Por Roberto H. Cachanosky. Publicado el 17/10/16 en: http://www.infobae.com/opinion/2016/10/17/1945-el-desaprovechamiento-de-un-contexto-economico-favorable/
Es curioso cómo el peronismo suele hacer alarde de democracia, cuando su fundador, el entonces coronel Juan Domingo Perón, fue un activo miembro del golpe de Estado fascista de 1943 que iba a derrocar al Gobierno de Ramón Castillo. Ya Perón había participado del golpe fascista de 1930 y, por lo tanto, era un golpista fogueado.
Perón utilizó el golpe militar para acumular poder. Recordemos que llegó a ser vicepresidente de facto, ministro de Guerra y secretario de Trabajo, puesto desde el que fue acumulando el apoyo de los sectores de ingresos más bajos con la legislación laboral que fue promulgando.
El 17 de octubre de 1945 ocurrió luego del fin de la Segunda Guerra Mundial. Alemania se rindió el 7 de mayo de 1945 y Japón lo haría el 15 de agosto del mismo año. Durante la Segunda Guerra Mundial, contienda en la que Argentina no participó, ya que le declaró la guerra al Eje el 25 de marzo de 1945, menos de un mes y medio antes de que Alemania se rindiera.
El hecho de no haber participado de la guerra le permitió a la Argentina acumular créditos a cobrar por las exportaciones de alimentos a los países beligerantes, un saldo de balance comercial positivo con el resto del mundo, situación que continuará aun luego de terminada la guerra, y el incremento de las reservas de oro. Ese stock de reservas de oro y el flujo positivo de comercio exterior posibilitó que Perón financiara su política populista cuando llegó al poder, en 1946. Recordemos que las elecciones se llevaron a cabo en febrero de 1946 y, un par de meses antes, en diciembre, Perón impulsó el aguinaldo y las vacaciones pagas. Eso le aseguró, en febrero, un importante caudal de votos y alzarse con la presidencia.
Ahora bien, durante la guerra, además de acumular un flujo positivo de comercio exterior con crecientes reservas en el Banco Central, también continuó un precario proceso forzado de sustitución de importaciones para desarrollar un sector industrial. Lo que no podía importarse por la guerra se producía internamente. En rigor, ese proceso de sustitución de importaciones ya había comenzado en la década del treinta con el gobierno fascista de facto.
6 de Septiembre de 1930. El Capitán Perón, junto al Gral. Uriburu
Pero si retrocedemos algo más en el tiempo, se puede ver que las políticas intervencionistas, de gasto público y proteccionismo comenzaron con la crisis del treinta. Por ejemplo, en 1929, Hipólito Yrigoyen declaró la inconvertibilidad del peso y cerró la Caja de Conversión. En 1931, con el gobierno de facto ya establecido desde 1930, se creó la Comisión de Cambios, cuyo objetivo era otorgar dólares a aquellos que importaran bienes que fueran prioritarios para el desarrollo de la economía local. El resto de las importaciones que no entraban en esa categoría se canalizaban con un dólar más caro (un cepo cambiario temprano). También en 1930 se estableció un aumento generalizado de los derechos de importación. En 1933, se creó la Junta Nacional de Granos y Elevadores, por la que el Gobierno comercializaba y garantizaba un precio mínimo a los productores de granos ante la caída de los precios internacionales. En 1935, se instaló el Banco Central. Con el cierre de la economía, comenzó un proceso proteccionismo para el sector industrial.
Este proteccionismo hizo que muchas empresas norteamericanas, que hasta ese momento exportaban a la Argentina sus productos, optaran por instalarse en nuestro país para eludir la barrera proteccionista.
Entre 1930 y 1939 se produjo un crecimiento importante de la actividad industrial, lo que trajo aparejado un proceso de urbanización, sobre todo concentrado en Buenos Aires, Córdoba y Rosario, dato no menor, porque se crearía una nueva «clase social», con una importancia política destacada en la década del cuarenta, con la llegada de Perón al poder.
Pero, terminada la crisis del treinta y la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los países abandonó las políticas de más gasto público, proteccionismo y controles. Por ejemplo, poco antes de finalizar la guerra, se hizo el acuerdo de Bretton Woods, que apoyaba políticas de gasto público moderadas. En 1947, se creó el General Agreement on Trade and Tariffs (GATT), con el objetivo principal de reactivar el comercio mundial. Así, a partir de 1950, la economía mundial experimentó un fuerte crecimiento, con mucha exportación de bienes de capital, en vez de bienes de consumo. También hay un fuerte desarrollo de la tecnología producto de los conocimientos que se habían incrementado durante el conflicto bélico para la fabricación de elementos para la guerra.
Podría afirmarse que, además de la habilidad política para fragotear y moverse políticamente, Perón contó con la suerte de un contexto internacional favorable y la herencia de reservas que le permitieron financiar sus políticas populistas. Es decir, heredó stock de riqueza (oro y créditos a cobrar por exportaciones durante la guerra) y flujo (crecientes exportaciones durante y luego de la guerra para alimentar al mundo). Salvando las distancias, algo parecido a lo que recibieron los Kirchner: stock de riqueza y flujo por buenos precios internacionales para financiar su populismo. Sumado a eso, por causas fortuitas, se creó una nueva clase social que fue a trabajar a los centros urbanos y constituyó el sostén político de Perón para llegar al poder. Esta nueva clase social urbana y el apoyo del jefe de la policía permitieron que el 17 de octubre se transformara en un acto político importante.
El dato relevante es que luego de la crisis del treinta y de la guerra, la mayoría de los países abandonó el proteccionismo, las políticas expansivas del gasto público y la maraña de regulaciones que, por ejemplo, había establecido el New Deal de Franklin Roosevelt. En cambio, Perón las adoptó y profundizó como políticas de largo plazo. El proteccionismo, las regulaciones, los controles y el estatismo fueron, a contramano de lo que ocurría en el mundo, el corazón de su política económica. Curiosamente, Perón desperdició una oportunidad, con el fin de la guerra, para integrar la economía argentina al mundo, al igual que el kirchnerismo. Los stocks y los flujos positivos los usaron para financiar el populismo.
En síntesis, el 17 de octubre de 1945 se da en un contexto internacional muy favorable a la Argentina, con una economía que ya en el golpe de 1930 había abandonado los principios alberdianos de nuestra Constitución nacional. La libertad económica fue reemplazada por el intervencionismo, el estatismo y el proteccionismo. Esto creó una nueva clase social que Perón supo conquistar con una legislación demagógica. Aclaremos que la mayoría de los sindicatos tenía tendencia de izquierda, con lo que las políticas fascistas de Perón para atraer a los dirigentes sindicales le permitieron neutralizar a los elementos de izquierda. El sindicalismo se volcó al fascismo como «medicina» para frenar al sindicalismo de izquierda, y todo eso fue financiado gracias al contexto económico favorable del fin de la guerra.
Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE