Argentina: dos guerras frente a la inflación

Por Alberto Benegas Lynch (h) Publicado el 21/5/2en: https://www.infobae.com/opinion/2022/05/21/argentina-dos-guerras-frente-a-la-inflacion/

Como señaló el premio Nobel en Economía Friedrich Hayek, hemos demorado doscientos años en percatarnos del error y el horror de atar el poder político a la religión, no tardemos otro tanto en darnos cuenta del error y horror de atar el poder político a la moneda

Alberto Fernández y Vladimir Putin

Afortunadamente hay bibliografía sobre el tema inflacionario que aclara el tema de la expansión exógena -es decir extraña a las decisiones del mercado- como causante de este mal que distorsiona los precios relativos. Tal vez no sea necesario repetir que los precios constituyen los únicos indicadores para saber cómo asignar los siempre escasos recursos frente a necesidades ilimitadas. La referida distorsión inexorablemente conduce al despilfarro lo cual, a su turno, consume capital que conduce a la contracción de salarios e ingresos en términos reales puesto que las tasas de capitalización son el único factor que permite mejoras en el nivel de vida.

Ahora bien, en una sociedad libre que permite que la gente elija el activo monetario de su agrado, este contexto no se traduce necesariamente en el mantenimiento de la cantidad de moneda. Si le otorga mayor valor a la unidad monetaria se transmitirá una señal para aumentar su producción. Por ejemplo, esto ocurría durante el patrón oro: otorgarle mayor precio al metal aurífero conducía a una extracción mayor lo cual es un fenómeno endógeno al mercado. Desde luego que esto no es inexorable ya que también la gente puede preferir una cantidad constante de dinero. En cualquier caso, resulta fundamental clarificar la diferencia analítica entre lo exógeno, es decir, lo político, lo ajeno al mercado, respecto de lo endógeno que alude a las preferencias de la gente.

En este sentido es pertinente mostrar a título de ejemplo que si hay un terremoto devastador naturalmente habrá menor cantidad de bienes a disposición de la gente y con igual cantidad de moneda al momento del sismo los precios subirán que es lo mismo que decir que el poder adquisitivo o el valor de la unidad monetaria disminuyó. Pero este es un fenómeno endógeno, no tiene que ver con manipulaciones políticas o exógenas. Es natural y necesario que este ajuste ocurra para mostrar lo que en verdad está sucediendo. También ocurren modificaciones en los precios relativos cuando algo cambia de moda o cuando los gustos se modifican, son todos hechos endógenos que nada tiene que ver con decisiones políticas extrañas al mercado.

Lo contrario sería entrar en un galimatías de proporciones puesto que la parla seria respecto a una inflación buena o natural (cuando suben los precios debido a causas endógenas) y mala, antinatural o exógena (cuando los políticos se entrometen con la cantidad de dinero). Esta clasificación sería del todo inconveniente e improcedente puesto que los precios y la cantidad de dinero deben reflejar lo que está sucediendo.

Sin duda que si se está en un sistema del patrón plata y se descubren abundante cantidad de yacimientos, la utilidad marginal de ese metal descendería a niveles tales que la gente cambiaría de patrón monetario. Lo mismo podemos decir referente a cualquier otro dinero-mercancía, canasta de moneda fiat o lo que prefiera la gente sin que en ningún caso sean posiciones irrevocables, todo depende de las inclinaciones de la gente.

Todo este razonamiento desde luego supone que hemos dejado de lado la superchería de la llamada “autoridad monetaria” o banca central que como se ha señalado en muchas oportunidades solo tienen tres caminos a su disposición: expandir, contraer o dejar inalterada la base monetaria, con lo cual siempre se alteran los precios relativos, es decir, necesariamente serían distintos de lo que hubieran sido de no haberse entrometido el gobierno. Por otra parte, si se supone que los banqueros centrales hacen lo mismo que la gente hubiera preferido no tiene sentido la intervención con el consiguiente ahorro de honorarios, pero para saber que prefiere la gente el único modo es dejar que se manifieste libremente. Idéntico razonamiento cabe si la autoridad monetaria procede de modo independiente de otros brazos del poder político puesto que se equivocará independientemente. El problema es la banca central.

Como es de público conocimiento, en un ejemplo extremo que tiene sus bemoles, algunos historiadores han señalado “la inflación” producida antaño cuando llegaba a la metrópoli española oro de las colonias pero en rigor esto no es así por lo expresado con anterioridad (dejando de lado posibles manipulaciones de la corona y sus “adelantados” en las colonias). Si no hay manipulación monetaria por la “autoridad” en la materia, técnicamente no hay inflación. Para abundar en ejemplos, si se produce una sequía a gran escala los precios de los productos agropecuarios se elevarán pero por las razones apuntadas no se trata de inflación en el sentido del proceso señalado, a saber, los precios no se modifican debido a lo que tiene lugar en el mercado sino debido al capricho de la política. Claro que en no pocos casos como el señalado solo se elevan los precios de algunos productos lo cual necesariamente hará que disminuyan otros en ausencia de banca central que no convalide esa suba con expansión monetaria. Pero también es posible imaginar subas de todos los bienes disponibles como hemos mostrado más arriba en el caso del terremoto o equivalentes sin entrar en el susodicho galimatías de la “inflación buena, querida por el mercado o consecuencia de lo que sucede en la realidad” y la “mala debida a los entrometimientos de los gobiernos y sus representantes”.

Habiendo dicho esto mencionemos el caso de la guerra, en nuestro caso la invasión criminal de Putin a Ucrania. Como consecuencia de ello hay productos que suben su precio de modo súbito. Esto presenta tres escenarios posibles. Primero, en línea con lo dicho, que la gente quiera seguir consumiendo la misma cantidad de los productos en cuestión con lo que se verán forzados a disminuir el consumo de otros bienes que consecuentemente bajarán de precio. Segundo, que la gente decida reducir su consumo de los bienes que aumentaron sus precios al efecto de poder continuar consumiendo idéntica cantidad de los otros. Y tercero, que simultáneamente el gobierno expanda la moneda con lo cual los precios serán el resultado también de la consiguiente inflación que además de los problemas de la guerra se agrava la situación por este entrometimiento gubernamental en materia monetaria. En otros términos, la guerra como tal no produce inflación, lo que genera es una destrucción de bienes que se traduce en subas de precios, en este sentido igual que un terremoto pero analíticamente es importante diferenciar los fenómenos mencionados.

A diferencia de la adulteración de los precios debido a los tejes y manejes de los gobiernos con la moneda, la modificación de precios por un accidente climático o de otra naturaleza en la realidad son imprescindibles para mostrar lo que en realidad viene sucediendo.

En otros términos, un terremoto o para el caso un tsunami no son inflacionarios puesto que los precios están reflejando lo que sucede lo cual es absolutamente necesario, sin embargo la manipulación monetaria por medio de la banca central y similares no reflejan lo que sucede sino la voluntad de los burócratas, he aquí la desfiguración de la realidad. Hay una diferencia crucial de naturaleza.

También debe tenerse en cuenta que cambios en la demanda de dinero debido a razones endógenas no se traducen en deterioros monetarios, solo esto ocurre cuando esos cambios obedecen a intervenciones del signo dinerario ajenos al mercado, es decir, debidas a razones políticas. Tal vez convenga mencionar como una nota al margen que las criptomonedas presentan algunos interrogantes pues se dan de bruces con el teorema de la regresión monetaria.

La otra guerra en la que no vale la pena detenerse nuevamente pues se ha señalado su sandez ad nauseam, es la decretada por gobiernos contra sus propias políticas de expansión monetaria vía controles de precios y demás absurdos mayúsculos, una y otra vez fracasadas. Estas son las dos guerras distintas a que nos referimos en el título de esta nota telegráfica.

También apunto que dado el debate que se ha suscitado en torno a una eventual reforma monetaria y bancaria argentina, destaco los colegas de los que he aprendido distintas facetas del asunto, quienes han presentado distintas variantes, pero debo subrayar que lo que sigue no significa para nada comprometer sus opiniones (y tampoco lo dicho más arriba, todo es de mi exclusiva responsabilidad). Además, nuevamente apunto que son muy diversos los caminos para llegar a metas de disciplina monetaria. Estos economistas son Adrián Ravier, Federico Struzgenegger, Javier Milei, Emilio Ocampo, Jorge Ávila, Iván Carrino, Martín Krause, Julio Elías, Agustín Etchebarne, Bertie Benegas Lynch y Alfredo Romano. Mi sugerencia se resume en la siguiente cápsula en seis pasos: 1. entrega de dólares a los tenedores de pesos (base monetaria) que incluye la venta de oro lo cual resultará en la ratio que corresponda a esta relación, la cual podrá modificarse por ejemplo por la entrada de dólares en circulación de poseedores fuera del circuito o en el exterior 2. Sustituir títulos y pases por bonos con jurisdicción estadounidense en dólares a la tasa de mercado 3. Convertir todo el sistema bancario al off shore (Luxemburgo, Singapur etc) al efecto que las instituciones financieras operen de acuerdo a la conveniencia de sus clientes 4. Abrogar toda la legislación que se oponga a lo dicho (ley penal cambiaria et al) 5. Consecuente liquidación de la banca central y el curso forzoso; y 6. Elección por parte del gobierno de la moneda en la cual se pagarán impuestos y equivalentes.

A mi juicio si la situación política imposibilitara avanzar con la propuesta hayekiana aquí esbozada sumariamente que abre a un proceso de evolución hacia la solidez monetaria y bancaria, debería por lo menos eliminarse el curso forzoso del peso y concomitantes para permitir la competencia de monedas de facto aun con las debilidades y riesgos institucionales de volver a las andadas, en una primera instancia de una suerte de bimonetarismo con una mayor probabilidad de dolarización dadas las disponibilidades y familiaridad con esa divisa sujeta a las manipulaciones de la Reserva Federal, lo cual sin duda mejoraría la situación local en cuanto al grado del problema más no en su naturaleza. A ver si por un camino u otro podemos zafar de lo que los economistas denominamos elegantemente “inflación” pero que se trata del saqueo solapado más brutal.

Reitero lo consignado por el antes referido premio Nobel en economía Friedrich Hayek en cuanto a que hemos demorado doscientos años en percatarnos del error y el horror de atar el poder político a la religión, no tardemos otro tanto en darnos cuenta del error y horror de atar el poder político a la moneda.

Cierro esta nota con un par de reflexiones que exceden el flanco monetario para abordar telegráficamente aspectos más generales. En primer lugar es pertinente enfatizar que nada en la vida es gratis, toda acción tiene un costo por lo que una cosa es señalar que la adopción de medidas de fondo tendrán un costo y otra bien distinta es la necesidad de subrayar que ese costo será muchísimo menor al costo de no adoptar las políticas convenientes para salir del marasmo. En segundo término, es una verdad de Perogrullo insistir en lo que he repetido antes y es que el lenguaje en el plano académico es muy distinto del político. En el primero se apunta a lo mejor -a la excelencia- mientras que en el segundo se hace lo que resulta posible luego de acordar con las contrapartes, en eso consiste una de las aristas clave del proceso democrático pero es de gran relevancia comprender que el primer campo determina el segundo en cuanto a los corrimientos en el eje de los debates en la opinión pública, de ahí la trascendencia de la batalla cultural.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

New normality? For humanoids only

Por Alejandro Tagliavini. Publicado el 2/7/20 en https://alejandrotagliavini.com/2020/07/01/new-normality-for-humanoids-only/

El valle inquietante | Por qué los robots humanoides dan miedo

Among the silly things that become fashionable – and last as long as a shooting star – now the “New Normal” is emerging. Wikipedia tells that, to an article published in 2008 in Bloomberg News, its authors Rich Miller and Matthew Benjamin called it “Post-Subprime Economy Means Subpar Growth as New Normal in U.S.

           Then, the investment fund PIMCO, in early 2009, used the same expression to warn that the return to the situation prior to the 2007-2008 financial crisis would be complex and uncertain. In 2010, Mohamed El-Erian, of PIMCO, declared that “our use of the term was an attempt … (to show) that the crisis (was not) a mere superficial wound … on the contrary, the crisis has penetrated deeply”. Since then, the expression has been replicated by numerous media.

           Starting in 2012, China’s economy began to show a marked slowdown, with growth rates going from double-digit figures to around “moderate” 7%, in 2014 when the Secretary General of the Communist Party, Xi Jinping, declared that China was entering a “new normal” precisely to justify the decline due to less openness to the free market economy.

