las deudas y acreencias de los distintos exportadores e importadores, en su conjunto.

Mientras la administración de Trump mantiene claramente a Irán al tope de la lista corta de los países que -para los EEUU- conforman amenazas para la paz y seguridad de su país, los europeos aparentemente no tienen la misma percepción sobre la peligrosidad iraní.

Para los norteamericanos, Irán opera un programa nuclear secreto, en violación de sus compromisos. La Organización Internacional de Energía Atómica -sin embargo- no sostiene lo mismo. En paralelo, está claro que Irán ha continuado expandiendo el alcance de sus misiles capaces de volar con cabezas nucleares, lo que es ciertamente intranquilizador.

Irán, a través de su «líder», el Ayatollah Ali Khamenei, sigue con su agria política antinorteamericana, bajo el lema «Muerte a América», que según el mencionado clérigo «sólo incluye esa amenaza (de muerte) respecto de Donald Trump, John Bolson y Mike Pompeo, personalmente». La belicosidad iraní, es más que evidente, se mantiene incólume, cuando la teocracia, comandada férreamente por los clérigos «shiitas» acaba de cumplir cuarenta años de vida desde que, en febrero de 1979, la monarquía persa colapsara, luego de 25 siglos de existencia. Toda una era que aún persiste, pese a que las duras y estrictas restricciones sociales originales parecen haber relajado mucho.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Fue profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y fue Vice Presidente de ESEADE.

Con esta carga impositiva es imposible que la economía crezca

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 30/7/18 en: https://www.infobae.com/opinion/2018/07/31/con-el-nivel-de-cargos-impositivos-es-imposible-que-la-economia-crezca/

 

Finalmente la realidad dijo basta y la implementación de una reforma del Estado para bajar el gasto público se impuso por las circunstancias

 

No es la primera vez que ocurre algo así en nuestro país. Gobiernos que se niegan a ordenar las cuentas públicas en su momento, recurren a todas las piruetas financieras, monetarias y cambiarias que uno puede imaginar hasta que, finalmente, se acaba la magia de las piruetas y la realidad impone hacer a las apuradas lo que podría haberse hecho en forma ordenada desde un principio, con el agravante de haber acumulado más problemas de los heredados por el costo que generaron esas piruetas financieras. Ahora me refiero a desarmar la bomba de las Lebac.

Pero, como es de rigor, ni aun ante la gravedad extrema de las condiciones económicas y el porrazo contra la realidad que se dan los que se niegan a bajar el gasto público llamándolo ajuste salvaje, aceptan lo que está delante de sus narices y empiezan con una nueva historia. Resulta que ahora aparece la nueva corriente de «pensamiento» que dice que el déficit fiscal se resuelve con crecimiento y no bajando el gasto público. Hay que crecer, aunque no explican cómo se hace para crecer, y con ese mayor crecimiento se recauda más impuestos y se cierra la brecha fiscal.

En rigor no están diciendo nada diferente a lo que sostuvo Cambiemos desde el inicio. No había que bajar el gasto público, sino que había que congelarlo en términos reales, es decir, el gasto tenía que crecer al mismo ritmo que la inflación.

Al mismo tiempo, el crecimiento de la economía permitiría generar más ingresos fiscales y la brecha fiscal se iba a ir cerrando. El gradualismo iba a generar un mágico crecimiento que resolvería el problema fiscal, sin comprender que el problema de la Argentina es, entre otros, el nivel y la calidad del gasto público.

Límite a la capacidad de pago de los contribuyentes

Pero volviendo a la nueva «genialidad» de no bajar el gasto sino que hay que crecer para recaudar más, es bueno recordarles a esos magos de la economía que ya no hay más margen para recaudar. Es más, con esta carga tributaria es impensable crecer en forma sostenida, como ha quedado demostrado. Basta un año con pocas lluvias y entramos en un problema económico fenomenal.

El gráfico muestra la evolución de la recaudación impositiva en dólares, tomando el tipo de cambio promedio de cada año. Como puede verse entre 2003, cuando llegó el kirchnerismo al poder, y 2017, cuando el estado recauda USD 129.270 millones más que en 2003. Para tener idea de la magnitud de cuántos recursos más recibió el Estado de los bolsillos de los contribuyentes podemos compararlo con el Plan Marshall que fue implementado por Estados Unidos al finalizar la Segunda Guerra Mundial para ayudar tanto a aliados como a los países vencidos.

El Plan Marshall comenzó a funcionar en 1948 durante 4 años y era por un monto de USD 13.000 millones de aquella época. A valores actuales son unos USD 130.000 millones. Es decir, entre 2003 y 2017 la Argentina incrementó la recaudación por el equivalente a todo el Plan Marshall, aclarando que en total fueron 18 los países europeos que se vieron beneficiados con el Plan Marshall para reconstruir sus economías.

El que más apoyo recibió del total del monto el Plan Marshall fue Gran Bretaña, con el 26% del total, el segundo fue Francia con el 18% y el tercero fue Alemania, en ese momento Occidental, con el 11% del total. De manera que, dicho sea de paso, cuando se dice que Alemania se recuperó gracias al Plan Marshall, no es cierto.

Gran Bretaña recibió más del doble que Alemania y la que despegó económicamente fue Alemania, mientras Inglaterra entraba en una senda de estancamiento con las ideas intervencionistas que imperaban en el Laboralismo, que fue el que ganó la elecciones luego de la guerra derrotando a Churchill.

La realidad es que Alemania recibió USD 1.430 millones de ese momento, unos USD 14.300 millones actuales. Así que si comparamos los USD 129.000 millones más que recauda el gobierno argentino, con lo que recibió Alemania para reconstruirse luego de la guerra, mejoró sus ingresos en un monto que equivale a 9 Planes Marshall de los que recibió Alemania.

Uno logró sacar a su país de debajo de los escombros y las ruinas y el Kirchnerismo, recaudando casi USD 142.000 millones más, algo así como 10 planes Marshall de los que recibió Alemania, dejó a la Argentina sin energía, con las rutas destruidas, con 12 millones de cabezas de ganado menos, en default, con cepo cambiario y el listado sigue.

Una pesada herencia, equivalente a una catástrofe económica

El kirchnerismo fue una catástrofe económica e institucional para Argentina y esa catástrofe requería de un tratamiento de shock como el que aplicó Ludwig Erhard en Alemania implementando una economía de mercado que, dicho sea de paso, no era del agrado de los gobiernos de los países aliados, que en esos momentos estaban mayormente dominados por las ideas intervencionistas y keynesianas.

Pero si el dato de la evolución de la recaudación en dólares no conforma a algún lector, podemos ver cómo evolucionó la recaudación tributaria consolidada en términos de PBI, es decir incluyendo los impuestos nacionales, provinciales y municipales, entre la década del 90 y el último año del kirchnerismo tenemos que aumentó unos 13 puntos del PBI. Y si tomamos el 2017 respecto a los 90, cuando ya la carga tributaria era elevada, tenemos, aproximadamente, 10 puntos más del PBI que se quedan la nación, las provincias y los municipios de los ingresos que generan los contribuyentes.

Quienes afirman que el problema no es el gasto público sino la recaudación vía un mayor crecimiento económico, o no pagan impuestos o no logran conectar la carga tributaria con el crecimiento económico. ¿Quién puede invertir en un país donde el impuesto a las ganancias a las empresas es del 35%, pero como no se pueden ajustar los balances por inflación la carga efectiva supera el 40%? ¿O todavía no se enteraron de que el crecimiento viene de la mano de la inversión y nadie invierte para ser expoliado impositivamente?

Pero veamos un dato más. Cómo evolucionó la recaudación tributaria de los impuestos nacionales entre 2003 y 2017 a pesos de 2017 utilizando IPC para indexar.

En pesos de 2017 los ingresos tributarios nacionales (IVA, Ganancias, Combustibles, Aportes y Contribuciones, al cheque, etc.) se multiplicaron por 2,5 o aumentaron el 150% en términos reales. Una verdadera masacre tributaria.

De manera que, mientras no se baje el gasto público y la carga tributaria, además de implementar una reforma laboral y otras cuestiones más, es impensable que la economía crezca.

