Scruton y la izquierda

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 13/6/21 en: https://www.elcato.org/scruton-y-la-izquierda

Carlos Rodríguez Braun reseña la nueva edición del libro del pensador británico Roger Scruton, “Pensadores de la nueva izquierda”.

El pensador británico Roger Scruton, que murió el año pasado, llamaba a los ideólogos del progresismo por su nombre: “Tontos, fraudes y agitadores”. Tal el título de uno de sus últimos libros, de 2015, que en la traducción española de Rialp fue púdicamente sustituido por su subtítulo: “Pensadores de la nueva izquierda”. Se trata de una muy valiosa revisión y actualización de “Thinkers of the New Left”, publicado en 1985. Scruton realiza un esfuerzo ímprobo de análisis crítico de los popes antiliberales, idolatrados en el mundo político, académico, cultural y periodístico, y con apreciables vacíos teóricos y empíricos, rara vez señalados. Destaca a un solo economista, John Kenneth Galbraith, considerado un sabio sin tacha por todo el mundo (bueno, casi: puede verse “Disentimiento sobre Galbraith” aquí).

Pero Galbraith al menos escribía bien, lo que no se puede decir de todas las demás figuras que desfilan en este volumen: Habermas, Althusser, Lacan, Said, Badiou, Zizek, Sartre, Foucault, Gramsci, Deleuze, Dworkin, Thompson, Hobsbawm y otros.

Roger Scruton detecta hilos comunes, como, precisamente, la oscuridad de muchas de estas supuestas lumbreras: “se pueden plantear mil preguntas y, aunque no tienen respuesta, esto solo incrementa la sensación de su relevancia y profundidad…cabe interpretar la oscuridad como la prueba de una profundidad y originalidad tan grandes que no pueden ser abarcadas mediante un lenguaje normal”.

Otra norma es la insistencia en la utopía maravillosa que nos espera si superamos los obstáculos al progreso: propiedad privadamercado, capitalismotradicionesreligión y moral. Scruton pone el dedo en la terrible llaga que estos pensadores eluden: el horror que la izquierda perpetró en el mundo cuando terminó con esos obstáculos.

Pero la nueva izquierda se niega a reconocer dichos desastres, porque ha invertido la carga de la prueba: no es ella la que tiene que responder, porque los que quieren cambiar el mundo son intelectual y moralmente superiores a los que cuestionan sus idílicos proyectos.

Ningún progresista defiende los campos de concentración. Pero este libro desnuda su falaz argumentación, su negación de la naturaleza humana, su relativismo moral, su mentirosa tolerancia, su odio a la libertad individual, su falso dios igualitario, y su terrible mentalidad colectivista. Y concluye con acierto: “Este esquema mental lleva al Gulag con la misma lógica que la ideología nazi de la raza lleva a Auschwitz”.

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE. Difunde sus ideas como @rodriguezbraun

»YO NO SOY MARXISTA PERO….» Y EL LOBBY LGTB NOS PASA POR ENCIMA

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 15/7/18 en: http://gzanotti.blogspot.com/2018/07/yo-no-soy-marxista-pero-y-el-lobby-lgtb.html

 

Como hemos afirmado muchas veces, en los movimientos feministas radicales, en los LGTB, en el indigenismo, no está la defensa de derechos que en el liberalismo clásico ya tienen: a ser ellos mismos, a tener todos los derechos individuales que tiene cualquier persona y a hacer su propia vida según el derecho a la intimidad personal. No, ellos se sienten parte de “nuevos colectivos explotados” (las mujeres, los indígenas, los gay, los trans, las lesbians, etc.) por, a su  vez, “nuevos colectivos explotadores” como el patriarcado, los blancos, el patriarcado heterosexual, etc. O sea, es una re-edición perfecta de la teoría marxista de la explotación donde el explotador de siempre, el capitalismo, es ahora el capitalismo blanco patriarcal heterosexual, donde sus nuevos explotados son los grupos ya descriptos.

Por esto es totalmente coherente que estos grupos, tanto en Europa como en los EEUU, rompan el pacto político originario, esto es: individuos, personas, todos gozando de los mismos derechos individuales (libertad religiosa, de expresión, de enseñanza, de propiedad, de asociación) bajo una constitución limitante del poder político, donde cada uno, cada comunidad libremente organizada, pueda expresar libremente su concepción del mundo, hacer lo que quiera y decir lo que quiera sin que ello sea un delito para cualquier otra asociación libre. Pero no. Como ellos son los “explotados” inventan nuevos delitos (discurso de odio, discriminación, violar el derecho a ser tratado como lo que ellos dicen que son, violar el derecho a ser tratados según pronombres neutros, etc.) para finalmente llegar al poder (una excelente combinación de Gramsci, Hitler y Marx) para finalmente imponer absolutamente, como en toda revolución, su concepción del mundo por la fuerza y tirar al mar, si es necesario, a los pérfidos explotadores del capitalismo hetero-blanco-patriarcal (y si agregamos hetero-blanco-patriarcal-cristiano, ahí tienen la suma de todos los males).