           Thus, deep down he was warning that a turning point was beginning in the economic opening initiated by Deng Xiaoping at the same time that he defended Marxism (Maoism), and increased the cult of his personality, to “understand and transform the world”. And within this “New Normal”, indeed, are the forced quarantines and the repression of democratic attempts in Hong Kong.

           As Antonio Imízcoz points out, it is a new neo-language term, from the dictionary invented by the Orwell Big Brother dictatorship. What do they want to sell us? continues Imízcoz. Well, nothing is further from what you and I understand by normality … The “new normal” is going to consist in that we can only do what they say, when they say and how they say. And, as Agustín Etchebarne says, “it is easy to be a communist in a free country, the difficult thing is to be free in a communist country”.

             Now, as I have already said in previous columns, “Whenever there is a cause outside beings that forces them to execute what is contrary to their nature or their will, it is said that… they do by force what they do… This will be… the definition of violence … “, wrote Aristotle. Thus, according to Tomás de Aquino “Violence is directly opposed to the voluntary as well as to the natural” and for this reason Etienne Gilson wrote as early as 1989 that for Aquinate “The natural and the violent are mutually exclusive … reciprocally.”

            In other words, violence can never have a natural result. If the “new normal” will be rules coercively – using the state monopoly of violence – imposed against the will of the people, they will simply violate human nature and, sooner rather than later, will be overcome. As the “social distancing”, when during all our life, out of common sense, we know that humans are necessarily sociable, and that kisses and hugs are great, human gifts. Not to mention sex without which humanity would not exist.

             In short, it is only a matter of time before we return to what we have to be, normal and non-humanoid people, robots directed from the central command.

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Asesor Senior de The Cedar Portfolio, Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE. Síguelo como @alextagliavini

Regular los precios y la producción del alcohol en gel: buena intención, mal resultado

Por Juan Carlos de Pablo: Publicado el 22/3/20 en:  https://www.lanacion.com.ar/economia/regular-el-alcohol-en-gel-buena-intencion-mal-resultadoe-nid2345858?fbclid=IwAR1Y0l-y16CyyEl9DK_xC2Yb8TgzqvswapRSYS0IgbPa7vLeRTvTK0SBVak

 



Crédito: MANUEL CORTINA

Preguntas al economista Juan Carlos Cachanosky (1953-2015): Se recibió de licenciado en Economía en la UCA y luego obtuvo una beca para hacer su doctorado en Economía en Grove City College, Pennsylvania. Su tutor de tesis fue Hans Sennholz, que a su vez fue discípulo de Ludwig von Mises

El coronavirus aumentó la demanda de barbijos y de alcohol en gel . Para evitar abusos, el Ministerio de Desarrollo Productivo, a través de la Secretaría de Comercio Interior, dispuso retrotraer el precio del alcohol en gel al 15 de febrero de 2020, al tiempo que intimó a los productores a aumentar la oferta «al máximo de la capacidad instalada». La cuestión no es si, en las actuales circunstancias, higienizarse las manos con frecuencia es una buena idea, sino si esta es la forma en la cual se podrá abastecer la mayor demanda de alcohol en gel.

Al respecto conversé con el argentino Juan Carlos Cachanosky (1953-2015), quien estudió en la Universidad Católica Argentina, doctorándose en el International College de California. Enseñó en la UCA de Buenos Aires y en la de Rosario, en la Ucema, en la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (Eseade), en la Escuela de Negocios de la Universidad Francisco Marroquín, de Guatemala, y en el Swiss Management Center. Una de sus alumnas en la UCA fue Máxima Zorreguieta, la actual reina de Holanda, a quien también le dirigió la tesina. El 31 de diciembre de 2015, a la noche, su familia lo encontró muerto frente a su escritorio, con la computadora prendida, según relató su hermano Roberto. «Lo vi fenómeno por última vez el miércoles 30, conversando con entusiasmo sobre varios proyectos. Fue una gran pérdida para el mundo liberal», agrega Agustín Etchebarne.

-A raíz del coronavirus, las autoridades argentinas están adoptando medidas.

-Bueno estaría que no las estuviera adoptando.

-Pero no se sabe, a ciencia cierta, cuáles son las que hay que adoptar.

-Efectivamente. Lo cual no quiere decir que estemos en cero, porque debemos aprovechar la experiencia de los otros países, ajustándola al caso argentino y particularmente a nuestra idiosincrasia.

-Desde el punto de vista de las decisiones parece haber una lógica de la acción y otra de la prevención.

-Buen punto. Como consecuencia del coronavirus, quienes se dedican al turismo se están fundiendo, los peluqueros parecen tener otro tema para conversar con sus clientes y quizá algunos libreros incrementen sus ventas al permanecer la gente en sus domicilio. Por otro lado, mejoran sus ventas, y probablemente sus ganancias, quienes fabrican y venden barbijos y alcohol en gel.

-Vuelvo sobre este último caso. ¿Por qué dice que la lógica de la prevención es diferente de la de la acción?

-Porque en materia de prevención, adoptar decisiones por exceso no se penaliza tanto como hacerlo por defecto. Ilustremos con el caso de Estados Unidos. ¿Era absolutamente necesario prohibir todos los vuelos desde y hacia Europa durante 30 días? Nadie lo sabe y quizá no lo fuera. Pero seguramente que, al adoptar dicha decisión, el presidente Donald Trump estaba pensando, entre otras cosas, en las elecciones del 3 de noviembre próximo. ¿Cuántos votos perderé por las molestias que ocasiona la ausencia de vuelos versus cuántos perderé si, por no prohibirlos, adjudican a mi decisión el aumento de muertes que seguramente se producirá en el país?

-En la Argentina, el precio del alcohol en gel aumentó fuertemente desde que comenzó esto del coronavirus.

-Era de esperar, por una cuestión de aumento de costos y por la oportunidad que plantea el aumento de la demanda. No se la agarren con mi mamá; no lo estoy justificando, sino que lo estoy explicando.

-Para evitar los abusos de precios y la falta del producto, el Ministerio de Desarrollo Productivo dictó el 11 de marzo la resolución 86.

-Muy bien.

-Muy bien será la idea, pero por favor prestale atención al texto.

-A ver. El artículo 1 establece la retrocesión transitoria del precio de venta del alcohol en gel a los valores vigentes al 15 de febrero de 2020; el artículo 2 dispone que los nuevos valores no podrán ser alterados durante 90 días corridos. Y el artículo 3 intima a las empresas a incrementar la producción de tales bienes hasta el máximo de su capacidad instalada.

