Zonas de Oportunidad en los Estados Unidos: de nuevo, el básico impulso de bajar impuestos y regulaciones para que crezca la inversión

Por Martín Krause. Publicado el 30/4/19 en: http://bazar.ufm.edu/zonas-oportunidad-los-estados-unidos-nuevo-basico-impulso-bajar-impuestos-regulaciones-crezca-la-inversion/

 

Hemos visto el tema de las Zonas Económicas Especiales anteriormente. Ahora la consultora McKinsey publica un informe sobre las que se denominan “Opportunity Zones” en Estados Univos. No es lo mismo, pero es interesante el tema y el análisis de políticas similares en países como UK y otros tibios intentos anteriores. El informe aquí: https://www.mckinsey.com/industries/public-sector/our-insights/making-the-most-of-us-opportunity-zones

La introducción:

“Un nuevo programa busca impulsar el desarrollo en las comunidades más necesitadas e impulsar la economía nacional. Similares, los esfuerzos pasados ​​ofrecen ideas que pueden ayudarles a tener éxito.

La mayoría de los programas de desarrollo económico siguen un patrón similar. Por lo general, los gobiernos ofrecen una combinación de beneficios fiscales, exclusiones y menos regulaciones con la esperanza de atraer nuevas inversiones a comunidades económicamente en dificultades. El nuevo programa federal de zonas de oportunidad, establecido por el Congreso de los EE. UU. En la Ley de Recortes de Impuestos y Empleos de diciembre de 2017, también sigue ese modelo. En este caso, el gobierno espera que un impuesto a las ganancias de capital efectivo más bajo atraiga el capital de los inversionistas a proyectos en aproximadamente 8,700 distritos censales de EE. UU.

Para ayudar a los gobiernos estatales y locales, así como a los inversionistas a sobrellevar los desafíos esperados, echamos un vistazo más de cerca a programas anteriores similares para ver cómo les fue. Específicamente, analizamos el programa de zonas empresariales del Reino Unido de la década de 1980, las zonas de empresas dirigidas por el estado de los EE. UU. De las décadas de 1980 y 1990 y las zonas de empoderamiento urbano de los EE. UU. De mediados a finales de la década de 1990.2

Estos programas tuvieron resultados mixtos. Algunas zonas experimentaron crecimiento y transformación, mientras que otras no. Sus experiencias, junto con las conversaciones con los accionistas e inversionistas del gobierno estatal y local, sugieren que las zonas de oportunidad pueden enfrentar desafíos. Dos de esos desafíos pueden ser ayudar a los inversionistas y otras partes interesadas a entender y navegar el programa, y ​​asegurar que los beneficios transformen a las comunidades y ayuden a los residentes locales. Aprendiendo de programas anteriores, creemos que cinco acciones pueden aumentar las posibilidades de éxito. Los estados, ciudades y pueblos que emplean estas medidas pueden no solo atraer capital nuevo a sus comunidades, sino también atraer negocios, empleos y desarrollo que trabajen para transformar verdaderamente las comunidades.

Entendiendo y navegando el programa.

La gran cantidad de zonas de oportunidad y el volumen de capital que se espera que atraigan crean un desafío abrumador para los inversores que eligen entre ubicaciones y proyectos. A partir de marzo de 2019, más de 230 llamados “fondos de oportunidad” buscan colectivamente recaudar más de $ 25 mil millones en un rango de inversiones.3 Los fondos son geográficamente diversos, con casi la mitad enfocados en estados específicos, un trimestre centrado en inversiones en una región específica, y el resto está abierto a cualquier oportunidad de inversión a nivel nacional.”

 

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

Intervención cambiaria: un posible alivio para llegar a las elecciones, pero luego habrá que trabajar en serio

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 30/4/2019 en: https://www.infobae.com/opinion/2019/04/30/intervencion-cambiaria-un-posible-alivio-para-llegar-a-las-elecciones-pero-luego-habra-que-trabajar-en-serio/?fbclid=IwAR3ROY9r9L29gBGzyz_sApAyzFz6Jt2aBFKxN78MKQKX62iQXdGSojrkDtE

 

Desde octubre el BCRA viene cumpliendo con la promesa de no aumentar la base monetaria, sin embargo, la inflación no cede. La venta de dólares sin límite puede ayudar a bajar el ritmo de suba de los precios, pero no es la solución de fondo

Bajar la inflación es mucho más complejo que acordar “precios cuidados con productos esenciales”

Bajar la inflación es mucho más complejo que acordar “precios cuidados con productos esenciales”

Hay que distinguir entre IPC e inflación. Por una cuestión de simplificación, los economistas solemos usar el Índice de Precios al Consumidor del Indec como reflejo de la inflación, sin embargo, no es tan así. Técnicamente la inflación se produce cuando se expande moneda más allá de lo que demanda el mercado. Pero para no hacer las cosas más complicadas, aceptemos el IPC como una explicación del fenómeno. La realidad es que bajar el ritmo de suba generalizada de los precios lleva más tiempo del que livianamente dijo Mauricio Macri cuando estaba en campaña para la presidencia. Veamos un caso concreto.

A comienzos de 1991, el presidente Carlos Menem todavía no había logrado encontrar el camino para estabilizar una economía que venía con una inflación anual del 753% en enero de ese año. Ni el plan Bunge & Born, ni Erman González terminaban de encontrarle la vuelta a la economía y en particular a la inflación.

Domingo Cavallo asume como ministro de Economía a principios de 1991 y luego de un intento fallido de establecer una convertibilidad móvil, con una banda superior y otra inferior en el tipo de cambio, en marzo de 1991 enfrentó una fuerte corrida cambiaria que lo llevó a anunciar la convertibilidad, regla monetaria que tuvo fuerza de ley a partir de abril de 1991.

Es importante resaltar que la convertibilidad fue solo una regla monetaria por la cual cada peso que circulaba tenía un dólar de respaldo en el BCRA. Insisto en resaltar que fue una regla monetaria porque sus detractores la identifican como una política económica completa.

El gráfico previo muestra la evolución de la tasa de inflación anual de cada mes, antes de la convertibilidad y luego de la convertibilidad. Y si bien comenzó a bajar rápidamente, recién en agosto de 1993, 2 años y cuatro meses luego de haberla aplicado la tasa anual se ubicó en un dígito anual. Inclusive fue un dígito anual alto, 9%, para una regla monetaria que tenía un tipo de cambio fijo. Además, había un plan económico sólido detrás.

Ahora es comprensible que con la nueva regla monetaria del Gobierno de no aumentar la base monetaria, pero sin un plan económico detrás, continúe la huida del peso. Digo esto porque la gente no comprende qué es la base monetaria, por lo tanto no es tan convincente como la convertibilidad a la hora de generar expectativas positivas en el común de la gente acerca del peso.

Si a la gente le dicen que hay un dólar respaldando cada peso que hay en circulación, la gente no huye del dinero. Si se le dice que no va a aumentar la base monetaria, el tema se complica porque, salvo los economistas, el común de la gente no tiene porqué saber qué es la oferta de dinero

Cómo se determina el poder adquisitivo de la moneda
Relación entre la cantidad de dinero transaccional y la disponibilidad de bienes y servicios en la economía
Chart

Fuente: Elaboración propia

Determinación del nivel general de precios

Para comprender qué es la huida del dinero veamos el cuadro 1. Tomemos el caso 1. Supongamos que el Banco Central emite $10.000 que es todo el dinero que hay en circulación. Supongamos que la gente demanda moneda por las dudas (tiene pesos para gastar la semana que viene o en un tarrito de galletitas por las dudas) por $2.000. El stock de dinero que realmente circula es de $8.000. Si la oferta de bienes es de 800 unidades, el precio promedio máximo que se puede pagar es de 10. No hay posibilidad física de que el promedio aumente.

Ahora bien, si vamos al caso 2 suponemos que, por cualquier razón, las expectativas de la gente son que los precios seguirán subiendo o el contexto político deteriorará más el poder adquisitivo de la moneda, por lo tanto, suponemos que la demanda de moneda baja de $2.000 a $1.000. En ese caso la cantidad de moneda que circula pasa a ser 9.000, es decir, aumenta el total de pesos que se usan para transacciones sin que el Banco Central haya emitido un solo peso. Si la oferta de bienes es de 800, el precio promedio aumenta a 11,3 por ciento.

Finalmente, supongamos que junto con la caída en la demanda de moneda disminuye la oferta de bienes y el Banco Central sigue sin emitir un peso, como es el caso 3 del cuadro en que la oferta de bienes disminuye a 700. Sin que el Banco Central emita, el precio promedio de los bienes en la economía pasó de 10 a 12,9 en nuestro ejemplo porque se juntaron menor oferta de bienes y menor demanda de moneda. Bien, esto es lo que está ocurriendo en la economía argentina y explica en gran medida las dificultades que tiene el gobierno para bajar la tasa de inflación.

Con una regla monetaria que la gente no comprende y sin un plan económico detrás que genere confianza y atraiga inversiones, es muy difícil que la gente no huya del dinero. Encima con nuestra historia de destrucción monetaria generar confianza en el peso es más difícil.

Tal vez ahora, con el renovado apoyo del FMI al Gobierno para controlar el tipo de cambio, disminuya la huida del dinero. Si bien es cierto que el nivel de la tasa de interés por arriba del 73% anual sigue siendo inconsistente con el sector real de la economía y ya genera más desconfianza que confianza, en el corto plazo, y sin decir que está bien, el Gobierno podría llegar a controlar el tembladeral que es el mercado de cambios.

Capacidad de regulación del mercado de cambios

En efecto, el total de depósitos en pesos del sector privado a plazo fijo es de $1,2 billones. Si se divide por $51, que es el techo cambiario, serían el equivalente a USD 22.650 millones. El Tesoro puede vender unos USD 9.600 millones de aquí a fin de año. El campo puede llegar a liquidar USD 10.000 millones para cancelar deudas comerciales por la seca del año pasado y recomponer su capital de trabajo para la nueva siembra. Siendo que no hay crédito bancario, no parece disparatado que los productores liquiden esa cifra en los próximos meses.

Si se agregan USD 5.000 millones que venda el BCRA, aún en el supuesto extremo que no quedara un solo centavo en plazo fijo en los bancos, el mercado de cambios quedaría relativamente equilibrado. Claro que eso implica el supuesto de que no hay más emisión y la demanda de moneda no llega a cero.

Si uno imagina la situación del mercado de cambios como una guerra y de cada lado cada uno tiene 100 balas, cuando se acaban las balas, si no hay más abastecimiento (emisión monetaria) la única manera en que sigan los tiros es que siga cayendo la demanda de moneda. Si el Gobierno logra tranquilizar el mercado de cambios y congela las tarifas de los servicios públicos, tiene chances calmar el IPC y la caída en la demanda de moneda.

Aclaro que no digo que esta sea la salida de Argentina ni por asomo, es solo una estimación de corto plazo de cómo puede llegar Cambiemos a las PASO y luego a octubre, porque luego de las elecciones el ajuste del sector público se tendrá que hacer por las buenas o por las malas, o terminamos en una decadencia al estilo Venezuela con Cristina Fernández o con Mauricio Macri aunque renueve su mandato. Seguir con este cuento del gradualismo para bajar el gasto público y hacer las reformas estructurales no da para más, sean los k o los amarillos.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE

Comercio exterior: el caso de la eliminación de aranceles (en relación al libro “Jean Gustave Courcelle-Seneuil: un adelantado en Chile”)

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado en: https://newmedia.ufm.edu/video/comercio-exterior-el-caso-de-la-eliminacion-de-aranceles-en-relacion-al-libro-jean-gustave-courcelle-seneuil-un-adelantado-en-chile/

 

Alberto Benegas Lynch (h.) trata el tema de las estructuras arancelarias, con base en su obra Jean Gustave Courcelle-Seneuil: un adelantado en Chile,  quien fue el  primer profesor de economía en la universidad de ese país.

En su exposición, explica que para hablar de aranceles es necesario analizar la situación del recurso humano, dado que el mismo es básico para el trabajo, presenta las causas que originan el desempleo; comenta sobre la importancia de las tasas de capitalización, que son elementos del mercado necesarios para la productividad y consecuencias de las malas políticas arancelarias, entre otros.

Finalmente, se presentan debates y comentarios entre el expositor y los asistentes a dicha conferencia.

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

El doble filo de abandonar la ZNI cambiaria

Por Nicolás Cachanosky. Publicado el 29/4/19 en: https://puntodevistaeconomico.com/2019/04/29/el-doble-filo-de-abandonar-la-zni-cambiaria/?fbclid=IwAR3LxIz_Jc1JlWNt1c2LHHL_77-vh9yjEZbYj0PT-9MvIRKP6btTYXvY_PI

 

Hoy lunes, con el visto bueno del FMI, el BCRA volvió a modificar su política cambiaria. En esta ocasión el BCRA podrá operar en el mercado de cambios cuando el tipo de cambio se encuentre dentro de la zona de no intervención (ZNI) y se expande el límite de reservas que puede vender si el tipo de cambio supera el límite superior. No sólo se altera la naturaleza del régimen cambiario, sino que dicho movimiento puede ser como un arma de doble filo.

Esta modificación trae confusión sobre si se abandona la ZNI o cuál pasa a ser el rol del mismo. Por un lado el BCRA anuncia que va a intervenir. Por lo tanto la zona dentro de las bandas ya no es de no intervención. Sin embargo, al mismo tiempo se anuncia que se aumenta la capacidad de intervención por fuera de la banda. ¿Las bandas quedan o se eliminan? Uno de los motivos por los cuales esto no es claro es porque no se han dado detalles de cuáles son los límites o reglas de intervención dentro de las bandas. Parece que queda a total discreción del BCRA. Si es así, ¿la intervención dentro de las bandas puede ser mayor a la intervención fuera de las mismas (que, si entiendo los anuncios, aún mantienen un límite)?

Pareciera ser que hay una decisión política (no económica) de que el tipo de cambio no supere los 50ARS/USD (¿y la independencia del BCRA y la política monetaria?) Lo cierto es que no es claro cuál es el nuevo régimen monetario. Quizás en el BCRA lo tengan en claro (o crean tenerlo en claro), pero tengo la impresión que el mercado aún no sabe en qué régimen está operando (lo cual explica la calma hasta que se deciden las nuevas estrategias de inversión).

Más allá de estas cuestiones, la decisión de intervenir dentro de la ZNI puede ser un movimiento peligroso. Por un lado, los inversores con posiciones en ARS pueden optar por mantener las mismas dada la expectativas de estabilidad cambiaria (el manos en el corto plazo). Por el otro lado, los inversores pueden ver una salida “barata” de las posiciones en ARS y aprovechar la misma antes que el régimen cambiario se vuelva a modificar (esta es, creo, la tercer versión del “Plan Sandleris”). Si las reservas son un “common good”, no se puede descartar que inversores intenten liquidar sus posiciones en ARS a un tipo de cambio subsidiado antes que lo hagan los otros inversores.

¿Cuál es el problema de fondo? La famosa política de esterilizar emisión con Lebacs (hoy con su primo-hermano, las Leliqs). En un contexto de estanflación donde el BCRA emite deuda (promesa de emisión futura) la estabilidad monetaria y cambiaria dependen de la demanda de dinero. La política monetaria es una promesa de mayor emisión futura, pero no hay una clara política que lleve a aumentar la demanda de dinero para absorber las Leliqs (como no la hubo con las Lebacs). En cualquier momento y por cualquier motivo inversores pueden decidir liquidar sus posiciones en ARS generando tensiones cambiarias. El BCRA se metió en el laberinto de las “política de Lebacs/Leliqs” y ahora parece no tener claro cómo salir del mismo. O no saber cómo salir sin pagar el precio de emitir deuda.

El problema es que no hay demanda de dinero propiamente dicho. No se demandan pesos para atesorar, se demandan pesos como vehículo de inversión financiera (carry-trade). Si la “demanda” de pesos colapsa, ¿por cuánto tiempo puede el BCRA mantener el tipo de cambio debajo de los 50ARS/USD antes de quedarse sin reservas?

Tenemos un Poder Ejecutivo con buenas intenciones pero muy poca credibilidad económica. Un BCRA con buenas intenciones pero de dudosa independencia y que viene perdiendo (¿aceleradamente?) credibilidad. Si, en este contexto, Cristina Kirchner sigue asomando en las encuestas presidenciales, la “salida barata” que el BCRA ahora ofrece a los inversores puede ser una estrategia más tentadora que seguir apostando a “tasa vs dólar”. No es claro que de aquí a les elecciones el nuevo régimen cambiario vaya a traer paz cambiaria; puede, también, facilitar tensiones financieras.

 

Nicolás Cachanosky es Doctor en Economía, (Suffolk University), Lic. en Economía, (UCA), Master en Economía y Ciencias Políticas, (ESEADE). Fué profesor de Finanzas Públicas en UCA y es Assistant Professor of Economics en Metropolitan State University of Denver.

Pseudoderechos contra el derecho

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 17/10/18 en: http://www.libertadyprogresonline.org/2018/10/17/pseudoderechos-contra-el-derecho/

 

A esta altura se hace necesario insistir en que todo derecho tiene como contrapartida una obligación. Si una persona obtiene en el mercado un salario de cien, como contrapartida hay la obligación universal de respetar esos cien. Pero si la persona en cuestión demanda trescientos cuando obtiene cien en el mercado y el gobierno otorgara esa diferencia quiere decir que otros estarían compelidos a pagar los doscientos adicionales lo cual se traduce en la lesión al derecho de esos otros, se trata de pseudoderechos puesto que no pueden otorgarse sin destruir el derecho de terceros.

Desafortunadamente vivimos la era de los pseudoderechos: derecho al crédito barato, derecho a alquileres reducidos, derecho a la alimentación adecuada, derecho a mantener buena salud, derecho a la educación, derecho a un salario atractivo, derechos, derechos y derechos que no son tales sino, como queda expresado, pseudoderechos que atentan abiertamente contra los marcos institucionales que establecen el respeto recíproco y que al deteriorase repercuten negativamente sobre los salarios, especialmente sobre los de los más necesitados como veremos más abajo. Y el colmo de la torpeza es cuando los gobernantes dicen que “el Estado se hará cargo” de tal o cual erogación, como si los burócratas se hicieran cargo con sus patrimonios personales en lugar de precisar que son los vecinos los que siempre financian a la fuerza a través de impuestos, deuda, inflación o una combinación de los tres canales.

El palmario desconocimiento del significado del derecho comienza en las aulas de muchas facultades de derecho donde no se forman abogados, léase defensores del derecho, sino que egresan estudiantes de legislaciones que pueden recitar de memoria los respectivos artículos, incisos y párrafos pero no tienen la menor idea de los mojones o puntos de referencia extramuros de la ley positiva.

Los derechos individuales son anteriores y superiores a la existencia de los gobiernos y proceden de las propiedades y características de la condición humana que requieren de facultades para usar y disponer de lo propio para poder seguir sus proyectos personales de vida. Igual que las rosas y las piedras, el ser humano cuenta con propiedades y características que definen su especie. Nadie debe ser utilizado como medio para los fines de otros, puesto que el ser humano es un fin en si mismo. Los “balances sociales” con la intención de establecer peculiares utilitarismos son del todo improcedentes y conducen las mayores arbitrariedades como cuando se pretenden sopesar ventajas de mayorías circunstanciales frente a minorías indefensas. Los pseudoderechos son a todas luces contrarios al derecho.

Vivimos la era en la que se declama la defensa de los más necesitados pero simultáneamente se los afecta severamente con medidas altamente contraproducentes. Esto es así principal aunque no exclusivamente a través de las mal denominadas “conquistas sociales” que paradójicamente arruinan a los más vulnerables.

