Irán, mientras esté sancionado, cierra las puertas del diálogo con EE.UU.

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 31/10/19 en: https://www.lanacion.com.ar/opinion/iran-mientras-este-sancionado-cierra-puertas-del-nid2302329

 

Los EE.UU. e Irán no dialogan. De esa manera, la relación bilateral entre ambas naciones permanece congelada y las peligrosas tensiones que existen entre ambos países no disminuyen, sino crecen, conformado el tema más peligroso de todos los que conforman la agenda de paz y seguridad internacionales.

Una reciente oportunidad para que sus dos líderes se encontraran no fue aprovechada. Me refiero a la apertura del nuevo período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. A ese evento anual concurrieron, como estaba previsto, los Jefes de Estado de ambos países en pugna.

Pero, pese a la declamada ambición del presidente norteamericano, que por su parte no excluye la posibilidad de un encuentro, la negativa del presidente Iraní, Hassan Rouhani, fue y sigue siendo terminante: mientras no se levanten las duras sanciones económicas norteamericanas, no hay posibilidad alguna de encuentros al más alto nivel. Ninguna.

De esa manera, los denodados y recientes esfuerzos del presidente francés, Emmanuel Macron, para que el encuentro se materializara terminaron en un lamentable fracaso. En un «portazo», mas bien.

Las tensiones entre Irán y los EE.UU. aparentemente no disminuirán. Por ahora, al menos. El acuerdo de Irán con la comunidad internacional de 2015 sobre su peligroso programa nuclear parece estar cada vez más sin vigencia, ni vigor. «Ausente con presunción de fallecimiento», dirían seguramente los juristas. Los EE.UU. se retiraron del mismo, con otro portazo, e Irán ahora lo está violando abiertamente.

Estamos frente a tensiones fuertes y sin posibilidades reales de entablar ningún diálogo directo entre los países que protagonizan la confrontación. Las actitudes amenazadoras de ambas partes continuarán previsiblemente aumentando las distancias que ya los separan. Como lo demuestran las recientes sanciones norteamericanas a varias empresas chinas que fueron acusadas de adquirir petróleo crudo iraní en violación directa y flagrante a las sanciones norteamericanas.

La paz y seguridad del mundo está hoy todavía muy lejos de poder ser considerada asegurada. Al menos en la zona del Golfo Pérsico, queda visto. Me viene a la cabeza aquello tan español contenido en el viejo dicho que reza: «por la calle del después, se llega a la plaza del nunca».

Irán -cabe recordar- no acepta la existencia del Estado de Israel y alimenta constantemente el odio regional contra ese país y contra sus ciudadanos. Por ello se ha convertido en uno de los mayores exportadores de terrorismo del mundo y alimenta constantemente, directa o indirectamente, las rispideces regionales. Esto supone mantener a Israel siempre alerta contra posibles ataques y atentados violentos, de todo tipo, en su contra. Pergeñados en Teherán. Lo señalado está, desgraciadamente, en el corazón mismo de la belicosa «política exterior» persa. Es su vector esencial.

En los últimos tiempos, Irán ha estado utilizando activamente para ello al violento movimiento shiita libanés denominado «Hezbollah», al que está ahora -según alerta Ely Karmon- suministrando tecnología y apoyo directo para fabricar misiles guiados -y su combustible- en el Líbano.

Esa fabricación se hace desde el año 2006, fundamentalmente en la ciudad de Beirut y en instalaciones emplazadas en el Valle de Beeka, de modo de usar a la resignada población civil libanesa a la manera de escudo para la aventura.

Israel lo sabe bien y ha asestado ya golpes aéreos muy precisos contra las instalaciones y equipos que operan en territorio libanés, habiendo sido suministrados por Irán.

Paradójicamente, al propio tiempo y pese al accionar morigerador del gobierno francés que encabeza Emmanuel Macron, Irán aparentemente rechaza acercarse a una mesa de negociaciones con el gobierno de Donald Trump, que en cambio está, en principio, abierto a conversar -cara a cara- con los clérigos iraníes, de modo de tratar de encontrar una fórmula para mantener una convivencia pacífica más o menos estable en la convulsionada región.

Francia -a la manera de incentivo- está proponiendo, entre otras cosas, suministrar a Irán una enorme línea de crédito, del orden de unos 15 billones de dólares, con garantía explícita en hidrocarburos, lo que no será nada fácil de materializar.

Para los Estados Unidos, que, en cambio, mantienen una política dura, de constante «máxima presión» respecto de Irán, esa alternativa no es bienvenida, salvo como parte integral de un acuerdo bilateral que sea mucho más amplio y que esta vez incluya no sólo el peligroso programa nuclear iraní, sino también su atemorizador complemento misilístico.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Fue profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y fue Vice Presidente de ESEADE.

Reunión G-20 en Buenos Aires: burocracia a pleno y los niños siguen desnutridos

Por Alejandro A. Tagliavini. Publicado el 19/9/18 en: https://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article219747495.html

 

Si hay una reunión incoherente es la del G-20. Integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, Rusia, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea, representa el 85 por ciento del producto bruto, dos tercios de la población y el 75 por ciento del comercio mundial.

Es el principal foro para “la cooperación económica, financiera y política y busca generar políticas públicas que los resuelvan”, o sea, ver cómo los Estados interfieren al mercado dejándolo con menos libertad, imponiéndole regulaciones coactivas cuando el mercado es solo cooperación pacífica y voluntaria entre las personas.

Dado que este año la presidencia recae en el presidente argentino Mauricio Macri, la próxima Cumbre del G-20 se realizará Buenos Aires —primera vez en Sudamérica— entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre. Angela Merkel, Donald Trump, Vladimir Putin, Xi Jinping, Emmanuel Macron, Theresa May y Shinzo Abe serán algunos de los mandatarios presentes. Pero previamente, se realizarán “solo” unas 50 reuniones —que comenzaron en diciembre de 2017— entre equipos técnicos y ministros en 11 ciudades del país.

Además, fueron invitados Chile y Holanda, y España que es invitada permanente, y otros países representando bloques como Caricom (Jamaica), Asean (Singapur), Nepad (Senegal) y la Unión Africana (Ruanda). También estarán presentes el Banco Mundial, el FMI, la OCDE, el BID, el CAF, la OMC, la ONU, el FSB, la OIT y todas las siglas imaginables hasta agotar el abecedario de burócratas.

Si le parece poco, se desarrollan reuniones del B-20 (empresarios), el C-20 (ONGs), el L-20 (sindicalistas), el S-20 (científicos), el T-20 (think tanks), el W-20 (mujeres), y el Y20 (jóvenes). En total viajarán más de 3,000 personas.

El Gobierno gastará al menos $120 millones a lo que hay que sumarle los siderales viáticos de todos estos viajeros, más el sueldo de todos estos burócratas, en un país donde la pobreza ronda el 30 por ciento de la población y crece. Uno de los gastos más fuertes será en elementos como balas de goma y gases lacrimógenos: para reprimir Macri tiene dinero.

El más irónico de los temas a discutir será el de “Un futuro alimentario sostenible”. Hasta el oficialista Programa Mundial de Alimentos de la ONU reconoce que, “uno de los mitos más comunes… es que no hay suficientes alimentos en el mundo… los hay. El hambre… es una cuestión de acceso”. O sea, si hay hambre y desnutrición es porque la comida no llega a los más pobres debido a regulaciones e impuestos estatales que complican la distribución.

Por caso, los impuestos —como para solventar estas Cumbres— son una de las principales causas de pobreza desde que —aunque las cargas fiscales estén dirigidas a los más ricos— cuanto más alta es la capacidad económica de una persona con más fuerza los deriva hacia abajo: por ejemplo, algunos empresarios los pagan subiendo precios o bajando salarios.

Pero, además, se prohibirá el desarrollo normal de actividades y trabajo. Más allá de innumerables cierres de calles, los aeropuertos de Buenos Aires (Aeroparque, Palomar, San Fernando, Morón y 25 km a la redonda) estarán cerrados durante tres días y sólo recibirán oficiales. Hasta el Aeropuerto Internacional de Ezeiza se verá afectado.

Y el 30 de noviembre será feriado —en la ciudad de Buenos Aires— para “garantizar la logística” de la Cumbre.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

Más naturaleza y menos soberbia

Por Alejandro A. Tagliavini. Publicado el 24/1/18 en: https://www.laprensa.com.ni/2018/01/24/opinion/2365428-mas-naturaleza-y-menos-soberbia

 

No siendo experto, no me corresponde emitir una opinión científica al respecto, pero el argumento oficialista suena poco creíble

 

Durante su reciente gira por China, además de abogar por las “nuevas rutas de la seda” el colosal proyecto ferroviario y marítimo entre el Pacífico y Europa, Emmanuel Macron enfatizó la “batalla por el clima”, intentando minimizar el boicot a los acuerdos de París de parte de Trump quien es escéptico y que cree que es una invención de Beijing para atrasar a EE.UU. A raíz de la ola de frío, Donald Trump ironizó diciendo que vendría bien “un poco de ese calentamiento”.

No siendo experto, no me corresponde emitir una opinión científica al respecto, pero el argumento oficialista suena poco creíble: este frío sorprendente se debe a que las cosas se están calentando (¿?), al calentarse el Ártico, el aire frío desciende a latitudes medias, aseguran algunos. Y, según la Organización Meteorológica Mundial, 2017 habría sido el año más cálido desde que se tienen registros.

El oficialista Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) afirmaba que el “calentamiento global” es causado por una sobreproducción humana de dióxido de carbono (CO2). En 2008, un miembro del IPCC, Vincent Gray, denunció que todo era una “estafa”, y son muchos quienes aseguran que la explicación a esta farsa está en la ruta del dinero. Los fondos “recaudados” por los gobiernos son cuantiosos.

Por caso, destinar US$100,000 millones anuales al 2020 es lo que acordaron los países del Fondo Verde para el Clima de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, creado en el 2011.

Ahora, hay otras incoherencias —estas insalvables— en esta posición oficial. Es que la violencia siempre destruye, dice la ciencia, por tanto, esta soberbia gubernamental de creerse dueños de la verdad e imponerla coactivamente, perjudicando al sector privado, es inmoral. Por otro lado, algunas de las industrias más contaminantes —como las petroleras— en buena parte están en manos de los gobiernos, ¿por qué no las cierran? Para una reunión en Davos, en la que se trató el “cambio climático”, los dirigentes llegaron en 1,700 jets privados entre otras cosas, y se calcula que produjeron tanto CO2 como una ciudad de 2,000,000 de personas.

¿Se acuerda de la gripe aviaria y las catástrofes que traería? Nadie la recuerda. ¿Y de la gripe A? Tampoco. Desastres apocalípticos al estilo hollywoodense nunca hubo ni los habrá —solo en la mente de los aprovechados políticos— porque la naturaleza es infinitamente más sabia y no permitirá que la sobrepase un ser mínimo, aunque con una soberbia capaz de creer que puede destruir la obra de Dios.

Por el contrario, resulta coherente y creíble que, sin esta violencia, si dejamos que la naturaleza —y el mercado, espontáneamente— se haga cargo, muy probablemente, si el problema realmente existe, se solucionaría de manera mucho más eficaz.

Por caso, dado que el CO2 es un poderoso fertilizante, según un estudio publicado en Nature Climate Change, la Tierra ha ganado 36 millones de kilómetros cuadrados de superficie verde lo que contribuye a frenar el efecto invernadero, al absorber los gases tóxicos, y a combatir el hambre debido al aumento de las cosechas. Y, por cierto, los verdaderos defensores de la naturaleza siempre fueron las personas, porque son parte de ella.

