El costo o beneficio político de las reformas económicas

Por Martín Krause. Publicado el 18/4/20 en: https://www.infobae.com/opinion/2020/10/26/el-costo-o-beneficio-politico-de-las-reformas-economicas/

Los cambios “liberalizadores” aceleran el crecimiento económico, lo cual es una buena noticia y confirma los argumentos de quienes las proponen, pero su efecto se hace evidente a los cuatro años en promedio

El economista Alberto Francesco Alesina (Stefano Carofei / AGF)

El economista Alberto Francesco Alesina (Stefano Carofei / AGF)

En marzo de este año falleció Alberto Alesina, profesor de Economía de Harvard, tal vez uno de los más destacados de un grupo de economistas italianos que alcanzaron posiciones académicas destacadas en Estados Unidos en los últimos años. Entre otras áreas, escribió sobre los “ciclos políticos” que afectan a la economía, un tema que interesaría en cualquier país y preocupa en el nuestro.

Pocos meses antes de su muerte, a los 63 años, publicó un artículo particularmente interesante para nuestro futuro sobre el impacto de las reformas estructurales en los resultados electorales (Alberto F. Alesina, Davide Furceri, Jonathan Ostry, Chris Papageorgiou y Dennis Quinn: Structural reforms and elections: evidence from a World-Wide new data set; NBER, WP 26720; enero 2020).

Obtuvieron datos de reformas estructurales en 90 países entre 1973 y 2014, 66 de los cuales son democracias. Las reformas incluyen cambios en la estructura económica local como también liberalización comercial y financiera respecto al resto del mundo. Muestran que desde fines de los años 1980 hubo una clara tendencia hacia la apertura y liberalización de las economías, particularmente en los años 80s en los países desarrollados y en China, por ejemplo, y en los 90s en países “en desarrollo” como India o algunos latinoamericanos. Esas liberalizaciones fueron más agresivas en Europa (desregulación financiera, cielos abiertos, etc.).

Pero aquí viene lo que más nos interesa, el impacto político de las reformas. Las reformas “liberalizadoras” aceleran el crecimiento económico, lo cual es una buena noticia y confirma los argumentos de quienes las proponen, pero su efecto se hace evidente a los cuatro años en promedio. No es una buena noticia, teniendo en cuenta los incentivos a corto plazo de la política.

El político tiene una perspectiva que llega hasta la próxima elección, a lo sumo a la siguiente en la que espera ser reelecto y un remedio para dentro de cuatro años no lo motiva. Es probable que tenga que asumir el costo de corto plazo para que otro luego se lleve los laureles. Entonces no hace las reformas, y también termina fracasando, por supuesto, pero prefiere una política populista que, tal vez, le permita obtener un buen resultado en la próxima elección… y después veremos qué pasa.

El estudio mencionado muestra que las reformas implementadas cuando la economía crece generan crecimiento adicional comparadas con las reformas que se hacen en períodos recesivos. Parece, y no extraña, que los votantes no captan que es necesario un cierto tiempo para que se obtengan resultados de las reformas. Si el gobernante lleva adelante una reforma liberalizadora en el año previo a la elección, va a ser castigado por los votantes, porque no ven que los resultados se toman su tiempo. El voto del partido gobernante cae si las reformas se llevan a cabo en el año electoral, pero podrían disiparse si se hacen justo después de la elección. Para nosotros, esto nos dice que nos olvidemos de reformas estructurales de acá hasta las elecciones de 2021, pero nos da una mínima esperanza de que ocurran después de esas elecciones.

Pero algo va en contra, incluso de esa alternativa. Para Alesina, cuando las economías están cayendo las liberalizaciones son castigadas en las urnas; en cambio, cuando se hacen con la economía en expansión, son recompensadas. Los votantes no llegan a comprender o diferenciar los efectos del ciclo económico y la reforma misma y castigan a un gobierno por las reformas realizadas en períodos de recesión. Esto no es una buena noticia para nosotros porque nos coloca en una encrucijada: los votantes castigan reformas en períodos de recesión, pero si no hacemos las reformas no podemos salir de la recesión. Atrapados sin salida.

No obstante, para no perder todas las esperanzas, Alesina encuentra que la mayoría de las reformas ocurren durante recesiones, lo que es contraproducente desde el punto de vista electoral, pero muestra que las reformas son muchas veces impuestas por los hechos, a pesar de las encuestas.

Bueno, esto nos deja una oportunidad ya que aquí los hechos dicen mucho más que las palabras, el precio del dólar blue habla más que los discursos de funcionarios u opositores. Hacer las reformas puede generar rechazo electoral, y tendremos elecciones en 2021, pero no hacerlas puede generar un costo mayor todavía. Así es, los argentinos a veces votamos más con los dólares que con las boletas electorales.

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade). Síguelo en @martinkrause

Igualdad y desigualdad fiscal.

Por Gabriel Boragina. Publicado en:

De una manera o de otra, «las reglas de juego» las imponen en las democracias las mayorías y, de la misma forma que los derechos deberían ser iguales para todos, las obligaciones también deberían serlo. Y si la mayoría entiende que el impuesto debería ser o es una obligación, también debería ser igualitario para todos. ¿Lo es? La respuesta es no. No lo es. Por cuanto los miembros del gobierno -que son personas humanas como nosotros- no tributan, solamente recaudan de lo ajeno.

Hay que estar prevenidos a los juegos que se suelen hacer con la palabrita «igualdad», juegos a que los juristas son especialmente afectos en jugar. En dicho sentido, es correcto decir que todos somos iguales en cuanto a que todos pagamos impuestos. Pero no es igual de cierto decir que todos pagamos impuestos por igual, ni tampoco todos pagamos los mismos impuestos, y -mucho menos- que todos pagamos la misma cantidad por cada impuesto que pagamos.

Entonces, se difumina la idea de «igualdad» que todos enuncian en abstracto, pero se niegan a concretizar y particularizar. Cuando empezamos a ver el asunto a fondo nos empezamos a dar cuenta que la cacareada igualdad, de la cual tan orgullosos se muestran los juristas, políticos y demás demagogos, no existe.

