Déficit fiscal crítico, atraso cambiario y tarifario, los temas postergados para después de las elecciones

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 8/9/2021 en: http://economiaparatodos.net/deficit-fiscal-critico-atraso-cambiario-y-tarifario-los-temas-postergados-para-despues-de-las-elecciones/

El resultado financiero de las cuentas públicas con el agregado de la deuda creciente del Banco Central se proyecta en más de 10% del PBI hacia fines del corriente año

Por esas volteretas que también inventamos los economistas para mostrar no mostrar los datos como más nos gustan, en su momento se empezó a hablar del déficit primario y del déficit financiero. El primario no incluye los interés de la deuda pública, en tanto que el financiero sí los incluye. Una forma bastante ridícula de llevar una convertibilidad porque los intereses pagados son un gasto. Al menos eso se estudiaba en contabilidad, la contabilidad que inventó el fraile Luca Pacioli que no es otra que la partida doble que desarrolló allá por 1494.

No incluir los intereses dentro del cuadro de resultados es como si el contador nos diera el resultado operativo de la empresa sin incluir los intereses pagados por un préstamo o por el giro en descubierto en el banco. Un disparate conceptual.

Lo concreto es que los intereses de la deuda hay que incluirlos para analizar el tema fiscal, porque si no se los incluye se termina financiando el pago de intereses con más deuda, que fue lo que llevó al colapso de la crisis de 2001 a pesar del blindaje de fines de 2000.

Tomando en cuenta siempre los intereses de la deuda, el déficit fiscal previsto en el presupuesto para el 2021 se estima en 6% del PBI.

Sin embargo, buena parte del déficit fiscal de este año se está financiando con deuda del BCRA en LELIQs y PASES NETOS. Esa deuda, que viene creciendo en forma acelerada que ya se multiplicó por 4 desde que el kirchnerismo llegó al gobierno, ronda los $ 4 billones. Haciendo una estimación optimista esa deuda genera una pérdida para el BCRA, perdida que no podrá pagar, de $ 1,8 billones anuales que equivalen a otros 4,8% del PBI de acuerdo a los datos del presupuesto. De lo anterior se desprende que midiendo bien en déficit fiscal, esto es incluyendo los intereses a pagar, este año terminaría con un déficit fiscal consolidado nación más BCRA de 10,8% del PBI, número que permite presagiar una crisis fiscal, cambiaria y monetaria imposible de corregir con gradualismo.

Agreguemos a esos 10,8% del PBI de déficit fiscal el atraso de las tarifas de los servicios públicos y el atraso cambiario y, se puede afirmar que el horizonte no es muy alentador en términos económicos. En particular con un presidente que ha perdido toda credibilidad y un ministro de Economía que cada paso que quiere dar tiene que consultarlo con La Campora y con el Instituto Patria.

Mientras el gobierno dice que va a acordar con el FMI en marzo, momento crítico por los vencimientos de deuda que se acumulan en ese mes, hay un documento del Bord del FMI de enero de este año que establece claramente que el déficit cuasifiscal que genera el BCRA debe tenerse en cuenta a la hora de establecer las correcciones fiscales.

Dice textualmente el documento del board del FMI: el marco propondrá consolidaciones solo en casos de bancos centrales con grandes posiciones de capital negativas y/o cuando el equipo de país considere que el banco central está involucrado en importantes financiamientos monetario del presupuesto y/o actividades cuasifiscales. En otras palabras, parece escrito a medida para el caso argentino.

No solo el déficit cuasifiscal se acerca al déficit fiscal financiero, sino que además la deuda del BCRA absorbe el 67% de los depósitos del sector privado en el sistema financiero y supera a la base monetaria en un 43%. Un verdadero descalabro cuasifiscal.

Las reservas brutas declaradas por el BCRA suman US$ 46.180 millones. Solo restándole los encajes en dólares que no pertenecen al BCRA y el swap con China, quedan US$ 12.847 millones de reservas. Y faltan restar el préstamo del BIS y otras obligaciones con organismos internacionales y el tesoro. En un cálculo sumamente optimista, las reservas propias del BCRA, forzando los números, llegarían al 22% de las reservas propias del BCRA. Número que vuelve a bajar si este mes el BCRA le paga al FMI la deuda que vence con los DEG que entraron de regalo.

En números más sencillos, la deuda del BCRA en pesos equivale a US$ 40.000 millones, es decir, al 87% de las reservas brutas del BCRA y aún falta contabilizar la base monetaria que ronda los $ 3 billones.

