La inconveniencia de la pauta oficial

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 10/5/23 en: https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-inconveniencia-de-la-pauta-oficial-nid10052023/

Hace un tiempo, un diplomático retirado organizaba como dueño de casa reuniones en torno a una mesa muy bien servida a efectos de debatir sobre diversos temas de actualidad. Además de los aspectos gastronómicos atractivos, al contrario de lo que suele ocurrir en reuniones sociales, donde el tartamudeo es habitual, en este caso la condición era que cada uno hablara brevemente por riguroso turno sin interrupciones. En uno de esos encuentros el tema fue la libertad de prensa, oportunidad en que un destacado editor de un diario de nuestro medio se quejó amargamente sobre lo que, estimaba, era una discriminación inaudita a su periódico por parte de la agencia oficial de noticias.

Cuando me tocó el uso de la palabra, manifesté que el tema no consiste en criticar la habitual distribución de la pauta oficial por razones políticas, sino en eliminar Télam, entidad de raigambre fascista creada por Perón en 1945 para domesticar al periodismo independiente (una redundancia, pero dado lo que venimos consignando vale el pleonasmo). Afortunadamente, en esa ocasión mutó la conversación en línea con la liquidación de entidades de esa naturaleza para navegar en un sistema compatible con una sociedad libre, lo cual fue, entre otros comensales, también suscripto por otro conocido periodista presente.

En este contexto, igual que ocurre en los países civilizados, cuando el gobierno tiene algo que decir lo hace público en el Boletín Oficial y vía conferencia de prensa o se opta por la tercerización. La libertad de prensa constituye una garantía fundamental en el sistema republicano, donde se apunta a la estricta limitación al poder. La crítica al poder político es parte medular de la sociedad libre, junto con todo lo que el opinante considere que debe ventilarse. Lo contrario, la cerrazón decretada por los mandones del momento, es característico del espíritu totalitario. La protección al cuarto poder resulta vital también para aprender en el curso de debates abiertos, ya que, como nos ha enseñado Karl Popper, el conocimiento tiene la característica de la corroboración provisoria. Por eso es tan ilustrativo del lema de la Royal Society de Londres: nullius in verba: no hay palabras finales.

En nuestro medio viene ocurriendo un proceso de suma gravedad que afecta de lleno a la libertad de prensa. Como es sabido, en un ámbito de libertad cada propietario hace lo que estime pertinente en su espacio sin que medie regulación de ninguna naturaleza que pretenda administrar lo que pertenece a cada cual. Pero hoy hay medios que aparecen camuflados como privados aunque al ser alimentados por pautas publicitarias colosales son, en verdad, estatales, con lo cual lo que hacen y deshacen se torna en censuras, con el disfraz de “privado” para contar con la facultad de dejar sin efecto programas y voces en nombre del derecho de propiedad. Es una grosera cosmética que apunta a disimular el ataque a la libertad de prensa.

Cabe subrayar que debieran liquidarse todos los medios radiofónicos, televisivos y gráficos pertenecientes al Gobierno, puesto que, además, implican un derroche de los siempre escasos recursos, como ocurre en todas las mal llamadas “empresas estatales”, una contradicción en los términos, puesto que una empresa supone asumir riesgos con el propio patrimonio, y no a la fuerza con el de otro, que necesariamente se destina a fines distintos de los que habría elegido la gente si hubiera tenido la oportunidad de disponer del fruto de su trabajo. Decimos además, puesto que en el caso que nos ocupa se lesiona la libertad de prensa, convirtiéndola en un mecanismo de control político para atender los caprichos de quienes ocupan cargos en monopolio de la fuerza.

Todos los políticos inescrupulosos se hacen de estas herramientas estatistas para alentar sus campañas electorales y transmitir apoyos que de otro modo no tendrían. Son caraduras que mantienen una supuesta parla republicana y, tras bambalinas, arremeten contra todo vestigio de decencia y limitación al poder en una andanada a contramano de la libertad de prensa.

No caigamos en el consabido error garrafal de sostener que no se puede privatizar. En mi libro Maldita coyuntura –donde sugiero debates de fondo y no meras descripciones circunstanciales– transcribo un texto extraordinario de los marxistas de la revuelta del mayo francés, escrito en grafiti por todos lados: “Seamos realistas, pidamos lo imposible”. Y las izquierdas, en verdad, son realistas, puesto que de tanto pechar con sus ideas logran marcar agendas, al contrario de lo que hacen no pocos de los supuestos defensores de la libertad, que son timoratos y se adaptan a lo “políticamente correcto”, con lo que se pierde la batalla cultural.

Afortunadamente pasaron los tiempos del Index Expurgatorius, en el que papas pretendían restringir lecturas de libros, pero hoy irrumpen en la escena comisarios que limitan o prohíben, lo cual, al decir del decimonónico Richard Cobden, en última instancia “son impuestos al conocimiento”. La formidable invención de la imprenta por Pi Sheng en China y la contribución extraordinaria de Gutenberg no han sido del todo aprovechadas, sino que, a través de los tiempos, se han interpuesto cortapisas de diverso tenor y magnitud, pero en estos momentos han florecido (si esa fuera la palabra adecuada) megalómanos que arremeten con fuerza contra el periodismo.

Esto ocurre debido a la presunción del conocimiento de gobernantes que, sin vestigio alguno de modestia y a diferencia de lo sugerido por Einstein en cuanto a que “todos somos ignorantes, solo que en temas distintos”, se autoproclaman sabedores de todo cuanto ocurre en el planeta, y se explayan en vehementes consejos a obligados, obsecuentes y serviles escuchas en imparables verborragias.

En una sociedad libre no hay “delitos de prensa”; hay delitos, del mismo modo que no hay delito de pistola o delito de cuchillo, sino que se puede cometer delito vía estas armas, el delito eventualmente puede cometerse a través de la prensa, como cuando se hace la apología del delito, por ejemplo, invitando a que “se asesine a los rubios”, lo cual abre la posibilidad a que algún rubio acuda a la Justicia en su resguardo, la que se pronunciará sobre el caso o las calumnias, agravios e injurias que los estrados judiciales estimen punibles. En parte, es lo que se conoce como la controvertida y a veces manipulada “doctrina de la real malicia” iniciada en Estados Unidos (real malice) con el caso New York Times vs. Sullivan en 1964, figura incorporada por la Corte Suprema de Justicia argentina con suerte dispar. El contrapoder o Poder Judicial en un sistema republicano tiene siempre la última palabra.

Viene muy al caso reproducir una cita de la obra clásica de John Bury, Historia de la libertad de pensamiento: “El mundo mental del hombre corriente se compone de creencias aceptadas sin crítica y a las cuales se aferra firmemente […] Las opiniones nuevas son consideradas tan peligrosas como molestas, y cualquiera que hace preguntas inconvenientes sobre el porqué y el para qué de principios aceptados es considerado un elemento pernicioso”.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

Proteccionismo y monopolios

Por Gabriel Boragina. Publicado en: http://www.accionhumana.com/2023/05/proteccionismo-y-monopolios.html

‘’Nadie, en su sano juicio, consumiría más recursos propios para producir unos bienes que puede comprar consumiendo menos recursos. Las tarifas o cuotas que no se establecen con fines fiscales, sino con el objeto de proteger (fomentar) alguna actividad industrial o agrícola, necesariamente causarán desviación antieconómica de recursos’’[1]

A veces, muy a menudo (sobre todo en la actualidad) se disfrazan de fines fiscales lo que no son más que tarifas o cuotas que esconden objetivos confiscatorios, pero que, obviamente, los gobiernos no pueden tener la franqueza de llamarlos de ese modo, porque perderían apoyo popular y les jugaría en contra.

Si yo decidiera hacer mis propios zapatos para no tener que comprarlos al zapatero, la inversión que tendría que realizar en tiempo y dinero sería tan grande que no me quedaría tiempo ni dinero para satisfacer mis muchas otras necesidades. Realimente sería muy estúpido de mi parte preferir la primera opción a la segunda: comprar mis zapatos al zapatero, lo que en mi caso (que soy profesor y no zapatero), representaría lo más económico.

‘’Ello porque artificialmente se fomenta la utilización de recursos en actividades que, sin el estímulo de la protección, no podrían competir en el mercado por esos mismos recursos’’[2]

Se suele llamar también protección a la industria incipiente. Pero ello no significa que se aplique únicamente a activadas industriales. No es más que una forma de subsidiar a pseudo empresarios amigos del poder de turno.

Como todo subsidio sigue la ‘’lógica’’ de Robín Hood: quitarles a unos para darles a otros. Políticamente se le denomina también como ‘’’justicia social’’ que -en los hechos- no es más que quitarle a unos lo que les pertenece para darles a otros lo que no les pertenece.

Los recursos son obtenidos por el gobierno mediante la expoliación legal como la definía el genial Fréderic Bastiat. Hoy en día, es la política que siguen los ‘’estados benefactores’’ o ‘’de bienestar’’.[3]

‘’No olvidemos que el mercado es una continua subasta en la que los usos más rentables desplazan a los de menor prioridad, los menos rentables’’[4]

Más rentables significa de mayor ganancia y costos menores. Estos usos son prioritarios, porque precisamente satisfacen más necesidades que los demás. Entonces el mercado los prefiere.

Por el principio de que Los recursos son escasos y las necesidades ilimitadas, no todo puede hacerse al mismo tiempo. Ergo, las necesidades deberán ser cubiertas con un orden de prioridad, desde las más urgentes a los menos.

‘’El estímulo que brinda la protección necesariamente tiene que ser lo suficientemente grande para lograr adquirir aquellos recursos, en el mercado de recursos; y nótese que esos recursos tienen precio precisamente porque tienen otros usos’’[5]

La protección, en los hechos, le está otorgando un monopolio al protegido. Es lo se llama un monopolio de tipo legal o (también denominado) artificial como opuesto al natural o de mercado.

Los recursos se obtienen extrayéndoselos al resto de los competidores de los protegidos y -sobre todo- a los consumidores que, de no ser por la protección, no hubieran adquirido la producción de los protegidos.

‘’Ahora bien, si debido exclusivamente a alguna disposición artificial, la rentabilidad de la actividad protegida no aumentase lo suficiente como para poder desplazar del mercado de recursos a otras actividades, evidentemente el fomento no lograría su propósito. Lo cual significa que, paradójicamente, si logra su propósito, es antieconómico’’[6]

¿A quién se protege? Y, sobre todo ¿qué protege esta protección? Sin el ánimo de hacer un juego de palabras, está claro que protege a ciertos productores (amigos del poder de turno) de sus competidores, ya sean estos más o menos eficientes que los protegidos. En dicho sentido, la protección no es tal sino que se trata de un privilegio. Los protegidos son los particulares privilegiados del gobierno. El discurso político no dice esto, obviamente, sino que esgrime en su favor la ‘’defensa de los intereses nacionales’’.

‘’Impedir que las personas aprovechen las ventajas de las importaciones más baratas es como impedirles que aprovechen la ventaja de los nuevos inventos y métodos ahorradores de trabajo, como, por ejemplo, las lavadoras para evitarse trabajo, ahorrar tiempo y disponer de recursos para otras cosas; la telefonía para evitar mensajeros; la tubería para llevar agua; la luz que nos regala el sol y economiza electricidad; 29 y así, todo lo que libera recursos’’[7]

Todos estos inventos y muchos más hacen la vida más fácil a millones de personas, y la mayoría de ellos provienen de países industrializados que, a su vez, son industrializados gracias a los inventos. Es lo que hoy llamamos el desarrollo tecnológico. Si en esos países se prohibieran las exportaciones y en los demás lugares del planeta se hiciera lo mismo con las importaciones, la mayoría de los habitantes de los países menos industrializados vivirían en forma muy semejante a lo que lo hacían sus ancestros siglos atrás.

Cerrar el comercio exterior es una invitación al subdesarrollo. La tecnología es progreso y el progreso se da en distintas partes del mundo. El comercio libre permite que ese progreso llegue a lugares donde el progreso no existe o es lento.

‘’Como vimos anteriormente, la jurisdicción política de residencia del proveedor de bienes no justifica negar a nadie un beneficio tangible derivado de una importación’’[8]

El proteccionismo, que las teorías nacionalistas abogan para, como decía un ex ministro de economía argentino ‘’vivir con lo nuestro’’, significan (como se lo ironizó) ‘’vivir con lo puesto’’. De manera humorística –pero con razón- se le contestó que sus propuestas de cerrar las fronteras implicarían volver a la época del taparrabo, el arco y la flecha.


[1] Manuel F. Ayau Cordón Un juego que no suma cero La lógica del intercambio y los derechos de propiedad Biblioteca Ludwig von Mises. Universidad Francisco Marroquín. Edición. ISBN: 99922-50-03-8. Centro de Estudios Económico-Sociales. Impreso en Guatemala. Pág. 51

[2] Ayau Cordón M. F. Un juego que…ibídem pág. 51

[3] Ver nuestro libro La meta de la sociedad superior

[4] Ayau Cordón M. F. Un juego que…ibídem pág. 51

[5] Ayau Cordón M. F. Un juego que…ibídem pág. 52

[6] Ayau Cordón M. F. Un juego que…ibídem pág. 52

[7] Ayau Cordón M. F. Un juego que…ibídem pág. 52

[8] Ayau Cordón M. F. Un juego que…ibídem pág. 52

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE. Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero. Síguelo en  @GBoragina

Coparticipación fiscal y federalismo

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 6/5/23 en: https://www.infobae.com/opinion/2023/05/06/coparticipacion-fiscal-y-federalismo/

A lo largo de buena parte de su historia, en Argentina se declama sobre el federalismo mientras se aplica un férreo unitarismo

Dr. Martin Luther King, Jr

Dr. Martin Luther King, Jr

Vuelvo sobre este tema tal proclamado del federalismo y en la práctica tan renegado. Desde hace largas décadas que en nuestro país no hay vestigio de federalismo, se aplica un unitarismo de la peor calaña al efecto de domesticar a las provincias. En nuestras tierras, ya en el Virreinato la centralización era mayúscula. Luego en la Asamblea del año 13 y el 9 de julio vino aquello de las Provincias Unidas del Río de la Plata pero las constituciones del 19 y del 26 fueron unitarias. Durante la tiranía rosista el unitarismo llegó a extremos inauditos. Recién con la Constitución liberal de 1853/60 cambió el rumbo, para luego caer en las mismas de antaño con el golpes fascistas del 30 y del 43, situación que venimos arrastrando a los tumbos desde entonces a la fecha con agregados en legislaciones del 73 y el 80.

En nuestro caso no se estableció una confederación que otorgaría plena soberanía a las provincias con facultades de escisión pero el sistema federal si bien las concibe como parte de la república en su conjunto se concibieron como instancias autónomas tal como entre otros explica José Manuel Estrada. Pero como queda dicho, en medios argentinos se viene arrastrando un doble discurso digno de mejor causa. En buena parte de su historia y hasta nuestros días se declama sobre el federalismo mientras se aplica un férreo unitarismo.

En Estados Unidos se estableció un sistema federal luego de largos debates constitucionales entre los célebres textos publicados en diarios de New York por Madison, Hamilton y Jay bajo es seudónimo de Polibius y luego con los llamados antifederalistas, paradójicamente más federalistas que los federalistas encabezados por Bryan, Lee, Winthorp, Lansing y Gerry que desconfiaban aún más de las facultades del gobierno central y que tuvieron decisiva influencia en las primeras diez enmiendas constitucionales.

En todo caso como han apuntado juristas de la talla de Joseph Story, John Marshall y entre nosotros autores como Amancio Alcorta, Augusto Montes de Oca y Juan González Calderón, lo que se conoció como Los papeles federalistas inspiraron a los artífices de nuestra Constitución fundadora y fueron la base para el establecimiento de un gobierno con poderes limitados a la protección de derechos en el contexto de la igualdad ante la ley y no mediante ella como ocurrió en nuestro medio a partir del estatismo que nos invadió con los resultados lamentables por todos conocidos vía la destructora guillotina horizontal del absurdo y contra natura igualitarismo. Como se ha señalado la igualdad ante la ley está indisolublemente atada a la idea de Justicia de “dar a cada uno lo suyo” lo cual a su vez inexorablemente implica la propiedad privada como eje central del derecho junto con la vida y la libertad, puesto que aquella igualdad no significa que todos sean iguales para ir a un campo de exterminio, se trata del respeto recíproco a través de la Justicia.

Alexis de Tocqueville en La democracia en América consideraba a Los papeles federalistas como “un libro excelente que debiera ser familiar a los gobernantes de todos los países” y Gottfried Dietze en su formidable tratado The FederalistA Classic on Federalism and Free Government apunta que el trabajo de los federalistas estadounidenses constituyeron un ejemplo notable para el mundo libre, entre los cuales “cabe destacar el caso de la obra magistral de Alberdi en la organización de la República Argentina”.

En esta nota centramos la atención en el régimen federal como factor decisivo para la descentralización del poder, del mismo modo que en el orden internacional desde la perspectiva de la sociedad libre la única razón para la constitución de naciones es la de evitar el riesgo de concentración de poder que significaría un gobierno universal. Ese fraccionamiento del planeta a su vez permite que cada nación libre se fraccione en provincias o estados locales también divididos en municipalidades. No es para tomarse las fronteras en serio al bloquear o dificultar el comercio y los movimientos migratorios, es solo para lo que consignamos. A pesar de los graves avatares por los que atraviesa nuestro mundo, si se concentrara el poder en un gobierno universal tal como sugieren algunos autoritarios y algunas agencias internacionales de factura muy peculiar, la situación sería mucho más peligrosa de la que es.

En este contexto es que debemos cuestionar el fondo del tema de la coparticipación fiscal. Economistas como Ronald Coase, Harlod Demsetz y Douglas North nos han enseñado el valor de los incentivos. No se trata de malas o buenas personas, se trata del andamiaje de incentivos en cada cual. No es lo mismo la forma en que gastamos cuando nos debemos hacer cargo de las cuentas respecto a cuando se obliga a otros a hacerlo con el fruto de sus trabajos.

En este plano del debate se torna imprescindible revertir por completo la manía de los gobiernos centrales de recurrir “al látigo y la billetera” para manipular a las autoridades provinciales al antojo de las centrales. En nuestra propuesta sugerimos reconsiderar toda la legislación en la materia al efecto de hacer que sean las provincias las que coparticipen al aparato estatal de la capital de la República que estrictamente no es federal y va dejando de ser República. En este plano la coparticipación de marras debiera circunscribirse para alimentar las relaciones exteriores, la defensa y la Justicia a nivel nacional.

Como queda dicho, nuestros constituyentes tomaron como modelo la Constitución estadounidense que al aplicarse transformó las colonias originales en la experiencia más extraordinaria en lo que va de la historia de la humanidad, lo cual lamentablemente de un tiempo a esta parte se ha venido revirtiendo a pasos agigantados tal como lo destaco en detalle en mi libro Estados Unidos contra Estados Unidos. En todo caso en ese modelo los estados miembros competían entre sí en un contexto donde incluso se discutió en dos sesiones de la Asamblea Constituyente norteamericana no contar con un gobierno central lo cual no prosperó puesto que ello remite a una confederación y no un régimen federal.

En nuestro caso, dejando de lado inclinaciones feudales de algunos gobernadores en la situación que dejamos planteada cada una de las jurisdicciones estarán interesadas, por una parte, en que no se muden sus habitantes a otra provincia y, por otra, a la necesidad de atraer inversiones con lo que se verían impelidos a contar con impuestos razonables y, por tanto, en un nivel del gasto adecuado a esas circunstancias.

No es cuestión entonces de formular propuestas timoratas al pretender “una coparticipación más justa” sino, como queda expresado, a un cambio de sustancia empujado por incentivos de otra naturaleza al tiempo que se mantiene al gobierno central en brete pero que vía una legislación nacional establezca estricto límite al endeudamiento de las provincias. He aquí el genuino federalismo.

El sistema republicano se basa en cinco preceptos: la igualdad ante la ley, la división de poderes, la alternancia en el poder, la responsabilidad de los actos de gobierno frente a los gobernados y la transparencia de esos actos.

La antes aludida igualdad ante la ley, el respeto a las facultades del Legislativo para promulgar normas compatibles con el derecho, el Ejecutivo para administrar el respeto recíproco y el contrapoder Judicial para controlar la constitucionalidad junto con el cuarto poder de la libertad de prensa, la rotación en los cargos electivos, el sometimiento a la ley de los gobernantes lo cual se traduce en la terminante prohibición de la impunidad y la exposición pública de todos los actos de los representantes del aparato estatal. En algunas constituciones como la estadounidense y la original argentina no se menciona la expresión democracia sino que se alude a la república pues se estimaba que resultaba un término más apropiado e inclusivo respecto a los principios que son anteriores y superiores a la existencia misma del gobierno en cuanto a los derechos individuales. Hoy día lamentablemente en gran medida se ha reemplazado la democracia como forma de gobierno cuyo aspecto medular es el respeto a los derechos de los gobernados mutada por una cleptocracia, en las antípodas de lo reiterado por los Giovanni Sartori de nuestra época en cuanto a la necesaria limitación al poder. La cleptocracia hace caso omiso al aspecto medular de la democracia para circunscribirse a la sumatoria de votos al estilo de lo que hoy se entiende, por ejemplo, en tierras venezolanas, a saber gobiernos de ladrones de sueños de vida, propiedades y libertades.

Es imprescindible trabajar en la educación cuyo eje central es precisamente el respeto recíproco al efecto de sortear estos problemas graves. Es indispensable que cada uno, independientemente de a qué se dedique, contribuya a clarificar las ideas de la libertad y el consiguiente respeto recíproco en nuestro caso comenzando por el espíritu federal para lo cual es pertinente recordar lo dicho por Martin Luther King: “No me asustan los gritos de los violentos, me aterra el silencio de los mansos”.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

¿MAJUL VERSUS MILEI O ARGENTINA VERSUS MILEI?

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 24/4/23 en: https://gzanotti.blogspot.com/2023/04/majul-versus-milei-o-argentina-versus.html

 

Hay muchos comentarios, obviamente, sobre la entrevista de Majul, ayer, a Milei. 

Algunos están comentando que Majul estuvo injusto, ignorante, que no lo dejó hablar, etc. 

Me parece que no es el caso.

Desde un punto de vista hermenéutico, esto es, desde la teoría de la interpretación, Majul represente el horizonte típicamente estatista de gran parte del argentino promedio (si es que se puede hacer ese tipo ideal weberiano), de izquierda o de derecha, con todos sus preconceptos negativos sobre lo que pueda llegar a ser el liberalismo político y económico. Para colmo, Milei expresa a veces sus ideas in abstracto, sobre temas sensibles como educación, salud, armas, etc., ideas muy libertarias, que chocan gravemente con ese horizonte y con la mayor parte del periodismo argentino. Pero luego, cuando es candidado, distingue entre corto, mediano y largo plazo, y está muy bien. Pero las cosas se mezclan y en un reportaje esa mezcla aparece en el entrevistador.

Cómo responder de una manera corta y clara, desde un horizonte de precomprensión libertario, a un horizonte estatista, es casi una tarea imposible. La incomunicabilidad de paradigmas se da muchas veces de hecho, aunque pueda superarse; pero una entrevista televisiva es el peor de los escenarios. 

Milei estuvo muy bien. Estuvo paciente, calmado, hasta resignado. Pero Majul representa la perplejidad y el estupor de ese argentino promedio para el cual la eliminación del estado paternalista es un escándalo. Sus preguntas, además, fueron buenas desde su propia perspectiva. Lo más difícil para cualquier liberal no es el libre comercio del sexo de los ángeles, sino cómo reducirá el presupuesto en sectores para los cuales el argentino promedio es un drogadicto. Cómo reducir el deficit sin aumentar las tarifas es una excelente pregunta, o cómo hacerlo sin aumentar el desempleo que los austríacos llaman institucional, es otra. Interesante fue cuando Majul le dijo que no era «tan» liberal porque no quería aumentar las tarifas, como si ser liberal fuera igual a aumentar tarifas, esto es, como si la esencia del liberalismo pasara por «querer» que los precios fueran altos en relación al poder adquisitivo de los menos pudientes. ¿Cómo explicar al argentino estatista que lo que no paga en tarifas lo paga en inflación? ¿Cómo hacer para que el estatista vea, como Bastiat o Hazlitt intentaron, «ver lo que no se ve»?

Por suuesto, esto deja la pregunta abierta: si el argentino es en general estatista, ¿por qué sube la intención de voto de Milei? Esta es la pregunta del millón para el cual las respuestas son muy complejas y tal vez los encuestadores tengan algunas. ¿Los argentinos se han hecho más pro libre mercado? Que algunos se hicieron más pro, puede ser, pero pro-libre mercado? ¿Los que dependen de sueldos del Estado, de prebendas y privilegios del Estado, van a votar a Milei?

La respuesta pasa seguramente porque el voto, obviamente, no es racional en el sentido habitual del término. Están los factores emocionales de los que todos hablan. El voto castigo, el voto bronca, el voto anti-casta, el voto emocional porque la figura de Milei, emocionalmente, encaja con otro horizonte argentino, el del macho-alfa-salvador-de-la-patria. Lo que en otra entrada he llamado la carajeidad (https://gzanotti.blogspot.com/2022/05/una-mirada-filosofica-sobre-javier-milei.html )

Hasta el día de la votación, o tal vez mucho después, con resultados divididos según edad, sector, etc., no se sabrá bien cómo estará compuesto el voto a Milei. Pero entre los muchos problemas de gobernabilidad que enfrentará si gana, este factor cultural es clave. Si ganara, no sé si la razón será que  los argentinos se hayan hecho pro-mercado. La verdad lo dudo mucho, pero si me equivoco mejor. Mis dudas responden no sólo al convencimiento de que el marco cutural descripto es lamentablemente correcto, sino al 73% del Frejuli, el 54% de Cristina, el 48% de Alverso, y además: ¿cómo hará con la Unión Industrial Argentina? ¿Con los sindicatos? ¿Qué hará cuando Moyano le ponga todos sus camiones en la Plaza de Mayo por 72 hs o más? La argentina es de hecho corporativa, aunque su sistema constitucional no lo sea. No sólo hay que negociar con el Congreso, hay que negociar con los grupos de presión…………

La entrevista con Majul tiene la gran ventaja de hacernos ver claramente cuál es la perplejidad y el estupor «típicamente argentino» ante Milei. Eso plantea un dilema de gobernabilidad para el cual el voto emocional no es una respuesta. 

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor en las Universidades Austral y Cema. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Publica como @gabrielmises

Una cosa es la teoría y otra la práctica

Por Alberto Benegas Lynch (h) Publicado el 22/4/2en: https://www.infobae.com/opinion/2023/04/22/una-cosa-es-la-teoria-y-otra-la-practica/

Todo, absolutamente todo lo que hoy disponemos y usamos es fruto de una teoría previa, es decir, de un sueño, de un ideal, de un proyecto aún no ejecutado

Gustave Le Bon

Gustave Le Bon

Lo consignado en el título es repetido como una cantinela permanente. Tomado literalmente es una verdad de Perogrullo pero lo que en realidad se quiere decir es que la teoría no resulta relevante puesto que lo importante es la práctica. Pero resulta que las cosas son exactamente al revés. No hay acción sensata que no esté respaldada en una buena teoría, de allí lo dicho por Peter Drucker en cuanto a que “nada hay más práctico que una buena teoría”.

Hay dos planos de acción que es perentorio clarificar y precisar. Esta diferenciación de naturalezas resulta decisiva al efecto de abrir cauce al progreso. Constituye un lugar de los más común -casi groseramente vulgar- sostener que lo importante es el hombre práctico y que la teoría es algo etéreo, más o menos inútil, reservado para idealistas que sueñan con irrealidades.

Esta concepción es de una irresponsabilidad a toda prueba y revela una estrechez mental digna de mejor causa. Todo, absolutamente todo lo que hoy disponemos y usamos es fruto de una teoría previa, es decir, de un sueño, de un ideal, de un proyecto aún no ejecutado. Damos por sentado nuestros zapatos, el uso del avión, la televisión, la radio, internet, el automóvil, el tipo de comida que ingerimos, las medicinas a que recurrimos, los tipos de edificaciones, la iluminación, las herramientas, los fertilizantes, plaguicidas, la biogenética, la siembra directa, los sistemas políticos, los regímenes económicos etc. etc. Todo eso y mucho más, una vez aplicado parece una obviedad, pero era inexistente antes de concebirse como una idea de teoría en la mente de alguien.

Seguramente, en épocas de las cavernas, quienes estaban acostumbrados al uso del garrote les pareció una idea descabellada el concebir el arco y la flecha y así sucesivamente con todos los grandes inventos e ideas progresistas de la humanidad. En tiempos en que se consideraba que la monarquía tenía origen divino, a la mayoría de las personas les resultó inaudito que algunos cuestionaran la idea y propusieran un régimen democrático.

Los llamados prácticos no son más que aquellos que se suben a la cresta de la ola ya formada por quienes previa y trabajosamente la concibieron. Los que se burlan de los teóricos no parecen percatarse que en todo lo que hacen son deudores de ellos, pero al no ser capaces de crear nada nuevo se regodean en sus practicidades. Todo progreso implica correr el eje del debate, es decir, de imaginar y diseñar lo nuevo al efecto de ascender un paso en la dirección del mejoramiento. Al práctico le corren el piso los teóricos sin que aquel sea para nada responsable de ese corrimiento.

El premio Nobel Friedrich Hayek ha escrito que “aquellos que se preocupan exclusivamente con lo que aparece como práctico dada la existente opinión pública del momento, constantemente han visto que incluso esa situación se ha convertido en políticamente imposible como resultado de un cambio en la opinión pública que ellos no han hecho nada por guiar”. La práctica será posible en una u otra dirección según sean las características de los teóricos que mueven el debate. En esta instancia del proceso de evolución cultural, los políticos recurren a cierto tipo de discurso según estiman que la gente lo digerirá y aceptará. Pero la comprensión de tal o cual idea depende de lo que previamente se concibió en el mundo intelectual y su capacidad de influir en la opinión pública ordenada y gradualmente a través de sucesivos círculos concéntricos y efectos multiplicadores desde los cenáculos hasta los medios masivos de comunicación.

En todos los órdenes de la vida, los prácticos son los free-riders(los aprovechadores o, para emplear un argentinismo, los “garroneros”) de los teóricos. Esta afirmación en absoluto debe tomarse peyorativamente puesto que todos usufructuamos de la creación de los teóricos. La inmensa mayoría de las cosas que usamos las debemos al ingenio de otros, incluso prácticamente nada de lo que usufructuamos lo entendemos ni lo podemos explicar. Por esto es que el empresario no es el indicado para defender el sistema de libre empresa porque, como tal, no se ha adentrado en la filosofía liberal ya que su habilidad estriba en realizar buenos arbitrajes (y, en general, si se lo deja, se alía con el poder para aplastar el sistema), el banquero no conoce el significado del dinero, el comerciante no puede fundamentar las bases del comercio, quienes compran y venden diariamente no saben acerca del rol de los precios, el telefonista no puede construir un teléfono, el especialista en marketing suele ignorar los fundamentos de los procesos de mercado, el piloto de avión no es capaz de fabricar una aeronave, los que pagan impuestos (y mucho menos los que recaudan) no registran las implicancias de la política fiscal, el ama de casa no conoce el mecanismo interno del microondas ni de la heladera y así sucesivamente. Tampoco es necesario que esos operadores conozcan aquello, en eso consiste la división del trabajo y la consiguiente cooperación social. Es necesario sí que cada uno sepa que los derechos de propiedad deben respetarse para cuya comprensión deben aportar tiempo, recursos o ambas cosas si desean seguir en paz con su practicidad y para que el teórico pueda continuar en un clima de libertad con sus tareas creativas y así ensanchar el campo de actividad del práctico.

Desde luego que hay teorías efectivas y teorías equivocadas o sin un fundamento suficientemente sólido, pero en modo alguno se justifica mofarse de quienes realizan esfuerzos para concebir una teoría eficaz. Las teorías malas no dan resultado, las buenas logran el objetivo. En última instancia, como se ha dicho “nada hay más práctico que una buena teoría”. Consciente o inconscientemente detrás de toda acción hay una teoría, si esta es acertada la práctica producirá buenos resultados, si es equivocada las consecuencias del acto estarán rumbeadas en una dirección inconveniente respecto de las metas propuestas.

Leonard E. Read en su libro titulado Castles in the Air nos dice que “contrariamente a las creencias populares, los castillos en el aire constituyen los lugares de nacimiento de toda la evolución humana; todo progreso (y todo retroceso) sea material, moral o espiritual implica una ruptura con las ideas que prevalecen”. Las telarañas mentales y la inercia de lo conocido son los obstáculos más serios para introducir cambios. Como hemos señalado, no solo no hay nada que objetar a la practicidad sino que todos somos prácticos en el sentido que aplicamos los medios que consideramos corresponden para el logro de nuestras metas, pero tiene una connotación completamente distinta “el práctico” que se considera superior por el mero hecho de aplicar lo que otros concibieron y, todavía, reniegan de ellos los que, como queda dicho, hicieron posible la practicidad del práctico.

Como queda dicho, afirmar que “una cosa es la teoría y otra es la práctica” es una de las perogrulladas más burdas que puedan declamarse, pero de ese hecho innegable no se desprende que la práctica es de una mayor jerarquía que la teoría, porque parecería que así se pretende invertir la secuencia temporal y desconocer la dependencia de aquello respecto de esto último, lo cual no desconoce que la teoría es para ser aplicada, es decir, para llevarse a la práctica. Por eso resulta tan grotesca y tragicómica la afirmación que pretende descalificar al sostener aquello de que “fulano es muy teórico” o el equivalente de “mengano es muy idealista” (bienvenidos los idealistas si sus ideales son nobles y bien fundamentados, en este sentido, el presente artículo también podría haberse titulado “La importancia de los idealistas”).

Si se desea alentar el progreso debe enfatizarse la importancia del trabajo teórico y el idealismo, y no circunscribirse al ejercicio de practicar lo que ya es del dominio público. Por ello resulta tan estimulante el comentario de George Bernard Shaw cuando escribe que “Algunas personas piensan las cosas como son y se preguntan ¿por qué? Yo sueño cosas que no son y me pregunto ¿por qué no?”.

En política se suele decir que no resulta posible aplicar lo que aún no se ha entendido, por ende debe conformarse con una dosis menor de lo que resulta mejor lo cual para nada significa bajar la vara de lo que se estima es óptimo solo que resta tiempo para “educar al soberano”. Esa es la gran faena de los intelectuales: correr el eje del debate de los políticos vía la previa influencia en la opinión pública.

En este contexto resulta de gran interés subrayar la capacidad y unicidad de cada persona al efecto de desarrollar sus potencialidades en busca del bien y así contribuir a la formación de teorías adecuadas para ponerlas en práctica. Lo extraordinario del ser humano es que cada uno es único e irrepetible en el cosmos aún teniendo en cuenta los pastosos experimentos con la clonación ya que el aspecto central del hombre no son sus kilos de protoplasma sino su psique que no es susceptible de clonarse puesto que excede lo puramente físico. Como hemos escrito antes, si esto último no fuera así, si estuviéramos determinados por los nexos causales inherentes a la materia, no habría tal cosa como proposiciones verdaderas y falsas, ideas autogeneradas, ni la posibilidad de revisar los propios juicios y el mismo debate sobre el determinismo carecería por completo de sentido puesto que la argumentación presupone el libre albedrío.

Entonces, aquellas condiciones únicas, aquellos talentos, vocaciones y potencialidades que son característica exclusiva de cada uno, deben desarrollarse para ser esa persona especial que cada uno es. En la medida en que el hombre renuncia al cultivo de sus condiciones particulares en dirección a la excelencia para asimilarse a lo que piensan, dicen y hacen otros, está, de hecho, abdicando de su condición natural para convertirse en una impostura humana. El hombre masificado es, en definitiva, un aglomerado sin perfil propio, es un conjunto amorfo e indistinguible del grupo.

No puede escribirse sobre este tema sin recordar a Ortega y Gasset, a Gustave Le Bon y, antes que ellos, a los horrores de la masificación señalados por Jerome K. Jerome (The New Utopia de 1891), Yevzeny Zamyatin (We de 1921). También cabe recordar las obras de OrwellAlduous HuxleyDavid Reisman (The Lonely Crowd), C.S. Lewis (The Abolition of Man) y, más contemporáneamente, el trabajo de Taylor Caldwell (The Devil´s Advocate). Todos ellos desde ángulos distintos y explorando diversas avenidas, ponen de manifiesto preocupaciones múltiples de lo que ocurre cuando el hombre se deja deglutir por lo colectivo.

Esta renuncia a ser propiamente humano, esta falsificación de nuestra naturaleza, esta grosera adulteración de la única especie conocida que posee el atributo de ser libre, conduce por lo menos a tres efectos que colocan al hombre en el subsuelo más sórdido y lastimoso que pueda concebirse. En primer lugar, se pierde a sí mismo y, por ende, no saca partida de sus potencialidades en busca del bien y, de este modo, amputa sus posibilidades de crecimiento y realización personal. En segundo término, priva a sus semejantes de disfrutar de aportes y contribuciones que reducen el espacio para la cooperación social recíproca. Y, por último, al fundirse en el conjunto, estos sujetos se embarcan en andariveles que conducen a la búsqueda del común denominador: a lo más bajo y embrutecedor, a las frases hechas, al acecho de enemigos, a la envidia y el resentimiento para con lo mejor, a la ausencia de razonamientos, a los cánticos agresivos, en suma, a la barbarie que siempre capitalizan los megalómanos sedientos de poder, todo lo cual, de más está decir, constituye un peligro manifiesto para la privacidad de quienes conservan un sentido de autorespeto y dignidad.

En La psicología de las multitudes, Le Bon escribe que “en las muchedumbres lo que se acumula no es el talento sino la estupidez”. Cuando lo mencionamos a Ortega en esta nota, naturalmente teníamos en mente La rebelión de las masas, pero, a nuestro juicio, los mejores escritos de este filósofo se encuentran recopilados en El hombre y la gente. Allí dice que “La gente es nadie […] Hoy se diviniza lo colectivo […] la sociedad, tiende cada vez más a aplastar al individuo, y el día que pase esto habrá matado la gallina de los huevos de oro”.

Desde la más tierna infancia, muchas son las personas que reciben un insistente adoctrinamiento para huir de la idea de ser distinto y se inculca hasta el tuétano la necesidad de parecerse al otro. Se crea así un complejo que aleja las posibilidades de sobresalir y se crea un acostumbramiento a mantenerse a toda costa en la media.

En gran medida nos encontramos con que hay la obsesión por aparecer “ajustado” a las conductas y pensamientos de los demás, por tanto, a convertirse en un hombre impostado que, a fuerza de imposturas, se transforma en los demás. Esa es la raíz de las crisis existenciales: la pérdida de identidad. John Dos Passos -uno de los novelistas estadounidenses más destacados del siglo veinte- sugiere que se “consulte hoy a cualquier sociólogo sobre el significado de la felicidad en el contexto social y seguramente responderá que significa ser ajustado”. La felicidad ya no sería la plena realización, sino la uniformidad con los otros y en dejarse arrastrar y devorar por el grupo en caída libre a un bulto inidentificable, antihumano y degradado. El hombre así se convierte en una caricatura grotesca, como decimos, en una lamentable impostura que amputa la posibilidad de explorar otras teorías.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

Gabriel Zanotti responde a: Otra amable respuesta a “Liberalismo, biología y personas trans – Respuesta a Gabriel Zanotti”, de Iván Carrino.

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 16/4/23 en: https://gzanotti.blogspot.com/2023/04/otra-amable-respuesta-liberalismo.html

Van mis respuestas en itálicas.

Liberalismo, biología y personas trans – Respuesta a Gabriel Zanotti

Iván Carrino / Lunes 10 de abril de 2023 / Dejá un Comentario

Gabriel Zanotti, gran profesor, filósofo y destacado referente del liberalismo en el mundo hispanoparlante, escribió una amable respuesta a mi posteo sobre el liberalismo y las personas trans.

Con Gabriel siempre hemos conversado (a través de posteos, comentarios a los posteos, y también con café de por medio) sobre estos asuntos de forma muy civilizada, algo que claramente no es frecuente ver en redes sociales.

Así que, como ha expresado algunos puntos de coincidencia y otros de disidencia con honestidad intelectual y dedicación personal al asunto, procederé a dar una respuesta a algunos de sus comentarios.

En primer lugar, Gabriel dice que sumarse al “bullying mediático” y tratar a las personas trans como “enfermos mentales, degenerados, pedófilos o simplemente desviados y anormales” (cosas que digo yo que se hacen), “no es la forma de encarar el debate”. Esto es importante porque, así, se está separando de una militancia que es directamente negadora de toda la cuestión trans, tachando a ésta de “ideología de género”, como si las personas trans no existieran, sino que fuesen producto de una ideología.

Exactamente, sabés que esos modos nunca fueron mi camino.

El punto delicado, sin embargo, es la ironía. La ironía siempre está a milímetros de la ofensa. Pero a veces es una reacción a algo que ha legado al ridículo (ver por ejemplo https://www.perfil.com/noticias/policia/no-soy-fernando-soy-amanda-femicida-dice-ser-mujer-evitar-condena.phtml). Yo mismo la he utilizado, para otros temas, y tal vez no siempre bien. Pero si alguien dice por ejemplo “me autopercibo persona no tributante y por ende no voy a pagar impuestos”, no creo (faliblemente) que sea una ofensa. Es una crítica velada al relativismo total. Pero tenés razón, ni siquiera esas ironías sirven para un debate en serio.

En lo que sigue de su posteo hay varios comentarios a fragmentos del mío en donde, si bien existe algún matiz, en general estamos de acuerdo.

Luego viene el párrafo que cito abajo, en respuesta a mi planteo de que el debate sobre el trato que deben recibir las personas tránsgenero no es biológico, sino moral, jurídico y político. Gabriel sostiene lo citado abajo, que dividiré en puntos para comentar uno por:

(1) EL problema es poner presos a quienes no quieran usar los pronombres llamados inclusivos, a los padres que NO quieran que sus hijos reciban educación trans, cosa que llega incluso hasta mandarles el FBI. ESE es el problema.

(2) El problema se produce también cuando te violan las normas de un contrato y te meten a la fuerza a competir con un trans, y más aún cuando el trans en cuestión te destroza la cara en el boxeo, y más aún cuando un trans te golpea porque protestás públicamente por ello siendo una gimnasta mujer,

(3) y más aún cuando un trans se mete en el baño de tus hijas y protestás por ello y entonces te mandan al FBI…. En una sociedad libre cada club de gimnasia tiene derecho a poner las normas que quiera pero hay que respetar los contratos pre-existentes.

(4) Y además la libertad de enseñanza presupone que los padres tengan derecho a elegir o no qué educación sexual querrán sin que ello tenga que ser decidido por el Estado o de lo contrario vas preso……………

(5) ¿Y los bloqueadores de hormonas y mutilaciones de pechos y penes OBLIGATORIAMENTE impuestos por sobre la voluntad de los padres porque un pedíatra o un docente los recomienda? ¿Te parece eso compatible con la libertad de enseñanza, con los derechos de los padres sobre los menores? ¿Es ese poder del Estado sobre los hijos compatible con una sociedad libre? Y si un padre protesta contra eso, también es procesado jurídicamente. ¿Es eso compatible con la libertad de expresión en una sociedad libre? De vuelta, lo que está en juego son las libertades de expresión, religiosa, de asociación…. Que sabés que tengo autoridad moral para defenderlas porque yo las he defendido siempre, para creyentes y no creyentes, siempre…………………

Respecto del planteo número 1, es necesario hacer precisiones. En primer lugar: ¿qué es la “educación trans”? ¿Explicarles a ciertos alumnos de cierta edad que las personas transgénero existen, así como explicarles que hay homosexuales, o que hay parejas divorciadas, y que todas merecen respeto es “educación trans” o “ideología de género”? Profundizo sobre este tema en el punto 4.

EL problema radica en los contenidos educativos por parte del Estado obligatorios para todo el mundo. Y el problema adicional es que en esos contenidos se incluyen contenidos obligatorios sobre la sexualidad so pena de diversas penalidades si los padres se oponen, desde ir preso, mandarte el FBI, multas, etc. ESE es el problema. Lo que yo defiendo allí es la libertad de enseñanza.

En segundo lugar, debe dejarse en claro que no hay nadie preso en Argentina (ni con una causa que pueda terminar así) por no utilizar el pronombre elegido por su contraparte en la comunicación. También aclarar que la “Ley de Identidad de Género”, en su artículo 12, sostiene que “deberá respetarse la identidad de género adoptada por las personas”, pero no hay penas previstas por incumplimientos a dicho artículo.

Bueno, no es cuestión de a dónde lega la legislación o qué legislación es mejor o peor. El asunto es tender a la derogación de toda legislación, conforme a lo que Hayek distingue como “Law, Legislation and Liberty”. Pocas veces se explica ese título: la “Liberty” es el resultado de haber reducido sanamente la “legislation”, como mucho, a la Constitución Federal, a un Bill of Rights…..

En cualquier caso, creo que vamos a coincidir con Gabriel en que los liberales no queremos leyes que obliguen a ser amables a las personas.

OK

 Pero eso no debería llevarnos a apoyar a cualquiera que sea deliberadamente poco amable, o incluso más, inquisidor, estigmatizante y agresor de la dignidad de los demás. Los liberales defendemos a ultranza la libertad de expresión, pero eso no quiere decir que apoyemos cualquier expresión, menos cuando ésta sea una expresión de odio de clase, odio racial, o -en este caso- de género. Para ser claros, defendemos que Juan Grabois diga todo lo que quiera sobre el capitalismo y los ricos de Argentina, pero no compartimos ni avalamos ninguna parte del contenido de sus expresiones.

OK (como ves, importantes acuerdos).

Resumiendo el punto. Estoy de acuerdo en que nadie debe ir preso ni recibir una pena impuesta por el gobierno por usar pronombres incorrectos (aunque sí apruebo la condena social o el rechazo de terceros cuando dicho acto ocurre). Además, considero que hay que aclarar a qué nos referimos con “educación trans” para evitar caer en debates que carecen de los debidos fundamentos.

Ok, creo que ya aclaré mi punto sobre la libertad de enseñanza.

Respecto del planteo número (2) yo considero que no hay nada de anti-liberal en que una competencia se organice de acuerdo a patrones biológicos. Entiendo perfectamente los argumentos de los que reclaman en el caso de Lia Thomas, porque sí existen diferencias biológicas que -en ocasiones específicas- afectan temas específicos. Esos casos deben ser atendidos y cada organización deberá resolver intentando generar un máximo nivel de justicia e igualdad de condiciones en la competencia.

Ok. En una sociedad libre cada club de gimnasia tiene derecho a organizarse según las normas que sus asociados acepten. Pero está el principio de la “buena fe en los contratos”, lo cual presupone aceptar las normas anteriores, y si hay vacíos jurídicos, ir a la justicia, pero sin perseguir, insultar o agredir, como se hace ahora, a las chicas que cuestionen que de repente tengan que competir con trans.

Al menos ese es mi punto de vista. Si no quisieran hacerlo, no podemos ir contra la voluntad de las organizaciones deportivas.

Ok, ese punto estaba implícito en lo que comenté recién.

 Ahora el problema es cuando se utilizan estos casos para continuar la campaña de agravios, marginación y rechazo de cualquier individuo trans. Ese es mí problema con este asunto.

Pero ahora las agraviadas, las insultadas, perseguidas y etc son las chicas que consideran injusta la situación. Finamente lo mismo de siempre: insultos y persecuciones de un lado y del otro…….

Respecto del punto (3) me pregunto, Gabriel, qué opinás de los baños sin género o mixtos que se pusieron en la planta baja de ESEADE. Desde un punto de vista de respeto de la propiedad privada, cada institución debería ser libre de poner el tipo de baño que se le ocurra.

Ningún problema con eso.

 Y, por supuesto, cualquiera es libre de entrar y salir de él o bien de ser parte, o no, de dicha organización. Nadie fuerza a la gente a ir al baño y, en cualquier caso, los padres podrán siempre hacer que sus hijos vayan al baño que ellos quieran. Incluso pueden acompañarlos dentro del baño si así lo desean, nadie se los impide.

No veo un gran problema en el tema de los baños salvo que creamos en la naturaleza netamente violenta y abusiva de los hombres biológicos, algo más propio de cierto feminismo radical que de personas razonables.

EL problema son los contratos implícitos anteriores. Hay padres que no creen jurídicamente correcto que la escuela primaria o secundaria, estatal o privada, donde asisten sus hijos, declaren de golpe que van a colocar baños mixtos. Eso debe ser aclarado previamente o consultado a los padres porque se trata de menores. Vuelvo a decirte, hay casos que rozan lo ridículo que luego generan reacciones, indebidas, pero comprensibles desde el punto de vista de un papá que no está debatiendo académicamente el tema. Hace poco un tipo no sólo se declaró trans sino que se autopercibió menor y comenzó a pasearse desnudo en el baño de las niñas de una institución. ¿Vos como padre te quedás tranquilo?

Sobre el punto (4), de la educación sexual, opiné en este post.

Sobre ese post, te cito: “…El problema no es el contenido en particular, sino la imposición”.

 ESE es el problema que afecta a la educación estatal desde siempre en todos los países. Como sabés yo soy partidario de una solución gradual del problema, ante la demanda cultural generalizada de que el Estado eduque. Pero como mínimo hay que permitir la libertad de planes y programas de estudio de los privados, cosa que a los redactores de la ESI ni se les pasó por la cabeza…………………

En cuanto al punto (5) hice muchas aclaraciones en este otro post sobre cuáles son los procedimientos, las edades, y los requisitos (médicos Y FAMILIARES), que la Asociación de Profesionales de la Salud Trans sugiere se adopten en casos de personas con disconformidad de género. Así que, si nos preguntamos sobre el derecho de los padres sobre los menores, habría que decir que las recomendaciones médicas y la legislación argentina -a priori- exigen que los padres estén de acuerdo con los procedimientos médicos.

Ahora bien, cuando un padre quiere apoyar a su hijo trans, ahí aparecen los que hasta hace poco decían “con mis hijos no te metas” y ponen el grito en el cielo. Yendo a la pregunta de Gabriel, si padres de hijos trans mayores de 10-14 años (dependiendo del caso) apoyan -con asesoramiento médico- que éstos utilicen hormonas que demoren su pubertad, eso es compatible con “los derechos de los padres sobre los menores”.

Puede gustar, o puede no gustar, obviamente, no es un tema sencillo y no hace falta tener una posición (desde afuera) sobre cómo deben proceder los padres en este caso. Pero es compatible con el derecho de ellos a decidir.

OK en principio. Pero EL problema hoy es no sólo que los padres que se oponen a ese tratamiento están siendo perseguidos jurídicamente, sino que incluso lo son quienes se oponen a que sus hijos sean mutilados por una orden médica apoyada por el Estado y contraria a su voluntad. Ese es el problema más grave hoy y que está generando todas esas reacciones que, luego, parecieran ser el problema de origen……….

Dije “en ppio” porque luego haré consideraciones adicionales.

Además, en Argentina, la ley exige hasta para el cambio del nombre en el DNI que la solicitud en caso de menores de 18 años sea presentada por “sus representantes legales y con expresa conformidad del menor”. Lo mismo se exige para tratamientos hormonales. Y cuando se trata de cirugías, además de los padres (representantes legales en la mayoría de los casos), se exige la “conformidad de la autoridad judicial” (artículo 11).

Mm, sobre el tema de las cirugías, me explayo después.

A la luz de estos datos: ¿Cuál derecho de los padres se está vulnerando?

Se podría argumentar aquí algo distinto. Que es el estado el que debe decidir por el mejor interés del menor, y que entonces debería prohibir todo tratamiento de este tipo incluso cuando el menor, sus padres y su médico deseen llevarlo a cabo. Esta posición supone que los menores de 18 años (en conjunto con sus padres y los médicos cercanos) no son capaces de tomar ninguna determinación de este tipo, pero que el estado sí puede hacerlo. Es un argumento que puede generar sus adhesiones, que entiendo que algunos apoyen, pero que no resulta fácilmente defendible desde el liberalismo.

Mm, sobre esto, me explayo después un poquito más…………….

Para ir cerrando, agradezco a Gabriel por sus líneas y sus comentarios. Espero su próxima respuesta, ya que sus consultas y comentarios han generado en mí también otras preguntas y comentarios. Pero también espero que este intercambio sirva para, al menos, seguir aclarando temas y no discutir sobre hombres de paja.

OKOK por supuesto.

Por último, me gustaría volver a referirme a lo que llamo campaña de bullying mediático contra las personas trans y preguntarle a Gabriel -o a cualquier liberal honesto y bienintencionado- qué piensa de estos doce ejemplos que tomé en una rápida búsqueda por Twitter:  unodostrescuatrocincoseissieteocho,  nuevediezoncedoce

OKOK, si, ya los vi, sabés que no apoyo esos caminos. Pero esto me hace acordar al famoso tema de las guerras. Los abusos siempre son indebidos de un lado y del otro, pero, ¿quién la comenzó? Muchos padres están hartos de levantarse un día y enterarse de que son ellos los que ahora son los criminales por defender su derecho a educar  a sus hijos en sus propios valores. Y eso, ¿es culpa de ellos?

¿Debemos los liberales apoyar esto solo por el miedo al aumento del gasto público, a los cupos de género y a una potencial lesión a la libertad de expresión?

Valentina Verbal escribió lo siguiente al respecto y cierro esta entrada con la cita completa:

¿Deberían los liberales apoyar, como lo hace Kaiser, el «derecho a ofender»? ¿Deben, moral y políticamente, los liberales expresar discursos que apuntan a la deshumanización de las minorías, en particular de las personas LGBTIQ+? No, porque si el liberalismo cree en el derecho de todos a buscar su propio destino, debería partir de la base que todas las personas y todas las identidades sexuales son parte de la humanidad desde la cual pueden reclamar ese derecho. El liberalismo siempre ha creído, en primer lugar, en la igualdad moral de todos los seres humanos. Por eso, entre los liberales, no deberían caber analogías agraviantes, o que apunten a menoscabar a las personas, especialmente cuando poseen una identidad sexual minoritaria.

Bueno, volvemos con esto al tema de la libertad de expresión. Estoy convencido de que el lobby LGBT no la respeta, como tampoco la respetaban antes los conservadores que querían meter presos a todos los que sostuvieran teorías de género nuevas. Yo siempre he defendido la libertad de expresión de todos……………… Lo cual me lleva a tres puntos generales:

1.    Ahora parece que son los católicos los que defienden las libertades de expresión, de asociación, de enseñanza, etc., ante el avance del Estado con la agenda LGBT. Claro, si nunca habían defendido esas libertades, pero ahora lo hacen, carecen de autoridad moral. Pero, ¿es mi caso? Yo defiendo las libertades de todos desde hace mucho tiempo, sean creyentes o no creyentes. Yo no defiendo la libertad de…etc “como católico” sino como ciudadano partidario del liberalismo clásico. Sabés que POR ESO los católicos ultra-antiliberales me detestan.

Por lo demás, está el tema de la “ofensa”. Hay católicos que defienden la libertad de expresión aunque ofenda a los trans, pero no la defienden cuando los ofende a ellos. Mi caso no es así: yo he opinado que incluso en esos casos debe intervenir la justicia y nunca una legislación general propuesta por el ejecutivo. (Ver https://institutoacton.org/2018/05/09/la-libertad-de-expresion-y-el-derecho-a-ofender-gabriel-zanotti/ y https://institutoacton.org/2015/01/13/yo-soy-el-respeto/ ),

2.    Yo siempre he defendido al derecho a la libertad religiosa como “el” modelo de libertad individual pero no “por católico” sino por liberal convencido de la no imposición de la verdad por la fuerza, que llega en el tema religioso a su máxima exigencia de coherencia. Esto es, si yo, que considero al bautismo lo mejor que te puede pasar, defiendo tu derecho jurídico a NO ser bautizado, por eso voy a defender luego tu derecho jurídico a NO a no tener seguro social obligatorio, a no tener contenidos educativos obligatorios, etc, a no tener salud estatal obligatoria, etc. El convencimiento de que la libertad debe ser defendida sobre todo cuanto más verdadero es algo es la garantía total de la libertad del liberalismo clásico. El escepticismo y el post-modernismo está llevando a muchos que defiendan la libertad en lo (supuestamente) NO importante pero no en lo (supuestamente) importante, que ahora pasa por la ciencia. Ver al respecto https://revistas.unsta.edu.ar/index.php/Studium/article/view/723https://revistas.unsta.edu.ar/index.php/Studium/article/view/757, y https://gzanotti.blogspot.com/2021/12/sin-feyerabend-no-se-entiende-que-esta.html .

3.    Por último, lo más delicado, por lo cual me caerán muchas críticas pero debo decir lo que pienso en este contexto. Me parece que han surgido nuevas circunstancias históricas que superan lo que las teorías liberales habituales nos dicen. Ya no es tan simple como en los 80, donde el debate era Nozick versus Rawls y era sencillo. Creo que han surgido nuevos temas donde el liberalómetro es al menos dudoso y en ese sentido todos debemos respetar nuestras dudas. Y con respecto al tema de los menores, yo dudo. Los derechos personales son: in abstracto (su definición en sí misma) e in concreto (su plasmación jurídica concreta). Y en nuestro sistema jurídico, los menores habían tenido, hasta ahora, un fuero. Y dentro de ese fuero, las mutilaciones físicas a los menores estaban prohibidas, y yo sigo estando de acuerdo con eso. No sé (dudo) si eso es “liberal o no”, pero no creo que un menor pueda decidir sobre su cuerpo en un tema irreversible. Creo que debe ser protegido jurídicamente contra un error irreversible. Claro, el tema de los 18, 18 y medio o 19 o etc es una convención, pero no tenemos más remedio que “convenir en una convención”. Mi excepción es la circuncisión en la religión judía, por motivos milenarios; sé que esa excepción me pone en contradicción, pero así son las cosas cuando tomamos una posición en lo contingente de lo evolutivo y lo histórico. Así que en esto, mi querido Iván, no sé si soy liberal o no, tal vez no lo sea, pero creo que nadie, ni siquiera los padres con apoyo de jueces o médicos, deben mutilar irreversiblemente los cuerpos de sus hijos.

Bueno, ha sido un gusto debatir contigo, y espero que este diálogo, así en este tono, se pueda seguir con Gloria Alvarez, José Benegas y etc.

Un abrazo enorme, tu amigo de siempre,

Gabriel. 

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor en las Universidades Austral y Cema. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Publica como @gabrielmises

ODIAR ES UNA COSA, ESTAR EN CONTRA DE LA COACCIÓN, OTRA

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 12/3/23 en: https://gzanotti.blogspot.com/2023/03/odiar-es-una-cosa-estar-en-contra-de-la.html

Hace poco, una excelente ex alumna escribió lo siguiente: “…Uno de los aspectos que más me llamó la atención fue el papel fundamental que ha tenido el movimiento LGBT en la lucha por la igualdad de derechos y la eliminación de la discriminación en el país. Desde la aprobación del matrimonio igualitario en 2010 hasta las leyes que protegen a las personas LGBT de la discriminación, ha sido una lucha constante para garantizar que todas las personas sean tratadas con dignidad y respeto.”

El párrafo me dejó pensando en el frecuente malentendido que se produce por este tema.

Los que estamos en contra del lobby LGBT y todas las letras que se agreguen, no somos gente malvada que odia a los diferentes o niega sus derechos. Además no es cuestión de decirlo, es cuestión de vivirlo también. En mi caso, convivo con toda persona que quiera hablar conmigo y ofrecerme su amistad, incluso con el riesgo de que he abierto las puertas de mi ser a quienes se han creído dueños de él.

Los que estamos en contra del lobby LGBT estamos en contra de un lobby, esto es de la coacción, que a su vez es fruto de una nueva forma de marxismo. Eso es otra cosa.

Todas las personas tienen derechos por ser seres humanos. Y esos derechos son las libertades individuales, de expresión, asociación, libertad religiosa y de enseñanza.

No se tienen derechos por pertenecer a un colectivo “diverso”. El fundamento de los derechos es la naturaleza humana. No las características individuales o grupales. Un afroamericano tiene derechos por ser ser humano (como bien dijo Martin Luther King); no por ser afroamericano.

Pero desde el neomarxismo, el capitalismo ha mutado al heteropatriarcado explotador. La lucha de clases es ahora entre blancos heterosexuales contra todas las nuevas clases explotadas: las mujeres, los trans, los gays, los afroamericans, etc.

Desde esa perspectiva, estos grupos se creen explotados aunque el blanco no lo sepa o no lo quiera, y por ende con un “derecho a la resistencia” que se expresa en nuevos derechos a la no discriminación o discurso de odio. Entones una mujer se cree con derecho a ser parte de tal o cual asociación, y el que esté en desacuerdo es un delincuente por discriminación y discurso de odio. Y así sucesivamente con los trans que se creen con derecho a ser deportistas en equipos femeninos, o a cambiarse en el vestuario femenino, o los gays que creen que tiene derecho a denunciar como delincuente a quien no quiera hacerle su torta de bodas, o los funcionarios del estado que ponen presos a los padres que no quieren para sus hijos la educación sexual que determine el lobby LGBT, etc.

Contra todo ello estamos en desacuerdo.

No con tratar a todo el mundo con dignidad y respeto, sea marciano, terrestre, gay, lesbiana, trans, no binario, afroamerican, mujer o indígena. Ojalá todos ellos se dieran cuenta de que su protección jurídica no es el neomarxismo, que destruye los pactos políticos originarios, sino en el liberalismo clásico, que reconoce a todos las mismas libertades individuales, lo cual incluye la obligación de no invadir la propiedad de otro y de respetar la expresión de la cosmovisión del otro aunque sea moralmente diversa a la nuestra.

Pero parece que estamos lejos de ello, y mientras tanto, los que nos oponemos a la coacción parecemos ser partidarios del odio.

Terrible confusión.

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor en las Universidades Austral y Cema. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Publica como @gabrielmises

La democracia se esfuma y la economía se debilita cuando los funcionarios incumplen mandatos

Por Enrique Blasco Garma. Publicado el 14/01/23 en: https://www.infobae.com/opinion/2023/01/14/la-democracia-se-esfuma-y-la-economia-se-debilita-cuando-los-funcionarios-incumplen-mandatos/

Multitudes gritaban contra la Convertibilidad, en 2000 – 2001. En verdad, reclamaban para recomponer las pérdidas de especular contra el dólar

Durante una década, en la Argentina rigió una paridad fija de 1 a 1 entre el peso y el dólar (Reuters)

Durante una década, en la Argentina rigió una paridad fija de 1 a 1 entre el peso y el dólar (Reuters)

El PBI en dólares de la Argentina venía cayendo desde 1998 por la crisis del sudeste de Asia, la devaluación del real en Brasil y el default ruso.

Pero la contracción económica de 2002, superior al 60% del PBI, no tiene antecedentes. Fue el resultado de la redistribución forzada de riquezas lograda a través de la decisión de disponer una brusca devaluación y la pesificación asimétrica entre depósitos y préstamos en dólares en el sistema bancario.

Fue el triunfo de los amigos del poder.

Las constituciones y derechos se van modificando con las leyes, decretos, resoluciones, continuamente. Intentos que los argentinos sufrimos intensamente, con la consecuencia de que el país se ha vuelto cada vez más corrupto.

Un durísimo informe de Human Rights Watch (HRW) sobre la Argentina, que toma Infobae, destaca: “Se ha socavado de forma progresiva el Estado de derecho”.

La organización no gubernamental resaltó la retórica hostil que emplean el presidente Alberto Fernández y su vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner contra el Poder Judicial y la prensa independiente. Los detalles de un crudo análisis de la actualidad del país en materia política, económica y social.

“En Argentina existen problemas de derechos humanos”. Así comienza el informe anual de HRW sobre la actualidad del país, que resume los sucesos de 2022.

La organización se refirió a la relación del Gobierno y la Justicia e hizo foco en el pedido del presidente Alberto Fernández de avanzar con un Juicio Político a la Corte Suprema. Y en un apartado que resume el relevamiento, cuenta: “En Argentina, la retórica hostil hacia los jueces por parte de autoridades, las demoras en la designación de jueces y otras autoridades de alto nivel y la corrupción, también presente en el poder judicial, han socavado de forma progresiva el Estado de derecho”.

Sobre la avanzada contra el máximo tribunal, desde HRW recuerdan el proyecto de ley para avanzar con la ampliación de cinco a quince el número de integrantes de la Corte Suprema. En ese sentido, considera que “el gobierno de Fernández y sus aliados introdujeron varias reformas al sistema de justicia que podrían socavar la independencia de los tribunales y de los fiscales.

La organización no gubernamental resaltó la retórica hostil que emplean el presidente Alberto Fernández y su vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner contra el Poder Judicial y la prensa independiente (NA)

La organización no gubernamental resaltó la retórica hostil que emplean el presidente Alberto Fernández y su vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner contra el Poder Judicial y la prensa independiente (NA)

“En septiembre, legisladores oficialistas y de otros partidos aprobaron un proyecto de ley en el Senado que amplía la Corte Suprema de 5 a 15 magistrados, una medida que gobiernos anteriores han utilizado para cooptar la Corte. El proyecto no había sido tratado en la Cámara de Diputados al momento de la redacción de este informe”, consigna HRW.

En ese contexto, el informe de marras menciona las causas que involucran a Cristina Fernández de Kirchner: “Investigan la presunta participación de la vicepresidenta en hechos de corrupción”.

Asimismo, HRW destaca los inconvenientes por lo que atraviesa la Argentina y que “la crisis política, potenciada por las dificultades económicas y la polarización, ha creado un contexto desafiante para que existan mejoras en derechos humanos”.

Impacto socioeconómico

Acerca de la economía argentina, el informe de Human Rights Watch resalta las dificultades que atraviesan las personas de bajos recursos y los niños en el país: “Una larga crisis económica, que se profundizó durante la pandemia de Covid-19, afecta de manera desproporcionada a las personas de bajos ingresos y limita severamente la capacidad de las personas de ejercer sus derechos económicos”.

Y agrega: “Los niños y las niñas se vieron particularmente afectados: más de la mitad de los niños menores de 14 años vivían en la pobreza y más de uno de cada diez en la indigencia”, se apunta en el reporte de la ONG.

El nivel de inflación fue uno de los puntos que tampoco dejó pasar la investigación: “El Banco Central proyectó que la inflación podía superar el 100% en 2022, lo que dificultaría aún más las posibilidades de que las personas puedan satisfacer sus necesidades básicas”.

Sobre los derechos humanos

“En Argentina existen problemas de derechos humanos que incluyen el abuso policial, condiciones carcelarias deficientes y violencia endémica contra las mujeres. La prolongada crisis económica en el país afecta especialmente a las personas que viven en situación de pobreza”, afirma HRW en su publicación.

La organización alertó además en su último informe anual que la ofensiva del Gobierno sobre la Justicia, las demoras en la designación de jueces y de otros cargos, como el Procurador General, y la corrupción, incluida en el poder judicial, han socavado el estado de derecho en la Argentina. Y brindó también un lúgubre panorama sobre el estado de los derechos fundamentales en América latina.

“En la Argentina, la retórica hostil hacia los jueces por parte de autoridades, las demoras en la designación de jueces y otras autoridades de alto nivel y la corrupción, también presente en el poder judicial, han socavado de forma progresiva el Estado de derecho”, advirtió el informe de HRW.

Periódicamente, publico en esta columna la compilación de datos del PBI por habitante por parte del informe de Perspectivas de la Economía Mundial del FMI (WEO), en que el se aprecia con claridad como actualmente hay países con un ingreso medio anual por habitante de USD 300, como es el caso de Sudan del Sur, y otros con más de USD 90.000 en Suiza y Noruega, y superior a USD 100.000 en Irlanda.

Semejante, brecha se explica en gran parte por la ausencia (en el primer caso) y predominio (en los segundos” de las actividades competitivas con reglas estables. Sin reglas justas no existirían las democracias maduras y pujantes.

Enrique Blasco Garma es Ph.D (cand) y MA in Economics University of Chicago. Licenciado en Economia, Universidad de Buenos Aires. Fue Economista del Centro de Investigaciones Institucionales y de Mercado de Argentina CIIMA/ESEADE. Profesor visitante a cargo del curso Sist. y Org. Financieros Internacionales, en la Maestria de Economia y C. Politicas, ESEADE. Sigue a @blascogar

El poder del cuarto poder.

Por Gabriel Boragina. Publicado en: http://www.accionhumana.com/2023/01/el-poder-del-cuarto-poder.html

Siempre me impactó la idea que representa ese poder de la prensa cuya importancia le ha merecido ser reconocido incluso por la Constitución de la Nación Argentina y la de otros países, ya sea para otorgarle amplia libertad o la más estricta censura.

Todos los déspotas admiten su trascendencia, y por eso siempre han pujado por tenerla de su lado, por las buenas o por las malas.

Es difícil para el ciudadano común discernir donde se encuentra la delgada barrera que separa a la prensa servil y tributaria al poder de la otra libre e independiente. A veces la distinción es clara, otras difusa, y en una tercera ocasión el servilismo es manifiesto. El problema consiste en donde se posicionan las zonas grises.

Y esto carecería de toda significación si la gente no fuera tan dependiente de la prensa o, mejor dicho, de los que hacen de ella su profesión: los periodistas. Estos tienen un poder enorme del cual muchas veces no parecen conscientes.

La llamada »opinión pública» depende de ellos casi con una sumisión absoluta. Su credibilidad es muchas veces más alta que la que gozan los políticos. Por algún fenómeno psicológico difícil de explicar (al menos para el que esto escribe) es más fácil para la gente dudar de la palabra de un político, que la de un periodista sobre el mismo tema.

Quizás algunas explicaciones puedan ser estas:

  1. El político está más expuesto (cualitativamente) en su palabra, dado que en la acción política debe demostrarla.
  2. Esa misma acción política (ya en curso) muestra que, en un porcentaje cercano al 100%, lo que ha prometido en campaña es total o parcialmente falso.

El periodista, en cambio, no está sometido a estas limitaciones. No está obligado a prometerle nada al votante, ya que su misión se agota en mostrale lo que hacen los demás. Es todo lo que debe realizar, es su principal compromiso: exponer a la gente lo que pasa. Lo que hacen los otros. El público será el que juzgará a esos otros. A veces el periodista se suma a ese juicio y generalmente lo hace coincidente con el de sus espectadores. Su público. De estos: es una mayoría la gente que pasa horas de su vida y de su día a día frente a un televisor mirando constantemente las noticias… de lo que sea. No importa, mientras sean noticias de cualquier cosa.

Ingrese el lector a cualquier red social y deténgase por un rato largo a ver de qué habla la gente y podrá comprobar lo que aquí se dice.

Como los periodistas están más expuestos que los políticos a la exhibición pública, son aquellos los más creíbles, simplemente porque se los escucha más a menudo que a los políticos y no están exigidos a probar la verosimilitud de sus dichos. Basta que dejen deslizar entre sus espectadores un mero »trascendido» sobre un hecho o dicho cualquiera para generar sospechas sobre los protagonistas del mismo y dar el puntapié inicial a interminables polémicas.

El periodista tiene en su público un interés comercial a largo plazo. Y cuenta para ello con algunas ventajas: no está obligado a confiar en la veracidad de las fuentes en las que abreva la información que recaba, excepto, a veces, que sea un periodista de investigación, al que la misma opinión publica le atribuye una responsabilidad mayor, pero -a la vez- una cuota también más grande de credibilidad que al resto de los periodistas de divulgación.

Pero el rasgo en común entre periodistas y políticos es que ambos viven y se deben a su público. Cada uno a su manera, deben ofrecerle a ese público del que dependen un producto que estos demanden. Y como todo consumidor, esos gustos del público van mutando en el tiempo y se van haciendo cada vez más exigentes.

La puja por estar en la TV se acrecienta, ya que la gente que la consume masivamente es más afecta a los medios pasivos de información (audio y video) y menos a los medios activos (lectura).

Un video de un periodista español lo describe a la perfección en muy pocas y ejemplares palabras. Se puede ver aquí: https://t.co/sQ78W7kcut

»Lo que se ve y lo que no se ve» (F. Bastiat)

Si bien el fenomenal polemista francés utilizó dicha frase con otros propósitos, se la tomaremos prestada para ilustrar nuestra idea siguiente.

Posiblemente, lo más trágico del periodismo es aquello que no muestra, muchas veces por desconocimiento y no deliberadamente.

Me refiero a que conozco muchísima gente verdadera y excelentemente capacitada en amplios campos del saber humano (político, económico, cultural, académicos, etc.) que sería tremendamente útil a la sociedad, pero son aquellos que nunca llegan a ninguna parte sencillamente porque »nadie los conoce», ya que -como se dice- »no tienen prensa».

Suelen, sin embargo, en el mejor de los casos, moverse en círculos privados de profesionales calificados, pero podrían aportar mucho más a la sociedad si sus brillantes contribuciones tuvieran masiva difusión.

Mucha gente supera con creces a los mediocres que hoy paradójicamente »sobresalen» en esos campos y en otros, por la única razón de que estos últimos son »personajes» nada más porque aparecen muy seguido, en la TV, radios, diarios. En cambio, los que verdaderamente saben no tienen esa posibilidad, o sólo lo hacen esporádicamente sin la suficiente intensidad como para transcender a posiciones más conocidas.

Habitualmente me pregunto, ¿cuántos deportistas de excelencia hoy serian estrellas del deporte si simplemente hubieran tenido la suerte de ser descubiertos por la persona apropiada que los llevara a los medios de difusión para presentarlos como una verdadera promesa en lo suyo? He aquí donde el poder de la prensa revela, a mi juicio, toda su dimensión.

Y sólo tomo el caso del ‘’deporte’’ y -en especial- el fútbol, porque es la »religión» mayoritaria en numerosas partes del mundo. Pero lo mismo aplica al arte, el espectáculo (cine, teatro, etc.) la ciencia, la política, la economía, y hasta el periodismo incluido también, etc.

Creo que han de ser muchísimas más las veces en la vida donde las verdaderas luminarias sociales se encuentran en el anonimato y no en las tablas de un escenario televisado que, por su propia naturaleza, siempre es limitado.

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE. Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero. Síguelo en  @GBoragina

Acerca de una confusión lamentable

Por Bertie Benegas Lynch. Publicado el 7/1/23 en: https://www.infobae.com/opinion/2023/01/07/acerca-de-una-confusion-lamentable/

Cuando decimos que todos los liberales estamos agradecidos a Milei es una fórmula que no niega que cada uno se sienta representado por quien le de la gana (más tratándose de liberales)

Javier Milei en Moreno, el año pasado

Javier Milei en Moreno, el año pasado

Es muy lamentable que en los momentos tan peligrosos que vive nuestro querido país, irrumpa una persona que invariablemente da muestras de estar abrumada y fuera de sí debido al éxito notable de Javier Milei en torno a la difusión de las ideas liberales y haberlas puesto en el centro del debate público. Gracias a Javier, el interés y la adopción por las ideas de la libertad, se propagaron inicialmente de manera muy expansiva entre los jóvenes pero hoy ya han trascendido las generaciones y es un fenómeno transversal que se amplió a todos los rincones argentinos y también en el exterior.

Es cierto, como dice Alberto Benegas Lynch (h), que no ha habido un discurso más sólido del liberalismo en nuestro medio en el nivel político desde hace muchísimo tiempo. Es cierto que las contribuciones de la Escuela Austríaca no estaban suficientemente difundidas con anterioridad, lo cual ha sido especialmente trabajado por Milei con gran notoriedad. Además de sus detenidas elaboraciones sobre las formidables contribuciones de Carl MengerLudwig von MisesFriedrich HayekIsrael Kirzner y Murray Rothbard, Javier fundamenta todos sus aportes basado en el aspecto moral y extendiendo su análisis al homicidio en el seno materno -mal llamado “aborto”-, el ambientalismo y distintos aspectos caros que hoy peligran en nuestro medio como la división de poderes. Además, ha trabajado y presentado propuestas concretas en materia monetaria, fiscal, previsional, laboral y de comercio exterior.

Por citar solo un ejemplo (hay muchos que han sido vírgenes hasta el surgimiento de Milei en la escena política), nadie en este plano había propuesto la liquidación del banco central en línea con reiteradas sugerencias de los premios Nobel en economía Gary BeckerJames BuchananMilton Friedman y el antes mencionado Hayek. Es de gran interés mostrar que por más que el directorio de la llamada “autoridad monetaria” esté integrado por profesionales honestos y de buena voluntad, solo pueden tomar tres decisiones: expandir, contraer o dejar igual la base monetaria. Cualquiera de las tres decisiones, altera los precios relativos que, como es sabido, son las únicas señales con que cuenta el mercado para conocer donde es atractivo invertir y donde no hacerlo en el contexto de la disponibilidad de recursos siempre escasos y necesidades ilimitadas.

Javier Milei ha insistido hasta el cansancio que no ha venido “a guiar corderos sino a despertar leones”, lo último que pretende es ser “líder” que, por otra parte, ese término remite a lugares muy oscuros. Justamente Milei es un referente que irrumpe en la política para contribuir a que cada persona pueda liderarse a si misma.

Las disidencias en la mesa liberal son bienvenidas y es lo que ha nutrido a su pensamiento a lo largo de su historia. Tal como ha repetido Alberto Benegas Lynch (h) “los liberales no somos una manada y detestamos el pensamiento único por lo que los intercambios de ideas son bienvenidos”. Esa idea no solo no reviste ninguna “inconsistencia” sino que, hablar de “ideología” es el antítesis del espíritu liberal, pero no en el sentido inocente del diccionario de “conjunto de ideas”, tampoco en el sentido marxista de la falsa conciencia de clases; sino como la aceptación generalizada de algo cerrado y terminado que no admite réplicas o refutaciones.

Estimo que en las delicadas circunstancias por las que atraviesa Argentina, no es el momento de hacer ejercicios de terapia o saciar rencores buscando pretextos absurdos para atacar a una persona que expone el ideario liberal de modo convincente. Nos vienen destrozando desde hace más de un siglo -incluso a veces con modales suaves- por lo que resulta indispensable tener la sabiduría de ser capaces de hacer un balance y observar de cerca cuáles son sus propuestas y, como es el caso, si se trata de medias que suscriben la libertad en todos los campos, es menester apoyar y no poner palos en la rueda.

Con estos permanentes ataques ajenos a un debate de ideas, Roberto Cachanosky queda expuesto a comentarios de los colegas. Basta tener un vínculo o un acercamiento con Milei para que Roberto la emprenda contra esa persona, incluso contra personalidades de peso, como el doctor Adrián Ravier y otros intelectuales de renombre, de grados académicos máximos y con contribuciones y reconocimientos en muy diversos campos. Roberto es una persona que básicamente se limita a comentar sobre las Leliqs y afines.

Alberto Benegas Lynch (h) ha dictado conferencias y participado en mesas redondas de prácticamente todos los centros cívicos de la Ucedé y participaba con Álvaro Alsogaray en la Academia Nacional de Ciencias Económicas de la que ambos eran miembros y también en reuniones familiares como ocurría en casa de mi abuelo que lo invitó a Alsogaray a incorporarse al Encuentro Republicano, lo cual aceptó con gusto. Gran trabajo llevó adelante don Álvaro lo cual no quita para nada los renovados méritos del esfuerzo de Javier.

No creo que haya que perder mucho más tiempo con estos asuntos, pero tal vez resulta útil estas observaciones en medio de la lucha por la libertad que afortunadamente no son solo de Milei en el nivel político, aunque es el más radical en sus propuestas. Independientemente de los próximos resultados electorales, el testimonio que deja Javier es colosal. La persuasión de almas y la cantidad de gente que ha abrazado las ideas de la libertad, no tiene registro. Ha dejado también un testimonio que provocó un giro notorio en el discurso de muchos otros que hasta el momento patrocinaban otras medidas muy a contramano del liberalismo.

Una recomendación que eventualmente pude resultar de provecho, es la lectura del discurso de incorporación de Alberto Benegas Lynch (h) a lo que es su tercera Academia Nacional votado por sus pares, esta vez la de Ciencias Morales y Políticas titulado “Fundamentos morales de la tradición de pensamiento liberal”, publicada con un prólogo sumamente elogioso de Loris Zanatta de la Universidad de Bologna.

Cuando decimos que todos los liberales estamos agradecidos a Milei, sabemos que hay quienes se dicen liberales pero son un esperpento, aquella es una fórmula lo cual no niega que cada uno se sienta representado por quien le de la gana (más tratándose de liberales). De ahí la definición en cuanto a que “el liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida de otros”.

Bertie Benegas Lynch. Licenciado en Comercialización en UADE, Posgrado en Negociación en UP y Maestría en Economía y Administración de Empresas en ESEADE. Síguelo en @nygbertie