Pensamiento en recesión

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 24/12/19 en: https://www.carlosrodriguezbraun.com/articulos/expansion/pensamiento-en-recesion/

 

El mensaje actual del pensamiento único se resume en: la política monetaria expansiva ha cumplido su papel, y ahora es necesaria una política fiscal expansiva para neutralizar la posible recesión. Ambas afirmaciones vienen al amparo de una retórica entrañable.El razonamiento monetario adolece de la engañosa solidez que tan a menudo caracteriza al sentido común. Los bancos centrales emprendieron política monetarias ortodoxas y heterodoxas para “estimular la economía” mediante “inyecciones” de liquidez. El resultado no ha sido la recuperación de un crecimiento vigoroso, sino débil y, en los últimos tiempos, cada vez más débil. Ello probaría que la “artillería” de la banca central fue eficaz, más o menos, pero “está agotada”. Para rematar este argumento se señala a países o zonas que crecen menos, como en la eurozona, o que se estancan, como Japón.

A continuación, una vez demostrado el argumento de manera irrefutable, los maîtres à penser de la corrección política nos arrinconan con la única solución posible: la política fiscal. Y no se le ocurra a usted para protestar, porque inmediatamente recibirá la réplica democrática inapelable: la política fiscal es lo que tiene mucho “consenso”, porque así las autoridades europeas tendrán (un favorito de la neolengua predominante) “un mayor margen de maniobra” para actuar  de modo de “evitar el riesgo de recesión”. Y ¿qué significa “actuar”? Vamos, ¿no lo adivina usted? La propuesta del consenso es (otro clásico) “ambiciosa”, es decir, más gasto público, subir los salarios para hacer lo propio con la demanda y así contener la desigualdad, que ya desató la última crisis, y evitar la temida japonización.

Una palabra define todo esto: camelo. No es que la política monetaria ya no pueda hacer más, sino que lo que pasa se debe a lo que hizo. No hay manera de estimular en realidad la economía expandiendo artificialmente el dinero y el crédito, porque esa misma expansión distorsiona las decisiones de ahorro e inversión. El desenlace son burbujas, pero no crecimiento, y se llega a la irracionalidad de que los tipos de interés bajan hasta cero e incluso son negativos, un auténtico disparate que, paradójicamente, no anima la inversión, aunque sí facilita la explosión de la deuda pública, que contamina cada vez más los balances de los bancos. Todo ello desemboca en un freno al crecimiento, particularmente si las economías son rígidas —es la diferencia fundamental que separa a Japón y la eurozona de Estados Unidos.

Al final, los solemnes progresistas desbarran atribuyendo a la desigualdad la culpa que deberían asignar a la política, y recomendando, para evitar la temida japonización, exactamente la misma combinación de políticas monetarias y fiscales expansiva que han mantenido la economía japonesa estancada durante dos décadas.

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE. Difunde sus ideas como @rodriguezbraun

MIS ESTIMADOS MARCIANOS LIBERTARIOS, CUANDO DESCIENDAN EN LA TIERRA, UBÍQUENSE.

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 20/5/18 en: http://gzanotti.blogspot.com.ar/2018/05/mis-estimados-marcianos-libertarios.html

 

Lamento enormemente disentir con mi admirado Loris Zanatta, pero mi antipático papel como defensor de Trump como mal menor me pone en esa posición.

Dice Zanatta el 15 de mayo de 2018: “Trump quiere demoler el orden internacional construido por su propio país después de la segunda guerra mundial. Lo que los teóricos de las relaciones internacionales siempre han llamado «el orden liberal», a él le da asco. este «orden» se basa en tres pilares: la democracia política y las libertades civiles, que para Trump son opcionales; la libertad económica, que considera nefasta y a la que opone el principio del America first y el multilateralismo, la densa red de instituciones internacionales que fomentan la cooperación y tratan de disuadir el conflicto: es una palabra ausente en su vocabulario. Desde el comercio transpacífico hasta los acuerdos climáticos, desde la relación con Europa hasta la gobernanza global, su consigna es: me tiene sin cuidado; somos los más poderosos, hago lo que le conviene a mi pueblo”.

Ahora bien, ¿por qué ese “orden internacional” es una garantía del liberalismo clásico y las libertades individuales que siempre ha defendido Zanatta? La Declaración de los Derechos Humanos de 1948, ok; pero por lo demás, la ONU ha tenido una agenda muy cuestionable para cualquier libertario o liberal clásico que se precie de tal. Han atacado al libre comercio con sus alianzas con el Banco Mundial, que, junto con el FMI, sólo han servido para promover el intervencionismo, prestando o regalando papel pintado a los gobiernos para que hagan lo que quieran. A través de sus organismos de salud ha difundido una agenda antinatalista en todo el planeta, al mismo tiempo que con lo primero restringía el libre mercado, fórmula explosiva para crear más pobreza y miseria. Ha corroborado las aduanas y proteccionismos entre las Naciones. Ha nacido con la Unión Soviética y China a la cabeza de sus decisiones, un chiste de mal gusto a todo amante de la verdadera libertad. Ha promovido todo tipo de neo-marxismos diversos a través de la UNESCO. Ha sido totalmente ineficaz para luchar contra todo tipo de dictadorzuelos, o al revés, los ha corroborado. Ha promovido a nivel mundial el welfare state, un fracaso total a nivel moral y económico. Etc. Ha promovido todo tipo de políticas estatistas para supuestamente defender la ecología.

¿Y ahora Trump es el malo por oponerse a todo ello?

Segundo, ¿de dónde sacó Zanatta que para Trump la democracia política y las libertades civiles son opcionales? Opcionales son para las agendas totalitarias del lobby LGTB, que quiere encerrar, literalmente, a cuantos no piensan como ellos, bajo supuestos delitos de hate sppech, discriminación, homofobia, etc. Así vemos a monjitas presas por no repartir preservativos en sus iniciativas de salud, a profesores universitarios echados por no hablar los pronombres neutros, a padres presos en Alemania por querer educar a sus hijos en su verdadera fe, a vendedores de pasteles presos por decidir ejercer su libertad de comercio y no vender sus pasteles a quienes no quieran, a Jordan Peterson luchando solo, en Canadá, por su libertad de expresión. Trump está poniendo un freno a todo ello, precisamente por defender las libertades civiles a las cuales se opone toda la agenda neo-marxista del partido demócrata.

¿Y Trump es entonces el malo de la película?

¿Y el proteccionismo? Sí, claro, allí Trump está equivocado. ¿Pero es el primero? ¿Quién NO es proteccionista, excepto los que estudiamos a Mises y Hayek? ¿Quién no era proteccionista? ¿Obama? ¿Quién no iba a ser proteccionista? ¿Hilary?

¿Y la política fronteriza? ¿Quién NO piensa que debe haber aduanas, visas y pasaportes? Los libertarios. ¿Y eran libertarios los demócratas que AHORA claman al cielo? ¿Quién eliminó las fronteras y sus controles? ¿Obama? ¿Quién NO deportó gente según las leyes federales aprobadas por el Congreso sin ningún escándalo de los AHORA “aperturistas” mass media? ¿Obama? ¿Quién iba a eliminar las visas y los pasaportes? ¿Hilary? Y por favor no me digan que es una cuestión de grado. O la ley se cumple, o no. Por favor no tengamos doble discurso. Si hay inmigración ilegal, siempre habrá deportados. ¿Y con quiénes NO iba a haber inmigración ilegal? ¿Con los demócratas?

Realmente pregunto a los libertarios y liberales clásicos que ahora son denunciadores seriales de Trump, ¿y qué esperaban con Hilary?

¿No saben ubicarse en el mundo real, en la siempre opción entre el mal menor o mayor?

 

¿No “les gusta” Trump? A mí tampoco. Es un maleducado y un grosero. Pero dedíquense entonces a lanzar sus diatribas contra la corrección política, la timidez y la falta de sinceridad y liderazgo de todo el Partido Republicano. Porque millones de electores norteamericanos se hartaron de estupideces. Y estupidez NO es mandar a la miércoles el tratado con Irán, donde Irán estaba mintiendo de vuelta. Estupidez NO fue decirle al loco de Kim Jong Un que si se seguía haciendo el loco, habría otro loco en serio del otro lado. Estupidez NO fue defender a Israel de sus bestiales vecinos ni reconocer su auténtica capital. Estupidez NO fue dejar de defender y financiar a Planed Parenthood y oponerse al aborto y a la industria de vender partes de embriones al mejor postor. Estupidez NO fue bajar los impuestos. Estupidez NO fue mandar al cuerno a acuerdos ecológicos estatistas que NO solucionan el problema. Por ende lamento mucho, estirados libertarios, que Obama sea un total caballero –lo es- al frente de una agenda totalmente socialdemócrata en lo económica y autoritaria en lo cultural. Lamento mucho que Hilary sea una dama con un maravilloso inglés bostoniano que iba a seguir el legado de su antecesor. Y lamento mucho que para frenarlos, millones de sencillos y sabios norteamericanos hayan elegido a un maleducado. Es lo que hay, gente. Del otro lado tienen a Cuba, a Corea del Norte, a los totalitarios chinos, al nuevo zar de Rusia, a la Europa vieja, moribunda y suicida, y la dictadura de lo políticamente correcto en Canadá. Váyanse allí. ¿Y saben qué, además? EEUU tampoco es ahora la tierra de la libertad. Les propongo vivir en Marte, como yo, pero al menos ubíquense en la guerra cada vez que desciendan en La Tierra.

 

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor titular, de Epistemología de la Comunicación Social en la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor de la Escuela de Post-grado de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor co-titular del seminario de epistemología en el doctorado en Administración del CEMA. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Fue profesor Titular de Metodología de las Ciencias Sociales en el Master en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE, y miembro de su departamento de investigación.

Hambre

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 3/5/15 en: http://www.libremercado.com/2015-05-03/carlos-rodriguez-braun-hambre-75541/

 

El periodista y escritor Martin Caparrós fue entrevistado por Ima Sanchís en La Vanguardia con mucho entusiasmo y poco espíritu crítico. Cuando él dice: «Novecientos millones de personas en el mundo pasan hambre»o «25.000 personas mueren de hambre por día», el lector tiene la impresión de que son cifras ciertas que describen un problema grave que se agrava, o al menos que no se soluciona.

Pero esas cifras no sólo no están universalmente aceptadas sino que la realidad apunta cada vez más en el sentido contrario: el hambre y la desnutrición se reducen en todo el mundo con bastante claridad. Esa es la noticia que resulta ocultada por la corrección política, que prefiere refugiarse en fantasías como que las empresas malvadas exportan uranio de Níger «sin dejar dinero en el país», lo que es imposible sin que actúe el principal culpable de la pobreza, a saber, la falta de conculcados por los gobiernos. «Es el orden internacional y no la naturaleza lo que mata de hambre», dice Caparrós, con la imagen de unos siniestros conspiradores que mueven el planeta. No es así: si los coreanos del Norte pasan hambre, que efectivamente la pasan, eso no es culpa de ningún “orden internacional” sino del socialismo muy nacional que aplican allí los tiranos.

Pero no busca don Martín en el socialismo el problema:

–Estuve en Chicago tratando de entender cómo funciona la bolsa de valores donde se definen los precios de los alimentos.

Es frecuente este disparate de buscar en los mercados las siniestras claves de la miseria, como si de verdad fuera originada por unas personas que compran y venden, y no, precisamente, por quienes les impiden hacerlo. Pero esa verdad es olímpicamente ignorada, y la señora Sanchís se pone dramática:

–¿Serán conscientes los brókers?

Como si el mal estribara en el alma de los brókers, cuyo trabajo, precisamente, estriba en facilitar las compraventas.

Una clave de las fábulas antiliberales pasa por que los precios son supuestamente manipulados por unos villanos.

–Subir el precio del grano provoca que muchos granjeros senegaleses o egipcios no puedan comprarlo, y eso dispara el hambre –asegura Caparrós.

–Entiendo –asiente doña Ima.

Pues no se entiende en absoluto. Primero, porque Caparrós sugiere que hay unos infames que manejan los precios a su antojo, lo que está lejísimos de ser evidente en mercados tan grandes y globalizados como los de las materias primas. Y segundo, porque si los granos se encarecen cabe suponer que algunos senegaleses o egipcios no pasarán hambre en absoluto: los que los venden.

Y siguen los tópicos, como la demonización de Bangladesh, que es nada menos que el segundo exportador mundial de textiles. Esa realidad, que sin duda ha contribuido a mejorar las condiciones de vida de sus habitantes, le molesta al señor Caparrós:

Toda esa ropa que compramos con tanta alegría la producen unos seis millones de mujeres que trabajan doce horas al día por 25 dólares al mes, y lo hacen porque el hambre les come la espalda.

Esto es un dislate, empezando por la moralina de que no deberíamos comprar ropa de Bangladesh «con alegría», como si en Bangladesh fueran a mejorar si la compramos con tristeza o no la compramos en absoluto. Y terminando con la idea de que las mujeres trabajan allí obligadas, o porque ignoran que hay muchas alternativas a su alcance para trabajar menos y cobrar más.

Se trata de concentrar la maldad en las generadoras de riqueza y empleo, las «grandes empresas que compran tierra en las zonas pobres para producir alimentos que se llevan a sus propios mercados, tierras que dejan de producir alimentos para la población local». A ver, don Martín, ¿es que esas empresas no les compran la tierra a esos mismos pobladores locales? ¿Es que no contratan a trabajadores locales?

En fin, que ninguna realidad estropee un bello apocalipsis: «En los países ricos se tira entre el 30% y el 50% de la comida que circula».

 

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE.

Si me hubieran dado pelota

Por José Benegas. Publicado el 25/2/15 en: http://josebenegas.com/2015/02/25/si-me-hubieran-dado-pelota/

 

La humildad no sirve para nada en la Argentina, te pasan por arriba los Tognettis sin señales de vergüenza ni inhibición. Así que voy a ser un poco brutal y que le caiga mal a quién le caiga mal. Total, cuando uno es cuidadoso obtiene la misma cantidad o mayor de enemigos. Hace más tres años que insisto con que cuando un asaltante en un banco que tiene rehenes de repente se saca el antifaz, es señal de que piensa matar a los rehenes. El gobierno kirchnerista tomó muchas veces esa decisión como para que no nos diéramos cuenta de que no pensaba terminar su período de modo legal, y que ni siquiera podíamos imaginar un traspaso del mando normal. Desde la protección abierta a Boudou que significó que la señora a cargo nos comunicara, sacándose el antifaz, que ella era la jefa de la banda y que el estado era un estado kirchnerista y delictivo, ante lo cuál había que subordinarse.

¿Soy un genio? No, simplemente trato de no hacerme el completo idiota ante las evidencias, como hace una mayoría abrumadora de gente en el país del acomodo.

Por supuesto las respuestas de la misma gente que dejó que las cosas llegaran a dónde llegaron eran del tipo “tiene que terminar su mandato”. Un gobierno cuya norma es el crimen no tiene mandato. El mandato en una república, un mandato que pueda obligarnos, es exclusivamente, reitero, exclusivamente, legal. Esto es una limitación conceptual y no de hecho. No hay república no legal. Es decir, al mandato lo terminaron ellos hace muchos años. Ni siquiera es ratificable la voluntad delictiva de una mayoría, porque carece de los elementos esenciales para obligar a una minoría. Pero peor aún que el analfabetismo republicano que el sistema des-educativo logró implantar, es la miopía política de no ver lo que la conducta del gobierno significaba. Ahora lloran todos ante este presente en el que Nisman terminó muerto y las manifestaciones son tildadas de terrorismo, por parte de los que reivindican sus asesinatos del pasado como idealismo. Nunca importó que se pudiera llevar  a cabo un proceso de juicio político. Ni siquiera lo es ahora que les queda tan poco tiempo, lo importante es no conceder legitimidad al crimen. No se puede desear, menos en público, que la banda de Hotesur mande.

¿Se los dije? Si, se los dije quinientas veces, todos lo días, de lunes a viernes durante una hora y media. Se lo pregunté a cada entrevistado por meses: ¿Imagina usted una entrega regular y normal del mando por parte de esta gente? La respuesta más común era el silencio.

Nerón no se aununció, estos delincuentes si lo hicieron. Dan ganas de decir jódanse todos, pero hay demasiadas cosas que uno aprecia en juego. Sobre todo una minoría que no merece esto.  Chica, pero valiosa.

El asunto sigue siendo cómo se sobrevive a un asalto total al poder por parte de los que se sacaron el antifaz y en cada aparición confirman sus delitos, del modo más idiota posible porque saben que 1) No tienen defensa y 2) Ya no están en la etapa en la que les interese ser creídos, sino sólo temidos y obedecidos. Están intentando sembrar el terror antes de hacer cualquier cosa. Salvarse para siempre tal vez no sea una opción. Zafar de ésta tal vez tampoco. Incendiar Roma si la es y que nadie dude de que son capaces.

Por lo tanto en una emergencia uno se pone a tirar baldes de agua al incendio hasta con el ladrón que administra el consorcio. Si alguien quiere jugar al marketing, está desubicado desde el 2003, pero ahora, en estos meses, está sencillamente tan loco como creen que sólo ellos están. Los que están juntando fuerza electoral sirven. Los que están pensando en cómo reaccionar ante hechos consumados ilegales del estado criminal que comanda la señora kirchner, brillan por su ausencia. Se necesita que tengan poder, un blog no alcanza por supuesto. Los que están pensando en cómo enfrentar la denuncia internacional de lo que hagan también sirven y los que piensen en cómo deshacer el quebrantamiento de toda la legalidad, desde el Código Civil, a los de procedimientos y la Constitución, suman. También los que observen que no es legítimo imponer leyes contra el artículo 29 de la Constitución, ni simular un Congreso para tapar  una verdadera obediencia debida castrense y que, por lo tanto, deben anularse todos los actos de facto llevados a cabo por la banda, son indispensables. Todos juntos, mejor. Pensando y tirando la corrección política a la basura. La gente no la cree, por eso en sus marchas son mucho más claros que cualquiera que hable en público.

 

José Benegas es abogado, periodista, consultor político, obtuvo el segundo premio del Concurso Caminos de la Libertad de TV Azteca México y diversas menciones honoríficas. Autor de Seamos Libres, apuntes para volver a vivir en Libertad (Unión Editorial 2013). Conduce Esta Lengua es Mía por FM Identidad, es columnista de Infobae.com. Es graduado del programa Master en economía y ciencias políticas de ESEADE.

Fin de ciclo: ¿qué le conviene al país y a la gente?

Por Roberto H. Cachanosky. Publicado el 6/7/14 en: http://economiaparatodos.net/fin-de-ciclo-que-le-conviene-al-pais-y-a-la-gente/

 

No veo ninguna razón por la cual un gobierno inepto no pueda terminar antes su mandato

Quienes por cuestiones electorales o, a mi entender, falsa corrección  política, dicen que el gobierno de CFK tiene que terminar su mandato en diciembre de 2015, parecen preferir que la gente siga sufriendo un creciente deterioro de su nivel de vida por una cuestión de fechas  y no de fondo.

No veo ninguna razón por la cual un gobierno inepto no pueda terminar antes su mandato, es decir, no veo ningún motivo por el cual el kirchnerismo tenga que llegar hasta el final de su gestión aún a costas de más sufrimiento de la población y mayor sufrimiento posterior al 2015 por la herencia que van a dejar. Los plazos constitucionales no son intocables, pueden modificarse por diferentes razones que están previstos en la Constitución Nacional, el juicio político, por diferentes razones, es una causal para acortar el mandato presidencial. De manera que hacer una cuestión de dogma de fe las fechas no se atiene ni a la Constitución ni a la realidad, y mucho menos para un gobierno que ha utilizado el monopolio de la fuerza para perseguir a quienes piensan diferente, destruir la riqueza de millones de personas, avasallar las instituciones, ser sospechado de los casos de corrupción más escandalosos de los que se tenga memoria y aplicar una política económica de sistemática destrucción de amplios sectores de la clase media y empobrecimiento de los sectores más humildes. Es casi delirante pedir piedad para un gobierno que no ha tenido la más mínima piedad con su población, usando a los pobres para hacerles vivir una fiesta artificial de consumo, castigando a los sectores productivos al punto de esquilmarlos impositivamente hasta casi transformarnos en esclavos de los funcionarios de turnos que se apropian del fruto de nuestro trabajo para financiar el populismo. El Estado nos ha transformado en máquinas de generar rentas para sus políticas populistas, violando los derechos humanos al convertirnos en cuasi esclavos que trabajamos para mantener al “amo” y sus políticas populistas en nombre de la “solidaridad social”. Creo no equivocarme si afirmo que aquí hubo un plan sistemático de explotación de seres humanos por parte de quienes detentaron el poder con el objeto de sostenerse en el poder esquilmando impositivamente a la población productiva. En vez de confiscar las propiedades como en los sistemas comunistas, se confiscaron los ingresos de la gente. Nos dejaron los campos, las fábricas, las empresas, los consultorios profesionales y se apropiaron del fruto de nuestro trabajo. Si esto no es esclavitud, le pega en el poste.

A pesar de esta brutal explotación de la población por parte del gobierno kirchnerista, todavía hay dirigentes políticos y analistas que quieren jugar a hacerse los políticamente correctos y afirman que el kirchnerismo tiene que seguir explotando a la gente hasta el final de su mandato. Como si someter a la población a esta impiadosa explotación fuese un principio democrático y republicano.

Pareciera ser que la oposición todavía no es consciente de que cuanto más dure el kirchnerismo en el poder más dura va a ser la herencia que va a recibir e inmanejable el gobierno. Solo pensar en el gran sobredimensionamiento del gasto público que ha generado el kirchnerismo, el lío que hay con las tarifas de los servicios públicos, la legión de gente que el kirchnerismo ha acostumbrado a vivir sin trabajar otorgándoles todo tipo de planes “sociales”, la destrucción patrimonial del BCRA y de la infraestructura de país, son solo algunos de los puntos a considerar al momento de pensar la herencia que le tocará al próximo gobierno.

Hoy al gobierno le cuesta cada vez más esfuerzo sostener su política populista porque se le acabaron los recursos. Lo que está haciendo es estirar la mecha de la bomba para que le explote todo al próximo gobierno. Mientras tanto la oposición no quiere hacerse cargo del lío actual y espera que la bomba le explote al gobierno. Si argumentar que el kirchnerismo tiene que terminar su mandato a fines del 2015 es solo un discurso para que en el transcurso la bomba le explote al gobierno, se entiende la posición. Ahora, si lo hacen por una cuestión de falsa formalidad de fechas, es un tremendo disparate. ¿Qué es lo que más le conviene al país y a su gente? Que sea el propio kirchnerismo el que tenga que hacerse cargo del estallido de todas las variables que han distorsionado. Y digo que es lo que más le conviene al país porque sería perjudicial para el futuro de la democracia republicana que este populismo y autoritarismo evite hacerse cargo de tanto destrozo. Puesto en otras palabras, lo que más le conviene al futuro de la democracia republicana argentina es que sea el kirchnerismo el que tenga que pagar el costo de tanto destrozo económico e institucional. Si ese costo político se lleva puesto al gobierno por el descontento popular y estallido social, que el kirchnerismo se haga cargo y ponga la cara frente a la gente por todo el daño que en forma deliberada le ha hecho a la población argentina y al país.

En definitiva, no encuentro ninguna razón por la cual la oposición tiene que salvar a un gobierno que ha hecho y hace de su forma de actuar tabla rasa de las instituciones democráticas y republicanas, al tiempo que destruye la economía en forma deliberada para estirar sus tiempos en el poder. Nada le importa al kirchnerismo sobre cómo termine el país cuando ellos lo entreguen al próximo gobierno, solo les interesa llegar al 2015 sin que explote todo antes para poder irse como los héroes del relato.

Y así estamos, entre un gobierno autocrático que intenta estirar la mecha de la bomba para legar al 2015 y una oposición que, si el kirchnerismo se sale con las suyas, se va a encontrar con una de las peores herencias económicas, sociales e institucionales de toda la historia argentina.

Más perversidad imposible de imaginar.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE.

Relaciones humanas y personalidad

Por Alberto Benegas Lynch (h). Punlicado el 22/11/12 en http://diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=7564

 Voltaire decía que “no hay mejor manera de quedar mal con todos que el pretender quedar bien con todos”. En realidad, el examen supremo de cada uno es el espejo: uno debe verse con la tranquilidad de consciencia de pensar y actuar según los parámetros del bien sin dejarse arrastrar por la opinión mayoritaria, ni de lo que está de moda, ni “lo políticamente correcto”. Al mismo tiempo, para llegar a las propias conclusiones es indispensable contar con una mente abierta que preste debida atención a contribuciones fértiles, incluso las que refutan lo que estimábamos conveniente.

Parece entonces que hubiera una tensión entre el pensamiento y la conducta que se considera correcta por un lado, y por otro la opinión y los procedimientos de muchos de los congéneres. Efectivamente, esto es así pero con buenos modales y adecuada educación uno no debe torcer el rumbo con la intención de quedar bien puesto que así no solo se queda mal con la propia consciencia amputando la propia personalidad, sino que, en definitiva, como enseña Voltaire, se queda mal con otros ya que, en última instancia, no es respetada la conducta errática según vayan los vientos del momento. Esta es la gente “fácil” que se amolda a cualquier cosa aunque signifique la traición a valores y principios que el sujeto en cuestión sabe son los que corresponden.

Una vez consignado lo dicho, debe señalarse que para establecer relaciones con otras personas que no vulneran los referidos valores y principios sino que hacen a la convivencia, debemos interesarnos por lo que estima la persona o las personas con las que intentamos la relación. Dale Carnegie en el clásico Como ganar amigos e influir sobre las personas ejemplifica con la pesca: al pescador pueden gustarle las frutillas con crema pero el pez rechazaría esa carnada de modo que, si se quier lograr el objetivo, lo relevante es lo que le atrae al pez. En el mismo sentido, Adam Smith en La riqueza de las naciones escribe un conocido y muy citado párrafo donde alude al carnicero que no obtiene sus ingresos como consecuencia de hablar de sus gustos personales sino que se dirige a los intereses de su consumidor potencial.

Ya hemos escrito antes sobre el significado del individualismo que se traduce en el respeto a las autonomías de cada cual, en cuyo contexto se hace indispensable la cooperación social libre y voluntaria entre las partes al efecto de obtener beneficios recíprocos. Esto último incluye la necesidad de trabajar en equipo, lo cual requiere destreza y buena voluntad. Tom Morris en su obra titulada If Aristotle Ran General Motors que se refiere a la capacitación de la fundamentalísima área de recursos humanos en la empresa, muestra la compatibilización del individuo y el equipo basado en objetivos y metas compartidas. En este sentido escribe que “El trabajo en equipo no es la mentalidad del rebaño que conduce a caminos que se siguen servilmente en direcciones equivocadas, subrayando la conformidad y la obediencia ciega a ordenes autoritarias. Es precisamente lo opuesto, consiste en un estado mental y procederes en los que los individuos se asocian con sus colegas para llevar a cabo tareas que no pueden realizar en soledad […] una apertura mental y un deseo de mutua corrección y aprendizaje […] que fuerzan a pensar distinto a lo rutinario”. Esta “diversidad en unidad” que postula Morris la efectúa en el contexto de un concepto de competencia muy productivo dentro de la empresa, cual es el competir con uno mismo: todos los días tratar de ser mejor que el día anterior, y en esta línea argumental tener en cuenta que no significa mucho simplemente ser mejor que el vecino.

Para ser mejor persona y estar en condiciones de colaborar en equipo es necesario domar y cultivar la propia personalidad. Laura Schlessinger nos dice en How Could You do That? The Abdication of Character, Courage and Consciense que “preguntar que sentido tiene la vida revela que no se le otorga sentido puesto que no es la vida que da sentido al hombre sino éste a la vida” y cita un autor anónimo quien concluye de este modo sus observaciones: “Vigile sus pensamientos porque se convierten en palabras. Vigile sus palabras porque se convierten en actos. Vigile sus actos porque se convierten en hábitos. Vigile sus hábitos porque se convierten en su carácter. Vigile su carácter porque se convierte en su destino”. El mensaje bíblíco reza que somos nuestros pensamientos, de modo que para resumir los consejos del autor anónimo y saltearnos las etapas intermedias, los pensamientos de cada cual se convierten en su particular destino.

Al mismo tiempo, para el trabajo en equipo o para cualquier intercambio con el prójimo se hace necesario dedicar el suficiente empeño a la buena comunicación. Como las mentes no trabajan como un scaner en el sentido de recibir mensajes tal cual fueron enviados, hay un proceso de interpretación según sea el esqueleto conceptual del receptor y del emisor. Por eso es que especialistas en hermenéutica y profesores de oratoria ponen tanto énfasis y esmero en la importancia de la buena comunicación al efecto de evitar malos entendidos y, consecuentemente, sortear problemas en las relaciones interpersonales.

John Powell, al aludir a la comunicación en Will the Real Me Please Stand Up? parte del texto inserto en el primer acto de la tercera escena de Hamlet donde Polonio asevera que “Esto antes que nada: sed honesto contigo mismo” y a continuación Powell escribe que “es obvio que si no me digo a mi mismo la verdad, no puedo decirle la verdad a otro. No puedo decirle a otro lo que no me digo a mi mismo […] Si me estoy traicionando, naturalmente traicionaré a otros”.

Del mismo modo que una persona que se odia a si misma es incapaz de amar a otra (puesto que amar produce deleite al sujeto que ama como meta final del amor, y el medio es hacer el bien al amado), de la misma manera, para lograr buen contenido en la  comunicación sincera y abierta, se requiere que quien comunica, como condición para estimar al destinatario debe estimarse a si mismo. Nathaniel Branden en Honoring the Self sostiene que “la barrera más potente para la felicidad es suponer que la propia felicidad no es un objetivo loable” en cuyo análisis distingue claramente el individualismo que separa del narcisismo que considera bloquea la posibilidad de cooperación y, por tanto, de mejora del propio narcisista. Decimos nosotros que en este tema puede establecerse un correlato con el llamado “autoabastecimiento” forzoso de cierto bien en cierto país, lo cual niega las bases del comercio ya que encarece la producción y, consecuentemente, reduce el nivel de vida de los “autoabastecidos”. El intercambio interindividual descansa en la complementariedad y las ventajas y conocimientos cruzados y no en el narcisismo pretendidamente autoabastecedor. Esta es la razón de ser de la vida en sociedad. La cooperación social mejora las condiciones espirituales y materiales de vida.

Lo dicho no significa condenar a quien desea mantenerse aislado. Todas las conductas que no afecten derechos de tercero deben ser respetadas, San Pedro de Alcántara, por ejemplo, era un asceta que decidió recluirse en soledad a rezar sin establecer contacto con sus congéneres. Carl Rogers en su libro On Becoming a Person subraya la complejidad del proceso vital por lo que aconseja “simplemente ser uno mismo y dejar que otros sean ellos mismos” sin forzar la mano a nadie. Edward de Bono dice en La felicidad como objetivo que el respeto recíproco es la clave ya que “el acento puesto en el yo protege su yo pero también protege los otros”. También, como parte de la felicidad, la autoeducación y la higiene personal es necesario cultivar la capacidad de reírse de uno mismo, tal como reza el proverbio chino: “Benditos sean aquellos que se ríen de si mismos puesto que nunca dejarán de divertirse”.

Las relaciones humanas tienen indudablemente sus bemoles y, por eso, hay que administrarlas con cuidado sin abdicar de la propia personalidad. Uno de los problemas mayores es la falta de integridad y coraje por mantener las propias convicciones frente a las avalanchas de opiniones en contrario. La importancia del “courage to stand alone” que repetía Leonard Read. También es cierto que cuanto menos cultivada una mente más fácil le resultará llevarse bien con el común denominador y viceversa, lo cual naturalmente no debe conducir a que se renuncie o mutile la propia personalidad en aras de una mejor convivencia puesto que con ello se remata el objeto mismo de la vida que es juzgada por el bien que ha realizado en el mundo que le tocó vivir a cada uno y no por los aplausos recibidos.

Otro de los problemas que se suscitan en las relaciones interpersonales es el simple malentendido antes aludido y que muchas veces distancia a las personas. En este contexto, se me ocurre citar un caso al efecto de ilustrar este punto. En una oportunidad un niño, al regreso de la escuela, le preguntó a su madre que quiere decir pene. La madre ofuscada le responde que esa noche se reunirían a conversar sobre el tema. Entretanto, la progenitora se encierra en su cuarto para consultar enciclopedias y llamar a su médico de confianza y a su marido al efecto de recabar modos de explicar a su hijo lo solicitado del mejor modo posible. Llegado el momento de la reunión, la madre despliega todo tipo de gráficos y explora diversos caminos para ilustrar los usos del órgano sexual de marras. Una vez finalizado el encuentro, el niño se mostró extrañado y manifestó que no veía relación alguna con lo escuchado en la escuela donde una profesora al enterarse de la muerte del abuelo de un amigo recomendó a la clase que “recen por él para que su alma no pene”.

Otro malentendido de mucho mayor calado es el expuesto por Erich Fromm en Man for Himself. An Inquiry into the Psychology of Ethics en donde escribe que “La falla de la cultura moderna no reside en el principio del individualismo, no en la idea de que la virtud moral descansa en la búsqueda del interés personal, sino en el deterioro del significado del interés personal; no en el hecho de que las personas están demasiado preocupadas por sus intereses personales, sino en que no están suficientemente preocupadas en sus respectivos yo; no en el hecho de que están demasiado concentradas en si mismas sino que no se aman lo suficiente a si mismas”. En otros términos, los problemas sociales a los que asistimos no son como frecuentemente se entiende porque las personas se ocupan demasiado de si mismas sino en el hecho de que no cuidan lo suficiente sus almas, lo contrario, la saludable personalidad, facilita las relaciones humanas basadas en la integridad moral y el consecuente respeto recíproco. Y siempre debe estarse en guardia de los que la alardean de afables pero en verdad no quieren establecer una genuina relación y como ésta siempre se cultiva en el contexto de la doble vía, el vínculo se congela en la inexistencia y se confunde sociabilidad con pastosa sobreactuación (nunca mejor aplicado aquello de “dime de que alardeas y te diré de que careces”).

Por último, como una apostilla y para cerrar lo dicho, cito un pensamiento de Bertrand Russell de La conquista de la felicidad, respecto de la presión que ejercen los demás sobre las conductas de quienes se apartan del promedio (algo del que ya habían advertido autores como J. S. Mill en On Liberty): “Muy pocos pueden ser felices sin que aprueben su manera de vivir y su concepto del mundo las personas con quienes tienen relación social […] Pero para una minoría, en la que figuran todos los que tienen algún mérito intelectual o artístico, esta actitud de aquiescencia es imposible […] Un perro ladra más ruidosamente y muerde más pronto a los que le tienen miedo que a los que le tratan con desprecio, y al rebaño humano le ocurre algo parecido. Si le demostramos miedo, ve la posibilidad de una buena caza, mientras que si somos indiferentes, dudan de su poder y tienden a dejarnos solos”.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía, Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y fue profesor y primer Rector de ESEADE.