Para ahorristas: si puede, no compre dólares

Por Alejandro Tagliavini. Publicado el 24/4/20 en: https://www.ambito.com/finanzas/inflacion/para-ahorristas-si-puede-no-compre-dolares-n5097986

A los gobiernos del mundo no se les ha ocurrido peor estrategia que literalmente «regalar dinero». Inevitablemente esto traerá una fuerte inflación.
Análisis conservadores sobre la evolución del precios del oro apuntan a un objetivo implícito de u$s1.941/oz en unas siete semanas. Esto es un 12% en menos de dos meses.


Análisis conservadores sobre la evolución del precios del oro apuntan a un objetivo implícito de u$s1.941/oz en unas siete semanas. Esto es un 12% en menos de dos meses.

La inflación se dispara y el mejor medidor es el dólar blue ya que es el que, con mayor libertad e independencia, muestra la depreciación del peso, la inflación de verdad. Hoy supera los $ 120 subiendo 47% en un mes y marcando una brecha cambiaria con el mayorista oficial de más del 70%, y esto va a estallar.

El error de confundir la inflación con el aumento del IPC queda en evidencia porque, a pesar de la desmadrada emisión monetaria, los precios se mantienen relativamente estables, aumentaron solo 3,3% en marzo, según el INDEC, que reconoció que midió por teléfono. Ahora, los salarios nominales promedio se bajan fuerte dado el parate económico con lo cual, el poder adquisitivo promedio cayó mucho más que por el aumento del IPC.

Sea como sea, el dólar seguirá siendo preferencia -casi urgencia dada la disparada de la inflación- porque es enormemente mejor que el peso y fácil de comprar, pero definitivamente deberían empezar a mirar otros valores.

El globo va mal, mientras que EEUU cae fuerte, los datos adelantados de abril de PMI -mide la producción del sector privado y estima el PBI- registran descensos sin precedentes en Alemania, Francia y el conjunto de la zona euro, a un ritmo del 7,5% en términos trimestrales. Casi el triple que durante la crisis financiera de 2008. Esto es consecuencia de la fuerte represión de los mercados por parte de los Estados -con la idea de “controlar la pandemia”- pero a los gobiernos no se les ha ocurrido peor estrategia que literalmente “regalar dinero”, lo que significa pretender que uno puede enriquecerse sin trabajar, solo esperando que pase un helicóptero y le tire billetes.

Antes de 2008, los bancos centrales tenían un volumen de balance equivalente al 10% del PBI. Hoy, algunos como el Banco de Japón o el Banco de Suiza ya superan el 100% del PBI, aunque el BCE, la FED y el Banco de Inglaterra van detrás. Y pareciera que estas emisiones no tienen techo. Entre 2020 y 2021 solo los desembolsos, de los países en desarrollo, para el pago de su deuda pública externa ascenderán hasta los u$s3,4 billones, un 10 % de sus ingresos estatales.

Inevitablemente esto traerá una fuerte inflación en la cual quizás el dólar sea la “menos peor” moneda dado el comportamiento “más conservador” de la FED, mientras que el BCE ha decidido hasta aceptar bonos basura. De hecho, el Dollar Index Spot sube 4% hasta 100,45 en lo que va de 2020.

Esta inflación explica en buena parte el comportamiento alcista en las últimas semanas en términos nominales de las bolsas. Pero todo indica que quizás sea mejor refugiarse en otros lados. Ni siquiera valen la pena los bonos de EEUU que son considerados muy seguros pero cuyos rendimientos están en mínimos históricos.

Quizás sea momento de mirar al oro, que sube sostenidamente y ya ronda los u$s1.726/oz. Bank of America (NYSE:BAC) ha establecido un objetivo de precios asombrosamente elevado de u$s3.000/oz en los próximos 18 meses, superando fuertemente los máximos registrados de u$s1.911,60 en septiembre de 2011. BAC lo atribuye a un ambiente de riesgo provocado por la agitación en los mercados petroleros y de otros activos. Aun los más conservadores como Pinchas Cohen, presidente y fundador de la Cámara Israelí de Analistas Técnicos, apuntan a un objetivo implícito de u$s1.941/oz en unas siete semanas. Esto es un 12% en menos de dos meses, no está mal.

Obviamente, como todo en el mercado es imprevisible, esta estructura de oferta-demanda puede fluctuar, e incluso desfigurarse, en el caso de un hecho aún desconocido. Como anécdota, Cohen da un ejemplo de operación: entrada en u$s1.740/oz con orden de minimización de pérdidas en los u$s1.730, así el riesgo es perder u$s10, siendo el objetivo de u$s1.780 -debajo de los máximos del 14 de abril- resultando la recompensa de u$s40, entonces la relación riesgo-recompensa queda en 1:4.

Por cierto, el modo más fácil de comprar oro es comprar un ETF que se compra y vende como cualquier acción y que es un fondo que invierte en oro y cotiza en bolsa. El ETF más conocido es el SPDR Gold Shares (NYSEARCA: GLD) que sube 15% en lo que va de 2020 mientras que el S&P 500 cae 16%. Y hay otros ETF que suben todavía más. Aunque lo más rentable es comprar futuros de oro COMEX que pueden apalancarse y rollearse, claro que es algo más riesgoso.

Por su parte, el Bitcoin (BTC) ronda los u$s7.560 y, aunque con la volatilidad que lo caracteriza, sube 30% en 30 días, superando la media móvil de las últimas 200 semanas de u$s5.000 y se antoja atractivo sobre todo porque el “halving” -los BTC que ingresan en circulación cada 10 minutos, recompensa de bloque, disminuirán de 12,5 a 6,25- se producirá a mediados de mayo -fecha estimada, lunes 11- y los más optimistas creen que podría llegar hasta u$s10.000.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Asesor Senior de The Cedar Portfolio, Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE. Síguelo como @alextagliavini

 

 

Esta podría ser la semana más movida de la economía global en 2019

Por Alejandro Tagliavini. Publicado el 30/7/19 en: https://www.ambito.com/esta-podria-ser-la-semana-mas-movida-la-economia-global-2019-n5045560

 

La Reserva Federal (Fed) de EE.UU.

Mañana la Fed reduciría las tasas, luego de más de diez años, en un cuarto de punto, aunque algunos apuestan hasta por medio punto porcentual, intentando sostener el crecimiento y acotar la inflación. Hoy saldrían en EE.UU., los índices de salarios, ventas de viviendas y confianza del consumidor. Luego, el jueves, el dato de manufacturas (ISM) mostraría una expansión.

El viernes, las estadísticas sobre comercio evidenciarían la guerra con China y el informe de empleo mostraría una ganancia de 166.000 puestos, menos que los 224.000 de junio. La próxima semana, el Tesoro dirá cuánto crédito necesita dados los crecientes déficits presupuestarios.

EE.UU. se frena, creció 2,1% en el segundo trimestre frente al 3,1% del primero, aun así, continua la reactivación iniciada hace 10 años, la más larga de su historia, y la más mediocre, con un crecimiento promedio de 2,3%.

En Asia, esta semana se retoman las negociaciones entre EE.UU y China. El Banco de Japón, hoy reafirmaría su intención de bajar tasas para evitar una apreciación del yen, si la Fed recorta las tasas, dado que los datos este martes mostrarían que la producción industrial se contrajo nuevamente en junio debido a la floja demanda externa.

En China, Corea del Sur, Australia, Indonesia y Tailandia se conocerán esta semana índices que mostrarían una ralentización de las economías y el comercio global. Y, hablando de China, el Índice de las 500 mayores empresas globales de Fortune, hace 30 años tenía 167 estadounidenses, 111 japonesas y ninguna china. En su última edición, de la semana pasada, tiene 121 de EE.UU., 119 chinas, y 52 japonesas. Ahora, de las empresas chinas, el 69,9% son estatales y subsidiadas.

Por cierto, nadie cree los datos chinos. Para Yingyao Hu, de la Universidad J. Hopkins, el crecimiento es 1,8% inferior, lo que supone un respetable 4,4% pero no el 6,2% oficial. Y, según Greg Ip del The Wall Street Journal, el milagro chino genera aumentos del PBI per cápita inferiores a los del japonés, taiwanés y coreano.

En Europa el BCE se preparó, la semana pasada, para el recorte de tasas en septiembre y la compra de bonos. Hoy se conocería otro descenso en la confianza de la zona y, mañana, que la economía se desaceleró en el segundo trimestre a la mitad del 0,4% del primero y que la inflación languidece debajo del objetivo del BCE de 2%. El Banco de Inglaterra publicará sus previsiones el jueves, que se moderarían al acercarse la fecha límite del Brexit, el 31 de octubre.

En América latina, el banco central de Brasil podría reducir las tasas mañana. El jueves, los datos industriales de julio aclararían si entró en recesión técnica en el primer semestre y México, mañana, sabrá si la evitó al publicarse los datos preliminares del segundo trimestre.

Entretanto, en Argentina, el Índice de Confianza del Consumidor de la UTDT mejoró en julio 8,9% respecto a junio, y 21,9% i.a., mostrando que la propaganda oficial es exitosa porque, aunque el PBI haya cortado una caída continua de 12 meses, ni el consumo ni el empleo mejoran.

La actividad económica creció 2,6% i.a., según el EMAE del Indec y subió 0,2% respecto de abril. Pero lo único que se ve es que el agro hizo un aporte en efectivo y circunstancial -creciendo 49,5%- compensando la baja de casi todos los sectores, como el comercio, la actividad manufacturera y financiera que bajo 16% por la contracción del crédito, evidenciando que la economía sigue cayendo.

Y con las PASO cerca, según analistas citados por Bloomberg, después de los retornos en 2019 de las acciones de más de 30%, y el mejor carry trade del mundo, con un retorno de 14%, muchos podrían tomar ganancias.

Con todo, el FMI -optimista- estimó que en 2019 la economía caerá 1,3%. Y hablando del FMI, reafirmando su neokeynesianismo, con motivo de su 75º aniversario del 22 de julio, reproduce en su web un artículo (“Lord Keynes Pays a Visit”) donde imaginariamente Lagarde explica a Keynes el porqué del leve desvío de su proyecto inicial.

El daño más grande del -multi- estatal FMI es el ideológico, al convencer a sectores conservadores de que es necesario “un ajuste doloroso”, recortar gasto en base a baja de sueldos y pensiones.

Falacia que viola las leyes económicas desde que este “ajuste”, a igualdad de condiciones, solo provocará una caída en el consumo -ergo, el PBI, la recaudación fiscal…- obligando a aumentar la presión impositiva. Cuando, por donde debe empezarse, es por desregular al mercado, permitiéndole expandirse, y vender propiedades estatales deficitarias y, así, licuar el gasto al tiempo que se bajan los impuestos.

Además, esto de que, del mal –el “ajuste doloroso”- puede surgir un bien, viola las leyes de la lógica: de Identidad, de No contradicción, del Tercero excluido y de la Razón suficiente. Del mal solo puede -y surge- mal.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE. Síguelo como @alextagliavini