Evaluación del FMI al préstamo stand-by a Argentina (2018)

Por Nicolás Cachanosky. Publicado el 28/12/21 en: https://puntodevistaeconomico.com/2021/12/28/evaluacion-del-fmi-al-prestamo-stand-by-a-argentina-2018/

El pasado 22 de diciembre el FMI publicó su evaluación ex-post del préstamo standy-by que facilito a Argentina en el 2018. El documento es interesante porque este acuerdo stand-by fue el mayor (en términos nominales) en toda la historia del FMI. El acuerdo fracasó, pasando por sólo 4 revisiones de las 12 previstas (el préstamo debía concluir en el 2021). La experiencia de este acuerdo debería ofrecer importantes lecciones tanto para el FMI como para los países que se endeudan con el fondo. Si bien no es de esperar que el FMI ofrezca una dura crítica de sí mismo, tampoco hay que dejar de reconocer la transparencia de hacer público este documento.

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Debajo algunas reflexiones sobre este documento.

Confesión de ingenuidad

Una de las cuestiones que sobresalen del documento es la ingenuidad que el FMI admite sobre cómo encararon el préstamo stand-by más grande de su historia. En repetidas ocasiones (por ejemplo en p. 65) el documento admite que fue un error basarse en supuestos irreales o poco plausibles. Especialmente, como admite el documento, en un país con tanta incertidumbre política. Digo que esto es ingenuo porque uno esperaría que la «realidad de los supuestos» sea una lección ya incorporada dada la larga historia del FMI y sus repetidas interacciones con Argentina.

Quizás otro componente de ingenuidad fue confiar en las estimaciones y compromiso del gobierno Argentino. Como menciona el documento, practicamente todas las proyecciones resultaron ser sobre estimaciones.

¿Stand-by?

El acuerdo de tipo stand-by es por naturaleza un acuerdo de precaución. Como se explica en el documento, la intención del acuerdo era que al acordar el acceso a dichos fondos, la falta de liquidez desaparecería sin necesidad de hacer uso de los fondos stand-by. La intención era que el acuerdo stand-by funcione de catalizador de otras fuentes de financiamiento.

Sin embargo, el acuerdo pronto pasó a ser fuente de financiamiento en lugar de ser fuente de fondos de emergencia. Posiblemente la diferencia entre la «naturaleza» y el «uso» del acuerdo stand-by no hayan contribuido a generar confianza en los mercados de crédito soberanos.

El caso de El Salvador ofrece un contraste interesante. En el 2008 El Salvador logra un acuerdo stand-by con el FMI por $800 millones de dólares por un plazo de 15 meses. A pesar de ser una economía dolarizada, y de la magnitud que fue la crisis financiera internacional de aquel entonces, El Salvador no tuvo necesidad de recurrir a los fondos stand-by.

Stand-by versus reformas estructurales

Uno de los objetivos centrales del préstamo era generar confianza en el país y facilitar así acceso a los mercados financieros. El diagnostico era que Argentina transcurría una situación transitoria de iliquidez. Por lo tanto, el acceso a la liquidez provista por el prestamos stand-by despejaría temores en los mercados facilitando el crédito al país.

La lección (repetida, no nueva), es que el acceso a préstamos no sustituye la necesidad de reformas institucionales o estructurales. La falta de liquidez de Argentina no se debió solamente a la mala suerte de shock externo, la vulnerabilidad del país se origina en su falta de seguridad jurídica, malas políticas económicas, regulaciones ineficientes, presión fiscal asfixiante, etc. La falta de liquidez es un síntoma más que el problema en sí. Que el FMI no quiera (o no pueda) opinar sobre la política e instituciones del país no implica que esa no sea la causa de los sudden stops que cada tanto sufre Argentina (en otras palabras, los shocks externos pueden tener causas internas).

LEBACs, LEBACs, LEBACs…

El tema del carry-trade y la emisión de LEBACs figura como una fragilidad central de la política económica. El FMI le dedica un apartado especial (el Box 3, p.36) a la vulnerabilidad de las LEBACs El apartado concluye diciendo que «data la volatilidad inherente de los flujos de capital, las LEBACs se volvieron una potencial fuente de sudden stops«.

El tema no es nuevo. En el acuerdo del 2018, Dujovne y Sturzenegger (p. 76) admiten la necesidad de reducir la «vulnerabilidad» que producía un «excesivo stock de LEBACs». El tema LEBACs ya venía de antes. El BCRA era consciente de las críticas locales a dicha política, a la cual el BCRA a veces contestaba con un innecesario tono despectivo o sobrador.

Para ilustrar el punto, el FMI muestra el mismo gráfico que en su momento solía actualizar y compartir por Twitter. El gráfico muestra la evolución nominal del monto de las LEBACs y el ratio de LEBACs/Base monetaria:

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Metas de inflación: ¿política prematura?

Otro problema de las metas de inflación es su aplicación prematura. Como bien menciona el FMI (p. 23), en la mayoría de los casos las metas de inflación se aplican luego de bajar la inflación como un mecanismo para mantener bajas tasa de inflación, no como una política destinada a bajar la inflación. Quizás el BCRA se haya basado en algún caso particular donde las metas de inflación se aplicaron con el fin de bajar la inflación. En ese caso entonces estaríamos hablando de una excepción y no de la norma. Aquí ofrezco una discusión más detallada sobre la literatura en este tema.

Problemas de comunicación

El documento resalta dos problemas de comunicación. El primero es poca (y quizás confusa) comunicación por parte del gobierno a la población sobre los detalles y objetivos del acuerdo stand-by. Una pobre comunicación no contribuye a crear la confianza que el acuerdo tenía como objetivo. Por ejemplo, que Macri haya anunciado un préstamo del FMI cuando el mismo aún no estaba aprobado fue un tiro en contra.