Sentado esto, digamos que, en materia fiscal, los burócratas no son iguales a nosotros los del llano. Aquí deberemos retomar lo que ya explicamos sobre el «contribuyente» (expoliado, en rigor) de hecho y de derecho.

Podría quizá haber una ley (decreto, resolución etc.) que dijera que los empleados estatales deben pagar impuestos como «todo el mundo». Lo que sucede es que, ese régimen legal por el cual se les quisiera hacer pagar impuestos a los empleados estatales (incluimos en este rótulo empleados llanos, funcionarios de todas las jerarquías, desde el presidente nacional hasta el portero de la casa de gobierno) no podrían cumplir, ni, aunque quisieran. En tal sentido, nunca serian iguales a los privados.

Por ejemplo, supongamos el empleado estatal Juan que trabaja en cualquier puesto de cualquier ministerio, repartición, etc. y que recibe un «salario» de $ 1000.-

Juan puede cobrar $ 1000.- de «salario» porque esos $ 1000.- provienen de impuestos que han pagado -por caso- Pedro, José, Luis y Carlos que trabajan en el sector privado, a razón de $ 250 cada uno.

Si, eventualmente, se le quisiera hacer «pagar» impuestos y -figurativamente- debiera sufragar $ 100.- va de suyo que esos $ 100.- solo podrían salir de los $ 1000.- (los ingresos de Juan). Pero esos $ 100 que se dice «ingresa» Juan por impuestos, en realidad, los están costeando o -mejor dicho- ya los adelantaron, Pedro, José, Luis y Carlos cuando oblaron los impuestos con los cuales se le pagó el «sueldo» a Juan.

Conclusión: los burócratas no pagan impuestos en su condición de burócratas, porque si lo hicieran no estarían más que reingresando al fisco el producido de los impuestos previamente oblados e incorporados al fisco por el sector privado. Esto aplica a todos los burócratas de los tres niveles (nacional, provincial y municipal). En consecuencia, es falso que el impuesto sea igual para «todos» y que «todos» los paguen. Los burócratas están exentos, si no de derecho si, de hecho.

Pero ¿cómo conciliaríamos esto con lo que dijimos que todos pagamos impuestos? Porque nos estamos refiriendo a los «contribuyentes» de hecho; estos siempre pagan impuestos, aunque no tengan que desembolsar ninguna suma de dinero.

Juan -como burócrata- podría tener su «sueldo» gravado de derecho, pero de hecho no está pagando nada que antes no lo hubiera pagado un particular vía impuestos, dado que los únicos que generan riqueza son los particulares, nunca los burócratas.

Pero, como las leyes de la economía no pueden ser violadas por las leyes jurídicas que, frente a las económicas son irrelevantes, de todos modos, Juan, si bien está exento de hecho como burócrata no lo está como consumidor, ya que su condición de burócrata no impide que mantenga la de consumidor. Es más, Juan podría dejar de sur un burócrata, lo que nunca podrá es dejar de ser un consumidor de hecho. O sea, si bien como burócrata Juan no produce absolutamente nada, como consumidor continúa consumiendo como cualquier otro ser humano.

Así, en cuanto a consumidor, Juan «pagará» el impuesto dejando forzosamente de consumir aquellos productos que -«gracias» a los impuestos con los cuales se le paga (entre otros destinos) su «salario»- el sector privado dejará de producir y -por lo tanto- de comerciar.

En este sentido, nuestro empleado estatal se verá también perjudicado por el mismo impuesto merced al cual cobra su «salario». Lo que recibe por un lado lo pierde por el otro. Ninguna ley jurídica pudo jamás cambiar este hecho, porque las leyes jurídicas nunca pudieron ni pueden violar las leyes económicas, ya que estas no dependen de la voluntad de ninguna persona en particular.

«Hay gente, sin embargo, continúa su razonamiento el eminente economista inglés, que no acepta un principio general de justicia como una base sobre la cual sea posible establecer una teoría de. las finanzas y que requieren alguna cosa más especial, como ellos dicen. Ellos prefieren mejor considerar el impuesto pagado por cada miembro de la sociedad como el equivalente del valor que él recibe a título de servicio del gobierno: ellos prefieren mejor sostener que es justo que cada uno contribuya a las cargas públicas en razón de sus facultades, porque el que tiene dos veces más bienes para defender que otro, recibe —conforme a todo cálculo— una suma doble de protección y debe, de acuerdo a los principios de la mercancía y de la venta, pagar doblemente por esta protección.»[1]

Se insiste en lo que podríamos llamar la «teoría del servicio» y, en un sentido más realista, no se habla del «servicio del estado» sino del «gobierno». Pero, ya hemos refutado este punto anteriormente, cuando expusimos que los posibles «servicios» que «prestan» los burócratas no son más que los mismos servicios que -en mejores condiciones de precio, costo y calidad- suministraban antes los particulares, y que el gobierno puede «ofrecerlos» porque ha privado a esos particulares de los medios y los recursos para que pudieran hacerlo como lo hacían antes de la expoliación «legal».


[1] Mateo Goldstein. Voz «IMPUESTOS» en Enciclopedia Jurídica OMEBA, TOMO 15, letra I, Grupo 05.

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE. Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero. Síguelo en  @GBoragina

RAZONES PARA VOTAR POR TRUMP

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 25/10/20 en: http://gzanotti.blogspot.com/2020/10/razones-para-votar-por-trump.html

Sí, lo lamento……. Lo lamento por los liberales que piensan lo contrario y no lo lamento por mi supuesto prestigio que puede ser tirado por la borda en este momento. Lo único que lamentaría alguna vez es no haber dicho lo que mi conciencia dictaba en circunstancias difíciles.

¿Tengo que aclarar de vuelta lo obvio? Parece que sí. Trump no es precisamente mi ideal. ¿Qué NO es liberal clásico? Claro que no lo es. Si la elección fuera entre Ron Paul y él, claro que la elección adecuada sería Ron Paul. Pero no vivimos en ese mundo. Estamos viviendo en una circunstancia histórica terrible cuya gravedad resulta difícil de entender para muchos liberales que leen estas líneas.

Hace ya muchos años que los EEUU han comenzado una terrible declinación de sus ideales fundacionales originarios. Y no, no me refiero a los eternos debates entre federalistas y anti-federalistas. Me refiero a que, con todas sus imperfecciones, como todo lo histórico, documentos tales como la Constitución de 1787, el Bill of Rights de 1789 y la Declaración de Independencia de 1776 eran liberales clásicos. Esos son los ideales fundacionales a los que me refiero.

Y bien, por supuesto que a medida que pasó el tiempo, los EEUU comenzaron a desviarse de esos ideales PERO se podría marcar un punto de inflexión, al menos en la dualidad entre demócratas y republicanos. Se podría decir que, desde los Kennedy hasta Al Gore, el debate era Rawls versus Nozick. O sea, políticas redistributivas más activas versus políticas de restricción de gasto. J. Rawls, a quienes muchos libertarios odian, consideraba a esos documentos fundacionales como los “constitutional essentials” que debían ser respetados por todos. Hoy en día yo lo votaría a J. Rawls versus Trump sin ningún problema.

Mucho tiempo antes de los Kennedy, dos ideas occidentales, dos patologías de Occidente (al decir del olvidado García Venturini) comenzaron a expandirse en todo Occidente y particularmente en los EEUU. Me refiero a esa combinación incoherente pero efectiva entre neo-marxismo y post-modernismo.

El neo-marxismo es una mutación del marxismo. Tuvo dos etapas. La primera, esencialmente económica, con la teoría de la Dependencia de la Cepal, aceptada lamentablemente por los católicos que siguieron a la Teología de la Liberación de G. Gutiérrez (1968). La segunda, más destructiva, es la que afirma que hay nuevos colectivos explotados, mientras que el nuevo explotador es todo el sistema hetero-patriarcal explotador. Los explotadores son los occidentales blancos y pro-mercado, mientras que los explotados son las mujeres, los afro-americans, los indígenas y los homo, lesbians y trans-sexuales.

Nunca será suficiente aclarar que este modo de pensar mina en su esencia al pacto político norteamericano originario. Ya no hay en ese caso un conjunto de personas (“all men…”) que son los sujetos de derechos frente al poder, sino colectivos explotados que coherentemente niegan al explotador su supuesta “Bill of Rights”. En ese caso ya no puede hablarse de una sociedad donde todos (homo o hetero, blancos o afro) los seres humanos tienen derechos, independientemente de su color y etc. (como concluyó perfectamente el liberal clásico Martin Luther King en su famoso discurso) sino de una sociedad en lucha de clases unos contra otros. Eso quiebra automáticamente la esencia misma de los EEUU.

A eso se une el post-modernismo según el cual nada hay bueno o verdadero en ninguna cultura. Por lo tanto ese Occidente en el cual emerge la idea de libertades individuales, nada tiene de moralmente superior. Por ende, combinada una cosa con la otra, el resultado es equivalente a una bomba atómica cultural para Occidente. Por un lado los ideales del liberalismo clásico son atacados por el neo-marxismo como un sistema heteropatriarcal explotador. Por el otro, cuando Occidente intenta defenderse, no puede porque no hay nada moralmente bueno, excepto, claro (he aquí la incoherencia efectiva) el marxismo.

Todo esto ha sido enseñado hasta el cansancio en los Colleges de EEUU desde tiempos anteriores a los 60 y no sólo ha sido transmitido a generaciones y generaciones de personas carentes de pensamiento crítico, sino que los que pensaban y piensan diferentes han sido perseguidos y atacados de infinitas y crueles maneras diferentes, como bien ha mostrado Axel Kaiser en su último libro[1], produciendo con ello una espiral del silencio en aquellos que secretamente saben que todo ello es peor que los tanques de Hitler. Porque al menos -aunque algún amigo me tuvo más de dos horas para que no lo diga- la única, la única ventaja que tenía Hitler es que parecía Hitler.

Los resultados de todo esto trascienden a las ya desastrosas políticas económicas propuestas por el ala izquierda del Partido Demócrata. Los norteamericanos han sido muy ingenuos al suponer que el Parido Comunista no crecía en los EEUU, de igual modo que los argentinos que creen que el comunismo no creció en Argentina “porque estaba el peronismo”. La pura verdad es que el ala izquierda del Partido Demócrata es hoy en los EEUU el Partido Comunista más eficiente en la Historia de la lucha por la libertad. Porque esos ideales marxistas y postmodernos, que no habían llegado a los Kennedy, ahora sí llegaron al Partido Demócrata, cada vez más, siendo Kamala Harris y Joe Biden sus representantes más paradigmáticos. Sobre todo Kamala Harris, la nueva presidente de los EEUU en caso de que el títere Biden gane las elecciones (argentinos, ¿les recuerda a alguien?).

El “programa de gobierno” de este singular Partido Comunista camuflado no podría ser más coherente con los ideales destruccionistas[2] más preciados del comunismo revolucionario.

1.       Destrucción de lo que queda de la libertad religiosa, de enseñanza y de expresión, con leyes federales que incrementen más los supuestos delitos de odio y discriminación de todo aquel que se atreva a actuar y pensar diferente de los que quiera el lobby LGBT y Z.

2.       Destrucción de lo que queda de libertad religiosa y etc.  por la imposición forzada a todos de políticas de salud reproductiva, aborto y educación sexual integral por parte del gobierno federal sin ninguna posibilidad de apelar a la libertad de conciencia.

3.       Destrucción de la economía por el financiamiento de políticas ambientalistas anti-mercado que pueden incluir las locuras propuestas por AOC a nivel federal. Los que no lo sepan, lean.

4.       Aliento, por parte del gobierno federal, a todos los ataques a la vida y a la propiedad (saqueos, etc.) por parte de grupos como Antifa y “only” Black Life Matter, presentados como angelitos “peaceful protesters”. Persecución judicial a los que ejerzan su legítima defensa.

5.       Eliminación de la Second Amendment. Porque los malos serían los ciudadanos que portan armas, y no los delincuentes y los gobiernos que portan armas.

6.       Destrucción de las restantes libertades individuales por la imposición a nivel federal de todos los confinamientos obligatorios dictatoriales, ejecutados con frialdad y crueldad por gobiernadores y alcades demócratas.

7.       Eliminación de toda libertad de expresión de los que piensan diferente, a partir de los fack-checkers, la acusación de fake news y el delito de “negacionista”. Utilización totalitaria del Covid-19. Monopolio de la comunicación social entre el Deep State en contubernio con Facebook y Google.

8.       Persecución judicial y asesinato a todo aquel que se atreva a denunciar los delitos del Deep State.

9.       Ampliación de la Suprema Corte y consiguiente destrucción del Poder Judicial Independiente por medio de la conversión del Poder Judicial en una extensión más del Partido Demócrata.

10.   Aumento, aún más, de la deuda externa, el deficit fiscal, la presión impositiva y la inflación, como modo de financiamiento de todas las políticas del gobierno federal. Mayor devaluación del dolar.

Les cuento que me he quedado corto. Muy corto.

Y otra buena noticia: en el mejor de los escenarios posibles, esto es, en caso de que gane Trump, la situación es que en ese caso el partido Republicano no será un partido más, sino una “resistencia” contra la toma del poder del Nuevo Partido Comunista y la destrucción total de los EEUU. La pregunta es: ¿por cuánto tiempo más?

¿Por cuánto tiempo más podrán seguir algunos resistiendo?

¿Cómo se podrá frenar el tsunami cultural que ha dado origen a todo esto y que va a seguir?

¿A dónde huir en caso de que suceda lo peor?

A ningún lugar.

La WWII fue espantosa, pero al menos el enemigo estaba claro y eran claras las esperanzas en caso de ser derrotado. Sin embargo, no se lo derrotó: impedir a Patton llegar hasta Moscú fue el peor error, el más trágico error del gobierno de los EEUU de entonces.

Pero lo que queríamos decir es que al menos Hitler parecía Hitler y su derrota fue una esperanza.

Ahora el enemigo está camuflado, las personas no lo ven y lo votan.

Que gane Trump, gente, es apenas ganar algo de tiempo.

Todo esto para que tengan conciencia de lo que se juega en esta nunca mejor dicha “elección”.


[1] Axel Kaiser, La neo-inquisición: persecución, censura y decadencia cultural en el s. XXI, Ediciones Mercurio, 2020.

[2] Sobre el destruccionismo, ver Mises, Socialismo, 1922. 

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor titular, de Epistemología de la Comunicación Social en la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor de la Escuela de Post-grado de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor co-titular del seminario de epistemología en el doctorado en Administración del CEMA. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Fue profesor Titular de Metodología de las Ciencias Sociales en el Master en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE, y miembro de su departamento de investigación. Publica como @gabrielmises

«La ideología económica e instituciones de los argentinos» en Eseade.

Por Guillermo Luis Covernton. Publicado el 18/10/18 en:

Guillermo Luis Covernton es Dr. En Economía, (ESEADE). Magíster en Economía y Administración, (ESEADE). Es Profesor Titular de Finanzas Públicas, Macroeconomía, y Emprendimiento de Negocios en la Pontificia Universidad Católica Argentina, Santa María de los Buenos Aires, (UCA). Ha sido profesor de Microeconomía, y Economía Política en la misma universidad.  Fue corredor de granos y miembro de la Cámara Arbitral de Cereales de la Bolsa de Comercio de Rosario. Fue asesor de la Comisión Nacional de Valores para el desarrollo de mercados de futuros y opciones. Es empresario y consultor. 

Los períodos de brechas cambiarias superiores a 100% tienen en común crisis económicas y políticas

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 20/10/2020 en: https://www.infobae.com/opinion/2020/10/20/los-periodos-de-brechas-cambiarias-superiores-a-100-tienen-en-comun-crisis-economicas-y-politicas/

La diferencia de precios entre el dólar oficial y el libre se ubica entre los picos históricos, con una distancia extrema del 200% para el caso del exportador de soja

En la Argentina se repiten contextos de incertidumbre económica y falta de credibilidad política que se reflejan en la depreciación del peso y revalorización del dólar (EFE)

En la Argentina se repiten contextos de incertidumbre económica y falta de credibilidad política que se reflejan en la depreciación del peso y revalorización del dólar (EFE)

En la serie de 49 años sobre los saltos del tipo de cambio libre y los picos de brecha cambiaria, la primera conclusión a la que se puede llegar es que, salvo que se sea un maniático de las conspiraciones, se repiten contextos de incertidumbre económica y falta de credibilidad política, originado en la falta de moneda y en un Estado que se ha transformado en un confiscador serial de los activos líquidos de la población cuando se queda sin reservas disponibles en el Banco Central.

En el gráfico puede verse que actualmente la singular brecha cambiaria supera la que se registró durante la hiperfinlación de 1989 y los primeros meses del gobierno de Carlos Menem hasta 1990, casi igualando la amplitud observada en 1982, luego de la guerra de Malvinas.infobae-image

El primer gran pico que se ve es en 1975, a dos meses de haberse producido el “rodrigazo”, como se denominó al salto del ritmo de aumento de los precios y caída del poder de compra de los salarios, por la olla a presión que había dejado la política de estabilización de José Ber Gelbard, llegó al 278%. Y después de la sucesión de los ministros Ernesto Corvalán, Pedro Bonani y nuevamente Corvalán en el término de un mes, asume en el cargo Antonio Cafiero, desde el 14 agosto de 1975 hasta el 3 de febrero de 1976; y luego Emilio Mondeli, por menos de 50 días.