-¿Qué pensás?

-Que algún dirigente político de repente piensa que el Gobierno se está ocupando del problema y alguien considera que están controlando a los especuladores, pero mucho me temo que los resultados serán los contrarios a los buscados.

-¿Por qué?

-Comencemos por el lado de los precios. La historia de retrotraer precios, en la Argentina, es contundente y negativa. Los precios no bajan, al menos porque así lo disponga el gobierno de turno. Pero fijate que la resolución pretende retrotraer los precios del alcohol en gel y encima congelar el viejo precio durante 90 días, sin decir nada sobre los costos de los insumos. Ejemplo: ¿al precio de los envases utilizados para vender el producto también le ocurrirá lo mismo? La resolución al respecto no dice nada.

-El análisis microeconómico más elemental sugiere que, frente a la caída del precio de un producto, lo que cabe esperar es una disminución en la cantidad ofrecida. Si, como consecuencia del coronavirus, aumentó la demanda de alcohol en gel y encima por disposición oficial baja su precio, subirá la cantidad demandada. Todo lo cual generará desabastecimiento.

-Aquí es donde hay que prestarle atención al artículo 3 de la resolución, que intima a los oferentes a producir al máximo de la capacidad instalada. El propósito es muy loable, pero como economista me surgen dudas.

-¿Por ejemplo?

-En toda fábrica, no todas las máquinas tienen igual capacidad de producción, porque se las va incorporando de manera paulatina. Sería fácil, para un inspector ignorante, labrar un acta luego de observar que algunas de las máquinas no se están utilizando al máximo de su capacidad instalada. Pero no solo eso…

-¿Hay más?

-Está la cuestión de a qué costo se produce mayor cantidad. Ejemplo: supongamos que, para satisfacer la demanda, un productor de alcohol en gel invita a sus obreros a trabajar un tercer turno, generalmente el nocturno, o los fines de semana. ¿Logrará que lo hagan ganando el mismo salario horario que en las jornadas normales o tendrá que pagar horas extras? Pregúntesele a cualquier arquitecto si el costo de una obra en construcción es independiente de la velocidad con la cual se la realiza y dirá que no.

-Querido tocayo: ¿estás diciendo que la salud de la población, bien gracias?

-Estoy diciendo que los malos diagnósticos producen más problemas que soluciones. ¿Cuántas personas fallecieron cuando un expresidente de Sudáfrica dijo que eso de que había que usar preservativos para impedir la trasmisión del sida era un invento de los fabricantes del citado producto? Esta resolución tomada en la Argentina complicará el abastecimiento de alcohol en gel, a menos que en la práctica sea ignorada.

-Recordado Juan Carlos, muchas gracias.

 

Juan Carlos Cachanosky, Ph.D. se graduó en el International College de California. Fue miembro del departamento de Investigación y Docente de ESEADE. Dictó diversas cátedras en la Pontificia Universidad Católica Argentina, Santa María de los Buenos Aires, adonde fue director del Departamento de Economía del Campus Rosario. (UCA), también dictó cátedras y dirigió centros de investigación en la Universidad Francisco Marroquín, (UFM), entre otras.

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE MACRI

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 3/12/17 en: http://gzanotti.blogspot.com.ar/2017/12/carta-abierta-al-presidente-macri.html

 

Al Sr. Presidente de la Nación,

Ing. Mauricio Macri:

Sé que en este momento tiene temas más urgentes que el que le voy a plantear. El submarino y el problema de los Mapuches son temas que demandan su atención ya, sin dilación, y no quisiera yo distraerlo de su concentración. Por eso, por suerte para usted, lo más probable es que esta carta, despachada a la nueva y aleatoria nube que nos rodea, nunca le llegue. Pero, si así sucediera, le aseguro que no es mi intención molestarlo.

Yo voté por usted sin mayores expectativas, sabiendo que iba a seguir la Argentina de siempre, excepto por la salida de los psicópatas del poder más peligrosos con los que se enfrentó la Argentina en toda su historia. Lo único que yo esperaba, usted lo hizo: sacarnos del camino a Venezuela. Por ende, gracias. No espero nada más.

Pero no esperar no es igual a no deber. Y debo decir ante usted y ante todos que, por favor, nos escuche.

Los liberales hemos recibido todo tipo de epítetos a lo largo de la historia argentina. Bueno, en realidad habría que ver quiénes son los liberales. Al menos yo, un liberal clásico, partidario de la democracia constitucional anglosajona y la economía de mercado fundada en la Escuela Austríaca (y, para colmo, católico) he recibido todo tipo de elogios. Fascista, demente, utópico, esquizofrénico, neoliberal y, el último que se ha puesto de moda, también: liberalote.

Usted, Señor Presidente, no confía en nosotros. Le asiste algo de razón: contrariamente a lo que piensan muchos, nunca hemos sido gobierno. La primera y última vez fue con la Constitución de 1853. Luego, hubo de todo, desde lo parecido hasta lo grotesco: conservadores, antiperonistas, autoritarios, menemistas, y se me acabaron los adjetivos. Así que tiene razón: ¿qué esperar de quienes nunca se embarraron las manos en la política concreta? La única respuesta a eso puede ser la esperanza de lo nuevo. Como dice un famoso título de un famoso autor: ¿por qué no probar la libertad?

Señor presidente, escúchenos. Sé que sus asesores más cercanos le dirán que no lo haga, pero, finalmente, uno de los dramas del poder es que usted, finalmente, está solo. Solo con su conciencia. Finalmente, es esta última la que tiene que escuchar.

Usted juega el papel, aunque no lo haya buscado, de ser una esperanza. Eso no es raro en una Argentina bipolar que siempre cae tan bajo. El autoritarismo de los conservadores. El golpe del 30, casi nazi. El ascenso del Mussolini argentino. El peronismo sin Perón del 56 en adelante. El golpe del 66, con toda su rudeza. Las guerrillas que ya se estaban preparando. La guerra de los 70, con la corrupción, bajeza y banalidad del gobierno de Isabelita. El golpe del 76. La guerra sucia. Su tristísimo final. Pero ahora, escuche más: el Alfonsín cuya economía no le deja terminar su mandato. El Menem que sigue con el gasto público, la deuda pública y la presión impositiva. Su enorme corrupción. Y de vuelta, la esperanza democrática. El gobierno de la Alianza. Que sigue, sin embargo, con lo mismo. La explosión de la deuda pública y la deuda externa. El default. Otra vez, el tristísimo final, y lo que sigue es tan sencillamente horroroso que no quiero, ni hace falta, que se lo recuerde.

Usted tiene ahora dos alternativas. O dentro de algunos años es uno más en esta lista de fracasos, o pasa a la historia como el estadista que quiere ser.

Yo, Señor Presidente, no soy nadie como para explicarle de política concreta. Yo jamás podría haber hecho lo que usted hizo: vencer al kirchnerismo en las elecciones. Jamás. Soy sólo un profesor de filosofía, pero me atrevo a seguir porque sé distinguir entre el corto y el largo plazo.

A corto plazo está haciendo lo que puede y lo que pudo. Pero permítame hablarle del largo. Si, sé que es un largo camino, pero es usted el presidente.

Usted sabe perfectamente que el gasto no puede seguir como está. Lo sabe en su conciencia, aunque mucho no lo pueda decir. Usted sabe que no puede emitir moneda para financiarlo. Usted sabe que no puede elevar más la presión impositiva. Y usted sabe que, según fuentes serias, la deuda pública llega en estos momentos a 293.789,3 (¿importa que sea 790) millones de dólares.

Usted no confía en nosotros porque lo han convencido de que somos unos locos e insensibles que en lo único que pensamos es en echar a todo el mundo a la calle. No. No es verdad, aunque injusto es que los argentinos en general miren bien a los que engañan sumando al estado la desocupación real de la economía en subdesarrollo. Pero no se trata de echar gente y que luego le incendien la Casa Rosada. Aunque, recuerde, a De la Rúa se le incendió. Nunca lo olvide.

Por favor le pido que piense en las funciones del estado. Usted tiene más o menos unos 35 organismos, entre ministerios y secretarías, sin contar las sub, sub y sub y etc. Tiene todo ello porque cree que todo ello es necesario. Ha sacado a los corruptos y ha puesto a gente honesta, pero cree que todo ello es necesario. No. Si usted sabe cómo funciona una economía de mercado y una sociedad libre, y creo que lo sabe, usted puede quedarse con una Secretaría de Hacienda y un Ministerio de Relaciones Exteriores. No mucho más.

Todo lo demás, usted lo puede eliminar. Y al mismo tiempo, eliminar todas las legislaciones y reglamentaciones que esos organismos se encargan de controlar. Piense en todo el gasto que se reduciría ipso facto. Piense en todos los impuestos que podría bajar y eliminar, comenzando con el de la renta. ¿Y qué sucedería? Que todos los emprendedores de los que usted siempre habla, quedarían libres para emprender todas esas funciones, que burócratas detrás de sus escritorios creen que pueden ejercer cuando, claro, no tienen nada que perder.

Al mismo tiempo, formalizaría ipso facto a todos esos sectores carenciados que no pueden pasar a la economía formal porque esas reglamentaciones y organismos se lo impiden.

Así sí, a mediano plazo, las cuentas públicas podrían comenzar a reordenarse. ¿Y los empleados públicos? Mantenga a todos los de planta, aunque no vayan a ejercer funciones. Déjelos si es necesario tres años cobrando sus sueldos, mientras amortiza las cuentas públicas con el ahorro que implica todo el conjunto de medidas anteriores. Las cuentas dan. Reúnase con los directores de la Fundación Libertad y Progreso (Agustín Etchebarne, Aldo Abram, Manuel Solanet) y haga las cuentas. Dan. Porque no es sólo cuestión de calculadora, sino de concepción del estado.

¿Y las provincias? Olvídese de la coparticipación. Prepare una reforma de mediano plazo. Las provincias no deben depender más de Nación. Pero no todas las provincias son económicamente auto-sustentables. Divida al país en 6, no muchas más, regiones administrativas autosustentables, que comiencen a financiarse solas, y suspenda toda relación económica entre Nación y Provincias. El estudio fue hecho por Roberto Dania y Constanza Mazzina en el 2008. Será la primera vez, además, que habrá un federalismo genuino, con gobernadores realmente autónomos del poder ejecutivo nacional.

Y el estado no tiene por qué dejarse de ocupar de salud, educación y seguridad social. Sencillamente, una vez hecha esta transformación, delegue todo ello en las seis regiones mencionadas. No tiene por qué ponerles un nombre, son sólo regiones administrativas. Y desregule totalmente al sector privado en materia de salud, educación y seguridad social. O sea, des-monopolice, quite las regulaciones nacionales, abra al país a la diversidad, tan nombrada, y tan poco practicada en un país monopólico y unitario.

Y hable con la CGT. Usted sabe cómo, yo no. Pero explique ante la opinión pública que nuestro sistema sindical es el de la Italia Fascista de Mussolini. La gente no lo sabe. Vaya, dígalo, explíquelo. Y elimine el sindicato único por actividad.

¿Le parece mucho? Creo que es poco, pero si no, usted sabe cuál es la alternativa. Usted puede seguir con todo como está, y puede ser que los organismos internacionales le sigan prestando. Como si la escasez no existiera. Pero usted sabe, en conciencia, en esa conciencia a la que estoy apelando –jamás podría apelar, por ejemplo, a la de una nueva senadora muy conocida- que ello no es posible. Si usted no hace estas reformas estructurales de fondo, va camino al default. Tal vez no ahora, pero sí dentro de unos años. Lo sabe, lo sabe perfectamente. No hay salida. Se le acabarán los dólares, terminará en el control de cambios, será como Kicillof pero le terminarán diciendo Macrillof. ¿Quiere usted eso? ¿No? ¿Y entonces?

Señor presidente, hay una diferencia entre un simple político y un estadista. El político sigue a la opinión pública, el estadista, en cambio, la cura. Le hace una especie de terapia social, y eso sólo se logra con auténtico liderazgo moral e intelectual. Mandela, Gandhi, educaron a su pueblo. No fueron demagogos, ni siguieron lo que todos pedían, ni engañaron: tenían un norte, sabían a donde iban, tenían un sólido fundamento moral y lo supieron decir. Su decir fue resultado de su ser, y no al revés, como le recomiendan algunos. Señor presidente, sea estadista. Mire para adelante, mire al largo plazo, y entonces sabrá AHORA qué hacer y cómo decirlo.

La verdad, no creo, en mi interior, que nada de esto suceda, pero sí creo que tenía que decirlo. Mientras tanto, no estoy desilusionado, porque yo no me ilusioné con usted. Seguiré con mi docencia, en la Argentina de siempre, con sus males de siempre, si es que un piquete no me mata antes o algún otro joven idealista no me pone otra bomba. Pero qué hermoso sería que me sorprendiera. No por mí: sorpresas, casi todas buenas, me dan mis alumnos. Pienso en la extrema pobreza, en las zonas más subdesarrolladas, en los niños desnutridos del Chaco y de 3 km a mi redonda. Contrariamente a la mayoría de los argentinos, sé que el mercado, para ellos, no es lo que sobra, sino lo que les falta. Vamos. En Venezuela ya no estamos. Gente honesta ya tenemos. Vamos. Sólo falta visión. La suya. La argentina sigue siendo presidencialista.

No hay otra salida.

Su liberalote amigo

 

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor titular, de Epistemología de la Comunicación Social en la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor de la Escuela de Post-grado de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor co-titular del seminario de epistemología en el doctorado en Administración del CEMA. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Fue profesor Titular de Metodología de las Ciencias Sociales en el Master en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE, y miembro de su departamento de investigación.

¨El que apuesta al dólar pierde¨

Por Alejandro A. Tagliavini. Publicado el 24/1/17 en: http://www.atlas.org.ar/index.php?m=art&s=2836

 

Antes que nada, debe quedar claro que adivinar el futuro no entra en las capacidades de los humanos, de modo que nadie tiene certeza del valor que tendrá el dólar hacia fin de año, pero sí se puede describir una tendencia cuando aparece con tanta claridad. También cabe aclarar que, dada la “incertidumbre Trump”, al hablar de la divisa estadounidense quizás deberíamos más bien pensar en otras “monedas duras” que podrían tener mejor desempeño como el franco suizo o el euro.

 

Hecha la aclaración, digamos que el déficit fiscal cerró en el 4,6% del PIB en 2016 y el Gobierno festeja porque estaría debajo del 4,8% proyectado y porque asegura que cumplirá con la meta del 4,2% para este año. Pero Agustín Etchebarne asegura que al 4,6% de déficit primario, habría que sumarle 1,3% de ingreso por única vez del blanqueo -comprometido para gastar pagando deuda a jubilados- y habría que sumar también los intereses de la deuda que suman casi 2,4% del PIB con lo que el déficit real es de 8,3%, mayor que el 7,1% de 2015.

 

En cualquier caso, según los cálculos de varios especialistas, como venía el año el déficit debería haber cerrado en el 3,5% con blanqueo y 4,4% sin él. O sea, que llegar al 4,6% de déficit -con blanqueo- supone que el gasto creció 60% en diciembre. Es decir, la tendencia es hacia el desboque y el gobierno noprevé realmente ajustarse. Por el contrario, Dujovne insiste en hacer el gasto más “eficiente” y en que, buena parte del “costo argentino” es culpa del sector privado que tiene que ajustarse porque “no van a desfinanciar al Estado”.

 

Para avanzar en el mejoramiento fiscal, el Gobierno apuesta a que este año el PIB crezca entre el 3 y el 4%, pero todo indica que no ocurrirá sencillamente porque este gasto que viene aumentando es parasitario del sector privado, que es el único que realmente produce y que, así las cosas, se achicará.

 

De modo que el déficit va camino de aumentar estrepitosamente y deberá cubrirse con más inflación, ya sea emisión monetaria directa, Lebacs u otro tipo de endeudamiento estatal que provoca inflación, entre otros motivos, porque toma fondos que, en consecuencia, no son dirigidos a aumentar la producción induciendo la baja de precios. Frente a este panorama, la meta del BCRA de una inflación de 17% sería fuertemente superada.

 

Ahora la autoridad monetaria, confiando en la baja de la inflación, mantuvo la tasa de referencia, pero rectoró la de las Lebac lo que impactó en que la tasa de plazos fijos a 30 días que quedó en 17,74%, según informó el BCRA, o sea 1,48% mensual cuando la inflación esperada para enero es del 1,8% según el Relevamiento de Expectativas Monetarias (REM) que realiza el BCRA entre 50 consultoras. Así el plazo fijo ya rinde menos que la inflación esperada. El fenómeno se alinea con la baja de todas las tasas del sistema financiero.

 

De modo que muchos inversores que dejaron el dólar para volcarse a las Lebacs y plazos fijos podrían volver a dolarizar las carteras,por ejemplo, a través de las Letes, o yendo directamente al dólar a falta de inversiones productivas rentables en un país con tan alto “costo argentino” liderado por la presión fiscal, aunque el gobierno crea que es liderado por el sector privado.

 

Ahora, vamos al comportamiento del dólar en particular. Dado el costo argentino la cotización actual a $16,10 es muy seductora y la prueba está en las larguísimas colas de argentinos que van a Chile, Paraguay e, incluso, Bolivia y Uruguay para hacer compras. Considerando que, en 2016, la inflación fue de 40%, la divisa de EE.UU. debería cotizar cerca de los $19,50 y, si no lo hizo,básicamente fue por las Lebacs, y la entrada de algunos dólares por la toma de deuda y el blanqueo, cosas que van camino de acotarse.

 

Por otro lado, el “dólar convertibilidad» -las reservas del BCRA en relación al circulante- arroja un valor de $21 sin tener en cuenta a las Lebacs que, pueden engañar a la opinión pública, pero no al mercado en donde funcionan como efectivo circulante y cuya impresión durante 2016avanzó 90%, comparado con el 35% de los billetes. Aunque, en rigor, el “dólar convertibilidad” es más bien sicológico porque el precio real de la moneda dura -como todo precio- viene dado por la oferta y demanda.

 

Según el REM, el dólar cotizaría a $18,50 en diciembre con lo que la devaluación del peso sería del 17% contra una inflación que proyecta en 21%. Demasiado optimista, en mi opinión, dada las tendencias que hemos visto que empujarían tanto a la inflación como al dólar con mucha más fuerza.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

The State of Liberty in Argentina:

Entrevista a Alejandro Chafuén: Publicada el 23/1/15 en: http://www.insideronline.org/blogarchive.cfm?month=1&year=2015&blogid=19960A09-5056-B712-666768A9536D3252&mkt_tok=3RkMMJWWfF9wsRolvajIZKXonjHpfsX57uUkW66ylMI%2F0ER3fOvrPUfGjI4ETsFmI%2BSLDwEYGJlv6SgFQrLBMa1ozrgOWxU%3D

 

As the scandal over the shooting of Alberto Nisman unfolds, we ask Alejandro Chafuen about the circumstances facing the pro-liberty movement in the country. Chafuen, a U.S. citizen who was born in Argentina, is the head of the Atlas Network, a nonprofit that supports the work of classical liberal think tanks and organizations around the world. Many of those groups operate in very difficult political environments.

InsiderOnline: What can you tell us about how Argentinian pro-liberty activists and organizations are responding to the crisis in their country?

Alejandro Chafuen: Argentine pro-liberty activists respond with a sense of awe and impotence. Unfortunately, many Argentine pro-liberty activists are divided and have been speaking mostly to themselves or to their foreign freedom activists, like you and me, rather than to their neighbors. So they do not have much political weight. Two exceptions are Agustin Etchebarne, leader of the think tank Libertad y Progreso, and Marcos Hilding Ohlsson, a city councilman in the San Isidro district. They have been marching and denouncing what is going on; most important, they are inclusive and strategic in their efforts. When the death of the prosecutor was announced, some of my friends at first were pointing at a potential cover-up, even accusing the main opposition leader, Mauricio Macri, who is head of the government of the city of Buenos Aires. Now there is a sense that the only ones who deserve major blame and scrutiny is the current national government and its Iranian allies.

IO: What should the Argentinian pro-liberty movement do now?

AC: We should be ruthless in exposing those who “deal with the devil.” There are always a sufficient number of multinationals and crony capitalists lining up to do business with crooked governments. And we should not speak with general statements; we should name names. In Argentina, for every Shell, whose CEO has consistently defied the government, there are many Chevrons, ready to do business with the government. Argentines now have proof about how their government and the Iranians play a double game—one “official”pour la gallerie, and the other, behind the table.

In the short term we should make a push for exposure and transparency, and seek independent investigations and removal of those responsible; but as culpability reaches the president, it will not be easy. I do not think they have the votes for impeachment. In the medium and long term, they will have to work better to build consensus seeking more internal and external allies.

It is amazing that coincidently the Obama administration is trying to cozy up to Iran and to oppose the sanctions recommended by the Congress. It gives Argentine pro-liberty activists the image that the United States is beginning to suffer from the same double speak and hypocrisy as Argentina.

IO: What can those outside the country do to help?

AC: Many international bodies are run by the representatives of crooked governments; some of us, especially those gathered at the Fundación Internacional para la Libertad (International Freedom Foundation) headed by Nobel Laureate Mario Vargas Llosa, have been drafting plans to create a shadow international court that would help tell the world how honorable and learned civilized leaders see the abuses—and not only in Argentina, but in Cuba, Venezuela, and the rest of the Americas. We need something similar for the world. Bodies such as the Organization of American States, the United Nations, and the World Economic Forum have failed to promote transparency.

We have many, many political prisoners in Latin America. I have written about Leopóldo López and the courageous Venezuelan students. I have also written about how CEDICE continues to work for freedom in Venezuela despite a terrible environment and constant threats. International support from pro-liberty groups in the United States is essential. It helps strengthen not only the ideas but even the spiritual drive of pro-liberty activists.

 

Alejandro A. Chafuén es Dr. En Economía por el International College de California. Licenciado en Economía, (UCA), es miembro del comité de consejeros para The Center for Vision & Values, fideicomisario del Grove City College, y presidente de la Atlas Economic Research Foundation. Se ha desempeñado como fideicomisario del Fraser Institute desde 1991. Fue profesor de ESEADE.

Un egresado de una universidad pública cuesta 60.000 dólares. Es más barato en la privada más cara.

Por Martín Krause. Publicado el 11/9/14 en: http://bazar.ufm.edu/un-egresado-de-una-universidad-publica-cuesta-60-000-dolares-es-mas-barato-en-la-privada-mas-cara/

 

Amo a la UBA. Me gradué y soy profesor en esa universidad. Es mi casa. Pero que un egresado cueste 45.000 dólares es un escándalo. El promedio nacional es de 60.000 dólares, peor aún. En la Universidad Patagonia Austral el costo llega a los 424.408 dólares !!!. Sería más barato para los contribuyentes mandarlos a la Universidad de San Andrés, que tal vez sea la universidad privada más cara del país.

Esto aparece en este artículo que comenta un estudio de Alieto Guadagni para el Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA),donde se señala además que el 44% de los alumnos en universidades públicas aprueba una materia por año. Y esto no por el tremendo grado de exigencia. Además, si hay algo en los que han insistido y logrado los centros de estudiantes en los últimos años es en tener más fechas de exámenes y más oportunidades para promocionar o aprobar una materia como alumno regular.http://www.lanacion.com.ar/1724763-bajo-rendimiento-en-las-universidades-nacionales

Es cierto que generar egresados no es la única tarea que las universidades cumplen pero también que se esa función se lleva casi todo el presupuesto.

Dice la nota:

“Si sumamos los estudiantes que después de un año no aprobaron ninguna materia y los que apenas aprobaron una materia, llegamos a la conclusión de que 44 de cada 100 estudiantes universitarios nacionales no llegaron siquiera a aprobar dos materias después de un año”, resume Guadagni.

En los albores del cepo al dólar, impuesto por la presidencia de Cristina Kirchner en 2011, cuando la moneda norteamericana se cotizaba a $ 4,14 promedio, el presupuesto total ejecutado por las 40 universidades nacionales fue de $ 18.829 millones o US$ 4548 millones.

En ese mismo año, entre las 40 universidades nacionales se graduaron 70.370 estudiantes. “Si se divide este presupuesto de US$ 4548 millones por la cantidad de graduados de las 40 universidades nacionales, tenemos un valor de US$ 64.633 por graduado”, señala Guadagni.

En la Universidad Patagonia Austral se graduaron 103 alumnos en 2011, con un costo de US$ 424.408,63 por estudiante. Le siguen San Juan (US$ 228.064,78) y Tres de Febrero (US$ 221.175).

La mejor relación costo-egresado se vislumbra en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (US$ 24.480), Rosario (US$ 32.220), Nordeste y la UBA (US$ 45.000, aproximadamente).

“La Universidad Patagonia Austral tiene un presupuesto por graduado que es 17 veces mayor que el de la Universidad de Lomas de Zamora”, puntualiza Guadagni, al advertir que en la primera casa de estudios “el 56,9% de los estudiantes no aprobó más de una materia tras un año de estudios, mientras que en el establecimiento del conurbano la cifra es de apenas 23,7%”.

Un artículo de Agustín Etchebarne que acompaña la nota señala que, en todas las universidades nacionales, hay más de 483.029 alumnos en esa condición. Sostiene:

“Ya es momento de recuperar un mínimo de sentido común en este debate. Se deben restablecer los exámenes de ingreso, otorgando un curso de nivelación para quienes no logren aprobarlo, pero sin permitir el ingreso a quienes no lleguen a superar un nivel determinado.

Dado que las universidades nacionales son pagadas por todos los contribuyentes, es razonable exigir a los alumnos que aprueben un mínimo de cinco a seis materias por año con un promedio superior a 7 (siete).”

Este tipo de requisitos son comunes en casi todos los países donde las universidades son gratuitas”.

 

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

Argentine Ruling Rocks The Sovereign Debt Market

Por Alejandro A. Chafuén. Publicado el 2/7/14 en: http://www.forbes.com/sites/alejandrochafuen/2014/07/02/argentine-ruling-rocks-the-sovereign-debt-market/

The recent decision by the U.S. Supreme Court to let stand a ruling by New York District Court Judge Thomas Griesa could have a major impact in the world economic scene. The ruling favors Argentine creditors and it requires the Argentine government to pay the debt owed to bond holders who did not agree to the terms offered in a previous partial settlements (the “holdouts”). The continued effort of the Argentine government to fight the ruling is based on its lack of understanding of how independent courts operate.

Seven years ago, during a trip to Peru, I had the privilege of spending four days attending programs with Justice Antonin Scalia. It was the first time that a Supreme Court justice had gone to Peru. During his presentation, a panel discussion with some of the highest authorities of the Peruvian judiciary, Scalia said: “During my entire career as a federal judge and Supreme Court justice, which now spans 26 years, never once, never once was I was approached by someone from the executive or the legislative power to try to exert influence in a case that was before me in one of my courts.”

A journalist interviewed me at the end of Scalia’s visit and asked me what impressed me most about his lectures. I repeated the above story and the journalist said to me: “It must be difficult to find a man with the integrity of Scalia.” Sure, it is difficult to find human beings like Scalia, but the journalist mistakenly thought that the independence of the judiciary in the U.S. was a matter of one person, not an institutional trait. Peru’s judiciary is not noted for its independence.

The notion of an independent judiciary that would constrain the government is even rarer in Argentina. In the World Rule of Law Index, Argentina scores a dismal 0.35 out of 1 in the category: Limits to the Government by the Judiciary. Peru does not score much better, only 0.45, but is moving in the right direction.

As for most of its tenure, the Argentine government presided by Nestor and Cristina Kirchner saw a judiciary system mostly subservient to government interests. Because of this it is natural that they would think the U.S. courts could also be manipulated. The Argentine government and negotiators don’t understand that U.S. federal courts are still independent. The politicization of the nomination process in the U.S. has not lead to the direct manipulation of the highest courts.

A few weeks ago, before the ruling, and as a last ditch effort, the Argentine government sent a delegation to lobby the Obama administration and theWashington-based international bureaucracies. They asked them to “intervene” on behalf of the Argentine government. It proved futile. After the ruling, which recognized the rights of the creditors, the first official response from the Argentine government was to publish a one page advertisement in the Wall Street Journal attacking the decision of the judge.

Other countries are watching this battle. In Peru there is more willingness to play by the rules. José Luís Sardón, one of the main hosts of Scalia’s trips to Peru, spent most of his academic life as an intellectual entrepreneur in the area of law. His law department, at the Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, has acted as a high-level, non-politicized legal think tank. Sardón produced a journal, Revista de Economía y Derecho, which has been elevating the discourse on legal and juridical matters in his country. Unlike the Argentines, who were recently greeted with “bad” news, Peruvians were greeted with the refreshing news that the Peruvian Congress had approved the appointment of Sardón to the highest court of the land.

The end result of the Argentine debt dispute is not certain. Agustín Etchebarne, executive director of Libertad y Progreso in Argentina, and with ample experience in the investment world, believes that, in the end, Argentina will negotiate with the holdouts. The clock started ticking, and if it does not reach an agreement by the end of July, it will likely default. Complying with the law might not be as costly as the Argentine government assumes. The latter fear that if they offer a better deal to the holdouts, the deal has to be offered to the 92 percent who have agreed to worse terms. Etchebarne believes that since the government is not offering to pay, rather it is being forced to pay, that “it is not clear that judges will rule in favor of the other creditors.”

Steve Hanke, a senior fellow at the Cato Institute, and a professor at Johns Hopkins University, stressed that Argentina needs to create a positive shock. Complying with the ruling should reduce the country’s risk and send signals to the world that Argentina is again open to true, not just crony, business. Etchebarne adds that from the energy to the agricultural sectors, and many others, there are abundant opportunities for investments in Argentina. Complying with the ruling might benefit the development of a healthier Argentinean economy in the near future.

Although it is hard to be optimistic about Argentina, the future of countries are not sealed. During the late 1980s, respected Latin American analysts were forecasting the disintegration of Peru as a nation. There is still much to improve in Peru but its country default risk runs today at 1.3 percent compared to 14.6 percent for Argentina.

The Argentine government might portray the hedge fund owners that represent most of the holdouts as greedy vultures, but few have been more voracious than the Argentine government authorities. They have speculated that their use of their arbitrary powers will allow them to continue with their practices with almost total impunity. It is the poor of Argentina who have paid the price for government policies that have taken their country to the lower places in the rule of law rankings. If the Argentine political and media pressure would have been able to sway a U.S. federal court it would have set an awful precedent and would have unleashed an increase of similar practices by other countries. On the other hand, the Supreme Court’s decision to let stand Judge Griesa’s ruling will make it more difficult for other countries to restructure its debts in an arbitrary and unjust manner. It should also lead to an improvement of the legal frameworks governing defaults by sovereign countries.

Alejandro A. Chafuén es Dr. En Economía por el International College de California. Licenciado en Economía, (UCA), es miembro del comité de consejeros para The Center for Vision & Values, fideicomisario del Grove City College, y presidente de la Atlas Economic Research Foundation. Se ha desempeñado como fideicomisario del Fraser Institute desde 1991. Fue profesor de ESEADE.