El segundo problema comunicacional fue entre el gobierno y el FMI. Según el documento, tras una década de no tener contacto ni relación frecuente con el FMI el gobierno no tenía un buen conocimiento de las reglas y procedimientos del FMI, lo cual llevó a perder tiempo preciado en el desarrollo del acuerdo stand-by.

Historia con el FMI: ¿Qué gobiernos firmaron acuerdos con el fondo?

De 1958 a la fecha, Argentina firmó un total de 21 acuerdos con el FMI. Varios de ellos de corta duración (1 año). Desde la vuelta a la democracia, se firmaron un total de 11 acuerdos.

De estos 11 acuerdos, 3 se firmaron bajo presidencias de la UCR (2 con Alfonsín y 1 con de la Rúa); 7 se firmaron bajo presidencias del PJ (5 con Menen, 1 con Duhalde, y 1 con Néstor Kirchner), el acuerdo restante fue el Stand-by con Cambiemos en el 2018.

La siguiente tabla resume los acuerdos con el FMI desde la vuelta a la democracia. Los montos están expresados en millones de SDR (special drwaing rights) y corresponden a los montos inicialmente acordados.

PartidoMonto (millones de SDR)Número de acuerdos
UCR$7.9313
PJ$17.9897
Cambiemos$35.3791

Basado en pag. 68

Nicolás Cachanosky es Doctor en Economía, (Suffolk University), Lic. en Economía, (UCA), Master en Economía y Ciencias Políticas, (ESEADE). Fué profesor de Finanzas Públicas en UCA y es Assistant Professor of Economics en Metropolitan State University of Denver. Es profesor de UCEMA. Publica en @n_cachanosky

Hacia la liquidación del Fondo Monetario Internacional

Por Alberto Benegas Lynch (h) Publicado el 6/11/2en: https://www.infobae.com/opinion/2021/11/06/hacia-la-liquidacion-del-fondo-monetario-internacional/

El organismo multilateral de crédito alimenta a burócratas que son remunerados a costa de los contribuyentes para incentivar el despilfarro y, por ende, el empobrecimiento de los más vulnerables cuyos salarios se ven reducidos por el creciente estatismo

Ron Paul

En momentos en que en nuestro medio se discute acaloradamente sobre las pesadas deudas contraídas con el FMI, es oportuno tomar distancia y reconsiderar el tema, no solo para nuestro país sino en vista de las consecuencias que se suceden en el llamado mundo libre.

Henry Hazlitt, el economista estrella de Newsweek durante décadas y el célebre autor de La economía en una lección y del detallado y voluminoso análisis de la teoría keynesiana titulada Los errores de la nueva economía, escribió una columna el 11 de noviembre de 1963 que parece preparada para las instancias que corren. Se titulaba “Deshagan el FMI” donde explica que esa institución se estableció en reemplazo de la disciplina monetaria que establecía el patrón oro clásico al efecto , en su lugar, de dar rienda suelta a los procesos inflacionarios. Una vez establecidos los Acuerdos de Génova y Bruselas de los años 20 que permitieron abrir los grifos de la inflación a través de las bancas centrales, se instaló este “banco central de bancos centrales” que luego se transformó en prestamista de gobiernos fallidos. Hazlitt recuerda que “los padres de la entidad fueron Harry Dexter White por los Estados Unidos y Lord Keynes por Inglaterra. White sirvió como director ejecutivo del FMI quien en 1945 fue denunciado por el FMI como espía ruso lo cual fue ratificado por la Justicia en Estados Unidos […] Y Keynes -el mayor apóstol de la inflación de todos los tiempos- en el Parlamento británico el 23 de mayo de 1944 aseguró: ¨Si tengo alguna autoridad para decir en que es y que no es la esencia del patrón oro, diría que este plan es su exacto opuesto´ es decir el derrumbe de la moneda independiente del poder político.”

En esta línea argumental es pertinente recordar que en su prólogo a la edición alemana de la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, en 1936, en plena época nazi, Keynes escribió que “la teoría de la producción global que es la meta del presente libro, puede aplicarse mucho más fácilmente a las condiciones de un Estado totalitario que a la producción y distribución de un determinado volumen de bienes obtenido en condiciones de libre concurrencia”.

Dadas los renovados entusiasmos por este autor, conviene volver sobre algunos pensamientos que aparecen en esa obra de Keynes, quien, entre otras cosas, propugna “la eutanasia del rentista y, por consiguiente, la eutanasia del poder de opresión acumulativo de los capitalistas para explotar el valor de la escasez del capital”. Asimismo, respecto de la moneda puntualizó que “la solución se encontrará normalmente alterando el patrón monetario o el sistema monetario de forma que se eleve la cantidad de dinero”.

En este contexto Hazlitt concluye que “la solución real consiste en desmantelar el Fondo Monetario Internacional […] ya que es una gigantesca máquina de inflación mundial” y más adelante subraya que “es realmente asombroso que este sistema fabricado en Breton Woods en 1944 es no sólo tolerado sino considerado sacrosanto”.

Por su parte, el cuatro veces candidato a la presidencia en Estados Unidos y congresista Ron Paul en el Ron Paul Institute, el 24 de marzo de 2015, en una columna titulada “Eliminen, no reformen al FMI” reitera que esa institución es coactivamente financiada por los contribuyentes de distintos países para dar sustento a gobiernos corruptos y quebrados como consecuencia de aplicar medidas estatistas, y cuando están por renunciar o reconocer sus fracasos reciben carradas de dólares a tasas de interés menores a las de mercado y con repetidos períodos de refinanciación y perdones de diversa envergadura. A título de ejemplo muestra la financiación que recibía del FMI Saddam Hussein y al último apoyo escandaloso a Grecia.

Antes he escrito sobre el FMI pero es del caso repasar lo dicho en este contexto. Entre muchos otros, al decir de economistas de la talla de Peter Bauer, Doug Bandow, Robert Barro, Karl Brunner, Ronald Vauvel y Raymond Mickesell, como queda dicho, esa institución sirve para financiar a gobernantes ineptos empujados por la realidad de sus desaciertos, en lugar de permitir que se reviertan sus fracasadas políticas estatistas reciben cuantiosos recursos del Fondo al efecto de continuar con aparatos estatales sobredimensionados a los que generalmente aconsejan incrementar aun más las cargas impositivas y otras medidas al efecto de equilibrar sus presupuestos, pero no reducir el tamaño del Leviatán.

Sostienen estos profesionales que ese ha sido el caso repetidamente en Argentina, México, Bolivia, República Dominicana, Haití, Indonesia, Irak, Pakistán, Tanzania, la ex Camboya, Filipinas, Ghana, Nigeria, Sri Lanka, Zambia, Uganda, Turquía, El Salvador, Egipto y Etiopía. En este plano debido a la insistencia en sostener que el FMI significa un nuevo orden internacional, Harry Johnson ha consignado que “el llamado nuevo orden internacional no es nuevo, ni orden ni internacional sino que es una copia del mercantilismo del siglo XVI”.

En su visita a Buenos Aires, Yuri Yarim Agaev, enviado por Vladimir Bukouvsky -uno de los más destacados disidentes de la ex Unión Soviética junto con Alexander Solzhenistin- informó que luego del derrumbe del Muro de la Vergüenza liberales rusos estuvieron a punto de acceder al gobierno “si no fuera por la apresurada irrupción del FMI que dotó de millones de dólares a miembros de la nomenclatura de donde finalmente surgió el actual gobierno”.

Fue muy difundido el caso del general Mobutu Sese Seko que usurpó el poder en Zaire que fue el mayor receptor de ayuda por parte del FMI en relación a su población. El poder de Mobutu fue absoluto condenando a la gente a los suplicios más horripilantes en un contexto de saqueo permanente que permitió que ese sátrapa acumulara una fortuna de ocho mil millones de dólares de esa época.

Entonces, debido a la referida trayectoria y a la fuente de recursos a la que echa mano es que autores como los mencionados sugieren la liquidación de esa entidad, a los que debe agregarse el jugoso ensayo de Anna Schwartz (la coautora con el premio Nobel en economía Milton Friedman de la muy difundida historia monetaria estadounidense) titulado “Es tiempo de terminar con el FMI y el Departamento de Estabilización del Tesoro” y los suculentos libros, por una parte, de Melvyn Krauss titulado Development Without Aid y, por otra, el de la doctora en economía por la Universidad de Oxford y conocedora de lo ocurrido en países africanos Dambisa Moyo con un título que pone al descubierto el meollo de la cuestión: Cuando la ayuda es el problema, en donde se detallan innumerables casos patéticos de países que reciben cuantiosos recursos en medio de corrupciones alarmantes y dislates económicos fomentados por la ayuda que, como queda consignado, proviene coercitivamente de bolsillos ajenos.

En esta secuencia que presentamos es importante subrayar que no resulta apropiado establecer un correlato de la deuda pública con la privada en cuanto al retorno sobre la inversión en el sentido de evaluar las ventajas de abstenerse de consumir en el presente para la obtención de beneficios en el futuro. En primer término porque no hay tal cosa como “inversión pública” ya que la naturaleza de la inversión es necesariamente voluntaria al estimar ventajas futuras en relación al presente por lo que se procede a ahorrar y a colocar esos recursos. El uso de la fuerza en la exacción de fondos nunca puede traducirse en inversión, “inversión forzosa” constituye una contradicción en los términos. De lo que se trata en el ámbito gubernamental es de gasto corriente o gasto en activos fijos pero, como decimos, no tiene sentido ni rigor alguno la parla de “inversión pública”. Si se le arrancara la billetera al lector y el asaltante dijera que le invertirá el fruto del asalto para beneficio del asaltado, queda clara la incoherencia puesto que el titular le hubiera dado otro destino al fruto de su trabajo y aun en el supuesto que le hubiera dado el mismo queda el perjuicio del atropello (por otra parte, la única manera de definir preferencias es dejar que el titular de los recursos las manifieste).

Viene ahora otro asunto también de gran trascendencia y es que todo compromiso efectuado libre y voluntariamente debe ser honrado por quien lo contrajo. En nuestro caso, todas las promesas de repago por préstamos concedidos deben cumplirse, de lo contrario los incumplidores deben sufrir las sanciones correspondientes sin atenuantes. Este es otro asunto bien diferente que debe analizarse por cuerda separada. Estamos rodeados de caraduras que mendigan préstamos y luego se niegan a pagarlos.

En todo caso para abrir el tema en la dimensión de la deuda pública externa, es de interés recordar que cuando Thomas Jefferson siendo embajador en París recibió la flamante Constitución norteamericana escribió que “si hubiera podido agregar una cláusula adicional la concretaría en la prohibición al gobierno de contraer deuda” que como lo expresó otro premio Nobel de economía, James M. Buchanan, “significa comprometer coactivamente patrimonios de futuras generaciones que ni siquiera han participado en el proceso electoral para elegir al gobierno que contrajo la deuda.”

En resumen, el Fondo Monetario Internacional alimenta a burócratas que son remunerados con honorarios colosales a costa de los contribuyentes para en definitiva incentivar el despilfarro y, por ende, el empobrecimiento de todos pero muy especialmente de los más vulnerables cuyos salarios se ven reducidos por el creciente estatismo. En otros términos, el fondo del fondo es terminar cuanto antes con esta nefasta institución empobrecedora.

En este cuadro de situación, los gobiernos que se encuentren en serias dificultades por sus mayúsculos desaciertos tendrán dos opciones: rectificar sus errores abriendo el mercado y fortaleciendo marcos institucionales civilizados o, de lo contrario, continuar con los desatinos pero financiados por Corea del Norte, Cuba o similares…si es que allí encontrarán dólares, pero no de parte de Washington y sus aliados.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

América Latina elige, ¿qué elige?

Por Constanza Mazzina y Santiago Leiras. Publicado el 4/04/21 en: https://www.cronista.com/cronista-global/america-latina-elige-que-elige/

Ante un escenario complejo por el efecto de la pandemia, las tensiones ideológicas podrían mantenerse.

El 2021 se presenta como un nuevo año en el ciclo electoral latinoamericano inaugurado hace algunas décadas con la tercera ola de democratización en la región. En el transcurso del presente año habrá elecciones presidenciales en Ecuador, Chile, Perú, Haití, Honduras y Nicaragua; legislativas en El Salvador, México, Argentina, Haití y Chile; constituyentes en Haití y Chile; municipales en Bolivia, Chile, El Salvador y Paraguay; y estaduales en Bolivia y Chile.

Un mix completo en un año complejo: además de la crisis sanitaria, la región tiene otras «pandemias» que no logra resolver. Así, a las consecuencias del Covid19 y las diferentes respuestas que dieron los gobiernos latinoamericanos con más o menos eficacia, debemos resaltar el sistemático deterioro del Estado de Derecho, la crónica crisis de la democracia y la crisis de representación política.

Crisis que se arrastran y no se resuelven, y que agregan un elemento más de disconformidad en las ya descontentas ciudadanías latinoamericanas. Tomemos por caso la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil: según los datos de Latinobarómetro del año 2018, un 65% de los ciudadanos señalaban que la democracia tenía problemas y para un 17% no había democracia. Así, la crítica a la democracia tuvo consecuencias electorales directamente consistentes con ella.

La reciente elección legislativa en El Salvador y el apoyo dado por la ciudadanía al presidente Bukele muestra que, lejos de castigarlo con su voto, lo han respaldado. En el mismo informe de Latinobarómetro de 2018, un 24% de los salvadoreños señalaban que no había democracia y para el 59% era una democracia con problemas. La tercera oleada democrática llegó al país centroamericano a mediados de los años noventa, luego de la firma de los acuerdos de paz de Chapultepec que pusieron fin a décadas de enfrentamiento armado en el territorio.

El regreso a la democracia configuró un sistema de partidos bipartidista de la mano de ARENA y del FMLN. La alternancia entre ambos en un contexto de creciente inseguridad y nuevos fenómenos como las maras, fue erosionando la democracia. Antes de la llegada de Bukele, solo el 11% de los salvadoreños estaban satisfechos con la democracia. Si en el 2018 la aprobación del gobierno en Brasil era de solo el 6%, en El Salvador rozaba el 22%, con una media regional en un escaso 32%.

Para cerrar este panorama, la confianza en el Parlamento era de un escaso 10%, la confianza en el gobierno del 10% (entonces era presidente Salvador Sánchez Ceren, del FMLN, igual que su antecesor, Mauricio Funes) y en los partidos políticos del 6%. El colapso del sistema consociativo de la democracia entre Arena y FMLN se encontraba en su fase terminal.

Así, Nayib Bukele logró presentarse como la figura emergente en un fuerte clima anti-político con un sesgo anti-establishment representado por los dos partidos históricos, un esquema de corrupción institucionalizada, y una significativa demanda de restauración del orden público: el resultado electoral de aquella elección presidencial y las recientes legislativas marcaron el fin de una época.

¿Se parece Bukele al fenómeno Trump/Bolsonaro, al modelo de Chávez o al de Álvaro Uribe? Probablemente a todos, posiblemente a ninguno de ellos. Lo cierto es que, de acuerdo al último informe de Democracy Index, El Salvador se transforma en un régimen híbrido, dejando atrás su condición de «democracia defectuosa».

El Salvador, Ecuador y Bolivia inauguraron un largo ciclo electoral pero ¿qué se elige? ¿elige la región girar a la izquierda? Quienes sostienen esta tesitura encuentran sus razones en el cambio acontecido en México (2018), Argentina y Bolivia (2019), en un clima de optimismo en relación al triunfo del candidato/delfín de Rafael Correa (el segundo, el anterior fue el propio Lenín Moreno) Andrés Arauz en Ecuador y el retorno de Lula Da Silva a la arena política, ya sin restricciones legales para una eventual candidatura presidencial, en un contexto de crisis del gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil.

Haciendo un rápido recorrido ideológico por una buena parte de la región nos encontramos con 2 países de extrema izquierda (Nicaragua y Venezuela), 2 de izquierda (Bolivia y México) 1 de centro izquierda (Argentina), 2 de centro (Ecuador y Perú) 1 de centro derecha (Uruguay), 3 de derecha (Colombia, Chile y Paraguay) y 1 de extrema derecha (Brasil).

Estamos frente a un complejo escenario ideológico y lo que los latinoamericanos elijan en 2021 no parecería alterar sustantivamente este panorama.