En marzo 2022 Argentina tiene vencimientos de capital por US$ 10.541 millones de los cuales US$ 2.855 millones son con el FMI y US$ 4.126 millones son en bonos. Si el gobierno no pudo pagarle la última cuota al FMI de US$ 2.400 millones y tuvo que refinanciarla, que vencería nuevamente en marzo del año que viene, difícilmente pueda pagarle al FMI los US$ 2.855 millones que vencen en marzo.

Pero el tema a considerar es que si ahora el FMI exige incorporar el déficit cuasifiscal en el programa fiscal, el esfuerzo fiscal que tendría que hacer el gobierno para cumplir con las metas que se pacten con el FMI tendrían que ser tan grandes que implicarían reformas estructurales que el gobierno kirchnerista no está dispuesto a llevar adelante.

En síntesis, hasta ahora el gobierno ha conseguido patear para luego de las elecciones todos los desajustes que tiene. Para después de las elecciones se juntan la corrección del atraso del tipo de cambio real, las artificiales tarifas de los servicios públicos y hacer frente a vencimientos deuda pública que hoy no parece estar en condiciones de cumplir.

El gobierno ha armado la tormenta perfecta.

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE. Síguelo en @RCachanosky

Por qué el ahorro en pesos en los bancos argentinos es la quinta parte de lo que acumula Chile en los fondos de pensión

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 23/3/2021 en: https://www.infobae.com/opinion/2021/03/23/por-que-el-ahorro-en-pesos-en-los-bancos-argentinos-es-la-quinta-parte-de-lo-que-acumula-chile-en-los-fondos-de-pension/

Responde a la historia de confiscaciones y creciente presión tributaria. La consecuencia es un muy débil mercado de crédito al sector privado. El ministro Matías Kulfas cree que obedece a la políticas de los bancos

El ministro Matías Kulfas acaba de cargar contra el sistema financiero al destacar: “Están muy acostumbrados a pescar dentro de la pecera” y les demandó que tienen que estar al servicio de la producción y no al revés (Reuters)

El ministro Matías Kulfas acaba de cargar contra el sistema financiero al destacar: “Están muy acostumbrados a pescar dentro de la pecera” y les demandó que tienen que estar al servicio de la producción y no al revés (Reuters)

Siguiendo el manual del buen populista, ante cada problema que no puede resolver el gobierno siempre trata de explicar la situación señalando a un tercero como el culpable.

Desde los runners como culpables de un supuesto rebrote de contagios de covid-19 en su momento, pasando por acusar a un laboratorio de exigir condiciones inaceptables para vender las vacunas, o los rusos que no cumplen con las entregas, o María Eugenia Vidal que no hizo nada con los hospitales en los 4 años que gobernó la provincia de Buenos Aires versus los 29 que estuvo a cargo del peronismo, y así se puede seguir con los ejemplos, tomando los últimos 33 años, frente a un problema real, en lugar de enfrentarlo se le echa el cargo “al otro”.

En el campo de la economía pasa algo similar, la culpa siempre es de otros. La inflación se dispara porque las empresas quieren ganar mucho y “especulan” por lo cual implementaron un pedido de información gigantesco.

Ahora, el ministro Matías Kulfas acaba de cargar contra el sistema financiero al destacar: “Están muy acostumbrados a pescar dentro de la pecera” y les demandó que tienen que estar al servicio de la producción y no al revés, agregando que se necesitan tasas de interés acordes para producir y no para para especular.

No es intención de esta columna ser el defensor del sistema financiero, sino poner en orden las ideas. En primer lugar, el total de depósitos del sector privado en el sistema financiero sumaba $6,8 billones al 16 de marzo pasado.

Como puede verse en el gráfico, el stock de Leliq y Pases Netos sumaba a esa fecha $3 billones, con lo cual el sector público se está quedando con el 44% del total de los depósitos del sector privado en el sistema financiero, desplazando a los particulares en la franja de crédito en pesos.

Cabe destacar que, en noviembre de 2019, último mes completo del gobierno de Mauricio Macri, el monto total de Leliq y Pases era de $1 billones. En otras palabras, en los 15 meses y medio que lleva de gobierno el presidente Alberto Fernández multiplicó por 3 el monto en circulación de esos instrumentos de regulación monetaria, pese a que en su campaña para acceder a la presidencia cuestionaba el endeudamiento del Central bajo la gestión de Macri por considerar que estaba promoviendo la especulación y que era su intención ahorrar el cuantioso pago de intereses y destinarlo a la compra gratis de medicamentos por parte de los jubilados.

Aun pagando una tasa de interés mayor en la era Macri, el costo cuasifiscal de esa operatoria era de $630.000 millones al año; mientras que ahora supera los $1,14 billones.

De ahí que hasta ahora el Presidente no cumplió con su promesa de campaña con los jubilados, sino que además terminó aumentando un 80% el gasto cuasifiscal, y generó un mayor desplazamiento del sector privado del mercado de créditos en moneda nacional.

Característica de los depósitos

Buena parte de los depósitos del sector privado son fondos transaccionales: 48% corresponde a colocaciones a la vista en cajas de ahorro y cuentas corrientes y el resto a imposiciones a plazo fijo, aunque también por períodos inferiores a 2 meses, dado el desaliento que representa la elevada tasa de inflación, que comenzó a dispararse y la cotización del dólar podría seguir el mismo camino en cualquier momento. Por lo tanto, buena parte de ese saldo también puede considerarse transaccional, para ser utilizado en la compra de bienes u otro activo financiero. Se estira el plazo de pago y se aprovecha una ganancia financiera.

Esa práctica cortoplacista responde a la historia de confiscaciones de depósitos bancarios que tiene Argentina y también de los que había comenzado a acumular a largo plazo, a través de las AFJP, y provocó que en muchos casos, los ahorros se preservaran en el exterior, lejos de la mano del Estado confiscador.

¿Acaso los banqueros argentinos son perversamente malos y norteamericanos, alemanes o chilenos son las Carmelitas Descalzas? No, en esos países hay ahorro interno porque se respeta la propiedad privada y prevalece la estabilidad monetaria.

Por citar un ejemplo, en Chile las AFP, equivalentes a las cerradas AFJP en el mercado local, administran actualmente el equivalente a USD 200.000 millones, un 70% del PBI chileno; mientras que en la Argentina los depósitos bancarios a muy corto plazo apenas llegan a 14% del PBI.

Plan Bonex en 1989, pesificación asimétrica, corralito, corralón y confiscación de los ahorros de la gente en las AFJP, no resultaron hechos gratuitos para la economía nacional. No hay ahorro interno y por eso no hay crédito a tasas accesibles para las empresas y menos para las familias.

En Chile los bancos ofrecen créditos hipotecarios a 30 o 40 años y financian hasta el 90% de la propiedad. En Argentina, no hay créditos hipotecarios y los que hay, con cláusula UVA, representan un costo creciente en tiempos de aceleración de la inflación.

En Estados Unidos, los créditos hipotecarios tienen una tasa de entre el 2,75% y el 2,85% anual a 20 o 30 años, según la solvencia económico-fonanciera del solicitante.

Lo que parece no comprender el ministro Kulfas es que la destrucción del sistema monetario, la carga impositiva y las constantes confiscaciones de ahorros, destruyeron la confianza en la seguridad jurídica en Argentina.

Lo que parece no comprender el ministro Kulfas es que la destrucción del sistema monetario, la carga impositiva y las constantes confiscaciones de ahorros, destruyeron la confianza en la seguridad jurídica en Argentina (Reuters)

Lo que parece no comprender el ministro Kulfas es que la destrucción del sistema monetario, la carga impositiva y las constantes confiscaciones de ahorros, destruyeron la confianza en la seguridad jurídica en Argentina (Reuters)

Acá no solo se rompió la economía por un exceso de gasto público, carga impositiva, destrucción monetaria, etc., sino que se destruyeron los cimientos mismos de una sociedad civilizada: el cumplimiento de los contratos. En Argentina rige la ley del capricho del gobierno de turno, con lo cual no hay previsibilidad en las reglas de juego.

Otra comparación contundente

Alemania fue reducida a polvo con los bombardeos en la segunda guerra mundial, pero pudo ser reconstruida porque también se destruyó el sistema autoritario vigente durante el nazismo. Luego de la guerra solo había que reconstruir ladrillos.

En Argentina hubo un bombardeo pero que fue sobre la seguridad jurídica que destrozó la confianza en el país como lugar en el cual se puede progresar. Revertir ese proceso es mucho más difícil y lleva mucho más tiempo que reconstruir los ladrillos que se pudieron destruir en la Segunda Guerra Mundial.

Debiera entender el ministro Kulfas, el problema de la falta de crédito y de las altas tasas de interés no se origina en las políticas de los bancos, sino que es la resultante de la historia populista de la Argentina.

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE. Síguelo en @RCachanosky