Cuánto más vale la tierra cuando tiene árboles, agua natural limpia, aire puro y no tiene ruidos molestos, en fin, cuanto más respetada sea la naturaleza.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

 

Los desafíos de Angela Merkel en su cuarto mandato

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 5/10/17 en: http://www.lanacion.com.ar/2069387-los-desafios-de-angela-merkel-en-su-cuarto-mandato

 

Angela Merkel, como anticipamos, se impuso claramente, por cuarta vez, en las elecciones nacionales de su país. Aunque con menos margen, desde que ha perdido un millón de votos con los que hasta no hace mucho contara, que han partido hacia otras alternativas. Algunos hacia el centro, otros hacia el populismo, lo que es inquietante. ¿Cuáles son los principales desafíos inmediatos? Especialmente, aquellos con algún impacto más allá de la propia Alemania.

Primero, la reforma de la Unión Europea y la de la llamada «eurozona». Allí tiene ya empujando al nuevo presidente de Francia, Emmanuel Macron, ansioso por avanzar velozmente con sus imaginativas propuestas que apuntan a la profundización de la integración continental, a la que hoy muchos europeos se resisten. Ellas son altamente complejas: suponen un presupuesto europeo unificado, un parlamento común, una suerte de Mini Fondo Monetario europeo y un ministro de Finanzas único para Europa. Nada fáciles de digerir. Más aún en Alemania. Pero eso es lo que Macron está ya poniendo sobre la mesa.

Merkel ha tratado de reducir cuantitativamente esas propuestas y atarlas a un presupuesto común menor en su envergadura. Pero las propuestas, igual no lucen demasiado factibles. La presencia de los populistas en el Parlamento alemán hará más difícil avanzar en dirección a perfeccionar la integración en la Unión Europea. A lo que cabe agregar que los socios de centro en una posible nueva coalición de gobierno, que alguna vez fueran claramente partidarios de ese objetivo, tienen hoy, en cambio, un alto grado de «euroescepticismo», lo que es un cambio que no ayudará al tándem Merkel-Macron a lograr el objetivo antes mencionado.

Segundo, la necesidad de adoptar un rol más protagónico en el escenario mundial, por la defección de Donald Trump en la tarea de defender los valores centrales de Occidente y ante el fuerte aumento de la influencia y presencia de China y Rusia en todos los rincones del mapa. Esto requerirá previsiblemente que Alemania cumpla, de una vez, sus promesas y aumente su músculo militar con la asignación al mismo del 2% de su PBI que fuera comprometida en la OTAN. Hasta ahora, Alemania vivía en esto, pícaramente, «de prestado», dedicando a este tema apenas un 1,2% de su PBI.

Tercero, la urgencia en «re-balancear» su poderosa economía, bajando sin más demoras su enorme superávit comercial y dedicando los recursos del caso, con la intensidad requerida, para renovar una infraestructura pública germana con muchos rincones hoy claramente obsoletos. Alemania necesita recuperar sus niveles de inversión. Y además, crecer en el complejo mundo de la tecnología, en el que se está quedando atrás.

Cuarto, encarrilar la crisis de los refugiados, el tema que realmente polarizó a su país y que requiere un esfuerzo monumental de integración entre la cultura alemana y las de los recién llegados, atendiendo -con la prudencia del caso- el problema de no «islamizar» de pronto a Alemania, que a muchos parece preocupar. Particularmente a quienes han virado precisamente por ello hacia los inquietantes extremismos de la derecha alemana que hoy representa nada menos que el 12,6% de su electorado. Más de un alemán sobre cada diez, entonces. No es poco.

Angela Merkel obtuvo entonces -como pretendía- un nuevo mandato. Pero salió debilitada, con el nivel de apoyo popular a la Democracia Cristiana más bajo desde 1949. Deberá, además, gobernar en coalición con la derecha (que ha crecido un 5,2%) y con los «Verdes», agrupaciones de muy distintos pelajes y objetivos. Porque esta vez el socialismo, también muy debilitado en la reciente elección, quiere ser oposición y recuperar así su identidad ideológica. El universo político alemán ha quedado muy fragmentado. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, tendrá en su Parlamento a legisladores nacionalistas, lo que augura un diálogo doméstico bien distinto al mantenido hasta ahora, que incluirá los temas étnicos y raciales.

Ha quedado en evidencia, además, que el Este de Alemania, que se reunificara a comienzos de la década de los 90, pero que sigue siendo el rincón del país con mayor nivel de pobreza, es más proclive que el Oeste a las tentaciones nacionalistas y populistas.

La nueva gestión doméstica de Angela Merkel que ya se inicia luce compleja. Presuntamente será la última de una líder exitosa que hoy parecería ser el pilar central de la estabilidad del mundo. Quizás por eso mismo el riesgo de su éxito o fracaso se extiende claramente más allá de Alemania.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Es profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.

Plaza «Héroes de la patineta»

Por Alejandro A. Tagliavini. Publicado  el 20/6/17 en: https://www.elcato.org/plaza-heroes-de-la-patinera

 

La doble victoria de Emmanuel Macron, frente al xenófobo Frente Nacional (FN), es un rechazo a las extremas derechas, particularmente a su desprecio por las personas. En Gran Bretaña, el eurófobo UKIP casi desaparece cuando la primera ministra Theresa May llamó a elecciones que ganó, quedando debilitada al punto que el ascenso de la izquierda la obligará prestar más atención a las expectativas de la gente.

Entretanto, ¿es el fin del dominio angloparlante?, se pregunta Nick Bryant en una columna de la BBC. Es que, en mi opinión, desde que el “orden anglosajón” ha ido alejándose de su tradicional “economía de mercado” —de las personas— su potencial se ha ido debilitando. “…siempre ha existido la presunción de que el liderazgo global se expresa y ejerce mejor en inglés… La OTAN, el FMI, el Banco Mundial… surgieron de la Carta del Atlántico, firmada por Roosevelt y Churchill en 1941” escribe en la BBC.

 

Pero este “orden anglosajón” se ve cada vez más tambaleante. Entre el Brexit, el tuit de Donald Trump contra el alcalde de Londres, y Angela Merkel asegurando que Europa «ya no puede confiar tanto» en EE.UU. y Reino Unido, a “Estas naciones angloparlantes… el resto del mundo ya no les presta tanta atención… Un nuevo orden mundial parece estar emergiendo, y se está articulando en otros idiomas”, asegura Bryant.

Entretanto, el español Ignacio Echeverría fue asesinado al intentar frenar con su patineta a los terroristas de Borough Market. “Nunca usaba la palabra héroe… ahora la usaré cada vez que me refiera a él”, dijo un amigo. Y es que los héroes de verdad, de los que andan desarmados luchando por la vida, suelen ser desconocidos. Ojalá que, como dicen, lleve su nombre alguna plaza, donde haya brotes verdes y jueguen niños, y si hay patinetas mejor. Plaza “Héroe de la patineta”, qué bonito ¿verdad? Para que, a los niños, entre risa y risa, al enterarse de su historia se les caiga también una lágrima.

Pero de estos héroes “comunes” hay muchos, ahora mismo recuerdo a Vicki Soto que murió protegiendo a sus alumnos de la Sandy Hook Elementary School de una balacera protagonizada por un desequilibrado. Aunque no deberíamos esperar muertes dramáticas para reconocer que es muy dura la vida diaria para muchos y, sin embargo, pelean pacíficamente, heroicamente, todos los días para sacar adelante a sus familias y amigos.

Estas personas están en el pueblo, en el mercado. Dice la Real Academia Española que pueblo (Del lat. popŭlus.), entre otras acepciones, se refiere a un “Conjunto de personas de un lugar, región o país”, pues eso es el mercado: personas comunes trabajando y cooperando voluntariamente. Son los políticos, y otros dirigentes, los que han ensuciado a la palabra mercado, para justificar su imposición sobre el pueblo, y han hecho creer que son empresas gigantes que dominan la economía.