Por eso el diálogo con ellos es imposible, porque el que no coincide es necesariamente un explotador, un agresor. Algunos, los más moderados, nos podrán tener lástima, nos mirarán como el pobre explotador que no sabe nada ni entiende nada, y nos concederán tal vez cinco minutos de paz. Pero no nos crucemos en una de sus marchas porque si pudieran nos quemarían vivos además del conjunto de golpes e insultos que nos van a propinar.

La noción filosófica que está detrás de esto es la de colectivismo metodológico, esto es, una metodología de análisis de lo social donde el que actúa no es la persona sino colectivos explotados u explotadores donde lo individual se subsume en esa dialéctica y por ende o estamos necesariamente de un lado o del otro y necesariamente pensamos como opresores o como oprimidos.

Para refutar esto se necesita ir al individualismo metodológico. Lo trágico es que la mayoría de los católicos, que no quieren saber nada con estas nuevas ideologías de género y etc., tampoco saben nada, en general, del individualismo metodológico, porque ha sido desarrollado por los “malos” liberales Mises, Hayek y Popper, que por ende son casi innombrables en sus universidades, con lo cual se pierden la única vacuna intelectual contra la teoría marxista de la explotación. Es más: repiten hasta el cansancio que no son marxistas pero que “en eso” Marx tenía razón… Y con esa débil armadura intelectual pretenden luego refutar las ideologías del género y etc.

Yo me he matado explicando que el individualismo metodológico es totalmente compatible con Santo Tomás de Aquino pero evidentemente soy sólo una gota no marxista en un océano marxista, océano compuesto por los que dicen “yo no soy marxista PERO…”.

 

PERO es así como estas nuevas ideologías nos están pasando por encima.

 

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor titular, de Epistemología de la Comunicación Social en la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor de la Escuela de Post-grado de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor co-titular del seminario de epistemología en el doctorado en Administración del CEMA. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Fue profesor Titular de Metodología de las Ciencias Sociales en el Master en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE, y miembro de su departamento de investigación.

Zygmunt Bauman y la izquierda humanista: otra “utopía” racionalista que busca imponernos cierta sociedad

Por Martín Krause. Publicada el 16/1/17 en: http://bazar.ufm.edu/zygmunt-bauman-la-izquierda-humanista-otra-utopia-racionalista-busca-imponernos-cierta-sociedad/

 

El reciente fallecimiento del sociólogo Zygmunt Bauman ha desatado una cantidad de artículos homenajeando su pensamiento y su obra. Algunos han sido críticos. Esta nota también lo será, pero, aparentemente, desde una perspectiva diferente. Me referiré a un artículo publicado en La Nación por Mariano Schuster con el título “Zigmunt Bauman, por una izquierda humanista”.

Por ejemplo, dice Schuster que quienes lo han criticado son “los odiadores; los que, sin más ideas que las de la injuria, lo acusan de llevar hasta el paroxismo la condición líquida de estos tiempos, transformando sus propios trabajos en un objeto de compraventa. “No hay mayor contradicción que la de criticar el efecto perverso de las redes sociales y construir frases capaces de ser vulgarizadas y difundidas a través de ellas”, dicen, con saña, los envidiosos de siempre.”. En fin, no será mi caso, no me interesa eso.

Los críticos parecen señalar algo que no es menor, pero es incompleto: “se afilió al ultrasoviético Partido Obrero Unificado Polaco y fue funcionario del régimen comunista polaco. Fue sociólogo oficial, dedicado a defender con vehemencia aquello en lo que entonces creía: el marxismo-leninismo en la patética versión de dictadores como Wladyslaw Gomulka. Es cierto: trabajó como burócrata del servicio de inteligencia militar aunque afirmó no haber delatado nunca a nadie.”

Pero se alejó de esto, fue revisionista y, finalmente, forzado a abandonar su país, Polonia.

Mi comentario se va a centrar en que, su “revisión” del totalitarismo socialista fue muy pobre y limitada, ya que quiso mantener un cierto socialismo, como dice el título de la nota “humanista” que adolece de las mismas raíces anti-humanistas del modelo soviético que finalmente abandonó. Esas raíces se expresan en este párrafo de Schuster:

“En 1976, publicó una obra capital y, quizás por ello, algo silenciada y olvidada. Su título es Socialismo. Una utopía activa. Allí, trazó un mapa para una ideología con porvenir: la de una izquierda que se reencontraba con Babeuf y Gramsci, con Karl Korsch y Jean Jaurès. Una izquierda que confiaba en el progreso y la razón, pero también en la dimensión utópica y en la lucha por evitar la barbarie.”

