Un sistema perverso no se arregla con un buen management

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 11/12/18 en: https://www.infobae.com/opinion/2018/12/11/un-sistema-perverso-no-se-arregla-con-un-buen-management/?fbclid=IwAR2RvoFZjzI69D4Gd_2M-C6kBN6akOL_DGfInlLVI4dL21X6ZJlgh-0Afv8

 

El Gobierno cayó en el error de dejar que sectores de la sociedad le reclamen al Estado que le quite a otro el fruto de su trabajo para que se lo dé al que no le pertenece. Al cumplirse 3 años desde que Cambiemos llegó al Gobierno, queda claro que su política económica no obtiene el mínimo de logros para conseguir el aprobado

En general, en los primeros 3 años de Gobierno, Mauricio Macri no ha podido dominar la economía, ni aun tomando el criterio que pidió para que evalúen su gestión: «cuánto disminuyó la tasa de pobreza», ya que dudo seriamente que en un año le vaya a dar positivo el resultado.

El grave error de Cambiemos, y del Presidente en particular, fue creer que un sistema intrínsecamente ineficiente (el populismo) puede ser transformado en eficiente con un buen management. Mauricio Macri y sus principales colaboradores despreciaron la macro y creyeron que podían gestionar la herencia recibida.

Ese fue el error más grosero que cometieron porque a los problemas heredados le agregaron otros como el arbitraje tasa versus dólar, primero con las Lebac y ahora con las Leliq, que constituyen un polvorín en el que no puede haber la más mínima chispa.

Pero más grave aún, al considerar que no hacía falta un plan económico porque pensaron que podían administrar el desastre recibido, mostraron no comprender cómo funciona el proceso económico. El hecho de que muchos de ellos provengan del mundo empresarial no los hace conocedores del funcionamiento de la economía y su estrecha relación con la calidad institucional.

Sobre el tema institucional cometieron otro error, creer que porque Macri se sentara en el sillón de Rivadavia y Cristina Fernández de Kirchner se fuera derrotada, iban a llover las inversiones. Otro grosero error de apreciación.

Sin duda Argentina tiene mucha mejor imagen hoy ante el mundo, pero no por eso alguien va a venir a hundir una inversión con esta carga tributaria, esta legislación laboral y este nivel de gasto público alto e ineficiente.

Nuevamente, sobre el nivel de gasto público parecen no haberse preocupado demasiado y creyeron que el gradualismo iba a llevar a un crecimiento sostenido de la economía que, combinado con un gasto público congelado en términos reales, iba a termina licuando su peso sobre el PBI. El problema es que nunca dijeron por qué iba a crecer la economía. Pensaron en la magia de Mauricio Macri como presidente, de otra forma no se explica lo que hicieron.

Un espejo donde mirarse

Es más, no le dieron mucha importancia al gasto público/PBI si, como creyeron, en Europa el peso del Estado sobre la economía es similar y tienen un buen nivel de vida. Basta con ver lo que está ocurriendo en Francia en estos días para advertir que Europa, o buena parte de ella, está agobiada por el Estado de bienestar que aquí quieren copiar.

Si uno observa la evolución de la tasa de crecimiento del PBI por habitante en los últimos 56 años de las naciones que integran la Unión Europea puede ver una clara tendencia decreciente. De crecer a un ritmo en la banda del 4/6 por ciento anual, terminaron en el rango del 0/2 por ciento de aumento del PBI por habitante.

Como puede observarse en los gráficos previos, la UE y Francia, actualmente con serios conflictos en las calles, tienen un dibujo similar de tendencia hacia el estancamiento y menor tasa de aumento del PBI por habitante, por lo tanto, no es el mejor ejemplo a tomar para decir que en Argentina el problema no es el nivel de gasto público sino su calidad y que hay que administrarlo bien como en Europa.

En Argentina tenemos los dos problemas y Cambiemos creyó que podía solucionarlo con una buena gestión de un gasto público gigantesco, que impide todo crecimiento económico porque espanta las inversiones y eso lleva a que nunca se dé la licuación del gasto sobre el PBI por crecimiento de éste.

Pero, si de instituciones se trata, no es solo que el Gobierno no esté copado por una banda de delincuentes y corruptos. La calidad de las instituciones tiene que ver con que el Estado puede transformarse en ladrón para robarle el fruto del trabajo a quienes todos los días se esfuerzan por producir para repartirlo entre quienes viven a costa del trabajo ajeno.

El ABC de la equidad tributaria

Como dice el genial Fréderic Bastiat en su ensayo La Ley, refiriéndose a cómo la ley fue pervertida, «el gobierno ha puesto la fuerza colectiva al servicio de quienes quieran explotar, sin riesgo y sin escrúpulos, la persona, la libertad o la propiedad ajenas; ha convertido la expoliación, para protegerla, en derecho y la legítima defensa en crimen, para castigarla».

Este ensayo, que fue escrito en 1850 tiene total vigencia en la Argentina actual cuando uno ve a los piqueteros «exigir» planes sociales y al Gobierno negociar con ellos. El Estado no tiene ningún derecho a negociar con nadie el fruto del trabajo ajeno.

¿Qué es lo que ocurre en este caso? En vez de que los piqueteros vengan a robarnos directamente, lo mandan al Estado a robarnos en nombre de la solidaridad social. Y el robado, que somos los expoliados impositivamente, pasamos a ser delincuentes si queremos defendernos de la expoliación impositiva, cuando no somos tildados de insensibles sociales. En definitiva, el orden jurídico es dado vuelta y el Estado, que tiene el monopolio de la fuerza para defender el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas, utiliza ese monopolio de la fuerza para quitarle al que produce y dárselo al que no produce.

Bajo estas condiciones, se va desestimulando la inversión, la economía genera cada vez menos riqueza y la inseguridad jurídica es la regla que impera porque el Estado, en cualquier momento, puede recurrir a la expoliación impositiva o a la confiscación directa para financiar a los grupos que mayor presión hacen para quedarse con el fruto del trabajo ajeno.

Bajo este sistema, en que los diferentes sectores de la sociedad van a reclamarle que el Estado le quite a otro el fruto de su trabajo para que se lo dé al que no le pertenece, es un sistema perverso. Es un sistema que está basado en el robo de la riqueza y no en la generación de riqueza. Por eso decía desde el inicio, que Cambiemos cometió el grosero error de creer que un sistema perverso como este podía funcionar si tenía un buen management.

Ningún sistema económico basado en el robo legalizado, como lo llama Bastiat, puede funcionar con un buen management. Por definición está destinado al fracaso. Cambiemos no entendió la relación entre economía y calidad institucional.

Si Cambiemos logra ganar un segundo mandato y quiere tomar revancha de estos tres años de malos resultados económicos, va a tener que entender mejor cómo funciona la economía y su estrecha relación con la calidad institucional. Gerenciar «eficientemente» un sistema perverso no es el camino para terminar con 70 años de decadencia.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE  

El sector público desplaza al sector privado del mercado crediticio

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 16/10/18 en: https://www.infobae.com/opinion/2018/10/16/el-sector-publico-desplaza-al-sector-privado-del-mercado-crediticio/

 

Las licitaciones que vienen y una pregunta: ¿después de estas supertasas, qué?

Banco Central (NA)

Al momento de redactar esta nota, el stock de Leliq está en $453.418 millones, obviamente en poder de los bancos, y el stock de Lebacs, está en  $340.581 millones. Dado que el BCRA no tiene con qué rescatar el stock de Lebac remanente, de aquí a fin de año el BCRA tendrá que emitir ese monto en pesos y luego retirarlo del mercado colocando Leliq, si es que quieren cumplir con la meta de crecimiento cero de la base monetaria.

