MEYCP – Maestría en Economía y Ciencias Políticas

 

Siguiendo la tradición de ESEADE, la Maestría en Economía y Ciencias Políticas se propone brindar una formación amplia con una perspectiva profunda. Integra los conocimientos que forman la llamada “corriente principal” de la teoría económica con el pensamiento de la Escuela Austríaca de Economía, la perspectiva de la Escuela de la Elección Pública, el análisis económico del derecho, la nueva economía institucional, la economía experimental, y los hallazgos de la economía del comportamiento.

Abarca también otros enfoques, tales como el diseño de políticas públicas y su conciliación con los órdenes espontáneos o los estudios acerca de desigualdad, pobreza y crecimiento económico, todo lo cual responde a la pregunta esencial que se formulaban los economistas clásicos sobre el modo de convivir en un marco de paz y prosperidad.

Fue inspirada por James M. Buchanan, premio Nobel de Economía del año 1986, cuando era Presidente del Consejo Consultivo de ESEADE y apuntaba a la importancia de integrar el análisis económico con los aspectos políticos e institucionales, a fin de lograr una adecuada comprensión de los fenómenos sociales.

Detalles del curso aquí:  https://www.eseade.edu.ar/educacion-y-cs-politicas/maestria-en-economia-y-ciencias-politicas-mecp/

MEYCP – Maestría en Economía y Ciencias Políticas

Para inscribirse a la charla: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfstBdzPLaPIxO8rjpVVEzf7qws3mptMJRciEoGu7YYHZOV5w/viewform

El Papa peronista

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 28/6/2020 en: https://independent.typepad.com/elindependent/2020/06/por-alberto-benegas-lynch-h-el-pa%C3%ADs-montevideo-abenegaslynch_h.html#more

 

48461021_s

Descontamos que el actual Pontífice está imbuido de las mejores intenciones y propósitos, pero lo relevante son los resultados que generan sus consejos. Se pronunció en repetidas ocasiones sobre el capitalismo condenando sus postulados por más que vivamos en un mundo donde esa postura es en gran medida inexistente debido a los endeudamientos estatales astronómicos, las manipulaciones monetarias colosales, las cargas tributarias insoportables, las regulaciones asfixiantes en un contexto de muchos empresarios prebendarios que en alianza con el poder de turno explotan miserablemente a sus congéneres. El capitalismo consiste en el irrestricto respeto recíproco en un contexto de marcos institucionales liberales de cuidado a los derechos de todos, lo cual ha permitido a millones salir de la pobreza.

A pesar de todo esto el Papa ha escrito en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium que el mercado mata. En este contexto, estimo de una peligrosidad inusual el consejo papal: “Animo a los expertos financieros y a los gobernantes de los países a considerar las palabras de un sabio de la antigüedad: ‘No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos’”. ¿El Pontífice está invitando a que se usurpen las riquezas del Vaticano o solo se refiere a las de quienes están fuera de sus muros y la han adquirido lícitamente? El respeto a la propiedad privada constituye parte del basamento moral de la sociedad libre que recogen los mandamientos de no robar y no codiciar los bienes ajenos, a contracorriente de la aseveración de Marx de abolir la propiedad privada.

Uno de los mentores del actual Papa ha sido Monseñor Enrique Angelelli -ahora beatificado- que celebraba misa bajo la insignia de los terroristas Montoneros. Entre los primeros actos de este pontificado se encuentra la concelebración con el Padre Gustavo Gutiérrez, en San Pedro, el creador de la denominada “teología de la liberación” quien adhiere enfática y reiteradamente al marxismo en su muy difundido libro Teología de la liberación. Perspectivas.

También el Papa se ha embarcado en actitudes muy cuestionadas en Chile, Perú y Cuba, en esta caso al visitarlo a Fidel Castro fuera de protocolo y sus reflexiones sobre el sistema imperante, su visita a Evo Morales en Bolivia y el recibimiento de la cruz marxista y las alabanzas a los tercermundistas en Paraguay, en línea con su declarada admiración al socialista argentino Padre Carlos Mugica y al salvadoreño de la igual filiación Monseñor Oscar Romero (ahora también beatificado).

En este sentido es oportuno reproducir una preocupación aun antes del actual pontificado expuestas por el sacerdote polaco Miguel Poradowski -doctor en teología, en derecho y en sociología-  en su libro El marxismo en la Iglesia: “No todos se dan cuenta hasta dónde llega hoy  la nefasta influencia del marxismo en la Iglesia. Hay que tomar conciencia de estos hechos porque si vamos a seguir cerrando los ojos a esta realidad […] tarde o temprano vamos a encontrarnos en una Iglesia ya marxistizada, es decir, en una anti-Iglesia”.

En 2015 después de los ejercicios espirituales de cuaresma el Papa dijo en el Aula Pablo VI frente a la Confederación de Cooperativas Italianas que “el dinero es el estiércol del diablo” (seguramente no se refería al Banco del Vaticano). Y al año siguiente, el 11 de noviembre de 2016, en una entrevista al diario italiano La Repubblica aseveró que “Son los comunistas los que piensan como los cristianos”.

El actual Pontífice alaba la pobreza material y simultáneamente la condena. La alabanza a la pobreza material -a diferencia de la bíblica pobreza de espíritu- por una parte conduce a que se rechace la caridad puesto que mejora la condición del receptor lo cual los haría menos pobres y, por otra, si se acepta que los pobres en el sentido crematístico ya estarían salvados la Iglesia debería concentrarse solo en los ricos pues los primeros ya tendrían asegurado un destino muy satisfactorio.

Es de interés tener presente lo estipulado por la Comisión Teológica Internacional de la Santa Sede que consignó el 30 de junio de 1977 en su Declaración sobre la promoción humana y la salvación cristiana que “De por sí, la teología es incapaz de deducir de sus principios específicos normas concretas de acción política; del mismo modo, el teólogo no está habilitado para resolver con sus propias luces los debates fundamentales en materia social […] Si se recurre a análisis de este género, ellos no adquieren suplemento alguno de certeza por el hecho de que una teología los inserte en la trama de sus enunciados”.

Por el bien de nuestra Iglesia, es de desear que lo que dejamos consignado se rectifique y se comprenda lo estipulado sobre el capitalismo en Centesimus Annus y lo publicado en la célebre Encíclica de Pio XI: “Socialismo religioso y socialismo cristiano son términos contradictorios, nadie puede al mismo tiempo ser buen católico y socialista verdadero.”

 

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

Impuestos, «fundamento» económico y jurídico.

Por Gabriel Boragina. Publicado en:  http://www.accionhumana.com/2020/06/impuestos-fundamento-economico-y.html

Se pretende «fundamentar» en los fuertes impuestos que los Estados Unidos recaudó durante las dos guerras mundiales la supuesta «bondad» del tributo como tal, y con ello justificar altas tasas de gravámenes.

Pero si fuera por lo que defienden ese «argumento», omiten las verdaderas razones que sintetizaremos en los siguientes breves puntos:

  1. Estados Unidos cobraba reparaciones de guerra de los países vencidos en la primera conflagración mundial, aunque no todos pagaban.
  2. Siendo acreedor de la mayor parte del mundo percibía también ingresos de capitales por empréstitos otorgados, tanto del principal como de sus accesorios.
  3. Mantuvo artificialmente su economía en base a una fuerte expansión monetaria, generando empleo artificial e inflación, conforme recomendaba el economista del momento, el inglés John M. Keynes.
  4. Lo ya señalado antes: la creciente capitalización del país antes de las dos contiendes mundiales le daban un soporte económico lo suficientemente amplio como para poder sostener estoicamente la expoliación fiscal de cualquiera de sus gobiernos como sufrió bajo Roosevelt.
  5. La combinación de estos factores y otros, neutralizaba el impacto de los impuestos, que podían elevarse generando ingentes ingresos al fisco.

Todas estas, más otras razones que sencillamente se omiten o desconocen determinaron que el país del norte pudiera soportar el embate fiscal de ambas guerras. Pero, insistimos, lejos está todo esto de ser un «fundamento económico» ni siquiera suficiente para «justificar» los impuestos.

«El pueblo americano soportó la carga de los impuestos» sencillamente porque no le quedaba ninguna otra opción diferente, excepto la de dejar de pagar e ir a parar a la cárcel. No fue -como se dice- de que todos salieron felices y contentos a pagar más impuestos por la guerra.

Con un sencillo ejemplo numérico explicaremos porque Estados Unidos pudo soportar esa carga fiscal y ningún otro pais la hubiera soportado. Veamos:

CONCEPTOS PAÍS A PAÍS B
RIQUEZA 100000 10000
CONSUMO 30000 6000
SALDO ANTES DE IMPUESTOS 70000 4000
IMPUESTO 36% 36000 3600
SALDO DESPUÉS DE IMPUESTOS 64000 6400
DISPONIBLE PARA AHORRO 34000 400

Supongamos -para simplificar- dos países (A y B). Y tomemos la tasa fiscal que se dice se aplicó en los Estados Unidos (36 %) para el impuesto a las ganancias.

Como vemos, después de pasado el rastrillo impositivo y suponiendo un consumo constante (improbable, ya que el consumo siempre tiende a crecer cuando puede) al pais A le quedaría un saldo para ahorro de $ 34000.- en tanto que a B solamente escasos $ 400.-

Como la riqueza se genera siempre a partir del ahorro, está claro que el impuesto ha impactado negativamente en la capacidad de ahorro de ambos países, pero el más dañado ha sido el de menor riqueza (B). No solo ambos países generarán para el próximo ejercicio fiscal una riqueza menor, sino que, en el caso de los países menos ricos, se ha comprometido severamente su nivel de consumo. Si este llegara a aumentar (p. e. por incremento de la población) los países menos ricos podrían verse condenados a la inanición. Este sencillo ejemplo muestra el poder letal de los impuestos, a la vez que explica porque Estados Unidos pudo soportarlo (en el caso del pais A). Era el único pais que estaba en condiciones de hacerlo, el resto del mundo no hubiera podido sin tener un desastre económico.

En consecuencia, usar a los Estados Unidos, en medio de dos guerras, como «ejemplo» de «porque» los impuestos estarían «justificados» se trata de mala fe o de ignorancia.

«Veamos, ahora el fundamento jurídico del impuesto.’ Un tratadista italiano, Flora, justifica este fundamento del impuesto aduciendo que el «Estado se procura los impuestos coactivamente porque las condiciones que aseguran el ejercicio de sus actividades, como son la seguridad de las personas y de los bienes, el orden, la libertad, la defensa, el tránsito, no se producen gratuitamente, sino que requieren, para su producción, la disponibilidad de riqueza que el Estado no posee o que no puede apreciar en la medida de las exigencias».»[1]

Ya aclaramos (demasiadas veces) que el «estado» no existe; que se trata de una ficción jurídica. En consecuencia, tratar de «fundar» cualquier cosa sobre una ficción nos conducirá indefectiblemente hacia otra invención, y así sucesivamente, en una cadena que termina donde comienza la realidad que estos escritores no quieren reconocer.

El «razonamiento» que esgrimen estos autores falla, pues, por la base. Podemos admitir provisoriamente que las «funciones» que se mencionan le sean otorgadas al gobierno, pero nada de ello justifica la coacción, porque si esas cosas son realmente «necesarias» para la persona no sería menester violencia alguna para que las sostengan, lo harían espontánea y voluntariamente.

En ausencia de coacción sabemos por la historia económica que la gente buscaba protección de aquel que estuviera en condiciones de otorgársela a cambio de un servicio o dinero, antes de la existencia de los gobiernos. La experiencia indica, además, que cuanto más grandes son las poblaciones, más difícil se les hace a los gobiernos brindar esos «servicios», por lo que la gente procurará satisfacerlos vía otras alternativas que son las privadas, es decir, como comenzó siendo la historia, ya que los «estados» no precedieron en existencia a los seres humanos, sino que fue a la inversa.

En última instancia, si alguien sufre un atraco en la vía pública y ningún policía está cerca para defenderlo siempre tendrá abierta la opción de defenderse por sí mismo o por otro particular, pese a que ya ha pagado el impuesto para haber sido protegido en esas desafortunadas circunstancias por la policía estatal. De tener los recursos suficientes, la próxima vez podrá también contratar un guardaespaldas, con lo cual estará pagando dos veces por el mismo servicio: uno que no se le presta (el estatal) y otro que si se le presta a otro costo (el privado).

En suma, la cuestión no es tanto «justificar» el impuesto sino lo importante es definir correctamente cuales deberían ser las funciones del gobierno en el punto y, una vez acordadas y conocidas, ver como se financian. Pero nunca coactivamente.

[1] Mateo Goldstein. Voz «IMPUESTOS» en Enciclopedia Jurídica OMEBA, TOMO 15 letra I Grupo 05.

 

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE. Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero. Síguelo en  @GBoragina

CORONAVIRUS: BIENVENIDO SEA EL AUMENTO DE NÚMERO DE CASOS

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 28/6/20 en: http://gzanotti.blogspot.com/2020/06/coronavirus-bienvenido-sea-el-aumento.html

 

Frente al obsesivo y contínuo conteo del «aumento de número de casos», que, oh casualidad, viene tan bien a los gobiernos autoritarios para seguir encerrando a toda la población, volvemos a hacer las observaciones que ya habíamos hecho el 24 de Abril, en forma de preguntas a los «expertos»:
«… Me parece que no está explicando bien, doctor, la diferencia entre infectado, enfermo y muerto. Infectados con virus y bacterias patógenas, hay miles de millones, que NO se enferman porque el sistema inmunológico funciona (por eso fue tan terrible la situación en los 80 con los infectados de SIDA). Usted sabe, y por ende es cuestión de que todos tomen conciencia, de que en este mismo momento millones y millones de personas tienen dentro virus de gripes, bacterias de anginas, neumonitis y neumonías, y NO se enferman porque su sistema inmunológico mantiene a raya a tan antipáticos intrusos. Usted sabe que hay millones de personas que tuvieron varicela de niños y NO desarrollan el Herpes Zóster porque el sistema inmunológico mantiene latente al virus. Usted sabe que millones de personas respiran el Bacilo de Koch todos los días y no les pasa nada por el mismo motivo.
Por lo tanto infectado es una cosa, enfermo es otra, y mortalidad es otra, porque de los muchos que se enferman de gripe y neumonía no todos mueren, aunque sabe que anualmente son millones los que se mueren por eso, sobre todo porque tienen otras enfermedades, son mayores o son inmunodeprimidos, fumadores o diabéticos o etc.
Ahora bien. Como dice el estatista (yo de economía no entiendo nada…) yo de números no sé nada pero la buena noticia es que si el virus es tan contagioso como usted dice, millones y millones y miles de millones lo podemos tener en este momento. Yo, usted, y el lector. Y no pasa nada, porque el sistema inmunológico nos protege. Ahora le pido que relacione el número de infectados con el número de enfermos y verá que la probabilidad de enfermedad es baja, y compare el número de muertos con el número potencialmente infinito de infectados y verá que la mortandad es baja. Por lo demás, “estar enfermo o no” no es dicotómico. Puede ser muy leve, y también puede agravarse, sí. Usted me va a decir: pero esto es peor. De vuelta, lo dice porque el nro. de muertos es “muy alto”. ¿Muy alto en relación a qué? ¿Al número de infectados? No, como ve, es muy bajo….»
 
Por lo tanto: los gobiernos (y sus esbirros, los medios de comunicación) pueden seguir contando el «nro de casos» hasta el infinito, y eso no significa nada. Es más, cada vez que ellos, los nuevos dioses, «abran», entonces es muy probable que el nro. de casos aumente, porque la cuarentena, como mucho, ha disminuido la posibilidad de desarrollar inmunidad contra el virus, y entonces «todos adentro de vuelta» en un eterno retorno infinito de las cuarentenas. ¿Cuándo nos vamos a dar cuenta de esta locura total? ¿Cuándo vamos a reaccionar? ¿Cuándo vamos a advertir que hay muchos médicos, virólogos y etc que piensan exactamente esto Y NO SON ESCUCHADOS POR NINGÚN GOBIERNO PORQUE A NINGÚN GOBIERNO (o sea, conjunto de secuestradores) LE CONVIENE?
CIUDADANOS, REACCIONEN!!! ¡DEJEN DE ESCUCHAR A GOBIERNOS Y A LOS MEDIOS OBEDIENTES!! COMUNICADORES, REACCIONEN, DEJEN DE OBEDECER A LOS GOBIERNOS!! ¡POLICÍAS, REACCIONEN, DEJEN DE OBEDECER A SUS GOBIERNOS!!!!!
Estamos atravesando la circunstancia histórica más espantosa luego de la Segunda Guerra, con la diferencia de que ahora nadie se da cuenta de que Hitler ha invadido Polonia. Y, si alguna vez esto termina, la verguenza que sentirán muchos será equivalente a los millones de ex soldados de Hitler y Mussolini (a los cuales habría que agregar a los de los soviéticos si le hubieran hecho caso a Patton).
Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor titular, de Epistemología de la Comunicación Social en la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor de la Escuela de Post-grado de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor co-titular del seminario de epistemología en el doctorado en Administración del CEMA. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Fue profesor Titular de Metodología de las Ciencias Sociales en el Master en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE, y miembro de su departamento de investigación. Publica como @gabrielmises

Armando Ribas

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 25/6/2020 en: https://independent.typepad.com/elindependent/2020/06/armando-ribas.html

 

Untitled

Murió un gigante intelectual del liberalismo. Mi querido amigo Armando con quien ejecutamos muchos proyectos juntos. Nos comunicábamos seguido por la por teléfono y por los nuevos medios tecnológicos, pero la última vez que nos encontramos con motivo de una conferencia que pronuncié en el Instituto de Economía de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Con su proverbial sentido del humor, al despedirnos con otros amigos y colegas, dijo que especialmente agradecía mis palabras cuando se le dio por muerto, lo cual había ocurrido debido a una noticia errada que circuló con motivo del deceso de un homónimo.

Su perseverante defensa de los valores de la sociedad libre y su preocupación y ocupación de los problemas por los que atraviesa nuestro país desde hace décadas debido al estatismo rampante, lo llevaron a publicar numerosos libros, ensayos y artículos. Subrayo lo que concluyó en una de sus obras, en cuanto a que “el sistema capitalista que se inserta en la democracia liberal a través del reconocimiento de la propiedad y los límites del gobierno ha sido el instrumento más eficiente para la convivencia social en libertad y bienestar.”

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

 

 

Déficit fiscal, balance comercial y crisis de deuda:

Por Guillermo Luis Covernton. Publicado el 5/3/20 en: https://issuu.com/desafioexportar/docs/desafio_exportar_n__176/10

 

 

El gobierno argentino está pasando por un momento muy difícil. Lo que el individuo de la calle no termina de comprender es a qué cosa le llamamos los economistas una “crisis de deuda”. El crédito es una facilidad que debe guardar relación estricta con la capacidad de pago, la capacidad de generar recursos genuinos, la conducta prudencial del deudor, y la seriedad y consistencia de quienes se obligan a pagar en el futuro, obligaciones contraídas hoy.

Analizando estas variables, los funcionarios que deban negociar el refinanciamiento de las obligaciones soberanas no corren con ventajas. Más bien, deben arrastrar un pesado lastre que los argentinos nos negamos a soltar de una vez. La capacidad de pago de nuestro gobierno está fuertemente limitada. Toda vez que el grueso del gasto público se aplica a financiar erogaciones corrientes en salarios, subsidios y transferencias de recursos destinadas excluyentemente al consumo. La inversión privada neta ha desaparecido, corrida por los Valores Actuales Netos negativos que devienen de descontar flujos de fondos futuros a tasas de interés estratosféricas. Sin inversión, no hay formación de capital, ni crecimiento sostenido, como veremos más adelante. Agrava este tema que los niveles de alícuotas impositivas alcanzan porcentajes extremos, en relación a las bases imponibles que gravan. Eso impacta en la rentabilidad de las empresas. Lo que deprime el valor de las acciones y participaciones sociales. Y empuja a los inversores a otras alternativas, incluso, fuera del país. Quedan muy pocas dudas en relación a que se han superado, claramente los límites que maximizan la recaudación. Y que transitamos cómodamente por la rama descendente de la curva de Laffer.[1]

Como decíamos: La capacidad de generar recursos genuinos de una economía, guarda estricta relación con el stock de capital. Esto en Argentina ha sido negado por décadas. Partidos políticos mayoritarios han levantado la bandera de estar “combatiendo al capital”. Como si eso fuera una reivindicación social de los sectores de menores recursos. Cuando, en verdad, las tasas de acumulación de capital son el verdadero determinante del nivel de salarios. Y eso es lo que hace aumentar los ingresos de los sectores de menores recursos y posibilita la movilidad social. Si lo analizamos con criterio, los incentivos que hacen que un trabajador mexicano, nicaragüense o salvadoreño arriesgue su vida tratando de entrar a los EE.UU. evidencian que no es ni su nivel de capacitación profesional, ni su inclinación y voluntad de trabajo lo que lo condena a salarios de hambre en su país de origen. Todas variables que de ninguna manera cambian cuando cruza una frontera. Sino las bajísimas tasas de capitalización que condenan a la pobreza a las economías en desarrollo. Esto es exactamente lo mismo que les pasa a los migrantes del África subsahariana. Que también arriesgan sus vidas para tratar de llegar a Europa. En la mayoría de los casos, tristemente, en forma infructuosa.[2]

La conducta de las sucesivas administraciones tampoco es algo que pueda dar tranquilidad y confianza a los deudores ni a los inversores. No importa que cambie el partido gobernante. Lo que no cambia es la enfermedad crónica de los gobiernos argentinos de administrar manteniendo un déficit fiscal crónico, muchas veces financiado con emisión monetaria. Eso es visto con alarma por los inversores y los prestamistas que invierten en títulos de riesgo soberano. La emisión dispara una espiral inflacionaria, algo que también se negó por décadas, y que tampoco hoy nadie discute en ningún claustro académico serio. Y la inflación destruye los ahorros, lo cual reduce a su mínima expresión al mercado de fondos prestables. Que es adonde acuden las empresas pequeñas y medianas para obtener fondos para sus necesidades operativas. Ya que no pueden acudir a los mercados internacionales, por su limitada escala. Esto hace caer la productividad de la economía. Y por ende, la recaudación tributaria.

Otro problema que genera la inflación, y que es menos advertido por el ciudadano común, es que hace imposible el cálculo económico. Como dijimos más arriba, las decisiones de inversión de las empresas se toman a partir del descuento de flujos de fondos futuros esperados.[3] Estás proyecciones, son muy difíciles de hacer en un marco de estabilidad monetaria. Y requieren de un altísimo grado de profesionalismo. Son materia de expertos con mucha experiencia en la materia. Pero se tornan técnicamente imposibles en un contexto inflacionario, porque el principal problema de la inflación es que distorsiona la matriz de precios relativos de cualquier economía. Deformando y alterando las relaciones de precios entre los insumos y los productos. Lo que hace imposible determinar la rentabilidad de un proyecto en el mediano plazo. Qué es, precisamente, lo que se necesita conocer, para poder determinar el valor actual neto del proyecto, (VAN). La inflación deja a los empresarios sin herramientas de cálculo, precisamente por el impacto de lo que, en la literatura especializada se denomina “Efecto Cantillon”[4]. Justamente esta distorsión de las relaciones de precios entre los diferentes componentes del proyecto a evaluar[5].

La seriedad y consistencia de quienes toman deuda en los mercados internacionales se evidencia en el cumplimiento puntual, de los plazos y montos pactados. Una continua política de renegociación de montos y alargamiento de los plazos, incluso, bajo la amenaza del incumplimiento liso y llano, impide que las entidades financieras internacionales que han aportado los fondos, los recuperen dentro del marco de sus planes. E impacta fuertemente en la disponibilidad de recursos que pueda tener el sistema financiero local para abastecer a las empresas medianas, que, como se ha dicho, no acceden a los mercados internacionales. Asimismo, produce una astringencia de fondos prestables en el mercado bursátil, que es donde invierten habitualmente los fondos de inversión de riesgo. Y que es la otra vía de financiamiento con  que cuentan las empresas locales, ya sea mediante obligaciones negociables o la negociación de títulos de crédito como pagarés en dólares, cheques de pago diferido o facturas de crédito. Estos mercados también se ven fuertemente reducidos por la mera amenaza de incumplimiento de las obligaciones soberanas. Lo cual afecta el capital de trabajo de las empresas, su productividad, y de nuevo, la recaudación impositiva. Asimismo, produce el aumento de los costos del financiamiento y la consecuente reducción de la rentabilidad de las empresas. Que les  impide acceder a integrar los fondos de maniobra que financian sus necesidades operativas de fondos. De nuevo se reduce la productividad y los volúmenes de producción. Al haber menos producción en relación al activo fijo inmovilizado, esto aumenta la incidencia de los costos fijos sobre los costos unitarios totales. Lo que retroalimenta la caída de rentabilidad.

Esta es la causa principal que reduce los excedentes de producción que las empresas pueden destinar a los mercados de exportación. La presión compradora de estos mercados empuja al alza los precios en los mercados domésticos, por la mencionada reducción de la oferta de bienes y servicios en el mercado local. La disminución de la oferta de bienes, enfrenta un aumento en la oferta de dinero líquido, inyectado por el gobierno, para financiar su gasto desbocado. Esto retroalimenta la inflación, agravando la reducción de las exportaciones y empujando al alza a la cotización de las divisas. Una apreciación de las divisas, la contracara de la devaluación de nuestra moneda, debería impulsar a un aumento de la inversión para aumentar las exportaciones. Lo cual no ocurre, por las razones detalladas anteriormente. Si además, el gobierno pretende imponer mayores retenciones a las exportaciones, para recaudar más e intentar cancelar deuda, solo consigue estrangularse solo. Estas medidas solo logran reducir el volumen del comercio exterior, como ya explicó hacen más de  2 siglos David Hume. Porque no se puede importar sin exportar ni exportar sin importar[6]. Además, el incremento de los aranceles que gravan nuestras exportaciones al exterior, afectan la rentabilidad de la actividad exportadora, la dejan sin fuentes de financiamiento, reducen sus márgenes de endeudamiento en relación a ventas, por el aumento del riesgo soberano y al disminuir las fuentes de generación de ingresos de divisas, condenan a nuestra economía a un cada vez mayor cierre, que la priva de poder incorporar tecnologías, maquinarias de última generación y sigue impactando en la pérdida de competitividad internacional de nuestras empresas.