El profesor Peter Klein asegura que las grandes firmas avasallantes surgen en los mercados solo cuando están interferidos por los gobiernos, porque tienen gran capacidad de cabildeo y logran la promulgación de leyes que las benefician. Mientras que, destacados jesuitas y dominicos, profesores de Moral y Teología en Salamanca durante el siglo XVI, desarrollaron la teoría del mercado, según asegura el premio Nobel Frederick Hayek, entre muchos. Y era un estudio del comportamiento moral (natural) del hombre común y sus relaciones pacíficas y voluntarias en pos de la cooperación para el desarrollo social.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

El socialismo francés: ¿abanderado del liberalismo, los derechos y las libertades individuales?

Por Martín Krause. Publicada el 16/3/16 en: http://bazar.ufm.edu/el-socialismo-frances-abanderado-del-liberalismo-los-derechos-y-las-libertades-individuales/

 

Hace unas semanas, el presidente de Francia, François Hollande, visitó la Argentina. Fue uno de los primeros en visitar al país luego del cambio de gobierno. Hollande encabeza un gobierno del Partido Socialista. ¿Socialista? El Institut Économique Molinari, comenta el tema y trae una discusión acerca de la tradición liberal francesa, que parecía olvidada hasta ahora:  http://www.institutmolinari.org/radio-la-france-renoue-t-elle-avec,2526.html

Esto comenta:

“La reforma del derecho laboral, la ley Macron, el pacto de responsabilidad. El gobierno acumula reformas liberales. ¿Volver a la tradición francesa?

Si Myriam El Khomri (Ministra de Trabajo, miembro del Consejo Nacional del Partido Socialista) cree que deshacerse tan pronto como se pudiera de su proyecto de ley sobre el trabajo, la presentación del texto por el gabinete se pospone por una quincena. ¿Será esta vez suficiente para dar cierta cohesión dentro de la mayoría de gobierno? Esto es poco probable, ya que la ley que la Ministra de Trabajo representa es, a los ojos de parte de la izquierda, el peor espantapájaro: un arsenal de medidas tanto más liberales que el otro.

El liberalismo sin embargo parece estar en racha últimamente: en el gobierno, primero con Emmanuel Macron (Ministro de Economía, también miembro del Partido Socialista), que se reivindica como un “liberal”. Y más a la derecha, a juzgar por los programas de los candidatos para la próxima primaria: fin de la ISF, la tasa de impuesto único, reforma del estatuto de la función pública, drásticos recortes de gastos…  como un homenaje póstumo a Margaret Thatcher y Ronald Reagan.

Hace tan sólo unos pocos años, sin embargo, pocos fueron los que se aventuraron (políticamente) en el campo del liberalismo económico. Sin embargo, esta forma de pensar no es totalmente ajena a nuestra historia política. Fue incluso un motor en el momento de romper con el antiguo régimen.”

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En una entrevista con Le Parisien, define Macron su visión sobre el papel del Estado:

“El Estado debe establecer un marco para que emerjan los campeones del mañana y creen empleos aquí, en Francia. Debe continuar avanzando en la flexibilización del mercado laboral, en proteger a las personas más que a los empleos. Debe proteger los datos y las libertades individuales. Y sobre todo luchar contra la tendencia francesa de ver a los datos y números como una amenaza.”

Y sobre su posición política:

“La división entre los progresistas y los conservadores no tiene sentido. Pero hay algunos en la izquierda que no son progresistas, y otros en la derecha que quisieran serlo. Mi izquierda, es una izquierda que brinda derechos para la libertad. No es una izquierda que se cierra sobre sí misma. Yo me declaro liberal. Yo reivindico que, históricamente, el liberalismo es un valor de izquierda, de defensa de la igualdad de derechos”.

http://www.leparisien.fr/magazine/grand-angle/emmanuel-macron-le-numerique-est-une-chance-pour-tous-12-11-2015-5269423.php

 

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).