De lo anterior se desprende que a fin de año el stock de Leliq estará en $800.000 millones, monto equivalente al stock de depósitos en pesos a plazo fijo del sector privado que viene creciendo aprovechando las altas tasas de interés, regenerando el arbitraje tasa versus dólar. El dato relevante es que el sector público entra como un elefante en un bazar y se lleva casi todo el crédito disponible, desplazando al sector privado del mercado crediticio.

A modo de ejemplo, el Gobierno acaba de anunciar una línea de $3.000 millones para las pymes. Ese importe es equivalente al 0,2% del total del stock de créditos al sector privado, que, por cierto, en los últimos 30 días cayó el 2,1% en términos nominales, así que debe haber disminuido, cómo mínimo, 8% en términos reales.

Pretender resolver los problemas estructurales como la legislación laboral, el nivel y calidad de gasto público y la política tributaria con medidas solo monetarias solo puede conducir a una fuerte recesión porque todo el ajuste recae sobre el sector privado. Si la actividad económica entra en un profundo proceso recesivo, no va a ser tan sencillo alcanzar la meta de déficit fiscal primario cero, porque lo más probable es que se caiga la recaudación impositiva. De hecho si comparamos septiembre de este año con septiembre de 2017, la cantidad de cheques rechazados sobre el total compensado, creció el 55%. Es decir, empieza a haber problemas en la cadena de pagos.

Otro tema que preocupa es que el rescate de Lebac se hace con Leliq en vez de utilizar algún bono del tesoro. ¿Por qué causa se produjo el desbande de las Lebac que hubo que desarmar de apuro? Porque por un lado la utilización de las Lebac generó un gran arbitraje tasa versus dólar que, cuando el gobierno anunció una baja de las tasas para reactivar la economía, se pasó al dólar generando la corrida cambiaria de principios de año, forzando la ida apresurada al FMI para recibir apoyo. Se podrá argumentar que Turquía, que Brasil, que la tasa en EEUU, pero la realidad es que el grueso del problema es propio. En buena parte por la herencia recibida y en otra parte no menor, generado por un tratamiento inadecuado de la herencia recibida.

Se creyó que con palabras de entusiasmo y optimismo se resolvía una herencia catastrófica. La herencia recibida exigía medidas más categóricas, previo a una detallada descripción de la catástrofe dejada por el kirchnerismo para recibir el apoyo y la comprensión de la población por las medidas que había que tomar. Medidas que mal y tarde se adoptan pero en forma incompleta a menos de un año de las elecciones.

Guido Sandleris, presidente del Banco Central (Matías Baglietto)

El otro punto sobre el que creo importante insistir es en el uso de letras del Banco Central para regular la liquidez del mercado. Es obvio que el BCRA no es un banco comercial que genere algún tipo de ingresos gracias a los clientes que tiene. El único ingreso que tiene el BCRA es el que proviene de colocar las reservas en determinados activos remunerados, que son monedas frente a los intereses que paga por la deuda en Lebac y Leliq.

Si partimos de la base que el BCRA no genera ingresos para pagar la deuda que emite, lo que tenemos es una política monetaria que posterga el problema de las Lebac. Cambia el problema de las Lebac por Leliq, pero se desconoce cómo pagará esa deuda en el futuro, de la misma forma que se sabía que las Lebac eran impagables. Salvo, claro está, que la inflación supere la tasa de interés de las Leliq licuando el pasivo del BCRA, con lo cual estaríamos teniendo una fenomenal tasa de inflación en los próximos meses. Esto lleva a otro punto, si la inflación sigue siendo alta, tendrán que acelerar la tasa de devaluación para que no caiga en términos reales el tipo de cambio, complicando nuevamente la cuenta corriente del balance de pagos. El único motor de actividad económica que le queda a la economía argentina para llegar a las elecciones del año que viene son las exportaciones. Si el tipo de cambio vuelve a caer en términos reales, la recesión será más fuerte.

Para quienes reciben pesos y se colocan a plazo fijo, los que aumentaron el 3% en los últimos 30 días, la tasa tiene que ganarle a la inflación o a la expectativa de aumento del tipo de cambio. Si se cree que se puede licuar las Leliq con inflación, por definición la tasa de interés tiene que ser negativa en términos reales. De manera que solo pueden aumentar los depósitos a plazo fijo si la apuesta es a que la tasa de interés le va a ganar al aumento del tipo de cambio. Pero la tasa de interés le puede ganar al tipo de cambio si el incremento del dólar respecto al peso es menor a la inflación, con lo cual el «modelo» cierra con nuevo atraso del tipo de cambio y complicaciones cambiarias a futuro. Cuando la gente perciba que el tipo de cambio cayó de nuevo, cambia su posición de pesos a dólar y los bancos tendrán que cambiar su posición de Leliq a pesos. El punto a considerar es que el BCRA no genera ingresos para pagar las Leliq y ahí habrá un serio problema.

Dado que el riesgo cambiario que se está asumiendo genera otro problema concreto a futuro, me parece que, con el peligro que todo se desmadre antes de octubre de 2019, sería menos riesgoso formular un plan económico más audaz en la rebaja del gasto público, en la reducción de la carga impositiva y en materia de reforma laboral.

Enfrentar este problema solo con apretón monetario no soluciona nada. Es más factible llegar enteros a las elecciones de 2019 con un plan económico muy consistente y bien explicado que volver a apostar al arbitraje tasa versus dólar.

Qué habrá malestar social, sin duda, pero al menos a la gente se le estará mostrando la salida al final del túnel. Hoy, la pregunta es: ¿y después de estas supertasas, qué?

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE.

La suba de la tasa al 40% genera más desconfianza

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 8/5/18 en: https://www.infobae.com/economia/2018/05/08/la-suba-de-la-tasa-al-40-genera-mas-desconfianza/

 

Este no es este el camino a seguir para zafar de la terrible herencia que se recibió del kirchnerismo

Federico Sturzenegger, presidente del BCRA
Federico Sturzenegger, presidente del BCRA

Luego de las corridas cambiarias de las últimas semanas, la gran pregunta no es «por qué ocurrió». La pregunta es: ¿por qué no iba a ocurrir si era absolutamente previsible?

A decir verdad, era absolutamente previsible esta corrida porque el gradualismo del gobierno exigía una jugada de tasa versus dólar que, en algún momento, iba a forzar al BCRA a subir la tasa más que a bajarla.

 Lo que estamos viendo es lo mismo que vimos en la época de Martínez de Hoz cuando trataba de mantener planchado el tipo de cambio con las Letras de Tesorería

El razonamiento para prever el problema que estamos viviendo hoy en el mercado de cambios era el siguiente. El gobierno aplica una política gradualista que le exige financiarse con deuda externa. Los dólares
que recibe el ministerio de Finanzas hay que transformarlos en pesos para pagar los sueldos, las jubilaciones, a los proveedores, etc. Las opciones para conseguir los pesos son dos:

1) Finanzas vende los dólares en el mercado y eso hace bajar el tipo de cambio nominal y real afectando el sector externo, o

2) se los vende al Central, el que coloca esos dólares en sus reservas y emite los pesos que le entrega a Hacienda para que haga los pagos. Obviamente esta expansión monetaria genera inflación, hace caer el tipo de cambio real y también afecta el sector externo.

 Era  previsible esta corrida porque el gradualismo exigía una jugada de tasa versus dólar que, en algún momento, iba a forzar al BCRA a subir la tasa más que a bajarla

Ahora bien, el gobierno optó por utilizar la alternativa 2), venderle al BCRA los dólares que toma como deuda. Como la emisión monetaria que hace el BCRA es realmente importante, el BCRA coloca LEBACs para retirar pesos del mercado y así atenuar al impacto inflacionario.

El gráfico de abajo muestra la evolución del stock de LEBACs desde que asumió Cambiemos.

Stock de Lebacs

Stock de Lebacs

Si uno aumenta el stock de LEBACs por 4, es obvio que se está armando un gran arbitraje tasa versus dólar que en el momento menos pensado y por la causa menos sospechada puede saltar.

Lo que estamos viendo es lo mismo que vimos en la época de Martínez de Hoz cuando trataba de mantener planchado el tipo de cambio con las Letras de Tesorería, o en el Plan Primavera que fue establecido en septiembre de 1988 para llegar a las elecciones y murió el 6 de febrero de 1989.

Destaquemos que a pesar del fenomenal incremento del stock de LEBACs la expansión monetaria primaria siguió en el mismo ritmo que en la era k.

Circulante

Circulante

Como puede verse en el gráfico de «circulante», a pesar de la fuga de capitales que hubo en los primeros meses de 2018, la tasa de expansión monetaria siguió estando en niveles muy altos, más allá de haberse mantenido en el orden del 35% anual durante buena parte del 2017.

Había que ser muy ciego o no haber vivido años de planes similares para no advertir que no existe el inversor que devengue indefinidamente sus utilidades. En algún momento las realiza y ahora las está realizando.

¿Cómo responde el gobierno a esta toma de ganancias? Subiendo la tasa de interés hasta el 40%, adoptando algunas medidas cambiarias y formulando unos tenues anuncios de reformas estructurales.

 Había que ser muy ciego o no haber vivido años de planes similares para no advertir que no existe el inversor que devengue indefinidamente sus utilidades

Francamente subir la tasa al 40% solo se puede tolerar si es por unos días, digamos una semana, hasta tanto se reconfigura el equipo económico, se formula un plan consistente y categórico que genere confianza y, en definitiva, se pone en marcha un plan económico de estabilización y crecimiento con fuerte apoyo político.

Piense el lector en lo siguiente, una tasa del 40% anual menos una inflación del 20% anual, implica que el BCRA paga una tasa de interés real positiva del 20%. ¿En qué actividad económica puede colocar el BCRA los fondos que capta en LEBACs para poder pagar el 20% real anual de interés?

Semejante tasa de interés, más que generar confianza, genera desconfianza porque la tasa de interés siempre tiene que ser consistente con el sector real de la economía.

 Subir la tasa al 40% solo se puede tolerar si es por unos días, digamos una semana, hasta tanto se reconfigura el equipo económico

Otro punto a tener en cuenta es que el gobierno anunció una baja mayor del déficit primario para este año, básicamente reduciendo el gasto en obras públicas. Se supone que obras que se iban a iniciar no se llevaran a cabo. El gasto de la política y de los llamados planes sociales quedan intactos.

El otro tema tiene que ver con los intereses de la deuda pública en moneda extranjera. Dado que el presupuesto se hace en pesos, no es lo mismo multiplicar el monto de intereses de la deuda externa por un tipo de cambio de $19 que por uno de $22. Si el tipo de cambio se quedara en $22, supuesto fuerte, estimo que los intereses a pagar por deuda colocada en moneda extranjera crece en $30.000 millones que es lo mismo que dijo que Dujovne que se iba a bajar el gasto en obras públicas. Si a esto le agregamos el mayor gasto cuasifiscal por llevar la tasa al 40%, no veo una reducción del déficit fiscal.

Dujovne

Dujovne

En definitiva, con toda sinceridad, no es este el camino a seguir para zafar de la terrible herencia que se recibió del kirchnerismo. Con la historia de que te incendian el país si bajás los «planes sociales», que son clientelismo político puro, y que si reestructurás el estado estalla el país, el fin de semana pasada se pusieron todos pálidos en el gobierno cuando rugió el monstruo verde. Encima, gente que desconoce el tema económico salió con declaraciones locas como que los supermercados estafan a la gente, o que hay que hacer inteligencia financiera.

Mi sugerencia al gobierno: tomen el tema económico con la seriedad que exige la brutal herencia recibida. No hay caminos fáciles manejando la tasa de interés o forzando a los bancos a vender sus posiciones de dólares. Sólo existen las reformas estructurales.

 

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE

Cuenta corriente del balance de pagos: El otro déficit preocupante en la Argentina

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 27/3/18 en: https://www.infobae.com/opinion/2018/03/27/cuenta-corriente-del-balance-de-pagos-el-otro-deficit-preocupante-en-la-argentina/

 

La vuelta de los déficits gemelos, déficit fiscal y déficit de la cuenta corriente del balance de pagos, obliga recordar que el financiamiento externo no es para siempre y, si no se apuran las reformas estructurales, las tendencias a la devaluación del peso continuarán obligando al BCRA a seguir vendiendo reservas para evitar la suba del tipo de cambio.

Desde el Gobierno suelen argumentar que la relación deuda pública/PBI es baja. Que como el kirchnerismo no tenía acceso al crédito externo, la deuda externa que dejó es baja y queda margen para poder seguir tomando deuda sin que se produzcan complicaciones.

Si no se apuran las reformas estructurales, las tendencias a la devaluación del peso continuarán obligando al BCRA a seguir vendiendo reservas

En rigor relacionar deuda pública/PBI es conceptualmente un error. No es indicador de nada.

Veamos. Imaginemos que Ud. tiene una deuda hipotecaria a 20 años por $3.000.000 y que su ingreso mensual es de $40.000, es decir, un ingreso anual de $480.000. Para ver su capacidad de pago, ¿dividiría los $3.000.000 millones que le vencen a lo largo de 20 años por sus ingresos de un año? Claramente es una cuenta disparatada.

Lo que corresponde es dividir el stock de deuda que vence a lo largo de los 20 años por el ingreso de 20 años. En el caso de dividir la deuda pública, que vence a los largo de varios años, por el PBI es como dividir por el ingreso de un año dado que el PBI es el ingreso que genera la economía en un año.

Indice de cobertura de la deuda externa

Para ver si la deuda es sostenible en el tiempo, otros economistas calculan los intereses de la deuda con relación a las exportaciones, algo que no comparto porque los intereses de la deuda son del Estado y las divisas provenientes de las exportaciones son del sector privado, por lo tanto, el Estado tiene que tener los pesos suficientes para comprar los dólares en el mercado para pagar los intereses de la deuda y esos pesos tendrían que salir del superávit fiscal.

Los intereses de la deuda son del Estado y las divisas provenientes de las exportaciones son del sector privado

En rigor, la mejor medida para evaluar si la deuda pública es sustentable en el tiempo es analizar si el superávit primario alcanza para pagar los intereses de la de deuda pública.

El problema es que hoy no tenemos superávit primario y eso lleva a un crecimiento de la deuda y de los intereses a pagar por el mayor stock de deuda.

Como primer dato podemos decir que los intereses de la deuda pública (incluidos los intereses intrasector público) representaron el 20% de la recaudación en 2016 y el 27,6% en 2017. En otras palabras, el gradualismo lleva a tener una mayor carga de intereses a pagar que le quita recursos al estado para afrontar los gastos corrientes impidiendo la baja de impuestos para atraer inversiones.

Competitividad cambiaria

Pero el otro tema es que al tomar deuda externa y subir la tasa de interés para absorber los pesos que emite el BCRA para dárselos al Tesoro, se genera un arbitraje tasa versus dólar que hace bajar el tipo de cambio. Los agentes económicos venden sus dólares en el mercado para hacerse de pesos y colocarse a tasa. Esto deteriora el tipo de cambio real e impacta en la cuenta corriente del balance de pagos.

Recordemos que la cuenta corriente incluye el saldo de balance comercial, el neto de turismo, de utilidades y dividendos, transferencias unilaterales e intereses de la deuda externa.

En la medida que el tipo de cambio cae en términos reales por el arbitraje tasa versus dólar y el estado toma más deuda y, consecuentemente, tiene que pagar más intereses de la deuda externa, el déficit de la cuenta corriente del balance de pagos tiende a crecer.

Incluso el tipo de cambio real artificialmente bajo induce a déficit en el saldo de turismo y con un balance comercial que tiende a ser negativo.

El gráfico previo muestra la relación entre la cuenta corriente del balance de pagos y el PBI. Actualmente el déficit de la cuenta corriente está en casi 5 puntos del PBI.

Un alto desequilibrio sostenido derivó en crisis sistémicas

Con la crisis de la tablita cambiaria de Alfredo Martínez de Hoz, en febrero de 1982, se produjo con un déficit de 6 puntos del PBI. Entre el 97 y el 99 estuvo levemente por encima de 4% del PBI y la convertibilidad del 1 a 1 en los noventa, se aguantó la crisis del sudeste asiático, la crisis rusa y la devaluación de Brasil en enero de 1999, que además venía de bancarse la crisis del tequila en 1995.

De manera que no me animaría a poner un número de déficit de cuenta corriente a partir del cual se termina el financiamiento externo, pero sí podemos afirmar que el modelo no es sustentable porque en la medida que aumente el déficit de la cuenta corriente del balance de pagos hay mayor tensiones de devaluación del peso salvo que ingresen más capitales.

¿Por qué el déficit de cuenta corriente del balance de pagos genera tensiones de devaluación del peso? Porque la demanda de divisas es mayor a la oferta.

El saldo de balance comercial tiende a ser negativo por el atraso del tipo de cambio y por los intereses de la deuda externa que crecen en la medida que crece el stock de deuda para financiar el déficit fiscal.

El ingreso de dólares

¿Qué tipo de dólares pueden ingresar para evitar la devaluación del peso?

Capitales de corto plazo que apuestan a la zanahoria de la tasa de interés.

Capitales para ser invertidos en el sector real de la economía o deuda que toma el sector público.

Actualmente nos movemos con ingresos de dólares por la zanahoria de la tasa y por la deuda externa, aunque últimamente las presiones sobre el mercado de cambios obligaron al BCRA a desprenderse de más de USD 1.700 millones para evitar una abrupta suba del tipo de cambio, lo cual indica que ya no estamos en un mercado libre de cambios.

En rigor nunca lo estuvimos porque antes que el BCRA saliera a vender divisas al mercado para frenar la suba, lo frenaba indirectamente subiendo la tasa de interés.

Déficit gemelos

El riesgo que hoy se observa es que la existencia de déficit gemelos genera tensiones en el mercado de cambios. Si uno observa nuevamente el gráfico se puede ver que luego de la devaluación del 2002 y la suerte de embocar altos precios para las materias primas, el superávit de cuenta corriente empieza a bajar hasta ser negativo en 2010 en la medida que el tipo de cambio real va cayendo al punto que Cristina Fernández establece el cepo a los pocos días de lograr la reelección y va mantenerse en todo su segundo mandato con un cepo cambiario cada vez más feroz.

El superávit de cuenta corriente empieza a bajar hasta ser negativo en 2010 en la medida que el tipo de cambio real va cayendo

Si bien se eliminó el cepo cambiario, no se eliminó el problema de fondo que es el déficit fiscal. Antes se financiaba con emisión monetaria y ahora contra deuda externa que también se transforma en pesos y por eso no pueden bajar la tasa de inflación.

Pero lo cierto es que a partir del 2010 el déficit de la cuenta corriente del balance de pagos va aumentando y hoy todo depende del ingreso de capitales. Dado que no se produjo la lluvia de inversiones, el modelo ya no es hiperdependiente de un feroz cepo cambiario, sino de conseguir financiamiento externo, es decir, que el gobierno logre mantener un flujo de ingresos vía deuda pública.

Ese financiamiento nadie sabe cuánto puede durar. Pueden ser años o meses. Por eso mejor abrir el paraguas antes que se largue con todo y todos sabemos qué significa abrir el paraguas a tiempo.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE