Mi nuevo hijo de papel

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 26/10/19 en:  https://www.elpais.com.uy/opinion/columnistas/alberto-benegas-lynch/mi-nuevo-hijo-papel.html

 

Tengo la satisfacción de que mi último libro titulado El poder corrompe será presentado en Montevideo por María Dolores Benavente, presidente de la Academia Nacional de Economía de Uruguay, Martín Aguirre, Director de este centenario periódico en el que ahora aparecen estas líneas y por Eduardo Palacios, mi colega en la Mont Pelerin Society. El libro es editado por el CED que preside Hernán Bonilla quien es el responsable de haber organizado la referida presentación.

 

El título de la obra deriva del célebre dictum de Lord Acton: “el poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente” que fue parte de una misiva que este historiador le envió el 5 de abril de 1887 al Obispo de la Iglesia de Inglaterra, Mandell Creighton, a raíz de su aseveración en el sentido de que gobernantes y miembros de la Iglesia debían ser tratados con benevolencia. Así, en el pasaje pertinente, responde Acton en la referida misiva: “No puedo aceptar su canon en cuanto a que debemos juzgar al Papa y al Rey de manera distinta a otros hombres con una presunción favorable que no han hecho mal. Si hay alguna presunción se ubica en lo opuesto en lo que atañe a quienes mantienen una posición de poder, mayor cuanto mayor sea el poder que ostentan.”

 

Mi libro en modo alguno descalifica a todos los que han pasado por el poder político en el sentido que no han sido todos los que se han dejado tentar por el mal uso de los dineros públicos ni se han adaptado a la nefasta idea de que el Leviatán debe ser más adiposo. Por el contrario, los ha habido de un cuidado especial respecto a lo que no les pertenece y, en cantidades mucho menores, los que incluso se esforzaron por mantener en brete al aparato estatal para que retorne a los límites de un sistema republicano y así revertir tendencias del empobrecedor estatismo.

 

Desafortunadamente estos últimos casos son muy minoritarios en el mundo que nos ha tocado vivir, especialmente si observamos la creciente xenofobia y los consiguientes nacionalismos y mal llamados “proteccionismos” en Europa y en Estados Unidos, para no decir nada de algunos sucesos lamentables en nuestro continente con gastos públicos crecientes que se traducen en deudas alarmantes, impuestos asfixiantes y manipulaciones monetarias descabelladas.

 

El problema radica en la batalla cultural que por el momento estamos perdiendo en la esfera política los partidarios de la sociedad abierta en detrimento de los derechos de las personas y sus respectivas autonomías a manos de megalómanos que apuntan a manejar a su antojo las vidas y las haciendas ajenas.

 

Es a esta batalla cultural a que apunta mi nuevo libro. Pretende una contribución a fundamentar los valores y principios de la libertad como medio no solo para el respeto recíproco sino para mejorar las condiciones morales y materiales de todos, muy especialmente de los más carenciados. Lamentablemente en el nombre de los pobres se adoptan una y otra vez medidas que los perjudican de modo muy especial, puesto que los derroches se traducen en consumo de las tasas de capitalización que, a su turno, constituyen la única causa de mayores salarios e ingresos en términos reales.

 

La tradición de pensamiento liberal se resume en el respeto irrestricto por los proyectos de vida de otros. En otros términos se trata de recurrir a la fuerza solo y exclusivamente cuando hay lesiones de derechos, esto es siempre con carácter defensivo, nunca para imponer modos de vida privativos de cada cual. El establecimiento de límites al abuso del poder fue la idea del constitucionalismo moderno.

 

Hoy en día muchas constituciones parecen un catálogo de aspiraciones de deseos mezcladas con pseudoderechos, es decir, facultades que se otorgan para arrancar el fruto del trabajo ajeno. Así, para ilustrar el aserto recordamos que en la Asamblea Constituyente Ecuador, hace poco seriamente se sugirió –afortunadamente la moción no prosperó- incluir en  un artículo “el derecho al orgasmo de la mujer”.

 

Mi texto intenta mostrar que el liberalismo no se corta en tajos por lo que incluye la exploraciones de muy diversas avenidas que tratan temas éticos, filosóficos, jurídicos, históricos y económicos al efecto de poner en evidencia que abarca las más importantes manifestaciones humanas. Dada mi profesión de economista, es pertinente traer a colación un pensamiento del premio Nobel en economía Friedrich Hayek en cuanto a que “el economista que solo se queda en la economía será un estorbo, cuando no un peligro público”. Nuestra especialización exige completar la formación con los antedichos campos de estudio para poder pronunciarnos con solvencia sobre la ciencia económica.

 

Nadie mejor que el marxista Antonio Gramsci para resumir el eje central de nuestro problema medular, solo que lo proponía desde la visión opuesta a la nuestra: “tomen la cultura y la educación y el resto se da por añadidura”. Por eso es que resulta vital comprender que el proceso educativo libre demanda sistemas de puertas y ventanas abiertas de par en par en un contexto competitivo en el que la imposición de estructuras curriculares desde el poder político dan por tierra con la necesaria excelencia.

 

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

La mentalidad anticapitalista chilena

Por Carlos Newland: 

 

Hace algunos años con el economista húngaro Pal Czegledi elaboramos un índice mundial de mentalidad económica pro mercado. Las conclusiones de ese trabajo parecen particularmente relevantes a la luz de los recientes episodios de violencia y caos en Chile y el cuestionamiento, en ciertos ámbitos, al “modelo chileno”.  El índice y los trabajos mostraban que en el mundo los países no poseen una cultura económica popular homogénea. Las naciones con poblaciones cuya ideología es más afín a la economía de mercado son las pertenecientes a lo que se ha denominado “Anglósfera” (EEUU, Canadá, Australia y Nueva Zelanda). Allí el reconocimiento de las ventajas de la iniciativa privada y de la competencia y las desventajas de una excesiva regulación e intervención estatal forman parte de la cultura. No es sorprendente que estas naciones tengan las instituciones más libres, lo que en gran parte explica su elevado nivel de ingreso per capita. El segundo conglomerado más pro capitalista es el correspondiente a los países de Europa del Norte, seguidos en el ranking por las naciones de la Sinósfera” (Japón, Taiwan, China, etc).

 

La publicación índice ha dado lugar a un debate respecto al lugar que ocupan algunos países (abajo se incluye el ranking). No sorprende encontrar casi al final del listado a la Argentina. Al fin y al cabo, el segundo himno nacional, la marcha peronista (que incluso ha sido entonada recientemente en reuniones macristas) contiene en sus estrofas un llamado “a combatir al capital”. Cerca de la posición argentina se encuentra Rusia y Ucrania, países que han sufrido décadas de adoctrinamiento comunista, lo que parece haber condicionado su apreciación por las ventajas de una economía libre. Pero lo que más nos sorprendió fue que la mentalidad anti-mercado chilena (digamos hacia 2010) era prácticamente idéntica a la argentina. Cuando presentamos nuestro índice en Santiago, e incluso en Buenos Aires, cuestionaron nuestros resultados argumentando que no podía ser que en Chile, luego de décadas de reformas pro-mercado incuestionablemente exitosas, no se hubiera desarrollado una mentalidad más favorable a la competencia y los mercados.

 

Nuestra respuesta sobre la falta de identificación popular chilena con instituciones económicas asociadas al sistema de mercado tenía que ver con la forma en que se habían implementado. La liberalización (para nosotros exitosa) de su sistema económico no tenía que ver con ninguna plataforma política de un partido elegido democráticamente, sino que fue impuesta por un gobierno militar en contra de la ideología popular predominante. Al fin y al cabo muy poco tiempo antes una alta proporción del electorado había confirmado como Presidente al marxista Salvador Allende. Pero, se nos decía, los gobiernos democráticos posteriores no anularon las reformas inicialmente impuestas por la fuerza. Esto lo aceptábamos ya que estimábamos que el sistema había tenido a mediano plazo un éxito indudable reconocido por la mayor parte de los dirigentes. Pero, decíamos, se había creado un equilibrio inestable ya que la mentalidad anticapitalista seguía vigente y bastaba que algún líder carismático radical accediera al poder para anular los éxitos obtenidos. Finalmente se nos dijo que en la última elección había sido el candidato pro mercado quien había accedido a la presidencia, por el voto popular.

Debo reconocer que este hecho nos desconcertó. Lo único que atinamos a observar es que Piñeira había sido elegido por una atomización del voto de izquierda y ante la ausencia de un candidato opositor medianamente carismático.  Creemos que esta tensión entre la ideología popular y la política económica en Chile es uno de los factores que explica el estallido social de la última semana.

¿Debemos ser entonces totalmente pesimistas sobre el futuro de Chile? Seguramente una buena cantidad de las medidas adoptadas (que consideramos positivas) terminaran siendo revertidas, como la educación superior arancelada. Pero otras, ante su efecto benéfico obvio, seguramente se mantendrán, como la integración al comercio  internacional  y la estabilidad de su moneda. Al fin y al cabo, muchos de sus países vecinos del Pacífico han adoptado políticas económicas pro mercado a través del voto.

 

Índice Mundial de pensamiento pro capitalista (ranking, país, índice). De mayor a menor apoyo a la economía de mercado (solo se incluyen los países con mayor y menor valores).

 

1 Estados Unidos 0.697
2 Nueva Zelanda 0.686
3 Suiza 0.671
4 Taiwan 0.646
5 Canada 0.621
6 Noruega 0.615
7 Suecia 0.611
8 Gran Bretaña 0.600
9 Australia 0.596
10 Hong Kong 0.575
66 Jordania 0.364
67 Poland 0.359
68 India 0.359
69 Turquia 0.346
70 Algeria 0.343
71 Zambia 0.339
72 Argentina 0.323
73 Chile 0.316
74 Hungria 0.301
75 Kazakhstan 0.283
76 Ucrania 0.283
77 Rusia 0.241

 

 

Carlos Newland es Dr. Litt. en Historia. Profesor y Ex Rector de ESEADE.

Acerca del origen de la propiedad

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 17/10/19 en https://www.infobae.com/opinion/2019/10/26/acerca-del-origen-de-la-propiedad/

 

John Locke (Shutterstock)

John Locke (Shutterstock)

Con total desconocimiento de la realidad social, se dice que todos los humanos tienen derecho sobre la Tierra por el solo hecho de haber nacido. Si ese fuera el caso, si todos tuvieran derecho sobre la Tierra, aparecería de inmediato “la tragedia de los comunes” primero expuesta conceptualmente por Aristóteles, un fenómeno así bautizado por Garret Hardin. Es decir, si fuera de todos en verdad no sería de nadie y necesariamente mal utilizada puesto que los incentivos de administrar lo propio es completamente distinto a lo que teóricamente pertenece a todos, tal como revela reiteradamente la experiencia cotidiana.

Dado que los recursos son escasos en relación a las necesidades, se hace imperioso asignar derechos de propiedad a los efectos de darle el mejor uso posible a criterio de quienes compran o se abstienen de comprar en el supermercado y equivalentes. En ese contexto, el que mejor uso le da a su propiedad está sirviendo mejor los deseos y preferencias del prójimo. En otros términos, cada propietario para mejorar o mantener su propiedad debe ofrecer bienes y servicios que agraden a los demás. Si deja inexplorados sus recursos o los explota mal a criterio de otros, incurrirá en quebrantos y se consumirá el capital. Es decir, las posiciones patrimoniales no son irrevocables, cambian de manos según sea su uso y los que dan en la tecla en el gusto de los demás preservarán o incrementarán su patrimonio, por el contrario los que yerran incurrirán en pérdidas.

Como queda dicho, las diferencias de ingresos y patrimonios son, en el mercado abierto, el resultado de las votaciones en el plebiscito que tiene lugar con las transacciones cotidianas. Ahora bien, debe destacarse muy especialmente que nada de lo dicho tiene lugar si en vez de operar en el mercado los operadores reciben privilegios gubernamentales de cualquier naturaleza que sean. En este caso, las diferencias de ingresos y patrimonios son el resultado de una tremenda injusticia debido a que proceden de la vil explotación de así llamados empresarios puesto que nada tiene que ver con la competencia y el favor de la gente sino que surgen de la prebenda de los aparatos estatales que otorgan favores a los amigos del poder.

En cambio, la asignación de derechos de propiedad hace que los más meritorios administren los escasos recursos para bien de los demás, lo cual simultáneamente aprovecha al máximo el capital y maximiza las inversiones, que es el único factor que hace que los salarios e ingresos en términos reales aumenten. Y esto último es el fin y el propósito de la sociedad abierta desde la perspectiva crematística y que permite el respeto recíproco y que cada uno siga su camino sin lesionar derechos de terceros.

Los fundamentos del derecho de propiedad se han ido solidificando a través del tiempo con innumerables contribuciones, básicamente con los trabajos notables de John Locke, Robert Nozick e Israel Kirzner (en ese orden). Paso ahora a resumir muy telegráficamente esta tríada sobre esa institución clave. En ausencia de propiedad privada, por ejemplo, nadie sembrará para que otros cosechen y así sucesivamente, lo cual, entre otros muchos casos, precisamente produjo las hambrunas horribles en tierras norteamericanas a raíz del experimento comunista de los primeros 102 colonos instalados en Plymouth -en lo que luego sería Estados Unidos- que desembarcaron del Mayflower en 1620. Hambrunas detalladas en el célebre informe del gobernador William Bradford (Of Plymouth Plantation) donde resultan claras las razones por las que se abandonó la idea de la propiedad colectiva, cambio también señalado por no pocos economistas y cientistas políticos.

En The Second Treatise on Government, Locke fundamenta el origen de la propiedad del siguiente modo: “Cada hombre tiene la propiedad de su propia persona, a esto nadie tiene derecho más que él mismo. El trabajo de su cuerpo y el trabajo de sus manos podemos decir que son propiamente suyos. Entonces, cualquier cosa que remueva el estado de naturaleza significa que ha mezclado su trabajo y lo ha juntado con algo que es suyo, y, por tanto, lo hace de su propiedad. Lo ha removido del estado común y le ha agregado trabajo lo cual excluye eso del derecho común de otros hombres”.

Es decir, el derecho en la concepción lockeana parte de cada cual sobre sí mismo y se extiende a lo que obtiene lícitamente, el derecho a la vida supone el de mantenerlo sin lesionar derechos de terceros. Pero aparece una complicación cuando Locke agrega lo que se conoce como el lockean proviso y es que “este trabajo es incuestionablemente la propiedad del trabajador, ningún hombre sino él tiene el derecho sobre aquello que ha sido de este modo anexado, por lo menos allí donde hay suficiente que queda para otros”.

Y aquí es donde viene la crítica de Nozick, formulada en su Anarchy, State and Utopia, donde sostiene que este lockean proviso constituye un absurdo puesto que aquella limitación hace imposible el derecho de propiedad ya que al invertir la secuencia en regresión partiendo de la persona que “no dispone de lo suficiente” no se debería permitir que la persona anterior en la cadena pueda apropiarse de lo que le falta, por tanto, esa otra persona no podría ejercer su derecho. A su vez, la situación de esa otra persona “fue afectada” por una tercera al apropiarse de cierta propiedad por lo que ésta tercera persona tampoco tendría derecho a la propiedad y así sucesivamente hasta llegar al ocupante original. En base a esta secuencia argumental el propietario original es el causante de todo lo demás, lo cual conduce a que no podría existir el derecho de propiedad mientras hayan indigentes. Esta argumentación de Nozick limitó las formidables contribuciones de Locke.

Este análisis fue retomado por Kirzner, en Discovery, Capitalism an Distributive Justice, donde con una mirada distinta introduce un nuevo elemento que es el descubrimiento de un valor por parte del propietario original expresado por medio de signos por el que le resulte claro a terceros quien descubrió ese valor del cual se apropia sin que haya tenido propietarios anteriores. Se elimina así el problema del lockean proviso y las objeciones de Nozick, mostrando como el proceso de mercado optimiza la productividad, especialmente para los más necesitados. Los usos y costumbres harán que varíen los aludidos signos exteriores, los cuales deben ser renovados periódicamente al efecto de que resulte claro a quien pertenece esa propiedad.

Es del caso señalar que en la obra mencionada de Nozick también descarta la noción lockeana de “mezclar el trabajo” puesto que sostiene que no resulta claro, por ejemplo, hasta donde se extiende la propiedad de un astronauta que decide limpiar una parcela en Marte: no es claro si es dueño de la parcela o de todo ese planeta. También escribe que no resulta claro que con la construcción de un cerco se es solo dueño de la tierra bajo el cerco hasta el centro de la Tierra (o hasta el otro lado) o si es dueño solo de la tierra cercada. Asimismo, se pregunta cual es la razón de que el mezclar trabajo lo hace propietario en lugar de perder ese esfuerzo, lo cual ilustra cuando se arroja una lata de jugo de tomate al mar y se pregunta si se adueña del océano al mezclarse con sus moléculas o si solo se trata de perder una lata de jugo de tomate. Por último, se cuestiona la razón de sostener que al agregar trabajo necesariamente incrementa el valor del bien, lo cual no sucede, por ejemplo, con un cuadro al que se le tira un frasco de pintura encima, lo cual más bien arruinará el cuadro en cuestión.

Estas reflexiones de Nozick han contribuido a mostrar falencias de Locke y a ponderar las elaboraciones de Kirzner en esta materia.

Antes de cerrar esta nota periodística aludo a tres temas adicionales. En primer lugar, planteamientos en torno a la denominada sobrepoblación y el supuesto deterioro del derecho de propiedad como institución que no serviría para alimentar a muchos que serían excluidos del mercado. A contracorriente de esta conclusión, Thomas Sowell apunta que la sobrepoblación malthusiana no es tal e ilustra su contrafáctico al señalar que en los setenta (cuando publicó su estudio) toda la población del planeta cabría solo en el estado de Texas con 670 metros cuadrados por familia tipo de cuatro personas y que Manhattan tiene la misma densidad poblacional que Calcuta y lo mismo va para Somalia respecto a Estados Unidos. Estas conclusiones son al efecto de destacar que el problema no es la población sino la calidad de los marcos institucionales, precisamente y en primer lugar debido a la insuficiencia de asignación de derechos de propiedad.

En segundo lugar y por último, al margen señalo que hay quienes siguen a Henry George sosteniendo que las cargas fiscales deben concentrarse en la propiedad de la tierra ya que argumentan que el valor de ésta crece con el tiempo cuando se incrementa la población “sin que tenga mérito alguno el propietario”, lo cual -la tesis de la “renta inmerecida”- desconoce que esto, puesto de esta manera, se aplica a todos nuestros ingresos que son fruto de las tasas de capitalización que generan otros, con el lenguaje que de hecho existía antes de nuestro nacimiento, lo mismo con las diversas instituciones y demás externalidades positivas. La renta de la tierra y nuestros ingresos son consecuencia principal del modo en que asignemos recursos y la productividad en línea con las preferencias de terceros y, como queda dicho, según las acciones de otros en el mercado que derivan en el valor de los activos que si el titular no le da el uso adecuado, no podrá retener el bien.

En tercer término, es pertinente volver a insistir en que hay un correlato entre precios y propiedad puesto que en las transacciones las condiciones pactadas surgen del uso y la disposición de lo propio. En la medida en que se afecta la propiedad a través de intromisiones de los gobiernos se desdibujan los precios que hubieran sido distintos de no existir la intervención de marras, por lo que la contabilidad, la evaluación de proyectos y el cálculo económico en general se distorsionan lo que, a su turno, provoca consumo de capital y consecuentemente se contraen salarios.

Por último, invito a mis lectores a que observen los abultadísimos patrimonios -casi siempre malhabidos- de quienes atacan la propiedad desde la cima del poder político, es “la nueva clase” de que nos habla Milovan Djilas.

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

La guerra comercial desaceleró el crecimiento del mundo

Por Emilio Cárdenas. Publicado el /10/19 en: https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/la-guerra-comercial-desacelero-crecimiento-del-mundo-nid2300068

 

El Fondo Monetario Internacional acaba de advertir a sus Estados Miembros que el crecimiento económico del mundo será este año el menor desde la crisis financiera del 2008/9. Al hacerlo, calificó a la situación económica del mundo de «precaria», lo que atribuyó sustancialmente a que la «guerra comercial» entre los EE.UU. y China ha afectado la confianza de los inversores en todo el mundo, destacando que los flujos comerciales internacionales están hoy estancados y que los bancos centrales hacen esfuerzos para estimular el crecimiento en sus respectivas economías.

Al formular ese pronóstico, bastante negativo, solicitó a las dos naciones que están enfrentadas en la mencionada «guerra comercial» que cesen sus hostilidades, de modo de restablecer la confianza en sus actores económicos.

Para el FMI la economía del mundo crecerá tan sólo el 3% este año. Esto es un 0,3% menos que lo que se preveía hace tan sólo seis meses.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Fue profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y fue Vice Presidente de ESEADE.

El frenazo económico y lo realmente malo

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el /10/19 en: https://www.carlosrodriguezbraun.com/articulos/la-razon/el-frenazo-economico-y-lo-realmente-malo/

 

Lo peor no es el frenazo económico, por la sencilla razón de que no podremos evitarlo.

Un indicador tras otro, todo apunta no solo a que se va a producir una desaceleración de la economía española, sino a que dicha desaceleración ya está teniendo lugar. Informó ayer LA RAZÓN de que la deuda de la Seguridad Social, según certificó el Banco de España, ha superado por primera vez la barrera de los 50.000 millones de dólares. Nada sugiere que la situación va a mejorar.

El contexto internacional no está para muchas alegrías, en particular en una Europa donde la recesión  en Alemania ya está teniendo un impacto negativo. También destacó nuestro periódico que el mes pasado los pasajeros llegados a España desde Alemania cayeron un 4,7 %, afectando al grueso de las comunidades autónomas, pero en especial a Canarias y Baleares, que ya habían sido las más golpeadas por la quiebra de Thomas Cook. Si la inestabilidad en Cataluña se mantiene, y más aún si continúan los disturbios, la economía de la región, y por tanto la española, se verá dañada.

Los malos datos de la EPA se suman a los de la industria y los servicios. Como vimos la semana pasada, solo el Gobierno, presionado por las próximas elecciones, se cree que la economía mantendrá el ritmo de crecimiento este año y el próximo prácticamente sin caídas. La Comisión Europea ya está activando los habituales mensajes de advertencia, porque si el crecimiento no es el previsto por el electoralismo que desborda en el Palacio de la Moncloa, entonces se agravarán unas cuentas públicas que ya son bastante deficientes.

Por eso digo que el frenazo no es lo verdaderamente malo. Es inevitable, y, como suele decirse, un problema que no tiene solución no es un problema.

Pero, entonces, ¿qué es lo realmente malo? Lo malo es que la economía española no esté bien preparada para una futura recesión. Y lo pésimo es que el próximo Gobierno empeore aún más las cosas.

La Hacienda Pública, en el momento en que la desaceleración mengüe significativamente los ingresos, generará un déficit inasumible, en un contexto de deuda muy superior al de la anterior crisis. Esto último limitará la capacidad de financiación, con lo que las únicas salidas viables serán el recorte del gasto o la subida de impuestos. Lo pésimo, claro está, es esta segunda opción.

En el ámbito de las reformas estructurales nos jugamos mucho, nada menos que los  efectos de la desaceleración de la actividad sobre el empleo. Si el nuevo Gobierno, por ejemplo, se carga la reforma laboral, reduciendo aún más la flexibilidad de nuestro mercado de trabajo, estaremos en el escenario pésimo, porque se potenciará el paro.

¿Ve usted como lo realmente malo no es el frenazo?

 

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE. Difunde sus ideas como @rodriguezbraun

Las opciones para enfrentar el problema de las Letras de Liquidez del Banco Central

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 22/10/2019 en: https://www.infobae.com/economia/2019/10/22/las-opciones-para-enfrentar-el-problema-de-las-letras-de-liquidez-del-banco-central/?fbclid=IwAR0NxpLzVpMXMsJmmnglwN1ytLUhsUb4156GJLpexesFjpycdhApDgr9jHw

 

La prioridad para el próximo gobierno no sería tanto el reperfilamiento de la deuda externa, sino el desarme del principal instrumento de regulación monetaria (Leliq)

Las Leliq, cuyo stock al momento de redactar esta nota llegan a $1,1 billones, representan el 80% de la base monetaria (Maximiliano Luna)

Las Leliq, cuyo stock al momento de redactar esta nota llegan a $1,1 billones, representan el 80% de la base monetaria (Maximiliano Luna)

La mayoría de los análisis sobre la deuda pública apuntan a analizar si Argentina podrá pagar la deuda externa en 2020. ¿Argentina entra en default o no? ¿Tendrá que “reperfilar” la deuda ante la falta de acceso del mercado financiero voluntario? Responder a estos interrogantes no parece tan difícil. Es evidente que hasta los intereses de la deuda serán problemáticos de pagar y que no luce probable, cualquiera que sea el que gane las elecciones, que vaya a llevar adelante las reformas estructurales que hacen falta para salir de la larga decadencia y ofrecer un plan económico que atraiga capitales, tanto para hacer el roll over de la deuda como para atraer inversiones que se hundan para crear empresas.

Sin embargo, en mi opinión, la prioridad no es la deuda externa, en todo caso sería una restricción adicional al gasto público que el Estado no pueda captar ahorro externo para financiar el gasto, la prioridad es enfrentar el serio problema de las Leliq, primas hermanas de las Lebac y descendientes directas de los depósitos indisponibles de los 80 dentro del árbol genealógico de la deuda pública interna argentina.

Recordemos que las Lebac nacen en marzo de 2002 para absorber la expansión monetaria que generaban los pagos de depósitos por los amparos que aprobaban los jueces por el corralón y la pesificación asimétrica de Duhalde.

En la era K el uso de las Lebac se intensificó porque los exportadores estaban obligados a liquidar sus divisas y el BCRA emitía pesos para comprar esos dólares, como la gente no quería los pesos que emitía el BCRA, en parte los retiraba de circulación colocando esas Letras. O sea compraba reservas contra deuda en pesos que pagaba una tasa de interés.

El kirchnerismo llevó el stock de Lebacs de $10.000 millones hasta $300.000 millones en diciembre de 2015. Por su parte, Cambiemos las llevó hasta $1,3 billones en su punto máximo en marzo de 2018, producto del endeudamiento externo que tomaba el Tesoro para financiar el déficit fiscal del gradualismo y luego le entregaba los dólares al BCRA contra los que emitía pesos; y que luego mutaron a las Leliq, cuyo stock al momento de redactar esta nota llegan a $1,1 billones, monto que representa el 80% de la base monetaria.

Es de manual que un Banco Central no debe emitir su propia deuda porque no tiene forma de pagarla, porque no genera ingresos propios. No es como una entidad comercial que vende tarjetas de crédito, préstamos personales y demás servicios. El único ingreso que tiene son los intereses que cobra por la colocación de sus reservas, monto que son monedas para enfrentar los intereses que devenga la deuda remunerada que emite.

En otras palabras, el BCRA está imposibilitado de poder cancelar las Leliq con recursos propios porque no los tiene. Las reservas propias en divisas, en el mejor de los casos, estarán en el orden los USD 8.000 millones,las cuales tienen que respaldar la base monetaria que es $ 1,3 billones, si además tienen que respaldar las LELIQs, la capacidad de respaldar los pesos es mínima.

Alternativas deseables y posibles

¿Qué opciones tiene el próximo gobierno frente al problema de las Leliq?:

En primer lugarlos que creen que gradualmente van a ir bajando la tasa de interés porque la tasa de inflación va a ir bajando, deliran. El problema no lo va a resolver el solo paso del tiempo. Habrá que pensar en otras opciones.

La opción más loca es dejar de pagar los intereses y emitir moneda. Recordemos que los bancos, que son los tenedores de las Leliq, compran esos títulos con los depósitos de sus inversores. Si hoy hay pérdida de depósitos a plazo fijo y el sistema financiero pierde renta en general, con una abrupta baja de la tasa, la fuga del sistema sería mucho más acelerada. Pero para poder hacer los pagos en ventanilla las entidades tendrían que pedirle a la autoridad monetaria los pesos a través de las cancelaciones de Leliq; y como no dispone de instrumentos para absorber esa emisión, el resultado sería un salto megainflacionario o cercano a la hiperinflación. Significaría duplicar la base monetaria en muy poco tiempo.

La segunda opción es aplicar un plan Bonex, como a fines de 1989. A los titulares de colocaciones en pesos a plazo fijo en el sistema financiero, en general a plazos de 30 a 60 días, se le cambian una parte por Bonos del Tesoro de largo plazo, 10 años. Una mancha más confiscatoria que profundizaría la tradición del Estado argentino, y que explica la derivación en un sistema financiero mínimo que no puede financiar ni consumo ni inversión. Un plan Bonex sería otra carnicería financiera como tantas otras confiscaciones se han hecho en el pasado.

La opción menos traumática que veo es lograr un acuerdo con el Tesoro americano para que a cambio de un préstamos de USD 20.000 millones capitalice al BCRA para que venda esos dólares en el mercado, contenga el tipo de cambio y bajé brutalmente la tasa de interés. Con esos pesos que obtendría el BCRA por la venta de dólares se rescatarían las Leliq, que hoy son equivalentes a unos USD 18.000 millones. Y con las reservas que quedan de libre diponibilidad rescatar la base monetaria y dolarizar la economía.

Obviamente que el Tesoro americano solo podría estar dispuesto a prestar ese dinero si a cambio se ofrece un plan económico con reformas estructurales muy profundas del sector público, del sistema tributario y de la legislación laboral. Además habría que ofrecer un tratado de libre comercio y alguna alianza en el combate contra el narcotráfico.

Si se lograra ese acuerdo, no solo volveríamos a tener una moneda para poder hacer cálculo económico, sino que además podría haber una recuperación económica bastante rápida por la incorporación de la Argentina al mundo que permitiría aumentar las exportaciones y generar volúmenes de inversión y demanda de mano de obra que permitiría, en poco tiempo, aliviar los problemas de pobreza y desocupación.

Está en manos de la dirigencia política decidir si Argentina termina con su larga decadencia o sumerge a la población en otra ola confiscatoria de ahorros o a una nueva hiperinflación.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE. Síguelo en @RCachanosky

Estatolatría

Por Gabriel Boragina. Publicado en: http://www.accionhumana.com/2019/10/estatolatria.html

 

La tendencia a pensar y a creer que todo debe esperarse del estado-nación tiene una muy larga data. En realidad, es un resabio de la autocracia de antiguos caudillos y cabecillas que -con el tiempo- se convirtieron en jefes y soberanos de pueblos y más tarde de naciones, hasta conformar lo que actualmente se denomina genéricamente con el vocablo gobierno.

«Es grotesco que se hable mucho más acerca de los logros de la Autoridad del Valle de Tennessee que acerca de todos los logros sin precedentes ni paralelos de las industrias de procesado estadounidenses operadas privadamente. Sin embargo fueron solo estas últimas las que permitieron a las Naciones Unidas ganar la guerra y hoy permiten a Estados Unidos acudir en ayuda de los países del Plan Marshall.»[1]

Los actos de gobierno tienen mucha más prensa que cualquier otra actividad privada comercial. Esto marca la tendencia que se describió con anterioridad. Existe una especie de psicología de masas en tal sentido podría decirse. L. v. Mises destaca en este párrafo la valiosa y fundamental contribución de las empresas privadas norteamericanas que fueron las que -en definitiva- determinaron y financiaron la mayor parte o todo el aporte que el Plan Marshall cooperó a la reconstrucción de la Europa de posguerra. Esto equivale a decir que fue el capital privado el que venció en la guerra, y ningún «capital estatal» si es que pudiera hablarse de cosa semejante en este último término.

«El dogma de que el estado o el gobierno es la encarnación de todo lo que es bueno y benéfico y de que los individuos son subordinados miserables, tratando exclusivamente de infligir daño a los demás y con una necesidad imperiosa de un guardián, es casi indisputado. Es tabú cuestionarlo en lo más mínimo.»[2]

Otra idea que pervive entre nuestros contemporáneos es la expresada en la cita anterior. Es la base del paternalismo, según el cual el «padre estado» debe vigilar, controlar y reprender a sus «súbditos hijos», los que en caso contrario no harían más que destrozar todo lo que encuentren a su paso, inclusive a sus «hermanos» ciudadanos tan hijos de aquel mítico «padre estado» como de los demás «súbditos hijos».

Este mito subsiste campante en nuestros días, inclusive en los llamados «estados democráticos» donde lo que se procura mediante el voto es en elegir el mejor «padre-gobernante» de todos, o el político que mejor represente el papel de padre protector del resto de los votantes. Esto es a lo máximo a lo que parecen aspirar las dudosamente llamadas democracias «modernas».

«Quien proclama la bondad del Estado y la infalibilidad de sus sacerdotes, los burócratas, es considerado como un estudioso imparcial de las ciencias sociales. Todos los que plantean objeciones se califican como tendenciosos y estrechos de mente. Los defensores de la nueva religión de la estatolatría no son menos fanáticos e intolerantes de lo que eran los conquistadores mahometanos de África y España.»[3]

Otras veces nos hemos referido a esa mágica metamorfosis que parece producirse en la mente de millones de votantes por la cual creen que, si dicho sufragio convierte en gobernante al candidato de su predilección este quedará -por ese solo y simple hecho- transformado en un ángel celestial que -ya en función de gobierno- no podrá hacer ninguna otra cosa más que el bien de la manera más perfecta y más absoluta que pueda concebirse. Esta ficción está profundamente arraigada en nuestra sociedad. Lo más curioso del tema es que quienes sostienen esta idea sean considerados como grandes y profundos intelectuales, en tanto aquellos que la critiquen sean ridiculizados como si fueran ignorantes.

Antiguamente, el súbdito vivía su sumisión al rey con resignación fatalista, como algo que -pensaba- debía ser necesariamente así. Rendía pleitesía a su amo más por una cuestión de supervivencia que por la fe en un «dios terrenal». El culto a la estatolatría era impuesto desde arriba hacia abajo so pena de suplicio o pérdida de favores y hasta de sustento. La libertad se veía como un sueño, como una utopía. La esclavitud como una amarga realidad.

La nueva religión de la estatolatría es algo diferente a aquello. Es un sometimiento que se da de manera inversa al antiguo partiendo de abajo hacia arriba, aceptado casi espontáneamente por la gente rasa, no ya con estoicismo sino con entusiasmo, surgiendo del hecho que resulta natural que exista gente que «deba» obedecer los dictados de otros que desde el poder «deben» dominar y mandar.

«La historia llamará a nuestra época la era de los dictadores y tiranos. En los últimos años, hemos sido testigos de la caída de dos de estos superhombres hinchados. Pero sobrevive el espíritu que aupó a estos granujas al poder autocrático. Permea libros de texto y periódicos, habla a través de las bocas de maestros y políticos, se manifiesta en programas de partidos y en novelas y obras de teatro. Mientras prevalezca este espíritu, no puede haber ninguna esperanza de una paz duradera, de democracia, de conservación de la libertad o de una mejora constante en el bienestar económico de la nación.»[4]

Evidentemente L. v. Mises se refiere a Hitler y a Mussolini. Sobrevivía Stalin, pero bien señala el profesor austriaco que no eran, en el fondo, las personas de los tiranos (por muy espeluznantes que fuera sus métodos) sino las ideas que los inspiraban y que le daban forma lo verdaderamente importante y a la vez peligroso. Como tantas veces señaláramos -junto con otros- son las teorías las que mueven al hombre, y este al mundo que lo circunda. Quizás haya una referencia indirecta a Antonio Gramsci en la cita anterior de L. v. Mises, pero evidentemente va más allá de Gramsci, porque pone de manifiesto la realidad de que no solamente la educación formal está impregnada de socialismo y de nazi-fascismo, sino también los medios de información, es decir, la prensa oral y escrita. Y va más allá, como enseña el maestro, porque los sobrepasa y asimismo alcanza el ámbito del arte, la literatura y la cultura. En una palabra, comprendía y abrazaba absolutamente todas las esferas del actuar humano.

[1] Ludwig von Mises, Caos planificado, fuente: http://mises.org/daily/2454 (Publicado el 3 de febrero de 2007). Pág. 4.

[2] L. v. Mises ibidem, pág. 4.

[3] L. v. Mises ibidem, pág. 4-5

[4] L. v. Mises ibidem, pág. 5

 

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE. Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero. Síguelo en  @GBoragina

LA IMPORTANCIA DE LOS PACTOS POLÍTICOS ORIGINARIOS PARA EXPLICAR LAS GRIETAS ACTUALES Y LAS VOTACIONES DECISIVAS.

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 20/10/19 en http://gzanotti.blogspot.com/2019/10/la-importancia-de-los-pactos-politicos.html

 

Había una vez un lugar donde en 1776, donde algunos, aunque imperfectamente, se pusieron de acuerdo en que el sujeto de derechos era cada individuo, y que esos derechos tenían su fuente en Dios. Que por lo tanto el poder debía ser limitado y para eso redactaron una Constitución limitante del poder y luego una primera enmienda donde ratificaban los derechos a la libertad religiosa y de expresión.

Mientras esos pactos políticos permanecen culturalmente, los diversos partidos políticos son simplemente modos opinables de administrar la cosa pública. El pacto político se mantiene. Por ende hay un consenso básico sobre lo que J. Rawls llamó “constitutional essentials”, y en ese sentido no hay grietas tales que impidan la convivencia política en paz.

En la humanidad hobbesiana que vivimos, no hay muchos ejemplos más, sólo tal vez la Europa Occidental de la post-guerra hasta los 60-70, tal vez la España del 74. El problema es que gran parte de los pactos políticos, habitualmente no muy duraderos, son posteriores a situaciones bélicas muy traumáticas.

Los colectivismos metodológicos y ontológicos de corte marxista generan una dinámica revolucionaria y una violencia tal que quiebran esos pactos políticos y generan las tan conocidas grietas irreconciliables. Está sucediendo en EEUU, donde los grupos LGBT se asumen como los nuevos colectivos explotados contra el capitalismo, y por ello la violencia de los miembros del partido demócrata está llegando a niveles nunca vistos.  En general lo que está sucediendo es que los marxistas han mutado, inteligentemente, el sujeto colectivo explotado. Son las mujeres, los gays, los indígenas, el medio ambiente, la madre tierra, “el pueblo católico”, etc.  El capitalismo hetero-patriarcal es el culpable, el explotador. Y por ende en cada votación se juega el todo por el todo, porque los nuevos marxistas primero copan la cultura y luego el poder por métodos hitlerianos (ganando las elecciones). Elecciones de las cuales no hay casi salida posible.

Por eso, desde un punto de vista liberal clásico, lo que está sucediendo es que en cada elección no es un partido contra otro dentro de un mismo sistema, sino el sistema Republicano versus su completa destrucción.

La mayoría de los argentinos no pueden ver todo esto. Creen que es una elección más después de la cual todo va a seguir tal cual. Si, sólo al día siguiente. Y puede ser que las divisiones internas del peronismo nos salven del desastre total, como antes, pero eso es lo mismo que un asesino no logre matar porque no supo armar bien su arma letal.

Quiera Dios que el asesino que se viene sea ineficiente. Pero es un asesino.

 

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor titular, de Epistemología de la Comunicación Social en la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor de la Escuela de Post-grado de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor co-titular del seminario de epistemología en el doctorado en Administración del CEMA. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Fue profesor Titular de Metodología de las Ciencias Sociales en el Master en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE, y miembro de su departamento de investigación. Publica como @gabrielmises

La ONU, preocupada por Venezuela

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 17/10/19 en: https://www.lanacion.com.ar/opinion/la-onu-preocupada-venezuela-nid2297900

 

En nuestro hemisferio hay dos lamentables dictaduras: la comunista, que se ha apoderado de Cuba desde hace décadas; y la que se ha instalado en Venezuela, íntimamente ligada a la primera desde que ella ha sido impulsada y generada por Cuba que procura desesperadamente vivir de los recursos y dineros venezolanos, «colgándose» arteramente de la riqueza venezolana y actuando a la manera de garrapatas. A la vista de todos.

Por esto el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, preocupado, sigue muy de cerca todo lo que sucede en Venezuela en materia de vigencia y respeto de los derechos humanos de su sufrido pueblo. En una reciente resolución, ese organismo acaba de señalar que la situación de los derechos humanos en el país caribeño continua deteriorándose. Como no puede ser de otra manera en una triste dictadura «a la cubana».

A lo que agrega que las sanciones económicas impuestas a Venezuela están agravando la situación humanitaria de su pueblo, como era de prever. También insta a Venezuela a encontrar una solución a través del diálogo entre sus distintos interlocutores políticos, lo que supone la buena fe entre ellos, lo que no puede presumirse respecto de un dictador, como Maduro, manejado a control remoto desde La Habana, cuya conducta es -en esto- de corte «imperialista». Por esto la alta funcionaria de las Naciones Unidas apoya vigorosamente la mediación de Noruega y algunos otros esfuerzos similares y complementarios que está también en curso.

Señala, asimismo, que Venezuela debe implementar las recomendaciones de Michelle Bachelet en su carácter de Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y, muy especialmente, aquellas que permiten a ese organismo multinacional el acceso a los «centros de detención» (y tortura) que mantiene el gobierno de Venezuela, en los que «aloja» a los disidentes, esto es a aquellos que, por buenas razones, no comulgan con el gobierno dictatorial de Maduro. A lo que agrega su insistencia respecto de que Maduro deje que ingrese y que se distribuya eficazmente la ayuda humanitaria internacional que está ya en la zona de frontera de Venezuela y Colombia, a la que Maduro restringe el acceso presumiblemente porque esa ayuda hace absolutamente evidente la profundidad de las penurias que aquejan al pueblo venezolano, cuyos principales responsables son, nítidamente, la dictadura de Cuba y Nicolás Maduro.

El Consejo enviará ahora una misión a Venezuela. Examinará las llamadas «ejecuciones extrajudiciales» realizadas con excesos en el uso de la represión por las fuerzas de seguridad de Nicolás Maduro con el asesoramiento de sus amigos cubanos. Incluyendo los atribuidos a los llamados «colectivos», que son grupos violentos, presuntamente «extraoficiales», que trabajan en funciones represivas para la dictadura venezolana.

Frente a la resolución adoptada que hemos comentado, el belicoso embajador de Venezuela ante el organismo, Jorge Valero, cortado con la misma tijera que Nicolás Maduro, calificó a la iniciativa de «hostil» respecto de su país. Era lo esperado, ¿qué otra cosa, sino esto, puede hacer una dictadura?

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Fue profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y fue Vice Presidente de ESEADE.

¿Qué significa el peronismo?

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 17/10/19 en https://independent.typepad.com/elindependent/2019/10/qu%C3%A9-significa-el-peronismo.html?utm_campaign=shareaholic&utm_medium=twitter&utm_source=socialnetwork

 

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La Libertadora

 

Levantaremos horcas en todo el país para colgar a los opositores. Juan Domingo Perón, 1947

 

Al enemigo, ni justicia. Juan Domingo Perón, 1952

 

Si la Unión Soviética hubiera estado en condiciones de apoyarnos en 1955, podía haberme convertido en el primer Fidel Castro del continente. Juan Domingo Perón, 1970

 

Pienso en Perón con horror, como pienso en Rosas con horror. Jorge Luis Borges, 1983

 

En las líneas que siguen, he optado por transcribir documentación e incluir reflexiones de autores que han llevado a cabo medulosos trabajos de investigación sobre el tema que en esta oportunidad nos ocupa, y he limitado a lo estrictamente indispensable las acotaciones y glosas personales al efecto de dar cabida a la mayor cantidad de opiniones posible en un espacio reducido. Confío en que estos pantallazos de hechos crudamente expuestos contribuyan a subrayar algunas de las razones clave del lamentable desmembramiento moral argentino.

 

Ezequiel Martínez Estrada abre uno de sus libros afirmando que “Perón se dirigió a un sector numeroso del pueblo, el de los resentidos, el de los irrespetuosos. Sector de individuos sin nobleza, con una opinión peyorativa de los grandes hombres y de los intelectuales en general y en bloque […] A ese populacho, desdichadamente mayoritario y dueño de un poder destructor antes nunca ejercido ni exhibido, se dirigió Perón […] Perón organizó, reclutó y reglamentó los elementos retrógrados permanentes en nuestra historia […] Perón infiltraba legiones fascistas, nacionalsocialistas y falangistas, como sudeten disfrazados de inmigrantes […] explotó, sin duda, el espíritu rebañego y clérigo-castrense de nuestro pueblo acobardado, prometiéndole lo que no podía darle ni era decente que él aceptara […] El peronismo es una forma soez del ‘alma del arrabal’ que sentimentaliza la letra del tango […] el GOU acaudillado por Perón, esta secta que era diametralmente lo opuesto de la Logia Lautaro, impuso una dictadura de tipo totalitaria […] Eran las mismas huestes de Rosas, ahora enroladas en la bandera de Perón, que a su vez era el sucesor de aquel tirano […] Aquellos siniestros demonios de la llanura, que Sarmiento describió en Facundo, no habían perecido […]

 

Una característica sobresaliente de la política de Perón, tanto en su campaña proselitista como en su programa doctrinario, es que recogió con prolija minuciosidad de hurgador en los tachos de basura, los residuos de todas las actividades nacionales, en los órdenes espiritual y material […] Él ha excitado y fomentado bajas pasiones, instintos atávicos de barbarización disimulada, como la que se encubre en el lema al que dio circulación legal: ‘alpargatas sí libros no’ […Perón operaba bajo el ] comando invisible de los asesores nazifascistas que lo aconsejaban e inspiraban […] la propaganda peronista formaba parte de un plan sistemático de deprimir la cultura y enaltecer la barbarie. […]

 

El ejemplo claro de su política de forajido fue la expropiación del diario ‘La Prensa’ que bajo pretexto de amparar los intereses del personal y de los adherentes de la CGT, atacó la libertad de imprenta y los principios democráticos que hacían posible la crítica a su dictadura […] No hubo campos de concentración aunque sí salas de torturas […] Para consumar su proyecto o su planificación o servidumbre económica y política del hombre, tuvo que recurrir a los sindicatos”1.

 

Esto último a través de aportes obligatorios, sindicalización compulsiva y la figura fascista de la personería gremial a la que se aludirá más adelante.

 

Parafraseando a Hamlet, hay algo que huele a podrido en la Argentina. Hasta que no nos miremos por dentro y dejemos de lado lo que nos hiere no vamos a encontrar el camino. Abrigo la esperanza que la apretada selección de citas que se recoge en este artículo contribuya a un resultado bifronte: por un lado, a poner en contexto una parte muy medular de nuestros problemas en el tono alto que la realidad demanda y, por otro, a que el tropel de los que juegan a los distraídos mirando para otro lado, asuman sus responsabilidades en ocasión de exteriorizar sus pareceres.

 

Resulta difícil entender el caso argentino. Un país que a partir de la aplicación de las ideas liberales, insertas en su Constitución de 1853, estaba a la vanguardia de las naciones civilizadas, comenzó a decaer en los años 30 con la irrupción de ideas fascistoides. Recordemos que “en el gobierno provisional venía observándose la acción de ciertos grupos que se habían adherido al movimiento revolucionario con la esperanza de que se estableciera en el país un régimen de tipo fascista, semejante al impuesto en Italia por Benito Mussolini […]

 

El mismo jefe de la revolución [Uriburu] llegó a proclamar la conveniencia de promover una reforma constitucional para organizar el sistema representativo por gremios o corporaciones” 2.

 

En esta misma obra el autor cita un discurso del general Uriburu el mismo día que tuvo lugar la transmisión del mando al general Justo: “No concebimos que un país de un país de agricultores y hacendados esté representado en la Cámara de Diputados de la Nación por cincuenta y nueve abogados, treinta y seis médicos, nueve hacendados, dos obreros e igual cantidad insignificante de otras profesiones hasta completar el número total, como ha ocurrido hasta el 6 de septiembre y como seguramente ocurrirá con el actual Congreso respecto del cual no se ha hecho aún una estadística semejante. […] Estimamos indispensable para la defensa efectiva de los intereses reales del pueblo la organización de las profesiones y de los gremios y la modificación de la estructura actual de los partidos políticos para que los intereses sociales tengan una representación auténtica y directa”3.

 

En aquella época, en el plano económico, se introdujo el impuesto progresivo, el establecimiento de la banca central y se entronizaron las juntas reguladoras. Pero, estas políticas fueron notablemente acentuadas a partir del peronismo, acompañadas de una tremenda subversión de valores morales y una inusitada persecución política. Aún no nos hemos recuperado de esta caída libre y este empobrecimiento material y moral. Y no sólo eso sino que aparece una nueva generación de políticos que se dicen seguidores y admiradores de Perón.

 

Durante el período 1943-1955 el gasto público en términos reales se quintuplicó “en una década, de 1945 a 1954, el costo de vida experimentó un alza superior al 500%”4.

 

“La inflación, un fenómeno antes desconocido en el país y que había estallado precisamente durante su primer mandato [el de Perón]”5.

 

Se estatizaron todas las empresas de servicios públicos, se monopolizó el comercio exterior a través del IAPI, los salarios e ingresos en términos reales se redujeron 4.5 veces durante el período antes mencionado, los aranceles y la dispersión arancelaria apuntaron a la autarquía, la deuda pública se multiplicó por diez y “las reservas de oro y divisas [fueron] reducidas a un nivel muy bajo [recordemos que al asumir Perón se declaró que resultaba difícil desplazarse en el Banco Central debido a la cantidad de oro disponible], un presupuesto abultado cuyo crónico déficit se cubría con la emisión de títulos de absorción forzosa, una deuda exterior por un total de setecientos cincuenta y siete millones de dólares, que al tipo de cambio de $ 18 m/n el dólar, alcanzaba a 13.626 millones de pesos y una deuda pública interna de aproximadamente 57.576 millones.

 

A esto se agregaba la deuda exigible real del país, que según lo ha señalado el ex ministro de Hacienda, doctor Eugenio A. Blanco, alcanzaba a 10.548 millones de pesos de cuya suma correspondían 7.921 millones al déficit acumulado de las empresas de transporte y 308 millones de Obras Sanitarias”6.

 

Perón lanzó en “primer plan quinquenal” que fracasó estrepitosamente y lo mismo ocurrió con el llamado “segundo plan quinquenal”. Como bien señala Hugo Gambini en la muy documentada obra de referencia “tres años después [de lanzado el primer plan quinquenal] a mediados de 1950, Perón gestionó – en secreto – un préstamo de los Estados Unidos, para recomponer las finanzas y superar los síntomas críticos de la economía. La firma estaría estampada por el ministro Cereijo en Washington, tras discretas y laboriosas gestiones”7.

 

Robert Potash escribe que “Otro factor que obró en contra de la eficacia financiera del IAPI y contribuyó a desprestigiarlo ante muchas miradas fué el avance de la corrupción en su interior.

 

Como exclusivos agentes de compra en el extranjero para la mayoría de los organismos gubernamentales, los funcionarios del IAPI tenían asidua oportunidad para obtener coimas. Los funcionarios del Departamento de Estado y de la embajada de los Estados Unidos tenían la impresión de que para los contratos de compra en ese país elegían con premeditación proveedores pocos conocidos, en vez de la compañías más importantes, a fin de facilitar ese tipo de operaciones […] El Plan Quinquenal, lanzado con gran publicidad dos años antes, se había ido a pique […] La crisis económica de 1949 se manifestó de diversas maneras: un serio problema de pagos con los Estados Unidos que prácticamente suspendió las importaciones, inclusive las de combustible y maquinarias necesarios para varias industrias; un aumento acelerado de la tasa de inflación, que deterioró los ingresos reales; un nivel reducido de exportaciones agrícolas, provocado en parte por una estructura de precios no realista […] Ante las tasas de inflación que llegaron a niveles históricos y una declinación permanente de los ingresos reales, el gobierno pidió a los argentinos que redujeran el consumo de carne con el objeto de producir nuevos cupos de exportación. La reacción del gobierno de Perón ante la crisis económica de 1949 consistió en conservar una actitud pública que defendía las políticas en vigencia, al tiempo que negaba la gravedad de la situación general. En discurso tras discurso, el presidente enumeraba las medidas que habían logrado la ‘independencia económica’ de la Argentina, pero dejaba en silencio o restaba importancia a la gravedad de los problemas del momento”8.

 

“[…] La Constitución reformada, difería mucho, en su tono colectivista, de la inspiración liberal de su predecesora. El fin perseguido era aumentar el poder del presidente a expensas de las demás autoridades […] Sobre la base de tales premisas, el gobierno de Perón limitó aun más las ya restringidas oportunidades para la oposición política y la crítica independiente. Hacia fines de 1949 se adoptó una nueva legislación que prohibía la formación de coaliciones electorales y obstaculizaba la creación de nuevos partidos políticos. La promulgación de enmiendas al Código Penal que fijaba graves condenas para quienes ofendían la dignidad de los funcionarios públicos, es decir, para los cargos de desacato, dio al gobierno una nueva arma para intimidar a la oposición, ya fuese en la plataforma pública o a través de la palabra escrita […] La administración revelaba su deseo de acatamiento en el trato cada vez más arbitrario a que sometía a la prensa. A pesar de que ya en el pasado Perón no había vacilado en clausurar periódicos individuales, su gobierno, a fines de 1949, inició una campaña de intensa hostilidad contra las publicaciones independientes”9.

 

“[…] Las restricciones en sueldos y jornales, las exigencias de productividad mayor, las reducciones en los gastos de obras públicas, un descenso en el consumo interno a fin de incrementar las exportaciones agrícolas, la derivación del ingreso al sector agrícola, los incentivos a la inversión privada, eran una serie de factores que no podían sino tomarse en cuenta si lo que se intentaba era detener la inflación y revitalizar la economía […] Como Perón mismo lo explicó en una reunión de gobernadores provinciales, ‘actualmente, para un ciudadano argentino ser peronista debe ser un orgullo. Debemos grabar estos sentimientos y nuestras ideas en los niños, en los jóvenes, en las mujeres, en los hombres y en todos los elementos que actúan dentro de nuestro país, porque no lo hacemos por política, lo hacemos por un sentido nacional, porque estamos persuadidos que nuestras ideas son las que salvan al país’. Pero al llamar [Perón] a la acción para fortalecer a la mayoría peronista, amenazó con la destrucción de aquellos que ya no compartieran sus ideas: ‘Ya no se concebiría en la Argentina peronista, puesta bajo nuestra custodia y nuestro gobierno, que nadie, absolutamente nadie, pueda levantarse contra el sentir mayoritario de la nación, y aquel que lo haga sufrirá las consecuencias de su acción’ […]

 

Un proceso de polarización obligaba a los argentinos hasta entonces no comprometidos a asumir posiciones; un proceso que los propios peronistas promovían activamente apoyándose en su convicción de que ‘para nosotros solamente hay peronistas y antiperonistas’ [decía Alberto Teisaire, presidente del Consejo Superior del Partido Peronista el 15 de junio de 1950] […] Perón inició la política de que ‘al atentado contra el presidente de la nación, hay que responder con miles de atentados’. El Plan Político impartía instrucciones a los dirigentes políticos partidarios provinciales para que cooperaran en la preparación de listas de enemigos y en la organización de grupos fuertemente armados, que se formarían con individuos especialmente elegidos en el Partido y en la CGT y cuya misión consistiría en llevar a cabo ataques personales, atentados con bombas e incendios”10.

 

“[…] No pudiendo sino darse por enterado de que las acusaciones por robos y estafas surgían de todos los ámbitos, Perón apeló a una lógica extravagante y culpó a las víctimas [… En el Ejército] de hecho y de palabra se adoptaban actitudes que llegaban al culto de la personalidad, lo cual quedó demostrado no sólo en las ostentosas declaraciones dirigidas al presidente en ocasiones tales como el Día del Ejército, sino también en el nuevo hábito de bautizar unidades o instalaciones militares con el nombre de General Juan Domingo Perón. Con frecuencia las unidades militares llevaban el nombre de héroes de la Independencia, y ésta era la primera vez que se acudía al nombre de una persona en vida […] En 1954, los oficiales del Ejército ajenos a las políticas gubernamentales tuvieron nuevos motivos para preocuparse ante las pruebas cada vez más abundantes de que sólo quienes alardeaban de lealtad política hacia el gobierno tenían probabilidad de ascender a los rangos más altos. En la última tanda de promociones, por lo menos un coronel con las más altas calificaciones – un oficial ingeniero que prestaba servicios como director de producción en la DGFM – no fué promovido a general de brigada por no estar ‘adoctrinado’. Que Perón tenía la intención de aplicar con rigor esa política en el futuro resultó evidente en el discurso que pronunció ante los generales de brigada recién promovidos, que se reunieron con él en 1954 para recibir el sable corvo, símbolo de su nueva condición: ‘Hemos visto como, paulatinamente, el adoctrinamiento nacional dentro de las instituciones armadas progresa a pasos rápidos y seguros. El adoctrinamiento nacional representa para nosotros el punto de partida de una Nueva Argentina, que piensa de una misma manera, siente de un mismo modo y obrará unánimemente en una misma forma. Por eso, damos a este adoctrinamiento una importancia extraordinaria’ [… los disidentes] tenían una alternativa: ocultar su opinión o solicitar su retiro”11.

 

El trabajo de investigación de Goñi 12 confirma los distintos arreglos de Perón con los ex-jerarcas nazis para darles refugio en la Argentina. Muestra el autor que no se trata solamente de Eichmann, Mengele, Priebke, Bohne, Schwammberger y el caso controvertido y misterioso de Bormann sino de decenas y decenas de jefes nazis. Dice el autor que “El rotundo triunfo de Perón en las elecciones presidenciales del 24 de febrero de 1946 preparó el terreno para la masiva evacuación de fugitivos nazis de Europa a Argentina” 13.

 

Y explica que la maniobra de Perón de declararle la guerra al eje, la resumió en 1967 con sus propias palabras: “Si Argentina se convierte en un país beligerante, tendrá derecho de entrar en Alemania cuando llegue el final de la guerra; eso significa que nuestros aviones y barcos estarán en situación de rendir un gran servicio”14.

 

Carlota Jackisch trabajó en los legajos del Ministerio del Interior y la Dirección de Migraciones y explica que “Allí pudimos comprobar que los nazis que ingresaron con nombres verdaderos se hallaban en dichos legajos y en los casos en que ingresaron con nombres falsos, aparecían con posterioridad los datos reales, como lo ejemplifican los casos en los que se requirió extradición […] Posteriormente se incluyeron nuevos listados que hicieron más abarcativo el estudio en cuestión, esto consistió en el análisis de los legajos correspondientes a más de un centenar de colaboradores belgas y franceses que llegaron a nuestro país al finalizar la 2da. Guerra Mundial, de los cuales alrededor de 40 eran criminales de guerra condenados, mientras que otros no tenían especificadas en detalle sus causas. […] En algunos casos no se pudo recoger la información de convictos por crímenes de guerra que pudieron ingresar al país con identidad ficticia, y que posiblemente se afincaron fuera del ámbito de la Capital Federal, debido a que habrían tramitado documentación ante las autoridades provinciales correspondientes en vez de las federales”, y detalla una lista de 122 nazis que pudo detectar en los antes mencionados archivos donde queda consignado la fecha de ingreso, el barco en que ingresaron, el país de procedencia y la muy variada documentación exhibida al desembarcar 15.

 

En una carta dirigida a Perón por Damonte Taborda, éste escribe que aquel era “grueso propietario de toda la prensa y las radios argentinas, jefe del Estado-providencia, sufete de la religión y del deporte, señor de vidas y bolsas, patrón del ejército y la policía y los gremios, heredero único, por ley reciente del Congreso, de los cuantiosos bienes de su difunta esposa, una de las mujeres más ricas del planeta. Usted cree ser poderoso como Calígula. ‘Perón, Perón, ¡qué grande sos!’ gritan sus sicofantes y parásitos, penetrando ebrios en las iglesias donde persiguen y detienen a sacerdotes indefensos”16.

 

Perón estableció lo que luego se denominó la Fundación Eva Perón que, según el decreto 33.302/45 ratificado por el Congreso mediante la ley 12.921, luego tratados en las sesiones en la Cámara de Diputados de la Nación del 27 de septiembre de 1950. La institución se financió con el 2% obre el sueldo anual complementario, el 1% del sueldo anual complementario a cargo de los empleadores, las multas obtenidas por el incumplimiento de aquella disposición, aportes de la Dirección General del Trabajo (con fondos obtenidos coactivamente de los afiliados también compulsivamente), aportes del Ministerio de Economía e intimidaciones realizadas a distintas empresas 17.

 

La ley correspondiente autorizaba a los distintos organismos del Estado a donar parte de sus presupuestos a la Fundación e incluso autorizaba al Poder Ejecutivo a “incorporar partidas indispensables para el cumplimiento de la presente ley, a cuyo efecto podrá hacer uso de los medios financieros que estimen más convenientes” (artículo 11).

 

Asimismo, la ciudad de Buenos Aires donó en la zona céntrica 11.903 metros cuadrados para la Fundación. El diputado Emir Mercader sostuvo en la antes mencionada sesión de Diputados que “esta ley transfiere en forma antirrepublicana, en forma antijurídica, en un intento exagerado y sin límite de aventura de orden político, poderes y funciones públicas a una persona de carne y hueso y esa persona es la esposa del presidente de la República”.

 

En la misma sesión el diputado peronista Viska manifestó que “esa persona es un sentimiento popular, es la conductora del pueblo, es la intérprete de sus sentimientos”18.

 

Por su parte, el diputado Dávila sostuvo en la misma reunión de la Cámara que “la Fundación existente en el país desde que se constituyó el actual gobierno – que representa uno de los pilares de propaganda proselitista – hasta ahora ha sido un organismo indeterminado en su estructuración, de vaguedad en su contextura, de misterio en su administración y de inusitado vuelo en el despliegue del autoelogio y autobombo, en contradicción con las finalidades y modalidades de la verdadera asistencia social […] la creación híbrida de una persona privada que vive con recursos públicos y que no está sujeta a las limitaciones legales de las personas jurídicas del Estado, atenta contra normas esenciales de la juridicidad y de la legalidad de un país.”

 

Américo Ghioldi escribe que “Como Madame Lynch y Encarnación Ezcurra de Rosas, Eva Duarte ocupará un lugar en la historia de la fuerza y la tiranía americana […] De modo pues, que el Estado totalitario reunió en manos de la esposa del Presidente todas las obras, los presupuestos, los recursos dispersos y los proyectos de realización periódica regular, de manera que aquella podía aparecer como la creadora de una realidad sacada de la nada, cuando en verdad era la suma de las obras que se cumplían normalmente […] Por otra parte, el gobierno totalitario puso los poderes de coacción, de violencia y de amenaza en las arbitrarias y caprichosas manos de la esposa del primer magistrado, la que impuso unas ‘contribuciones espontáneas’ de personas, empresas, instituciones, capitalistas, trabajadores, etc. que sumaron en pocos meses la suma de 2000 millones de pesos, según lo declarara paladinamente el digno esposo de tan digna mujer (julio de 1950) […] El Estado totalitario había fabricado de la nada el mito de la madrina […] en nombre de esta obra social la Fundación despojó a los obreros de parte de sus salarios. Como la Argentina tiene miedo, los trabajadores entregan contribuciones de tres o cuatro salarios anuales para beneficio de la Fundación. Bajo un régimen democrático ningún trabajador de la tierra permitiría que sus patrones o sus gerentes sociales les exigieran compulsivamente la donación de varios salarios […] Tal es pues, la realidad de la presunta obra social cumplida por un régimen que nació para servir al nazismo al cual apoyó durante la guerra […] En la República Argentina los partidos políticos han sido y son perseguidos, ha sido destruído el sindicalismo libre, se han detenido en el curso de los últimos años a más de 30.000 trabajadores, políticos, parlamentarios, periodistas, profesores, comerciantes, militares, etc. Desde hace un año rige la ley marcial denominada ‘Estado de guerra interno’ por el cual todo el poder ha pasado a manos del Presidente, el poder de todos los gobernadores de provincia que le están ahora subordinados y el poder de la justicia, que queda en suspenso e inoperante para garantir la libertad de los hombres […] En la Universidad se impuso la enseñanza obligatoria del peronismo en un curso de mal llamada capacitación política”19.

 

Perón tenía una idea muy peculiar de la justicia lo cual puede ejemplificarse con el billete de un peso emitido en su época por las leyes 12.962 y 13.571 donde aparece la efigie de la “justicia” con los ojos destapados, también queda ilustrado en tres de los acápites con los que abrimos este artículo y también por el célebre discurso que pronunció el 31 de agosto de 1955 donde dijo que “Aquel que en cualquier lugar intente alterar el orden en contra de las autoridades constituídas o en contra de la ley o de la Constitución [se refiere a la sovietizante de 1949] puede ser muerto por cualquier argentino […] Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos […] Y eso lo hemos de conseguir persuadiendo, y si no, a palos”.

 

Dice Juan José Sebreli “Del mismo modo fué subordinado el Poder Judicial. Ya en el mensaje leído en el día de su asunción al mando el 4 de junio de 1946, Perón mostró sus propósitos: ‘Pongo el espíritu de Justicia por encima del Poder Judicial’.

 

En una reunión de diputados peronistas volvió sobre el asunto: ‘Si el gobierno ha de funcionar con éxito, los tres poderes deben funcionar en armonía […] En la actualidad el Poder Judicial, con excepción de algunos magistrados, no habla el mismo lenguaje que los otros dos poderes’. Un mes más tarde se iniciaba el juicio político a los miembros de la Corte Suprema de Justicia […] La subordinación del Poder Judicial siguió siendo una preocupación constante del peronismo hasta el final. En 1955, el gobernador de Buenos Aires, Aloé, decía: ‘Los jueces de la Nueva Argentina, no son jueces de orden común, sino jueces que deben saber interpretar los principios de la Doctrina y la voluntad del General Perón. Perón no es el nombre del presidente ni de un político, sino la expresión de la Justicia’ […] El fascismo argentino supo aprender las lecciones de Hitler y Gobbels. En el Manifiesto secreto del GOU, se contemplaba la acción psicológica de la radio ‘al ejemplo de Alemania, por la radio y la educación se inculcará al pueblo el espíritu favorable para emprender el camino heroico que le hará recorrer’. De acuerdo con estos objetivos lo primero que hizo la dictadura surgida del golpe del 43, fue ejercer un estricto control y censura de los programas radiales por medio del interventor de Correos y Telecomunicaciones, un hombre del GOU, el coronel Imbert […] Cuando en 1947 se promovió la estatización de todas las emisoras privada, se fundamentó la medida en ‘elementales razones de defensa nacional y concepción espiritual’ […] El Estado peronista se basó en la concepción jurídica de Schmitt; intentó en lo posible la destrucción de lo que despectivamente llamó demoliberalismo’ y ‘partidocracia’ y la transformación del régimen republicano en una dictadura totalitaria. El Poder Legislativo, en sus dos cámaras, senadores y diputados, quedó totalmente subordinado al Poder Ejecutivo […] Las consignas de lo que debían decir los diputados venían de la casa de gobierno y en algunos casos hasta se remitían los discursos que debían leer” 20.

 

A pesar de ello, después de su fuga, fue juzgado por juristas de renombre. Por ejemplo, el doctor Sebastián Soler como Procurador General de la Nación aludiendo a los jerarcas del régimen dictamina que “Antes de la revolución de septiembre de 1955 el país se hallaba sometido a un gobierno despótico y en un estado de caos y corrupción administrativa […] Como es de pública notoriedad, se enriquecieron inmoralmente aprovechando los resortes del poder omnímodo de que disfrutaba Juan Domingo Perón y del que hacía partícipe a sus allegados”21.

 

Asimismo la Corte Suprema de Justicia presidida por el doctor Alfredo Orgaz confirma lo escrito por el Procurador General de la Nación y los fallos de primera instancia decretando la prisión preventiva de Perón. El doctor Luis Botet comienza su fallo del 17 de mayo de 1956 sosteniendo que “El presente sumario instruido contra Juan Domingo Perón y otros, por traición y asociación ilícita”. Incluso sus pares en el ejército constituyeron un Tribunal de Honor en el que con las firmas de los tenientes generales Carlos von der Becke, Juan Carlos Bassi, Víctor Jaime Majó, Juan Carlos Sanguinetti y Basilio D. Pertiné concluye que “En mérito de los resultados de las votaciones que anteceden, el Tribunal Superior de Honor aprecia, por unanimidad, que el señor General de Ejército Juan Domingo Perón se ha hecho pasible, por las faltas cometidas, de lo dispuesto en el Nº 58, apartado 4º del reglamento de los tribunales de honor, ‘descalificación por falta gravísima’, resultando incompatible con el honor de la institución armada que el causante ostente el título del grado y el uso del uniforme; medida ésta la más grave que puede aconsejar el tribunal” 22.

 

Sebreli sostiene que “La trayectoria fascista de Perón es fácil de rastrear: en 1939 fue enviado por el Ejército Argentino en misión de estudio a la Italia mussoliniana, donde siguió cursos de política y economía en la Universidad de Turín y Milán y tuvo la oportunidad de observar la práctica del fascismo en Roma; en 1940 pasó a la Alemania nazi e hizo una gira por países ocupados por los alemanes o con gobiernos fascistas: Francia, España, Austria, Hungría, Yugoslavia y Albania. A su regreso se constituyó en mentor ideológico del GOU, logia militar secreta donde abundaban los militares nazis […]

 

Se sometía a los sindicatos a través del control que el Poder Ejecutivo ejercía sobre los ingresos y los gastos de aquéllos y la facultad de la Secretaría de Trabajo y Previsión para retirarles u otorgarles personalidad jurídica gremial. Este artilugio legal para mantener sometidos a los sindicatos reproducía textualmente el artículo III de la Carta del Lavoro promulgada por Mussolini […] el otorgamiento de la personería gremial a un solo sindicato por rama de actividad fué el instrumento de dominación sobre el movimiento obrero tanto en el fascismo, como el varguerismo y el peronismo […] Los sindicatos peronistas no realizaban reunión de personal para discutir los problemas internos, todo se hacía a espaldas de los obreros” 23.

 

Félix Luna señala que “Las condiciones en que Perón recibió el poder en 1946 eran excepcionalmente favorables” 24 y también escribe que “Cayó porque el régimen que implementó terminó por hacerse insoportable a buena parte de la ciudadanía, y la otra parte, la peronista, sintió lo malsano del sistema hasta un punto que lo desganó […] El país peronista intuía que la pesadez y corrupción del sistema resultaban ya demasiado gravosos; que no se podía vivir indefinidamente en ese estado de guerra civil verbal que tenía a la Nación en vilo, sobresaltada […] agredió a demasiada gente, a diversos sectores, y fué quedando aislado […] Lastimó a las clases medias con sus restricciones a la libertad de expresión, la politización de la educación, las compulsiones del Estado, las restricciones a las pequeñas empresas y una política económica que cargaba inevitablemente con las usuras de la coacción y el soborno. Hostilizó a los intelectuales, molestó a muchos sectores de trabajadores al hacer de la CGT un simple instrumento de su régimen […] Los productores agrarios se sentían expoliados. Los industriales sufrían las falencias de una política que les traía restricciones en la energía, escasez de divisas, dificultades para importar insumos. […] Los católicos fueron agraviados, y los no creyentes se solidarizaron con la reacción nacida de las convicciones religiosas hostigadas” 25.

 

Perón escribió que “Las distintas democracias socialistas serán las formas impuestas por la evolución para las futuras instituciones universales. El nacionalismo no está reñido con el socialismo”26.

 

Con motivo del asesinato del teniente general Aramburu el diario “La Prensa” de Buenos Aires reprodujo lo siguiente “el 9 de febrero de 1971, los verdugos del teniente general Aramburu enviaron a Perón una carta en la que daban cuenta de ‘las serias y coherentes razones’ que los movieron a cometer el crimen, calificado por ellos de ‘justicia revolucionaria’, y que el 20 del mismo mes Perón, en carta que reproducen íntegramente, les contestó: ‘Estoy completamente de acuerdo y encomio todo lo actuado. Nada puede ser más falso que la afirmación de que con ello ustedes estropearon mis planes tácticos; porque nada puede haber en la conducción peronista que pudiera ser interferido por una acción deseada por todos los peronistas’” 27.

 

A pesar de la confrontación que Perón tuvo en las postrimerías de su tercer mandato con el grupo terrorista Montoneros debido a la rebeldía de éstos, Roberto Aizcorbe señala “Lo cierto es que Perón jamás expulsó a los marxistas que él había embarcado en su partido en los años 60 y que éstos, aún en los días del enfrentamiento frontal cuando merecieron de Perón el calificativo de ‘inberbes’, jamás renegaron de su fe peronista, acusando a los asesores de mal aconsejar a Perón. Luego de la muerte del caudillo, las guerrillas han tratado de aprovechar merced a su condición del hijo pródigo, de las contradicciones internas del peronismo, sin pronunciarse nunca contra la trayectoria global de su fundador a partir de 1943″ 28.

 

Mario Firmenich y Norma Esther Arrostito describieron detalladamente el asesinato de Aramburu vanagloriándose de ello y señalando cómo Fernando Abal Medina ejecutó la macabra operación 29.

 

Resulta muy ilustrativo comprobar nuevamente las vinculaciones entre el socialismo y el nacionalismo tan bien expuestas por Jean- François Revel 30, repasar la colección de diez tomos compilada por Armando Alonso Piñeiro sobre distintos aspectos de la penetración de la guerrilla argentina 31 y recorrer la horrenda lista de los secuestros y asesinatos más resonantes cometidos por las bandas terroristas. 32

 

Richard Gillespie reafirma que “Perón no sólo autorizó la guerra revolucionaria, sino que halagó a sus combatientes de tal modo que muy pocos pudieron resistirle. Sus elogios a las guerrillas urbanas de las ‘formaciones especiales’ peronistas no conocían reservas” 33.

 

José Ignacio García Hamilton apunta que “En su famoso discurso del 25 de agosto de 1944, en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Perón vaticinaba que ‘toda Europa entrará dentro del socialismo panruso’” 34.

 

William Ebenstein subraya que “En el hemisferio occidental el coronel Perón, hablando en pro del régimen fascista en la Argentina, tras el golpe triunfante de junio de 1943, declaró su admiración por las concepciones fundamentales del estado corporativo, en el preciso momento en el que el fascismo italiano, modelo inspirador del argentino, había reducido a Italia a cenizas y ruinas. La Argentina, bajo Perón, igual que otras naciones, sufrió con ese sistema la inflación y la carencia de víveres, carencia de víveres en un país que había sido el exportador más importante del mundo […] El control gubernamental sobre los trabajadores, como en otros estados fascistas, evitaba cualquier amenaza de acción de masas organizada. La radio estaba completamente subordinada al gobierno y la oposición no podía utilizarla […] En las elecciones de 1951, el terrorismo contra los partidos de oposición se practicó aún más abiertamente que en 1946. Cientos de candidatos fueron encarcelados durante la campaña, por el crimen de intentar ir en contra del régimen existente […] Todas las emisoras de radio estaban obligadas a radiar los discursos de Perón, y la oposición no podía tener ningún programa de radio para su candidato. Este monopolio del gobierno se complementaba con muchas otras formas de discriminación y terrorismo en contra de la oposición […] La mayoría sabía ya que la agricultura y la industria se hallaban en una situación precaria y que las finanzas estaban en un completo caos, que el favoritismo predominaba, que los familiares de Perón poseían especiales privilegios y que la honestidad y la integridad habían desaparecido de la vida pública. Pero poca gente sabía lo suficiente acerca de Perón como hombre, distinto de Perón dictador. En sus diferentes casas habían hacinas de moneda argentina, que alcanzaban varios millones de dólares; cofres de monedas de oro y lingotes de metales preciosos; joyas fabulosas de su última mujer, Eva, y talonarios de cheques extranjeros. Se estimó que sus depósitos en bancos extranjeros alcanzaban muchos millones de dólares. Perón se había mostrado siempre como anticapitalista y amigo de los pobres, así que la evidencia de su fortuna personal, producto de su rapacidad, fué un duro golpe para muchos de sus seguidores” 35.

 

Nos recuerda Gerardo Ancarola que “Durante el primer cuatrimestre del año 1953 la situación política, social y económica del peronismo gobernante se había complicado en extremo. Así, el 8 de abril, Juan Domingo Perón denunció en un discurso que estaba rodeado de ‘ladrones y alcahuetes’. Un día más tarde, su secretario privado, Juan Duarte, aparecía muerto por un presunto suicidio – hecho que nunca se aclaró debidamente – y el 15 del mismo mes, se lleva a cabo en la plaza de Mayo, convocado por la CGT, un acto público en adhesión al gobierno. El clima imperante era opresivo y durante la concentración estallaron bombas que causaron 6 muertes y numerosas víctimas. Eso fué el detonante; y ante una multitud que gritaba ‘leña, leña’ Perón dijo: ‘Ya que me la piden, ¿por qué no la dan ustedes?’. De inmediato y ante la absoluta pasividad policial, se pusieron en marcha los piquetes que previamente se habían organizado, y comenzaron un ataque contra instituciones y partidos opositores. Entonces, las turbas se dirigieron a la Casa del Pueblo, la saquearon, la quemaron y lo que muestra el grado de perversidad, incendiaron y destruyeron la famosa biblioteca obrera – la más completa en su género en todo el continente – que jamás pudo ser reconstruída. La sede de la Unión Cívica Radical también fué atacada e incendiada, lo mismo que la del Partido Demócrata y otros comités políticos. De inmediato, la mayoría de los dirigentes opositores fueron detenidos. Y donde la sevicia fué mayor fué en la sede del Jockey Club, cuyo tradicional palacio en la calle Florida también fué arrasado.

 

Aquí no sólo igualmente se lo incendió y destruyó parte de su biblioteca, sino que además desaparecieron, presa de las llamas, o del saqueo, obras de arte valiosísimas – cuadros, estatuas, un tapiz incaico de más de 3.000 años de antigüedad, muebles de época, gobelinos, etc. Lo indignante fué además la actitud de las fuerzas de seguridad, que ante el llamado de las víctimas se negaban a concurrir o lo que es más grave, prestaban ayuda a los incendiarios” 36.

 

Todas las actividades culturales en la Argentina pretendían ser moldeadas y reformuladas por el peronismo. Los colegios y las universidades fueron el blanco predilecto en la propaganda autoritaria: “Bajo el peronismo, la permanencia de los profesores al frente de sus cátedras dependió, cada vez más, de su capacidad para ajustarse a la obsecuencia que reclamaban las nuevas autoridades, y no de su capacidad intelectual […]. El culto al presidente y su obra comenzaba en las escuelas primarias pero alcanzaba a la universidad […] En la universidad peronista la investigación y la enseñanza científica fueron completamente deficientes […]. En 1948 el Consejo Nacional Universitario dispuso como requisito previo para la inscripción en la Universidad la presentación de un ‘certificado de buena conducta’ expedido por la Policía Federal. Pero mientras pretendía exigirse a los estudiantes la presentación anual del certificado, las federaciones estudiantiles denunciaban a los miembros de la Sección Especial – que funcionaba en la calle Gral. Urquiza 556 – por los atropellos de que eran objeto los jóvenes universitarios. Además, identificaban a Cipriano Lombilla, José Francisco Amoresano, Eduardo Guillermo Ferreiro, los hermanos Juan Carlos y Luis Amadeo Cardozo y José González, como conocidos torturadores de esa fuerza policial […]. Con la intromisión policial en la vida universitaria, se hizo habitual la vigilancia de los centros, la presencia de informantes y delatores y la imposición de obtener permisos para realizar asambleas […]. En 1948 fué creada la Universidad Obrera con el propósito de ‘acercar la universidad al pueblo’. Este lema fue instrumentado por el gobierno peronista para señalar a la educación superior como un ámbito que hasta entonces representaba un ‘coto privado de elite oligárquica’. La Universidad Obrera se reglamentó en 1952 y comenzó a funcionar en 1953″ 37.

 

Por último, es de interés destacar en este breve repaso del comienzo de la decadencia argentina, que el periodista Hugo Gambini describe detalladamente las reiteradas sesiones de picana eléctrica durante la era de Perón 38 y el constitucionalista Eduardo Augusto García puntualiza meticulosamente los negociados de Perón, los cuales comienzan con el subtítulo de “Exportación de oro a la cuenta de Perón en Suiza” 39.

 

Dejando de lado los graves problemas que ocurren en el momento de escribir este artículo, la última experiencia peronista fué la del menemato que indultó a Firmenich y produjo un notable desbarajuste institucional: designó una Corte adicta, reformó la Carta Magna para conformar los intereses espurios de la re-reelección y destrozó la división horizontal de poderes y la consecuente independencia de la justicia en un ambiente de creciente corrupción e impunidad (además de haber elevado sustancialmente el gasto público, la deuda estatal y el déficit fiscal otorgando mercados cautivos y prebendas a distintos grupos de pseudoempresarios). Curioso es en verdad que el tilingaje que apoyó a Menem se alarme de la incautación de sus depósitos, como si el ataque a la propiedad nada tuviera que ver con la calamidad institucional que él provocó.

 

Después de todo lo dicho, puede apreciarse la enorme falla moral que ocurre en la Argentina cuando aparecen seres que, sin ruborizarse, pontifican acerca del rumbo que debería tomar el país “para sanearse” y, al mismo tiempo, se declaran herederos del peronismo. Y lo peor es que hay quienes los toman en serio, secundados por los acomplejados de siempre que no pueden articular nada fuera de lo vulgar. Para corregir un problema es menester primero percibirlo.

 

Si seguimos consumiendo tiempo en dilucidar internas y mecanismos electorales, nos seguiremos perdiendo en un agujero negro del cual cada vez resulta más difícil salir.

 

Este artículo es apenas una punta del iceberg para ilustrar muy telegráficamente algunos de los desmanes peronistas. Para ampliar la información deben consultarse los diarios de la época, archivos, documentos, ensayos, libros, artículos y las obras citadas en esta presentación, todo lo cual brindará al lector un cuadro de situación mucho más completo.

 

Esta recopilación de opiniones valiosas recuerda hechos que alarman y entristecen al mostrar cómo un pueblo puede haber caído tan bajo. Lo que Martínez Estrada define como “individuos sin nobleza”, “elementos retrógrados” y “espíritu rebañego”, en lugar de encogerse se ha ido extendiendo hasta llegar a nuestro actual estado de postración moral. Cuando esto comenzó, los intelectuales, profesionales, estudiantes universitarios y la dirigencia tradicional de los más diversos campos rechazó de plano el grotesco avance del aparato estatal sobre marcos institucionales civilizados.

 

Ahora, en cambio, igual que lo que ocurrió en la época nazi, las comparsas estatizantes, frívolas y corruptoras, en lugar de amainar, han calado hondo en capas cada vez más amplias de la sociedad, acompañados por el tontaje que alegremente recibe la ponzoña que carcome toda idea de respeto, dignidad y progreso. Como ha dicho Einstein “Los problemas no pueden resolverse con quienes los han creado” 40 (y, agrego, con los que entusiastamente reivindican sus lamentables procedimientos).

 

Sin duda que los avatares argentinos no han sido el resultado de un solo hombre ni siquiera computando la colaboración de sus adláteres. Como hemos señalado al comienzo de este artículo, la aparición de Perón fué consecuencia de un clima de ideas previo que hizo posible el descalabro. Como menciona Tocqueville en The Old Regime and the French Revolution, en no pocos lares ocurre que cuando la situación de un país es muy favorable muchas son las personas que dan por sentado que aquellas circunstancias se mantendrán inalterables y, por ende, abandonan esfuerzos intelectuales y de otro orden para apuntalar la situación, con lo cual se abren inmensos espacios que ocupan ideas y concepciones distintas.

 

Esto es lo que ocurrió en el caso argentino y cuando se consolidó la idea estatizante y socializante ésta arrasó en los debates puesto que, salvo muy contadas excepciones, los supuestos defensores de la sociedad abierta nada tenían que responder porque no contaban con las necesarias argumentaciones y fundamentaciones puesto que, como queda dicho, habían dejado de lado el imprescindible ejercicio intelectual para comprender y difundir las bases de la libertad, que en nuestro caso, dieron origen a un notable progreso cultural y material.

 

Nada debe darse por sentado, la libertad requiere de esfuerzos constantes para preservarla. Es como dice Ortega y Gasset: “Si usted quiere aprovecharse de las ventajas de la civilización, pero no se preocupa usted por sostener la civilización… se ha fastidiado usted. En un dos por tres se queda usted sin civilización. Un descuido y cuando mira usted en derredor todo se ha volatilizado” 41.

 

Citas

 

1) ¿Qué es esto? Catilinaria, Buenos Aires, Editorial Lautaro: 1956, p. 19, 23, 24, 25, 28, 29, 45, 71, 73 y 85.

 

2)Eduardo Augusto García, Yo fuí testigo, Buenos Aires, Luis Lasserre y Cia. S.A. Editores, 1971, p. 174.

 

3) Op.cit., p.178.

 

4) Carlos García Martínez, La inflación argentina, Buenos Aires: Guillermo Kraft, 1965, p. 89.

 

5) Hugo Gambini, Historia del peronismo, Buenos Aires: Planeta, 2001, tomo I, p. 75.

 

6) Libro negro de la segunda tiranía, Buenos Aires: 1958, p. 128.

 

7) Op.cit. p. 158.

 

8) El ejército y la política en la Argentina 1945-1962, Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1982, tomo II, p. 96, 98, 134, 135.

 

9) Op.cit., p. 144, 149 y 150.

 

10) Op.cit., p. 152,153, 154, 173 y 200.

 

11) Op.cit., p.210, 231, 234 y 235.

 

12) Uki Goñi, La auténtica Odessa. La fuga nazi a la Argentina de Perón, Buenos Aires: Paidós, 2002.

 

13) Op.cit. p. 145.

 

14) Op. cit. p. 57. Vid. los testimonios que presenta Robert A. Potash en Perón y el GOU. Los documentos de una logia secreta. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1984.

 

15) “Cuantificación de criminales de guerra según fuentes argentinas”, Comisión para el esclarecimiento de las actividades del nazismo (CEANA), varios autores, Buenos Aires: 1997-1999. Independientemente de la opinión del autor, también pueden consultarse las fotocopias de los documentos que aparecen en Silvano Santander, Técnica de una traición. Juan D. Perón y Eva Duarte, agentes del nazismo en la Argentina, Buenos Aires: Edición Argentina, 1955. En otro orden de cosas, en esta última recopilación de documentos aparece el facsímil de una carta firmada por el ministro consejero de la embajada alemana en Buenos Aires, Otto Meynem, fechada el 12 de junio de 1943, dirigida al Capitán de Navío Dietrich Niebuhr, radicado en Berlín, donde se transcribe un párrafo de una carta del entonces Coronel Perón: “Los trabajadores argentinos nacieron animales de rebaño y como tales morirán. Para gobernarlos basta darles comida, trabajo y leyes para rebaño, que los mantengan en brete”; Otto Meynem dice en la carta de referencia que Mussolini había empleado términos similares y concluye que “Perón sigue la buena escuela”, op.cit. p.56.

 

16) Ayer fué San Perón. 12 años de humillación argentina. Buenos Aires: Ediciones Gure, 1955, p. 256

 

17) Célebres son los casos de las empresas de Arnaldo Massone y Mu Mu que desaparecieron del mercado como consecuencia de haberse resistido a las extorsiones de la antedicha Fundación.

 

18) Diario de sesiones, reunión 52, septiembre 27 de 1950.

 

19) El mito de Eva Duarte, Montevideo, octubre de 1952, p.8, 11, 12, 13, 14 y 21.

 

20) Los deseos imaginarios del peronismo, Buenos Aires: Editorial Sudamericana [1992] 2000, p. 83, 84, 79.

 

21) Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre bienes mal habidos del dictador Juan Domingo Perón, Buenos Aires, junio 21 de 1957.

 

22) Tribunal de Honor del Ejército, octubre 27 de 1955.

 

23) Op.cit. p. 62, 127 y 129.

 

24) Perón y su tiempo, Buenos Aires: Editorial Sudamericana, [1984], 1987, tomo I, p.23.

 

25) Op.cit, vol. III, p. 348-349.

 

26) La hora de los pueblos, Buenos Aires: Ediciones Argentinas, p. 155.

 

27) Septiembre 8 de 1974.

 

28) El mito peronista, Buenos Aires: Ediciones 1853, 1976, p. 606.

 

29) La causa peronista, septiembre 3 de 1974.

 

30) La gran mascarada, Madrid: Taurus, 2001

 

31) Humanismo y terror, Buenos Aires: Editorial Depalma, 1980.

 

32) La Argentina y sus derechos humanos, Buenos Aires: Asociación Patriótica Argentina, 1983, p. 109 y ss. Sobre la forma en que más adelante se combatió al terrorismo, vid. Alberto Benegas Lynch (h), El juicio crítico como progreso, Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1996, p. 95 y ss y, del mismo autor, Las oligarquías reinantes: discurso sobre el doble discurso, Buenos Aires: Editorial Atlántida, 1999, p. 133 y ss.

 

33) Soldados de Perón, Madrid: Grijalbo [1982, Oxford University Press] 1987, p. 66.

 

34) El autoritarismo hispanoamericano y la improductividad, Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1998, p. 160.

 

35) Los ismos políticos contemporáneos, [1961, Princeton University Press], Barcelona: Editorial Ariel, 1975, p.212, 214, 215, 216 y 217.

 

36) 50 años, 6 fechas, Buenos Aires: Marymar Ediciones, [1994] 1997, p. 39-40.

 

37) Roberto Almaraz, Manuel Corchon y Rómulo Zemborain, ¡Aquí FUBA! Las luchas estudiantiles en tiempos de Perón, Buenos Aires: Planeta, 2001, p. 96, 97, 98, 99, 101 y 102.

 

38) Op.cit., tomo I, p.286 y ss. y tomo II, p.220 y ss.

 

39) Op.cit. p.433 y ss.

 

40) Cit. por Jean-François Revel, Diario de fin de siglo, Barcelona: Ediciones B [2001] 2002, p. 44.

 

41) La rebelión de las masas, Obras Completas, Madrid: Revista de Occidente [1938] 1957, tomo IV, p. 201.

 

Nota:

 

Los cuatro acápites con que comienza este artículo son tomados, respectivamente, del discurso de Perón por cadena oficial de radiodifusión el 18 de septiembre de 1947; de una carta de Perón dirigida a su Secretario de Asuntos Políticos, Román Alfredo Subiza, mencionada en Juan José Sebreli, op.cit. p.84; Marcha, Montevideo, febrero 27 de 1970 y el último acápite está extraído de una cita reproducida en El diccionario de Borges, Carlos R. Stortini, comp., Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1986, p.172.

 

Este ensayo se reproduce de un capítulo que aparece en el libro del autor titulado Tras el ucase publicado en Mendoza por la Fundación Alberdi (315 pp., mayo de 2003).

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h