Argentina: el país más anticapitalista de América Latina

Por Iván Carrino. Publicado el 22/4/17 en: http://www.ivancarrino.com/argentina-el-pais-mas-anticapitalista-de-america-latina/

 

“Argentina está de vuelta” es una frase que suelen utilizar los medios para referirse al cambio político en el país luego de las elecciones de 2015. En octubre de ese año el partido comandado por Cristina Fernández de Kirchner comenzaba a abandonar 12 años de poder.

La mayoría de los análisis ubican al nuevo gobierno entre aquellos que toman políticas promercado, dando cierta idea de defensa del capitalismo dentro del país. Sin embargo, el apoyo al sistema de mercado en Argentina dista de ser lo que muchos piensan.

Es difícil dar una definición exhaustiva del capitalismo, especialmente porque no solo se trata de una doctrina económica, sino más bien de una filosofía o forma de entender el mundo. Sin embargo, ajustándolo solamente a la esfera económica, podemos decir que un sistema capitalista es aquel donde se respeta la propiedad privada, el rol del gobierno es limitado y la competencia entre las empresas es la que mejora la calidad de vida de todos.

En retrospectiva histórica, el fin del mercantilismo y su reemplazo por el capitalismo fue el responsable de la mejora exponencial en las condiciones de vida de la población. Obviamente, un sistema tan benéfico para el progreso de la sociedad debería ser positivamente valorado por sus miembros. Sin embargo, esto no está sucediendo.

De acuerdo con un estudio del profesor Carlos Newland, presentado la semana pasada en la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE) (Argentina), el apoyo por el sistema capitalista viene declinando en el mundo.

En el estudio en cuestión, Newland mide el apoyo al sistema de mercado tomando como referencia la “Encuesta Mundial de Valores” y extrayendo de allí tres afirmaciones clave que los encuestados tienen que valorar.

Las proposiciones son las siguientes:

1) La riqueza genera crecimiento para todos.

2) La competencia empresarial es buena.

3) Debe incrementarse el rol del sector privado a costa del sector público.

Los encuestados deben puntuar las afirmaciones en una escala de 1 a 10 según estén (10) o no de acuerdo (1) con dichas afirmaciones. A mayor acuerdo, mayor se considera que es la mentalidad “procapitalista” del país en cuestión.

Cuando se aplica esta metodología a los encuestados de América Latina, se obtiene un ránking en el que Argentina se ubica al último lugar.

Puesto en el ránking regional País Escala de 1 a 10 para 2012
1 Brasil 6,2
2 Perú 6,0
3 Ecuador 5,9
4 México 5,8
5 Colombia 5,7
6 Uruguay 4,6
7 Chile 3,6
8 Argentina 3,6

Para los países de los que se tienen datos disponibles al año 2012, Brasil aparece como aquel donde más apoyo despierta en su población la economía de mercado. De cerca lo sigue Perú y, paradójicamente, Ecuador se ubica en tercer lugar. Bajando escalones, nos encontramos con México, Colombia, Uruguay, Chile (otra sorpresa) y, finalmente, Argentina.

El rechazo de Argentina por el libre mercado puede ayudarnos a comprender por qué durante la campaña presidencial no hubo ninguna referencia explícita a la liberalización de la economía y los beneficios de la desregulación. Por otro lado, también puede ayudar a explicar por qué los funcionarios del PRO más favorables a una economía de mercado y más exigentes con las cuestiones fiscales han sido dejados de lado. Evidentemente, el capitalismo en Argentina no mide bien en las encuestas.

La mentalidad anticapitalista es un fenómeno que se ha recrudecido con los años. De acuerdo con el propio estudio de Newland, en 1990 el apoyo al sistema capitalista era de 8,1 sobre 10, a la luz del fracaso que había significado el intervencionismo que llevó a la hiperinflación. Tiempo después, en 1995, el romance con el capitalismo había mermado, y la puntuación se ubicó en 6,2 sobre 10. El último año anterior a 2012, cuando se calculó el índice, fue 2006. En ese año el puntaje alcanzó el mínimo de 3,1 sobre 10. El anticapitalismo, luego del estallido de 2002 y con la “recuperación keynesiana” de Néstor Kirchner, era la norma entre la población.

Es interesante destacar que, si bien en 2012 nos ubicamos en el último escalón de la tabla de posiciones, nuestro puntaje mejoró unas décimas con respecto al 2006. Un avanzado modelo populista que ya mostraba sus fracasos puede explicar esta reversión.

Sería deseable que en la próxima medición se consolide una tendencia a favorecer el capitalismo. De no ser así, el país estará condenado.

Son las buenas políticas públicas las que pueden mejorar el desempeño de una nación, pero sin un consenso entre los votantes sobre la necesidad de una mayor apertura económica y un menor rol para el estado, estas políticas nunca llegarán, ni siquiera, a proponerse.

 

Por Iván Carrino. Publicado el 12/4/17 en:Iván Carrino es Licenciado en Administración por la Universidad de Buenos Aires y Máster en Economía de la Escuela Austriaca por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Es editor de El Diario del Lunes, el informe económico de Inversor Global. Además, es profesor asistente de Comercio Internacional en el Instituto Universitario ESEADE y de Economía en la Universidad de Belgrano.

Una propuesta económica ignorada por el gobierno

Por Roberto H. Cachanosky. Publicado el 22/5/16 en http://economiaparatodos.net/una-propuesta-economica-ignorada-por-el-gobierno/

 

La historia de 7 economistas que presentamos los lineamientos para enfrentar la herencia k  y fuimos ignorados

Cansado de escuchar estupideces sobre que critico pero no propongo nada o que al gobierno hay que formularle las propuestas en privado, paso a contar una historia no conocida, pero que creo que llegó el momento de darla a conocer y que quienes hablan sin fundamento se llamen a silencio.

Antes que ganara la segunda vuelta electoral Mauricio Macri, convoqué a un grupo de cuatro economistas, entre ellos a mi fallecido hermano Juan Carlos, para redactar los lineamientos de un plan económico para enfrentar la herencia que dejaba kirchnerismo. Ninguno de los economistas pertenecía a alguna fracción partidaria. Ninguno militaba o milita en algún partido político.

Con los primeros que hablé fueron con mi hermano Juan Carlos y con Agustín Monteverde, con quién hacía rato veníamos intercambiando ideas sobre si valía la pena el esfuerzo de emprender esa tarea, y les propuse conformar un grupo y comenzar a trabajar en las medidas necesarias para dominar la herencia k. También fue de la partida otro economista más con quién habíamos hecho un trabajo similar allá por 1988.

A propuesta de uno de los integrantes del grupo inicial luego se sumó otro economista más y dos miembros de la Fundación Libertad y Progreso que conduce Manuel Solanet.

Nos reuníamos todos los jueves a partir de las 18.30 hs. en la casa de mi hermano Juan Carlos o en la casa de otro de los integrantes del grupo para intercambiar ideas sobre cómo enfrentar la crisis que dejaba el kirchnerismo. El documento incluye dos grandes secciones: 1) una descripción de la herencia recibida y 2) qué hacer en materia de gasto público, política impositiva, comercio exterior, etc.

Luego de varios meses de reuniones, correcciones en la redacción del texto y pulir algunas ideas adicionales, comenzó el debate sobre cuál era el mejor camino para dar a conocer el documento. En ese lapso uno de los miembros de la Fundación Libertad y Progreso propuso que no saliera solo con la firma de los 7 economistas que habíamos trabajado sino que saliera con el nombre de la Fundación. Si bien yo me había ocupado de armar el grupo original, no tuve ningún inconveniente para que el documento saliera con el nombre de la Fundación, finalmente era un trabajo para tratar de colaborar con el nuevo gobierno (a esa altura ya había ganado Macri la segunda vuelta) y no era cuestiones de figuraciones sino de formular aportes. Y tampoco era el objetivo buscar puestos en el gobierno, sino contribuir con ideas.

Ya avanzado y casi terminado el documento, vino otro debate. ¿Debíamos dar a conocer en los medios y redes sociales el trabajo o primero se lo acercábamos a los miembros del nuevo gobierno?

Finalmente primó la idea de no difundirlo y enviárselo vía la Fundación a por lo menos media docena de funcionarios que actualmente son ministros u ocupan otros cargos en el área económica del gobierno. Tarea que se encargó de realizar la Fundación Libertad y Progreso.

Algunos agradecieron el envío pero no hubo ningún tipo de feedback para reunirnos e intercambiar ideas. Aclaro que ninguno de nosotros estaba buscando un puesto en el gobierno, era solo el intento de 7 economistas con más de 30 años de profesión que habiendo visto y vivido varios fracasos económicos, intentaba aportar su granito de arena.

Pasado un tiempo prudencial y viendo que las nuevas autoridades no estaban interesadas en intercambiar ideas sobre las medidas a tomar, sugerí dar a conocer el documento en forma pública que había sido la idea original cuando convoqué a Agustín Monteverde y a mi hermano.

En esa parte hubo diferentes posiciones por miedo a perjudicar al nuevo gobierno y se llegó al acuerdo de publicar solo el diagnóstico. Es decir, la descripción de la herencia recibida pero no las propuestas de las medidas a tomar. Personalmente yo era de la idea de publicar todo pero acepté limitarnos a publicar el diagnóstico.

En definitiva, el documento era una descripción de la espantosa herencia económica que dejaba el kirchnerismo y en su segunda parte una propuesta económica que busca volver, dentro de lo posible y a lo largo del tiempo, a los principios alberdianos, padre de nuestra Constitución Nacional, que fueron los que permitieron que Argentina pasara de ser un desierto a una de las potencias económicas a principios del siglo XX.

Lo concreto es que 7 economistas, al final se sumó un economista más con su firma, hicimos los deberes. Se los enviamos por mail a diferentes miembros del actual gabinete de Macri pero optaron por no intercambiar ideas.

Es perfectamente entendible que no les interesara ni nuestro diagnóstico ni nuestras propuestas de volver a los principios de nuestra constitución de 1853/60 y tengan en mente otra propuesta. Pero lo cierto es que se hizo el esfuerzo por diagnosticar y proponer ideas, lo cual a mí, que fui el que tuvo a su cargo armar y coordinar las reuniones del grupo, me queda la conciencia totalmente tranquila que el esfuerzo estuvo hecho y, por lo tanto, me siento libre de apoyar o criticar las ideas del gobierno habiendo previamente intentado ser escuchado por las actuales autoridades.

Debe quedar en claro que esta no es una nota reclamando que el gobierno nos convoque a dialogar, posiblemente se sientan más cómodos dialogando con el massismo, el radicalismo y el progresismo. Finalmente su ministro de Hacienda Prat Gay proviene de las filas del progresismo y es perfectamente atendible que quieran buscar la solución por ese costado ideológico. Por mi parte sigo creyendo que son más dignos y eficientes los principios de la libertad, la cultura del trabajo, la competencia empresarial, la integración al mundo que el paternalismo estatal que impulsa el progresismo.

En lo personal seguiré bregando por difundir las ideas de un gobierno limitado, que no exprima a los contribuyentes con impuestos para financiar un gasto público monumental, de baja calidad y con todos los condimentos para que la corrupción siga enquistada en el estado. Quiero un estado que le permita a la gente liberar su capacidad de innovación, disciplina fiscal para tener disciplina monetaria y bajar la inflación. Y, finalmente, quiero un país en el cual vuelva la cultura del trabajo. Valor que fue destruido a lo largo de décadas y demolido por el kirchnerismo.

Pasados más de 5 meses desde que asumió el nuevo gobierno 7 economistas hicimos un primer esfuerzo por colaborar acercando ideas que prefirieron no debatir y descartaron de entrada.

Ahora el camino que queda para todos aquellos que queremos que al gobierno le vaya bien, es solo marcar puntos de vista diferentes cuando se adoptan medidas que consideramos no adecuadas y apoyar aquellas que sí están bien enfocadas, pero siempre centrados en sostener los principios de la libertad que impulsó Juan Bautista Alberdi, tanto en su libro Bases como en el Sistema Económico y Rentístico.

No es aceptando nuestra historia desvirtuada que ha vendido el progresismo que vamos a salir de la decadencia, sino recuperando los valores de grandeza que están en nuestra constitución de 1853/60 y adoptando la audacia de estadistas como un Sarmiento, Pellegrini, Mitre y tantos otros que tomaron las ideas de la generación del 37 para transformar la Argentina en una potencia económica.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE