En defensa de los robots

Por Alberto Benegas Lynch (h) Publicado el 14/2/21 en: https://www.infobae.com/opinion/2023/01/28/en-defensa-de-los-robots/

Cuando se introduce un adelanto tecnológico que produce mayor cantidad y mejor calidad, se libera trabajo para dedicarse a otras cosas

No puede concebirse la producción de ningún bien ni la prestación de ningún servicio sin el concurso del trabajo (foto: XLSemanal)

No puede concebirse la producción de ningún bien ni la prestación de ningún servicio sin el concurso del trabajo (foto: XLSemanal)

En demasiadas circunstancias se vienen reiterado alarmas debido al notable avance tecnológico referido a los robots que se dice que, como cada vez abarcan más áreas, se acentuará el desempleo. Resulta sumamente curioso este razonamiento pues, si fuera cierto, no habría problema puesto que dado que todas las necesidades estarían cubiertas y no habría necesidad de trabajar. Es decir, se supone el paraíso ya que al no requerir trabajo las condiciones de vida se tornan idílicas.

Pero lamentablemente las cosas no son así, las necesidades son ilimitadas y los recursos son escasos y el recurso por excelencia es precisamente el trabajo. No solo por tratarse de humanos sino porque no puede concebirse la producción de ningún bien ni la prestación de ningún servicio sin el concurso del trabajo.

Es menester aclarar que en un mercado libre en materia laboral nunca bajo ningún concepto y circunstancia sobra aquel factor clave que, como queda dicho, es siempre escaso en relación a las permanentes y estiradas necesidades a medida que se progresa. No importa el grado de miseria o de riqueza, nunca sobre ese factor esencial. Incluso en el caso de náufragos que llegan a una isla desierta no dirán que como no hay “fuentes de trabajo” pueden descansar. Al contrario, no le alcanzarán las horas del día y de la noche para sobrevivir. Las remuneraciones en ese caso consistirán en los intercambios: cocos recogidos por animal apresado y así sucesivamente. En la medida en que se ahorre de lo habitualmente consumido se podrá destinar tiempo para fabricar un equipo de capital lo cual permitirá elevar el nivel de vida. Por ejemplo invertir tiempo en fabricar una red de pescar lo cual habilitará recoger mayor cantidad de peces en lugar de hacerlo a los cascotazos. Esa mayor cantidad de peces por unidad de tiempo se traduce en un mejor nivel de vida y así con el resto de las cosas.

Sin duda que si la situación es miserable, serán miserables también los ingresos de cada cual en el caso de la isla retribuciones en especies en el contexto del trueque. En cambio, en lugares de altas tasas de capitalización, es decir, instalaciones, equipos, herramientas, maquinaria y conocimiento relevante, en esa media se incrementa el nivel de vida. La diferencia entre un país rico y uno pobre estriba en las tasas de capitalización y, a su vez, el ritmo de esas tasas depende de marcos institucionales civilizados, o sea respeto a los derechos individuales: la vida, la libertad y la propiedad de cada cual.

Los salarios e ingresos en términos reales no son nunca consecuencia de voluntarismos ni de decretos, son como queda dicho el resultado del volumen de inversión. Los recursos naturales, los climas y las etnias no definen el asunto, solo se trata del monto invertido. Cuando en un país rico se retribuye con seguros de salud, con automotor, con pagos a colegios, con jubilaciones, son vacaciones y con música funcional en las oficinas no es por bondad de los empleadores, por el contrario están obligados a retribuir de ese modo, de lo contrario no encuentran colaboración.

Si los aparatos estatales o grupos apoyados por los gobiernos imponen salarios superiores a los de mercado, es decir, superiores a lo que permiten las aludidas tasas de capitalización, el efecto inexorable es el desempleo involuntario. A saber, ocurre que gente se ofrece para trabajar, pero no hay demanda a ese salario artificial. Por otra parte, el desempleo voluntario no constituye un problema pues se trata de personas que no quieren trabajar dadas las circunstancias imperantes o porque viven de rentas o porque estiman que lo que se ofrece no es suficiente. La tragedia, el drama, el problema grave irrumpe cuando las mal llamadas “conquistas sociales” se imponen pues en esa situación se barren personas del mercado o, de lo contrario, se trabaja en el mercado informal al efecto de salvarse del desempleo.

En este contexto es pertinente subrayar que los sindicatos son de gran utilidad en una sociedad libre siempre que se trate de asociaciones voluntarias que, por ejemplo, informan cuanto se abona en las distintas faenas, se ofrece obras sociales y equivalentes siempre que sean competitivas y abiertas. Los aportes obligatorios, las afiliaciones compulsivas, las representaciones coercitivas y las acciones intimidatorias y violentas son incompatibles con la libertad y el respeto recíproco. Esto desde luego incluye la imperiosa necesidad de abrogar las denominadas retenciones que habitualmente llevan a cabo los empleadores forzados por legislaciones inmorales.

Ahora bien, cuando se introduce un adelanto tecnológico que produce mayor cantidad y mejor calidad, se libera trabajo para dedicarse a otras cosas ya que como apuntamos las necesidades son infinitas y cambiantes, de lo contrario otra vez debemos aludir a Jauja o al paraíso donde no habría necesidad de incurrir en el costo de trabajar puesto que todos estarían satisfechos. Entonces esa liberación se emplea en otros sectores y los empresarios y comerciantes siempre deseosos de incrementar ganancias fruto de arbitrajes son los principales interesados en capacitar al efecto de sacar partida de la situación. Es el caso del hombre de la barra de hielo antes que apareciera la heladera o los fogoneros de las locomotoras antes del los motores Diesel, el cartero antes de los mails, los mecanógrafos antes de las computadoras o los cableados antes del celular inalámbrico.

Por eso es que las referencias a los acuerdos entre el capital y el trabajo son impropias: se trata de formas distintas de trabajo, el capital está formado por aparatos que no negocian. De allí que sea una sandez mayúscula aludir a “la clase trabajadora” como si hubiera una clase que trabaja y otra que la explota. Cuando un pintor de brocha gorda se muda de La Paz Bolivia a Huston en Estados Unidos se observa que el candidato en cuestión eleva exponencialmente su salario. No es porque el estadounidense sea más generoso que el boliviano, es porque en el primer caso está obligado a pagar más para lograr el trabajo.

A veces se ha dicho que no es justo permitir que contrate un millonario con una persona que no le alcanza el sustento para llegar a fin de mes, a fin de semana o a fin del día puesto que se continúa diciendo hay una “evidente desigualdad en el poder de contratación”. Pues no hay tal cosa, el asunto está a todos luces mal analizado. Es irrelevante cuanto tenga cada uno en cuenta corriente, el nivel del salario va por otro andarivel. Como hemos visto, depende exclusivamente de las tasas de capitalización. Ilustremos esto con el ejemplo de una billonario que en cierto pueblo pregunta cuanto cuesta pintar su mansión. Supongamos que le dicen mil, entonces ese rico concluye que como su cuenta corriente está rebosante y su patrimonio es colosal pagará quinientos, el resultado indefectible es que no pintará su casa. Es del todo inatingente a cuanto asciende su riqueza, si en el mercado laboral la cifra es mil no hay salida, el que ofrece menos se queda sin el servicio y si se pretende pagar más esa persona tendrá sus días contados como comerciante y consumirá su patrimonio.

Entonces nada hay que preocuparse por la generalización de robots y similares, solo hay que celebrar puesto que el nivel de vida necesariamente se eleva a medida que se libera nuevo trabajo para llevar a cabo nuevas tareas que dan lugar a nuevos bienes y servicios. Para no decir las muy fascinantes tareas que han desempeñado robots durante el pico de la pandemia para distribuir medicamentos sin peligro de contagios.

El principio del robot es exactamente el mismo que el de la máquina en general, antiguamente también muchos distraídos y mal informados objetaron la aparición de maquinaria como enemigo del trabajo, en realidad el verdadero enemigo del trabajo reside en las ideas atrabiliarias de regulaciones y controles ejecutadas por politicastros ignorantes del sentido elemental de la economía. El decimonónico Frédéric Bastiat en el capítulo 20 de su célebre Sofismas económicos ya había ridiculizado la absurda sugerencia de destruir maquinarias y herramientas “para defender el trabajo” y establecía un correlato con las restricciones al comercio exterior que obligan a comprar más caro y de peor calidad “al efecto de proteger fuentes de trabajo” lo cual empobrece al forzar a desembolsar más por unidad de producto que necesariamente conduce a que hayan menos productos.

Y respecto a la maquinaria no hay necesidad de circunscribirla a sofisticadas para uso industrial, la idea, como decimos asimilable al robot, va del uso cotidiano desde la máquina de coser, la licuadora, la cortadora de pasto y el taladro. Si destruimos la maquinaria y consecuentemente el robot cae precipitadamente el nivel de vida y nos retrotraemos a la cueva y al taparrabos, ni siquiera al garrote pues se trata de una herramienta. Además de todo lo expuesto debe agregarse el trabajo que demanda la fabricación de robots, maquinaria y herramientas.

Por supuesto que con robots o sin robots si se pacta una remuneración y llegado el momento se paga otra menor esto es un fraude, un engaño, una trampa que debe ser castigada con todo el peso de la ley puesto que se trata de la lesión al derecho y nada tiene que ver con mercados abiertos y competitivos donde el que sirve a sus semejantes obtiene ganancias y el que yerra incurre en quebrantos. En esta línea argumental también debe insistirse que los llamados empresarios prebendarios son la antítesis del comportamiento decente ya que esos sujetos explotan a sus semejantes vía privilegios atados a inaceptables alianzas con el poder político de turno.

Lo dicho no autoriza a recurrir a expresiones equivocadas como “inteligencia artificial” puesto que inteligencia inter-legum es decir leer adentro, captar esencias es propio de lo humano y del consiguiente libre albedrío y no de un aparato sujeto a programación y por ende determinado. Como hemos consignado antes, esto es similar a cuando se pondera alegremente la “memoria” de la “computadora”. Pues ni lo uno ni lo otro, cuando algunos de nuestros ancestros hacía un nudo en el pañuelo para recordar algo no alabábamos “la memoria del pañuelo”. Del mismo modo son los humanos los que en verdad computan, el aparato es fruto de impulsos eléctricos. Una cosa es mostrar las inmensas ventajas del progreso tecnológico y otra bien diferente es distorsionar significados y conceptos cruciales.

Por último, en el plano de la desocupación señalo que en los casos de severos defectos físicos las consiguientes tareas filantrópicas se llevan a cabo en la medida de la libertad que tenga lugar, por eso, para ilustrar el punto si se quieren localizar obras de caridad debe mirarse a países como Estados Unidos y no a la isla-cárcel cubana.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

Impuestos y gustos

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 30/1/23 en: https://www.elcato.org/impuestos-y-gustos-0

Carlos Rodríguez Braun recuerda que no pagamos impuestos de manera condicional, sino porque estamos obligados a hacerlo.

Declaró a El País hace un tiempo el pianista y escritor James Rhodes: “Me encanta pagar impuestos, si no van al hermano de [Isabel Díaz] Ayuso y sí a mejorar la vida de la gente. Mi mujer no entiende nada”. Ignoro lo que piensa su mujer, pero sospecho que quien no entiende es don James.

Naturalmente, los progres de El País titularon la entrevista así: “Me encanta pagar impuestos”. Pero la cuestión fiscal no estriba en los gustos en absoluto. No hay ningún problema con que al señor Rhodes le guste pagar impuestos. De hecho, podría entregarle al Estado mañana mismo todo lo que posee. La clave de los impuestos no es que a él le encante pagarlos, sino que el Estado le obliga a pagar a mi vecina. Tanto la obliga que, si ella no paga, puede terminar en la cárcel. Este es el verdadero problema de los impuestos, que tantos biempensantes ignoran. Naturalmente, los progres de El País no preguntan nunca al señor Rhodes, ni a nadie, lo siguiente: “¿Le encanta a usted que su vecina sea obligada, bajo pena de prisión, a pagar impuestos?”.

Además de la referencia al hermano de Isabel Díaz Ayuso, que no cometió ninguna irregularidad, afirma Rhodes que le gusta pagar impuestos “si” mejoran la vida de la gente. Pero uno no paga impuestos de manera condicional. No pagamos para que se hagan tal cosa u otra. Pagamos porque estamos forzados a hacerlo. Asimismo, si el gasto público mejora la vida de la gente, el mismo razonamiento nos llevaría a concluir que esa vida empeora cuando la gente se ve obligada a pagar los impuestos que sufragan ese gasto. No verá usted este análisis en los medios, ni en ninguna parte.

Por fin, la entrevista brinda indirectamente una información muy valiosa, y es que el señor James Rhodes utiliza el dinero que le queda después de pagar impuestos para una excelente labor: una fundación que protege a las víctimas de abusos a la infancia y a las personas mayores solas. Ese hecho, de por sí, demuestra que las personas podemos hacer por nuestra cuenta la misma labor asistencial que el Estado da por sentado que no podemos hacer, y que por eso es necesario que nos quite lo que es nuestro mediante los mismos impuestos que a don James le encanta pagar.

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y fue miembro del Consejo Consultivo de ESEADE. Difunde sus ideas como @rodriguezbraun Su blog es: http://carlosrodriguezbraun.com

Brazil and Argentina to start preparations for a common currency

Por Nicolás Cachanosky. Publicado el 24/1/23 en https://economicorder.substack.com/p/brazil-and-argentina-to-start-preparations?r=9iesh&utm_campaign=post&utm_medium=web&fbclid=IwAR2R7–WDT1vyAtR98KBf9v2J-wLKZp1hR59tEzhaRP8c6-OYcQs2OLpfis

Credit: El Cronista

According to the Financial Times, Argentina and Brazil are about to start preparations for a common currency (in principle called Sur). If the past is any indicator of the future, this announcement is just smoke and mirrors, as has been (more than once) in the past.

Argentina’s 2022 inflation rate was 95% (yes, you read that right). Why would Brazil join monetary forces with a country unable (and unwilling?) to control inflation and get its fiscal situation in order? I imagine Brazil would be more inclined to have Argentina adopt a real-based currency board, as some members of the Argentine congress are calling for than partner with an irresponsible monetary country.

It seems more likely that this announcement is an argentine political move aimed to:

  • Change expectations and sentiment about high inflation in an election year,
  • Deviate attention from other pressing issues,
  • Gain electoral traction by presenting an “out of the box” idea to the general public.

Internationally, some received the idea with doubts and skepticism (with some soccer humor).

Olivier Blanchard @ojblanchard1

This is insane.

Tracy (𝒞𝒽𝒾 ) @chigrl

#Brazil and #Argentina to start preparations for a common currency Other Latin American nations will be invited to join plan which could create world’s second-largest currency union https://t.co/qAeQWKBTD7 https://t.co/LpydOxppwS5:24 PM ∙ Jan 22, 20235,221Likes714Retweets

Ivan Werning @IvanWerning

Talk is cheap, but incredibly unlikely to happen in my view—near zero info so we’ll have to wait and see. A terrible idea in any case. Smarter to attempt to unite the national soccer teams (8 time champion!).

Tracy (𝒞𝒽𝒾 ) @chigrl

#Brazil and #Argentina to start preparations for a common currency Other Latin American nations will be invited to join plan which could create world’s second-largest currency union https://t.co/qAeQWKBTD7 https://t.co/LpydOxppwS7:09 PM ∙ Jan 22, 2023157Likes11Retweets

Similar reactions can be found in some Argentinian economists. Others, however, see the idea with good eyes. Economist and congressman Martín Tetaz has advocated for something like this for some time (read “moneda” instead of “minera”).

Martin Tetaz @martintetaz

Celebro que se empiece a discutir la convergencia a una minera común del Sur Hace muchos años vengo trabajando en esa idea, para terminar de una vez por todas con la inflación. Es un proceso de largo plazo que puede empezar con la Convertibilidad Real 2:09 AM ∙ Jan 23, 202386Likes11Retweets

The economic argument behind a common currency with Brazil is the theory of optimal currency areas (OCA). OCA has been used to advocate for a monetary integration with Brazil and criticize the dollarization proposal Emilio Ocampo and I have for Argentina.

It is more likely that a textbook application of OCA would lead to dividing Argentina into monetary sub-regions than calling for a monetary unification with Brazil. Yet, I think there are two misapplications of the OCA theory by Tetaz & Co.

The first one is to forget that the U.S. dollar is not just the U.S. currency but also the world reserve currency. An OCA analysis should not forget that adopting the U.S. dollars worldwide integration, not just with the U.S. In this context, it is also important to remember that the Balance of Payments (BoP) has a financial/capital account besides the current account. Argentina is highly sensitive to financial/capital account shocks, something that seems to be forgotten.

The second one is that OCA assumes one currency per country, and in each country, the public demands its country’s currency. In this case, the assumption is that Argentines demand the peso, and Brazilians demand the real. This is not the case. Argentines demand U.S. dollars, not pesos or reales. Creating a common currency requires the daunting task of forcing the public to adopt a currency they do not want. In this particular case, by countries with reputation problems. If you haven’t seen it, Lula da Silva questioned central bank independence only a few days ago.

Ironically, because dollarization does not require an agreement with the U.S., it is a more likely scenario than a common currency with Brazil. It would connect the country to the world reserve currency network and would mean adopting the currency of choice by the public. Another advantage is that the Treasury will collect tax revenues in the same currency it spends and issues debt.

The use of OCA to support a common currency with Brazil and criticize dollarization looks like a forced fit.

Nicolás Cachanosky es Doctor en Economía, (Suffolk University), Lic. en Economía, (UCA), Master en Economía y Ciencias Políticas, (ESEADE). Fué profesor de Finanzas Públicas en UCA y fue Assistant Professor of Economics en Metropolitan State University of Denver. Es Associate Professor of Economics y Director – Center for Free Enterprise en UTEP – The University of Texas at El Paso. Sigue a @n_cachanosky

EL DISCURSO DE BENEDICTO XVI ENVIADO A LA SAPIENZA, DIÁLOGO ENTRE FE Y MUNDO MODERNO

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 22/1/23 en: https://gzanotti.blogspot.com/2023/01/el-discurso-de-benedicto-xvi-enviado-la.html

(Cap. 6 de mi libro JudeoCristianismo, Civilización Occidental y Libertad, Instituto Acton, 2018).

El discurso en La Sapienza

Aquí tenemos otro síntoma: el discurso de Enero a 2008 a La Sapienza[1] no sólo no pudo ser dirigido a sus muy tolerantes profesores, que impidieron la visita de Benedicto XVI, sino que además tampoco fue escuchado en absoluto por católicos encerrados en sus pequeños paradigmas ideológicos de izquierda y derecha.

Este discurso es el paso de la potencia al acto de esa nueva interpretación de Santo Tomás que propuse y de cómo presentarlo al mundo moderno, algo que Benedicto XVI prosiguió haciendo en todo su pontificado bajo oídos sordos de la Iglesia y el mundo, que no están en condiciones de entenderlo.

A pesar de la intolerancia de los “intelectuales” de La Sapienza –sapienza, justamente– el discurso, gracias a Dios, no a ellos, quedó escrito, como un programa de acción que hoy debemos rescatar.

Se pregunta Benedicto XVI, retóricamente, que tiene que ir a hacer un Papa a una universidad, esto es, en nombre de qué razón va a hablar, si supuestamente habla desde una fe sin razón: “…surge inmediatamente la objeción según la cual el Papa, de hecho, no hablaría verdaderamente basándose en la razón ética, sino que sus afirmaciones procederían de la fe y por eso no podría pretender que valgan para quienes no comparten esta fe”.

Pero entonces hay que replantear el tema de la razón: “Deberemos volver más adelante sobre este tema, porque aquí se plantea la cuestión absolutamente fundamental: ¿Qué es la razón? ¿Cómo puede una afirmación –sobre todo una norma moral– demostrarse “razonable”? En este punto, por el momento, sólo quiero poner de relieve brevemente que John Rawls, aun negando a doctrinas religiosas globales el carácter de la razón “pública”, ve sin embargo en su razón “no pública” al menos una razón que no podría, en nombre de una racionalidad endurecida desde el punto de vista secularista, ser simplemente desconocida por quienes la sostienen”.

O sea, comienza con algo que refuta las injustas acusaciones que se hicieron a Benedicto XVI. Para responder la pregunta comienza citando a John Rawls, algo que los lefebvrianos seguramente no hubieran hecho. Lo elogia, por un lado, recordando que Rawls ve algo de racionalidad en las doctrinas metafísicas que no podrían integrar la razón pública, y recuerda al mismo tiempo esa noción rawlsiana de razón pública: aquella que puede ser un punto en común entre ciudadanos que en metafísica y religión no podrían entenderse.

Pero entonces, va respondiendo lentamente a la acusación de que las posiciones metafísicas y religiosas no podrían formar parte de una razón pública. O sea, de que no son “razones”. Y para ello recuerda nuevamente los inicios del Cristianismo y de la Patrística, donde se da el diálogo entre razón y fe: “…los cristianos de los primeros siglos… Acogieron su fe no de modo positivista, o como una vía de escape para deseos insatisfechos. La comprendieron como la disipación de la niebla de la religión mítica para dejar paso al descubrimiento de aquel Dios que es Razón creadora y al mismo tiempo Razón-Amor. Por eso, el interrogarse de la razón sobre el Dios más grande, así como sobre la verdadera naturaleza y el verdadero sentido del ser humano, no era para ellos una forma problemática de falta de religiosidad, sino que era parte esencial de su modo de ser religiosos. Por consiguiente, no necesitaban resolver o dejar a un lado el interrogante socrático, sino que podían, más aún, debían acogerlo y reconocer como parte de su propia identidad la búsqueda fatigosa de la razón para alcanzar el conocimiento de la verdad íntegra. Así, en el ámbito de la fe cristiana, en el mundo cristiano, podía, más aún, debía nacer la universidad”. (Las itálicas son nuestras).

O sea, las preguntas de la razón son parte esencial de su modo de ser religiosas, esto es, Judeocristianos. Y precisamente por ello, con los siglos, nace la universidad, institución esencial en la historia de Occidente que debe su origen al Cristianismo.

Saltando por un momento al presente, Benedicto XVI hace algo que tampoco ningún “conservador” se habría atrevido a hacer: elogia a Jürgen Habermas: “un salto al presente: es la cuestión de cómo se puede encontrar una normativa jurídica que constituya un ordenamiento de la libertad, de la dignidad humana y de los derechos del hombre. Es la cuestión que nos ocupa hoy en los procesos democráticos de formación de la opinión y que, al mismo tiempo, nos angustia como cuestión de la que depende el futuro de la humanidad. Jürgen Habermas expresa, a mi parecer, un amplio consenso del pensamiento actual cuando dice que la legitimidad de la Constitución de un país, como presupuesto de la legalidad, derivaría de dos fuentes: de la participación política igualitaria de todos los ciudadanos y de la forma razonable en que se resuelven las divergencias políticas. Con respecto a esta «forma razonable», afirma que no puede ser sólo una lucha por mayorías aritméticas, sino que debe caracterizarse como un «proceso de argumentación sensible a la verdad» (wahrheitssensibles Argumentationsverfahren)… Yo considero significativo el hecho de que Habermas hable de la sensibilidad por la verdad como un elemento necesario en el proceso de argumentación política, volviendo a insertar así el concepto de verdad en el debate filosófico y en el político”.

O sea, rescata la idea central de la filosofía del diálogo de Habermas, donde diálogo no es lucha de intereses, o luchas dialécticas entre mayorías y minorías, sino un proceso para alcanzar el entendimiento con el otro. Razón es comprender. No es calcular ni negociar…

Pero entonces vuelve al s. I. “Pero entonces se hace inevitable la pregunta de Pilato: ¿Qué es la verdad? Y ¿cómo se la reconoce? Si para esto se remite a la “razón pública”, como hace Rawls, se plantea necesariamente otra pregunta: ¿qué es razonable? ¿Cómo demuestra una razón que es razón verdadera?”

Y luego de algunas consideraciones sobre la evolución de la universidad como institución, coloca a Santo Tomás como modelo de diálogo entre razón y fe para contestar la pregunta: “… Históricamente, es mérito de santo Tomás de Aquino –ante la diferente respuesta de los Padres a causa de su contexto histórico– el haber puesto de manifiesto la autonomía de la filosofía y, con ello, el derecho y la responsabilidad propios de la razón que se interroga basándose en sus propias fuerzas”.

Pero esto podría ser leído como un racionalismo en Santo Tomás. Para despejar esa duda, Benedictino XVI presenta su relación entre razón y fe como la de un teólogo, precisamente como lo habíamos interpretado antes: “… Yo diría que la idea de santo Tomás sobre la relación entre la filosofía y la teología podría expresarse en la fórmula que encontró el concilio de Calcedonia para la cristología: la filosofía y la teología deben relacionarse entre sí “sin confusión y sin separación”. “Sin confusión” quiere decir que cada una de las dos debe conservar su identidad propia. La filosofía debe seguir siendo verdaderamente una búsqueda de la razón con su propia libertad y su propia responsabilidad; debe ver sus límites y precisamente así también su grandeza y amplitud. La teología debe seguir sacando de un tesoro de conocimiento que ella misma no ha inventado, que siempre la supera y que, al no ser totalmente agotable mediante la reflexión, precisamente por eso siempre suscita de nuevo el pensamiento. Junto con el “sin confusión” está también el “sin separación”: la filosofía no vuelve a comenzar cada vez desde el punto cero del sujeto pensante de modo aislado, sino que se inserta en el gran diálogo de la sabiduría histórica, que acoge y desarrolla una y otra vez de forma crítica y a la vez dócil; pero tampoco debe cerrarse ante lo que las religiones, y en particular la fe cristiana, han recibido y dado a la humanidad como indicación del camino” (Las itálicas son nuestras).

Esto es, el “sin separación” implica que la razón razona en Santo Tomás asumida desde la Gracia y elevada desde la Gracia. Y por ello puede ser al mismo tiempo Fe (por la Gracia de la Fe) y razón, con algo esencial a la razón: su capacidad de comunicarse con los demás y por ende ser “pública”: “es verdad que la historia de los santos, la historia del humanismo desarrollado sobre la base de la fe cristiana, demuestra la verdad de esta fe en su núcleo esencial, convirtiéndola así también en una instancia para la razón pública. Ciertamente, mucho de lo que dicen la teología y la fe sólo se puede hacer propio dentro de la fe y, por tanto, no puede presentarse como exigencia para aquellos a quienes esta fe sigue siendo inaccesible. Al mismo tiempo, sin embargo, es verdad que el mensaje de la fe cristiana nunca es solamente una “comprehensive religious doctrine” en el sentido de John Rawls, sino una fuerza purificadora para la razón misma, que la ayuda a ser más ella misma. El mensaje cristiano, en virtud de su origen, debería ser siempre un estímulo hacia la verdad y, así, una fuerza contra la presión del poder y de los intereses”.

O sea, la Fe no es sólo una Fe exclusiva para los que creen en los dogmas, sino una fuerza purificadora de la razón misma, esto es, la eleva hasta sus potencialidades máximas convirtiéndola así en una sensibilidad especial para el diálogo con los demás. O sea, una “razón pública cristiana”, un conjunto de sensibilidades cristianas para ciertos temas que son relevantes para todo ciudadano habitante de la ciudad temporal con sana laicidad.

Sin esto, el peligro es que “Hoy, el peligro del mundo occidental –por hablar sólo de éste– es que el hombre, precisamente teniendo en cuenta la grandeza de su saber y de su poder, se rinda ante la cuestión de la verdad”. Y el peligro de que “la filosofía, al no sentirse ya capaz de cumplir su verdadera tarea, degenere en positivismo; que la teología, con su mensaje dirigido a la razón, quede confinada a la esfera privada de un grupo más o menos grande. Sin embargo, si la razón, celosa de su presunta pureza, se hace sorda al gran mensaje que le viene de la fe cristiana y de su sabiduría, se seca como un árbol cuyas raíces no reciben ya las aguas que le dan vida. Pierde la valentía por la verdad y así no se hace más grande, sino más pequeña. Eso, aplicado a nuestra cultura europea, significa: si quiere sólo construirse a sí misma sobre la base del círculo de sus propias argumentaciones y de lo que en el momento la convence, y, preocupada por su laicidad, se aleja de las raíces de las que vive, entonces ya no se hace más razonable y más pura, sino que se descompone y se fragmenta (las itálicas son nuestras).

O sea: la razón no es sólo ciencias naturales, y la fe no es un ámbito de creencias sin ninguna razón, y por ende tan incomunicable e intrascendente como mis gustos para los helados. No: la razón es razón que deriva en metafísica que a su vez dialoga con la fe, y la fe es tan razonable que puede dialogar con todos y en ese sentido es pública, y es entonces la base para el estado laico vitalmente cristiano del que hablaba Maritain. Esas son las raíces de la razón, sin la cual se seca y se queda precisamente como la ve el post-modernismo: como nada, como sólo pequeños relatos incomunicados: “se aleja de las raíces de las que vive, entonces ya no se hace más razonable y más pura, sino que se descompone y se fragmenta”.

¿Qué nos dijo Benedicto XVI en este discurso, que no hemos escuchado en absoluto? Que abandonemos, los creyentes, la táctica (que ya hemos criticado), imposible y peligrosa, de abandonar nuestra fe parta hablar con el mundo, desde una supuesta escolástica basada nada más que en las solas fuerzas de la razón. No, para hablar con el mundo, hay que presentar nuestra fe como es: como una fe razonable, que tiene mucho que decir al no creyente, desde un Santo Tomás teólogo, que tiene mucho para decir como teólogo al no creyente, precisamente porque fue el que más dialogó con una razón que la Gracia asumió, universalizó, y purificó.

Mientras no entendamos este mensaje de Benedicto XVI, seguiremos llorando nuestra ineficacia comunicativa, nuestra tibieza, nuestro temor ante el mundo, del cual debíamos ser sal, y nos convertimos sin embargo en obsoleta curiosidad y molestia.


[1]Véase https://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2008/ january/documents/hf_ben-xvi_spe_20080117_la-sapienza.html.

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor en las Universidades Austral y Cema. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Publica como @gabrielmises

Diferencia entre anticomunistas, antisocialistas y liberales

Por Gabriel Boragina. Publicado en: http://www.accionhumana.com/2023/01/diferencia-entre-anticomunistas.html

Lamentablemente, son confundidos con frecuencia y son muchas las personas las que creen que se tratan de términos sinónimos. Sin embargo, no es así, y si bien los tres vocablos no se excluyen en algunos supuestos, tampoco se incluyen en todos los casos y situaciones, de donde es necesario formular las pertinentes distinciones, para que el común de las personas no los identifiquen tan a menudo como lo hacen. Comencemos por los anticomunistas.

Un anticomunista no es necesariamente un liberal, y frecuentemente no lo es. Es más, puede ser -al mismo tiempo- anticomunista y antiliberal a la vez. El ejemplo más inmediato de esto último está constituido por los nacionalistas, que -normalmente- atacan cada vez que pueden tanto al liberalismo como al comunismo por igual, y llegado a extremos, en pocos casos, los identifican.

Existen si, por cierto, muchos rasgos en común entre un anticomunista antiliberal y un nacionalista. Ambos suelen compartir a menudo su militarismo, con profundas inclinaciones hacia el fascismo, que curiosamente, como tantas veces hemos señalado, este último ha tenido su origen en el socialismo marxista.

En última instancia y analizada a fondo la doctrina nacionalista, de lo que se trata en ella es de imponer un socialismo nacional, es decir, un socialismo con fronteras claramente delimitadas. De allí que, a la estatización de empresas le llaman nacionalización, palabra esta última que hace la medida más «respetable» en su visión.

En una primera fase, la nacionalización no necesariamente supone una estatización de lo que se nacionaliza. Nacionalizar implica -en pocas palabras- transferir la propiedad de activos extranjeros transformándolos en nacionales. Pero para poder implementar esta medida, el estado debe recurrir a medios que implican una estatización de lo expropiado al extranjero, para -en una segunda fase- transferirlo al nacional. Excepto que por ley se faculte de modo directo al nacional a expropiar al extranjero, lo que impide, también en este caso, hablar de un proceso de nacionalización pura es el hecho de que sin una ley del estado que lo faculte, ninguna persona o empresa local estaría habilitada por sí misma para despojar de sus bienes a otra persona o empresa extranjera, lo que lleva -en última instancia- a concluir que resulta imposible un proceso de nacionalización sin otro previo de estatización, por breve que este pudiera resultar en el tiempo.

El estatismo puede asumir dos formas básicas: socialista o nacionalista, aunque en la experiencia histórica estas dos formas terminan asociándose por su identidad intrínseca.

Veamos la siguiente tabla de equivalencias:

SocialismoNacionalismo
SocializarNacionalizar

De esta manera, podemos advertir como la misma acción recibe diferentes nombres según la ideología que se sostenga. Todas, en último término, se reducen a lo mismo: socializar. Lo que difiere entre ellas es la forma de hacerlo y los destinatarios finales de las medidas.

El anticomunista verá con buenos ojos la estatización de bienes como medio hacia el fin que propende: la nacionalización de los mismos.

El anticomunista se opone al comunismo y al socialismo solo en la medida en que estos dos últimos asumen un carácter internacional y no nacional. Por ejemplo, un típico eslogan anticomunista se resume en la frase: «no queremos ser como Cuba» u «otra Cuba» argumento que acerca mucho más a los anticomunistas a los nacionalistas, y en donde el problema principal reside en no ser, o no tratar de ser, como otros países.

En el mismo sentido, difícilmente se oirá a un anticomunista decir: «queremos ser como los EEUU» por la misma razón. El anticomunista está más próximo al nacionalismo y más lejos del liberalismo, que tiene en su esencia un carácter cosmopolita, rasgo este último que el anticomunista rechaza.

El liberalismo no es militarista, ni nacionalista, porque no justifica los regímenes de fuerza, ya que parte de la profunda convicción que el liberalismo no puede ni debe imponerse por las armas, sino que estas deben reservarse exclusivamente para defenderse de la agresión de acciones totalitarias. Tampoco es nacionalista, porque el liberalismo no es, en esencia, una doctrina nacional, ni se deriva de ninguna de las pretendidas «doctrinas» nacionales.

Por sus propios principios, el liberalismo puede aplicarse en cualquier parte del mundo, sin limitaciones artificiales de fronteras, las que no modifican, en modo alguno, tales principios, de lo que también se deriva que no se opone ni se contrapone con posibles sentimientos nacionalistas o patrióticos, siempre y cuando estos no pretendan imponerse por sobre las ideas liberales, ya que si fuera el caso esto último, habilitaría al liberal a defenderse de la agresión por las mismas vías y con los mismos medios en que la agresión le es impuesta.

En tanto el anticomunismo tiene como misión suya fundamental combatir al comunismo atacándolo donde quiera que el último se encuentre, el liberalismo, por el contrario, solo opondrá resistencia defensiva en cuanto el comunismo (o cualquier otra secta nacionalista o fascista) intentara agredirlo o suprimirlo. La aproximación de los anticomunistas a los militares hace que, con reiteración, mucha gente confunda al liberalismo con el militarismo, desconociendo que el liberalismo es en principio antimilitarista.

Como decíamos, el liberalismo no tiene nada en contra del sentimiento de nacionalidad o de patriotismo, pero no hace un culto de ellos como lo hacen los nacionalistas confesos.

El liberal tiene en claro que, su liberalismo por un lado, y su posible amor a la patria, por el otro, no se derivan el uno del otro, y que ambos son independientes entre sí, es decir, pueden existir el uno sin el otro, del mismo modo que pueden convivir en armonía. Pero el nacionalismo como doctrina o ideología política y económica, no tiene nada en común con el liberalismo, por eso es de suma importancia distinguir lo que se llama el sentimiento nacionalista o patriótico del nacionalismo como doctrina política y económica. El primero no se opone y es compatible con el liberalismo. El segundo no lo es.

Los anticomunistas suelen, en esta línea de ideas, adherir al nacionalismo como doctrina política y económica, lo que los aleja aún más de los liberales. Y el nacionalismo, en resumidas cuentas, termina siendo militarista, por la sencilla razón de que en su sistema ocupan un primerísimo lugar la importancia de sus fronteras, que delimitan lo que un nacionalista llama el «ser nacional”; la frontera le da una suerte de «identidad» a la nación y hace que, en la mente del nacionalista, el concepto de nación cobre «vida». Y como todos bien sabemos, las fronteras territoriales se defienden mediante el uso de las armas, que implican ejércitos y cuarteles, en una palabra las fuerzas militares. He aquí la profunda interrelación e interdependencia entre el nacionalísimo y el militarismo.

Todo esto no pretende ser más que un esbozo del tema, y de ningún modo tiene la intención de ser un estudio concluido, ni nada por el estilo. Se trata de presentar ideas para irlas trabajando, y fundamentalmente, alimentar el debate, delimitando cada una de las áreas temáticas.

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE. Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero. Síguelo en  @GBoragina

Lo malo en «The White Lotus»

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 17/1/23 en: https://www.larazon.es/opinion/20230118/u2woyktsjbaude3hmjy565wmge.html

La maldad de la riqueza, tema apreciado por los antiliberales de todos los partidos, es evidente en unos personajes frívolos y caprichosos, superficiales hasta la parodia, y neuróticos hasta el patetismo

FOTO: HBO

Por sugerencia de Lalo Azcona he visto esta inteligente serie de Mike White en HBO. Trata sobre los huéspedes y empleados de una cadena de hoteles de lujo, y tiene lugar en Hawaii, y durante la segunda temporada en Sicilia.

La maldad de la riqueza, tema apreciado por los antiliberales de todos los partidos, es evidente en unos personajes frívolos y caprichosos, superficiales hasta la parodia, y neuróticos hasta el patetismo.

Pero el pensamiento único progresista no tiene en White un alma gemela, porque en esta graciosa sátira que deviene en tragedia vuelan dardos contra el progresismo. Señaló Kyle Smith en National Review: «Casi todos los que vemos parecen ser el tipo de individuos que beben champán entre los donantes del Partido Demócrata, con lo que la serie podría ser también descrita como un retrato de la hipocresía de los ricos progres. Son gente que puede reivindicar que vota en favor de los intereses de la clase trabajadora, pero aplastan a los trabajadores de carne y hueso con los que cotidianamente se relacionan». Esto es patente en la primera temporada con el trato a la empleada de los masajes, al gerente del hotel, y sobre todo al camarero nativo, involucrado en una arriesgada aventura con la excusa pueril del anti-imperialismo.

La contradicción se observa también en la segunda temporada, más floja, centrada en el sexo, la incomunicación y la infidelidad, que afecta y destruye tanto a los huéspedes como a los trabajadores. Otra vez, no sería atinado a mi juicio extraer un mensaje anticapitalista. Por un lado, igual que en la primera temporada, la debilidad no se concentra en los ricos que holgazanean, sino que se extiende a los trabajadores, como es claro en los casos del pianista y la gerente del hotel, crueles con sus compañeros más jóvenes y modestos.

En contraste con el habitual desdén progresista hacia las normas y la moral, en esta temporada los personajes del hotel se cruzan permanentemente con jarrones de la «Testa di moro», típica de Sicilia, que evoca una historia medieval de infidelidad de un moro que seduce a una bella siciliana, ocultándole que tenía mujer e hijos. La joven finalmente lo mata, lo decapita, y pone su cabeza cual macetero de adorno en un balcón. El moro contempla en silencio a las personas que pasan, incapaces de aprender la lección.

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y fue miembro del Consejo Consultivo de ESEADE. Difunde sus ideas como @rodriguezbraun

Paul Johnson, el hombre y el autor

Por Alberto Benegas Lynch (h) Publicado el 22/1/23 en: https://panampost.com/alberto-benegas-lynch/2023/01/22/paul-johnson-el-hombre-y-el-autor/?utm_content=buffer56efa&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer

El historiador británico murió a los 94 años. Además de ser un muy prolífico autor –escribió cincuenta libros-, era de una calidez notable

Paul Johnson

Paul Johnson nos regaló un espléndido dibujo de su autoría tomado de la torre de los ingleses que fabricó durante esa estancia que conservamos como uno de nuestros buenos recuerdos. (Twitter)

El jueves 12 de este mes de enero murió el gran Paul Johnson a los 94 años. Lo invité en abril de 1991 a dictar conferencias cuando fui Rector de ESEADE. Como digo más adelante, ya lo había conocido unos años antes en la Universidad de Cambridge pero en esta ocasión me encontré más de cerca con un personaje que además de ser un muy prolífico autor –escribió cincuenta libros- era de una calidez notable. Con mi mujer entablamos una relación muy especial con la suya -Marigold con quien se casó en 1958- y con él seguí un estrecho vía epistolar. Su obra Historia del cristianismo abre con esta inscripción: “A Marigold, mi colaboradora permanente, mi más sabia consejera y mi mejor amiga.” Similar es su reconocimiento en The Birth of the Modern. Paul Johnson nos regaló un espléndido dibujo de su autoría tomado de la torre de los ingleses que fabricó durante esa estancia que conservamos como uno de nuestros buenos recuerdos.

En la visita de referencia a Buenos Aires me dedicó su libro Enemies of Society, dedicatoria que comienza “To my friend”, en esa obra apunta los errores del estatismo y la emprende con argumentos de gran solidez contra intelectuales tipo Herbert Marcuse y en general todo el marxismo y sus imitadores. Uno de los capítulos lleva el sugestivo título “Schools for Atilas” donde critica sistemas educativos autoritarios. También en ese libro se detiene a subrayar la importancia del lenguaje y lo disolvente que resulta para el pensamiento y la comunicación el degradarlo (parece escrito para hoy en relación a sandeces como el denominado “lenguaje inclusivo” y otras barrabasadas). Escribe en este contexto que “Aquellos que valoran el sentido de las palabras valoran la verdad y aquellos que tuercen el sentido del lenguaje estarán inclinados a propósitos antisociales.”

Paul Johnson deja cuatro hijos: Daniel que es periodista, Cosmo que es empresario, Luke que es ejecutivo de la televisión y Sophie editora también para programas televisivos. Paul en su época juvenil era de izquierda, por lo que fue editor de The New Stateman hasta que renunció al Partido Laborista y se mudó al Conservador al tiempo que denunciaba “el espíritu corporativista y totalitario” del estatismo que había comenzado a beber en su colegio de jesuitas, un cambio luego influido principal aunque no exclusivamente por Karl Popper, luego de lo cual recibió en su país la distinción de Comendador del Imperio Británico y en Estados Unidos la Medalla Presidencial de la Libertad y otras manifestaciones honoríficas en distintas partes del mundo.

El 2 de septiembre de 1984 pronunció una magistral conferencia en la reunión de la Mont Pelerin Society en la Universidad de Cambridge titulada “Nineteen Eighty-Four: a False Alarm?” donde muestra los aciertos de Orwell respecto a sucesos de aquel momento (para no decir nada del agravamiento de algunas facetas oscuras de hoy). Esta fue la primera vez que estuve con Paul Johnson y coincidentemente fue la oportunidad en la que la Mont Pelerin Society (la Academia Internacional, según Friedrich Hayek que fue uno de sus fundadores) me designó miembro de su Consejo Directivo. Esta disertación estuvo en línea con lo que había publicado cuatro años antes en la American Enterprise Institute traducida al castellano con el título de “La base moral del capitalismo”.

En todo caso resulta difícil poner en palabras una descripción de las características personales del pensador a que aludimos en esta nota. Como queda dicho su calidez era envolvente, su amabilidad y cortesía fueron su marca y en las largas conversaciones mostraba una mezcla de cultura y modestia que ponían en evidencia su calidad humana. Asimismo, era agradable en los debates e intercambios con intelectuales de otras corrientes de pensamiento lo cual no quita su pérdida de paciencia con la insolencia o los arrebatos que a veces surgen en estos ámbitos que lo ponían en un severo enojo.

No resulta posible en un texto periodístico poner de relieve la obra ciclópea de este escritor colosal pero podemos dar una idea aproximada de sus valores en algunos de sus trabajos recorridos a vuelo de pájaro. En este caso resulta ilustrativo reproducir cinco citas tomadas de los respectivos originales en inglés y con una sexta trabajé en la versión castellana, en total apenas poco más del diez por ciento de su producción, sin glosas para que el lector saque sus propias conclusiones.

En primer lugar de A History of the Modern World: “La carrera de Perón ilustra su esencial identidad con el fascista deseo de poder y algunas veces tomaba prestado ideas de Mussolini, Hitler, Franco y Stalin […] Mostró como manipular a la gente en un sistema de contar cabezas […] Como presidente, Perón trasmitió una demostración clásica en nombre del socialismo y el nacionalsocialismo y como destrozar la economía […] Llevó a cabo un asalto frontal al sector agrícola, el mayor recurso de capital argentino. Ya en 1951 había agotado las reservas y había descapitalizado al país […] Destrozó la Suprema Corte. Arrebató el sistema radial y a La Prensa, el gran diario latinoamericano.”

Segundo, de A History of the American People: “La creación de los Estados Unidos de América es la más grande de las aventuras humanas. Ninguna otra historia nacional contiene esas notables lecciones para los estadounidenses y para el resto del mundo […] Los tropiezos se deben principalmente al keynesianismo -otra palabra para el intervencionismo estatal […] De hecho, el libro de Keynes La teoría general del empleo, el interés y el dinero, proponía una moneda administrada por funcionarios dedicados a estabilizar precios que significan interferencias constantes de los gobiernos lo cual es parte del problema.”

Tercero, su extenso prólogo a The Voluntary City. Choice, Community and Civil Society una colección de quince autores compilados por Peter Gordon que objetan la existencia del monopolio de la fuerza refutando las nociones de bienes públicos, externalidades, el dilema del prisionero y la asimetría de la información. Allí Paul Johnson exhibiendo una mente abierta, juvenil y atenta a nuevos paradigmas, escribe que “Confío y envídio a los que vivirán para ver el cambio, en cincuenta años estaremos manejando las cosas de modo sustancialmnete diferente a lo que se hace hoy, respondiendo mucho más acertadamente a las necesidades humanas respecto a los métodos que hoy empleamos. El mundo no será Utopía pero para usar una expresión favorita de los victorianos, será un mejoramiento.”

Cuarto, en Historia de los judíos: “Los judíos han penetrado en muchas sociedades y han dejado su impronta en todas. Escribir la historia de los judíos es casi como escribir la historia del mundo […] Es una historia del mundo observada desde el punto de vista de una víctima culta e inteligente […] El judaísmo rabínico fue un evangelio del trabajo porque exigía que los judíos aprovecharan exhaustivamente los dones divinos. Exigía que los aptos y los capaces se mostraran industriosos y fecundos, entre otras cosas porque así podían afrontar sus obligaciones filantrópicas.”

Quinto, en Napoleón: “Chatobriand y Madame de Stäel fueron dos de los más dedicados enemigos de Napoleón […] Lamartine llamó a ´esta religión napoleónica el culto a la fuerza que está influyendo en el espíritu de la nación en lugar de la verdadera religión de la libertad´ […] El inglés más influyente del napolionalismo fue Thomas Carlyle que lo puso a Bonaparte en le centro de la escena en sus conferencias de 1841, Heroes and Heroe Worship […] El todopoderoso Estado de Napoleón fue concebido por su admirado Hegel que a su vez fue la raíz tanto del marxismo como del totalitarismo nazi […] Ningún dictador del trágico siglo veinte ha estado ajeno a los ecos napoleónicos, desde Lenin, Stalin, Mao Zedong a los tiranos como Kim Il Sung, Castro, Perón, Mengistu, Saddam Hussein, Ceausescu y Gadafi […] Los grandes males del bonapartismo fueron la deificación de la fuerza y la guerra, el todopoderoso Estado centralizado, el uso de la propaganda cultural y el manejo de pueblos en busca de poder personal e ideológico.”

Y por último, sexto, The Quest for God: “En la religión el antropomorfismo simplemente refleja las limitaciones de la imaginación humana […] La única forma de igualdad que es posible y deseable es la igualdad ante la ley […] Doctrinas conocidas como Teología de la Liberación. Esta es simple y absolutamente una herejía anticristiana, sin ninguna base moral […] La práctica del aborto nos remite a un problema importante. El fracaso de encontrar una alternativa de alimento espiritual, sistemas que son capaces de matar, los millones de niños a los cuales no les permitió nacer, mucho menos vivir igual que lo hizo Hitler, Pol Pot, Stalin o Mao […] El mal surge necesariamente de la magnificencia de Dios al conceder una libre voluntad a sus criaturas humanas […] permite escoger tanto el bien como el mal […] Esta es una línea de pensamiento seguida por Santo Tomás de Aquino y otros.”

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

La larga guerra de Putin contra Ucrania

Por Ricardo Lopez Göttig: Publicado el 17/1/23 en:  https://www.infobae.com/opinion/2023/01/17/la-larga-guerra-de-putin-contra-ucrania/

La salida diplomática de la guerra se ve muy lejos en el horizonte, y la resolución militar es imposible de prever. Probablemente estemos viendo los inicios de un conflicto prolongado, para el que ninguna de las partes estaba preparada

Vladímir Putin quiere y necesita recuperar la iniciativa no solo para ganar esta guerra, sino también para la supervivencia de su propio régimen

Ya han pasado diez meses, ¡diez meses!, desde que Vladímir Putin lanzó al ejército de Rusia para invadir Ucrania, tras acumular unos cien mil soldados en forma amenazadora en la frontera desde los últimos meses de 2021. La campaña que amenazaba ser un rodillo fulminante y devastador, que en una cuestión de pocos días iba a ocupar Kiev e instalar a un presidente servil al régimen de Putin, se fue deshaciendo y rehaciendo precipitadamente sobre la marcha ante la resistencia ucraniana. Los soldados de la fuerza invasora se entregaron primero al saqueo de electrodomésticos, ollas y vajilla, y luego se les dio rienda suelta para que cometieran todo tipo de crímenes tipificados por el derecho internacional, como la matanza de civiles en Bucha, centros de tortura, violaciones y secuestro y deportación a Rusia de niños ucranianos.

Vladímir Putin sobreestimó sus propias fuerzas y subestimó a sus enemigos, ya que, por un lado, creyó a pie juntillas en el discurso oficial sobre la superioridad del Ejército de la Federación Rusa y en el efecto de disuasión del arsenal atómico, a la vez que desdeñó al pueblo y al gobierno ucranianos, a la alianza atlántica, a la Unión Europea y a la capacidad de respuesta de las democracias liberales en general. La retórica rusa de centurias, expresada en sus textos de historia, ha sido la de mirar como “pequeños rusos” a los ucranianos, una narrativa ahistórica y falaz que ha marcado el universo simbólico de muchas generaciones.