Constanza Mazzina es doctora en Ciencias Políticas (UCA), master en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE). Fue investigadora de ESEADE, Fundación F. A. von Hayek y UADE. Fue docente de la Universidad del Salvador en grado y postgrado y en el postgrado en desarme y no proliferación de NPSGlobal. Es profesora de ciencia política en la Fundación UADE. Síguela en @CMazzina

El problema de los inmigrantes convulsiona a Europa

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 28/6/18 en: https://www.lanacion.com.ar/2148190-el-problema-de-los-inmigrantes-convulsiona-a-europa

 

La ola de inmigrantes africanos y de Medio Oriente que desde hace rato apunta a Europa está generando problemas de magnitud. La Unión Europea está considerando un plan que consiste en enviar a los migrantes rescatados en alta mar, a lo que se ha denominado «plataformas de desembarque», emplazadas fuera del Viejo Continente. Una vez ubicados en dichas plataformas, se determinará cuáles migrantes necesitan protección internacional y cuáles, en cambio, migran por razones económicas, fundamentalmente y carecen de ella.

La preocupación está ahora empujada vigorosamente por el nuevo ministro del interior italiano, Matteo Salvini, un decidido opositor a la política de puertas abiertas, que acaba de impedir que un buque con 600 migrantes a bordo recalara, para desembarcarlos, en puertos italianos. La propuesta genera temores en el sentido de que de pronto esas plataformas se llenen de personas que no están en condiciones de seguir en dirección a Europa, pero que tampoco pueden volver a la que fuera su residencia.

 

Algunos, en cambio, postulan la necesidad de establecer un sistema de cuotas entre todos los miembros de la Unión Europea, así como definir con precisión cuáles serán las obligaciones de los Estados a los que los migrantes ingresan, respecto de ellos.

Aparentemente se está estudiando la posibilidad de establecer esas plataformas tanto en Túnez como en Albania.

Mientras tanto, el mencionado Matteo Salvini, ministro del interior de Italia, avanza con una propuesta de censar a todos quienes residen en Roma, para determinar así quiénes, por su situación de ilegalidad, enfrentan el riesgo real de ser deportados. Salvini fue responsable de haber tomado la decisión que impidió que el buque «Aquarius» desembarcara refugiados en Italia, los que finalmente desembarcaron en España. El 58% de los italianos está de acuerdo con esa decisión, evidentemente cansados de la ola de inmigración norafricana que -creen- amenaza con lastimar su identidad.

Otro de los países «duros» en materia de inmigración es Hungría, cuyo Parlamento acaba de considerar un paquete de normas en virtud de las cuales cualquier ayuda a los refugiados puede transformarse en un acto criminal, penado con prisión de hasta un año. Ello parece claramente excesivo y, más aún, inhumano.

Recordemos que el gobierno húngaro tiene un conflicto abierto con el millonario George Soros, al que acusa de querer «inundar» Europa de inmigrantes. Soros responde que esa acusación es simplemente fantasiosa.

Recordemos que el gobierno populista húngaro ha estado, desde hace meses, siendo observado de cerca por las autoridades comunitarias europeas, que no ocultan su preocupación por el debilitamiento de las instituciones democráticas en Hungría. Ahora la posición irreductible del italiano Matteo Salvini se agrega a la desconfianza que genera en Bruselas el gobierno húngaro.

Transformar conductas como la de suministrar alimentos o ropas a los refugiados u ofrecerles de pronto techo, no deben ser criminalizadas. Pero lo cierto es que la extrema derecha ha hecho de la oposición a la inmigración una de sus banderas centrales que, por lo demás, recibe apoyo más allá de aquellos que militan en ese rincón intemperante de la política europea.

Queda visto que el tema de la inmigración es una de las preocupaciones centrales europeas y uno que, por sus distintos impactos, está todavía muy lejos de haber sido resuelto.

En paralelo, el gobierno de Donald Trump acaba de corregir la decisión deplorable de separar a los niños refugiados de sus padres, concentrándolos en puntos distintos, con frecuencia emplazados en lugares alejados el uno del otro. Esta decisión debe ser aplaudida, pero no permite olvidar el trasfondo inhumano sobre la que previamente se edificó la política de separar a padres e hijos.

La comunidad empresaria norteamericana no vaciló en calificar a la política del presidente Trump, antes de que fuera corregida, de una falta de sentimientos, cruel e inmoral.

La decisión final de Donald Trump coincide con la cuota de generosidad que, por décadas, ha caracterizado a la política exterior norteamericana, pese a que por la larga frontera que separa a los Estados Unidos de México, siguen llegando incesantemente miles de centroamericanos, desde países como El Salvador, Honduras o Nicaragua, huyendo de la violencia doméstica sembrada por las «maras» y otros grupos violentos.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Es profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.

El Fondo Monetario Internacional

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 14/5/18 en: https://www.cronista.com/columnistas/El-Fondo-Monetario-Internacional-20180514-0013.html

 

El FMI fue una creación de Bretton Woods inspirada por John Dexter White y John Maynard Keynes, primero como banquero de banqueros centrales y luego como prestamista. Entre otros, al decir de economistas de la talla de Peter Bauer, Doug Bandow, Robert Barro, Karl Brunner, Ronald Vauvel y Raymond Mickesell, esa institución sirve para financiar a gobernantes ineptos que cuando están por renunciar o, empujados por la realidad, revertir sus fracasadas políticas estatistas reciben cuantiosos recursos a bajas tasas de interés con períodos de gracia al efecto de continuar con aparatos estatales sobredimensionados a los que generalmente aconsejan incrementar aun más las cargas impositivas y otras medidas al efecto de equilibrar sus presupuestos, pero no reducir el tamaño del Leviatán.

 

 

Sostienen estos profesionales que ese ha sido el caso repetidamente en Argentina, México, Bolivia, Republica Dominicana, Haití, Indonesia, Irak, Pakistán, Tanzania, la ex Camboya, Filipinas, Ghana, Nigeria, Sri Lanka, Zambia, Uganda, El Salvador, Egipto y Etiopía. En este contexto Harry Johnson ha consignado que “el llamado nuevo orden internacional no es nuevo, ni orden ni internacional sino que es una copia del mercantilismo del siglo xvi”.

 

En su visita a Buenos Aires, Yuri Yarim Agaev, enviado por Vladimir Bukouvsky -uno de los más destacados disidentes de la ex Unión Soviética junto con Alexander Solzhenistin- informó que luego del derrumbe del Muro de la Vergüenza liberales rusos estuvieron a punto de acceder al gobierno “si no fuera por la apresurada irrupción del FMI que dotó de millones de dólares a miembros de la nomenclatura de donde finalmente surgió el actual gobierno mafioso”.

 

Fue muy difundido el caso del general Mobutu Sese Seko que usurpó el poder en Zaire que fue el mayor receptor de ayuda por parte del FMI en relación a su población. El poder de Mobutu fue absoluto condenando a la gente a los suplicios más horripilantes en un contexto de saqueo permanente que permitió que ese sátrapa acumulara una fortuna de ocho mil millones de dólares de esa época.

 

Como es sabido, el FMI se financia coactivamente con el fruto del trabajo ajeno aportado por los distintos países miembros. Entonces, debido a su antes referida trayectoria y a la fuente de recursos a la que echa mano es que autores como los mencionados al comienzo de esta nota sugieren la liquidación de esa entidad, a los que debe agregarse el jugoso ensayo de Anna Schwartz titulado “Es tiempo de terminar con el FMI y el Departamento de Estabilización del Tesoro” y  los suculentos libros, por una parte, de Melvyn Krauss titulado Development Without Aid y, por otra, el de Dambisa Moyo titulado Cuando la ayuda es el problema en los que se detallan innumerables casos patéticos de países que reciben cuantiosos recursos en medio de corrupciones alarmantes y dislates económicos fomentados por la ayuda que proviene coercitivamente de bolsillos ajenos.

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa.

 

 

The GOP Debate: What Candidates Showed The Most Wisdom On World Affairs?

Por Alejandro Chafuen: Publicado el 7/8/2015 en:   http://www.forbes.com/sites/alejandrochafuen/2015/08/07/the-gop-debate-what-candidates-showed-the-most-wisdom-on-world-affairs/2/

It’s true that the economy of the United States—which represents between 16 and 17 percent of the global economy—is of tremendous importance for the rest of the world. But with 80 percent of the world’s production being created beyond our borders, those aspiring to lead the country can’t neglect the foreign scene. Most candidates answered questions about the three difficult “I” topics: immigration, ISIS, and Iran. China and Russia also appeared in the discussions. Mexico was mentioned mostly on the immigration front and, briefly by Donald Trump, as a competitor—but not as the important trade partner that it is. What was not discussed is also relevant to understanding how key players in the United States see the world scene. The debate did not include discussions on trade and monetary issues. The trade pacts with Europe and the countries in the Pacific are not moving forward due to distrust more than to anti-trade feelings. Trade, even if the administration can’t move forward, is not moving backwards. In the monetary arena, the U.S. dollar has strengthened considerably against the Euro, gold, and many commodities, especially oil. Today the U.S. dollar is 20 percent stronger against the Euro and gold than one year ago, and buys twice as much oil than a year ago. The only purely economic topic addressed—with implications for the world economy—is the 18 trillion dollar debt. Much of that money is owed to foreigners and foreign governments. While Sen. Ted Cruz and Dr. Ben Carson focused on the destructive potential of this debt and cited it as an example of the betrayal of voters’ trust, Sen. Rand Paul connected the debt to one of his foreign policy stances: “Do you borrow money from China to send it to anyone? Out of your surplus, you can help your allies, and Israel is a great ally. And this is no particular animus of Israel, but what I will say, and I will say over and over again: we cannot give away money we don’t have. We do not project power from bankruptcy court. We’re borrowing a million dollars a minute.” Looking beyond economics, the absence of questions on Cuba is also telling. In my view, there are three main reasons that Cuba was not addressed: 1) location: if this debate had been held in Florida, rather than Cleveland, the recent policy change towards Cuba’s tyrannical regime would not (could not) have been neglected; 2) economic relevance: given the small size of the Cuban economy, this recent policy change cannot compare to the tremendous impact of Immigration, ISIS, and Iran; 3) with the exception of Venezuela, Latin American countries with large economies might flirt with Cuba, but will not be overrun by it. Immigration was covered by all the candidates. Except for Trump, who repeated his conspiratorial theories that Mexico authorities plan to send the worst of the country’s inhabitants north, the candidates sounded very similar: legal Immigration yes, illegal no! Sen. Marco Rubio correctly pointed out that today, “the majority of people coming across the border are not from Mexico. They’re coming from Guatemala, El Salvador, [and] Honduras.” Yet the overwhelming majority of extra-legal immigrants today are from Mexico. Requiring them to leave, a take most candidates seem to support, only seems realistic if there is a fast way to invite those who can find a job to return legally—much like the Krieble Foundation’s Red Card proposal holds. This would require bringing the capabilities and strength of the private sector as a powerful collaborator in this essential but thorny issue. Gov. Scott Walker had a chance to speak about foreign policy, which was very important for a candidate from a state which is seldom mentioned in the international scene. He focused on the importance of having allies “not just in Israel, but throughout the Persian Gulf” mentioning Egypt, the Saudi leaders, and the United Arab Emirates. When he asked them, “What’s the greatest challenge in the world today? Set aside the Iran deal,” they answered “it’s the disengagement of America.” All of the candidates disparaged U.S. foreign policy and the Iran deal. Donald Trump did not hold back, declaring brashly, “what’s happening in Iran, is a disgrace, and it’s going to lead to destruction in large portions of the world.” Sen. Ted Cruz was not so different: “We have abandoned and alienated our friends and allies, and our enemies are stronger. Radical Islam is on the rise, Iran is on the verge of acquiring a nuclear weapon, China is waging cyber warfare against America.” Cruz stood by his criticism of General Dempsey, who argued that ISIS could be defeated by jobs and ideology alone. Jeb Bush piled in and criticized Barack Obama for abandoning Iraq: “He left, and when he left, Al Qaida was done for. ISIS was created because of the void that we left, and that void now exists as a caliphate the size of Indiana. To honor the people who died, we need to—we need to—stop the—Iran agreement, for sure, because the Iranian mullahs have their blood on their hands, and we need to take out ISIS with every tool at our disposal.” Dr. Carson shared similar concerns: “Our friend can’t trust us anymore. You know, Ukraine was a nuclear-armed state. They gave away their nuclear arms with the understanding that we would protect them. We won’t even give them offensive weapons.” Gov. Walker endorsed arming Ukraine and went one step further: “I would work with NATO to put forces on the eastern border of Poland and the Baltic nations, and I would reinstate, put in place back the missile defense system we had in Poland and the Czech Republic.” The feisty exchange between Gov. Christie and Sen. Paul on how to conduct proper surveillance of potential terrorists was one of the highlights of the debate—yet their focus is more on internal freedom and security than world affairs. In his closing statement, Donald Trump, leader in the polls, focused on other countries but spoke about the U.S. the way someone who is trying to become the coach of a team speaks about his team and its competitors, “Our country is in serious trouble. We don’t win anymore. We don’t beat China in trade. We don’t beat Japan, with their millions and millions of cars coming into this country, in trade. We can’t beat Mexico, at the border or in trade. We can’t do anything right. Our military has to be strengthened.” The first debate is over, voters will continue to watch—and so will the world.   Alejandro A. Chafuén es Dr. En Economía por el International College de California. Licenciado en Economía, (UCA), es miembro del comité de consejeros para The Center for Vision & Values, fideicomisario del Grove City College, y presidente de la Atlas Economic Research Foundation. Se ha desempeñado como fideicomisario del Fraser Institute desde 1991. Fue profesor de ESEADE.