Otro importante salto en la brecha cambiaria tuvo lugar entre agosto y septiembre de 1982, bajo las conducciones en la cartera económica de José María Dagnino Pastore y Jorge Wehbe, respectivamente, llegó al 126%. Fue luego de que la Argentina perdiera la guerra de Malvinas y se produjera una ruptura en la Junta Militar en junio de ese año cuando se retiran la Armada y la Fuerza Aérea y queda solo el Ejército al mando del Proceso. Es decir, ese salto cambiario también se da en el contexto de una gran crisis política, al igual que en 1975, cuando la presidente Isabel Perón no podía dominar un país envuelto en una crisis económica y política, con enfrentamientos armados con la guerrilla que quería derrocar al gobierno.

El tercer pico de brecha cambiaria se da en marzo de 1989, cuando ya se había producido la crisis del 6 de febrero de ese año en que el Banco Central dejó de vender dólares para frenar su suba. La distancia entre la cotización oficial y en el mercado libre alcanzó el 99% y se mantuvo en ese rango durante 4 meses.

Luego se repite el escenario en mayo de 2013 con un rango de 77%, se repite en octubre de 2014 con 74% y también en octubre de 2015, con otro pico de 67 por ciento.

Fenómenos repetidos

Si se analizan los picos de brecha cambiaria, aparecen dos denominadores comunes: 1) en cada pico la crisis económica estuvo acompañada de una crisis política, y 2) cuando la brecha bajó luego del pico, fue porque el tipo de cambio oficial alcanzó al libre.

Claramente, el comportamiento del mercado libre y alternativos al controlado oficial es un indicador del grado de confianza en el gobierno y en el futuro económico.El comportamiento del mercado libre y alternativos al controlado oficial es un indicador de grado de confianza en el gobierno y en el futuro económico (Nicolás Stulberg)El comportamiento del mercado libre y alternativos al controlado oficial es un indicador de grado de confianza en el gobierno y en el futuro económico (Nicolás Stulberg)

Cuando esta semana el ministro Martín Guzmán, ante la pregunta de un periodista sobre cuántas reservas propias tenía el BCRA, contestó que esa información la manejaban ellos y se negó a hacerla pública, hizo recordar a Juan Vital Sourrouille, ministro de Economía de Raúl Alfonsín, cuando al anunciar el bautizado Plan Primavera de estabilización, en 1988, ante una pregunta similar contestó lo mismo: esa información la manejaban ellos y que no tenían por qué darla a conocer.

Así, la economía argentina es un déjà vu en materia de política económica por la sencilla razón que, ante el mismo problema, siempre se adoptan las mismas medidas que demostraron ser ineficaces.

Es muy común que ante la disparada del tipo de cambio libre los gobiernos reaccionen diciendo que es un golpe de mercado, especulación y argumentos por el estilo para redoblar la apuesta en los controles y medidas que lo único que logran es acentuar la desconfianza, la ampliación de la brecha cambiaria y el estallido final.

Si ahora se pretende frenar la suba de la cotización del dólar libre subiendo la tasa de interés, es altamente probable que la medida ya no tenga efecto ante la desconfianza. ¿Qué tasa de interés cubre hoy la expectativa de aumento del tipo de cambio como para deshacerse de dólares y colocarse a tasa? Y si por algún milagro llegase a tener efecto, el estallido posterior va a ser más potente porque la salida de los que apostaron a la tasa va a ser por el capital invertido más los intereses devengados. Es decir, la presión sobre el mercado de cambios se potenciará.Si ahora se pretende frenar la suba de la cotización del dólar libre subiendo la tasa de interés, es altamente probable que la medida ya no tenga efecto ante la desconfianza (Reuters)Si ahora se pretende frenar la suba de la cotización del dólar libre subiendo la tasa de interés, es altamente probable que la medida ya no tenga efecto ante la desconfianza (Reuters)

En síntesis, no hay medida cambiaria aislada que pueda revertir la desconfianza en el peso.

Solo podrá calmarse el mercado si se tiene un plan económico consistente, con un equipo económico de prestigio y, fundamentalmente, un gobierno que genere confianza y le dé respaldo a ese plan y equipo económico respetando la división de poderes, Judicial y Legislativo y renuncie a la pretensión de aumentar la presión tributaria. De las tres condiciones, la última no está disponible por el momento.

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE. Síguelo en @RCachanosky

Cómo unir fuerzas ante la amenaza a las libertades

Por Alberto Benegas Lynch (h) Publicado el 19/10/20 en: https://www.infobae.com/opinion/2020/10/17/como-unir-fuerzas-ante-la-amenaza-a-las-libertades/

Se necesita la suficiente cintura política para no dejar que otra vez se escape el tren; en esto, los empecinamientos son inconducentes

Protestas en el Obelisco el 12 de octubre pasado (Thomas Khazki)

Protestas en el Obelisco el 12 de octubre pasado (Thomas Khazki)

He insistido en reiteradas oportunidades que dado el inmenso peligro que presenta el chavismo autóctono, se hace imperioso unir todas las fuerzas que se oponen a semejante amenaza al efecto de salvarnos del hundimiento total.

En este sentido, apunté la actitud valerosa de votantes que apoyaron a la actual oposición como un grito desesperado para preservar valores básicos como la libertad de prensa y la independencia de lo que queda en pie de la Justicia y no como señal de apoyo a la fallida gestión anterior cuyo balance neto se tradujo en continuar con deudas colosales, impuestos insoportables, inflaciones astronómicas para financiar un aparato estatal elefantiásico en el contexto de un régimen laboral fascista en medio de regulaciones asfixiantes.

Como también he reiterado, para lograr el antedicho objetivo de unidad es preciso contar con una acción doble: por una parte, la renovación de los responsables directos de quienes estuvieron en la primera línea de la administración anterior y sustituirla por otros miembros de la misma coalición y simultáneamente que tenga lugar una clara invitación de las autoridades de esa oposición a quienes enfáticamente adhieren a los principios esbozados por Juan Bautista Alberdi y que aplicados permitieron que en su época nuestro país se ubique a la vanguardia de las naciones civilizadas. Por otra parte, la necesaria receptividad de esos alberdianos para incorporarse a la oposición que hoy cuenta con una representatividad de peso en ambas Cámaras en el Congreso de la Nación.

Este cuadro de situación nos daría más tiempo a quienes nos dedicamos al trabajo docente en el contexto de la imprescindible batalla cultural, es decir, la filosofía del respeto recíproco.

Observamos que algunos distinguidos integrantes de la actual oposición se pronuncian sobre la necesidad de defender marcos institucionales republicanos en términos generales lo cual es muy meritorio pero no puede borrar el intento del gobierno anterior de designar dos miembros de la Corte por decreto ni el otorgamiento de obras sociales a los piqueteros como tales por lo que a esta altura la situación demanda un discurso más directo y es que se precise que la Justicia significa “dar a cada uno lo suyo” y lo suyo remite a la propiedad que a su vez es inseparable de los mercados abiertos, es decir, la consideración por las transacciones de lo que pertenece a cada cual, un esqueleto que está bloqueado por el astronómico gasto público que arrastramos. Y también nos percatamos que otros ponen de manifiesto ciertos empecinamientos en mantener el discurso deshilachado cuando estaban en el gobierno sin rectificaciones en cuanto a las alabanzas de las mal llamadas empresas estatales, las desviadas consideraciones sobre el intervencionismo y equivalentes en cuanto a las referidas facetas de los estragos galopantes que nos vienen consumiendo y que precisamente han cavado la fosa del gobierno anterior cuando tuvo la oportunidad de revertir décadas de nuestra decadencia superlativa. Ahora, entre otros dislates, la oposición votó la mil veces fracasada ley de alquileres. No hay más que recorrer unos pocos archivos para constatar las declaraciones inauditas e inaceptables de algunos capitostes de la gestión anterior.

Si esta doble tracción no se produjera -como también destaqué en distintas ocasiones- estaremos facilitando una nueva victoria del espíritu autoritario, lo cual para nada justifica que algunos de los que proponen nuevos espacios coloquen en pie de igualdad al actual gobierno con el anterior puesto que se trata de personas y concepciones muy diferentes. En cualquier caso, si esta avenida de doble mano no se explora con la urgencia que requiere el caso, festejarán la división los que hoy operan en el actual gobierno pero los aludidos liberales se verán obligados a dejar testimonio con un nuevo espacio político, seguros de haber hecho todo lo posible para una unidad que en este escenario habrá resultado una quimera. En este caso los liberales de ese nuevo espacio habrán tenido razón de independizarse por más que la fragmentación conduzca al despeñadero.

Aun se está a tiempo de tomar el toro por las astas y dar batalla unidos, por más que naturalmente existan diversas perspectivas en juego en un gran frente electoral pero todas opuestas a un manotazo grosero del Leviatán, por ejemplo, en la esperanza de que algunos miembros de esta nueva oposición en ejercicio retomen los valores del jeffersoniano Leandro Alem.

El multitudinario banderazo del 12 de octubre puso de manifiesto una vez más el deseo de numerosas personas de unión en la defensa de valores republicanos y por ende poner fin al embate a las libertades individuales y al atropello a la división de poderes. Es importante no decepcionarlas con fraccionamientos estériles y no se diga que finalmente todos los opositores tejerán una coalición pues la constitución de un nuevo partido naturalmente opera en base a críticas a lo existente, de lo contrario la instalación de lo novedoso carece de razón de ser.

Ya se sabe que en una agrupación como la sugerida habrá distintas opiniones lo cual se traduce en acuerdos y desacuerdos pero esa es la diferencia de la acción política con el mundo académico donde los intercambios exigen no ceder ante nada distinto a la propia convicción lo cual en política significaría el fin del político que inexorablemente debe fabricar arreglos y coordinaciones para lograr los objetivos. Se sabe también que aquellos acuerdos y en general el discurso político depende de la evolución de la opinión pública y ésta a su vez depende de la comprensión de ideas que son debatidas y difundidas en el terreno intelectual para lo que -como queda dicho- se necesita tiempo que en estas circunstancia lo proveerá la mencionada unión en oposición al chavismo vernáculo.

Sé que desde el costado liberal hay justificados reparos a la unión con políticos que han desperdiciado una gran oportunidad de enderezar el rumbo luego de un prolongado período de estatismo. Se también que en la actual oposición hay incomprensiones y desagrados de vincularse con liberales de fuste, pero es indispensable machacar ad nauseam que los riesgos son manifiestos y presentes para seguir con la fórmula sugerida por el célebre juez estadounidense Oliver W. Holmes en un fallo de 1919 para subrayar un peligro eminente. Los empecinamientos resultan inconducentes, incluso para los propios integrantes de las partes en cuestión.

Mientras algunos consumen tiempo debatiendo quién está gobernando y se preguntan cuál es el plan de gobierno, nos están gritando que el barco se encamina aceleradamente a un iceberg monstruoso con atropellos a la Justicia para ocultar corrupciones gigantescas incluso con la complicidad de algunos jueces desviados de su mandato constitucional, amenazas a la libertad de prensa, se coloniza el Legislativo, se abusa de decretos del Ejecutivo, se expande la moneda a ritmo vertiginoso, se incrementa aun más el gasto, se proponen nuevos gravámenes y se atenta contra el ya de por si alicaído federalismo.

Todo en la vida es una cuestión de prioridades, hoy se necesita la suficiente cintura política para no dejar que otra vez se escape el tren. Como también escribí, estamos jugando sobre el fleje y el tiempo apremia. Hago votos para que de ambos lados del espectro acerquen la bocha para lograr el objetivo de toda persona de bien: preservar la República, que no se hace con declaraciones altisonantes sino con acciones concretas que derivan de ideas compatibles con la sociedad libre tan bien expuestas por el liberalismo alberdiano en nuestra Constitución fundadora.

Entonces, para finalizar, vuelvo a repetir lo que estimo resume el eje central del pensamiento de Alberdi con la idea de volver a la fuente. Primero, su crítica al positivismo legal: “saber leyes, pues, no es saber derecho”. Segundo, su aversión al estatismo: “El ladrón privado es el más débil de los enemigos que la propiedad reconozca. Ella puede ser atacada por el Estado, en nombre de la utilidad pública.” Tercero, su advertencia respecto a las cargas fiscales: “Después de ser máquinas del fisco español, hemos pasado a serlo del fisco nacional.” Cuarto, su arenga a la energía creadora en libertad: “¿Qué exige la riqueza de parte de la ley para producirse y crearse? Lo que Diógenes exigía de Alejandro, que no le haga sombra.” Y quinto, su alarma frente a la inflación: “Mientras el gobierno tenga el poder de fabricar moneda con simples tiras de papel que nada prometen, ni obligan a reembolso alguno, el poder omnímodo vivirá inalterable como un gusano roedor en el corazón de la Constitución.”

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

Qué nos muestra el dólar blue por arriba de $180: ¿se condice con la realidad?

Por Aldo Abram: Publicado el 21/10/20 en: https://www.ambito.com/opiniones/dolar-blue/que-nos-muestra-el-arriba-180-se-condice-la-realidad-n5141979

Para salir de la forma menos traumática posible del cepo se debe revertir la fuerte pérdida de credibilidad de argentinos y extranjeros en el futuro del país.

A la mayoría de los argentinos les preocupa el alza del dólar blue” (aún cuando no tenga dinero para comprarlo)

A la mayoría de los argentinos les preocupa el alza del «dólar blue” (aún cuando no tenga dinero para comprarlo),  porque siente que sus pesos pierden valor.

Ante una consulta, el ministro de Economía Martín Guzmán dijo que los valores actuales de los dólares paralelos no se condicen con la realidad de la Argentina. De hecho, muchos economistas plantean que, si uno “inflaciona” (trae al presente sumándole la inflación) los dólares libres oficiales o paralelos del pasado, no son tan altos como los vigentes hoy.

Ahora, la pregunta es, ¿cómo se decide cuál es el momento pasado que tenía la misma combinación de riesgo país, el aumento de la oferta y caída de la demanda de pesos? De hecho, si buscamos antes y durante la hiperinflación de 1989, vamos a encontrar valores de brecha iguales o más altos que los actuales. ¿Eso no nos estará indicando algo? Estamos en un serio problema si el ministro, en lugar de tratar de entender lo que le están “diciendo” los precios de los distintos mercados, sólo intenta convencer a los que operan en ellos que están errados porque no opinan igual que él. Debe entender que ellos están arriesgándose a perder mucha plata si no son ellos, sino Guzmán el que tiene razón.

Cuando a cualquier argentino se le pregunta por qué se preocupa cuando ve el «dólar blue subir (aún cuando no tenga dinero para comprarlo), la mayoría responderá que porque siente que sus pesos pierden valor. Es increíble, porque es una realidad que muchos economistas parecen no haber comprendido aún.

Como el Gobierno pretende gastar de más y no tiene financiamiento, recurre al Banco Central (BCRA) que emite más de lo que la gente quiere, quitándole poder adquisitivo a los pesos en los que ahorran en moneda local, para transferirle esos recursos al Estado. Es lo que está pasando actualmente y, también, sucedió en los ´80s, hasta que la gente se cansó de que le devalúen su atesoramiento en pesos; dejó de demandarlos y terminó en la hiperinflación de 1989. Cuando se repudia una moneda, ésta se transforma en basura y todo vale un montón medido contra lo que nadie quiere.

Otro ejemplo. Un riesgo país de más de 1.400 puntos porcentuales es una señal de que los nuevos bonos emitidos para el reciente canje de deuda serán reestructurados en el mediano plazo y con una quita tan importante como la que ya tuvieron. O sea, son coherentes las cotizaciones de los mercados argentinos de activos financieros o de pesos contra dólares libres, que sólo descuentan una muy alta probabilidad de que el actual gobierno continúe con el actual rumbo económico llevando al país a otra gran crisis.

La reversión de algunas de las erradas medidas de restricción cambiaria podrá traer algún alivio coyuntural; lo mismo que lograr una refinanciación de los vencimientos con el FMI. Sin embargo, sólo permitirán ganar tiempo para encarar la solución de los problemas de fondo de la Argentina y salir del cepo cambiario, que es lo que verdaderamente aumentará la confianza en el futuro del país. Es imposible pensar que la inversión va a fluir si el Estado no deja de gastar mucho más de lo que los argentinos pueden pagar. Argentina está en el puesto 21, de 190 países, entre los que más exprimen con impuestos a sus empresas. Según el mismo informe del Banco Mundial, si las pymes pagaran todos sus impuestos, la mayoría quebraría. Además, recién el 3 de agosto, la mayoría de los argentinos deja de trabajar para pagar gravámenes y empieza a hacerlo para sí y sus familias. Es imprescindible una reforma del Estado que lo ponga al servicio de los ciudadanos y no de la política; pero que además su gasto se pueda pagar con una presión tributaria aceptable.

Por otro lado, nuestros funcionarios se sorprenden de que haya tanta informalidad. Ya vimos cómo el sistema impositivo la incentiva; además hay más de 67.000 regulaciones que nuestros gobernantes siguen aumentando todos los días. Es imposible que un emprendedor o pymes puedan cumplirlas. Sólo una gran empresa podría hacerlo, pagando un ejército de asesores y gestores.

Si se lograra reformar el Estado y desregular la economía, volverá la inversión productiva de argentinos y extranjeros. Sin embargo, lo harán tratando de contratar la menor cantidad de empleados posibles. Tenemos una legislación laboral, con bases arcaicas, que desincentiva la creación de puestos de trabajo productivo. Si se toma cualquiera de los últimos 20 años, en los que hubo algunos de fuerte crecimiento y gobiernos de todos los colores, y se elige cualquiera de ellos, más del 40% (posiblemente más del 50%) de los argentinos estaba desempleado, en la informalidad o con un seguro de desocupación disfrazado de empleo público inútil o plan asistencial.

El Gobierno tiene que entender que para salir de la forma menos traumática posible del cepo debe revertir la fuerte pérdida de credibilidad de argentinos y extranjeros en el futuro del país. Eso sólo se logrará lanzando un detallado plan de reformas estructurales a encararse en los próximos dos años y empezando a dar pasos concretos en ese sentido. Si no, su gestión terminará dándole la razón a los valores del dólar blue y de los activos financieros argentinos que descuentan una nueva debacle de la Argentina en el corto o mediano plazo.