En la Rusia post soviética se tejieron visiones del propio país que entrelazan los relatos de tiempos de los zares con los discursos monolíticos de la Unión Soviética, poniendo el énfasis en la supuesta “excepcionalidad” de su pueblo, cultura y misión providencial para los destinos del planeta. Narrativa ahistórica –pero no por ello menos influyente y transmitida de boca en boca de padres a hijos-, porque no solo Kiev es anterior en varios siglos a la existencia de Moscú, sino también porque el término Rus, de tiempos medievales, hacía referencia a la dinastía de los Ryurik, de orígenes vikingos, que se impuso sobre la población eslava de esa gran estepa fértil que hoy es Ucrania.

Referirnos a esos eslavos del siglo X como ucranianos, rusos o bielorrusos, es tan incorrecto y extemporáneo como llamar “franceses” a los súbditos de Carlomagno, o “ingleses” a los pueblos celtas de Britania que fueron conquistados por el ejército romano de Julio César. Pero si Ucrania “no existía”, fue Putin quien terminó de crearla el 24 de febrero de 2022.

En la Rusia post-soviética, los círculos del poder se aferraron fuertemente a la retórica militarista y victimista: con la derrota en la Guerra Fría y la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, se quedó en la perplejidad de tener un gran arsenal atómico que hizo temblar al mundo y con la nostalgia de la carrera espacial y, al mismo tiempo, pasó a ser un país más en un mundo que ponía su mirada en el desempeño económico y en la calidad de vida de la población.

Como canta Coldplay en Viva la vida, solía gobernar el mundo y sentir el miedo en los ojos de sus enemigos… Y en muy poco tiempo, precipitadamente, todo eso se desvaneció en el aire de las ilusiones. Pero la intención de retornar a la tentación bélica, de la expansión con ejércitos que sobrepasaban en número –pero no en calidad- a los enemigos, estaba presente en los discursos tanto de los demagogos ultranacionalistas como Vladímir Zhirinovsky –en las elecciones parlamentarias de 1993, llegó a cosechar nada menos que el 23% de los votos, provocando alerta en Europa- así como de los nostálgicos del antiguo régimen stalinista del Partido Comunista.

Hay analistas políticos que insisten en tener en cuenta la necesidad de que los rusos se sientan en un entorno seguro frente a sus vecinos europeos –a esta tesis se sumó el presidente francés Emmanuel Macron-, pero olvidan que esos miembros del barrio del este y el centro del viejo continente fueron invadidos, amenazados y sojuzgados por los ejércitos de Moscú, desde los zares hasta llegar a secretarios generales del Partido Comunista de la URSS, como Iósif Stalin, Nikita Jruschov y Leonid Brezhnev.

Ya se ha vuelto una rutina –dolorosa, trágica y mortal- que cada semana las ciudades de Ucrania sean bombardeadas desde territorio ruso, o bien con drones de fabricación iraní. La ofensiva rusa, utilizando a los mercenarios del Grupo Wagner para tomar el control de Bajmut y Soledar, es una nueva escalada de la guerra tras meses en los que la contraofensiva ucraniana logró recuperar territorio, como la región de Jarkiv y la ciudad de Jersón.

Vladímir Putin quiere y necesita recuperar la iniciativa no solo para ganar esta guerra, sino también para la supervivencia de su propio régimen, ya que un conflicto prolongado comienza a ser visto como una derrota o, por lo menos, con un costo humano y material muchísimo más alto que el previsto en febrero de 2022. El incremento de las ofensivas, del número de soldados reclutados y de la fabricación de armamentos, tiene una respuesta correlativa desde la alianza atlántica, que ahora envió un escuadrón de tanques del tipo Challenger 2 –a los que podrían sumarse algunos Leopard de fabricación alemana-, además de misiles de alta precisión como los HIMARS y de entrenamiento brindado a los soldados ucranianos.

La salida diplomática se ve muy lejos en el horizonte, y lo mismo se advierte respecto de una resolución militar. Próximos a los once meses de la invasión, quizás estemos viendo solo los inicios de una guerra larga para la que ninguna de las partes estaba preparada, con un final imposible de prever.

Ricardo López Göttig es Profesor y Doctor en Historia, egresado de la Universidad de Belgrano y de la Universidad Karlova de Praga (República Checa). Ex investigador Senior part time del Departamento de Investigaciones y Profesor titular de Teoría Social en la Maestría en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE. Sigue a @lopezgottig

La democracia se esfuma y la economía se debilita cuando los funcionarios incumplen mandatos

Por Enrique Blasco Garma. Publicado el 14/01/23 en: https://www.infobae.com/opinion/2023/01/14/la-democracia-se-esfuma-y-la-economia-se-debilita-cuando-los-funcionarios-incumplen-mandatos/

Multitudes gritaban contra la Convertibilidad, en 2000 – 2001. En verdad, reclamaban para recomponer las pérdidas de especular contra el dólar

Durante una década, en la Argentina rigió una paridad fija de 1 a 1 entre el peso y el dólar (Reuters)

Durante una década, en la Argentina rigió una paridad fija de 1 a 1 entre el peso y el dólar (Reuters)

El PBI en dólares de la Argentina venía cayendo desde 1998 por la crisis del sudeste de Asia, la devaluación del real en Brasil y el default ruso.

Pero la contracción económica de 2002, superior al 60% del PBI, no tiene antecedentes. Fue el resultado de la redistribución forzada de riquezas lograda a través de la decisión de disponer una brusca devaluación y la pesificación asimétrica entre depósitos y préstamos en dólares en el sistema bancario.

Fue el triunfo de los amigos del poder.

Las constituciones y derechos se van modificando con las leyes, decretos, resoluciones, continuamente. Intentos que los argentinos sufrimos intensamente, con la consecuencia de que el país se ha vuelto cada vez más corrupto.

Un durísimo informe de Human Rights Watch (HRW) sobre la Argentina, que toma Infobae, destaca: “Se ha socavado de forma progresiva el Estado de derecho”.

La organización no gubernamental resaltó la retórica hostil que emplean el presidente Alberto Fernández y su vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner contra el Poder Judicial y la prensa independiente. Los detalles de un crudo análisis de la actualidad del país en materia política, económica y social.

“En Argentina existen problemas de derechos humanos”. Así comienza el informe anual de HRW sobre la actualidad del país, que resume los sucesos de 2022.

La organización se refirió a la relación del Gobierno y la Justicia e hizo foco en el pedido del presidente Alberto Fernández de avanzar con un Juicio Político a la Corte Suprema. Y en un apartado que resume el relevamiento, cuenta: “En Argentina, la retórica hostil hacia los jueces por parte de autoridades, las demoras en la designación de jueces y otras autoridades de alto nivel y la corrupción, también presente en el poder judicial, han socavado de forma progresiva el Estado de derecho”.

Sobre la avanzada contra el máximo tribunal, desde HRW recuerdan el proyecto de ley para avanzar con la ampliación de cinco a quince el número de integrantes de la Corte Suprema. En ese sentido, considera que “el gobierno de Fernández y sus aliados introdujeron varias reformas al sistema de justicia que podrían socavar la independencia de los tribunales y de los fiscales.

La organización no gubernamental resaltó la retórica hostil que emplean el presidente Alberto Fernández y su vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner contra el Poder Judicial y la prensa independiente (NA)

La organización no gubernamental resaltó la retórica hostil que emplean el presidente Alberto Fernández y su vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner contra el Poder Judicial y la prensa independiente (NA)

“En septiembre, legisladores oficialistas y de otros partidos aprobaron un proyecto de ley en el Senado que amplía la Corte Suprema de 5 a 15 magistrados, una medida que gobiernos anteriores han utilizado para cooptar la Corte. El proyecto no había sido tratado en la Cámara de Diputados al momento de la redacción de este informe”, consigna HRW.

En ese contexto, el informe de marras menciona las causas que involucran a Cristina Fernández de Kirchner: “Investigan la presunta participación de la vicepresidenta en hechos de corrupción”.

Asimismo, HRW destaca los inconvenientes por lo que atraviesa la Argentina y que “la crisis política, potenciada por las dificultades económicas y la polarización, ha creado un contexto desafiante para que existan mejoras en derechos humanos”.

Impacto socioeconómico

Acerca de la economía argentina, el informe de Human Rights Watch resalta las dificultades que atraviesan las personas de bajos recursos y los niños en el país: “Una larga crisis económica, que se profundizó durante la pandemia de Covid-19, afecta de manera desproporcionada a las personas de bajos ingresos y limita severamente la capacidad de las personas de ejercer sus derechos económicos”.

