Transcendencia del derecho de propiedad

Por Gabriel Boragina. Publicado en: http://www.accionhumana.com/2022/07/transcendencia-del-derecho-de-propiedad.html

Tomo este tema prestado del capítulo I del interesantísimo libro del Profesor Manuel Ayau (fundador y primer rector de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala) que cito a pie de página. De esta breve pero rica obra vamos a comentar y analizar algunos de sus párrafos más destacados.

‘’Algunos, que se consideran a sí mismos campeones del derecho a la propiedad privada, se sorprenderían al descubrir que cuando se oponen al libre comercio y a la «globalización» están negando a otros su derecho a la propiedad’’[1]

Negar a unos su derecho de propiedad equivale a robarles directamente, o permitir que otros sean los que les roben.

El término ‘’globalización’’ que se utiliza aquí, se refiere (en contexto) a la globalización del libre comercio. Lo aclaramos en función de que lo que expusimos en otras muchas ocasiones en cuanto a que globalización alude a un fenómeno general y expansivo que puede atañer a cualquier cosa, inclusive a actuaciones delictivas. En virtud de su excesiva ambigüedad nosotros hemos preferido no usarlo.

‘’Generalmente la propiedad se define como el derecho exclusivo de posesión, disfrute y disposición de algo tangible o intangible. Sir William Blackstone (1723-1780)6 la definió como «ese despótico dominio que un hombre mantiene y ejercita sobre cosas externas del mundo, en total exclusión del derecho de otro individuo en el universo 7’’ [2]

Esta definición ha ido evolucionando, y si bien en esencia es cierta, requiere de ciertos matices aclaratorios.

Por ejemplo, ese dominio no solamente puede ejercerse sobre cosas externas sino sobre internas. Es el típico caso del cuerpo humano y la vida misma del hombre en cuanto a si mismo como dueño de sus actos, sus pensamientos, y el uso que haga de ellos que puede ser, por supuesto, tanto bueno como malo. Recién hoy en día, no cabe duda que cada persona es dueña de su cuerpo y de su vida, pero no siempre esto fue así.

No olvidemos que, apenas a fines del siglo XVIII la esclavitud dejó de ser un ‘’derecho’’ de unos sobre otros, un derecho que -en el curso de los siglos precedentes- fue absoluto, lo que incluía potestad de vida o muerte sobre el esclavo que, legalmente, era considerado una mera cosa mueble similar a un animal (jurídicamente un semoviente).

‘’Ciertamente, Sir William no pensaría que si usted es el propietario legítimo de una cosa puede disponer de ella en cualquier forma, sin ningún tipo de límite, porque, si no hubiera limitaciones, nadie tendría garantía de poder disfrutar de derecho alguno’’[3]

Por supuesto, la circunstancia de ser dueño de un automóvil no autoriza a su propietario a salir a la calle a embestir a personas y a otros automovilistas. Nadie podría decir en su sano juicio que el mero hecho de poseer un derecho de propiedad sobre el coche habilita sin más a su propietario a cometer crímenes o delitos usando el mismo.

La situación sería la misma si, en lugar de atropellar a transeúntes u otros automóviles, se usara el vehículo para transportar cosas robadas o personas secuestradas. El derecho de propiedad y su carácter de absoluto no faculta este tipo de empleo.

‘’El límite generalmente aceptado, en relación con el ejercicio de los derechos, es que, mientras todos respeten los derechos generalmente reconocidos e iguales para todos, nadie puede decir cómo los demás deben disfrutar y disponer de sus propios derechos 8’’[4]

                El derecho a la vida y la libertad es un derecho reconocido naturalmente a todos en la postura iusnaturalista que sostenemos, lo que no implica que en la positivista (que es la preponderante en los tiempos que corren y no -por cierto- desde ahora sino desde antaño) no se lo reconozca.

Pero ha habido (y todavía subsisten) criterios positivistas, donde dichos derechos naturales se desconocen, y se pretenden reemplazar por otros ’’positivos’’, en los que la ley es lo que el gobierno dice que es ley, fórmula que podría sintetizar la tesis positivista acerca de la cual también nos hemos explayado en distintas partes.

‘’En otras palabras: mientras todos observemos las reglas de buena conducta, aceptadas recíprocamente, que hacen viable la vida en sociedad, todos somos libres para disponer de lo propio, de lo legítimamente adquirido’’[5]

                Una sociedad donde no existiera (por haberse derogado por ley) el derecho de propiedad, habilitaría a todos a robarse mutuamente, porque ya nada sería de nadie en particular, y todos se creerían con derecho a usar todo lo que existe y a consumirlo.

Fácil es darse cuenta que una ley de ese tipo (que no es ni más ni menos que lo que el comunismo ha pregonado y perseguido durante toda su existencia) convertiría rápidamente dicha sociedad en otra donde prevalecería la ley de la jungla, en la que el más fuerte predominaría sobre los más débiles y el conflicto y la guerra serian constantes. Lo único que impide a nuestras sociedades convertirse en tribus que se fagociten mutuamente es el derecho de propiedad.

‘’Efectivamente, las normas de buena conducta -como, por ejemplo, los Diez Mandamientos- establecen límites respecto de lo que no se puede hacer, con el propósito de proteger los iguales y recíprocos derechos individuales de todos’’[6]

           Aunque parezca mentira, el gran problema de nuestro tiempo es la falta de respeto a estas normas en casi todas partes, pero –y con particular magnitud- en Latinoamérica. Esto es sintomático porque, es la causa no sólo de la pobreza y miseria generalizada sino incluso del crimen, la depravación, y la corrupción en todos los estamentos sociales, desde los más bajos hasta los más altos. A todo esto es a lo que lleva el desconocimiento mínimo al derecho de propiedad. De allí su importancia.


[1] Manuel F. Ayau Cordón Un juego que no suma cero La lógica del intercambio y los derechos de propiedad Biblioteca Ludwig von Mises. Universidad Francisco Marroquín. Edición. ISBN: 99922-50-03-8. Centro de Estudios Económico-Sociales. Impreso en Guatemala. Pág. 15

[2] Ayau Cordón M. F. Un juego que…ibídem pág. 15

[3] Ayau Cordón M. F. Un juego que…ibídem pág. 15

[4] Ayau Cordón M. F. Un juego que…ibídem pág. 15-16

[5] Ayau Cordón M. F. Un juego que…ibídem pág. 16

[6] Ayau Cordón M. F. Un juego que…ibídem pág. 16

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE. Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero. Síguelo en  @GBoragina

ELOGIO DEL CHISME

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 31/7/22 en: https://gzanotti.blogspot.com/2022/07/elogio-del-chisme.html

Okok, ya sé. ¿Cómo voy a elogiar la maledicencia, el hablar a espaldas, el escupir nuestros prejuicios, el diseminar mentiras por lo bajo?

Claro que no. El silencio es una gran virtud. Todos sabemos de los perjuicios cotidianos de hablar estupideces todo el día y que por eso las Escrituras dicen “de toda palabra vana os pedirá cuenta nuestro Señor”.

Sin embargo, el chisme, o las charlas de pasillo, que no son lo mismo, cumplen una gran función. Esas conversaciones espontáneas, que pueden ser prudentes o imprudentes, limitan de hecho el poder de los que ejercen cualquier función de gobierno.

Cuanto más vertical la organización, cuanto menos institucionalizadas estén las instancias de diálogo, cuanto menos institucionalizadas estén las instancias de distancia crítica, mayor chisme habrá, mayores serán las conversaciones por lo bajo, que incluso intentarán ser controladas por las instancias superiores de la organización vertical.

Por eso el intento, logrado a veces, de controlar las redes sociales (cosa que la OM, la CDC, en contubernio con google y etc, han logrado) para evitar todo pensamiento que se salga de lo que ellos consideran legítimo. Nada mejor para esos eternos controladores de acusar de fake news a quienes difieren con ellos. “Tienes derecho a tus propias opiniones, pero no a tus propios hechos”, dicen los emborrachados en su positivismo cultural. Claro, no piensan el leve detalle que quién determina qué es una opinión y qué es un hecho, cosa que además pasa por alto otro leve detalle: si la diferencia es legítima (cosa que casi ninguna carrera de comunicación social se plantea en serio).

El humor, los memes, los chistes, aunque a veces crueles e injustos, cuanto más abundantes y libres, mejor, porque a pesar de todo, ellos marcan el límite al poder de forma espontánea y fáctica. Sí, pueden ser muy injustos, pero marcan la percepción del otro, que no lo es todo, pero es parte de las relaciones inter-humanas. Por ejemplo, algunas personas piensan que yo me paso todo el día en un topós uranós leyendo a Santo Tomás. Ok, no es así, pero es la imagen que doy. Y la prudencia me dictará cuándo tenerlo en cuenta y cuándo no. Salvando las distancias, Alberto Fernández debe estar muy enojado por los chistes que se hacen de él. Ok, pero gracias a Dios eso indica que no estamos en Corea del Norte. Y eso lo dice alguien que siempre defendió a De La Rúa de la ridiculización que le hacía Nik. Pero, cuidado, Nik captaba la imagen que él daba. Para bien o para mal, a veces hay que tener en cuenta el percipii además del esse. Un gran santo dijo que a veces no sólo es necesario ser bueno sino parecerlo. A veces, no siempre. Pero cuando a veces se debe, no tenerlo en cuanta es una imprudencia. Mi padre me contó una vez el caso de un hombre ya mayor que llegó a un gran restaurant tradicional acompañado por una bellísima joven. “Es mi hija, es mi hija”…, comenzó a aclarar. Hizo bien. Al menos en los hombres de la generación de mi padre, hizo bien.

Bendito sea el chisme entonces. Sí, puede ser que sea ocasión próxima de pecado, pero qué bien que a los poderosos les molesten. 

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor en las Universidades Austral y Cema. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Publica como @gabrielmises

¿El tema es el aborto o el federalismo? Como la esclavitud o la marihuana, ¿solucionará esto el problema?

Por Martín Krause. Publicada el 29/7/22 en: https://bazar.ufm.edu/tema-aborto-federalismo-la-esclavitud-la-marihuana-solucionara-problema/

Seguramente todos hemos conocido la discusión que ha abierto la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos sobre el aborto, al derogar la doctrina de un fallo anterior conocido como Roe vs Wade. El fallo no hace referencia al aborto en sí, sino al federalismo, y sostiene que es un tema que deben decidir los estados, no una Corte Suprema. Es cierto que este fallo puede ser una forma indirecta en que sectores conservadores de Estados Unidos buscaran limitar o restringir el aborto en ese país, pero lo cierto es que es un tema muy importante ya que promueve una diversidad de soluciones que se adapten mejor, tal vez, a las preferencias de la gente. Lo mismo ya han hecho allí con respecto a la legalización de la marihuana.

En un artículo publicado en la revista digital Discourse, Robert Tracinski, editor de Symposium y The Tracinsky Letter, trata el tema, señalando las diferencias con el tema de la marihuana y presentando una visión crítica a la decisión tomada, en un artículo titulado: “Federalism Has Its Limits, and Abortion Will Soon Test Them”:

“Este es un argumento de larga data de que nuestro sistema de federalismo es una herramienta crucial para reducir los conflictos al permitir que los estados adapten sus regulaciones y leyes a las preferencias ideológicas y culturales de sus ciudadanos. Hacemos las cosas de manera diferente en Texas que en California, o en Carolina del Sur en comparación con Nueva York. ¿Por qué no permitir que las leyes sean más restrictivas en algunos aspectos y más permisivas en otros, según las normas locales?

Hay mucho de verdad en esto, y la federalización de todo puede ser un motor de conflicto injustificado. Pero la opinión de la Corte Suprema que anuló Roe v. Wade puede ofrecer un contraejemplo, un caso en el que dejar las decisiones en manos de los estados podría conducir al caos.

La decisión en Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization hace lo que los partidarios del federalismo siempre han querido. Devuelve el tema del aborto a los estados, permitiéndoles proteger el procedimiento o prohibirlo como mejor les parezca.

En teoría, esto permite que los estados sean «laboratorios de la democracia», probando experimentos sociales para que las personas en otros estados puedan decidir si emularlos. Estamos haciendo esto con la marihuana, que ahora es legal para uso recreativo en 18 estados. Esto nos dirá si el tejido de la sociedad se disolverá si la gente puede drogarse sin ser arrestada. (Hasta ahora, parece que no lo hará). También proporciona una válvula de seguridad que permite a los consumidores ocasionales de cannabis en estados restrictivos ir a otro lugar a fumar legalmente.

Entonces, ¿devolver el aborto a los estados conducirá a una solución similar?”

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

Decálogo de un plan integral y urgente para Argentina

Por Adrián Ravier.  Publicado el 16/9/18 en: https://voz.us/argentina-dolarizacion/

Su economía es un paciente muy delicado que necesita medidas urgentes para evitar un escenario que nadie desea.

El Obelisco de Buenos Aires. (Jesus Alexander Reyes Sánchez – Flickr).

1. Política fiscal y gasto público

Urge una regla fiscal que evite que el gasto público aumente por arriba de la presión tributaria, especialmente ante el escenario electoral que se avecina. Si bien el nivel de gasto público se ha licuado entre 2020-21, corremos el riesgo de volver a niveles de gasto y déficit insostenibles, una vez que el Gobierno comience a ceder ante las presiones sindicales y gremiales.

2. Política tributaria

Urge eliminar 160 impuestos, dejando sólo aquellos 11 que hoy nos permiten cubrir el 90 % del total de recaudación. La medida sería un shock positivo sobre la actividad, lo que permitirá incrementar la base imponible, y con la recaudación adicional de esos 11 impuestos podría compensarse totalmente la caída por los otros 160 eliminados. El recuento de estos 171 impuestos surge de un relevamiento del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) a nivel nacional, provincial y municipal.

3. Superávit fiscal

Urge alcanzar un superávit fiscal para poder asumir el pago de los compromisos de deuda. En el caso argentino no alcanza con equilibrio fiscal, primero por su coyuntura, pero también para avanzar en una reducción de la presión tributaria y una quita gradual de retenciones, además de en una reforma previsional indispensable. En 2023 Argentina corre el riesgo de ir a un nuevo default y es necesario dar tranquilidad a los acreedores de que está haciendo lo posible para reconocer sus obligaciones.

4. Política cambiaria

Urge levantar el cepo cambiario. Debemos reconocer la cotización real del dólar frente a una moneda que hemos destruido y seguimos destruyendo año a año. Se deben terminar los privilegios en el reparto de los escasos dólares a un grupo de importadores oficiales y acreditados.

5. Desregulación

Se deben terminar los controles de precios sobre toda la economía, para que pueda normalizarse el funcionamiento bajo incentivos adecuados a la producción. La infraestructura energética sufre hoy la falta de inversiones, y esto representa un cuello de botella para recuperar tasas altas de crecimiento económico. Como en otros episodios históricos de nuestro país, los servicios públicos pueden atraer inversiones que contribuyan a reactivar la economía.

6. Política monetaria

Urge dolarizar la economía, aceptando lo que espontáneamente ya viene ocurriendo desde las PASO de 2019. El remanente de pesos que circula debe ser reemplazado por dólares que el Gobierno logre captar con nueva deuda, y los otros pasivos del Banco Central deben ser reemplazados por deuda del Tesoro. Una nueva convertibilidad con un tipo de cambio real alto (tras levantar el cepo) puede ser una alternativa, pero nos inclinamos en favor de la dolarización para reducir el costo de salida y eliminar el riesgo de devaluación, lo que es indispensable para tener bajas tasas de interés, tanto nominales como reales.

7. Apertura económica

Urge abrir la economía, recuperando el acuerdo con la Unión Europea, pero buscando también otros acuerdos con Nafta, Asia, Africa y Oceanía. El Mercosur podría ser el bloque a partir del cual se encaren las negociaciones, pero si no lo fuera Argentina debería abandonarlo. En esta materia tenemos mucho que aprender de los acuerdos bilaterales de Chile con distintos bloques económicos, incluyendo el Mercosur. Esta apertura requerirá de una eliminación total de los aranceles, lo que también requiere un tipo de cambio real alto como punto de partida, que se obtendrá al levantar el cepo y con la reforma monetaria de dolarización mencionada. Que los bienes transables adquieran dentro de Argentina precios internacionales bajos y competitivos reducirá el costo de la canasta básica para los consumidores, lo cual puede contribuir a bajar la pobreza, y a una pronunciada mejora de la competitividad.

8. Legislación laboral

Urge flexibilizar la legislación laboral, para que aquellos que necesitan contratar personal tengan incentivos para hacerlo. En el mismo plan de integración y retorno al mundo, Argentina necesita de esta reforma para mejorar su competitividad. La medida contribuye también a un necesario cambio estructural de empleo público a privado. Es un mito que esta medida provoque precarización laboral. La legislación laboral actual está provocando más excluidos que nunca, niveles alarmantes de informalidad y altas tasas de subempleo.

9. Cielos abiertos

Urge recuperar una política de cielos abiertos, sea con Aerolíneas Argentinas en manos públicas o privadas o directamente cerrada, pero recuperando la competencia de compañías que ofrezcan mejor calidad y precios a los consumidores, como ya ha ocurrido en Europa o en Estados Unidos. La medida daría a la Argentina mayor dinamismo, lo que también contribuye a mejorar la productividad.

10. Petróleo

Urge privatizar la explotación de petróleo, reconociendo que el Gobierno argentino ha sido siempre un mal empresario y que no tiene los recursos ni el conocimiento para abastecer al mercado local. La explotación de Vaca Muerta puede fundamentar shocks de inversión que Argentina necesita para salir de esta coyuntura. No sólo es indispensable que Argentina se autoabastezca de combustible, además puede generar ingreso de divisas por exportación.

Por supuesto que quedan otros frentes por encarar, como un Presupuesto base cero que permita replantear la estructura del gasto público, con menos ministerios, secretarías y sub-secretarías, que a la vez permita reducir la burocracia y la corrupción. Nueva Zelanda nos ofrece una experiencia en esta materia. Pero los 10 puntos mencionados arriba grafican una reforma integral y urgente que debería estar en la agenda del oficialismo y la oposición para alcanzar consensos que puedan ayudarnos a evitar otra crisis económica de magnitudes alarmantes.

Adrián Ravier es Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Master en Economía y Administración de Empresas por ESEADE. Es profesor de Economía en la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la Universidad Nacional de La Pampa y profesor de Macroeconomía en la Universidad Francisco Marroquín.

Propuestas para mejorar el sistema electoral ranqueando a todos los candidatos que se presenten

Por Martín Krause. Publicada el 25/7/22 en: https://bazar.ufm.edu/propuestas-mejorar-sistema-electoral-ranqueando-todos-los-candidatos-se-presenten/

Uno de los problemas que presentan los sistemas electorales, y no de fácil solución, es que no miden la intensidad de las preferencias. Es decir, un voto, tanto sea en una boleta única como en boletas separadas, es un voto, y no nos dice nada de cuán intenso era el deseo del votante de que ese candidato ganara, puede ser que le da lo mismo, que eligió al menos malo o que se muere porque esa persona gane. Es por eso que desde hace tiempo ya han surgido propuestas que buscan reducir, aunque sea algo, ese problema, pidiéndole al votante que ranquee a los candidatos según su mayor o menor aprobación.

En este paper Eric Kamwa se trata el tema: “On Two Voting systems that combine approval and preferences: Fallback Voting and Preference Approval Voting”. 2022. ￿hal-03614585￿: https://hal.archives-ouvertes.fr/hal-03614585/document

“La votación de aprobación de preferencia (PAV) y la votación de respaldo (FV) son dos reglas de votación que combinan aprobación y preferencias. Fueron introducidos por primera vez por Brams y Sanver (2009). Bajo PAV, los votantes clasifican a los candidatos e indican cuáles aprueban; con FV, clasifican solo a los candidatos que aprueban. En este artículo, complementamos el trabajo de Brams y Sanver (2009) explorando algunas otras propiedades normativas de FV y PAV. Mostramos, entre otros, que FV y PAV satisfacen y no cumplen los mismos criterios; poseen dos propiedades que AV no tiene: la optimización de Pareto y el hecho de elegir siempre al ganador absoluto de Condorcet cuando existe. Para elecciones de tres candidatos y un electorado muy grande, comparamos FV y PAV con otras reglas de votación al evaluar las probabilidades de satisfacer los criterios de mayoría de Condorcet. Encontramos que PAV funciona mejor que la regla de Borda. También encontramos que en términos de acuerdo, FV y PAV están más cerca de las reglas de puntuación que de la votación de Aprobación. Nuestro análisis se realiza bajo el supuesto de Cultura Anónima Imparcial.”

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

¿La Argentina adopta el Manifiesto Comunista?

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 26/7/22 en: https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-argentina-adopta-el-manifiesto-comunista-nid26072022/

Retenciones, impuestos distorsivos, cuestionamientos a la herencia; debemos preguntarnos cómo es posible, con estos lineamientos de espíritu totalitario, que pretendamos ser parte de la sociedad libre

Karl Marx: Foto de John Jabez Edwin Mayal - International Institute of Social History,

Karl Marx: Foto de John Jabez Edwin Mayal – International Institute of Social History,

Resulta por lo menos llamativo que en nombre de la sociedad libre se adopten las recomendaciones del espíritu totalitario. En este sentido es de interés repasar los diez puntos que Marx y Engels aconsejaron aplicar en 1848 al efecto de hacer estallar al capitalismo, en cuyo contexto escriben en el documento de marras que “pueden sin duda los comunistas resumir toda su teoría en esta sola expresión: abolición de la propiedad privada”.

Veamos los diez puntos. Primero, reformas agrarias de diversa naturaleza al efecto de que el aparato estatal se establezca como árbitro de su uso y disposición (“apropiación nacional de la tierra y aplicación de la renta a las necesidades del Estado”, reza este primer punto). Como es sabido hay solo dos maneras de decidir acerca del empleo de la tierra, vía el proceso de mercado, en el que se asigna ese recurso fundamental en concordancia con lo que reclaman los consumidores, o a través de la imposición del gobierno basada en criterios políticos. El propietario que decide inexplotar lo que debiera explotar o explotar aquello que no es rentable tiene sus días contados como empresario rural. Las mal llamadas retenciones son una confiscación al campo, mal llamadas puesto que una retención indica un monto que será circunstancialmente retenido y luego devuelto, lo cual no ocurre, por tanto se trata de un impuesto más que, entre otras cosas, vulnera el principio de la igualdad ante la ley.

Segundo, “un gran impuesto progresivo”. En materia fiscal hay dos formas de gravar: la proporcionalidad y la progresividad. Lo primero significa que todos se hacen cargo de la misma tasa o alícuota y, desde luego, el que manifiesta mayor capacidad de pago abona más en valores absolutos que el de menor capacidad de pago. Sin embargo, la progresividad se traduce en que la tasa o alícuota crece a medida que crece el objeto imponible. Esto se traduce en cuatro efectos centrales: primero, obstaculiza la necesaria movilidad social, puesto que a los que vienen ascendiendo en la pirámide patrimonial se los castiga más que proporcionalmente, lo cual no permite que los que están en el vértice y no sirven a los intereses de su prójimo bajen con la rapidez necesaria y, como queda dicho, los que vienen ascendiendo desde la base suban con la rapidez necesaria. El impuesto progresivo también altera las posiciones patrimoniales relativas, es decir, el consumidor al comprar o abstenerse de hacerlo va estableciendo ciertas posiciones patrimoniales, lo cual es contradicho con el impuesto progresivo, al contrario de la proporcionalidad que deja las posiciones relativas inalteradas. El impuesto progresivo es regresivo puesto que recae especialmente sobre los más vulnerables, ya que las tasas de inversión que generan los más pudientes se ven reducidas por la progresividad, lo cual contrae salarios e ingresos en términos reales, ya que las tasas de capitalización constituyen la única causa de mayores salarios. Por último, la progresividad es un castigo progresivo a la eficiencia, se declama que se debe ser más eficiente para producir y cuando esto ocurre se pena la eficiencia.

Tercero, “suspensión de la herencia”. Hay una metáfora tomada del deporte que dice que los participantes en una carrera de cien metros llanos deben partir en las mismas condiciones y que el esfuerzo de cada cual se vea reflejado en los resultados de la carrera según sea la performance de cada uno, pero que no se les den ventajas a unos por el hecho de haber recibido una herencia que los pone en mejor situación respecto de sus competidores. Como bien se ha señalado, esta metáfora es autodestructiva porque a poco de andar los que hicieron el esfuerzo en la pista y llegaron primeros, se les aplicará la guillotina horizontal a sus herederos en la próxima carrera, con lo cual habrán constatado que su esfuerzo fue inútil. El ataque a la herencia es una formidable herramienta contra el ahorro, pues desaparecerá el incentivo si es expropiado, con lo cual el empobrecimiento es seguro. Las posiciones patrimoniales no son irrevocables en una sociedad abierta: los que aciertan en las preferencias de sus congéneres obtienen ganancias y los que yerran incurren en quebrantos.

Cuarto, “confiscación de la propiedad de los emigrados y de los rebeldes”, lo cual, en el contexto moderno, significa confiscar especialmente a los opositores y dentro de esta categoría a los “rebeldes” en el periodismo, con lo que se destruye el inmenso valor del cuarto poder al efecto de limitar los abusos gubernamentales y para aumentar el conocimiento a través de debates abiertos y así dar lugar a las respectivas refutaciones que permiten el progreso.

Quinto, “centralización del crédito en manos del Estado por medio de un banco nacional formado con el capital del Estado y un monopolio exclusivo”. Esto es la banca central y el curso forzoso. Los banqueros centrales están embretados entre solo tres avenidas en sus decisiones: expandir, contraer o dejar inalterada la base monetaria. Pues cualquiera de los tres caminos necesariamente desfigurará los precios relativos, que son la única información para saber dónde asignar económicamente los siempre escasos recursos. Si se dijera que hay la posibilidad de que la banca central proceda del mismo modo que hubiera procedido la gente, hay que preguntarse para qué se metió, si va a hacer lo mismo que hubiera hecho la gente, con el consiguiente ahorro de honorarios, pero la conclusión de fondo estriba en explicar que el único modo de saber cuál hubiera sido la decisión de la gente es dejarla que se exprese, tal como sugieren grandes maestros de la economía que apuntan a eliminar el fetiche de la “autoridad monetaria”, que, por otra parte, en gran medida convierte a los llamados bancos privados en dependencias de la banca central.

Sexto, “centralización de todos los medios de comunicación y transporte en manos del Estado”. Este consejo se lleva a cabo a raíz de controles a las empresas de comunicación y de transporte; incluso actividades aparentemente alejadas como el servicio de taxi están sujetas a disposiciones del gobierno de turno en cuanto al monto de la tarifa, los horarios de trabajo y el color con que deben estar pintados sus vehículos, lo cual revela que el título de propiedad es irrelevante, ya que los verdaderos propietarios son los burócratas de la respectiva ciudad.

Séptimo y noveno se traducen en enfatizar lo dicho en el primer punto respecto de la tirria contra el sector agrícola. Octavo, “la organización de ejércitos industriales” en materia laboral se refiere a los sindicatos establecidos de modo autoritario respecto de la representatividad, afiliación y conexos. Y décimo, “educación pública y gratuita para todos”, para lograr el adoctrinamiento vía ministerios de Educación para imponer estructuras curriculares con el disfraz de la gratuidad, que, como se sabe, es inexistente, puesto que nada es gratis, alguien se hace cargo y en este caso son principalmente los más necesitados, puesto que las cargas fiscales sobre los que pueden invertir hacen que se contraiga este proceso, con lo cual el peso recae sobre salarios e ingresos de los más pobres.

Este es el Manifiesto Comunista muy sumariamente explicado. Debemos preguntarnos cómo es posible, con la bajada de estas líneas marxistas, que pretendamos ser parte de la sociedad libre a contramano de sus valores y principios.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

Matrimonio = prostitución

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 23/7/22 en: https://www.larazon.es/opinion/20220724/e3xkzsn6vvd65c4iuuanrojouq.html

En su pretendidamente infinita bondad, los socialistas han decidido que, como la prostitución está mal, hay que prohibirla, y ya está. Como siempre, no solo quieren acabar con la Iglesia, sino sustituirla, y se olvidan de que Dios Nuestro Señor no es partidario del pecado, pero tampoco de prohibirlo.

La fatal arrogancia progresista, la fantasía de creer que el mundo se arregla mediante la coacción política y legislativa, no puede ocultar que el verdadero desenlace de los antiliberales de todos los partidos es socavar las instituciones de la sociedad libre. Un clásico es acabar con el matrimonio, suprimiendo limitaciones y ataduras, y pulverizándolo como si fuera una opresión de la cual es menester que los héroes del pueblo lo liberen de una vez.

Una forma habitual de atacar el matrimonio es asimilarlo a la prostitución, y no a la ejercida libremente, sino a la forzada. Esto identifica el matrimonio con las demás relaciones sociales, siempre interpretadas por la izquierda como forzadas. Los socialistas nunca retratan a la sociedad como el marco de cooperación de mujeres y hombres, sino como la amenaza de engaño y explotación, que reclama la urgente intervención del Estado que recortará cada vez más derecho y libertades, siempre por el bien de la gente, porque no se nos puede dejar solos.

La antigua bobada de Simone de Beauvoir ha sido repetida por pseudofeministas, hasta hoy. Así, pude leer a una destacada filósofa catalana, doña Laura Llevadot, empalagosamente entrevistada en El País, que declaró: «Nuestra sociedad se ha estructurado sobre la prostitución. Las mujeres se han prostituido en los matrimonios y sin cobrar: tú te casabas para que alguien te mantuviese, a cambio le dabas favores sexuales, descendencia y no hacías el amor siempre que quisieras. Esto era lo normal. Empecemos a reconocer que eso ha sido estructural para todas». El periódico señala que la famosa pensadora «aborda en su nuevo libro cómo reconstruirse cuando se ‘’mata’’ al fascista al que han amado y adorado tantas mujeres».

Lo interesante de este fabuloso camelo, que distorsiona totalmente una institución que ha sido clave para consolidar el respeto y la libertad de las mujeres, es que apenas oculta el desdén que las elites progresistas sienten hacia la población femenina. Por cierto, se parece mucho al que siempre han experimentado hacia la clase trabajadora.

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE. Difunde sus ideas como @rodriguezbraun

El populismo debilita instituciones y esto perjudica la actividad emprendedora: el de izquierda más aún.

Por Martín Krause. Publicada el 22/7/22 en: https://bazar.ufm.edu/populismo-debilita-instituciones-perjudica-la-actividad-emprendedora-izquierda-mas-aun/

El populismo es la antítesis de las instituciones. No entiende de límites al poder ya que interpreta que representa al “pueblo” en forma directa. Esto genera falta de controles y concentración del poder que, a su vez, implica inestabilidad en las reglas de juego, lo que no favorece la actividad emprendedora. El populismo de izquierda es peor que el de derecha en este caso.

Este tema tratan en un paper titulado “Populist Discourse and Entrepreneurship: The Role of Political Ideology and Institutions”, por Bennett, D.L., Boudreaux, C. & Nikolaev, B. Populist discourse and entrepreneurship: The role of political ideology and institutions. Journal of International Business Studies (2022). https://doi.org/10.1057/s41267-022-00515-9

“Usando la teoría económica institucional como nuestro marco guía, desarrollamos un modelo para describir cómo el discurso populista del líder político de una nación influye en el espíritu empresarial. Nuestra hipótesis es que el discurso populista reduce el espíritu empresarial al crear incertidumbre en el régimen con respecto a la estabilidad futura del entorno institucional, lo que hace que los empresarios anticipen costos de transacción futuros más altos. Nuestro modelo destaca dos factores importantes que moderan la relación. El primero es la fuerza de los controles y equilibrios políticos, que, según nuestra hipótesis, debilita la relación negativa entre el discurso populista y el espíritu empresarial al proporcionar a los empresarios una mayor confianza en que las acciones de un populista se verán limitadas. En segundo lugar, la ideología política del líder modera la relación entre discurso populista y emprendimiento. La retórica anticapitalista del populismo de izquierda creará una mayor incertidumbre de régimen que el populismo de derecha, que a menudo va acompañada de una retórica crítica con el libre comercio y los extranjeros, pero que también apoya los intereses comerciales. El efecto del populismo centrista, que a menudo va acompañado de una combinación de ideas contradictorias y moderadas que dificultan discernir los costos de transacción futuros, tendrá un efecto negativo más débil sobre el espíritu empresarial que el populismo de izquierda o de derecha. Probamos empíricamente nuestro modelo utilizando un diseño multinivel y un conjunto de datos compuesto por más de 780 000 personas en 33 países durante el período 2002-2016. Nuestro análisis apoya en gran medida nuestra teoría sobre el papel moderador de la ideología. Sin embargo, sorprendentemente, nuestros hallazgos sugieren que el efecto negativo del populismo en el espíritu empresarial es mayor en las naciones con controles y equilibrios más fuertes.”

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

Me quedé con las ganas: una nota al pie

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 30/6/22 en: https://www.infobae.com/opinion/2022/07/23/me-quede-con-las-ganas-una-nota-al-pie/

Las venas abiertas de América Latina fue uno de los libros de mayor éxito editorial en el contexto de recetas sociales. Hubiera sido extraordinario que Eduardo Galeano utilizara su prosa para persuadir a muchos de las ventajas del respeto recíproco y de los crímenes del Leviatán desbocado

Las venas abiertas de América Latina, fue reeditado a 50 años de su publicación

Las venas abiertas de América Latina, fue reeditado a 50 años de su publicación

Son curiosas las cosas que a uno le ocurren. Desde que adquirí Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano tuve una sensación bifronte: por un lado constatar la reiteración de las iniquidades del estatismo que a su paso empobrece y embrutece y, por otro, albergar una admiración por una prosa colosal y una verba extraordinariamente bien articulada, incluso con un tono de voz que atrapa. Aún percatándome de los errores garrafales de este autor prolífico y del daño que ha hecho, no pueden dejar de reconocerse los méritos señalados.

Muchas veces he pensado lo extraordinario que sería si Galeano fuera liberal al efecto de persuadir a muchos de las ventajas del respeto recíproco y de los crímenes del Leviatán desbocado que aniquila el progreso muy especialmente a los más vulnerables. Fuera del Manifiesto Comunista no creo que haya habido otro libro con una difusión y un éxito editorial mayor en el contexto de recetas sociales.

Pues mi sueño se cumplió parcialmente porque en la Bienal Dos del libro y la lectura en Brasilia en abril de 2014 afirmó refiriéndose al libro de marras publicado en 1971 que “no sería capaz de leer el libro de nuevo, porque cuando lo escribí no tenía los suficientes conocimientos sobre economía y política” y reiteró frente a una audiencia sorprendida que “no volvería a leer Las venas abiertas de América Latina porque si lo hiciera me caería desmayado”. Entre otros escritores, Carlos Alberto Montaner se refiere a esa mudanza intelectual en “Galeano: el hombre que acertó cuando se rectificó”.

Debe en este sentido reconocerse la admirable honestidad intelectual de este notable escritor uruguayo, pero mi sueño no se cumplió porque faltó su dedicación y empeño en la causa de la libertad. La vida no le dio tiempo porque murió a los 74 años el 13 de abril de 2015 de cáncer al pulmón, una enfermedad que venía padeciendo desde 2007.

En lo personal no solo me quedé con las ganas de lo dicho sino que en noviembre de 2014 unos jóvenes uruguayos me propusieron un debate con Galeano a lo que el escritor les respondió amablemente por escrito que por razones de salud no podía aceptar ese tipo de compromisos, documento de un par de líneas que conservo (comienza dirigiéndose a los invitantes con “estimados amigos”). Esos jóvenes -aun a sabiendas de las dolencias que venía arrastrando Galeano- conjeturaron que se trataba de un pretexto para no debatir sobre temas que aún no había explorado. Me torturo con la idea de lo gratificante que hubiera sido un intercambio sobre el liberalismo si la vida le hubiera permitido un desquite, situación en la que estimo hubiera sido un espadachín de lujo al adentrarse de la tradición de pensamiento que tanto combatió. Contribuyó a difundir aquel bautismo absurdo de neoliberalismo, una etiqueta con la que ningún intelectual de fuste se identifica. Mario Vargas Llosa ha escrito que “en mi vida que va siendo larga me he encontrado con muchos liberales y con muchos más que no lo son pero nunca me he topado con un neoliberal”.

El título del último capítulo del libro mencionado de Galeano resume su tesis: “La estructura contemporánea del despojo” y abre el libro afirmando que “la división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder” y en esa introducción escribe que “cuanta más libertad se otorga a los negocios más cárceles se hace necesario construir para quienes padecen los negocios.”

Para descifrar el libro no hace falta más que recorrer buena parte de las políticas latinoamericanas: impuestos insoportables, deudas gubernamentales astronómicas, déficit sideral, regulaciones asfixiantes, mercados laborales que bloquean el trabajo, comercio exterior objeto de trabas de toda índole, inflaciones galopantes, centralismos autoritarios, división de poderes amenazadas, libertad de prensa cuestionada, todo en nombre de la guillotina horizontal, es decir, la manía del igualitarismo dando la espalda a la igualdad ante la ley.

Galeano comenzó su carrera periodística a inicios de 1960 como jefe de redacción de Marcha, el semanario uruguayo en el que Juan Domingo Perón consignó el 27 de febrero de 1970 que “Si la Unión Soviética hubiera estado en condiciones de apoyarnos en 1955, podía haberme convertido en el primer Fidel Castro del continente.” Durante sus estudios en París, Galeno supo que el ex presidente estaba exiliado en Madrid a quien visitó en reiteradas ocasiones y con quien congeniaron en temas cruciales.

Otro de los tantos libros de Galeano es Patas para arriba, la escuela del mundo al revés que inicia con la reproducción de una frase que ilustra muy bien la hipocresía: “Donde no se obedece la ley, la corrupción es la única ley. La corrupción está minando este país. La virtud, el honor y la ley se han esfumado de nuestras vidas”. ¿A quién pertenece esta cita? A Al Capone en una entrevista publicada en Liberty el 17 de octubre de 1931.

Antes he escrito sobre este libro pero es pertinente repetir algunos aspectos. Flota en ese trabajo y en otros la presencia de la suma cero de la teoría de los juegos, es decir, lo que gana uno lo pierde el otro retrotrayéndonos a la época mercantilista. Nada original por cierto pero bien escrito. No distingue para nada el empresario que para mejorar su situación patrimonial debe servir a sus semejantes: si acierta gana y si yerra incurre en quebrantos. No distingue esta situación con el pseudoempresario que se enriquece debido al privilegio que le otorga su alianza con el poder político de turno, con lo que explota miserablemente a sus congéneres.

