Intentando explicar la bipolaridad política

Por Gabriel Boragina. Publicado en: http://www.accionhumana.com/2022/06/intentando-explicar-la-bipolaridad.html

Los últimos acontecimientos políticos en materia de elecciones me llevan a renovar reflexiones que ya he tenido en otras oportunidades.

He comprobado que el elector común tiene pensamientos simples y -de alguna manera- de votar con respecto al espectro político que posee a su disposición a la hora de emitir su sufragio.

Sin mayores distinciones del mapa político, el elector medio se divide sencillamente en dos partes: una ‘‘izquierda’’ y otra ‘‘derecha’’.

Las alternativas parecen reducirse simplemente a esas dos, y en un sector de la población que siempre he identificado como un tercio del total de ciudadanos pueden (según fueren las circunstancias) unas veces votar a lo que él considera que son representantes de la ‘‘izquierda’’ y alternativamente en las oportunidades siguientes hacer lo propio por aquellos otros que él interpreta como representante de la ‘‘derecha’’.

Es así como hemos venido observando en los últimos procesos electorales que, varios países de la región que estaban siendo gobernados por partidos políticos que el vulgo normalmente cataloga como de ‘‘derecha’‘ han revertido los recientes resultados electivos hacia partidos que se autodenominan (y que en la creencia popular también se las piensa) como de ‘‘izquierda’’.

Esto es lo que ha ocurrido en los últimos años con Argentina, Perú, Chile y recientemente Colombia, que se suman a la línea iniciada en el continente sudamericano por la Venezuela de Chávez, sin olvidar que en el Caribe todavía permanece la dictadura cubana en pie.

Referidos como de ‘‘derecha’’ quedarían en el continente sudamericano únicamente los casos de Brasil y Uruguay.

Pensando sobre este asunto, recordé la charla mantenida con un amigo hace algunos años atrás, que refiriéndome que si bien había votado en la elección anterior por un gobierno que el vulgo cree de ‘‘derecha’’, frente a una nueva oportunidad electoral cambiaría su voto hacia un postulante que (según ese mismo pensar convencional) estaría enrolado dentro de la línea populista. Y así, efectivamente, lo hizo.

Este episodio me lleva a reflexionar sobre la aparente paradoja en la que una misma persona no tiene ningún inconveniente en votar unas veces a la ‘‘derecha’’ y otras veces a la ‘’izquierda’’.

Cuando le pregunté a aquel amigo por qué iba votar de esa manera y -sobre todo- si esa forma de votar representaba real y fielmente su modo de pensar política, su respuesta me produjo mayor perplejidad que la que me había ocasionado su afirmación anterior.

Y lo que me contestó (y me dio por ‘’explicación’’) fue que -según él- la manera lógica de votar consistía en darle alternativamente ‘’oportunidad’’ electoral a ambos espectros del plano ideológico, y que él no era ni de ‘‘derecha’’ ni ‘’izquierda’’ sino que discurría que lo más »racional» para lograr el ’’equilibrio’’ político, era que se alternaran una y otra fuerza en el poder a modo de »compensarse entre sí», de manera de evitar que la sociedad cayera »en los extremos».

Esta respuesta (que a mí en lo personal me parece un completo disparate aunque en ese momento no se lo dije porque hubiera sido entrar una polémica interminable a las puertas de una elección política objeto de la discusión sino que, fortuitamente en vísperas de tal, el  tema brotó espontáneamente como sucede en tantos círculos sociales) denotó, a mi modo de ver, la explicación más plausible de la razón por la cual en una buena cantidad de países (y en la mayoría de los sudamericanos) una veces la gente vota a la ‘‘derecha’’ y otras a la ‘‘izquierda’’.

No vamos a explayarnos nuevamente respecto del tema ‘‘izquierda-derecha’’. Quien sigue nuestros escritos ya sabe que para nosotros dicha distinción es irrelevante, es difícil precisarla y carece de todo rigor científico político y económico. Por lo que mejor -en nuestra opinión- es desechara y dejarla de lado.

‘‘Derecha-Izquierda’’ es una súper simplificación inadmisible que no explica nada, y que pasa por alto los matices de todo fenómeno social que -como dijo F. A. v. Hayek- siempre se tratan de fenómenos complejos.

Pero más allá de academicismos científicos, lo cierto es que el mapa político mental de una cantidad no menor de electores se divide en esa extrema simplicidad, y unas veces votan a unos y otras a los opuestos con argumentos muy similares o exactamente iguales que los de mi amigo, que podríamos resumir en el argumento de la compensación.

Claro que, esa forma rústica y primitiva de pensar políticamente y de votar en consecuencia es errada. Esas fuerzas opuestas no se ‘’compensan’’, sencillamente parten de supuestos filosóficos -políticos económicos completamente diferentes, y sus acciones por lo tanto no son ‘’complementarias’’ sino conflictivas entre sí. De allí que, sucede lo que ya estamos casi acostumbrados a ver. Cuando asume un gobierno de ‘‘izquierda’‘ se dedica a destruir lo construido por el que le antecedió de ‘‘derecha’‘, y así sucesivamente a medida que se van alternado y sustituyéndose uno a otro en el poder.

Obvio que, de esta manera lejos se está de conseguir aquella fantasiosa estabilidad política con la que se justificaba mi amigo cuando trataba de explicarme porque votaba ‘‘izquierda’’ en unas elecciones y ‘‘derechas’’ en la siguientes, para volver -una y otra vez- a repetir ese círculo vicioso que mi amigo veía como »racional» cuando en realidad era completamente lo contrario.

Todo esto que aquí expongo, y que lo imagino un exponente de inmadurez política, puede ser -con bastante probabilidad- lo que explique estos cambios de signo ideológico entre las preferencias de los sufragantes del país que mencioné líneas arriba. Lo que -a su turno- me estaría indicando que, aquellas personas que tienen ideas precisas e identificadas con líneas de pensamiento político definidas (como podrían ser el liberalismo y el socialismo entendidos ambos en su sentido clásico) son -en realidad- las que pertenecen los 2/3 restantes de la sociedad, y que cuantitativamente (en términos electorales por supuesto) son los menos representativos, a la vez que, no son nunca los que definen una elección política.

Si éste argumento -que aquí estamos esbozando- llegara por ventura a ser correcto, es bastante probable que en muchos de aquellos países donde hoy la ‘‘izquierda’’ ha ganado las elecciones, en una próxima elección la vuelvan a perder en manos de la ‘‘derecha’’ (siempre utilizando estos términos con la reserva del caso, porque volveremos a insistir que para nosotros hablar de ‘‘izquierda’’ y ‘‘derecha’’ no significa absolutamente nada, carece de sentido).

Meramente aludimos a lo que la gente común y corriente tiene en mente cuando se le pide una opinión política, y esta distinción se agudiza aún más todavía cuando se acercan fechas próximas a un acto electoral.

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE. Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero. Síguelo en  @GBoragina

Hacia la liquidación del Fondo Monetario Internacional

Por Alberto Benegas Lynch (h) Publicado el 6/11/2en: https://www.infobae.com/opinion/2021/11/06/hacia-la-liquidacion-del-fondo-monetario-internacional/

El organismo multilateral de crédito alimenta a burócratas que son remunerados a costa de los contribuyentes para incentivar el despilfarro y, por ende, el empobrecimiento de los más vulnerables cuyos salarios se ven reducidos por el creciente estatismo

Ron Paul

En momentos en que en nuestro medio se discute acaloradamente sobre las pesadas deudas contraídas con el FMI, es oportuno tomar distancia y reconsiderar el tema, no solo para nuestro país sino en vista de las consecuencias que se suceden en el llamado mundo libre.

Henry Hazlitt, el economista estrella de Newsweek durante décadas y el célebre autor de La economía en una lección y del detallado y voluminoso análisis de la teoría keynesiana titulada Los errores de la nueva economía, escribió una columna el 11 de noviembre de 1963 que parece preparada para las instancias que corren. Se titulaba “Deshagan el FMI” donde explica que esa institución se estableció en reemplazo de la disciplina monetaria que establecía el patrón oro clásico al efecto , en su lugar, de dar rienda suelta a los procesos inflacionarios. Una vez establecidos los Acuerdos de Génova y Bruselas de los años 20 que permitieron abrir los grifos de la inflación a través de las bancas centrales, se instaló este “banco central de bancos centrales” que luego se transformó en prestamista de gobiernos fallidos. Hazlitt recuerda que “los padres de la entidad fueron Harry Dexter White por los Estados Unidos y Lord Keynes por Inglaterra. White sirvió como director ejecutivo del FMI quien en 1945 fue denunciado por el FMI como espía ruso lo cual fue ratificado por la Justicia en Estados Unidos […] Y Keynes -el mayor apóstol de la inflación de todos los tiempos- en el Parlamento británico el 23 de mayo de 1944 aseguró: ¨Si tengo alguna autoridad para decir en que es y que no es la esencia del patrón oro, diría que este plan es su exacto opuesto´ es decir el derrumbe de la moneda independiente del poder político.”

En esta línea argumental es pertinente recordar que en su prólogo a la edición alemana de la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, en 1936, en plena época nazi, Keynes escribió que “la teoría de la producción global que es la meta del presente libro, puede aplicarse mucho más fácilmente a las condiciones de un Estado totalitario que a la producción y distribución de un determinado volumen de bienes obtenido en condiciones de libre concurrencia”.

Dadas los renovados entusiasmos por este autor, conviene volver sobre algunos pensamientos que aparecen en esa obra de Keynes, quien, entre otras cosas, propugna “la eutanasia del rentista y, por consiguiente, la eutanasia del poder de opresión acumulativo de los capitalistas para explotar el valor de la escasez del capital”. Asimismo, respecto de la moneda puntualizó que “la solución se encontrará normalmente alterando el patrón monetario o el sistema monetario de forma que se eleve la cantidad de dinero”.

En este contexto Hazlitt concluye que “la solución real consiste en desmantelar el Fondo Monetario Internacional […] ya que es una gigantesca máquina de inflación mundial” y más adelante subraya que “es realmente asombroso que este sistema fabricado en Breton Woods en 1944 es no sólo tolerado sino considerado sacrosanto”.

Por su parte, el cuatro veces candidato a la presidencia en Estados Unidos y congresista Ron Paul en el Ron Paul Institute, el 24 de marzo de 2015, en una columna titulada “Eliminen, no reformen al FMI” reitera que esa institución es coactivamente financiada por los contribuyentes de distintos países para dar sustento a gobiernos corruptos y quebrados como consecuencia de aplicar medidas estatistas, y cuando están por renunciar o reconocer sus fracasos reciben carradas de dólares a tasas de interés menores a las de mercado y con repetidos períodos de refinanciación y perdones de diversa envergadura. A título de ejemplo muestra la financiación que recibía del FMI Saddam Hussein y al último apoyo escandaloso a Grecia.

Antes he escrito sobre el FMI pero es del caso repasar lo dicho en este contexto. Entre muchos otros, al decir de economistas de la talla de Peter Bauer, Doug Bandow, Robert Barro, Karl Brunner, Ronald Vauvel y Raymond Mickesell, como queda dicho, esa institución sirve para financiar a gobernantes ineptos empujados por la realidad de sus desaciertos, en lugar de permitir que se reviertan sus fracasadas políticas estatistas reciben cuantiosos recursos del Fondo al efecto de continuar con aparatos estatales sobredimensionados a los que generalmente aconsejan incrementar aun más las cargas impositivas y otras medidas al efecto de equilibrar sus presupuestos, pero no reducir el tamaño del Leviatán.

Sostienen estos profesionales que ese ha sido el caso repetidamente en Argentina, México, Bolivia, República Dominicana, Haití, Indonesia, Irak, Pakistán, Tanzania, la ex Camboya, Filipinas, Ghana, Nigeria, Sri Lanka, Zambia, Uganda, Turquía, El Salvador, Egipto y Etiopía. En este plano debido a la insistencia en sostener que el FMI significa un nuevo orden internacional, Harry Johnson ha consignado que “el llamado nuevo orden internacional no es nuevo, ni orden ni internacional sino que es una copia del mercantilismo del siglo XVI”.

En su visita a Buenos Aires, Yuri Yarim Agaev, enviado por Vladimir Bukouvsky -uno de los más destacados disidentes de la ex Unión Soviética junto con Alexander Solzhenistin- informó que luego del derrumbe del Muro de la Vergüenza liberales rusos estuvieron a punto de acceder al gobierno “si no fuera por la apresurada irrupción del FMI que dotó de millones de dólares a miembros de la nomenclatura de donde finalmente surgió el actual gobierno”.

Fue muy difundido el caso del general Mobutu Sese Seko que usurpó el poder en Zaire que fue el mayor receptor de ayuda por parte del FMI en relación a su población. El poder de Mobutu fue absoluto condenando a la gente a los suplicios más horripilantes en un contexto de saqueo permanente que permitió que ese sátrapa acumulara una fortuna de ocho mil millones de dólares de esa época.

Entonces, debido a la referida trayectoria y a la fuente de recursos a la que echa mano es que autores como los mencionados sugieren la liquidación de esa entidad, a los que debe agregarse el jugoso ensayo de Anna Schwartz (la coautora con el premio Nobel en economía Milton Friedman de la muy difundida historia monetaria estadounidense) titulado “Es tiempo de terminar con el FMI y el Departamento de Estabilización del Tesoro” y los suculentos libros, por una parte, de Melvyn Krauss titulado Development Without Aid y, por otra, el de la doctora en economía por la Universidad de Oxford y conocedora de lo ocurrido en países africanos Dambisa Moyo con un título que pone al descubierto el meollo de la cuestión: Cuando la ayuda es el problema, en donde se detallan innumerables casos patéticos de países que reciben cuantiosos recursos en medio de corrupciones alarmantes y dislates económicos fomentados por la ayuda que, como queda consignado, proviene coercitivamente de bolsillos ajenos.

En esta secuencia que presentamos es importante subrayar que no resulta apropiado establecer un correlato de la deuda pública con la privada en cuanto al retorno sobre la inversión en el sentido de evaluar las ventajas de abstenerse de consumir en el presente para la obtención de beneficios en el futuro. En primer término porque no hay tal cosa como “inversión pública” ya que la naturaleza de la inversión es necesariamente voluntaria al estimar ventajas futuras en relación al presente por lo que se procede a ahorrar y a colocar esos recursos. El uso de la fuerza en la exacción de fondos nunca puede traducirse en inversión, “inversión forzosa” constituye una contradicción en los términos. De lo que se trata en el ámbito gubernamental es de gasto corriente o gasto en activos fijos pero, como decimos, no tiene sentido ni rigor alguno la parla de “inversión pública”. Si se le arrancara la billetera al lector y el asaltante dijera que le invertirá el fruto del asalto para beneficio del asaltado, queda clara la incoherencia puesto que el titular le hubiera dado otro destino al fruto de su trabajo y aun en el supuesto que le hubiera dado el mismo queda el perjuicio del atropello (por otra parte, la única manera de definir preferencias es dejar que el titular de los recursos las manifieste).

Viene ahora otro asunto también de gran trascendencia y es que todo compromiso efectuado libre y voluntariamente debe ser honrado por quien lo contrajo. En nuestro caso, todas las promesas de repago por préstamos concedidos deben cumplirse, de lo contrario los incumplidores deben sufrir las sanciones correspondientes sin atenuantes. Este es otro asunto bien diferente que debe analizarse por cuerda separada. Estamos rodeados de caraduras que mendigan préstamos y luego se niegan a pagarlos.

En todo caso para abrir el tema en la dimensión de la deuda pública externa, es de interés recordar que cuando Thomas Jefferson siendo embajador en París recibió la flamante Constitución norteamericana escribió que “si hubiera podido agregar una cláusula adicional la concretaría en la prohibición al gobierno de contraer deuda” que como lo expresó otro premio Nobel de economía, James M. Buchanan, “significa comprometer coactivamente patrimonios de futuras generaciones que ni siquiera han participado en el proceso electoral para elegir al gobierno que contrajo la deuda.”

En resumen, el Fondo Monetario Internacional alimenta a burócratas que son remunerados con honorarios colosales a costa de los contribuyentes para en definitiva incentivar el despilfarro y, por ende, el empobrecimiento de todos pero muy especialmente de los más vulnerables cuyos salarios se ven reducidos por el creciente estatismo. En otros términos, el fondo del fondo es terminar cuanto antes con esta nefasta institución empobrecedora.

En este cuadro de situación, los gobiernos que se encuentren en serias dificultades por sus mayúsculos desaciertos tendrán dos opciones: rectificar sus errores abriendo el mercado y fortaleciendo marcos institucionales civilizados o, de lo contrario, continuar con los desatinos pero financiados por Corea del Norte, Cuba o similares…si es que allí encontrarán dólares, pero no de parte de Washington y sus aliados.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

América Latina elige, ¿qué elige?

Por Constanza Mazzina y Santiago Leiras. Publicado el 4/04/21 en: https://www.cronista.com/cronista-global/america-latina-elige-que-elige/

Ante un escenario complejo por el efecto de la pandemia, las tensiones ideológicas podrían mantenerse.

El 2021 se presenta como un nuevo año en el ciclo electoral latinoamericano inaugurado hace algunas décadas con la tercera ola de democratización en la región. En el transcurso del presente año habrá elecciones presidenciales en Ecuador, Chile, Perú, Haití, Honduras y Nicaragua; legislativas en El Salvador, México, Argentina, Haití y Chile; constituyentes en Haití y Chile; municipales en Bolivia, Chile, El Salvador y Paraguay; y estaduales en Bolivia y Chile.

Un mix completo en un año complejo: además de la crisis sanitaria, la región tiene otras «pandemias» que no logra resolver. Así, a las consecuencias del Covid19 y las diferentes respuestas que dieron los gobiernos latinoamericanos con más o menos eficacia, debemos resaltar el sistemático deterioro del Estado de Derecho, la crónica crisis de la democracia y la crisis de representación política.

Crisis que se arrastran y no se resuelven, y que agregan un elemento más de disconformidad en las ya descontentas ciudadanías latinoamericanas. Tomemos por caso la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil: según los datos de Latinobarómetro del año 2018, un 65% de los ciudadanos señalaban que la democracia tenía problemas y para un 17% no había democracia. Así, la crítica a la democracia tuvo consecuencias electorales directamente consistentes con ella.

La reciente elección legislativa en El Salvador y el apoyo dado por la ciudadanía al presidente Bukele muestra que, lejos de castigarlo con su voto, lo han respaldado. En el mismo informe de Latinobarómetro de 2018, un 24% de los salvadoreños señalaban que no había democracia y para el 59% era una democracia con problemas. La tercera oleada democrática llegó al país centroamericano a mediados de los años noventa, luego de la firma de los acuerdos de paz de Chapultepec que pusieron fin a décadas de enfrentamiento armado en el territorio.

El regreso a la democracia configuró un sistema de partidos bipartidista de la mano de ARENA y del FMLN. La alternancia entre ambos en un contexto de creciente inseguridad y nuevos fenómenos como las maras, fue erosionando la democracia. Antes de la llegada de Bukele, solo el 11% de los salvadoreños estaban satisfechos con la democracia. Si en el 2018 la aprobación del gobierno en Brasil era de solo el 6%, en El Salvador rozaba el 22%, con una media regional en un escaso 32%.

Para cerrar este panorama, la confianza en el Parlamento era de un escaso 10%, la confianza en el gobierno del 10% (entonces era presidente Salvador Sánchez Ceren, del FMLN, igual que su antecesor, Mauricio Funes) y en los partidos políticos del 6%. El colapso del sistema consociativo de la democracia entre Arena y FMLN se encontraba en su fase terminal.

Así, Nayib Bukele logró presentarse como la figura emergente en un fuerte clima anti-político con un sesgo anti-establishment representado por los dos partidos históricos, un esquema de corrupción institucionalizada, y una significativa demanda de restauración del orden público: el resultado electoral de aquella elección presidencial y las recientes legislativas marcaron el fin de una época.

¿Se parece Bukele al fenómeno Trump/Bolsonaro, al modelo de Chávez o al de Álvaro Uribe? Probablemente a todos, posiblemente a ninguno de ellos. Lo cierto es que, de acuerdo al último informe de Democracy Index, El Salvador se transforma en un régimen híbrido, dejando atrás su condición de «democracia defectuosa».

El Salvador, Ecuador y Bolivia inauguraron un largo ciclo electoral pero ¿qué se elige? ¿elige la región girar a la izquierda? Quienes sostienen esta tesitura encuentran sus razones en el cambio acontecido en México (2018), Argentina y Bolivia (2019), en un clima de optimismo en relación al triunfo del candidato/delfín de Rafael Correa (el segundo, el anterior fue el propio Lenín Moreno) Andrés Arauz en Ecuador y el retorno de Lula Da Silva a la arena política, ya sin restricciones legales para una eventual candidatura presidencial, en un contexto de crisis del gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil.

Haciendo un rápido recorrido ideológico por una buena parte de la región nos encontramos con 2 países de extrema izquierda (Nicaragua y Venezuela), 2 de izquierda (Bolivia y México) 1 de centro izquierda (Argentina), 2 de centro (Ecuador y Perú) 1 de centro derecha (Uruguay), 3 de derecha (Colombia, Chile y Paraguay) y 1 de extrema derecha (Brasil).

Estamos frente a un complejo escenario ideológico y lo que los latinoamericanos elijan en 2021 no parecería alterar sustantivamente este panorama.

Constanza Mazzina es doctora en Ciencias Políticas (UCA), master en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE). Fue investigadora de ESEADE, Fundación F. A. von Hayek y UADE. Fue docente de la Universidad del Salvador en grado y postgrado y en el postgrado en desarme y no proliferación de NPSGlobal. Es profesora de ciencia política en la Fundación UADE. Síguela en @CMazzina

The 2021 Ranking Of Free-Market Think Tanks Measured By Social Media Impact

Por Alejandro Chafuen: Publicado el 30/3/21 en: https://www.forbes.com/sites/alejandrochafuen/2021/03/30/the-2021-ranking-of-free-market-think-tanks-measured-by-social-media-impact/?sh=7ad8b7b177f6&fbclid=IwAR3J_AS1h5nuS-j-4csxvWozI8R0CC53S4GMaCJUJ49tPrLExakUDfvwTdk

In the past two decades all sectors of society have been increasing their social media presence. Think tanks and pro-free-market organizations are no exception, and during this Covid-19 year they had to rely on social media as never before. How did they do? Here I present an analysis of think tanks and organizations that promote public policies largely favorable to a free economy. For comparison, I also show the social media following and networks of prominent think tanks that do not define themselves as being particularly pro-free-market. Three of them, CSIS, Brookings, and Chatham House, have extensive networks on LinkedIn, much larger than their more pro-free market competitors. In most other platforms Heritage Foundation is ahead of them and their free-market peers.    

Few groups were successful in achieving sizeable growth in website traffic in the past year, but most were able to advance in social media following. Some, however, managed to increase their web traffic as well – these include PragerU, the Hoover Institution, Young America’s Foundation, and the Acton Institute, whose website hits all increased by over 50%. For these numbers I use data from SimilarWeb, which correlate very well with the internal reports that I receive from over 50 think tanks, but SimilarWeb keeps increasing the threshold for sites to qualify for their measurements. Only the larger think tanks have enough traffic to appear in its analysis.

The largest area of growth was in the use of online meeting platforms such as Zoom, Microsoft MSFT -1.4% Teams, and Google GOOG 0.0% Meet. Few think tanks are compiling and sharing their information about their activity in these platforms, but I expect that soon we will have better data to analyze how think tanks managed their transition away from in-person programs. As several think tanks post their Zoom meetings on YouTube to help attract subscribers and views, part of the growth in these platforms is captured in this analysis.

Table 1 shows how leading pro-free-market organizations performed during the last twelve months on Facebook, YouTube, Twitter, SimilarWeb, LinkedIn, and Instagram. The measurements were taken from March 20-24, 2021.

Social media impact of 6 leading US, and twelve foreign based free-market think tanks

Social media of some of the leading free-market think tanks in the United States and around the … [+]ALEJANDRO CHAFUEN

The Heritage Foundation continues its impressive social media efforts, capturing first place among US free-market groups on all platforms except YouTube, where it came second. The Foundation for Economic Education, one of the oldest think tanks (founded in 1946), and one that caters to to a younger audience, is ahead of Heritage in YouTube subscribers and in the category of most views for a YouTube video of more than 2 minutes. The Mises Institute came first in this area. A more accurate measure of success on YouTube would be the total number of minutes watched during the last 12 months. Some think tanks measure total views. Campus Reform, a program of the Leadership Institute, claims to have achieved 34 million views in one year. Some of their videos are very short and balancing their impact versus a much longer educational video is not an exact science. As a proxy, I used the number of YouTube subscribers and the most-watched videos of two minutes’ duration or more.

Heritage also captured first place in the social media areas of the Global Go To Think Tank Index Report, which presents a ranking based on votes from peers, competitors, and players in the public policy arena. Its social media traffic numbers justify that well-earned place.

I again included Judicial Watch among advocacy and grassroots organizations. They have over half a million donors. Their work is more focused on rule of law issues and its efforts have an impact on those who work for the defense of the free economy.

I also track groups that are part of the media and those that focus on educational videos (see Table 2). PragerU continues to lead and grow on most platforms in this area. BrasilParalelo, a Brazilian platform that I would describe as a pro-free-society Netflix NFLX -0.1% or History channel, has also achieved impressive reach. It has over 1.6 million YouTube subscribers, almost ten percent of whom are paying clients. Some of their programs, such as their three-part “End of Nations” series, are also streamed in English, and others, like “A Queda Argentina,” will be appearing in Spanish. Their success has made them the target of cancel culture. BrasilParalelo founder Lucas Ferrugem tells me: “We are a frequent target for lies, slander, and canceling efforts by partisan and ideological groups. But since these are political hatchet jobs – often illegal at that – they end up having no real effect on the wider public, with no real negative impact on us, and in the end just help strengthen our efforts against the Brazilian establishment.”

A table showing social media presence of some of the leading pro free-society organizatons
Social media presence of some of the leading foundations, organizations, and advocacy and pro … [+] ALEJANDRO CHAFUEN

Several Latin American think tanks achieved an impressive social media presence. Instituto Millenium and Instituto Mises, both in Brazil, appear in top positions in several categories. Two groups, the Chilean Fundación para el Progreso (FPP) and  the Argentinian Fundación Libertad y Progreso continue to compete for leadership on YouTube.

Below are the free-market think tanks scoring first or second in the United States and from around the world (data compiled during the fourth week of March, 2021):

·  Most Facebook likes (U.S.): #1 Heritage (2.068 million) #2 Acton Institute (769 K); (Non-U.S.): #1 Instituto Millenium, Brazil (406K), #2 Instituto Mises, Brazil (281 K)

·  Most Twitter followers (U.S.): #1 Heritage Foundation (628K) #2 Cato Institute (364K); (Non-U.S): #1 CEDICE, Venezuela (116K) #2 México Evalúa, Mexico (106.8K)

·  Most monthly visitors to the website (SimilarWeb), U.S.: #1 Heritage (2.110 million) #2 FEE (1.350 million); (Non-U.S.): #1 Instituto Mises, Brazil (473K) #2 Fraser Institute, Canada (243K). Alexa, the web analytics company owned by Amazon AMZN -0.7%, shows the Foundation for Economic Education (FEE) ahead of Heritage among US groups, and among foreign groups Fraser Institute overtaking Mises Brazil in first place.

·  Most subscribers to YouTube (U.S.): #1 FEE (241K) #2 Heritage (203K); (Non-U.S.): #1 Fundación para el Progreso, Chile (140K) #2 Fundación Libertad y Progreso, Argentina (114K)

·  Most views of YouTube video (longer than 2 min) uploaded in past twelve months (U.S.): #1 Mises USA (855K) #2 Heritage (520K); (Non-U.S.): #1 Fundación Libertad y Progreso, Argentina (481K) #2 Fundación Para el Progreso, Chile (234K)

·  Most LinkedIn Followers (U.S.): #1 Heritage (32K) #2 Cato (30K); (Non-U.S.); #1 Instituto Millenium, Brazil (26K) #2 Fraser Institute, Canada (10.5K)

·  Instagram followers (U.S.): #1 Heritage (123K) #2 Cato Institute (36K); (Non-U.S.): #1 Instituto Mises, Brazil (101K) #2 Instituto Millenium, Brazil (48K)

Prager U’s continued focus on attractive short videos is paying huge dividends. While their closest competitors are not growing, PragerU continues to expand its following on Facebook and Twitter. They rank first in all categories except web traffic, as most are attracted to their videos through Google or YouTube searches rather than going through their website. Except for LinkedIn, PragerU scores better than think tanks in all categories. In the website category, National Review and Reason, both anchored in their magazines, lead in traffic.

Leaders in pro-free-market videos, magazines, and news outlets include:

·  Most Facebook likes: #1 PragerU (3.851 million) #2 CNSNews (2.304 million)

·  Most Twitter followers: #1 PragerU (537K) #2 National Review (327K)

·  Most monthly visitors to website (SimilarWeb): #1 National Review (6.480 million) #2 Reason (3.530 million)

·  Most subscribers to YouTube Channel: #1 PragerU (2.880 million) #2 BrasilParalelo (1.650 million)

·  Most views of YouTube video uploaded during the past twelve months, 2 minutes or longer: #1 PragerU (9.4 million) #2 Daily Signal (2.5 million)

·  Most Instagram followers: #1 PragerU (1.6 million) #2 BrasilParalelo (805K)

Turning Point leader among youth groups

Turning Point USA, created to identify, educate, train, and organize students to promote freedom, has more Twitter followers than all US free-market think tanks except Heritage. It is also second to Heritage in Facebook likes, but not by much. Founder and CEO Charlie Kirk has moved most of his Twitter-type activity to Parler, where he already has 841,000 followers. He has 1.7 million followers on Twitter, and being only 27 years old he can legitimately continue to lead his youth group for several years to come.

Turning Point’s number of Facebook likes almost as many as those of Young America’s Foundation  YAF and Young Americans for Liberty, which rank second and third in likes, combined. YAF leads in YouTube subscribers. There are other organizations with less focus on social media that also cater to young leaders. Students for Liberty reaches out to libertarians. Leadership Institute (LI) focuses on future conservative leaders, but approximately one-third of those who pass through their programs are self-described libertarians. LI’s Campus Reform project ranks first in web traffic and had the video with the most views. Finally, one of the oldest youth groups, the Intercollegiate Studies Institute (ISI) aims to be the “Oxford University” for the young, focusing on intellectual formation but relying less on social media. With new CEO John Burtka, who is only 31, ISI will be investing more in its social media strategy.

Turning Point continued to grow also on LinkedIn and now leads on that platform as well. On Instagram, Turning Point is so dominant that, with 1.4 million followers, they have three times more than all their friendly competition combined.

Among grassroots and activist groups Judicial Watch is the social media leader. I began tracking their social media last year and it continues to grow on all platforms. Judicial Watch has 1.6 million followers on Twitter, 790K followers on Instagram, 6.4 million likes on Facebook, and 899K subscribers on YouTube. It is followed by FreedomWorks and Americans for Prosperity.

The Hoover Institution (at Stanford University) and Mercatus Center (at George Mason University) have the largest social media presence among university-based free-market groups. There are hundreds of such centers in the United States. Most are like islands in their universities, and is not easy to track their social media impact. If I missed one with greater reach than Hoover or Mercatus, I welcome the information.

When I rank social media traffic by country population size and by Internet users, Latin American groups in my sample outperform their U.S. and Canadian counterparts on most platforms.

Podcasts Gaining in Popularity

As I still do not have access to independent or inside information about how most think tanks are incorporating podcasts into their social media strategy, I will share the information from the social media leader, the Heritage Foundation. The highlights were selected by Rob Bluey, their Vice President of Communications and Executive Editor of The Daily Signal Heritage’s online publication. Hopefully, other organizations will be more open with their data in the future. Here the highlights,  

·  10 different Heritage podcast channels together received more than 3.5 million listens in 2020.

·  The most successful podcast channel was “The Daily Signal Podcast,” which accounted for 2.27 million total listens.

·  The most popular episode (17,100 listens) in «The Daily Signal Podcast» was His Sister Was Sex-Trafficked for 6 Years. Here’s How He’s Devoted His Life to Fighting It.

·  Most listens were from the U.S.; the second-highest country was Canada at 57,000, then the U.K. at 26,500.

·  The most “viewed” podcast—several think tanks post podcasts as videos—was a “Heritage Explains” episode that had 26,600 views on Facebook.

·  «The Daily Signal Podcast» peaked at No. 31 on the iTunes Daily News Podcast Chart.

·  According to the all-time daily news podcast rankings, “The Daily Signal Podcast” is No. 42. That’s higher than some established media brands.

Social Media Influencers

In previous analyses I have mentioned Brazilian political philosopher Olavo de Carvalho, who has approximately 3 million followers on all the platforms combined. He outpaces all Brazilian and Latin American think tanks. This time I will mention three individuals from the Spanish-speaking world who focus on economics and public policy and who have a sizeable and loyal social media following: Juan Ramón Rallo @juanrallo (287K Twitter followers), Daniel Lacalle @dlacalle (255K), and Roberto Cachanosky @rcachansoski (243K). The first two are from Spain and Cachanosky is from Argentina. They collaborate with think tanks, but they are a power in themselves. In the English-speaking world, the faithful owner of an account @thomasSowell named after economist Thomas Sowell, which only quotes from his works, is followed by 683K admirers.

My apologies if I missed a better-scoring free-market organization or individual. This is a growing field, both in platforms and players, so not easy to cover all. I hope that the information provided here helps those who work in or support these organizations that promote a free economy, an essential component of all free societies.

Alejandro A. Chafuén es Dr. En Economía por el International College de California. Licenciado en Economía, (UCA), es miembro del comité de consejeros para The Center for Vision & Values, fideicomisario del Grove City College, y presidente de la Atlas Economic Research Foundation. Se ha desempeñado como fideicomisario del Fraser Institute desde 1991. Fue profesor de ESEADE. Síguelo en @Chafuen 

Eliminen ya todos los protocolos obligatorios

Por Iván Carrino. Publicado el 28/1/21 en : https://www.infobae.com/opinion/2021/01/28/eliminen-ya-todos-los-protocolos-obligatorios/

Algunos esquemas son absurdamente ridículos. Por ejemplo, que antes de jugar al fútbol te mojaron con un líquido las manos, como si ello fuera a servir de algo tras algunos minutos de juego

Las playas de los balnearios públicos, concesionados y privados de la ciudad de Rosario con protocolos sanitariosLas playas de los balnearios públicos, concesionados y privados de la ciudad de Rosario con protocolos sanitarios

El gobierno de Argentina (y los gobiernos del planeta, para el caso) debe terminar de una vez con todo protocolo obligatorio para habilitar actividades humanas.

Puede parecer una petición exagerada, pero exagerado, insultante e indigno es exigir a cada sector productivo la presentación de una serie de reglas y pasos para mendigar una habilitación gubernamental. Además, esto viola el artículo 14 de la Constitución Nacional, que sostiene que los habitantes tienen el “derecho de trabajar y ejercer toda industria lícita”.

Por otro lado, todo el protocolerío forma parte de una enorme ficción. Todos actúan, fingen, hacen de cuenta que hacen algo en esta gran obra de teatro llamada “pánico del Covid”.

El gobierno pidiendo protocolos hace de cuenta que cuida a su población. Lo lamentable aquí no es que el gobierno tome esta actitud paternalista, sino que lo hace en respuesta a una profunda demanda de paternalismo, dado que gran parte de la sociedad no solo tiene miedo, sino que cree erróneamente que el gobierno es quien puede resolver una pandemia. Te salva el estado, dicen.

Las empresas y sectores hacen de cuenta que son “socialmente responsables”. Exigiendo a todos sus usuarios el cumplimiento de reglas, construyendo paredes de nylon, y rociando a la gente con agua mezclada con alcohol, muestran a las autoridades que ellos sí pueden iniciar actividades. “Por favor señor funcionario, habilíteme, ¿sí?”.

Algunos protocolos son absurdamente ridículos. Como ejemplo, cito el caso de cuando fui a jugar al fútbol y antes de entrar a la cancha me mojaron con tal líquido en las manos, como si ello fuera a servir de algo tras algunos minutos de juego.

Por último, los ciudadanos hacemos de cuenta que nos cuidamos y que cuidamos a los demás, cumpliendo todas las indicaciones y señalando vengonzantemente a los que no lo hacen. Por fortuna, hay muchas excepciones, pero los medios de comunicación se escandalizan con ellas, y andan contando cuántas personas hay sentadas tomando cerveza en un bar de Palermo y a cuantos centímetros de distancia está la gente en la playa de Mar del Plata.El sector de hoteles y restaurantes local acumuló un descenso de 49,7% en los primeros 11 meses del 2020El sector de hoteles y restaurantes local acumuló un descenso de 49,7% en los primeros 11 meses del 2020

Toda esta enorme obra del teatro del absurdo no es gratuita. El costo para la economía es colosal. En Estados Unidos, por ejemplo, se estima que habrá USD 9,2 billones en pérdidas por las medidas de distanciamiento social. Y esto que hablamos de un país capitalista con tal nivel de desarrollo que la migración hacia formas virtuales de producción y consumo debería resultar más sencilla. Ahora imaginemos esa situación en Argentina, Brasil o Perú, con enormes sectores de la población trabajando en sectores informales. Cuanto más costosos protocolos se exijan al sector privado, más altas serán las barreras para que los pobres de nuestros países accedan a un trabajo formal.

En Argentina, el sector de hoteles y restaurantes acumuló un descenso de 49,7% en los primeros 11 meses del 2020. Y eso que los restaurantes se habilitaron (con los famosos protocolos) en agosto. El sector de “Otras actividades y servicios”, que incluye la organización de eventos presenciales, el cine, el teatro, la producción audiovisual, bibliotecas, salones bailables y actividades deportivas, cae también un estrepitoso 39% en el mismo período. A más protocolo (y el cierre total es el protocolo más duro), peor desempeño económico.

Párrafo aparte merecen las clases presenciales. A fines del año pasado la provincia de Buenos Aires, al menos en algunos municipios, habilitó una forma de vuelta a la presencialidad. El esquema funcionó así: los 90 alumnos de un sexto año asistían al colegio, no tenían clases, llegaban al establecimiento en grupos de 30, se separaban en grupos de 10, y permanecían allí solo 1,30 horas.

El objetivo no era educativo, sino la simple reconexión con los establecimientos físicos. Claro, eso es mejor que nada, pero ¿qué nos pasa? De acuerdo con datos internacionales, los chicos de edad escolar tienen una posibilidad de 1/200.000 de morir de gripe y 1/1.000.000 de morir de Covid-19.

Si queremos educación virtual, genial, pero que sea decidida por cada establecimiento y sus clientes que son los padres. Pero qué ingenuidad, eso no funciona así en un “mercado” dominado por burócratas y sindicalistas. Otros países han vuelto a absurdas cuarentenas, pero mantienen los colegios abiertos. Ya no se sostiene seguir lo virtual por mandato legal.

Los protocolos legales deben terminarse ya mismo. Y esto no quiere decir que la gente entonces vaya a lamer barandas de subte como alguien me sugirió en Twitter una vez. Además, si alguno quisiera emprender dicha tarea, entonces no habría protocolo suficiente para frenarlo.

Pero volviendo, la gente no es tonta, sabe qué riesgos tomar, y las empresas son suficientemente creativas para hacer que sus clientes se sientan lo más cómodos posibles consumiendo sus productos y servicios.

El fin de los protocolos obligatorios es simplemente el fin de una carga excesiva e injustificada sobre el sector privado. Y, vale recordar, es este sector el único capaz de crear la riqueza suficiente para incluir a las grandes masas de la población, sacarlas de la pobreza con trabajos dignos y productivos y, finalmente, proveerles de los recursos suficientes para procurarse una buena salud.

Basta ya de esta gran exageración. La obra de teatro debe llegar a su fin.

Iván Carrino es Licenciado en Administración por la Universidad de Buenos Aires y Máster en Economía de la Escuela Austriaca por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Es editor de El Diario del Lunes, el informe económico de Inversor Global. Además, es profesor asistente de Comercio Internacional en el Instituto Universitario ESEADE y de Economía en la Universidad de Belgrano. Es Sub Director de la Maestría en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE. Sigue a @ivancarrino

El caso ChiChi: las tensiones entre instituciones y mentalidad económica.

Por Carlos Newland: 

Puede suponerse que si la mayor parte de la población de un país valora los atributos de una economía de mercado votará por  opciones políticas conducentes a marcos institucionales proclives a generar competencia, desarrollar la iniciativa privada y limitar a la acción gubernamental. La elaboración de un índice mundial de pensamiento pro mercado (FMMI) por parte de quien escribe estas líneas junto con Pal Czegledi, ha permitido ranquear a las naciones según el grado de apoyo popular al capitalismo. Gracias a esta métrica se ha podido constatar que  una alta valoración del sistema de mercado ha generado usualmente instituciones económicas eficientes (según, por ejemplo, el Índice Fraser de Libertad Económica), como es el caso de la Anglósfera (USA, Australia, Nueva Zelanda, Canadá), las naciones de Europa del Norte, y aquellas de la Sinósfera (como Japón, Vietnam o Taiwán). Por otra parte, los países donde domina una mentalidad más afín al socialismo o a la intervención gubernamental han generado instituciones adversas a la eficiencia económica, y con ello han afectado su desarrollo, como es el caso de Argentina, Ucrania o Egipto.  Puede entonces postularse que existe una relación directa entre mentalidad, instituciones y desarrollo económico. Pero este no siempre es el caso: pueden existir situaciones en que la mentalidad popular no ha podido expresarse libremente: en esos casos una minoría ha podido imponer sus instituciones de preferencia por la fuerza y sin consentimiento popular. Tal parece ser el caso de lo que denominamos Chichi, China y Chile. En ambas naciones parece existir un contraste entre la mentalidad popular y las instituciones o marco dentro de la cual sus agentes económicos operan.

China sería el caso de una población que presenta un positivo y moderado apoyo al sistema de mercado medido por el FMMI, o un muy alto apoyo según encuestas del Pew Research Center. Pero esta nación ha sufrido en la segunda mitad del siglo XX la imposición de un muy duro y rígido sistema comunista. Los miembros del partido y su líder Mao lograron forzar una economía planificada y centralizada con resultados negativos de desempeño productivo. Esta situación comenzó a variar hacia 1978 cuando los integrantes de la jerarquía comunista fueron abandonando muchos postulados de su ideario, cambiando paulatinamente sus instituciones. Así, liberaron más y más su economía, permitiendo el funcionamiento de incentivos a la producción y a la eficiencia. Gracias a ello su crecimiento ha sido espectacular, transformándose hoy en día en una potencia mundial similar a los Estados Unidos. Se ha mencionado que un detonante del cambio en China fue la iniciativa de altísimo riesgo que tomaron algunos agricultores en 1979, de subdividir a los efectos prácticos la tierra comunal. Tan fue el éxito del experimento ilegal que las autoridades lo terminaron aceptando y promoviendo. En última instancia los gobernantes han ido aceptando la mentalidad de la población. Es altamente probable que, si China se transformara de una dictadura a una democracia, los partidos políticos proclives a la economía de mercado serían los dominantes y no lo contrario.

Chile parece ser el caso opuesto a China. Allí el apoyo al sistema de mercado es bajísimo según la medición del FMMI, donde presenta valores similares a los de Argentina. Ello no nos puede sorprender mucho ya que en 1970 la población eligió como presidente al marxista Salvador Allende, quien intentó aplicar un modelo socialista, lo que incluía nacionalizaciones, control público de la banca y la reforma agraria. El marco institucional en Chile no cambiaría por un cambio en la ideología de los votantes sino por imposición de un gobierno militar. En 1973 el gobierno golpista del General Augusto Pinochet encomendó a un grupo de economistas pro mercado, denominados allí “Chicago Boys”, el diseño e implementación de una política económica que incluyo desregulación, privatizaciones y el logro de la estabilidad monetaria. Inclusive Milton Friedman visitó al país en 1975 dando apoyo a las reformas que se estaban implementando. Con el tiempo esta política resultó muy exitosa y Chile ingresó a un notable sendero de crecimiento y reducción del nivel de pobreza, superando recientemente al ingreso per cápita (y la esperanza de vida, junto con una menor mortalidad infantil) de su tradicionalmente más próspero vecino Argentina. Pero el nuevo estadio de desarrollo obtenido no parece haber afectado estructuralmente la ideología económica de sus habitantes. La mentalidad popular que fue el sustrato de la elección como presidente de Allende sigue en gran medida vigente: el FMMI del país es bajo, muy similar al presentado por la población de Argentina. Es de destacar que los diversos gobiernos de centro izquierda que ganaron las elecciones a partir de la vuelta a la democracia en 1990 (hasta 2010, y de nuevo en 2014) no se atrevieron a desmantelar (aunque si atemperaron) el marco institucional recibido. Sin embargo, el país claramente estaba en una situación de un equilibrio político inestable. Si hubiera aparecido en ese país -uno de los pocos donde todavía se encuentra muy activo el Partido Comunista- un personaje carismático populista de izquierda, Chile podría haber seguido el camino de Argentina o Venezuela. El reciente estallido social no es más que una manifestación popular de una ideología reprimida que ha encontrado en las calles un modo de expresarse.

 

Carlos Newland es Dr. Litt. en Historia. Profesor y Ex Rector de ESEADE.

 

Reunión G-20 en Buenos Aires: burocracia a pleno y los niños siguen desnutridos

Por Alejandro A. Tagliavini. Publicado el 19/9/18 en: https://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article219747495.html

 

Si hay una reunión incoherente es la del G-20. Integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, Rusia, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea, representa el 85 por ciento del producto bruto, dos tercios de la población y el 75 por ciento del comercio mundial.

Es el principal foro para “la cooperación económica, financiera y política y busca generar políticas públicas que los resuelvan”, o sea, ver cómo los Estados interfieren al mercado dejándolo con menos libertad, imponiéndole regulaciones coactivas cuando el mercado es solo cooperación pacífica y voluntaria entre las personas.

Dado que este año la presidencia recae en el presidente argentino Mauricio Macri, la próxima Cumbre del G-20 se realizará Buenos Aires —primera vez en Sudamérica— entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre. Angela Merkel, Donald Trump, Vladimir Putin, Xi Jinping, Emmanuel Macron, Theresa May y Shinzo Abe serán algunos de los mandatarios presentes. Pero previamente, se realizarán “solo” unas 50 reuniones —que comenzaron en diciembre de 2017— entre equipos técnicos y ministros en 11 ciudades del país.

Además, fueron invitados Chile y Holanda, y España que es invitada permanente, y otros países representando bloques como Caricom (Jamaica), Asean (Singapur), Nepad (Senegal) y la Unión Africana (Ruanda). También estarán presentes el Banco Mundial, el FMI, la OCDE, el BID, el CAF, la OMC, la ONU, el FSB, la OIT y todas las siglas imaginables hasta agotar el abecedario de burócratas.

Si le parece poco, se desarrollan reuniones del B-20 (empresarios), el C-20 (ONGs), el L-20 (sindicalistas), el S-20 (científicos), el T-20 (think tanks), el W-20 (mujeres), y el Y20 (jóvenes). En total viajarán más de 3,000 personas.

El Gobierno gastará al menos $120 millones a lo que hay que sumarle los siderales viáticos de todos estos viajeros, más el sueldo de todos estos burócratas, en un país donde la pobreza ronda el 30 por ciento de la población y crece. Uno de los gastos más fuertes será en elementos como balas de goma y gases lacrimógenos: para reprimir Macri tiene dinero.

El más irónico de los temas a discutir será el de “Un futuro alimentario sostenible”. Hasta el oficialista Programa Mundial de Alimentos de la ONU reconoce que, “uno de los mitos más comunes… es que no hay suficientes alimentos en el mundo… los hay. El hambre… es una cuestión de acceso”. O sea, si hay hambre y desnutrición es porque la comida no llega a los más pobres debido a regulaciones e impuestos estatales que complican la distribución.

Por caso, los impuestos —como para solventar estas Cumbres— son una de las principales causas de pobreza desde que —aunque las cargas fiscales estén dirigidas a los más ricos— cuanto más alta es la capacidad económica de una persona con más fuerza los deriva hacia abajo: por ejemplo, algunos empresarios los pagan subiendo precios o bajando salarios.

Pero, además, se prohibirá el desarrollo normal de actividades y trabajo. Más allá de innumerables cierres de calles, los aeropuertos de Buenos Aires (Aeroparque, Palomar, San Fernando, Morón y 25 km a la redonda) estarán cerrados durante tres días y sólo recibirán oficiales. Hasta el Aeropuerto Internacional de Ezeiza se verá afectado.

Y el 30 de noviembre será feriado —en la ciudad de Buenos Aires— para “garantizar la logística” de la Cumbre.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

G 20: burocracia a pleno, los niños desnutridos

Por Alejandro A. Tagliavini. Publicado el 19/9/18 en: https://alejandrotagliavini.com/2018/09/19/g-20-burocracia-a-pleno-los-ninos-desnutridos/

 

Si hay una reunión incoherente es la del G 20. Integrado por Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia, Japón, Reino Unido, Rusia, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea, representa el 85% del producto bruto, dos tercios de la población  y el 75% del comercio mundial.

Es el principal foro para “la cooperación económica, financiera y política y busca generar políticas públicas que los resuelvan”, o sea, ver cómo los Estados interfieren al mercado dejándolo con menos libertad, imponiéndole regulaciones coactivas cuando el mercado es solo cooperación pacífica y voluntaria entre las personas.

Dado que este año la presidencia recae en el presidente argentino, Macri, la próxima Cumbre del G-20 se realizará Buenos Aires -primera vez en Sudamérica- entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre. Merkel, Trump, Putin, Xi Jinping, Macron, May y Shinzo Abe serán algunos de los mandatarios presentes. Pero previamente, se realizarán “solo” unas 50 reuniones -que comenzaron en diciembre de 2017- entre equipos técnicos y ministros en 11 ciudades del país.

Además, fueron invitados Chile y Holanda y España que es invitada permanente, y otros países representando bloques como Caricom (Jamaica), Asean (Singapur), Nepad (Senegal) y la Unión Africana (Ruanda). También estarán presentes el Banco Mundial, el FMI, la OCDE, el BID, el CAF, la OMC, la ONU, el FSB, la OIT y todas las siglas imaginables hasta agotar el abecedario de burócratas.

Si le parece poco, se desarrollan reuniones del B-20 (empresarios), el C-20 (ONGs), el L-20 (sindicalistas), el S-20 (científicos), el T-20 (think tanks), el W-20 (mujeres), y el Y20 (jóvenes). En total viajarán más de tres mil personas.

El Gobierno gastará al menos US$ 120 millones a lo que hay que sumarle los siderales viáticos de todos estos viajeros, más el sueldo de todos estos burócratas, en un país donde la pobreza ronda el 30% de la población y crece. Uno de los gastos más fuertes será en elementos como balas de goma y gases lacrimógenos: para reprimir Macri tiene dinero.

El más irónico de los temas a discutir será el de “Un futuro alimentario sostenible”. Hasta el oficialista Programa Mundial de Alimentos de la ONU reconoce que “Uno de los mitos más comunes… es que no hay suficientes alimentos en el mundo… los hay. El hambre… es una cuestión de acceso.” O sea, si hay hambre y desnutrición es porque la comida no llega a los más pobres debido a regulaciones e impuestos estatales que complican la distribución.

Por caso, los impuestos -como para solventar estas Cumbres- son una de las principales causas de pobreza desde que -aunque las cargas fiscales estén dirigidas a los más ricos- cuanto más alta es la capacidad económica de una persona con más fuerza los deriva hacia abajo: por ejemplo, algunos empresarios los pagan subiendo precios o bajando salarios.

Pero, además, se prohibirá el desarrollo normal de actividades y trabajo. Más allá de innumerables cierres de calles, los aeropuertos de Buenos Aires (Aeroparque, Palomar, San Fernando, Morón y 25 km a la redonda) estarán cerrados durante tres días y sólo recibirán oficiales. Hasta el Aeropuerto Internacional de Ezeiza se verá afectado. Y el 30 de noviembre será feriado -en la Ciudad de Buenos Aires- para “garantizar la logística” de la Cumbre.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

Sin límites para el absurdo

Por Carlos Alberto Salguero. Publicado el 25/7/18 en: https://www.rionegro.com.ar/columnistas/sin-limites-para-el-absurdo-DD5454489

 

La civilización, tanto en sus orígenes como en la actualidad, depende de aquello que se conoce como las instituciones humanas. Precisamente, tales instituciones proveen del orden en el cual la cooperación permite a las personas desarrollar sus capacidades y perseguir aquellos fines que juzguen prioritarios.

Como lo entiende Hayek, la esencia del proceso social se basa estrictamente en la información o conocimiento “de carácter personal, práctico, subjetivo, disperso” que cada ser humano descubre en un devenir que no se detiene jamás.

En ese sentido, el esfuerzo, ingenio y sensibilidad innata del hombre para buscar y alcanzar nuevos fines constituye el leitmotiv del proceso, el cual, por propia naturaleza, ajusta y coordina los comportamientos contradictorios que en él se llevan a cabo. El proceso de ensayo y error que así resulta está guiado por las instituciones que moldean las formas en que la gente interactúa. Se da por descontado que los agentes tienen limitaciones cognitivas.

Frente a ello, por contraste, la utilización sistemática de la coacción por la vía de las políticas públicas se focaliza sobre las implicancias lógicas de la optimización, entendida como resultado y no simplemente como intención.

Se supone que los gobiernos establecen un gran programa abarcativo del conjunto de acciones óptimas de las personas, entre todas las alternativas posibles, en base a un conocimiento preciso de las consecuencias esperables de sus decisiones. El equilibrio se concibe no como un punto de atracción de un proceso, sino como un estado en el que los planes de alguna forma se han vuelto coherentes entre sí.

Todo ello ha llevado a que las instituciones sociales de varios países en el siglo veinte basaran sus economías en la idea de planificar una “justa” distribución; y algunos otros como el nuestro, Argentina, extendieron dichas prácticas a lo largo del siglo XXI.

Los resultados están a la vista. En los últimos 15 años, la participación del Estado en los niveles de gasto doméstico, como porcentaje del PBI (Producto Bruto Interno), pasó exactamente del 23 al 47% entre los años 2003 y 2018. En síntesis, más Estado y menos mercado: pobreza, marginalidad, indigencia.

Al mismo tiempo, otro importante indicador del proyecto Doing Business del Banco Mundial, 2017, muestra que Argentina se encuentra en el segundo lugar en cuanto a la más alta tasa tributaria total, con un porcentaje del 106 (solo por debajo de la Unión de las Comoras, un diminuto país insular, con población inferior al millón de habitantes, situado al oriente de África sobre el océano Índico), lo que evidencia la existencia de tasas confiscatorias y, lo que es peor, que dichos gravámenes resultan insuficientes para financiar el abultado exceso de gastos sobre los recursos impositivos.

Íntimamente ligado con el Estado Benefactor se encuentra el abuso del término social, que suprime substancialmente el significado del sustantivo al que se aplica. Es decir, social se atribuye a todo aquello que reduce o elimina las diferencias de rentas, pues, se presume que en orden a la “sensibilidad social”, “injusticia social”, “inestabilidad social”, etc., muchas personas jóvenes y sanas de distintas organizaciones sociales deben ser mantenidas, entre ellas organizaciones piqueteras. Como diría Armen Alchian, gobierno es socialismo por definición.

Bastará un ejemplo de candente actualidad para ilustrar el fenómeno.

El pasado sábado, 21 de julio, se reunió en Buenos Aires el G20, o Grupo de los 20, el principal foro internacional para la cooperación económica, financiera y política que aborda los grandes desafíos globales y busca generar soluciones. El organismo se compone de la Unión Europea y 19 países, entre ellos: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía. El conjunto de los miembros representa el 85% del producto bruto global, dos tercios de la población mundial y el 75% del comercio internacional.

El acontecimiento, ante los ojos del mundo, requirió de un despliegue de seguridad sin precedentes. La idea fue neutralizar las movilizaciones de varios centenares de personas, en las inmediaciones del encuentro de ministros de Finanzas del G20, en contra del acuerdo del país con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al tiempo que reclamaban por un incremento en sus asignaciones.

No se trata de hacerse el distraído pues se sabe que nada es gratis, ni el montaje de extrema seguridad ni la asistencia de aquellos quienes, curiosamente, se alzaban contra quien venía a dar asistencia (circunstancial) a sus propios reclamos y a los ajetreados bolsillos del contribuyente. Enfáticamente se reclama más Estado y menos mercado, sin advertir que esa ecuación ya ha sido probada hasta el hartazgo. Ante tanto desconcierto es el momento de advertir incluso sobre los riesgos de lo que significa vivir en condiciones sin límites para el absurdo.

 

Carlos Alberto Salguero es Doctor en Economía y Máster en Economía y Administración de Empresas (ESEADE), Lic. en Economía (UCALP), profesor titular e investigador en la Universidad Católica de La Plata y egresado de la Escuela Naval Militar.

Subsidios a la pesca en alta mar

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 19/6/18 en: https://www.eldiarioexterior.com/subsidios-a-la-pesca-en-49754.htm

 

Hay seis países cuyas flotas pesqueras salen regularmente en busca de capturas en alta mar porque sus respectivos mares domésticos ya han sido absolutamente depredados.

China, España, Japón, Rusia, Taiwán y Corea del Sur. En conjunto, ellos pescan el 85% de lo que se captura en alta mar. Se trata de obtener unas 4,4 millones de toneladas de pescado.

Pero, cuidado, no se trata tan sólo de ambiciones, a veces desmedidas, de los propietarios de esas flotas. Ocurre que todas ellas reciben importantes subsidios de sus respectivos gobiernos. Algunos de ellos son abiertos. Otros, en cambio, como ocurre con China, son escondidos, y se canalizan generalmente a través de suministros de combustible que se hacen con precios por debajo de los del mercado. Sin esos subsidios, generalmente las operaciones no tendrían viabilidad comercial.

China es el principal país entre aquellos cuyas flotas pescan activamente en alta mar. No solo pesca para consumo interno. También para procesar y exportar las capturas.

Japón dedica a esos subsidios unos 841 millones de dólares anuales. España unos 600 millones. Y China unos 450 millones. Para reducir costos, las tripulaciones, frecuentemente de nacionalidades distintas del país de la bandera del respectivo buque, se contratan y mantienen en condiciones normalmente lamentables.

Estas actividades suelen generar incidentes fronterizos desde que, cuando persiguen los cardúmenes, los buques no siempre respetan las jurisdicciones soberanas, sino que furtivamente las invaden. Por ello, ocurren incidentes. Como sucede en los mares de Argentina, Guinea, o Ecuador, cuando los buques de guerra de esos países que vigilan el mar propio advierten que el mismo ha sido invadido clandestinamente por enormes buques pesqueros que carecen de los permisos necesarios.

Buques de guerra argentinos mantienen regularmente encuentros armados con pesqueros de altamar chinos que, naturalmente, al ser descubiertos tratan de darse a la fuga. Por esto, en uno de esos incidentes frecuentes, uno de ellos –que pescaba calamar- resultó hundido.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Es profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.