El problema está en querer continuar con una “utopía” cuando tuvo varias décadas de habitar una de ellas y podría haberse dado cuenta de los estragos que se producen en la sociedad cuando un grupo de iluminados, por ‘el progreso y la razón’ buscan imponerle un modelo a todos los demás. Tal vez no llegó a leer al filósofo de Harvard, Robert Nozick, quien en Anarquía, Estado y Utopía, planteaba con muy buen criterio que la única utopía compatible con la libertad del ser humano sería una “meta-utopía” que permitiera a cada grupo afín de personas perseguir la utopía que deseara sin entrometerse en la vida de los demás, sin querer imponer la propia. La única condición sería garantizar el derecho a la salida de quien ya no quiera seguir perteneciendo a una de ellas. Es decir, los que están por la droga libre podrían juntarse y vivir en un entorno donde fuera libre, y los que quisieran que fuera ilegal lo mismo. Otro tanto con los abortistas y con los anti-abortistas. Y lo mismo con los socialistas, incluso los humanistas, quienes podrían juntarse y redistribuirse los ingresos entre sí hasta el cansancio.

Un mundo libre sería aquél en el que nadie me quiere imponer su utopía, por más que se considere humanista, sino que elijo la propia. El socialismo siempre ha usado esos adjetivos; recordemos que sus gobiernos eran “repúblicas democráticas”.

Dice la nota: “Vivimos, como decía Bauman, en la más completa incertidumbre. Nacen nuevos autoritarismos y se reproducen los viejos.” Bauman no parece haberse sacado del todo el que asumió de joven.

Por último, la nota afirma que Bauman admiraba a cuatro personas, una de ellas Borges. Será literariamente, no por su filosofía política, en las antípodas de las de Bauman. Recordemos tan sólo una frase de Borges:

“Sigo siendo discípulo de Spencer; no digamos el individuo contra el Estado, pero sí el individuo sin el Estado. “

Pilar Bravo & Mario Paoletti, Borges Verbal, (Buenos Aires: Emecé Editores, 1999), p. 168.

 

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

El «secreto» del peronismo para perdurar

Por Gabriel Boragina. Publicado el 8/2/16 en: http://www.accionhumana.com/2016/02/el-secreto-del-peronismo-para-perdurar.html

 

¿Cuál ha sido el «secreto» del peronismo para mantenerse vigente desde su temprana fundación en 1945? La respuesta sugiere que se ha debido a distintos factores de orden filosófico, político y económico que influyeron sobre su líder Juan Domingo Perón.

En cuanto a su aspecto filosófico:

«La presencia de Perón en Italia, que coincidió con el advenimiento del Fascismo, fue decisiva para su evolución política. El Peronismo no es más que la traducción vernácula del fascismo italiano, sólo que Perón no habla de “Resurgimiento”. Habla de una categoría parecida: “Evolución”.»[1]

El peronismo, que como bien indica el autor citado, consiste en la versión criolla del fascismo italiano, no es sino una variante más del populismo. El peronismo filosóficamente se ha definido:

«Como un praxismo que anuló la categoría de Revolución propuesta por Gramsci. El Peronismo es un mundo sin valores donde lo que importa es el poder acumulado. Y a esto, los peronistas lo saben muy bien, porque tienen un olfato especial para el poder.»[2]

Dado que se trata precisamente de «un mundo sin valores» es que los peronistas son hábiles oportunistas para llenar ese vacío de valores con aquellos que sean más convenientes para lograr su objetivo final: hacerse del poder total por la mayor cantidad de tiempo posible. Por eso, necesariamente ha de ser demagógico. La adulación a las masas por medio de un líder que supuestamente estaría «representando» los «intereses» de las «clases populares» es un elemento esencial en la «lógica» populista y por consiguiente –desde luego- peronista.

«-¿Por qué el peronismo no asumió la categoría de Revolución?

-Porque fue conservador al estilo del “actualismo” de Gentile. Pero a mi juicio, así como Gramsci fue “más actualista que Gentile”, los Montoneros fueron más peronistas que Perón al pensar en la categoría “Revolución” y no en “Evolución”. Hace poco, me encontré con un viejo texto de Firmenich que me dio la razón. Decía “nosotros los Montoneros somos más peronistas que el propio Perón”.»[3]

Los Montoneros pretendían llevar la doctrina asumida por Perón hasta sus últimas consecuencias lógicas: la realización de la revolución marxista, disfrazada bajo las consignas de «nacional y popular». Esa revolución incluía -desde luego- la insurrección armada y la toma del poder por medios violentos. Prueba de ello consiste en la gran cantidad de secuestros extorsivos y crímenes cometidos por la mencionada banda, que ejecutaba sus tropelías en nombre del «movimiento». Es interesante señalar que -mas tarde en el tiempo- el matrimonio Kirchner se adjudicó la misma consigna, a la vez que reivindicaron la lucha armada por los criminales Montoneros a quienes rebautizaron como «jóvenes idealistas», con lo que pretendieron «purificar» a los que no fueron más que feroces asesinos.

«-¿Firmenich le daba la razón a Gramsci?

-Totalmente. Y esa es mi tesis. Además, ese fascismo llamado Peronismo ¿qué ética ha generado en el país? La de un praxismo donde lo que importa es la acción para la acción que equivale a poder. Lo fundamental en el peronismo es el mantenimiento y la conquista del poder. Por eso se entiende que sea peronista un Perón, un Menem o un Kirchner. Todos diferentes pero todos unidos en esta lógica.»[4]

Profundamente cierta la anterior afirmación. Pero faltaría agregar que la estrategia del peronismo en sus planes permanentes de tomar el poder total y absoluto consiste en la elaboración de un discurso demagógico por el cual se intenta convencer a una masa de ignorantes que ese poder -en realidad- se arrebata para serle «devuelto» al pueblo cuando lo real es que sucede a la inversa: el peronismo despoja el poder para -en definitiva- consumar quitarle ese poder al pueblo en forma absoluta. Durante la dictadura de los Kirchner, ese discurso hipócrita y demagógico recibió el nombre de «El relato» por la permanente distorsión y falseamiento de la realidad por parte de la tenebrosa pareja gobernante. Esto refuta a quienes pretenden desconocer que Menem y Kirchner fueron peronistas:

«-¿Por qué?

-Porque en el momento de Menem convenía sostener la bandera de lo liberal, pero en la época actual conviene otro discurso. Y mañana vendrá otro peronista que reniegue de Kirchner. En la fiesta del primero de mayo, había peronistas que fueron ultramenemistas y que estaban aplaudiendo “el fin de la década infame del ´90”…Daba risa…»[5]

Cabe poner de relieve que la entrevista que nos encontramos comentando le fue realizada al entrevistado en el año 2012, cuando aun gobernaba la mujer de Kirchner y abrigaba pretensiones de perpetuarse en forma indefinida en el poder, al extremo de llegar a decir en una transmisión publica por la cadena nacional de radiodifusión y televisión que sólo se le debía temer a Dios y a ella misma (lo que denota con notoria claridad la enfermiza obsesión del imperio absoluto y completo). La estrategia del peronismo para perdurar consiste, pues, en negar que sus candidatos (ante sus fracasados gobiernos) hayan sido peronistas. Este artilugio ha servido para confundir a ignorantes e incautos que creyeron -y siguen creyendo- que Menem y los Kirchner no habrían sido peronistas. Esta negación de muchos (quizás una mayoría, incluyendo a muchos antiperonistas)) sirve plenamente a los fines del peronismo en su objetivo de lograr el poder hegemónico a perpetuidad.

«-Sobre el Kirchnerismo

-Este gobierno, ideológicamente, está cerca de los Montoneros. O sea que lo lógico sería que aplicara la categoría de “Revolución” a ultranza. Pero por cierto que no lo hace, ya que la mayoría de estos “ex revolucionarios” han devenido en burgueses; es decir, se han acomodado a la situación vigente. Del ideal que tenían en los ´70 habrán aplicado el uno por ciento. Además, el matrimonio gobernante tenía una fortuna ¿qué revolución van a hacer entonces?»[6]

Recordemos que a la fecha de la entrevista citada gobernaban los Kirchner. Por supuesto que el poder no es perseguido por el poder mismo, sino -fundamentalmente- porque el poder político es el puente más breve, cómodo y sencillo para obtener el poder económico a través de los instrumentos que otorga el gobierno a cualquiera que lo ocupe. Y esta siempre fue la meta del peronismo desde la época de su fundación por el tristemente célebre Juan Perón hasta nuestros días.

[1] Entrevista de Iván Wielikosielek a Daniel Lasa, especialista en Filosofía Política. Publicada en EL REGIONALhttp://www.elregionalvm.com.ar/?cat=11

[2] Entrevista a Daniel Lasa….cit. supra ídem.

[3] Entrevista a Daniel Lasa….cit. supra ídem,

[4] Entrevista a Daniel Lasa….cit. supra ídem.

[5] Entrevista a Daniel Lasa….cit. supra ídem

[6] Entrevista a Daniel Lasa….cit. supra ídem

 

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE.  Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero.

El papel de las ideas

Por Martín Krause. Publicado el 20/2/14 en: http://bazar.ufm.edu

Hoy vimos en la clase del doctorado en Economía del Swiss Management Centre (http://cmt-group.co.uk/doctorado4.html), en la material Applied Economics, el artículo de Milton y Rose Friedman titulado: “La corriente en el pensamiento de los hombres”.

Un muy interesante trabajo que plantea que cambios en las ideas y valores predominantes en una sociedad determinan el rumbo de las políticas económicas y políticas públicas que llegan a aplicarse. Esta hipótesis ha sido explorada y planteada también por Mises, Hayek, e incluso Gramsci en el marxismo y Keynes, en aquella famosa frase de la Teoría General:

•“…las ideas de los economistas y filósofos políticos, tanto cuando son correctas como erróneas, tienen más poder de lo que comúnmente se entiende. De hecho, el mundo está dominado por ellas. Los hombres prácticos, que se creen exentos de cualquier influencia intelectual, son usualmente esclavos de algún economista difunto. Locos con autoridad, que escuchan voces en el aire, destilan su histeria de algún escritorzuelo académico de uno años antes. Estoy seguro que el poder de los intereses creados es vastamente exagerado cuando se lo compara con el gradual avance de las ideas. No, por cierto, en forma inmediata, pero luego de un cierto intervalo; porque en el campo de la economía y la filosofía política no hay muchos que sean influenciados por nuevas teorías luego de sus veinticinco o treinta años de edad, por lo que las ideas que los funcionarios públicos y políticos, y aun los activistas aplican a los eventos actuales no es probable que sean las últimas. Pero, tarde o temprano, son las ideas, y no los intereses creados las que son peligrosas para bien o para mal” (Keynes, 1936, p. 383).
Luego, les presenté el intento de desarrollar una teoría, que aparecen en el libro en el capítulo sobre Cambio Institucional. En síntesis:
1. Existe un “Mercado” de las ideas, donde se demandan y ofrecen ideas que permitan entender la realidad.
2. En épocas normales, esa demanda es más bien baja, pero cuando se presenta una crisis esa demanda se multiplica, la gente quiere entender qué es lo que pasa y qué ha generado esos problemas.
3. Emprendedores de las ideas, quienes siempre han estado compitiendo entre sí en el lado de la oferta, ahora encuentran una demanda creciente. Cuál de esas ideas e interpretaciones será aceptada, determinará el rumbo futuro de esa sociedad.
Gráficamente:

En general las preferencias de los votantes suelen agruparse en forma normal como lo muestra la curva. Los politicos, necesitados de alcanzar una mayoría apelan a quienes se encuentran cerca del medio (teorema del votante medio).

Bell curve

 

 

 

 

Si asumimos que la variable horizontal representa una distribución izquierda/derecha, o más estado/menos estado, o menos libertad o más libertad económica, encontramos en este caso a la mayoría en una posición intermedia. Los emprendedores de ideas se reparten por todo el espectro, pero, por el momento, solo aquellos que caen dentro de la curva en el medio presentan ideas que son “políticamente posibles”.

Ahora bien, esa curva puede moverse, desplazarse tanto para un lado como para el otro. De hecho, a fines de los 80 y principios de los 90 la curva se desplazó hacia la derecha en América Latina, y así vimos reformas, privatizaciones, etc. Luego, no en todos los países, se desplazó a la izquierda en la primera década de este siglo.

Cuando la curva se mueve, algunos emprendedores de ideas que estaban fuera de ella se vuelven ahora “políticamente posibles”. Los politicos, en general, saltan de un lado al otro, siempre en búsqueda de la mayoría donde ésta se encuentre. Suele llamarse a esto “travestismo político”, bien común sobre todo en aquellos politicos que priorizan alcanzar el poder más que hacer algo específico con él.

Por ultimo, el Mercado de ideas tiene una estructura particular. Friedman lo grafica como una gota que cae en un estanque:

Drop in waterSurgen en un punto pequeño, en un grupo reducido y luego se van extendiendo hacia círculos más amplios. Esos puntos originales pueden ser intelectuales, ya que trabajan con ideas, pero no necesariamente, pueden ser artistas que crean nuevos ritmos, diseñadores que crean nuevos estilos, etc.

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

Gutierrez: Teologo de la liberacion.

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 31/1/14 en: http://www.libertadyprogresonline.org/2014/01/30/gutierrez-teologo-de-la-liberacion/

 

Siempre me ha resultado digno de respeto la persona que es fiel a su pensamiento y lo expone sin tapujos, por el contrario, el timorato y vergonzante que busca interpretaciones retorcidas a hechos y textos para esconder sus pareceres es desde todo punto de vista reprobable y no merece la más mínima confianza. El Padre Gustavo Gutiérrez es sin duda del primer tipo.  La honestidad intelectual constituye el requisito básico de una persona íntegra, sin perjuicio del contenido de sus ideas.

El trabajo más conocido del Padre Gutiérrez es Teología de la Liberación, libro publicado en 1971 inmediatamente después de la reunión fundacional de la novel teología de la liberación ocurrida en Chimbote (Perú), en 1968, que influyó notablemente en las reuniones de Obispos y sacerdotes en Medellín primero y Puebla después. El libro de referencia cuenta con doce ediciones en castellano, obra traducida al inglés, francés, italiano, alemán, portugués, holandés, vietnamita, coreano, japonés y polaco.

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El eje central del libro consiste en señalar que la teología tradicional (“lírica” dice el autor) no se ha comprometido con las políticas concretas de este mundo y que las mismas son capitalistas, lo cual estima significan la explotación a los relativamente más pobres. Respecto a esto último, no menciona el hecho que hoy día no existen prácticamente vestigios de capitalismo puesto que los entrometimientos del Leviatán con las vidas y haciendas ajenas es permanente y creciente a través de alianzas con mal llamados empresarios (que son en verdad ladrones de guantes blancos) que viven del privilegio con el apoyo de instituciones internacionales nefastas como el FMI, a través de gastos estatales elefantiásicos, deudas públicas descomunales que comprometen el patrimonio de futuras generaciones que ni siquiera han participado en la elección del gobernante que contrajo la deuda, a través de impuestos insoportables y de regulaciones absurdas y asfixiantes que, entre otras muchas cosas, generan un desempleo colosal.

Tampoco Gutiérrez considera que la inmensa ventaja de la sociedad abierta inexorablemente se traduce en mejoras en la condición de vida de la gente, especialmente de la más necesitada puesto que las inversiones constituyen la única razón para el incremento en salarios e ingresos en términos reales. Y no se trata de la sandez del “efecto derrame” como si se tratara de saciar la sed de los opulentos y lo que rebalsa lo beben los miserables de la tierra. El fenómeno de las mejoras de quienes están en el margen  es un proceso paralelo: cada incremento en la tasa de capitalización (herramientas, maquinarias, instalaciones y conocimientos pertinentes) hace de apoyo logístico para aumentar la productividad del trabajo, lo cual significa ingresos más altos.

Todos provenimos de la caverna, cuando no del mono, la forma de progresar es contar con marcos institucionales que resguarden el respeto recíproco, lo cual significa el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. Esta última institución resulta indispensable puesto que los bienes son escasos en relación a las necesidades, por lo que la asignación y reasignación se lleva a cabo vía las compras y abstenciones de comprar, es decir, como hemos destacado antes, se premia a quien ha dado en la tecla con las preferencias del prójimo y los que yerran incurren en quebrantos. Así es como los factores de producción se van adaptando a los requerimientos de la gente. Si se opta por los bienes en común sucede “la tragedia de los comunes” (lo que es de todos no es de nadie y los incentivos se pervierten) y no hay manera de conocer cuales son las cambiantes prioridades de la gente para asignar recursos.

Vamos ahora resumidamente a lo que aconseja el Padre Gutiérrez en su afamado libro. En este sentido, escribe que “Marx irá construyendo un conocimiento científico de la realidad histórica. Analizando la sociedad capitalista en la que se dan en concreto la explotación de unos seres humanos por otros, de una clase social por otra y señalando las vías de salida hacía una etapa histórica en la que la persona humana pueda vivir como tal […] Iniciativa que debe asegurar el paso del modo de producción capitalista al modo de producción socialista […] creadas las condiciones de una producción socializada de la riqueza, suprimida la apropiación privada de la plusvalía, establecido el socialismo, las personas puedan comenzar a vivir libre y humanamente”, para lo cual recomienda “una revolución social” y “una radicalización política” y que “la revolución cubana ha cumplido un papel acelerador” e insiste en los beneficios del “foquismo guerrillero” y “nuevas formas de lucha armada” y que “ello supone y facilita, por otra parte, un diálogo doctrinal con el marxismo” ya que “un sector importante del clero latinoamericano pide” que no hay que “confundir violencia injusta de los opresores que sostienen este ´nefasto sistema´ con la justa violencia de los oprimidos que se ven obligados a ella para lograr su liberación”.

Al fin y al cabo nos dice este sacerdote dominico que la liberación del pueblo judío de Egipto y que Jesús haya muerto en manos del poder político son hechos de gran importancia, a lo que replicamos nosotros que no se trataba para nada de salir de una esclavitud para ir a otra en el caso egipcio y el conflicto con el poder político no es para imponer un sistema totalitario.

Finalmente el Padre Gutiérrez, por un lado, subestima el mensaje evangélico en cuanto a la “pobreza espiritual” y, por otro, le atribuye un significado que convierte en un galimatías la idea de pobreza en el contexto de “la opción preferencial por los pobres” puesto que si se toma la pobreza material como una virtud habría que eliminar la caridad puesto que mejora la condición del receptor y, además si la Iglesia fuera de los pobres habría que concentrarse en los ricos puesto que los primeros estarían salvados.

En otra oportunidad hemos citado algunos pasajes bíblicos al efecto de subrayar la importancia de la pobreza de espíritu. Ahora lo hacemos nuevamente como la antesala del fin de esta nota periodística: en Deuteronomio (viii-18) “acuérdate que Javeh tu Dios, es quien te da fuerza para que te proveas de riqueza”. En 1 Timoteo (v-8) “si alguno no provee para los que son suyos, y especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin fe”. En Mateo (v-3) “bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos” fustigando al que anteponga lo material al amor a Dios (amor a la Perfección), en otras palabras al que “no es rico a los ojos de Dios” (Lucas xii-21), lo cual aclara la Enciclopedia de la Biblia (con la dirección técnica de R. P. Sebastián Bartina y R. P. Alejandro Díaz Macho bajo la supervisión del Arzobispo de Barcelona): “fuerzan a interpretar las bienaventuranzas de los pobres de espíritu, en sentido moral de renuncia y desprendimiento”  y que “ la clara fórmula de Mateo -bienaventurados los pobres de espíritu- da a entender que ricos o pobres, lo que han de hacer es despojarse interiormente de toda riqueza” (tomo vi, págs. 240/241). En Proverbios (11-18) “quien confía en su riqueza, ese caerá”. En Salmos (62-11) “a las riquezas, cuando aumenten, no apeguéis el corazón”. Este es también el sentido de la parábola del joven rico (Marcos x, 24-25) ya que “nadie puede servir a dos señores” (Mateo vi-24).

Por último, debe subrayarse una vez más que la influencia de este autor y de la Teología de la Liberación ha sido y es muy grande y profunda, pero ocurre que hay muchos que les resulta chocante la violencia recomendada y la declarada simpatía por Marx, Lenin, Trotsky, Marcuse, Hegel y Gramsci por lo que prefieren no hacer referencia a esta escuela de pensamiento pero toman el nudo de las reflexiones de Gutiérrez y sus numerosos discípulos para difundir el núcleo de sus metas, siempre articulando un discurso recubierto con las expresiones de amor, solidaridad, compasión, Dios, las maravillas de la creación, paz y la llamada justicia social (Gutiérrez escribe que “El sentido de la comunidad de bienes es claro: suprimir la pobreza por amor al pobre”).

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. En Administración. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y fue profesor y primer Rector de ESEADE. 

MENTALIDAD DE CONTADOR

Por Alberto Benegas Lynch (h).

Con la mejor buena voluntad, en países en los que se han entronizado dictaduras electas (lo que tanto temía Jefferson al consignar en 1782 que “Un despotismo electo no es el gobierno por el que luchamos”), hay quienes siguen enfocando las críticas como si no hubiera habido un cambio radical de paradigma. Así continúan hablando de las cuentas del balance de pagos, del incremento de la base monetaria, la caída de reservas o de ratios con el producto bruto cuando en verdad a los adoradores modernos del Leviatán todo eso les resulta absolutamente irrelevante. Pregúntenle a los Castro opinión sobre esos guarismos en Cuba y responderá que no saben de qué se está hablando. A los sátrapas les interesa acumular poder y riqueza, para lo cual necesitan expandir la invasión a las autonomías individuales a galope tendido. Y pueden llevar a cabo sus cometidos siniestros merced a desconocimiento de las bases de la sociedad abierta por parte de los gobernados.

 

En otros términos, la mentalidad de contador recitando números y coyunturas no cambia nada. A los candidatos a Stalin o Hitler de este planeta no se los frena con cuadros estadísticos sino con fundamentos que hacen retroceder a los aparatos estatales desbocados. La serie estadística es siempre el resultado de la mentalidad que prevalece. No se pueden invertir las prioridades. No es que deba abandonarse por completo las cifras, es una cuestión de énfasis y de posición relativa. Al centrar la atención exclusivamente en la coyuntura la concentración está en los remos olvidándose por completo del bote. De este modo se bajan peldaños diariamente mientras no se comprenda los nexos causales de la declinación, para lo cual debe dedicarse tiempo, esfuerzo y recursos a la educación en los principios de la libertad en áreas económicas, filosóficas, históricas y jurídicas.

No tengo nada contra los contadores (salvo cuando se hacen decir “doctor” que por más que esté respaldado en una inaudita disposición argentina es moralmente usurpación de título), son sumamente importantes para confeccionar balances y para auditar pero en los últimos tiempos se ha extendido la función de “expertos fiscales” actividad que mermaría en grado sumo y se liberaría energía creativa si la estructura tributaria fuera razonable en lugar de la siempre cambiante maraña impositiva. De todos modos, como se ha consignado, la mentalidad de contador llevando las cuentas de la macroeconomía no contribuye a revertir los problemas que precisamente se originan en la colosal incomprensión de temas de fondo. En su lugar, sugiero, por ejemplo, se debatan temas tales como la naturaleza del gravamen progresivo, la irrelevancia del balance comercial “desfavorable”, la incompatibilidad de  la igualdad de oportunidades con la igualdad ante la ley, los efectos de la  redistribución de ingresos especialmente para los más pobres, la mal llamada “responsabilidad social del empresario”, el rol pernicioso de la banca central, la democracia plebiscitaria y antidemocrática y tantos otros asuntos en los que se ponen en evidencia los sustentos de un sistema republicano. Como queda dicho, en nuestra metáfora, esto sería prestar atención al bote y no solo atender la condición de los remos.

La mencionada mentalidad de contador es como si estuviera navegando en la superficie sin tener en cuenta las corrientes, los vientos ni las enormes rocas que acechan en las profundidades. Si se prestara atención a estas amenazas habría posibilidad de corregir el rumbo y evitar averías de gran calibre. De nada sirve que la embarcación esté muy bien pintada y reluciente si el naufragio es inexorable. Es un poco como bailar en la cubierta del Titanic mientras estaba enfrentado al iceberg.

Sin duda que la corrupción que remite a algo en descomposición, algo podrido, algo que destila hedor en grado creciente. Es algo detestable en cualquier nivel, pero cuando se lleva a cabo con los dineros públicos naturalmente genera un rechazo que llega a la repugnancia superlativa. Pero eso no justifica que el tema exclusivo consista en la corrupción, como si un gobierno totalitario que no robara estuviera exento de crítica.

Esto último es lo que parece sucede en la mayor parte de los casos: gobiernos que aplastan las libertades, se los critica solo por su corrupción administrativa. Establecen absurdos controles de precios con lo que indefectiblemente generan desabastecimientos colosales que luego endosan a los comerciantes, pretenden una mordaza a los periodistas independientes con lo que se tiende solo a permitir la mentirosa voz oficial, estatizan empresas con lo que se reciben pésimos servicios y se acumulan pérdidas astronómicas, se introducen férreas disposiciones laborales que no permiten el sindicalismo libre y producen desempleo, pretenden alquimias en el mercado cambiario y cierran la economía retrotrayéndola a la época de las cavernas, avanzan sobre la Justicia con la idea de contar con una adicta a los caprichos del gobernante, incrementan impuestos para poder seguir con el festival estatista y así sucesivamente.

Como no se presta la debida atención a la necesaria educación para la libertad, se observa un peligroso defasaje en los debates públicos en la prensa oral y escrita en los que la llamada oposición navega en la superficie con críticas de forma pero lamentablemente en gran media comparten el fondo de las políticas que provienen de quienes teóricamente están en el bando opuesto. Tocqueville ha dicho que “los pueblos creen que aman la libertad cuando odian al amo”; sin los fundamentos adecuados este camino desemboca invariablemente en la sustitución de un amo por otro.

Es que como también nos dice Tocqueville “El hombre que le pide a la libertad más que ella misma, ha nacido para ser esclavo”. Sin libertad se pierde la condición humana. Tal como he recordado en otra oportunidad, el tema lleva la memoria a un cuento de Andersen en el que un fulano entregó su libertad a cambio de gran cantidad de oro, pero ¿de que le sirve lo crematístico si no puede decidir nada respecto a su vida?

En el tema que abordamos hay una operación pinza de proporciones mayúsculas por parte del espíritu totalitario: por una parte, se sigue a pie juntillas la receta gramsciana en cuanto a penetrar en los ámbitos educativos con ideas colectivistas y, por otra, en el nivel público, corren el eje de los debates a la periferia ya que los contendientes no tienen plafón (y muchas veces tampoco el conocimiento) como para encarar temas de fondo.

Los divulgadores de la coyuntura y las series estadísticas pueden tener la mejor de las intenciones pero en esta materia lo importante son los resultados y no los deseos por más puros que éstos sean. Desafortunadamente se ha perdido la noción del valor de las faenas educativas para tratar temas como los que hemos ejemplificado a vuelapluma en esta nota, los cuales, una vez entendidos y compartidos, se traducirían en una coyuntura más favorable.

Pongamos otro ejemplo de interpretación errada que no se la suele enfrentar. Se trata de la habitual concepción de la riqueza como encajada en un proceso de suma cero (es decir, lo que gana uno es porque otro lo pierde). De allí es que se arremete contra los relativamente más ricos sin percatarse que la riqueza no es un fenómeno estático sino dinámico de creación de valor y que en toda transacción voluntaria ambas partes ganan. Cuando mencionamos la dinámica de la creación de riqueza subrayamos que se trata del incremento de valor, puesto que como indicó Lavoisier en el universo “nada se pierde, todo se transforma” (no aumenta la materia/energía ni se consume), lo cual puede ejemplificarse en el contexto del hilo argumental que venimos sosteniendo con la telefonía: los aparatos viejos demandaban más materia que los celulares modernos pero éstos ofrecen mayores servicios.

Todas estas preocupaciones se basan principalmente (aunque no exclusivamente) en lo que viene ocurriendo hoy en países como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Argentina donde los debates públicos son en general lamentables aún reconociendo los muy valerosos esfuerzos de muchos de los que dicen se oponen a los atropellos de los gobiernos, pero que a nuestro juicio no solo eluden los asuntos de fondo sino que en no pocas circunstancias le conceden al Leviatán lo que estiman son “beneficios” de las políticas de quienes están en funciones. En privado, muchos de estos opositores admiten el punto pero alegan que no pueden articular un discurso distinto porque la gente no lo aceptaría…y esto es así, precisamente porque las tareas educativas que apuntan a romper las cadenas (y no simplemente alargar la cadena) no cuentan con el suficiente respaldo moral y financiero para lograr sus cometidos.

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. En Administración. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y fue profesor y primer Rector de ESEADE.