Por Kevin Itoiz:
Respetar la libertad de las personas de convertir sus sueños en realidad y darle propiedad sobre sus éxitos y fracasos fue lo que llevo al crecimiento ininterrumpido de la raza humana como sociedad desde la Revolución Industrial. Esta libertad es la razón de ser del liberalismo, que cada individuo tenga poder de decisión sobre su propia vida y asuma responsabilidad de sus propios actos. Y el capitalismo fue, es y será el sistema en el cual se puede desarrollar el potencial de cada persona a la vez que el progreso individual potencia el progreso de otras pares llevando al crecimiento de una sociedad.
Esta evolución no fue tan sencilla y un factor clave fue el rol de las instituciones sociales que fueron cambiando y adaptándose a este nuevo mundo en crecimiento: de monarquías absolutas donde existía un rey del cual dependían los destinos de todos sus súbditos, a gobiernos que instauraron el respeto y la defensa de la libertad de ciudadanos como sus banderas.
La clave de todo esto no fue la Democracia sino la República, basada en cartas magnas que defendían estos derechos y planteaban un esquema de poderes que se auto regulaban entre si y los individuos que formaban parte temporalmente de estos poderes eran electos por la ciudadanía.
Entonces, ¿Cuál es el rol de los defensores de la libertad? En su momento fue muy claro, fueron los creadores e impulsores de estas democracias liberales que tenían como faro Constituciones que aseguraban el respeto a las libertades individuales sin importar quien estuviese en el cargo. En este escenario el rol del liberal se desenvolvía en su máximo esplendor en el mercado de bienes y servicios enfocándose en la generación de riqueza e innovación; pensar en la ocupación de un puesto de gobierno resultaba casi contradictorio.
Luego de siglos de la creación de estas instituciones su función parece haber cambiado: los poderes y las personas están por encima de los escritos que defienden las libertades y quien gane una elección tiene la facultad de cambiarlos a su antojo haciendo uso y abuso de sus facultades. Definitivamente se trata de un retroceso.
Una brújula política hecha a medida
Ahora, ¿Cuál es el rol de los liberales en este nuevo escenario? El rol natural de un liberal es defendiendo a la Constitución y controlando a quienes gobiernen para evitar el avasallamiento de los derechos y obligaciones ciudadanos que ésta garantiza. El rol natural de un liberal es en el poder legislativo, en el caso de la Argentina en el Congreso Nacional y en los distintos poderes legislativos provinciales y municipales.
Más allá del rol natural en este nuevo escenario es válido y posiblemente necesario que defensores de la libertad se encuentren en diversas áreas de estas instituciones: jueces que respeten la Constitución ante todo y funcionarios dentro del Poder Ejecutivo que estén atentos a cuidar los impuestos de la gente para que estos sean los menos posibles y sean gastados de la manera más eficiente.
Para cualquier liberal que ha de desempeñarse en la función pública ésta debe ser sagrada y se debe estar muy capacitado pues es una actividad donde no se tiene un fin de lucro y donde uno debe su salario a millones de jefes: los ciudadanos. Quien ocupe una función pública debe ser experto en el área, fomentar la austeridad presupuestaria y desde ya generar valor agregado.
Un liberal en la política no es un sapo de otro pozo, simplemente debe hacerse sencillas preguntas diariamente para saber si su tarea condice su moral ¿Estoy defendiendo las libertades de los ciudadanos? ¿Estoy controlando pro-activa y activamente al gobierno para que no avasalle estas libertades? ¿En un gobierno austero, mi función existiría?
La libertad es un estilo de vida, se defiende todo los días con acciones y no con dichos. Siendo productivo para la sociedad desde el sector privado o desde el Estado protegiendo las libertades y el progreso de una sociedad, nunca jamás como beneficio personal.
Kevin Itoiz trabaja en el sector bancario, es asesor legislativo y estudiante de la Maestría en Administración de Negocios de ESEADE.