Una mochila que inmoviliza

El sector privado tiene encima a un luchador de sumo que es el Estado y lo mantiene inmovilizado con su peso. Es imposible imaginar una economía creciendo con el actual peso del Estado sobre el sector privado.

Con la feroz carga tributaria que hoy soporta el sector privado, es impensable que el déficit fiscal vaya a solucionarse con crecimiento. Afirmar que tenemos un problema de recaudación raya en el delirio y más delirante es creer que el sector informal puede pasarse al sector formal con esta carga tributaria.

Este nuevo discurso que empieza a aparecer diciendo que el problema fiscal se resuelve con crecimiento es típico de los que quieren seguir con un gigantesco e ineficiente gasto público.

Que expliquen cómo piensan crecer con esta carga impositiva. Con estas tasas de interés que son fruto del endeudamiento del sector público para financiar el déficit fiscal y con esta tasa de inflación que es consecuencia del déficit fiscal. No pueden explicar semejante disparate. Es el discurso típico del demagogo, del que habla sin saber o del necio que niega la realidad.

Asumamos la realidad, el problema fiscal, de la inflación y de las altas tasas de interés se resuelve reformando el Estado para bajar el gasto y con menor presión impositiva. El desafío es grande, no tengo ninguna duda, pero lo otro es un delirio mayúsculo que nos puede llevar a otras crisis económicas de las que ya conocemos.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE.

La palabra de los políticos… poco vale

Por Alejandro A. Tagliavini. Publicado el 2/5/18 en: https://alejandrotagliavini.com/2018/05/02/la-palabra-de-los-politicos-poco-vale/

 

En un movimiento muy audaz, Donald Trump aseguró que no certificará -el plazo vence el día 12 próximo- el acuerdo nuclear con Irán. La medida, aunque todavía no supone la ruptura total del compromiso, conlleva una estrategia más agresiva con Teherán. Y, si recién ahora se decide por este camino, se debe a que sus propias huestes en la Casa Blanca se oponían a rechazar este pacto.

El acuerdo alcanzado en 2015 hizo que el régimen de Teherán pusiera bajo control internacional su programa de enriquecimiento de uranio, permitiera inspecciones a sus instalaciones nucleares y, en la práctica, detuviera el programa nuclear a cambio de que la comunidad internacional reduzca las sanciones económicas, aunque EE.UU. no las quitó.

Trump quiere que el Congreso de EE.UU. añada nuevas limitaciones a Irán y que, si no cumple, se reanuden los castigos. En este nuevo umbral punitivo entrarían, en particular, el programa balístico, y la negativa a extender la duración de las restricciones a la producción de combustible nuclear.

Los aliados -Francia, Gran Bretaña y Alemania- piden que no se caiga el tratado, en tanto que Israel lo rechazó desde el principio, aun cuando el Organismo Internacional de Energía Atómica asegura que Irán lo cumple. Y lo más destacable es que demuestra la eficacia de la vía diplomática por encima de la militar, y le permite a Europa abordar con Teherán un tratado complementario para que no desarrolle su programa balístico. Entretanto, se sigue la dirección opuesta -diálogo y diplomacia- con Corea del Norte, y la modificación unilateral del acuerdo envía una señal negativa.

Benjamín Netanyahu, intentando influenciar a Trump, asegura que Irán miente y mantiene un programa atómico secreto. Irónicamente, Arabia Saudí aplaude la retirada del acuerdo. Pero más irónico es que Irán, para defender al régimen de el Asad en Siria, ha combatido al ISIS en paralelo a la coalición internacional que dirige EE.UU.

Por cierto, Irán -no solo el gobierno sino la hasta la oposición más moderada- rechaza las acusaciones de Netanyahu y asegura que va a cumplir lo que firmó. Pero añadió que al acuerdo “no se le puede añadir nada”. Y, desafiante, anunció que va a doblar los esfuerzos en pos de sus capacidades de defensivas, incluidas las misilísticas.

No sabemos quién tiene razón porque sí sabemos que los políticos, y sus sistemas de inteligencia, engañan cuando les conviene. Ciertamente, resulta menos creíble el régimen iraní dado su subido autoritarismo y su consecuente aptitud para engañar. En cualquier caso, queda claro que estos acuerdos, al fin de cuentas, son poco confiables en el mediano plazo.

En fin, recuerdo que el epistemólogo Paul Feyerabend escribió que “los ciudadanos… occidentales van muy por delante de sus políticos en su deseo de frenar la carrera de armamentos. Sabemos también que el sentido común suele ser superior a las proposiciones de los expertos… desarrollemos una nueva clase de conocimiento… que todo el mundo pueda participar en su construcción y resolver… el problema de la supervivencia y el problema de la paz… entre los humanos y todo el conjunto de la Naturaleza”.

Y, agrego, los problemas de la paz y la libertad solo se solucionan con más paz y más libertad, por el contrario, con violencia se aumenta la violencia y con restricciones a la libertad se agrava la falta de libertad.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

Generosidad cristiana y economía

Por Gabriel Boragina Publicado  el 19/9/17 en: http://www.accionhumana.com/2017/09/generosidad-cristiana-y-economia.html

 

Cristo predicó abundantemente sobre la generosidad. Mucho se ha escrito acerca de esto, pero poco he encontrado hasta el momento que tuviera en cuenta los condicionantes históricos y económicos[1] en los cuales Nuestro Señor Jesucristo hizo su prédica[2].

Los comentaristas bíblicos y religiosos en general centran sus apreciaciones dando un enfoque esencialmente espiritual de la enseñanza de Nuestro Señor Jesucristo y tienden a presentar al Maestro como si fuera un antimaterialista. Pero Cristo como Dios que es, no se limitó a lo exclusivamente espiritual, ni hizo sus declaraciones desconociendo el contexto histórico en el que decidió aparecer en nuestro mundo. Con su visión divina habló del pasado. de su presente y del futuro (lo que nos incluye y excede). Y lo hizo por partida doble: material y espiritual. No creemos que Nuestro Señor Jesucristo haya sido un antimaterialista.

La generosidad era fundamental en su época donde las condiciones económicas eran paupérrimas. Los pobres -al revés que hoy- eran la inmensa mayoría de la población. Los ricos una minoría representada por los nobles, clero y gobernantes, coincidiendo muchas veces estas tres calidades en las mismas personas. Israel constituía una teocracia, sus líderes lo eran tanto políticos como religiosos reunidos ambos títulos y funciones en idénticas personas.

La economía de su tiempo era rural, es decir se reducía a la agricultura y ganadería como únicos métodos de producción. Y, en menor medida, artesanal. Los mercaderes se limitaban a comerciar los productos generados por la agro-ganadería y los artesanos. Hoy la llamaríamos una economía de subsistencia.

Los medios de manutención de la población dependían de las cosechas, y estas -a su turno- de los avatares del clima y las bondades del suelo, que en Palestina son escasas. Cristo era -desde luego- consciente de todo esto y más allá de su instrucción moral (que es la única que enfatizan los religiosos) también estaba predicando además de economía, aunque esta disciplina no existiera entonces, ni aun hasta el tardío siglo XVIII en el que Adam Smith le da sus fundamentos.

No es de extrañar que en semejante contexto la generosidad y la caridad ocuparan un lugar central en su doctrina. La Salvación también pasa por lo material y no sola y exclusivamente por lo espiritual como meten en la cabeza los actuales jefes religiosos y sus adláteres.

Dos elementos, uno material y otro moral imponían que el tema fuera medular. Por el lado material, la escasez de recursos -muy grande entonces- y por el costado moral la avaricia humana, generada o condicionada -en buena parte- por aquella misma escasez material. Podría darse una relación directa y una regla que dijera que, a mayor escasez mayor avaricia. Esta era la sociedad (en su faz económica) en la que Nuestro Señor Jesucristo vivió corporalmente.

Ante la inexistencia de un método de producción capitalista que -como dijimos y sabemos- apareció recién a fines del siglo XVIII y solamente en Gran Bretaña, a mil ochocientos años de distancia de ese acontecimiento futuro (que Cristo, siendo Dios, sabía muy bien que iba a suceder) algo había que hacer respecto del asunto. Y Cristo lo hizo, a través de su saber y su énfasis en la caridad y generosidad como valores humanos a practicar y como modo de conducta a seguir, tanto por judíos como cristianos.

Es importante destacar en este punto que no creemos que Nuestro Señor Jesucristo hubiera venido a este mundo a reformar, modificar o instituir estructuras políticas, ni económicas temporales, ni la Biblia enseña ni instruye sobre política y economía, como tampoco de otras ciencias. No estamos ante un tratado científico, ni de ciencias sociales, ni de las naturales. Pero esta convicción nuestra no significa que la Biblia no se haya referido a estas cosas. Cristo no enseñó economía, pero si habló de ella. Lo mismo cabe decir en cuanto a política (al Cesar lo que es del Cesar, etc.,) y muchas otras disciplinas que -al día de hoy- son materias de estudio científico. Cristo fue, es y será Dios, creador de todas las cosas, incluyendo todo saber humano, no desconocía (ni cuando vivió en Israel ni desconoce hoy) lo que El mismo creó (lo que sería un contrasentido absoluto). Sabia por anticipado -naturalmente- las sub-creaciones humanas que vendrían con los tiempos, y de qué modos usufructuaría el hombre la sabiduría que Dios puso a su disposición. Pero, es importante deslindar la parte humana de la divina y las esferas de competencias de cada una.

Hecho a su imagen y semejanza (como dice el Génesis) el hombre es co-creador junto con Dios. Limitado -no obstante- en su capacidad creadora, después de la Caída en el Paraíso.

Por estos motivos, Cristo no propuso soluciones económicas, ni métodos científicos para combatir la pobreza, pero si dio pistas, pautas e indicaciones como para hacerlo a futuro. Y medios para paliarla en su momento histórico.

Sus doctrinas dan lección si, de la indisoluble relación entre los asuntos políticos-económicos y la moral cristiana (opuesta a la farisaica), demostrando que no operan en compartimientos estancos. Y en torno a este aspecto si puso especial énfasis, tanto para su época como para nuestros tiempos actuales. Muchas de sus enseñanzas tienen un doble valor, tanto espiritual como material. Es parcializar y aun minimizar su doctrina insistir en que su mensaje fue exclusiva y netamente espiritual.

El “dar a los pobres” no siempre significa -en palabras de Cristo- “regalarles” cosas. Jesús no abolió el comercio ni la propiedad privada, ya que no hay ningún pasaje donde lo diga expresamente con esas u otras palabras, como así también hay un sinnúmero de situaciones sociales en relación las cuales no se pronuncia directa ni indirectamente, y de las que no se puede inferir absolutamente nada en conexión de lo que pensaba relativo a ellas. Y si lo hizo, no quedó ello registrado en los Evangelios.

[1] Otros autores han tratado algunos aspectos de este problema, como, por ejemplo, Alberto Benegas Lynch (h), Enrique Loncan, Gabriel Zanotti, Alejandro Chafuén, Michael Novak, etc. pero con un enfoque que excede el bíblico e incluye el católico casi con exclusividad.

[2] Una posible excepción a esto son los trabajos del Profesor Alberto Mansueti, valiosos en la mayoría de los casos, aunque no comparto el 100% de sus puntos de vista.

 

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE.  Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero.

Las «cláusulas secretas» del acuerdo nuclear con Irán

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 4/8/16 en: http://www.lanacion.com.ar/1924499-las-clausulas-secretas-del-acuerdo-nuclear-con-iran

 

El Canciller de Irán, Mohammad Javad Zarif, acaba de hacer una revelación realmente inesperada. Asombrosa, más bien. Ha anunciado que su país ha presentado recientemente a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AEIA) su programa nacional para la expansión de su capacidad de enriquecer uranio. De modo de llevarlo adelante tan pronto la espera decenal convenida el año pasado por Irán con la comunidad internacional representada por EE.UU., Rusia, China, Alemania, Gran Bretaña y Francia expire.

A toda máquina, por lo demás. Y, al revés de lo que ocurriera en el pasado, cuando Irán avanzara con su programa envuelto en el misterio y en la opacidad, esta vez el anuncio iraní se formula de frente, a la vista de todos. Con transparencia, guste o no lo que Irán está intentado hacer, que está lejos del camino de la paz.

Lo más grave es que esto se basa -nos dice- en una «cláusula adicional» anexada al convenio oportunamente suscripto con la comunidad internacional en virtud del cual Irán suspendió sus cuestionadas actividades nucleares, aunque sólo por el plazo de una década. «Cláusula adicional» que, pese a su importancia, había sido mantenida en la confidencialidad. Esa «cláusula adicional» ha sido entregada ahora por Irán a la AIEA, junto con el programa que, anticipa, pondrá oportunamente en marcha.

El trabajo previsto de enriquecimiento de uranio por parte de Irán comenzará, reiteramos, tan pronto culmine la suspensión por diez años acordada con la comunidad internacional. Al día siguiente mismo Irán volverá afanosamente a producir uranio enriquecido, esto es a trabajar en un rumbo que obviamente puede conducir a Irán hacia la posesión de armas nucleares. Para eso se prepara desde ahora y emite una preocupante señal.

Ante lo sucedido, es muy posible que el texto del referido acuerdo adicional tome pronto estado público y se conozca entonces su contenido.

Quienes pensaban que no estaba claro si Irán, tras su acuerdo del año pasado antes mencionado, volvería a trabajar en dirección a transformarse en una potencia militar nuclear, se engañaron. O, mejor dicho, fueron engañados por las naciones antes aludidas, que sabían perfectamente bien que Irán sólo acordó suspender -por una década- su marcha hacia la posibilidad de transformarse en potencia atómica. Circunstancia e intención que Irán acaba de anoticiar al mundo retomará de inmediato luego de cumplir con la suspensión decenal acordada. Así de claro. En enero de 2027, entonces.

Además, una vez transcurrida la década de suspensión acordada, Irán empezará a instalar nuevas centrífugas, hasta quintuplicar las más de 5000 máquinas que dejó de operar en función del acuerdo del año pasado.

Por esto los servicios de inteligencia alemanes acaban de alertar a todos que Irán sigue tratando de adquirir toda suerte de equipos y tecnología, con el obvio propósito de estar en condiciones de poder llegar a tener, tan pronto sea posible, armas atómicas.

Las intenciones de Irán no son tranquilizadoras. Y hacen inevitable que sus vecinos comiencen a tratar de anticiparse a lo que previsiblemente habrá de ocurrir y desaten la temida carrera por convertirse, también ellos, en potencias militares con armas nucleares. Gravísimo.

La sensación fea de haber sido de alguna manera engañados es difícil de evitar. Lo que supone, además, un amargo despertar a una realidad que evidentemente se nos había disimulado a todos, con la complicidad de quienes fueran los firmantes del acuerdo del año pasado que, está claro, supone tan sólo una espera relativamente corta. Porque existe aquello de tempus fugit, lamentablemente. Todo se precipitará en algún momento y las siniestras sombras de las armas nucleares volverán previsiblemente a flotar sobre todos nosotros.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Es profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.

La Unión Europea define las posibles concesiones a Gran Bretaña

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 18/2/16 en: http://www.lanacion.com.ar/1872105-la-union-europea-define-las-posibles-concesiones-a-gran-bretana

 

El refrendo que convocará el primer ministro David Cameron, en función del cual Gran Bretaña votará si decide quedarse o salir de la Unión Europea, se acerca rápidamente y hasta podría tener lugar a mediados de este año, quizás el próximo 23 de junio.

El tema avanza en medio de una crisis dura que golpea al Viejo Continente: la provocada por la masa de inmigrantes llegados desde el norte de África, Afganistán y Medio Oriente. Porque muchos de los que llegan -con la esperanza de una nueva vida al hombro- procuran afincarse en Gran Bretaña. Razón por la cual, los pasos de Calais y Dunquerque hoy contienen enormes campamentos de refugiados que, desde allí, apuntan a cruzar -de mil distintas ilegales maneras- el Canal de La Mancha. El villorrio levantado en Calais, que luce como el más preocupante, se considera el asentamiento más grande de Europa y está provocando toda suerte de manifestaciones callejeras, de muy distintos signos.

A lo que se agregan las preocupaciones por la vigencia de la democracia y sus libertades esenciales en Hungría y Polonia. Y la posibilidad de una nueva crisis económica en Grecia, en muy pocos meses. Esas distintas convulsiones no ayudan precisamente cuando de enfrentar el proceso vinculado con el próximo referendo británico se trata.

Gran Bretaña -recordemos- votó en 1975 por quedarse en lo que entonces era la Comunidad Económica Europea, a la que se había integrado dos años antes. Desde entonces ese país no ha tenido plebiscito alguno sobre las cuestiones europeas.

Más de cuarenta años después, la cuestión de pertenecer -o no- a la Europa integrada se vuelve ahora a poner de pronto sobre la mesa británica.

Hace ya medio siglo desde que la Unión Europea ha sido crucial para asegurar la paz, la prosperidad y el diálogo entre los europeos. Y para mantener el estado de derecho. Por ello, la cuestión no es menor. Ocurre que, más allá de la propia Gran Bretaña, está también en juego la estabilidad misma del Viejo Continente. Una posible crisis existencial, entonces.

Como resultado de las intensas negociaciones previas, la Unión Europea acaba de dar a conocer el posible esquema de cambios en su relación con Gran Bretaña, que debería ser aprobado por los 28 estados miembros en los próximos días. Una «cumbre» especial, convocada para el 18 y 19 de febrero definiría los términos del acuerdo final entre las partes, que para David Cameron debiera conformar lo que llama un «mejor arreglo» (con Europa) para Gran Bretaña, que es precisamente lo que el líder británico prometiera a sus conciudadanos.

Los cambios propuestos

El documento que contiene la propuesta tiene 17 páginas. Entre los cambios que podrían eventualmente hacerse, aparecen -como cabía esperar- todas las propuestas de David Cameron.

Primero, el derecho a restringir, aunque sólo por un plazo máximo de cuatro años, los beneficios sociales a los inmigrantes que llegan a Gran Bretaña provenientes de otro Estado Miembro de la Unión, cuando el flujo de pronto sea excepcional. Un «freno para las urgencias», entonces.

Segundo, se aclara la interpretación de un principio europeo que preocupa a los británicos, el de avanzar todos hacia «una unión más estrecha entre los pueblos». Lo que parece impulsar hacia una unificación política europea cada vez más profunda, en contra de lo que Gran Bretaña desea. Nada de «marchas forzadas» hacia la integración, postula Cameron. Para solucionar el tema, se aclararía que ello se haría «de manera compatible con diferentes caminos de integración» y que el principio «no obligará a todos los miembros de la Unión a buscar un destino común», sino tan sólo a aquellos que efectivamente compartan ese objetivo.

Tercero, se garantizaría la no interferencia adversa europea, sin contar con discusiones profundas y mayorías calificadas, con las regulaciones que tienen que ver con el enorme mercado de capitales británico que es el más importante -y avanzado- de Europa, pese a que Gran Bretaña está entre los nueve miembros de la Unión Europea que no han adoptado el «euro». Es más, con Dinamarca, su posición nacional es hoy claramente contraria a su adopción.

Cuarto, definir que cuando un número a definirse de Parlamentos nacionales (por ahora 16 de ellos, esto es el 55% del total) se oponga concretamente a la vigencia de una norma de origen europeo por entender que ella no está de acuerdo con el «principio de subsidiariedad», ésta será bloqueada para dar lugar a una discusión más profunda de su contenido.

Para David Cameron, si todas esas propuestas se aprueban, su decisión sería la de defender la continuidad en la relación de su país con la Unión Europea. Pero lo cierto es que, además del referendo que defina la posición británica, los 28 Estados Miembros de la Unión Europea deberán aprobar específicamente lo que finalmente se convenga con Gran Bretaña, necesidad que conforma una tarea de alta complejidad política.

Para el futuro político de Cameron, el momento es también decisivo. Aún tiene por delante cuatro años más de mandato. Si la renegociación con la Unión Europea termina bien, deberá reorganizar sus fuerzas y concentrarse en gobernar, de modo de aspirar a perdurar. Si en cambio ella fracasa, para Cameron serán eventualmente cuatro años de tensas negociaciones de salida de la Unión Europea, siempre y cuando la dimensión de su derrota no lo fuerce a tener que alejarse del gobierno de inmediato, lo que no puede descartarse.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Es profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.