La emprende contra un capitalismo prácticamente inexistente, incluso en el otrora baluarte del mundo libre, Estados Unidos, donde de un largo tiempo a esta parte los gobiernos han traicionado los sabios consejos de los Padres Fundadores para, en su lugar, abrazar la latinoamericanización en el peor sentido de la expresión, lo cual incluye “salvatajes” para negociantes irresponsables, ineptos e indecentes, claro está con los recursos de los que trabajan honestamente y no tienen poder de lobby. Embiste contra el mercado como si no se percatara que se trata de millones de arreglos contractuales entre los que está el mismo Galeano, no solo para su vivienda, su vestido, su alimentación y su recreación sino de modo muy especial para vender sus libros.

Sus recetas son anacrónicas, son las que aplicaron y aplican todos los países atrasados del planeta pero están vestidas con un ropaje nuevo y adornados con una prosa elegante, por más que ataque por las razones equivocadas a las nefastas instituciones internacionales como el FMI y el Banco Mundial que sin duda habría que disolver por el daño mayúsculo que infringen con recursos coactivamente detraídos del fruto del trabajo ajeno para financiar gobiernos fallidos a manos de burócratas que reciben pagas suculentas y que viajan en primera con pasaportes que les permiten acarrear compras que no revisan las aduanas que ellos mismos contribuyen a fortalecer controles.

Lo que en verdad está al revés es en gran medida debido a la absorción de lo dicho por autores como Galeano y que, en consecuencia, el mundo al revés estaba, entre otras, en la cabeza de este escritor. Pero henos aquí que Galeano no lo ve así; según él, el problema radicaría en los privados que usan y disponen de lo adquirido lícitamente como consecuencia de lo intercambiado con otros. Es por eso que alaba enfáticamente el experimento oprobioso de la isla-cárcel cubana que constituía su modelo.

Luego, como queda dicho, se retracta y consigna que se cayó del mundo y no sabe por qué puerta entrar. Cualquiera debe ser la puerta siempre que no se abandonen valores y principios de la sociedad libre pues así se pierde la brújula, los mojones o puntos de referencia del respeto recíproco que implica las libertades individuales, la palabra empeñada en los contratos y la propiedad privada, en primer lugar del pensamiento y la integridad física de cada cual y, luego, del producto de su trabajo.

Se trata de un plano axiológico que depende en gran medida de la educación formal e informal recibida y de elucubraciones personales pero hay que respetar otras preferencias. Lo mismo va para la chabacanería de lo que en algunos casos se transmite por televisión y así sucesivamente, pero las actitudes y preferencias que no lesionan derechos bajo ningún concepto es aceptable recurrir a la prepotencia de comisarios sino que se requiere consideración para que cada uno siga su camino. La receta es en todo caso el intento de persuasión.

En resumen, hubiera sido una experiencia formidable si Galeano hubiera retomado el mundo después de su caída más o menos vertiginosa y entre raudamente por la puerta de la libertad y denuncie con el vigor que lo caracteriza todo lo que signifique el uso de la violencia para con personas que no se entrometen en los derechos de otros y, simultáneamente, hubiera insistido en la docencia para mostrar los desperdicios humanos al destinar esfuerzos en pro de la zoncera sistemática que se aparta de los fines de excelencia que hace posible la condición humana, posibilidad que la diferencia de las otras especies conocidas.

El conocimiento es provisorio sujeto a refutaciones, para lo cual se requieren debates abiertos sin ningún tipo de censuras. Un sistema liberal en el que marcos institucionales se circunscriban a proteger los derechos de todos, dejando por completo de lado a los megalómanos que pretenden manejar vidas y haciendas ajenas, sin comprender que el conocimiento es disperso y fraccionado y que, por ende, los así llamados planificadores concentran ignorancia con la petulante y morbosa inclinación de imponer lo que debe hacer cada uno. Muy bienvenido hubiera sido Galeano a las filas liberales, lo cual significa el respeto irrestricto para los proyectos de vida de otros. Filas donde no hay popes sino intercambios de ideas con plena conciencia que es una tradición de pensamiento que está y estará en permanente ebullición porque en la vida terrenal no hay un punto final que no sea susceptible de mejorar. Hubiera sido aplaudido por los partidarios de la sociedad abierta (para utilizar lenguaje popperiano) por su pluma colosal y por su honestidad intelectual al exponer sus dudas existenciales por donde entrarle al mundo.

Por último, señalo que el clima de tensión y de violencia que muchas veces acompaña esa especie de angustia permanente a que se refería Galeano, es consecuencia de imposiciones atrabiliarias de un Leviatán adiposo y creciente, tal como lo expone en detalle y muy documentadamente Butler S. Schaffer en su largo ensayo titulado “La violencia como producto del orden artificial” que, en definitiva, genera tensiones que aumentan sin cesar y demuelen el orden en el sentido que tradicionalmente lo ha entendido la civilización, claro está, basado en lo sacro de las autonomías individuales.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

La ley como ‘’reformadora’’ social


Por Gabriel Boragina. Publicado en:
http://www.accionhumana.com/2022/07/la-ley-como-reformadora-social.html

Los juristas, no pocos políticos, profesores, y mucha gente común suele pensar que la ley es el instrumento ‘’perfecto’’ para modelar y moldear la conducta de una sociedad o de la sociedad en general.

Muchos son los reformadores sociales, entre los cuales se cuentan los mencionados en primer término, que asumen como propia esa misión y que sueñan con imponer criterios morales, no solamente al prójimo que tienen inmediatamente más cercano -como etimológicamente significa la misma palabra prójimo- sino a todos, sean próximos o lejanos.

Pero hay autores que no piensan lo mismo y entre los cuales nos alineamos:

‘’La gente cumple las leyes sus propios objetivos que pueden ser morales o inmorales. Un criminal puede servirse de métodos e instituciones legales para cumplir su designio criminal’’[1]

Ese criminal puede ser incluso el mismo legislador, como ya nos hemos referido en otras ocasiones. Es más, en el caso de los regímenes totalitarios lo es siempre. En este supuesto, su labor legislativa tiene dos objetivos: por el primero, legitimar sus conductas ilícitas. Por el segundo, criminalizar todas las demás conductas que se opongan a la suya.

‘’La gente buena se sirve también de instituciones para cumplir con sus designios que no necesariamente son iguales a los de los legisladores’’[2]

Aunque el legislador mismo no sea un criminal, incluso en ese caso, sus objetivos raramente serán los mismos que los de las demás personas. Se olvida a menudo que mientras la ley uniforma conductas, los seres humanos somos todos diferentes y actuamos en desiguales direcciones, y ninguna ley puede abarcar todo ese abanico de conductas humanas. Muchos han pretendido hacerlo a través de la ley, pero jamás en la historia de la humanidad lo han logrado, y difícilmente lo consigan mientras los seres humanos sigan siendo desemejantes entre sí.

‘’La moral no se transmite, el legislador no contagia a la ley de sus designios morales, cada uno de nosotros utiliza la ley para sus propios propósitos morales, y de esta manera sirve a lo que entiende como mejor desde su propio punto de vista’’[3]

Parece que el autor abraza la tesis de la moral subjetiva. Según esta, cada persona tiene sus propias normas morales. Otros pueden participar de ellas, o tener sus personales reglas morales disímiles a las de los primeros. Pero como sea, coincidimos en cuanto a que la ley no es el vehículo idóneo ni apropiado para transmitir valores morales a los destinatarios de ella. En cualquier caso, los principios morales se transmiten a otras personas por diversos cauces, entre los cuales el más importante es la educación.

‘’De manera que deberíamos agregar a las limitaciones de la ley como fuente del derecho, además de ser costosa y el reparto asimétrico de ese costo, el hecho de que la ley tiene un carácter meramente instrumental, que no puedo darle contenidos morales a una sociedad a través de la ley. Finalmente los ciudadanos harán lo que quieran hacer, lo que mejor entiendan que les conviene, lo que les guste hacer y no lo que los legisladores pretenden que hagan a través de las normas legales’’[4]

Esto parece indicar que, a través de la ley no es posible regimentar a una sociedad, ni producir reformas sociales. Ambas cosas son correctas. La ley es un resultado, una consecuencia, y no una causa de algo.

Algunas conductas pueden ser consecuencia de ciertas leyes que, observadas en conjunto, serán, »a la postre», aisladas. Por ejemplo, la violación de la ley penal puede -en determinados casos- resultar en que la persona que la quebranta sea procesada y vaya presa. Pero la mayoría de los tipos penales que la ley determina sólo resultarán vulnerados en aquellos casos que marchen en contra de las costumbres sociales imperantes en esa época y lugar donde se los pretende aplicar. En caso contrario, no lo serán.

Esto último resulta relevante y visible en los regímenes totalitarios donde, usualmente, se elaboran códigos penales que listan -además de los considerados delitos comunes- otra serie de hechos que -en la doctrina- suelen denominarse como delitos políticos y que no son precisamente los que ejecutan los gobernantes contra la gente común sino, inversamente, los que los tiranos imaginan como tales y que siempre serán los cometidos por la persona corriente contra los rectores del régimen opresor.

‘’En conclusión hemos tratado de profundizar en este mundo donde el derecho no se crea monopólicamente sino competitivamente’’[5]

En este punto deberemos recordar que hay dos tipos de monopolios que reciben distintas significaciones por parte de los autores. Unos lo llaman naturales y artificiales, otros espontáneos y provocados, otros de mercado o estatales, otros el bueno y el malo. En fin, las denominaciones se multiplican. En el punto, en realidad, el autor lo que está queriendo decir es que hay varias fuentes del derecho y -en el caso- identifica al monopolio con la fuerza del estado/nación. Por competitivo para él debe entenderse, entonces, la existencia de varias fuentes del derecho.

‘’si el derecho se crea monopólicamente en realidad tenemos poco que discutir, como el derecho se crea competitivamente resulta que podemos hacer una aproximación hacia las fuentes del derecho desde una perspectiva distinta y darnos cuenta de que el derecho es costoso y que la ley como fuente del derecho es una fuente predominante y con una presencia significativa, deriva su condición de situaciones objetivas’’[6]

En contexto, todo es costoso y es algo en lo que hemos insistido siempre. El párrafo da la errónea idea de que si el derecho fuera creado monopólicamente no tendría costo alguno, lo cual es falso, aunque no sea lo que el autor piense realmente. Pero la forma de expresarlo trasmite al lector esa errada percepción.

También pretendemos dejar aclarado que, el concepto de ley es -en última instancia- subjetivo y que es aquello que cualquier persona entiende como obligatorio para ella. Excede, pues, la idea corriente de ley positiva, aunque el articulista comentado siempre use la palabra ley en este último sentido.

‘’En realidad la ley, como un mecanismo institucional, tiene una serie de ventajas insoslayables. Una ley puede disminuir los costos de transacción pero también los puede incrementar, la ley como fuente del derecho tiene costos y beneficios, estos costos se reparten asimétricamente y tienen un carácter instrumental’’[7]

La primera oración contradice, indudablemente, las siguientes. En rigor, quiere decir que la ley tiene ventajas y desventajas (siempre) lo cual es una conclusión particular de una premisa general, por la que todo, absolutamente todo en la vida, tiene costos y beneficios, lo que se resume en la célebre fórmula del notable premio Nobel de economía Milton Friedman: There are no such thing as a free lunch. Sobre el carácter instrumental de la ley no tenemos allí nada que objetar y estamos profundamente de acuerdo con el autor.

‘’También la ley tiene beneficios, economías de escala y ventajas comparativas como fuente del derecho, lo que explica la enorme difusión y la gran importancia de la ley en la sociedad contemporánea. De los muchos fenómenos jurígenos, la ley y la costumbre son entonces las fuentes predominantes’’.[8]

La conclusión es casi una obviedad a la luz de lo que hemos venimos analizando. Pero mantenemos nuestra disidencia en cuanto a la separación entre ley (a secas) y costumbre. Lo correcto sería expresarlo así: ley positiva y ley consuetudinaria, o ley formal y ley informal si se quiere, también.

La idea -a nuestro juicio- queda mejor enunciada: ambas son leyes, pero de dos tipos diferentes. En cualquiera de uno y otro caso, la obligatoriedad y el cumplimiento de la ley queda reservado al ámbito subjetivo del individuo en cuestión.


[1] Enrique Ghersi ‘’El costo de la legalidad’’. publicado por institutoaccionliberal • 16/01/2014 • El costo de la legalidad | Instituto Acción Liberal http://institutoaccionliberal.wordpress.com/2014/01/16/el-costo-de-la-…

[2] Enrique Ghersi. ibídem.

[3] Enrique Ghersi. ibídem.

[4] Enrique Ghersi. ibídem.

[5] Enrique Ghersi. ibídem.

[6] Enrique Ghersi. ibídem.

[7] Enrique Ghersi. ibídem.

[8] Enrique Ghersi. ibídem.

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE. Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero. Síguelo en  @GBoragina