Para comprender esta conclusión es menester aludir a la causa por la cual se elevan salarios e ingresos en términos reales. Se trata de lo que genéricamente se denomina tasas de capitalización que equivale a la inversión per capita, es decir instrumentos, maquinarias, equipos, instalaciones y conocimientos relevantes que hacen de apoyo logístico al trabajo para aumentar rendimientos. A su vez, las inversiones provienen de ahorro interno y externo al país en cuestión, lo cual se maximiza en la medida en que se cuenten con marcos institucionales civilizados, en otros términos, el respeto a los derechos de propiedad de cada cual comenzando por la propia vida, la expresión del pensamiento y el uso y disposición de lo adquirido legítimamente.

En este contexto se hace necesario apuntar acerca del peligro del mal uso del significado del término “inversión”. Este concepto se refiere a la estimación individual respecto a recursos propios en cuyo contexto el sujeto en cuestión valora en más rendimientos futuros respecto a los presentes y, por tanto, opta por abstenerse de consumir para ahorrar y siempre el destino del ahorro es la inversión (son dos caras de la misma moneda). Es del todo inapropiado aludir a “la inversión” cuando los aparatos estatales se apoderan del fruto del trabajo ajeno, en ese caso se trata de gasto que puede ser corriente o destinado a activos fijos pero en ningún caso tiene sentido pretender que se trata de una inversión por los motivos antes señalados. Si un fulano le arranca la billetera a otro, carece por completo de sentido decirle que se lo “invertirá” por más que ese fulano forme parte del aparato estatal o sea un privado, en el primero caso podrá justificarse o no el gasto pero en ningún caso se trata de un proceso de inversión. En el  lenguaje cotidiano hay un uso y abuso del concepto de marras.

Hoy está de moda criticar acérrimamente a tal o cual dirigente sindical por sus conductas aberrantes pero se deja en pie la legislación que hace posible contar con sindicatos ilegítimos en lugar de asociaciones libres y voluntarias y se mantiene en pie la figura de los “agentes de retención” que echan mano al fruto del trabajo de empleados para que no puedan usar sus pertenencias.

Una vez hechas estas aclaraciones queda claro que los salarios bolivianos resultan más bajos que los canadienses, no porque en el primer caso los empresarios son perversos y los segundos más generosos, se trata de tasas de capitalización distintas y eso hace toda la diferencia, lo cual no significa que las posiciones relativas sean irrevocables. Hay países que han tenido altas tasas de capitalilzación que luego han despilfarrado con lo que sus niveles de salarios han disminuido. Como queda dicho, todo depende de la calidad de los marcos institucionales imperantes.

En medios alemanes y estadounidenses prácticamente no existe servicio doméstico en los respectivos hogares. No es porque las amas de casa no  requieran ayuda, es que las tasas de capitalización son de tal magnitud que no permiten contar con ese servicio pues deberían competir con salarios elevados en medios empresarios y equivalentes, situación que se torna imposible.

Es típico que en países de muy bajas tasas de capitalización, se lleven a cabo faenas como que a determinado sujeto lo abanican a la hora de la siesta cuatro personas, pero si esa misma persona se trasladara a una ciudad donde primen altas tasas de capitalización deberá abandonar de inmediato su costumbre pues los salarios para esa actividad resultan imposibles de afrontar.

Se ha mantenido erróneamente que los gobiernos deben regular contratos laborales puesto que “la desigualdad en el poder de contratación” pone de manifiesto que no resulta posible permitir que un millonario contrate con una persona que no tiene para llegar a fin de mes, a fin de la semana o a fin del día. Este análisis adolece del grave defecto que no toma en consideración que resulta a todas luces irrelevante lo abultado o lo débil de las respectivas cuentas corrientes o de los patrimonios netos de quienes contratan. Lo relevante, lo decisivo son las tasas de capitalización que obligan a pagar los salarios de mercado. Si un millonario llega a un pueblo y averigua cuanto cuesta pintar su casa pero sostiene que como cuenta con un abultado patrimonio pagará la mitad, por definición no pintará su casa. No es atingente si la persona en cuestión es muy rica o si está quebrada,  el salario para pintar su casa es el que marca la tasa de capitalización.

También debe tenerse en cuenta que si a igual trabajo un empresario decide pagar más de lo que marca las tasas de capitalización, por un lado tendrá mayor oferta de trabajo de la que necesita y por otro procederá a derrochar sus recursos con lo que  de persistir en esta línea tendrá contados sus días como empresario.

Es necesario señalar que allí donde las contrataciones laborales son libres no habrá desempleo, es decir, sobrante de aquél factor esencial para prestar servicios y para producir bienes. Esta situación para el trabajador normal (no para el que, por ejemplo, se encuentra en estado vegetativo o padezca deficiencias de tal naturaleza que no le permiten hacer nada) ocurre independientemente de la pobreza más extrema o la riqueza más exuberante en que se encuentre el medio en cuestión. En el primer caso los salarios serán reducidos y elevados en el segundo por en ningún caso habrá sobrantes de ese recurso humano esencial.

En realidad se observa desempleo en diversos países porque los arreglos contractuales no son libres. Al contrario, aparecen las mal denominadas “conquistas sociales” que indefectiblemente provocan desocupación puesto esto sucede cuando por decreto se colocan los salarios monetarios o no monetarios por encima de lo que permiten las tasas de capitalización. Y esto no debe verse solo en cuanto a los trabajadores marginales, si por ley se colocan salarios superiores a los que obtienen gerentes de finanzas, de personal o gerentes generales, ellos quedarán desempleados.

Habitualmente aquellas mal llamadas conquistas sociales se decretan con la mejor buena voluntad con la idea de proteger a los más necesitados, pues es de gran importancia percatarse que los perjudican grandemente. Así, por ejemplo, el salario mínimo, por definición superior al de mercado, barre con los que más necesitan trabajar. También hay “conquistas” que constituyen insultos a la inteligencia como el caso argentino del aguinaldo, esto es, el mes trece, sin percibir que inexorablemente se están pagando menos durante los doce meses del año para poder hacer frente al treceavo mes. En  realidad sería interesante poder decretar que el año tiene cuarenta meses pero eso no es posible y así con en resto de las tristemente célebres conquistas sociales.

De más está decir que el salario que establecen las tasas de capitalización no aparecen dibujadas en el cielo, hay que averiguarlo. De todos modos, pruébese contratar una secretaria por la mitad del salario de mercado y seguramente durará hasta la hora del almuerzo del primero día laborable pues se informará inmediatamente que está subvaluada.

Esto que estamos comentando va muy especialmente dirigido al fenómeno de robotización en curso que permite liberar recursos humanos y materiales para destinarlos a cubrir otras necesidades imposibles de contemplar hasta el momento debido a que esos recursos estaban esterilizados en las áreas anteriores. Como es sabido los recursos son limitados frente a necesidades ilimitadas. Si estuviéramos en Jauja y hubiera de todo para todos todo el tiempo desaparecería el problema del trabajo. El empresario para lograr nuevos arbitrajes está incentivado a capacitar personal en las nuevas actividades. Salvando las distancias, es lo mismo que ocurrió con el hombre de la barra de hielo antes de los refrigeradores, o el fogonero antes de las locomotoras Diesel.

Los sindicatos como asociaciones libres y voluntarias juegan un rol apreciado por los afiliados lo cual implica la figura de la personería jurídica pero de ningún modo la figura fascista de la personería gremial que bloquea la libertad contractual. Del mismo modo, la huelga debe ser entendida como el derecho a no trabajar, lo cual se opone abiertamente a la intimidación y la violencia que dada tiene que ver con ese derecho.

Cuando comprendamos que el bienestar no depende de magias ni de decretos voluntaristas, recién entonces estaremos en condiciones de abrir las puertas al progreso, muy especialmente para los más necesitados. Tal como explica entre mucho otros Bruno Leoni, cuando comprendamos que el derecho no es fruto de la ingeniería social sino fruto de un proceso de descubrimiento, recién entonces comprenderemos el valor de marcos institucionales que garantizan el respeto recíproco. Recién entonces estaremos en condiciones de comprender el peligro del pseudoderecho.

 

Edmund Burke escribe que “el disfrute seguro de los derechos naturales es el propósito último y más grande de la sociedad civil y por tanto toda forma de gobierno es solo buena si es consistente con ese propósito al que está enteramente subordinado”, noción que tomaron los Padres Fundadores estadounidenses, en especial Madison y Jefferson y entre los argentinos Juan Bautista Alberdi, muy especialmente en su Fragmento preliminar al estudio del derecho. Todo el problema comienza cuando se acepta lo que con razón ha criticado Mark Twain en cuanto a la invasión a la privacidad: “Nada necesita una reforma más urgente que los hábitos de otros”.

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

¿Cuánto caerá el PBI en 2020?

Por Alejandro Tagliavini. Publicado el 29/4/19 en: https://www.ambito.com/cuanto-caera-el-pbi-2020-n5028788

 

¿Cuánto caerá el PBI en 2020?

Mucho nerviosismo la semana pasada, el dólar rozando los $47 y el riesgo-país superando 1.000 pb para luego bajar. El Gobierno lo adjudicó a la “incertidumbre política”, en particular a Cristina. Pero el 18 de marzo, como recordó Mariano Fernández, cuando Macri anuncia su reelección, el riesgo-país sube de 721 a 768 y el dólar cotizaba a $40,92. Entre otros empresarios, “No creo que Cristina sea el cuco… los mercados internacionales deciden que les conviene invertir o no”, opinó Martín Cabrales.

La verdad es que el mercado -el capital- es un sistema anterior al hombre -y por ello no lo puede controlar- que actúa fríamente, sin “expectativas” y totalmente al margen de cuestiones políticas. Sí es cierto que, cuando la injerencia estatal es fuerte, el humor de los políticos puede degenerar todo y, por tanto, hay que andar adivinando qué harán para escapar, no del mercado, de los políticos.

Y hablando de cuestiones políticas, muchos ahora dicen que Macri los desilusionó, pero la verdad es que hace lo mismo desde que asumió en la CABA, 14 años atrás: aumentando el peso del Estado (impuestos, endeudamiento/tasas altas, inflación) sobre el sector productivo y por eso, no por otra cosa, la economía cae. Por cierto, decir que hubo “gradualismo” es incoherente: de haberse ido hacia una economía de mercado “gradualmente”, el país debería haber crecido lentamente.

Nervioso, el Gobierno toma medidas contraproducentes. La tasa de las Leliq subió al 73% anual intentando frenar al dólar. Luego el BCRA vendió -regalo, de nuestros bolsillos- dólares futuro para operaciones superiores a 5 M por un total de u$s200 M. Y, además, el Tesoro vendió -regaló a un máximo de $45,7432- los u$s60 M diarios, más las ventas por parte de bancos oficiales.

Con esto, quizás, logren dormir por un rato al precio del dólar, pero la devaluación del peso se debe directamente a la inflación, que no afloja, y nada tiene que ver con la oferta de dólares. Regalar billetes verdes -como regalar ganancias futuras vía altísimas tasas-, por el contrario, es inflacionario desde que absorbe demanda de pesos en tiempo real.

El BCRA, en 11 ruedas, perdió u$s5.583 M básicamente por el pago de bonos, la mitad del aporte de abril, por u$s10.835 M, del FMI. A lo que hay que sumar una “fuga de capitales” por u$s900 M. Por razones como esta, y no por “incertidumbre política” el riesgo-país sube.

Además de aumentar las tasas y fogonear la inflación, suben impuestos. Las anotaciones en el registro de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) sumaron 7,6 M de toneladas recientemente. Las agroexportadoras quieren anticiparse a un aumento de retenciones. Según rumores, el FMI pide cambiar el esquema -en $4 y $3 por dólar exportado- dejando un porcentaje fijo del 10% para todos los productos y mantener el 30% para el complejo sojero.

En el período enero/marzo la recaudación por derechos de exportación (DEX) fue de $50.500 M, suba de 476% i.a. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, el aporte del campo y la agroindustria en 2019, por DEX, por sobre lo aportado en 2018 equivale al 0,8% del PBI proyectado, “este aporte adicional equivale a cubrir… 60% del (déficit fiscal primario) que se esperaba para 2019”. No sólo es irreemplazable dado el derrumbe de la recaudación en IVA y Ganancias -por la caída del PBI-, sino que el Gobierno aumentará la presión impositiva en general, dado el modelo macrista: una auténtica bola de nieve.

El Gobierno desmintió el cambio en retenciones. “Habrá medidas, pero no van en esa dirección”, o sea, retenciones o no, los impuestos se aumentan. Hoy, ruralistas se reunirán con Etchevehere, y probablemente se medirá la reacción del campo. Por otro lado, a pesar de la fuerte caída del consumo, las fintech crecen al 110% i.a. precisamente porque hasta ahora -pronto podría no ser tan así- no les cae el Sirtrac, el nuevo mecanismo anticipado de cobro de Ingresos Brutos a las transacciones con tarjetas.

De modo que, a pesar de los pronósticos del FMI, el BM, la CEPAL, y los del REM que ya corregirán como hacen sistemáticamente y siempre tarde, el PBI en 2020 caerá con la muy probable reelección de Macri y quizás más todavía si gana la oposición. Aunque es imposible saber cuánto, es imposible saber qué tan irresponsables serán los políticos.

Para remate, los países desarrollados no vienen tan mal como se creía y, entonces, los capitales tienen más motivos para quedarse y no venir a emergentes. La economía de EE.UU. creció 3,2% en el primer trimestre de 2019, por encima del 2,5% esperado y del 2,2% registrado sobre el final del año pasado. La inflación -índice de precios del PCE-, por su parte, fue del 0,6%, debajo del 1,5% del último trimestre de 2018. Y en marzo se crearon 196.000 empleos.

Así, se disipan las preocupaciones de una recesión a corto plazo. Wall Street vuelve a moverse en máximos tras el batacazo a finales de 2018. De modo que, durante la reunión -mañana y el miércoles- de la Fed para fijar las tasas de interés, muy probablemente se reconfirme que no las subirán en 2019.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

¿QUÉ ES LA IGLESIA?

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 28/4/19 en: http://gzanotti.blogspot.com/2019/04/que-es-la-iglesia.html

 

Los no creyentes tienen de la Iglesia una visión completamente temporal. Claro, es obvio, el problema es que los creyentes de todos los siglos han dado muchas razones para ello.

La Iglesia es una realidad sobrenatural. Es el Cuerpo Místico de Cristo, su cabeza es Cristo y sus miembros son los bautizados. Lo esencial de la Iglesia es esa pertenencia a Cristo y a la Gracia de Cristo que deriva de la redención. Por ende lo esencial de la Iglesia es la Palabra de Cristo, la Tradición y el Magisterio que han difundido y defendido esa palabra, la sucesión apostólica, y los sacramentos. El Papa es un primus inter pares para confirmar en la Fe a los hermanos. Y nada más.

Absolutamente nada más.

Los horribles pecados de los bautizados, a lo largo de los siglos, han desdibujado el rostro de la Iglesia, para creyentes y no creyentes, pero el martirio y el testimonio de los santos son la permanente contrapartida de la Gracia en medio del reino de Caín.

Pero también ha desdibujado a la Iglesia un conjunto de cuestiones históricas contingentes. Los estados pontificios, por ejemplo, el estado del Vaticano, las Conferencias Episcopales y etc., son estructuras totalmente accidentales a la Iglesia, que le han hecho mal las más de las veces, y lo lamentable es que son los creyentes los que más se aferran a esas cuestiones, como si no tuvieran Fe.

Ante las permanentes diatribas, burlas e insultos de los no creyentes cuando hablan de la “Iglesia”, hay que decir que están hablando de lo que NO es la Iglesia, pero ojalá la mayoría de los “creyentes” creyeran realmente en lo que la Iglesia es.

 

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor titular, de Epistemología de la Comunicación Social en la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor de la Escuela de Post-grado de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor co-titular del seminario de epistemología en el doctorado en Administración del CEMA. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Fue profesor Titular de Metodología de las Ciencias Sociales en el Master en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE, y miembro de su departamento de investigación.

Decadencia y destino político

Por Gabriel Boragina. Publicado en: http://www.accionhumana.com/2019/04/decadencia-y-destino-politico.html

 

Cuando se observa el decadente nivel de los competidores por cargos políticos que habiendo pasado por la función pública se presentan nuevamente como «alternativa» para «solucionar» los mismos males que ellos generaron o contribuyeron a formar, uno no puede evitar reflexionar pesimistamente sobre el futuro político del país. No es que la situación sea irreversible. nunca hemos creído en irreversibilidades de ningún tipo. Pero debemos recordar -junto al decimonónico Lord Acton- que «El poder tiende a corromper» y que «el poder absoluto corrompe absolutamente». Y toda posición política equivale a una de poder, en una cuota que puede ser mayor o menor, pero que -en suma- será apreciada como cuota de poder, a la cual siempre habrá candidatos que la deseen.
La difícil pero importantísima cuestión de la idoneidad de quienes aspiran a cargos legislativos, ejecutivos o judiciales es un tema que debe ser objeto de profundo debate y meticulosa reglamentación. No se trata de abrir camino a la institución de una aristocracia, sino que se trata de elevar el paupérrimo nivel intelectual y cultural (menos que básico de nuestros políticos o pretendientes a tales) a estándares elementales, que los políticos argentinos lejos están de alcanzar, y -para peor de males- ningún esfuerzo hacen para ello ni van en esa dirección.
Y si bien el sistema político no debe tender a una aristocracia, si -por contraste- debe orientarse hacia una meritocracia, o lo más parecido a esta última. No es posible que individuos que han fracasado estrepitosamente en gestiones públicas anteriores pretendan volver a ellas -o similares- sin acreditar condiciones comprobables de capacidad y honestidad, a ocupar los mismos lugares o -peor aún- otros superiores no habiendo cosechado en el ínterin ningún mérito comprobable que lo justifique.
De la misma manera que existen exigencias de admisión y evaluaciones diversas en empleos privados, cursos y exámenes en escuelas y universidades, la carrera política debe -con mayor razón que en aquellos ámbitos- contar con un método de examen público y trasparente que acredite las virtudes suficientes como para continuar en carrera. El modo de implementar un procedimiento semejante será objeto de debate, pero la idea debe comenzar a considerarse públicamente antes que la debacle acaezca. Es una suerte de voto calificado invertido donde, en lugar de calificar al votante, se debe calificar al candidato al cargo para que pueda obtener la categoría de candidato o postulante y -a partir de allí- estar en circunstancias de competir con sus pares de otros partidos.
Pero, como nunca se puede ni se debe «poner el carro delante del caballo» tampoco es posible soslayar que la clase política es consecuencia y producto de la sociedad en cuyo seno nace. Si los estándares de la dirigencia política son bajos, es porque los de la sociedad civil de donde surge esa cúpula política también lo son y en proporción mayor aun, toda vez que los políticos no «aparecen por generación espontánea», ni son el resultado de una repentina o gradual invasión extraterrestre. Son la secuela necesaria de la sociedad de la cual emergen y buscan representar. Si el nivel educativo y cultural de esta sociedad es pobre, la representación política que brote de ella será del mismo tenor.
Planteada de este modo la cuestión, pareciera que entraríamos en un círculo vicioso, en donde -como expresa el célebre dicho- no se sabe que es lo primero «si el huevo o la gallina». Sin embargo, esto es solo aparente. La salida a este supuesto dilema creemos encontrarla en la estructuración de una conducción educativa con ideas claras y firmes, que siente las bases de un cambio cultural en materia de conductas y acciones morales y políticas elevando el nivel. Cuando hablamos de recuperar los valores que hicieron grandes a los países nos referimos enteramente a este aspecto.
En lo político-social es la transformación cultural la que determina la ulterior variación de todos los demás factores que dependen de aquella. Y esta -a su turno- estriba en los contenidos educativos que se impartan en las casas de estudios y sus derivados. Para ello, se necesita una dirigencia educativa bien capacitada, dispuesta y lista para la tarea.
Estas metamorfosis siempre comienzan con una minoría de personas que, ubicada en lugares claves y contando con la preparación necesaria para la labor, disemina las ideas entre una minoría más amplia, y de esta a otras, más y más numerosas, hasta que -con el proceso continuo- se convierten en las ideas dominantes de una mayoría. Todos los giros sociales duraderos -a grandes rasgos- han sucedido de la forma indicada y siguiendo el mismo patrón, aunque sus resultados suelen no ser visibles hasta que, finalmente, el vulgo termina atribuyéndoselos a los «actores» políticos, que no son más que los meros ejecutores de las ideas preponderantes previamente instaladas dentro de la sociedad por los intelectuales y sus seguidores, y a las cuales aquellos no han contribuido a formar -pese a que en el discurso electoral se autoasignan frecuentemente su autoría- sino que simplemente se constituyen en usufructuarios de las mismas, para su propio provecho y el de sus partidarios.
Los acontecimientos políticos de un país no son más que el reflejo de las ideas antes reinantes que campean entre la sociedad civil y política que conforma ese país en ese momento, y que no han sido aceptadas masivamente de un día para otro, sino a través de un mecanismo de mayor o menor duración, pero que nunca es breve.
Es posible que los personajes políticos cambien, que las elecciones las gane otro partido que afirme pertenecer a un signo ideológico diferente, pero a pesar de todo esto, las políticas que se ejecuten, ganen quien gane las elecciones, no podrán apartarse (sino hasta un cierto punto) del eje del debate de las ideas del instante de que se trate.
Este esquema, aplica incluso respecto de los llamados regímenes «revolucionarios» que se instalan por métodos violentos (no electorales). Para ello -no obstante- es necesario que el gobierno que los revolucionarios quieran derrocar haya ido perdiendo paulatinamente apoyo o -lo que es lo mismo- ganado indiferencia popular, de lo contrario la incipiente «revolución» en el corto, mediano o largo plazo fracasará. Al menos, la historia de las «revoluciones» políticas del mundo han demostrado estos componentes necesarios para que triunfen.
Es habitual que el ciudadano común tienda a culpar a los políticos de su suerte cuando es mala y a alabarlos cuando es buena, pero -en rigor- ese ciudadano que vota es el artífice de su propio destino político, y lo bien o lo mal que le vaya resultará -en última instancia- de como vote y a quien lo haga.
No menor, por cierto, es la responsabilidad del ciudadano que vive bajo una tiranía, ya que por muy reducida que sea su libertad y por muy grande que sea su opresión puede, no obstante, decidir si coopera con el régimen o si lo resiste con los medios que tiene a su alcance. En ningún caso puede eludir su responsabilidad final al respecto, viva en democracia o en dictadura. La calidad de sus instituciones estará en manos de sus propias decisiones y acciones públicas, las que sumadas al del resto de sus compatriotas fijará el destino de su patria y el suyo personal dentro de ella.
Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE. Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero.

La ley de góndolas es una trampa

Por Gustavo Lazzari. Publicado el 25/4/19 en: https://www.cronista.com/columnistas/La-ley-de-gondolas-es-una-trampa-20190425-0050.html?utm_medium=Social&utm_source=Twitter#Echobox=1556300089

 

La ley de góndolas es una trampa

Súbitamente se despertó la Cámara de Diputados de la Nación y comenzó el tratamiento de los proyectos de los diputados Elisa Carrió, Juan Cabandié, y los aportes de Juan Grabois y Sergio Massa sobre la llamada ‘ley de Góndolas’. En medio de una crisis inflacionaria importante, con riesgos serios de transformarse en hiperinflación, tanto el oficialismo como la oposición considera que una ley que determina «el lugar que deben ocupar las ofertas en una góndola, la participación de las pymes y los productos indígenas» es un poderoso instrumento anti inflacionario. Realmente bizarro. La ley de góndolas no es un instrumento antiinflacionario. Tampoco es un sistema de promoción de las pymes. El articulado no es otra cosa que un compendio de violaciones al derecho de propiedad basado en falacias que es necesario aclarar. La primera falacia es el concepto de «la posición dominante». Supone este argumento que una empresa importante en cuanto al volumen y al prestigio de su marca es capaz de manipular comportamientos de los consumidores y de «formar precios». Eso es falso. En un mercado privado, la apertura y la competencia elimina todo tipo de «comportamiento dominante». Dicho poder existe sólo en mercados cerrados por aranceles o prebendas gubernamentales. De hecho, la única posición dominante es el curso forzoso de la moneda. El Banco Central (BCRA) obliga a los argentinos a usar uno de los peores productos del mercado que es el peso. Sólo el BCRA «domina» a sus clientes quienes no pueden ni oponerse al uso ni buscar sustitutos. Todos los intentos de dolarización son penados bajo controles de leyes penales cambiarias y tributarias. Los «consumidores» de dinero, obligados a usar uno de mala calidad como el peso, reaccionan reduciendo su demanda, lo cual a su turno deriva en aumentos de precios. En el resto del mercado de bienes y servicios ninguna empresa (en mercados abiertos) tiene posición dominante dada la presencia de competidores reales y/o potenciales. Además, todo bien o servicio privado tiene sustitutos cercanos y lejanos.

Otra falacia es «las pymes necesitan apoyo». En rigor, no sólo las pymes sino todas las empresas necesitan que se alivien las mochilas fiscales, regulatorias y laborales no salariales. Hoy «apoyar» es dejar de fastidiar y dejar de confiscar a las empresas. Todo lo demás es verso. En las góndolas de los supermercados faltan pymes porque sobran impuestos. El 45% del precio de los alimentos son impuestos. En el caso de las bebidas dicho porcentaje llega al 51%. Las pymes no necesitan que se regule la posición de sus productos en la puntera o «en una posición equidistante entre el primero y el quinto estante» (tal como dice el dictamen unificado de los tres proyectos). Tampoco las empresas necesitan «el programa nacional de fomento» ni «el código estatal de buenas prácticas», engendros burocráticos que emanaran nuevos costos y regulaciones. Las empresas necesitan menos impuestos. Ahí está la trampa. El Gobierno y la oposición en tiempos electorales alardean » su apoyo a las pymes» a través de una ley ridícula, incumplible e inocua. La discusión de la ley de góndolas es una nueva pérdida de tiempo para esconder la discusión real de la Argentina. En las góndolas no faltan pymes, sobran impuestos.

 

Gustavo Lazzari es Licenciado en Economía, (UCA), Fue Director de Políticas Públicas de la Fundación Atlas para una Sociedad Libre, y fue investigador del Proyecto de Políticas Públicas de ESEADE entre 1991-92, y profesor de Principios de Economía de 1993 a 1998 y en 2002. Es empresario.

Reiteración de la coyuntura y ausencia del debate de ideas

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 26/4/19 en: https://www.lanacion.com.ar/opinion/columnistas/reiteracion-de-la-coyuntura-y-ausencia-del-debate-de-ideas-nid2241761

 

Casi todo se ha vuelto una eterna reiteración sobre los acontecimientos diarios, lo cual naturalmente no permite espacios para tomar distancia y pensar el futuro a los efectos, precisamente, de permitir coyunturas mejores. La permanente concentración en el día a día no da espacio para modificar el rumbo, con lo que la repetición de errores se hace inexorable.

Sin duda que la coyuntura permite estar informado, son las noticias del momento que deben trasmitirse en el contexto de una irrestricta libertad de expresión, pero la obsesión por detenerse solamente en tapar incendios bloquea la posibilidad de abrir nuevos horizontes e ir al fondo de los problemas al efecto de subsanarlos.

Ni bien alguien se atreve a explorar otros campos irrumpen personajes que denuncian “lo políticamente incorrecto” muy preocupados por quien se sale del libreto, a lo que se suelen agregar diatribas personales que no ayudan a despejar telarañas mentales.

Se vive en estados de emergencia como consecuencia de que son muy escasos los que se toman el trabajo de imaginar cosas diferentes. Es como el perro que pretende morderse la cola en círculos desesperados. Así no se zafa de una infame calesita que no cesa de machacar sobre los mismos panoramas.

Desafortunadamente cuando se recoge el guante y se anuncia un debate que contiene ideas de fondo no aparece mejor ocurrencia que proponer la manera de vender la idea. Craso error. Las ideas no se venden en el sentido de que no están sujetas a las estrategias de comercialización como cuando se vende un dentífrico o un desodorante. En estos casos y en todos los demás, cuando se pretende colocar un producto en el mercado es del todo irrelevante explicarle al cliente potencial cuales fueron los procesos de producción involucrados puesto que se consumiría malamente el tiempo en lugar de centrar la atención en los beneficios que reportaría la adquisición del bien en cuestión por parte del comprador.

Sin embargo, a menos de que se trate de un fanático que compra cualquier cosa con solo insinuársela, en el caso de las ideas es inexorable la cuidadosa explicación y argumentación en el contexto de rastrear la genealogía de la idea en cuestión para que el receptor la comprenda y la acepte. En otros términos, no se trata de una venta en la que se exhiben las ventajas del producto final sino, como queda dicho, se torna indispensable explicar el “proceso de producción” y fundamentación de la idea.

La capacidad de síntesis es muy bienvenida pero hay ideas que demandan razonamientos que insumen tiempo y que no pueden ser tratados livianamente.  Lo aparentemente expeditivo puede eventualmente hacer de apoyo logístico pero no puede reemplazarse la detenida lectura de ensayos, artículos, libros y el dictado de clases que exponen conceptos de cierto espesor, la lectura “vertical” se diferencia de la “horizontal” que según Ortega “patina sobre las letras”. No es conducente jibarizar y mutilar razonamientos, pues no solo erraremos fieramente la meta sino que terminaremos hablando como Tarzán. En la mayor parte de los debates actuales hace falta biblioteca a gritos.

Estimo que el mal de nuestro tiempo es que nos consumimos la vida en describir el momento y sugerir medidas coyunturales mientras nos devoran los agujeros negros que se profundizan porque muy pocos son los que abren discusiones que pretenden correr el eje del debate.

Y en este orden de cosas, muchos son los que no se atreven a proponer cambios radicales en la agenda, en cambio lo que genéricamente podemos denominar las izquierdas muestran mucho mayor coraje para plantarse en temas que consideran de fondo para sus propósitos. Recordemos muy especialmente la tercera escena del cuarto acto de Hamlet: “Las enfermedades que crecen desesperadamente, se resuelven a través de medidas desesperadas, o no se resuelven”. Para ilustrar esta línea argumental aludo a un graffiti en las calles del mayo francés sobre lo que es pertinente detenerse a meditar: “seamos realistas, pidamos lo imposible”.

En esta contexto es del caso apuntar a la perogrullada de que “una cosa es la teoría y otra la práctica” para significar el absurdo de que una cosa puede funcionar en teoría pero no lo puede hacer en la práctica. Si el proceso se basa en una buena teoría quiere decir que sirve a la práctica en el sentido de que “nada hay más práctico que una buena teoría”, lo contrario es andar por la vida a los tumbos dando palos de ciego. Todo lo que hoy disfrutamos sea la computadora, la medicina, la alimentación, el transporte y demás es fruto del análisis teórico imbuido de la característica de la provisonalidad, abierto a posibles refutaciones.

A esta altura de los acontecimientos que son del dominio público no es suficiente concluir que debe reducirse el gasto público, lo cual constituye una abstracción hay que decir concretamente que funciones se eliminarán y no podar para evitar el mayor vigor tal como ocurre en la jardinería.

Consigno un ejemplo telegráfico de lo que quiero significar con debates de fondo.  Me refiero a la necesidad de cuestionar y reformar el mal llamado sistema de seguridad social (que es en verdad un sistema de inseguridad antisocial). Un sistema de reparto quebrado bajo cualquier criterio actuarial con que se lo quiera mirar en todas partes del mundo en que se lo aplica y ha servido para que los aparatos estatales echen mano a los fondos para financiarse y colocar en su lugar los consabidos títulos públicos que aumentan aun más las deudas.

No se trata de pasar a un sistema de capitalización privado obligatorio sino de permitir que cada uno disponga del fruto de su trabajo, tal como era antaño antes del maldito “estado benefactor” (en verdad estado saqueador).

Se ha dicho que si el gobierno no obliga a la gente a aportar, no proveerá para su vejez lo cual contradice lo realizado por inmigrantes en distintas partes del mundo, por ejemplo, en Argentina donde nuestros ancestros invertían en terrenitos y departamentos que más adelante fueron asaltados por las leyes de alquileres y desalojos.

Este razonamiento no sigue el silogismo hasta sus últimas consecuencias puesto que cuando los pensionados cobren las jubilaciones debido a los aportes compulsivos habrá que ponerles un policía para verificar que no vayan a emborracharse al bar de la esquina, con lo que se habrá cerrado el círculo orwelliano.

Entre nosotros, mucho más adelante se intentó revertir parcialmente el problema abriendo la posibilidad de elegir sistemas privados pero obligatorios que otro gobierno decidió estatizar nuevamente en uno de los atracos más colosales de la historia argentina por cuya idea fue premiado un fulano con la vicepresidencia.

Por supuesto que esto involucra una serie de intereses creados pero todas las medidas de fondo lo hacen, el asunto es evaluar el costo-beneficio. Las medidas que van a la raíz de los problemas son difíciles pero necesarias para corregir el estado de cosas que perjudica muy especialmente a los más necesitados por la carga tributaria y el endeudamiento que se acopla al mantenimiento de estructuras inútiles.

En otros términos, tenemos que salir del atolladero de la coyuntura y plantear temas de fondo, al efecto de vislumbrar horizontes más promisorios y no estar condenados al cercenamiento de libertades.

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h