Aldo Abram es Lic. en Economía y fue director del Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados de Argentina (Ciima-Eseade) .

China y Evo, los ganadores

Por Alejandro A. Tagliavini: Publicado el 21/10/20 en: https://elnuevodiario.com.do/china-y-evo-los-ganadores/

Alguien dijo alguna vez que los maestros son siempre mejores que los aprendices. China y Evo, maestros del estatismo, le ganan a los “capitalistas” aprendices de maoísmo.

Los millonarios chinos nunca se habían enriquecido tanto como durante estas cuarentenas, cuando los principales magnates del gigante asiático han llegado a hasta cuadriplicar sus fortunas. Hoy, el dragón rojo cuenta con más multimillonarios que EE.UU., tiene 257 más que el año pasado, según Hurun (sin contar Hong Kong y Macao).

El emblemático Jack Ma, pionero del e-commerce con su plataforma Alibaba, sigue siendo la mayor fortuna con USD 58.800 millones. Le sigue Pony Ma, el patrón de Tencent, gigante digital que edita entre otras la popular aplicación WeChat, con USD 57.400 millones.

China fue el primer país “afectado por el nuevo coronavirus” y dice haber logrado prácticamente erradicar la epidemia. Cierto o no, con el mismo autoritarismo de raíz maoísta con el que el gobierno chino implementó los confinamientos, particularmente lucrativos para los gigantes de internet, ahora decidió que ya no eran necesarios y se levantaron, con lo que el PBI de China aumentó un 4,9% interanual en el tercer trimestre.

Y Fitch Ratings pronostica que la economía china crecerá en 2020 un 2,7% mientras que Occidente insiste con las cuarentenas destruyendo a sus países al punto que el PBI mundial caería -4,4%, el de EE.UU. -4,6% y el de la Eurozona hasta el -9,0%. Definitivamente pareciera que Evo Morales tuvo razón al decir que “China ganó la tercera guerra mundial sin disparar un arma”.

El mismo Evo cuyo partido, el MAS, y su delfín, Luis Arce, profesor de Economía entre otras universidades en Harvard y Columbia, ganaron las elecciones en Bolivia. Es que, por un lado, Arce fue el ministro de economía de Evo que produjo el “milagro boliviano”.

Sin dudas ayudado por el alto precio de las materias primas como el gas y la soja, pero también porque, más allá del discurso y los amigos populistas, hizo un gobierno más prolijo que, por caso, el desordenado presidente argentino de aquel momento que, por el contrario, tenía amigos y discurso pro mercado pero hizo lo contrario, un gobierno, en los hechos, aún más estatista que el de Evo.

Entre 2010 y el 2018, la economía boliviana supuestamente creció anualmente por encima del 4 %. Luego de que se fue Evo, el crecimiento comenzó su declinación hasta situarse en 2019 en 2,2 %. Y en 2020, por culpa de las cuarentenas a las que se enfrentan los sindicatos amigos del MAS pidiendo ir a trabajar, Bolivia encara su peor año económico en décadas. Diversos analistas estiman que la recesión puede provocar en 2020 una caída de -5,9 % del PBI.

Para colmo de males, desde que se fue Morales de manera desordenada hacia fines del año pasado, el gobierno interino prometió elecciones a la mayor brevedad. Se convocaron primero para mayo, después en septiembre y finalmente se celebraron un año después, argumentando complicaciones por la “pandemia de coronavirus”. Así las cosas, lo extraño hubiera sido que no ganara el MAS.

En fin, esperemos que la situación no se agrave. Después de más de una década, Australia participará durante noviembre en maniobras militares navales, denominadas “Malabar”, juntamente con EE.UU., Japón e India en un contexto de preocupaciones por la militarización del gigante asiático y su creciente influencia en la región.

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Asesor Senior de The Cedar Portfolio, Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE. Síguelo como @alextagliavini

Bombazo: Cachanosky expuso el negocio del Gobierno: «Hay un medicamento efectivo, pero no lo dan»

Por Roberto Cachanosky. Publicado en: https://www.youtube.com/watch?v=_3ogTHPaaMw

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE. Síguelo en @RCachanosky

Los EE.UU. amplían sus sanciones económicas contra Irán

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 14/10/20 en: https://www.lanacion.com.ar/opinion/los-eeuu-amplian-sus-sanciones-economicas-iran-nid2479435

La administración norteamericana acaba de profundizar las sanciones económicas del 2015 impuestas contra la República Islámica de Irán, prohibiendo al mundo entero utilizar, de cualquier manera, el sistema financiero iraní, compuesto por 18 entidades financieras principales, salvo para transacciones de contenido esencial humanitario. Separándolo así, de hecho, del resto del mundo. Aislándolo.

La idea fundamental que inspira esa dura decisión es la de presionar duramente al país de los mullahs shiitas para que suspenda su producción de misiles de largo alcance, reduzca su activo programa militar nuclear y deje de exportar terrorismo, como lo está haciendo constantemente desde hace ya algunos años.

Para el presidente Donald Trump, todo ello supone apuntar a «un cambio de actitud» del belicoso país de los persas, particularmente en su andar externo.

La oportunidad sugiere que la medida norteamericana dispuesta tiene, de alguna manera, un propósito electoral: ha sido dictada cuando se aproximan ya las elecciones presidenciales de noviembre, en las que Donald Trump procura obtener su reelección por cuatro años más y pareciera -a juzgar por las encuestas- vivir en dificultades.

Respecto de Irán, hasta ahora al menos, la presión de la política desplegada por el presidente norteamericano no ha obtenido los resultados esperados.

Las sanciones económicas norteamericanas incluyen ahora, para quienes de pronto sean objeto de ellas, la posibilidad concreta de no poder operar, de ninguna manera, con el sistema financiero norteamericano. Para muchos, esto es asignarles una cuota de «extraterritorialidad» que, en algunos lugares del mundo, podría ser difícil de justificar legalmente.

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Fue profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.