Urge reducir fuertemente el gasto público improductivo. revisar a todos los niveles la administración pública nacional, llevando adelante una presupuestación de base cero. Equilibrar el presupuesto, para poder reducir las alícuotas impositivas y retroceder en la curva de Laffer a niveles de razonabilidad fiscal. Detener la emisión monetaria, de modo de dotar al dinero de mayor estabilidad y obligar al gobierno a abandonar esa fuente de financiamiento, mediante la eliminación de la obligatoriedad de pactar todos los contratos en pesos. La utilización de contratos nominados en divisas proporcionará estabilidad de las relaciones insumo producto y mucha mayor certeza en el cumplimiento de las obligaciones crediticias privadas. Esto haría caer las tasas de riesgo país, abaratando el crédito privado e impulsando la inversión y el crecimiento.

[1] https://www.rankia.com/blog/golpe-efecto/4028592-politicas-oferta-curva-laffer-gasto-era-reagan

[2] https://www.youtube.com/watch?v=sXhA8MbaaZA

[3] http://www.fao.org/3/a0323s/a0323s09.htm

[4] https://www.eseade.edu.ar/wp-content/uploads/2016/08/Alonso-Neira.pdf

[5] https://www.cronista.com/columnistas/Banco-Central-el-falsificador-serial-20190130-0061.html

[6] https://bazar.ufm.edu/david-hume-sobre-la-balanza-comercial-pero-en-realidad-sobre-la-moneda-y-el-ajuste-de-los-precios/

 

Guillermo Luis Covernton es Dr. En Economía, (ESEADE). Magíster en Economía y Administración, (ESEADE). Es Profesor Titular de Finanzas Públicas, Macroeconomía, y Emprendimiento de Negocios en la Pontificia Universidad Católica Argentina, Santa María de los Buenos Aires, (UCA). Ha sido profesor de Microeconomía, y Economía Política en la misma universidad.  Fue corredor de granos y miembro de la Cámara Arbitral de Cereales de la Bolsa de Comercio de Rosario. Fue asesor de la Comisión Nacional de Valores para el desarrollo de mercados de futuros y opciones. Es empresario y consultor. 

 

 

 

Algunos tips del mercado, hoy

Por Alejandro Tagliavini. Publicado el 26/6/20 en:  http://www.elefete.com/opinion-algunos-tips-del-mercado-hoy/

 

Según el FMI -informe sobre la Estabilidad Financiera Global- los mercados de renta variable recuperan una media de 85% de sus niveles de mediados de enero. Existiría una desconexión entre los mercados financieros y la economía real que se visualiza con el reciente desacoplamiento entre Wall Street y la caída de la confianza del consumidor (dos indicadores que históricamente han operado en paralelo), dejando dudas sobre la sostenibilidad del repunte de no ser por el impulso de los bancos centrales. Es decir, tal como vengo escribiendo, las bolsas están sobrevaloradas por un exceso de liquidez en el mercado.

Los activos agregados de los 10 principales bancos centrales del mundo aumentaron en unos US$ 6 B desde mediados de enero, más del doble observado durante los dos años de la crisis financiera de diciembre de 2007, casi el 15% del PBI de sus países. A lo que debe sumarse los cerca de US$ 11 B en estímulos fiscales de emergencia de los gobiernos de todo el mundo.

Con el apoyo de los bancos centrales, el interés de los bonos soberanos de los países desarrollados cae en picada y así el 90% -el nivel más alto de la historia- de la deuda de estos, ofrece una rentabilidad inferior al 1%. Tomando toda la deuda soberana y no solo la desarrollada, el 60% ofrecería un rendimiento inferior al 1% y el 20% cotiza con rentabilidad negativa.

Dejo aclarado que, contra lo que es creencia popular, el FMI no solo que no es “promercado” sino que siempre actúa, finalmente, contra el sector privado como buen banco (multi) estatal. Como prueba vemos lo que hace en Argentina, que exige que se le devuelva todo aun cuando es co responsable del programa económico que nos trajo hasta aquí, y para ello alienta una fuerte quita a los acreedores privados y una suba de impuestos. Para remate, dice que el PBI argentino caerá 9,9% en 2020 y rebotará 3,9% en 2021. Lo que supone un espaldarazo al gobierno desde que, sin dudas, la caída será mayor y continuará en 2021 dado el programa estatizante represivo del sector privado -el sector productivo- en marcha.

Por cierto, como escribí en una nota anterior (Bolsas -robo advisors- y bitcoin: ¿llega la recuperación?), es inevitable el crecimiento de los “robo advisors” -o trading algorítmico- que son asesores financieros automatizados, que diseñan carteras con fondos, de bajo costo del orden del 0,4% anual y la mayoría utilizan fondos indexados o ETFs. Sus detractores dicen que agrava la recesión al ser los operadores sustituidos por máquinas inexpertas. Los defensores dicen que vivieron el “flash crash” del 6 de mayo de 2010 cuando el Dow Jones cayó 998,5 puntos -un 9%- en minutos para luego recuperarse el mismo día. En cualquier caso, su avance es inevitable al punto de que muchos gestores ya cerraron sus fondos y, según Wells Fargo, los robots reemplazarán 200.000 bancarios antes de 2030.

Hablando de ETFs, ya se puede seguir la carrera mundial por la vacuna y tratamiento del Covid-19. Desde el 18 de junio, se comercializa en Wall Street un ETF que incluye empresas de biotecnología. Lleva la firma de ETFMG, se llama Treatments, Testing and Advancements ETF y replica al índice PGERM que, desde su creación en diciembre de 2019, repunta cerca de 70%.

Incluye entre otros a ModernaQuidelVir Biotechnology o Novavax, que suben alrededor de 240%, 180%, 230% y hasta 1.500%, respectivamente, en 2020, y Zai Lab, que gana cerca de 100% en el mismo periodo. Están de moda, pero y si no consiguen la vacuna…

Dentro de la bolsa, por cierto, siguen los tres mayores valores tecnológicos por capitalización, Apple (NASDAQ:AAPL), Microsoft (NASDAQ:MSFT) y Amazon (NASDAQ:AMZN), que han llevado al Nasdaq Composite a que, en lo que va de trimestre suba 32% y, desde los mínimos de marzo, casi 48%.

En cuanto a los commodities, hay cierto desconcierto. Según Ellen R Wald PhD hay demasiado petróleo crudo en el mercado. Aún con los fuertes recortes de la producción, las reservas mundiales estaban a finales de mayo 1.400 M de barriles por encima de lo que estuvieran a fines de 2019.

Crude Oil WTI Futures Weekly Chart

Crude Oil WTI Futures Weekly Chart

Y aunque la demanda de productos de petróleo crudo como la gasolina y el combustible para aviones está empezando a repuntar, el nivel de utilización de la capacidad de las refinerías del 70,6% en mayo de 2020, sigue siendo alto dada la caída en el consumo.

Por su lado “la plata a US$ 18 brilla más para algunos que el oro a 1.800” dice Barani Krishnan. En relación con el oro, la plata sólo ha estado tan subvaluada en dos ocasiones: durante la Segunda Guerra Mundial, y a principios de los 90. Así que para aquéllos que piensan que la plata volverá a la media, sería momento para comprarla.

Daily Silver Futures

Daily Silver Futures

La demanda tiene futuro dado el aumento en la producción de vehículos eléctricos y otras áreas que requieren conductores como la tecnología 5G. En lo que va de 2020, la inversión en plata física experimentó un tercer año de crecimiento, subiendo 16% hasta las 215 M de onzas y subiría otro 16% en lo que resta del año llegando a máximos de cinco años.

En cuanto al bitcoin (BTC), según Pinchas Cohen, cayó este jueves pero luego se recuperaba, todo explicado por el próximo vencimiento de US$ 1.000 M de las opciones de BTC, el más importante registrado. Como sea, dice Pinchas, algunos impulsores técnicos están funcionando:

Gráfico diario del BTC/USD

Gráfico diario del BTC/USD

Aunque la criptomoneda se ha alejado repetidamente de la cifra redonda psicológica de los US$ 10.000 y, tras no haber podido registrar nuevos máximos durante más de un mes y medio, parece que los alcistas se están perdiendo la fe.

En fin, en cuanto a Argentina, según el Indec el PBI se contrajo 5,4% en el primer trimestre, con poco menos de 15 días de confinamiento y ahora se endurece la represión -cuarentena- a los mercados con lo que la cosa emporará mucho más. Un gráfico de terror publicado por El Economista:

La inflación llegaría a 70% en doce meses, según SBS. Por el momento, la suba del IPC está contenida -entre reprimida, fuerte recesión y aumento en la demanda de dinero- pero el BCRA emitió $1,6 B para financiar al Tesoro Nacional desde agosto, generando una fuerte disparada de los agregados monetarios. Hasta junio, la base monetaria amplia que incluye pasivos remunerados del BCRA crece al 75% interanual mientras el M2 privado avanza al 100% interanual, un récord desde la salida de la hiperinflación a comienzos de los 90.

Así, me creo lo que twitteo Christian Buteler: “Si ya tenés bonos en cartera venderlos en u$s (mep)…  para luego ir al blue… está más que tentador. Mezclas blanco con negro pero…….te deja un 12%”. El siempre adorado blue.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Asesor Senior de The Cedar Portfolio, Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE. Síguelo como @alextagliavini

La democracia liberal en disputa

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 25/6/2020 en: https://www.youtube.com/watch?v=aomGcHoEvoI&t=220s

 

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

Los impuestos y la guerra

Por Gabriel Boragina. Publicado en: 

 

«Insistiendo en la importancia del impuesto para afrontar las obligaciones -del Estado moderno, consignamos en seguida algunas cifras oficiales vinculadas con el enorme esfuerzo bélico realizado por los Estados Unidos de América para afrontar a las dos terribles guerras en las que le ha tocado intervenir en el curso de los últimos cincuenta años. De los mencionados guarismos surgirá toda la trascendencia que asumen los impuestos para solventar necesidades ordinarias y extraordinarias, justificando así nítidamente el fundamento económico del impuesto, al que nos hemos referido en los comienzos de este párrafo.»[1]

La única obligación del gobierno es la de respetar el derecho de los gobernados que -en suma- son sus mandantes, y el mandato que le han otorgado a ese gobierno no es -por cierto- para que este desfalque a su mandante, sino para que proteja sus bienes (vida, libertad y propiedad, en este mismo orden). El impuesto solo puede hallar cierta justificación en lo que señalamos, y no en otros motivos espurios.

En el ejemplo elegido, la intervención de los Estados Unidos en ambas guerras fue una decisión pura y exclusivamente gubernamental. En ninguna de ambas contiendas los Estados Unidos fueron un país ni agredido, ni invadido por las naciones beligerantes.

El ataque japonés a la base militar estadounidense de Pearl Harbor en modo alguno justificaba que los Estados Unidos entraran en la guerra que -ya iniciada- se estaba librando en Europa, toda vez que el tema se podría haber solventado con una contraofensiva contra el Japón en represalia que, en rigor, fueron los atacantes. En consecuencia, la elección del modelo es, desde todo punto de vista, desafortunada.

Con todo, podemos conceder que en caso de que una nación sea atacada, eche mano a impuestos extraordinarios para solventar su defensa. Pero la excepción no puede constituirse en regla como quiere presentarlo Goldstein en su artículo. Esto no es ningún justificativo económico del impuesto o, al menos, no lo es para situaciones fuera de una guerra. Pero, además, existe la posibilidad que el gobierno no usara eficientemente esos recursos extraordinarios, y el gasto hubiera sido -si bien necesario en parte- en su mayor proporción un derroche. Un buen estratega militar probablemente hubiera ganado la guerra con una menor carga fiscal, pero más eficientemente empleada.

Es verdad que en los Estados Unidos soportaron una carga fiscal brutal a los que fueron sometidos sus ciudadanos por parte de los gobiernos norteamericanos y que el autor se esmera en detallar numéricamente (no vamos a reproducirlo por su extensión y por ser un dato histórico sobradamente conocido) pero omite la pregunta fundamental ¿tenía opción el contribuyente americano para negarse a sufragar dichos costos fiscales astronómicos (como el mismo autor los denomina)? La respuesta es no. O pagaba o iba a la cárcel. Es decir, para combatir a un totalitarismo político (la amenaza nazi) se recurrió a otro totalitarismo (fiscal).

También pasa por alto otro dato no menos importante: para poder cobrar esos impuestos debió existir antes de que el gobierno los creara y aplicara una acumulación de capital tal que permitiera recaudarlos. Y para que ese acopio tuviera lugar la carga fiscal anterior debía ser y fue muy baja. El pueblo americano no recogía el dinero que «crecía en los árboles». Simplemente, el gobierno -antes de la guerra- no entorpecía con impuestos la provisión de capital o lo hacía en muy escasa medida.

«Los ingresos por concepto de impuestos durante los años 1941-1945 eran aproximadamente de 138,5 billones de dólares, de los cuales las entradas por diversos conceptos e impuesto a las ganancias individuales, llegó al 36,2 %; las asociaciones y sociedades, el 34,2 % y el 29,6 % restante procedía de otros recursos. Desde el 15 de mayo de 1941, en cuya fecha el presidente Roosevelt vendió el primer Bono de Ahorro de la serie «E», hasta que fue depositado en el Tesoro Nacional el último Bono del Victory Loan, el 3 de junio de 1943, se vendieron en todo el territorio de los Estados Unidos 185.700 billones de Bonos para financiar la guerra. Alrededor de dos tercios fueron adquiridos por sociedades y corporaciones y un tercio, por personas individuales o físicas «[2]

El autor, reiteramos, utiliza todos estos datos simplemente para justificar -según su punto de vista- lo que él llama el «fundamento económico del impuesto». Pero -como ya advertimos- emplear el patrón excepcional de una guerra (o de dos como en el caso) usando -para colmo- como muestra al país más poderoso económicamente del planeta no establece «fundamento» de nada. Roosevelt pudo aplicar un fuerte intervencionismo económico sencillamente porque fue presidente del país más capitalizado del mundo, que de no haber sido así le hubiera sido imposible recaudar ni un solo dólar.

Omite también que esos bonos deberían ser rescatados en su momento, para lo cual el gobierno tuvo que volver a subir los impuestos (ya sin guerra de por medio) castigando por partida doble al sufrido contribuyente americano.

Nada de lo que el autor comenta puede cambiar el hecho de que los impuestos descapitalizan la economía del país donde se recaudan, y esto sucedió tanto en Estados Unidos durante las dos guerras mundiales como después de ellas y hasta hoy ocurre, no solo allí sino en todas partes del mundo.

«Y este enorme esfuerzo consumado por una nación democrática, con la aquiescencia de sus poderes políticos en pleno funcionamiento a pesar de las difíciles circunstancias, no significó ni con mucho la ruina de los diversos sectores de la población, ni la injusticia para con alguno de ellos, ni el desequilibrio en la imposición que es característico de los regímenes oligárquicos o despóticos. El pueblo americano soportó la carga de los impuestos sin perder la serenidad, en la confianza de que todos los habitantes, sin excepción, colaboraban en un esfuerzo tenso en el que se hallaba comprometida la seguridad de su país y la libertad del ser humano.»[3]

El esfuerzo no lo hizo la «nación» si con este término se quiere referir a lo que hasta ahora el autor ha denominado el «estado». Pero si, si con él quiere referirse al pueblo americano. Vamos a conceder el beneficio de la duda respecto de los «diversos sectores», pero no es tan seguro que muchos individuos no hayan terminado arruinados por la política fiscal.

[1] Mateo Goldstein. Voz «IMPUESTOS» en Enciclopedia Jurídica OMEBA, TOMO 15 letra I Grupo 05.

[2] Goldstein, M. ibidem. Op. Cit.

[3] Goldstein, M. ibidem. Op. Cit.

 

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE. Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero. Síguelo en  @GBoragina

Acerca del intercambio Cornejo-López Murphy

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 21/6/2020 en: https://www.infobae.com/opinion/2020/06/21/acerca-del-intercambio-cornejo-lopez-murphy/

 

Días pasados hubo una muy auspiciosa conversación pública entre dos personas de larga y fructífera trayectoria en la política argentina. Ambos de probada vocación de republicanismo, uno ex gobernador de Mendoza que dio un ejemplo en cuanto a la concreta reducción del gasto público que resulta ser el parámetro decisivo en cuanto a poner en brete a pretendidos avances del Leviatán y que en su momento apoyó a su colega en el intercambio a que nos referimos como candidato a la presidencia. El otro proveniente de la tradición de pensamiento liberal, ex ministro y conocido impulsor de proyectos que tienden a dar la batalla cultural pero preocupado y ocupado por el establecimiento de una fuerza política que ponga coto a los abusos de aparatos estatales ilimitados que en las instancias que corren revelan ansias por deglutir derechos individuales. En esto, estos dos personajes coinciden ampliamente.

Alfredo Cornejo y Ricardo López Murphy constituyen esperanzas para la ciudadanía alarmada con los permanentes intentos de avasallar la Justicia, establecer un grado superlativo de impunidad, al tiempo que apunta a avanzar contra la propiedad de empresas en este caso afortunadamente por el momento frenadas por oportunos fallos judiciales. En este contexto se constatan nuevas incorporaciones a la burocracia ya de por si desmedida con el consiguiente engrosamiento del gasto gubernamental en un cuadro de situación donde la presión tributaria se trona insoportable, la deuda es astronómica, la expansión monetaria de una envergadura colosal y regulaciones cada vez más asfixiantes, todo lo cual se hace imprescindible revertir si los argentinos no queremos repetir la tragedia venezolana.

Lamentablemente la gestión anterior desperdició la oportunidad de adoptar las medidas indispensables para abandonar siete décadas de populismo y encaminarse hacia los principios y valores alberdianos que hicieron de la Argentina uno de los países más prósperos del planeta. El inicio de aquella administración no fue nada auspicioso con un bailecito en la Casa Rosada con la banda presidencial y tampoco inaugurarse con el nada republicano intento de designar dos miembros de la Corte Suprema de Justicia por decreto y la expansión de nuevos ministerios. En todo caso se agregó volumen al ya de por si sobredimensionada estructura burocrática financiada con una deuda monumental y un pésimo manejo monetario y cambiario que condujo a lo que todos sabemos y es de público conocimiento.

Afortunadamente la población frente a una alternativa electoral que se presentaba como tenebrosa, en una desesperada defensa de valores esenciales como la libertad de prensa y lo que queda en pie de la Justicia votó en las últimas elecciones para preservar esos principios y en su gran mayoría no como una muestra de apoyo a gobernantes fracasados que pudieron tener buenas intenciones y muchos decentes pero incapaces de traducir esas condiciones a la gestión en cuyo contexto algunos hicieron lo que pudieron para encaminar el rumbo sin éxito en el balance neto que es el relevante porque por más que se haya pretendido abrirnos al mundo, para que tenga efecto es menester adoptar medidas conducentes a la competitividad lo cual no se logra con palos en la rueda ni con declaraciones altisonantes.

En todo caso, la antedicha oposición logró contar con una cantidad muy apreciable de representantes en ambas Cámaras del Congreso lo cual debe ser aprovechado para encauzarlos hacia preceptos republicanos que nos alejen de los estatismos trasnochados y empobrecedores. En este sentido, hay posibilidades que varios de los más encumbrados referentes del radicalismo afirmen sus inclinaciones a los fundamentos de la sociedad libre y el consiguiente federalismo, la división de poderes y la transparencia de los actos de gobierno e incluso se aparten de lo ocurrido a partir de la Declaración de Avellaneda de 1945 del radicalismo y se encaminen hacia las sólidas propuestas de Leandro Alem, uno de los más brillantes exponentes de la política argentina de todos los tiempos.

En esta línea argumental, aunque la batalla cultural por el momento no permite un discurso tan directo en el plano político, es del caso citar algunos pasajes que ilustran el pensamiento de Alem. En el debate sobre la Federalización de Buenos Aires, en 1880, expresó: “Más el poder es fuerte, más la corrupción es fácil. Para asegurar el poder legítimo, es necesario impedir a todo trance que él exagere sus facultades, y es indispensable buscarle el contrapeso que prevenga lo arbitrario” y “en economía como en política, estrechamente ligadas, porque no hay progreso económico si no hay buena política, una política liberal que deje el vuelo necesario a todas las fuerzas y a todas las actividades” y concluía al afirmar que “gobernad lo menos posible porque mientras menos gobierno extraño tenga el hombre, más avanza la libertad, más gobierno propio tiene y más fortalece su iniciativa y se desenvuelve su actividad”.

A contracorriente de la sandez de “vivir con lo nuestro”, Alem patrocinaba la completa apertura de las fronteras al comercio en “El Argentino”, en 1894, en un texto titulado “El proteccionismo y el pueblo” y en 1891 en el “Manifiesto Radical” se refiere a los peligros de la inflación monetaria que firma Alem como presidente y lo secundan Joaquín Castellanos, Carlos Estrada, Daniel Tedín y Abel Pardo. Allí se lee que “Es un axioma ante la conciencia argentina que el mal se ha producido por exceso de oficialismo y que los bancos oficiales han sido el agente activo de la ruina de la fortuna pública y privada y de la depresión del carácter nacional. El banco oficial constituye un peligro permanente porque siempre será un medio político sujeto a la influencia de las pasiones partidistas. Trabajar, entonces, contra este género de establecimientos es hacer obra de cordura y de patriotismo”.

Como he puesto de manifiesto públicamente en varias oportunidades, la situación argentina actual es de tal peligrosidad que estimo deben unirse las fuerzas opositoras a la que ya existe sin pretender dividirla y fraccionarla con nuevos emprendimientos para no hacerle el juego conciente inconcientemente a las fauces autoritarias que se revelan con ímpetu descomunal en nuestra tierra.

Desde nuestra perspectiva liberal es necesario comprender que lo primero viene primero, que no es posible saltearse etapas y poner la carreta delante de los caballos. Lamentablemente no es el momento de un partido de raigambre enteramente liberal puesto que, como queda dicho, estamos muy atrasados en la indispensable batalla cultural. Como he puesto de manifiesto antes es equivalente a que una persona que se expresa en idioma sueco pretenda dirigirse a una audiencia hispanoparlante en esa lengua. Si quiere lograr ese cometido, es inexorable que primero se asegure que sus destinatarios hayan aprendido sueco, de lo contrario el mensaje quedará flotando en la estratósfera. A muchos buenos amigos que se desempeñan con la mejor buena voluntad en estas lides les he trasmitido mi opinión.

Entre paréntesis y como una nota al pie digo que no estoy seguro ni siquiera que convenga recurrir a la expresión liberal para aplicar a un partido político. Recuerdo el consejo de mi querido Ezequiel Gallo cuando en una ocasión se pronunció en contra de esta etiqueta en ese plano pues concluyó que al muy poco tiempo dado que la política exige acuerdos y adaptar el mensaje a lo que es al momento digerible por la opinión pública se preguntará “¿usted es liberal del liberalismo o liberal del partido liberal?”, por lo que comienzan las confusiones exactamente igual que ocurre, por ejemplo, en Colombia con al Partido Liberal y en Corrientes en nuestro país. Otra cosa bien distinta desde luego es el deseo noble que el espíritu liberal flote en la mayor cantidad de partidos posible.

Para no decir nada del libertarianismo, una palabreja que se ha debido utilizar en Estados Unidos donde el liberalismo fue expropiado por las izquierdas pero que en nuestra región no es necesario mutar de palabra para identificarnos y hacerles el juego a los que pretenden dejarnos incomunicados pues el liberalismo en nuestra región conserva su acepción original en cuya tradición se incorporan todos los nuevos descubrimientos necesarios puesto que por definición el liberalismo está siempre en ebullición. Adhiero a la insistencia de los grandes maestros como Mises, Hayek y Friedman en la inexcusable necesidad de mantener el empleo de la expresión tan representativa de liberal, aun frente a posibles intentos de tergiversarla. En nuestro medio la cobardía moral que no se atreve a enfrentar al liberalismo recurre a una designación absurda y vacía de contenido con la que ningún intelectual serio de nuestra época se siente identificado: “Neoliberalismo”.

Lo dicho también va para otros proyectos en carpeta de crear un nuevo espacio político opositor. Es de esperar que ninguno de estos ensayos prospere y que la actual oposición tenga la inteligencia y la templanza para incorporar a personas como mi amigo López Murphy a sus filas con cargos expectantes y a otros amigos dispuestos a navegar en la política a diferencia del que esto escribe y otros colegas que estimamos indispensable dedicar todo nuestro tiempo disponible a trabajar en el terreno educativo, en el dictado de clases y la publicación de libros, ensayos y artículos lo cual marcará el discurso de los políticos como ha sucedido en todos lados y en todas las circunstancias históricas.

Felicitamos a las instituciones que patrocinaron el encuentro de marras, muy bien conducido por Alejandro Bongiovanni, y esperamos que en el futuro se intensifiquen para bien de la Argentina en un clima en el que las ideas de la libertad se están trabajando a través de ideas de fondo en fundaciones y entidades muy meritorias que reúnen grupos de jóvenes muy bien preparados. No estamos para jugar con fuego, el tiempo apremia y necesitamos de una oposición unida por la supervivencia de la República. El banderazo en varias ciudades en defensa de las instituciones republicanas refuerza la esperanza.

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h