En medio de las discusiones sobre género, un trabajo sobre cómo los mercados empoderan a las mujeres

 

Por Martín Krause. Publicado el 11/1/19 en: http://bazar.ufm.edu/medio-las-discusiones-genero-trabajo-los-mercados-empoderan-las-mujeres/?fbclid=IwAR37BSBdioTHgWcIQX0L2nstzDd-B2kN67rXP8scXyH4-jL2abVsuULAgXU

 

En medio de intensos debates sobre el lugar de las mujeres en la sociedad, tal vez les resulte interesante este trabajo de Chelsea Follett titulado “How Markets Empower Women: Innovation and Market Participation Transform Women’s Lives for the Better”. Tiene muy interesantes cuadros y datos:

Aquí la traducción del resumen:

En los últimos 200 años, el progreso económico ha ayudado a lograr mejores niveles de vida y la extensión de la dignidad individual a las mujeres en el mundo desarrollado. Hoy en día, la misma historia de empoderamiento impulsado por el mercado se repite en los países en desarrollo.

Los mercados competitivos empoderan a las mujeres en al menos dos formas interrelacionadas. Primero, las innovaciones tecnológicas y científicas impulsadas por el mercado benefician desproporcionadamente a las mujeres. Los dispositivos domésticos que ahorran tiempo, por ejemplo, ayudan a las mujeres en particular porque normalmente realizan la mayoría de las tareas domésticas. Los avances en el cuidado de la salud reducen las tasas de mortalidad materna e infantil, lo que permite tamaños familiares más pequeños y la expansión de las opciones de vida de las mujeres. En segundo lugar, la participación en el mercado laboral ofrece a las mujeres independencia económica y un mayor poder de negociación en la sociedad. El trabajo de fábrica, a pesar de su mala reputación, ha demostrado ser particularmente importante en ese sentido.

De esta manera, los mercados elevan el nivel de vida material de las mujeres y fomentan el cambio cultural. Los mercados promueven el empoderamiento individual, reduciendo el sexismo y otras formas de prejuicio colectivo.

El empoderamiento de las mujeres en muchos países en desarrollo se encuentra en sus primeras fases, pero las políticas correctas pueden poner a las mujeres en todas partes en un camino hacia la misma prosperidad y libertad que disfrutan las mujeres en los países avanzados de hoy.

El trabajo completo está en https://www.cato.org/publications/policy-analysis/how-markets-empower-women-innovation-market-participation-transform

 

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

El Gobierno intenta aguantar hasta la cosecha, pero hay que ver si podrá

Por Mariana Leiva: Publicado el 27/3/19 en https://www.ambito.com/cachanosky-el-gobierno-intenta-aguantar-la-cosecha-pero-hay-que-ver-si-podra-n5023148

 

Cachanosky: El Gobierno intenta aguantar hasta la cosecha, pero hay que ver si podrá

El economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, Iván Cachanosky, destacó en diálogo con ámbito.com que el problema del tipo de cambio “se genera por factores internos y externos asociados a las debilidades de la Argentina en relación a la macroeconomía”.

Destacó que en relación a los condicionamientos locales “el país aún no resolvió sus problemas estructurales por eso sufre más que cualquier otro países cuando se producen movimientos en los mercados internacionales (en esta rueda, se produjeron a raíz de la noticia de la desaceleración de la economía europea)”.

El economista puntualizó que la suba de este miércoles (el dólar se dispara un 2,8% a $ 44,92) se produce en sintonía con la devaluación de las monedas de países emergentes, como Brasil, Turquía y México.

“Argentina acompaña esa corriente pero en nuestro país el impacto suele ser mayor y el traspaso a precios suele ser mayor. Ésa es nuestra tragedia, y se debe a que no se resuelven problemas estructurales”, agregó.

Para Cachanosky, los inversores están optando por la “dolarización de carteras, es decir, los pesos sobrantes se están yendo a la moneda norteamericana, sobre todo porque la expectativa es que la devaluación puede ganarle en cualquier momento a los plazos fijos”.

El analista concluyó que “al gobierno está tratando de soportar esta situación hasta que lleguen los dólares de la cosecha gruesa (que se inicia en abril) pero está por verse si logra ese objetivo”.

Recordemos, dijo, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pide un tipo de cambio libre. “Por eso, las bandas son extensas y el Gobierno nacional no puede participar porque está en la zona de no intervención (mínimo de $ 39,289 y máximo $ 50,844)”, destacó.

 

Iván Cachanosky es profesor de ESEADE.

 

 

EMILIO J. HARDOY, UN GRAN PERIODISTA

Por Alberto Benegas Lynch (h)

Para tener presente puntos de referencia ejemplares, conviene tener presente a hombres cuyas conductas han sido muestras de integridad y coraje moral. Este es el caso del magistral periodista argentino Emilio Hardoy (1911-1996) de la antigua La Prensa de Alberto Gainza Paz en Buenos Aires. Hardoy, una personalidad jovial provista de un gran sentido del humor y de una coherencia inclaudicable con sus ideas que siempre sostuvieron las bases de una sociedad abierta.

De entrada es pertinente citarlo en sus memorias No he vivido en vano las cuales ilustran el fondo de su filosofía: “Ante todo declaro que el poder es, en si mismo, maldito. ¿Por qué un hombre revestido de un inmenso poder puede imponer a otro su voluntad? […] ¿Por qué un hombre puede mandarme a mí que soy también un hombre libre por la voluntad de Dios? ¿Por qué un hombre provisto de autoridad, boato, riqueza, privilegios y honores puede obligarnos? Únicamente los vicios y debilidades de la naturaleza humana permiten esbozar una justificación moralmente insuficiente, pues su fundamento sería en todo caso la conveniencia y no la virtud”.

Hardoy se desempeñó como editorialista en aquél gran diario de entonces y que sucedió a otro extraordinario periodista: Alfonso Laferrere. En 2008 Gastón Pérez Izquierdo y Alberto Allende Iriarte me convocaron para escribir en homenaje a Hardoy en un libro en el que también escribieron Gregorio Badeni, Carlos Ortiz de Rozas, Natalio Botana y Rosendo Fraga, obra titulada Hardoy: la lucha por la libertad patrocinada por la Fundación Hardoy, aparecida gracias a la generosidad de Carlos Pedro Blaquier.

 

En esta ocasión reitero lo que escribí en esa oportuidad al comentar algunos de los editoriales de Hardoy que aludían a la economía. Por razones de espacio, no puedo reproducir todo ese texto pero incorporo apenas una parte reducida al efecto de rendir nuevo homenaje al insigne periodista y hombre público que difundió sus valores y principios en su incursión en la política y como ensayista.

 

Procedo entonces en consecuencia, a continuación transcribo lo dicho al comentar editoriales de  La Prensa  de antaño, a los que encabezo con el título del mismo. En el libro de referencia comenté extensamente diez editoriales, en este caso, dado que ahora se trata de una nota periodística, reproduzco solo uno y una parte reducida del segundo, ambos con una vigencia preocupante.

 

“El presupuesto para 1978”. En este editorial se destaca la relevancia de la ley de presupuesto como “ley de las leyes” en el sistema republicano de gobierno y formula certeras críticas a declaraciones de funcionarios del momento. La asignación de partidas y el modo de obtener los recursos correspondientes definen la política. A través del presupuesto se  constata la participación del Estado en la renta nacional, la presión tributaria, la evolución monetaria, el endeudamiento, el equilibrio (o desequilibrio) de las cuentas fiscales y las prioridades de la gestión gubernamental. En el contexto de la división horizontal de poderes, estas delicadas e importantes funciones están asignadas  al Poder Legislativo. En modo alguno resulta aceptable que el Ejecutivo se arrogue aquellas facultades o que el Congreso abdique de tales responsabilidades y las delegue al Presidente y sus colaboradores, puesto que éste comportamiento significaría la suma del poder público que se da de bruces con los principios mas elementales del sistema republicano. Lamentablemente esto es lo que en mayor o menor medida viene sucediendo en nuestro país en regímenes militares y bajo la fachada de la democracia que, procediendo de esta manera, se convierte en la antítesis de esta forma de gobierno ya que presupone también la división de poderes al efecto de contribuir a que se asegure y garantice el derecho de los gobernados.

 

En este mismo editorial se alude a la necesidad “de privatizar las empresas estatales, factor fundamental del desequilibrio que soportamos”. Resulta de interés detenernos en este punto. La razón central de la imperiosa necesidad de deshacerse de los activos en manos estatales para propósitos comerciales, estriba en el despilfarro de capital que significan las llamadas empresas estatales. Dado que los recursos son escasos y las necesidades son ilimitadas, resulta de gran trascendencia aprovechar los factores productivos disponibles. Si la gente con sus compras y abstenciones de comprar asigna recursos en ciertas proporciones es porque eso es lo que estima es acorde con sus preferencias. Cuando el aparato estatal constituye una empresa, lo hace necesariamente con recursos provenientes del contribuyente con lo que inexorablemente disminuye en forma coactiva la previamente mencionada asignación de factores productivos. En otros términos, si la gente decidió establecer los sectores a,b,c,d y e, ahora que se establece la empresa estatal f, habrá que detraer recursos de los antedichas áreas para reasignarlos a este último sector. A los efectos didácticos, supongamos que se eliminó e  para contar con f. Por tanto, en nuestro ejemplo, el cambio de e por f significa una reducción en el nivel de vida de la población que prefería e en lugar de f. En resumen, el problema de la empresa estatal comienza en el momento mismo de su parición, independientemente de que ocurra después. Si la empresa en cuestión es además deficitaria, monopólica y presta malos servicios, estos fenómenos serán agravantes pero el problema central radica en el desvío de recursos.

 

En otro orden de cosas, no cabe argüir que se salvan los antes aludidos agravantes si la empresa estatal  arrojara superávit, si se desenvuelve en “competencia” o si ofrece “buenos” servicios. En primer lugar, el superávit se politiza ya que al no operar en el mercado no se sabe si las tarifas están demasiado altas o demasiado bajas. En segundo término, no resulta posible jugar a la competencia. No se trata de un simulacro. O se opera con todos los rigores que implica la competencia o se opera en el sector político recurriendo a los resortes que brinda esa estructura. Para competir, hay que hacer eso, léase: competir. Por último, carece de sentido hacer referencia a los “buenos” servicios de una empresa estatal puesto que deben compararse con lo que se hubiera realizado con los recursos de no haber mediado la imposición fiscal que no permitió que se asignen del modo que la gente hubiera preferido de no haber mediado la intromisión estatal.

 

Tampoco tiene sentido reiterar el lugar común de que, a diferencia de las empresas privadas, la empresa estatal puede instalarse allí donde las operaciones no resultan rentables. Las consecuentes pérdidas son absorbidas por la comunidad, muy especialmente por los que menos tienen ya que verán disminuidos sus salarios en términos reales debido a que las inversiones productivas no se realizan, precisamente como consecuencia de los gravámenes adicionales para financiar un proyecto antieconómico, con lo cual se expanden las zonas de pobreza.

 

En verdad, hoy día no es pertinente poner especial énfasis en las empresas estatales propiamente dichas, puesto que la técnica moderna de manipulación hace que los gobiernos simplemente expropien el flujo de fondos directamente o indirectamente a través de un enjambre de regulaciones, convirtiendo de facto a la empresa privada en estatal con los mismos resultados y las mismas consecuencias señaladas. Tristes han sido en verdad los casos en que se han “privatizado” empresas estatales transfiriendo monopolios del sector público al sector privado rodeados de todo tipo de corrupciones y corruptelas de naturaleza diversa, con lo que los servicios han resultado naturalmente deficientes al no estar expuestos a la competencia.

 

“La situación económica mundial”. En esta columna Hardoy afirma que “El rápido crecimiento de las deudas internacionales, que afecta a algunas de las naciones mas ricas y también de las mas pobres de la Tierra, se está convirtiendo en un insoslayable problema político además de financiero”. Sabia advertencia. En los días que corren, las deudas estatales se han convertido en una dolorosa espina que tiene en jaque a mas de un gobierno, lo cual siempre significa que tiene en jaque a los integrantes de la comunidad que indefectiblemente deben hacerse cargo del endeudamiento con el fruto del trabajo de cada uno de sus integrantes. Y no solo eso, sino que se compromete el patrimonio de futuras generaciones que ni siquiera han participado en el proceso electoral para elegir al gobernante que contrajo la deuda. Por esto es que ese ha dicho acertadamente que la deuda pública no resulta compatible con la democracia. En esta misma línea argumental, se ha propuesto que constitucionalmente se excluya el endeudamiento estatal como método de obtener fondos, limitando los canales a la tributación, es decir, a los bienes presentes sin contar con la posibilidad de endosar coactivamente el problema sobre las espaldas de futuras generaciones.

 

Pero el asunto no se limita a este aspecto sino que se extiende a organismos internacionales que se financian con recursos coactivamente detraídos a través de impuestos. Muchos de estos organismos prestan a gobiernos a todas luces insolventes o hacen de paraguas protector para que la banca privada efectúe préstamos a países a los que nunca hubieran otorgado préstamos si no fuera por la mencionada garantía. Este es el caso de los llamados “países del tercer mundo” o “subdesarrollados”. Esta categoría de países aparece debido a las políticas desacertadas de sus gobernantes. Controles de cambios, manipulaciones del sector externo, precios máximos y mínimos, empresas estatales, reformas agrarias, constituciones que mas se parecen a una lista de aspiración de deseos que a las debidas limitaciones del poder, re-distribución de ingresos por métodos políticos que contradicen lo expresado por la gente en los mercados, corrupciones galopantes, inexistencia de organismos de contralor y división de poderes, aumentos astronómicos del gasto público, déficit fiscal y, por supuesto, elevados índices de endeudamiento. Todo esto hace que se fuguen los mejores cerebros y cantidades colosales de recursos que buscan horizontes mas seguros. En medio de este desorden y estas estampidas aparecen burócratas ofreciendo carradas de dólares con lo que se estimula a continuar con las políticas desatinadas, que a su vez prolongan e intensifican el problema. Como han señalado, entre otros, Anna Schwartz – coautora de una de las más completas historias monetarias de los Estados Unidos – y Peter Bauer – profesor en la London School of Economics hasta que murió- la receta para estos casos debería consistir en cortarles completamente el crédito de gobierno a gobierno. Supongamos que ello ocurra, los gobiernos receptores y responsables de tanta catástrofe estarían frente a dos posibilidades. O bien reforman sus marcos institucionales, convirtiéndose en un país civilizado con lo que repatriarán su gente y los capitales y recibirían préstamos privados sobre bases serias, o de lo contrario, si deciden continuar con las medidas desatinadas, deberán buscar préstamos en lugares como La Habana (si es que allí encuentran fondos), pero no en Washington.

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

JEANINE PIRRO: FOX NEWS SE EQUIVOCÓ.

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 20/3/19 en:  http://gzanotti.blogspot.com/2019/03/jeanine-pirro-fox-news-se-equivoco.html

 

El programa de los Sábados a la noche de Jeanine Pirro fue sacado del aire por Fox News, cadena que además desautorizó a su gran comentarista tomando una absoluta distancia de sus dichos. (https://www.facebook.com/watch/?v=323288078371241 ).

¿Qué fue lo que dijo JP? Criticó severamente a Ilham Omar. Contexto: I. Omar es una joven y nueva diputada por el partido demócrata que ha estado criticando severamente a Israel y a la política de EEUU con respecto a Israel (muchos argentinos van a estar muy de acuerdo con Omar). JP comenta en su programa que esa no es la posición del partido demócrata, posición de la cual sus representantes más moderados (quedan muy pocos) han intentado desprenderse aunque sin saber bien cómo. Entonces JP opina por qué Omar tiene esa posición. Y dice: “…Omar wears a hijab, which according to the Quran 33:59, tells women to cover so they won’t get molested. Is her adherence to this Islamic doctrine indicative of her adherence to Sharia law, which in itself is antithetical to the United States Constitution?»

Eso bastó para que sea un escándalo nacional, para ser acusada por casi todos de islamofóbica, racista, contraria a la libertad religiosa, y para que Fox News, nada menos que Fox News, la sacara del aire (situación que no parece reversible hasta ahora).

Puedo equivocarme, pero no creo que sea esa la posición de fondo de JP. Su preocupación es que su posición política derive de una posible adhesión a la Sharia, que sería contraria a la Constitución de los EEUU.

Vamos por pasos. Suponer que Omar adhiere a la Sharia es una hipótesis. No es un insulto y menos aún es una sugerencia de que no se puede ser islámico y estadounidense,  pero sí una advertencia de que no se puede adherir a la Constitución de los EEUU si se adhiere a una determina interpretación de la Sharia como sistema cultural, que fue la concepción del Ayatollah Khomeini en Irán, que aún rige en ese país.

Esa sugerencia no es ningún disparate. Adherir a esa concepción del mundo es estar totalmente en contra de las libertades individuales proclamadas y protegidas por la Constitución, el Bill of Rights y la Declaración de la Independencia.

Como hemos dicho ya en nuestra entrada Pacto político e inmigración, (http://www.libertadyprogresonline.org/2018/11/29/pacto-politico-e-inmigracion/) el problema de algunos inmigrantes actuales no es que sean inmigrantes, sino que pretenden ejercer en suelo Occidental una concepción totalitaria de la vida política, con lo cual quiebran el pacto político del país que los recibe.

ESA es la preocupación de JP. Puede estar equivocada, puede ser que Omar sea totalmente partidaria de la Constitución a la cual dice servir y que el tiempo lo demuestre. Por ahora JP manifiesta su preocupación al respecto.

¿Y no tiene derecho a hacerlo? ¿No puede opinar al respecto? Y no hablo de la libertad de expresión in abstracto. Por supuesto que JP puede opinar cualquier disparate y Fox News tiene todo el derecho a echarla. Lo que estamos diciendo es que no es ningún disparate preguntarse, al menos, a qué interpretación de la Sharia responde Omar, pues una de ellas, efectivamente, es incompatible con la Constitución de los EEUU.

Eso lo tiene que responder Omar. Como ya dije en mi entrada Carta abierta a los islámicos liberales, (http://institutoacton.org/2015/01/12/carta-abierta-a-los-islamicos-liberales/) ellos mismos tienen que responder esas cuestiones. Si el Islam como religión conduce a Khomeini, yo no lo sé, ellos tendrían que aclarar que NO, así como yo me he pasado la vida explicando que el Catolicismo es totalmente compatible con una sociedad libre.

Preocuparse por la interpretación totalitaria de la Sharia no es ser islamofóbico, es, sencillamente, ser liberal (clásico). Es como si mañana aterrizara un marciano en mi casa y me dijera: mire, yo voy a ejercer en su casa la ley Marte XL5, que me obliga a matarlo a usted, a violar a su hija y a esclavizar a su esposa. Si yo me preocupo por eso no soy marcianofóbico, soy sencillamente liberal (clásico) y defensor de los derechos individuales de mi esposa, de mi hija y de los míos, por la justa fuerza si es necesario.

Haber sacado del aire a Jeanine Pirro es una total injusticia, producto de una inesperada adhesión de la gerencia de Fox News a la dictadura de lo políticamente correcto.

 

Gabriel J. Zanotti es Profesor y Licenciado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA). Es Profesor titular, de Epistemología de la Comunicación Social en la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor de la Escuela de Post-grado de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral. Profesor co-titular del seminario de epistemología en el doctorado en Administración del CEMA. Director Académico del Instituto Acton Argentina. Profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Fue profesor Titular de Metodología de las Ciencias Sociales en el Master en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE, y miembro de su departamento de investigación.

La Escuela Austríaca de Economía (2° parte)

Por Gabriel Boragina. Publicado en: http://www.accionhumana.com/2019/03/la-escuela-austriaca-de-economia.html

 

«Muchas de las ideas de los principales economistas austriacos de mediados del siglo XX, tales como Ludwig von Mises y F.A. Hayek están fundadas en las ideas de economistas clásicos tales como Adam Smith y David Hume, o en las de algunas figuras de principios del siglo XX como Knut Wicksell, además de Menger, Böhm-Bawerk y Friedrich von Wieser.»[1]

Confluyen en las vertientes de la Escuela la de los autores clásicos de los cuales aquí solo se dan algunos pocos nombres. Habría que agregar a Edmund Burke, Adam Ferguson, John Locke, Herbert Spencer y varios otros más que, desde posturas más o menos afines, confluyeron en un núcleo de ideas que daría punto inicial a la Escuela Austríaca de Economía. No obstante, se pueden encontrar algunos denominadores comunes en la diversidad de los nombres citados. Y esos puntos coincidentes son la coincidencia de todos ellos en la necesidad de la libertad y la propiedad privada como basamentos de toda economía sin las cuales ninguna economía podría llegar a merecer ese nombre. De todos ellos, Ludwig von Mises es quizás el más enfático a este último respecto.

«Esta diversidad de tradiciones intelectuales en la ciencia económica es todavía más evidente entre los economistas de la Escuela Austriaca en la actualidad, quienes han recibido la influencia de algunas de las figuras más relevantes de la economía contemporánea. Estos incluyen a Armen Alchian, James Buchanan, Ronald Coase, Harold Demsetz, Axel Leijonhufvud, Douglass North, Mancur Olson, Vernon Smith, Gordon Tullock, Leland Yeager y Oliver Williamson, además de Israel Kirzner y Murray Rothbard. Mientras que algunos pueden afirmar que una única Escuela Austriaca de economía opera dentro de la profesión económica en la actualidad, también se podría argumentar con cierta sensatez que el rótulo “austriaco” ya no posee ningún significado sustantivo.»[2]

Ciertamente el rótulo «austríaco» ha perdido todo su significado como para designar con precisión los postulados de la escuela, pero resulta ser que ha alcanzado su arraigo a través de una tradición que se mantiene en nuestros días y resulta bastante difícil de erradicar. Maxime si se tiene en cuenta -como bien dice el párrafo – la multiplicidad de aportes que han realizado a la escuela intelectuales que -en principio- son ajenos a la misma o empezaron siéndolo y finalmente terminaron adhiriéndose a sus proposiciones. Algunos autores, como el profesor Alberto Mansueti, han preferido -con acierto a nuestro juicio- utilizar las palabras «escuela austriana» y referirse a sus miembros como «austrianos». De todas maneras, más que de las etiquetas, nos interesa ocuparnos de los contenidos, y en este sentido las contribuciones de todos los mencionados (faltan muchos nombres más, por cierto) son de una importancia y relevancia fundamental.

Veamos seguidamente algunas de las propuestas más relevantes de nuestra escuela:

«Proposición 1: Sólo los individuos eligen.  El hombre, con sus propósitos y planes, es el principio de todo análisis económico. Sólo los individuos eligen; las entidades colectivas no hacen elecciones. La tarea principal del análisis económico es hacer inteligible el fenómeno económico, apoyándolo en los propósitos y planes de los individuos. La tarea secundaria de la economía consiste en indagar las consecuencias no intentadas o no previstas que pueden surgir como consecuencia de las elecciones individuales.»[3]

Toda acción es individual y toda acción es fruto de una decisión, mucho o poco meditada, pero, siempre deliberada que es lo que va a desembocar en una acción, la cual -por definición- solo puede ser individual y humana. No hay actos no deliberados ni automáticos en el campo de la acción humana. Aun las conductas más impulsivas han sido fruto de un cierto grado de deliberación sobre la misma. De tal suerte que, no cabe sino metafóricamente hablar de acciones «colectivas» lo cual no es más que una impropiedad, tal como cuando de ordinario se alude a «decisiones» de países, naciones, gobiernos, sociedades, grupos, etc.». Sólo pueden concebirse estas últimas expresiones en un sentido puramente figurado, pero nunca literal. La acción siempre es humana y siempre es individual, no colectiva.

«Proposición 2: El estudio del orden del mercado versa fundamentalmente sobre el comportamiento de intercambio y las instituciones dentro de las cuales tiene lugar el intercambio. El sistema de precios y la economía de mercado se entienden mejor bajo el término “catalaxia”, y la ciencia que estudia el orden de mercado cae bajo el dominio de la “cataláctica”. Estos términos se derivan de la palabra griega katalaxia –que significaba la acción de intercambiar y convertir a un extraño en amigo, como consecuencia del intercambio. La cataláctica centra el análisis en las relaciones de intercambio que surgen en el mercado, la negociación que caracteriza el proceso de intercambio, y el contexto institucional en el que estos intercambios tienen lugar.»[4]

En un campo más amplio aún, toda relación social implica acciones de intercambio de todo tipo, pero esos intercambios (que pueden ser, incluso, de ejemplo, afectivo o familiares) adquieren interés para la cataláctica cuando se realizan por un precio, entendido como síntesis del entrecruzamiento de valores dispares que son, en suma, los que motivan a los agentes económicos a intercambiar. Es cuando alcanza sentido entonces esta última locución «agentes económicos». Para que exista cataláctica, entonces, han de haber relaciones de intercambio dentro de un proceso que se denomina de mercado. Los elementos de este proceso se distinguen como de oferta y demanda. Friedrich A. von Hayek ha caracterizado el sistema de precios como un tablero de señales que ofician de guía pare indicar -tanto a compradores como a vendedores- dónde existen escaseces relativas que son -en definitiva- los renglones a los cuales se orientarán los recursos, dando lugar a un mecanismo más: el de inversión.

Sin precios, sin propiedad privada y sin moneda, sencillamente, no hay mercado, y sin mercado no hay economía. Por eso, se dice que constituyen tres pilares fundamentales para la existencia de un verdadero sistema económico.

[1] Peter J. Boettke. *Hacia una Robusta Antropología de la Economía**La Economía Austriaca en 10 Principios* Instituto Acton Argentina. Trad: Mario Šilar

[2] Peter J. Boettke , Ibidem.

[3]Peter J. Boettke, Ibidem.

[4] Peter J. Boettke, Ibidem.

 

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE. Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero.

La violencia solo se soluciona con más paz

Por Alejandro Tagliavini. Publicado en: https://alejandrotagliavini.com/2019/03/20/la-violencia-solo-se-soluciona-con-mas-paz/

 

Por tomar un ejemplo, cito a Jorge Galindo que escribió que “si el Estado no tiene el monopolio de la violencia, alguien lo tendrá…”, y sería el caos. Quizás, pero no olvidemos que la violencia induce, por el principio de acción y reacción, más violencia.

O, como decía el filósofo Franz Oppenheimer, “El Estado… es una institución forzada por un grupo victorioso sobre un grupo derrotado, con el propósito de regular… la explotación económica de los vencidos”.

Es decir, sea o no inevitable el Estado -el monopolio de la violencia- debemos tener claro que la paz se conseguirá en la medida en que disminuyamos la violencia y no -incoherentemente- aumentándola, reprimiendo más.

Los países con menos libertad -ver el índice que elabora The Heritage Foundation-, los más reprimidos por los Estados, son los más violentos. Países como Japón o Suiza, que gozan de mayor libertad, tienen bajos índices de delitos.

Por el contrario, Latinoamérica -donde los países tienen poca libertad- es la región con mayores índices de violencia urbana. Según el Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia Penal de México en 2018 solo tres ciudades sudafricanas, cuatro estadounidenses y la capital de Jamaica entran en el top dominado por Venezuela (6), Brasil (14), y, sobre todo, México (15) donde están cinco de las seis primeras.

De modo que no es con “la consolidación estatal, que permitiría reducir la violencia urbana… a volúmenes manejables” como dice Galindo sino al revés, que el Estado deje en libertad a sus ciudadanos.

“Las economías ilegales en general, y el narcotráfico en particular, constituyen el principal motor” de los delitos, continúa Galindo. Precisamente, por ello Portugal es uno de los países que ha conseguido bajar rápida y sustancialmente el nivel del crimen, porque legalizó las drogas -aunque sean muy dañinas- desarmando estas “economías ilegales”.

Por cierto, la guerra contra las drogas, como toda violencia, suele utilizarse arbitrariamente. Por caso, el presidente Duterte decidió que Filipnas abandone la Corte Penal Internacional porque no quiere que investigue su lucha contra el narco que avanza a un ritmo de mil muertos al mes.

El Estado tiene que disminuir toda imposición coactiva incluyendo leyes laborales, como la de salario mínimo que provoca desocupación ya que los empresarios no pueden contratar a los que ganarían menos. Y debe bajar impuestos, porque son la principal fuente de pobreza ya que los ricos los derivan subiendo precios o bajando salarios. Y los desocupados y pobres son caldo de cultivo para el delito.

Pero, además, en estas leyes coactivas nace la corrupción ya que los prohibidos de ciertas acciones se sienten inclinados a sobornar a los funcionarios que deciden la aplicación de las normas.

México batió sus propios récords de homicidios en 2017 y 2018, superando a Brasil y Colombia. “Hay dos grandes factores”, dice Santiago Rodríguez. La guerra contra las drogas y la búsqueda de nuevos mercados ilegales, como el robo de combustible de la corrupta empresa estatal Pemex que tiene el monopolio garantizado por la coacción estatal que prohíbe competencia.

Además, los Gobiernos deben evitar los malos ejemplos. El príncipe heredero de Arabia Saudita es recibido con “honores” por muchos mandatarios cuando según la CIA es el instigador del homicidio de Khashoggi.

 

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Ex Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

Un proyecto que desconoce la privacidad

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 11/3/19 en: https://www.cronista.com/columnistas/Un-proyecto-que-desconoce-la-privacidad-20190310-0027.html

 

Con mucha razón ha consignado Milan Kundera que “la persona que pierde su intimidad lo pierde todo”. Hoy observamos que la utilización de los formidables medios de comunicación se utilizan muchas veces para aniquilar a la persona.

Así se observa que algunos consideran que no han hecho nada si no exhiben lo vivido en las redes sociales, son seres vacíos en el sentido apuntado por T. S. Eliot en el libro que lleva por título Los hombres huecos. Son más bien simples megáfonos de la moda.

De más está decir que esto no es para cargar contra los medios de comunicación, del mismo modo que no  es para cargar contra el martillo si en lugar de clavar un clavo se lo utiliza para romperle la nuca al vecino.

En la era digital y a pesar de sus extraordinarias contribuciones adelantadas entre otros por Nicholas Negroponte desde MIT en Being Digital, ahora Facebook, la muy popular red social, se encuentra en un serio entredicho por la filtración de datos privados y por posibilitar la aparente falsificación de identidades, lo cual presenta un problema de seguridad para sus millones de usuarios.

Según el diccionario etimológico “privado” proviene del latín privatus que significa en primer término “personal, particular, no público”.

El ser humano consolida su personalidad en la medida en que desarrolla sus potencialidades y la abandona en la medida en que se funde y confunde en los otros, esto es, se despersonaliza. La dignidad de la persona deriva de su libre albedrío, es decir, de su autonomía para regir su destino. Es la base del derecho.

Hoy existe un extremadamente peligroso proyecto del actual gobierno para extender el registro de ADN a todos los habitantes, lo cual vulnera la privacidad al exponer vínculos biológicos, enfermedades, herencias y otras características personales.

La huella dactilar nos dice quien es una persona, mientras que el ADN informa como es. La Declaración Internacional sobre Datos Genéticos Humanos de la Unesco de 2003, a la cual la Argentina adhiere en su carácter de país signatario, protege los datos genéticos.

La primera vez que el tema de la privacidad se trató, fue en 1890 en un ensayo publicado por Samuel D. Warren y Luis Brandeis en la Harvard Law Review titulado “El derecho a la intimidad”. Tal vez la obra que más ha tenido repercusión en los tiempos modernos sobre la materia es La sociedad desnuda de Vance Packard.

Si bien los intrusos pueden provenir de agentes privados (los cuales deben ser debidamente procesados y penados) hoy debe estarse especialmente alerta a los entrometimientos estatales -inauditos atropellos legales- a través de los llamados servicios de inteligencia, las preguntas insolentes de formularios impositivos, la paranoica pretensión de afectar el secreto de las fuentes de información periodística, los procedimientos de espionaje y toda la vasta red impuesta por la política del gran hermano orwelliano como burda falsificación de un andamiaje teóricamente establecido para preservar los derechos de los gobernados.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h

Argelia, un país paralizado políticamente

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 14/3/19 en: https://www.lanacion.com.ar/opinion/argelia-pais-paralizado-politicamente-nid2228477

 

El próximo 18 de abril Argelia debió haber tenido elecciones presidenciales. Por quinta vez sucesiva y consecutiva, Abdelaziz Bouteflika había anunciado que sería nuevamente candidato a la presidencia que hoy ejerce. A los 82 años de edad y con su salud visiblemente debilitada, Bouteflika se desplaza en silla de ruedas como consecuencia de un accidente vascular cerebral serio, que ocurriera en el 2013 y lo dejara visiblemente disminuido.

Casi ni aparece en público, a lo que suma no hacer prácticamente ninguna declaración a los medios. No presentó, por años, propuestas políticas nuevas. Representa esencialmente al corto pasado independiente de una nación rica en hidrocarburos, que todavía es ciertamente joven.

En rigor, Bouteflika ha pretendido encarnar al poder argelino en su conjunto, dentro de un sistema político opaco. Quienes lo rodean y utilizan son aquellos que -desde el sector público y la actividad privada- controlan efectivamente la renta petrolera del país y viven de ella y en su derredor.

La imagen que Bouteflika transmite a sus 40 millones de compatriotas es demasiado endeble y se sostiene con una «legitimidad» histórica que aún se nutre esencialmente en lo actuado en la guerra por la independencia contra Francia, la ex metrópoli, lo que luce como una epopeya lejana.

El esquema de poder político actual no sólo procura evitar la violencia, sino hacer imposible que Argelia de pronto caiga en manos de los fundamentalistas islámicos. Estos últimos ya no constituyen una amenaza inminente y grave para Argelia. Se trata de grupos hoy bastante menores, a los que se tiene por «residuales». Su presencia política tiene poco que ver con la violencia islámica de la década de los 90.

Por todo esto, los observadores políticos del país del norte de África coinciden en que la presencia de Bouteflika ha sido poco más que una suerte de «seguro contra el caos». Un factor de estabilidad, en última instancia. Pero no mucho más.

Quienes políticamente se agrupan en torno a Bouteflika no tienen -tampoco ellos- propuestas nuevas importantes que los aglutinen. Por todo esto, el escenario político está bastante abierto y pocas figuras en la oposición tienen credibilidad a nivel nacional. También por ello el islamismo es -pese a todo- un peligro, aunque en estado latente.

Argelia es un país joven, pese a lo cual la dirigencia política está curiosamente en manos de líderes relativamente mayores. El manto de inmovilismo prevaleciente en materia política restringe el camino a la juventud y reduce la capacidad de los más jóvenes de poder influir en la determinación del rumbo de la sociedad.

En síntesis, Argelia es un país que parece haber flotado políticamente desde hace por lo menos dos décadas. Sin animarse demasiado a cambiar. Ni sentir la urgencia de hacerlo. Sin debates saludables que sacudan, al menos, la opacidad de la política. Como si estuviera condenada a vegetar en un mismo ambiente. Sin demasiado dinamismo, ni ambición cierta de cambios profundos.

Pero el viento -ante las manifestaciones de protesta masivas- parece haber cambiado. Además de las protestas masivas, nada menos que mil abogados del país norafricano -con sus tradicionales capas negras sobre sus hombros- acaban de manifestar su preocupación al unísono ante la sede del propio Consejo Constitucional de su país.

Mientras tanto, 21 candidaturas presidenciales han sido presentadas, incluyendo la de Bouteflika. Pero es la de este último en particular la que genera la fuerte reacción en su contra. Mientras todo esto sucede, el envejecido Bouteflika estaba en Ginebra, sometido a controles médicos a los que eufemísticamente se denominan «exámenes periódicos».

La aparente estabilidad de Argelia ahora se ha conmovido. La gente está exigiendo ser escuchada y poder participar efectivamente en las decisiones que tienen que ver con el futuro inmediato de un país que, a lo largo de las dos últimas décadas, parece haber estado en manos de una elite política, acompañada en su aventura por los grupos económicos más fuertes del país que se benefician de los subsidios, beneficios tributarios y créditos blandos que las autoridades ponen a su disposición. En un ámbito en el que el fenómeno del «clientelismo» necesariamente crece y la corrupción anida en algunos rincones. La economía está signada por el estatismo, pero hay empresas privadas de alguna dimensión interesante que trabajan en distintos sectores de la economía argelina.

La posición de Bouteflika no ayuda, puesto que pretendió explicar su insistencia en volver a ser candidato presidencial en la necesidad de «organizar unas segundas elecciones presidenciales», de modo que quienes detentaron el poder en Argelia en las últimas dos décadas mantengan por un rato -directa o indirectamente- el control de un país que hoy parece estar despertando políticamente y en el umbral de cambios trascendentes.

Las manifestaciones callejeras generalizadas que explotaron durante dos semanas continuas, culminaron con el anuncio del propio Bouteflika, el lunes pasado, en el sentido de que no procurará un quinto mandato. No habrá entonces elecciones el próximo 18 de abril, las que han quedado postergadas, sin fecha. No obstante, Bouteflika ha dado a entender que pretende continuar en la presidencia luego de la expiración de su actual mandato, el 28 de abril, lo que abre un frente desafiante, que también es peligroso.

Los estudiantes, que motorizaron las protestas, celebran haber podido de algún modo tumbar pacíficamente a quien califican de «marioneta». Portando banderas argelinas, insisten en la necesidad de cambio, pese a que lo cierto es que la hoja de ruta necesaria aún no ha sido elaborada.

Es muy probable que de la pulseada descripta surja un nuevo esquema político. La explosión del poder actual ha sido vertiginosa e incluye al propio hermano del presidente: Said, que tenía aspiraciones potenciales de sucederlo.

Las manifestaciones en Argelia han estado prohibidas desde el 2001. Pese a ello, una vez que comenzaron y se intensificaron lograron sacudir en paz al esquema de poder.

De la prudencia y espíritu inclusivo real del propio presidente Bouteflika y de los dirigentes de la oposición dependerá que la etapa de transición que se ha abierto sea ordenada y pacífica. Ciertamente ello no es imposible, pero se transita ya un camino nuevo, plagado de peligros latentes, donde no parece haber demasiado espacio para intentar maniobras sólo dilatorias. Entre un escenario con fuertes parecidos, el de Egipto en el 2011, Hosni Mubarak no pudo salir airoso.

El país más grande de África transita un momento complejo. Detrás de los políticos argelinos aparece el general Ahmed Gaid Salah, que -preocupado- no le pierde pisada a lo que sucede.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Fue profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y fue Vice Presidente de ESEADE.

LA OBRA DE RICHARD PIPES EN NUESTROS DÍAS

Por Alberto Benegas Lynch (h)

Hay autores cuyos escritos conservan actualidad por más que transcurra el tiempo. Son aquellos que van al hueso de las cosas y no se entretienen con lo meramente coyuntural por lo que sus consideraciones abarcan períodos muy extensos puesto que ayudan a reflexionar a las mentes curiosas de cualquier época. Este es, por ejemplo, el caso de Richard Pipes (1923-2018) el eximio profesor de historia en la Universidad de Harvard, nacido en Polonia y radicado desde muy joven en Estados Unidos.

Tuve el privilegio de conocerlo en el congreso anual de la Mont Pelerin Society en Chatanooga (Tennesse) en septiembre de 2003, oportunidad en que ambos presentamos trabajos que expusimos ante el plenario por lo que pude intercambiar ideas durante un almuerzo muy bien organizado en el que participamos los panelistas. Un hombre de una versación formidable y como todo intelectual de peso siempre muy solícito para responder interrogatorios de muy variado tenor.

Sus obras son múltiples pero en esta nota periodística me limito a los tres libros que tengo de su autoría en mi biblioteca, traducidos al castellano. Se trata de Propiedad y libertad. Dos conceptos inseparables a lo largo de la historia (México, Fondo de Cultura Económica, 1999/2002), Historia del comunismo (Barcelona, Mondadori, 2001/2002) y La Revolución Rusa (Madrid, Debate, 1990/2016).

El primer libro está consubstanciado con lo mejor de la tradición de pensamiento liberal en el sentido que sin el uso y disposición de lo propio, comenzando por la vida, la exteriorización del propio pensamiento y la plena disposición de los bienes adquiridos legítimamente, sin estos atributos decimos, no hay libertad posible. La libertad es ausencia de coacción por parte de otros hombres ya que el uso de la fuerza agresiva no permite lo anterior.

En este contexto es del caso recordar que Ludwig von  Mises ha demostrado en los años veinte que el socialismo es un imposible técnico ya que la abolición de la propiedad que propugna no permite la existencia de precios y, por ende, no resulta posible la evaluación de proyectos y la contabilidad con lo que no se conoce el grado de despilfarro de capital, en otros términos, no hay tal cosa como economía socialista. Y es importante recalcar que sin necesidad de abolir la propiedad, en la medida en que se daña esta institución crucial se producen efectos adversos en cuanto a desajustes y distorsión de los precios relativos que inexorablemente malguian los siempre escasos factores de producción con lo que los salarios e ingresos en términos reales disminuyen.

En aquella obra sobre la propiedad,  Pipes pasa revista a los instintos de los animales en cuanto a la territorialidad y los correspondientes trabajos de etología, principalmente de Konrad Lorenz y de Nikolas Tinbergen, a la natural noción de propiedad entre los niños y entre los pueblos primitivos a pesar de no contar con registros de propiedad.

Se detiene a considerar el caso del fascismo y el nacionalsocialismo como sistemas en los que se permite “o más bien se tolera” el registro de la propiedad pero en verdad se trata de “una propiedad condicional, bajo la cual el Estado, el propietario en última instancia, se reserva el derecho a intervenir e incluso a confiscar los bienes que a su juicio se usan inadecuadamente”.

Subraya que en el llamado “estado de bienestar” donde “la agresión sobre los derechos de propiedad no siempre es evidente porque se lleva a cabo en nombre del ´bien común´, un concepto elástico, definido por aquellos cuyos intereses sirve”. En la era de las carreras desenfrenadas por los proyectos de ley, pondera al “gran estadista inglés de mediados del siglo xviii, William Pitt el viejo, conde de Chatham, quien fue primer ministro durante ocho años, no elevó un solo proyecto de ley al Parlamento […] como apuntó Frederick  Hayek, todo aumento del alcance del poder estatal, en si y de por si, amenaza la libertad”. Y muestra como las expropiaciones fundadas en ley  “a menudo se asemejan a la confiscación” .

También puntualiza que “el verbo discriminar ha siso politizado hasta tal punto que casi ha perdido su sentido original” y se ha convertido en un ataque a la propiedad de cada cual al restringir la capacidad de elegir, optar y preferir confundiéndose con la discriminación por parte de los aparatos estatales al proceder en sentido contrario a la igualdad ante la ley.

Termina su obra, luego de analizar muy diversos casos históricos, con el tema educativo lamentándose de que “cada vez más las instituciones de la enseñanza superior se encuentran bajo la vigilancia de la burocracia federal”.

En el segundo libro sobre el historial del comunismo, Pipes estudia los casos cubano, chino, chileno de Allende, soviético, de Camboya, Etiopía, Corea del Norte con una documentación muy rigurosa donde pone de manifiesto los resultados calamitosos del sistema.

Explica que “el comunismo no es una buena idea que salió mal, sino una mala idea […] el marxismo, fundamento teórico del comunismo, lleva en si la semilla de su propia destrucción, tal como Marx y Engels le habían atribuido erróneamente al capitalismo”. Finalmente subraya el tema  tan importante de los incentivos perversos inherentes al comunismo por lo que “desarrolla los instintos más rapaces”.

Hago a esta altura una digresión para aludir a Eudocio Ravines (1897-1997), quien fuera Premio Mao y Premio Lenin, cuenta en su autobiografía que su primer paso hacia la conversión fue considerar que el problema radicaba en el mal manejo y el espíritu sanguinario de Stalin. Tardó mucho en percatarse que la raíz del problema estaba en el sistema y no en los administradores.

Pipes cita en esta segunda obra El libro negro del comunismo. Crímenes, terror y represión de Stephane Courtois y sus colegas, un volumen donde se contabilizan más de cien millones de masacrados por el comunismo de 1917 a 1989 además de las asfixias por las feroces represiones y las espantosas hambrunas provocadas por el régimen. Escribe Piper que “los movimientos y regimenes revolucionarios tienden, en cierta medida, a hacerse cada vez más radicales y más implacables. Esto sucede porque, después de sucesivos fracasos, sus dirigentes, en lugar de reexaminar sus premisas fundamentales -dado que son éstas las que proporcionan las bases lógicas de su existencia- prefieren ponerlas en práctica aun con mayor rigor”. Este es el resultado indefectible de la fantasía criminal de producir “el hombre nuevo” y “la felicidad eterna” en base a los aparatos estatales desbocados, cuando en verdad desde la primera restricción a la libertad por más inocente que pueda parecer al comienzo se están sentando las bases para la destrucción moral y material bajo las directivas implacables de los mandones de turno.

El tercer y último libro que comentamos aquí muy brevemente es el que se refiere a la revolución rusa (1045 páginas en la edición referida). Como he apuntado antes en base al monumental obra de Pipes, el régimen zarista implantado en 1547 por Iván IV (el terrible), con el tiempo se caracterizó por los atropellos de la policía política (Ojrana) con sus reiteradas requisas, prisiones y torturas, la censura, el antisemitismo, los siervos de la gleba en el contexto  del uso y disposición de la tierra por los zares y sus acólitos sin ninguna representación de los gobernados en ninguna forma. Hasta que por presiones irresistibles y cuando ya era tarde debido a los constantes abusos, Nicolás II consintió la Duma (tres veces interrumpida) en medio de revueltas, cavilaciones varias y una influencia desmedida de Alejandra (“la alemana” al decir de la oposición en plena guerra) basada en consejos atrabiliarios de Rasputín. Finalmente, el zar abdicó primero y luego se constituyó un Gobierno Provisional que en última instancia comandaba Kerenski quien prometía “la instauración de la democracia” pero que finalmente se vio obligado a entregar el poder a los bolcheviques (cuando Hitler invadió la Unión Soviética en 1941, Kerenski, desde Nueva York, le ofreció ayuda a Stalin por correspondencia la cual no fue respondida, una señal de desprecio que merecen aquellos que pretenden actuar a dos puntas).

Imaginemos la situación de toda la población campesina en la Rusia de los zares, nada instruida que recibía de parte de las posiciones más radicalizadas del largo período desde 1905 que comenzaron las revueltas hasta 1917 en que estalló la revolución primero en febrero y luego en octubre cuando los soviets se alzaron con el poder bajo el mando de Lenin. Imaginemos a estas personas a quienes se les prometía entregarles todas las tierras de la nobleza frente a otros que proponían limitar el poder en un régimen de monarquía constitucional y parlamentaria. Sin duda para esa gente resultaba mucho más atractivo el primer camino y no el de “salvar a la monarquía del monarca”. Cuando hubo cesiones de algunas tierras se instauró el sistema comunal que algunos pocos dirigentes trataron sin éxito de sustituir por el de propiedad privada (en primer término debido a los denodados esfuerzos de Stolipin). Es que la tierra en manos de la nobleza como una imposición hacía creer que toda propiedad era una injusticia, extrapolando el privilegio a las adquisiciones legítimas.

De las cuatro revoluciones que más han influido hasta el momento sobre los acontecimientos en el mundo, la inglesa de 1688 que destronó a Jaime II por Maria y Guillermo de Orange donde con el tiempo se recogieron en grado creciente las ideas de autores como Algernon Sidney y John Locke, la norteamericana de 1776 que marcó un punto todavía más profundo y un ejemplo para todas las sociedades abiertas en cuanto al respeto a las autonomías individuales, la Revolución Francesa de 1789 que consagró las libertades del hombre, especialmente referidas a la igualdad de derechos (art. 1), esto es, la igualdad ante la ley y la propiedad (art.2), aunque la contrarrevolución destrozó lo anterior y, por último la Revolución Rusa de 1917 que, desde la perspectiva de la demolición de la dignidad del ser humano, constituyó un golpe de proporciones mayúsculas que todavía perdura sin el aditamento de “comunismo” porque arrastra el recuerdo de cientos de millones de masacrados y otras tantas hambrunas. Del terror blanco pasar al terror rojo empeoró las cosas y, como es sabido, el sistema actual en Rusia es uno de mafias enquistadas en el poder.

Como queda dicho, la obra de Richard Pipes no se agota en los tres libros que hemos mencionado, pero da una idea de la dimensión de las faenas emprendidas por este notable historiador que permiten extraer valiosos enseñanzas para los momentos que actualmente vivimos que con la etiqueta del nacionalismo se vuelven a repetir los errores del pasado.

La tarea para aquellos que pretenden vivir en  una sociedad libre consiste en salir al encuentro de las falacias del estatismo, cualquiera sea la denominación a que se recurra para que el Leviatán atropelle los derechos de las personas. La obligación moral de todos quienes pretenden ser respetados es la de contribuir a enderezar y fortalecer los pilares de la libertad. No hay excusas para abstenerse de una misión de tamaña envergadura. En esta instancia del proceso de evolución cultural, es imperioso establecer límites adicionales al poder político para no correr el riesgo de convertir el planeta en un inmenso Gulag en nombre de una democracia que en verdad se está degradado en dirección a cleptocracias de distinto grado.

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. en Ciencias de Dirección. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, fue profesor y primer rector de ESEADE durante 23 años y luego de su renuncia fue distinguido por las nuevas autoridades Profesor Emérito y Doctor Honoris Causa. Es miembro del Comité Científico de Procesos de Mercado, Revista Europea de Economía Política (Madrid). Es Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, miembro del Instituto de Metodología de las Ciencias Sociales de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, miembro del Consejo Consultivo del Institute of Economic Affairs de Londres, Académico Asociado de Cato Institute en Washington DC, miembro del Consejo Académico del Ludwig von Mises Institute en Auburn, miembro del Comité de Honor de la Fundación Bases de Rosario. Es Profesor Honorario de la Universidad del Aconcagua en Mendoza y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas en Lima, Presidente del Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso y miembro del Consejo Asesor de la revista Advances in Austrian Economics de New York. Asimismo, es miembro de los Consejos Consultivos de la Fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, del Club de la Libertad en Corrientes y de la Fundación Libre de Córdoba. Difunde sus ideas en Twitter: @ABENEGASLYNCH_h