Aplazados en calidad institucional países socialistas latinoamericanos

Por Belén Marty: Publicado el 24/4/15 en: http://es.panampost.com/belen-marty/2015/04/24/paises-socialistas-latinoamericanos-aplazados-en-calidad-institucional/#.VTqXWyHcxkE.facebook

 

Venezuela está por debajo, incluso, de Cuba, en el ránking de Libertad y Progreso (Maduradas)

Los países latinoamericanos con Gobiernos autodenominados “socialistas” son los peor evaluados a nivel mundial en el último Indice de Calidad Institucional, que elabora la Fundación Libertad y Progreso de Argentina, incluso en posiciones similares a países como Sudán del Sur, Zimbawe, Eritrea y Gabón.

Argentina, gobernada desde 2003 por el kirchnerismo, es el país que más descendió en los últimos diez años. Solo en 2014, Argentina cayó por debajo de China, Uganda y Líbano. Este país bajó —solo desde 2005— 56 lugares, y se encuentra hoy en el puesto 137 entre 193 países analizados.

El documento, que fue realizado por el académico y profesor Martín Krause, toma ocho indicadores de reconocidos organismos internacionales y los promedia. Entre otros están el Indice de Libertad Económica (Fundación Heritage e Instituto Fraser), “Haciendo Negocios” (Banco Mundial), “Vigencia del Estado de Derecho” (Banco Mundial), “Voz y Rendición de Cuentas” (Doing business, Banco Mundial) y “Percepción de Corrupción” (Transparencia Internacional).

Por el contrario, los países líderes en cuanto a la calidad de sus instituciones en el índice 2015 son Suiza, Nueva Zelanda, Finalndia y Dinamarca. En una mirada más a largo plazo, aquellos que más han mejorado su calidad en los últimos 20 años son Georgia (ascendió 81 puestos), Rumania (subió 49), Croacia (creció 45) y Bulgaria (trepó 40).

Por su parte, en nuestra región, los países que más han mejorado desde 1996 son Perú, que ascendió 20 lugares en el índice; y Colombia (15 puestos más). Brasil también ascendió cinco puestos, a pesar del escándalo de corrupción de Petrobras destapado en el último año.

Los socialismos, con baja calidad institucional

Bajo la misma mirada de largo plazo, la nota, desde 1996, la vienen dando los desempeños de Bolivia (bajo 99 puestos), Argentina (bajo 93), Ecuador (cayó 81), Venezuela (descendió 75) y Paraguay (menos 61).

“Estos resultados señalan las consecuencias de las reformas de estilo socialista bolivariano que en mayor o menor medida se implementaron a partir de este siglo en algunos de los países de peor desempeño”, sostuvo Krause, profesor de Economía de la Universidad de Buenos Aires.

El estudio también señala que desde 2006, la tendencia es muy parecida: Los peores lugares van para Argentina, Bolivia, Belice, Surinam, Venezuela, Ecuador y El Salvador.

“Comparando el desempeño desde 1996 que se menciona más arriba, con éstos, se desprende que Argentina aceleró su deterioro relativo en los últimos años en relación al resto”, explicó el profesor y autor del índice.

“Esas diferencias [entre tener instituciones sanas y no tenerlas] condenan a miles y millones de personas a vivir en la opresión y en la pobreza”, sostiene el informe.

Añade: “Los ciudadanos de algunos de estos países están más oprimidos que los ingleses antes de la Magna Carta”.

El corto plazo: Resultados del índice 2015

Los últimos veinte países del ranking 2015 son: Corea del norte (193), Cuba (192), Eritrea (191), Sudan del Sur (190), Afganistán (189), Turkmenistán (188) y Venezuela (197).

En America Latina, los países con peor calidad de instituciones son Venezuela (184), Cuba (173), Haiti (165), Ecuador (151), Bolivia (139), Argentina (137), Honduras (130), Paraguay (124), Guyana (122) y Nicaragua (114).

Entre su análisis, el informe destaca la importancia de comprender el papel que cumplen las instituciones para revertir definitivamente su deterioro. Para el autor del informe, el camino para el progreso de la región es la vigencia de los derechos individuales, una mayor cantidad y una mejor calidad de las oportunidades para que puedan aprovechar los habitantes de cada uno de estos países.

“En definitiva, aquellos países que tienen una buena calidad institucional o aquellos que la han mejorado, en particular en relación con las instituciones de mercado —y dentro de ellas aquellas que protegen la inversión y la actividad emprendedora—, muestran un mejor desempeño económico y, con ello, ofrecen más oportunidades de progreso a sus habitantes”, concluye el estudio.

Belén Marty es Lic. en Comunicación por la Universidad Austral. Actualmente cursa el Master en Economía y Ciencias Políticas en ESEADE. Conduce el programa radial “Los Violinistas del Titanic”, por Radio Palermo, 94,7 FM.

Los resultados se parecen a las dirigencias

Por Alejandro Alle. Publicado el 27/8/12 en: http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=50839&idArt=7201463

Alguien podría agregar que «las dirigencias se parecen a la ciudadanía»…, que sería difícil de refutar pues quienes nos dirigen no llegaron en un plato volador. Surgieron de la ciudadanía. Algo de lo cual, por cierto, los latinoamericanos tendríamos motivo de sobra para estar avergonzados.

Lo concreto es que ninguna sociedad puede progresar si sus dirigentes en general, y los dirigentes políticos en particular, ocupan su tiempo en resolver problemas urgentes…, que ellos mismos se inventaron.

Ignoran, o pretenden ignorar, que vivir en permanente zozobra institucional tiene un costo muy alto para la sociedad.

Los datos económicos de El Salvador, implacables, muestran que ese costo se está pagando en términos de bajo crecimiento, de poca generación de empleo, de carencia de infraestructura, de débil calidad en educación pública, y de tantos otros problemas crónicos que El Salvador siempre padeció. Porque no son nuevos.

Quizás la dirigencia política inventa problemas urgentes para que la sociedad no piense en los problemas importantes…, pues descubriría que para resolverlos hace falta otra dirigencia.

El camino de las urgencias inventadas, y de las zozobras manipuladas, jamás generó riqueza. Un objetivo que debiera ser prioritario en toda sociedad económicamente subdesarrollada. Como El Salvador.

La semana pasada Fusades reportaba en su Informe de Coyuntura que ya son 18 los trimestres de clima de inversión adverso. Y que en el primer trimestre de 2012 la inversión extranjera directa (IED) fue de apenas US$ 59 millones. Anualizados representan apenas US$ 240 millones. Una miseria.

En efecto, el número es muy malo considerando que en 2011 Chile recibió US$ 17,299 millones de IED. Y Colombia US$ 13,234 millones. Aún llevado a valores per cápita, El Salvador sale muy maltrecho en la comparación con esos dos países, con los cuales en algún momento compartió la categoría de grado de inversión.

Incluso si la comparación se hiciera con los países más cercanos, veríamos que en 2011 Panamá recibió US$ 2,790 millones de IED; Costa Rica US$ 2,104 millones; Honduras US$ 1,014 millones; Guatemala US$ 985 millones; y Nicaragua US$ 968.

Ya ni la nefasta autocomplacencia de compararse sólo con vecinos pobres, siempre de desempeño mediocre, sirve de bálsamo.

Quienes pretendan politizar estos datos, sean de un color o del otro…, carecerán de argumentos: el promedio de IED recibida por El Salvador en el período 2000-2005 había sido de apenas US$ 325 millones. Otra miseria.

Para que el crecimiento económico se transforme en desarrollo económico y humano, que al fin de cuentas es lo importante, debe funcionar el «efecto derrame». Ese por el cual los beneficios de liberar los mercados llegarían a toda la población en términos de mejor calidad de vida. Sin institucionalidad nunca habrá derrame.

Otras dirigencias también debieran reflexionar. No es aceptable que un alto ejecutivo de cierta gremial empresarial alegue desconocimiento sobre los intereses de algunos de sus directores, manifiestamente incompatibles con las funciones que dicha gremial ejercía en una autónoma. Sean serios.

Los fríos números económicos reflejan las consecuencias de malas dirigencias. Pero para corregirlos hay que pensar en las causas. Y pensar es una actividad peligrosa…, que las dirigencias de nuestros barrios latinos siempre evitarán que los ciudadanos practiquemos.

Hablando de pensar…, dicha actividad exige cierto nivel de escolaridad. Y contando El Salvador con una población mayoritariamente joven, la educación pública debería ser abordada con verdadera responsabilidad.

Sin embargo, los vientos que soplan son desalentadores: la larga competencia populista que se avecina entre el «pura sangre» de los unos y el «hueso colorado» de los otros, augura una discusión superficial: el énfasis estará en el tamaño del vaso de leche, en la cantidad de zapatos que regalarán, o en los beneficios que otorgarán a los maestros.

Sería bueno que explicasen qué harán para mejorar la calidad de la educación. Y qué harán por las neuronas de los niños. Porque el futuro de esos niños, que es el futuro de El Salvador, merece total seriedad.

Hasta la próxima.

Alejandro Alle es Ingeniero. Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires). Columnista de El Diario de Hoy.