Y agrega: “Los niños y las niñas se vieron particularmente afectados: más de la mitad de los niños menores de 14 años vivían en la pobreza y más de uno de cada diez en la indigencia”, se apunta en el reporte de la ONG.

El nivel de inflación fue uno de los puntos que tampoco dejó pasar la investigación: “El Banco Central proyectó que la inflación podía superar el 100% en 2022, lo que dificultaría aún más las posibilidades de que las personas puedan satisfacer sus necesidades básicas”.

Sobre los derechos humanos

“En Argentina existen problemas de derechos humanos que incluyen el abuso policial, condiciones carcelarias deficientes y violencia endémica contra las mujeres. La prolongada crisis económica en el país afecta especialmente a las personas que viven en situación de pobreza”, afirma HRW en su publicación.

La organización alertó además en su último informe anual que la ofensiva del Gobierno sobre la Justicia, las demoras en la designación de jueces y de otros cargos, como el Procurador General, y la corrupción, incluida en el poder judicial, han socavado el estado de derecho en la Argentina. Y brindó también un lúgubre panorama sobre el estado de los derechos fundamentales en América latina.

“En la Argentina, la retórica hostil hacia los jueces por parte de autoridades, las demoras en la designación de jueces y otras autoridades de alto nivel y la corrupción, también presente en el poder judicial, han socavado de forma progresiva el Estado de derecho”, advirtió el informe de HRW.

Periódicamente, publico en esta columna la compilación de datos del PBI por habitante por parte del informe de Perspectivas de la Economía Mundial del FMI (WEO), en que el se aprecia con claridad como actualmente hay países con un ingreso medio anual por habitante de USD 300, como es el caso de Sudan del Sur, y otros con más de USD 90.000 en Suiza y Noruega, y superior a USD 100.000 en Irlanda.

Semejante, brecha se explica en gran parte por la ausencia (en el primer caso) y predominio (en los segundos” de las actividades competitivas con reglas estables. Sin reglas justas no existirían las democracias maduras y pujantes.

Enrique Blasco Garma es Ph.D (cand) y MA in Economics University of Chicago. Licenciado en Economia, Universidad de Buenos Aires. Fue Economista del Centro de Investigaciones Institucionales y de Mercado de Argentina CIIMA/ESEADE. Profesor visitante a cargo del curso Sist. y Org. Financieros Internacionales, en la Maestria de Economia y C. Politicas, ESEADE. Sigue a @blascogar

ARGENTINA: CONTROLES DE PRECIOS: EL MANUAL DEL BUEN POPULISTA

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 18/1/23 en: https://jeffersonamericas.org/2023/01/18/argentina-controles-de-precios-el-manual-del-buen-populista-por-roberto-cachanosky/?utm_campaign=shareaholic&utm_medium=twitter&utm_source=socialnetwork

El Gobierno insiste con fracasadas políticas en el mundo y en particular en la Argentina, mientras que no advierte el costo de la desmesurada expansión de la base monetaria.

Ensayando una vez más la receta fracasada en el mundo y más aún en el país, el Gobierno no solo apela a una medida que a lo largo de la historia demostró no servir para frenar la inflación, sino que, además, hace un acuerdo, como en las épocas más violentas del peronismo cuando el general decía que “estaba dispuesto a hacer cumplir los precios máximos, aunque tuviese que colgarlos a todos”. Una versión siglo XX de los edictos de Diocleciano en el siglo IV DC en que había establecido la pena de muerte para quienes no cumplieran son los precios máximos.

El ministro de Economía Sergio Massa repite medidas que fracasaron hace 1.700 años, se sumergió en Diocleciano. La pregunta es: ¿Si el Gobierno está festejando que no llegó a los tres dígitos de inflación anual en 2022 porque estuvo en el 95%, para qué manda a las fuerzas de choque a controlar precios en los supermercados?.

Lo que el Gobierno no dice es que, en diciembre, a pesar del fuerte aumento del stock de Leliq y Pases netos del BCRA, para esterilizar el exceso de pesos en la economía, la base monetaria creció en promedio 9,6% respecto del promedio de noviembre y que en los primeros 10 días de enero se expandió 9,3% adicional. En otras palabras, se asiste a un festival de emisión monetaria que inevitablemente tendrá impacto sobre el nivel de precios porque son pesos que la gente no demanda.

Pero atención que la emisión monetaria que hace el Gobierno para financiar al Tesoro no es solo por Adelantos Transitorios, el BCRA también emite pesos para comprar bonos que emite la Tesorería y que el mercado no puede absorber.

Por eso, computando los “trucos” del BCRA para disimular la emisión monetaria para financiar al Tesoro, en 2022 el impuesto inflacionario estuvo en el cuarto puesto de las fuentes de financiamiento de la Administración Central.

Como es costumbre en los populismos, los gobiernos destruyen la moneda y luego buscan un culpable afuera por el aumento de precios que no es otra cosa que una depreciación de la moneda.

Este gobierno ya intentó controlar los precios mandando a La Cámpora a los supermercados, en 2021 decidieron mandar a los inspectores de la AFIP a verificar el cumplimiento de los Precios Máximos.

Pocos meses atrás acordó con los intendentes para que se encargaran de seguir los precios e incluso iban a recibir una parte de las multas por las infracciones a los Precios Máximos y ahora mandan a fuerzas de choque con el sindicato de camioneros y piqueteros.

Solo les falta resucitar a Torquemada y mandarlo con la Santa Inquisición a controlar los precios.

REGLA BÁSICA

Una vez más hay que insistir con que los costos no determinan los precios, sino que son los consumidores quienes deciden cuánto están dispuestos a pagar por determinado bien o servicio el que determina los costos de producción en que puede incurrir una empresa.

También hay que insistir en que hablar de “ganancia justa” es un disparate conceptual. ¿Considerando la imprevisibilidad en las reglas de juego, la falta de respeto por los derechos de propiedad, las arbitrariedades de los funcionarios públicos, cuál es la tasa de ganancia justa para invertir capital en una empresa en Argentina?

Pero en última instancia, el Estado no tiene derecho a decirle a la gente a qué precio tiene que vender el fruto de su trabajo. Cada vez que interviene en el mercado fijando precios máximos y regulándolo se producen faltantes.

Basta con ver los dramas que viven los inquilinos que, ante una absurda ley de alquileres, se contrae la oferta, el inquilino no tiene opciones y, encima, los dueños tienen baja rentabilidad en un activo ilíquido.

El mercado ajusta por precio o por cantidad. En la medida que el Estado establece un precio máximo, el precio artificialmente barato aumenta la demanda de ese producto o servicio y contrae la oferta de quienes los producen.

Además, desaparecen los productores marginales que son aquellos que teniendo costos más altos que sus competidores, no pueden sostenerse con el precio artificialmente bajo. Por lo tanto, o cierran el negocio o se pasan al mercado informal.

En rigor, no es que el ministro Sergio Massa quiere controlar la inflación, necesita desesperadamente mostrar un aumento del IPC que tenga tendencia a la baja para decir que está cumpliendo con su objetivo de desaceleración persisten del ritmo de aumento de los precios.

En 1946, Hermann Göering -responsable, entre otras cosas, de los planes económicos del nazismo- le dio una entrevista al corresponsal de guerra Henry Taylor. El prisionero nazi le dijo: “Ustedes en América están tomando una serie de medidas que a nosotros nos causaron problemas. Están intentando controlar los salarios y precios, es decir, el trabajo del pueblo. Si hacen eso, también deben controlar la vida del pueblo. Y ningún país puede hacerlo en forma parcial. Yo lo intenté y fracasé. Tampoco pueden hacerlo en forma total. También lo intenté y fracasé”. Este texto está tomado del libro 4.000 Años de Controles de Precios y Salarios, Como no Combatir la Inflación, de Robert Schuettinger y Eamonn Butler.

En definitiva, ni los nazis, con todo el aparato represivo que desplegaron tuvieron éxito con los controles de precios.

El peronismo vuelve una y otra vez sobre la misma receta fracasada a lo largo de la historia de la humanidad. Y esa insistencia en el fracaso no es torpeza, es el típico intento del populismo de quitarse la responsabilidad de encima de haber emitido moneda para financiar el déficit fiscal y transferirle los efectos perversos de esa emisión a un enemigo inventado.

El populismo siempre inventa un enemigo para decirle al pueblo que unas personas perversas los están explotando y ellos, los populistas, vienen a salvarlos. Es de manual. Y Massa no parece querer apartarse del manual del buen populista.

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE. Síguelo en @RCachanosky