Wells, Stalin, Roosevelt:

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 24/2/15 en: http://rsocial.expansionpro.orbyt.es/epaper/xml_epaper/Expansi%C3%B3n/23_02_2015/pla_3634_Nacional/xml_arts/art_11856736.xml?SHARE=6C23C0F29C6C4F158F7CA6264B48630587DC6EDA6162A522D487578C70391E91EF051F766502296E0EDF9FB022783525E3E074BAD505A898550AA46AEFFEAC0FC3AEA39A5DE5747138343F761C1439E2E47AFF9A2F20F3367F22887806540F65

 

El 23 de julio de 1934 el escritor inglés H.G.Wells entrevistó al revolucionario bolchevique y tirano ruso José Stalin (J.V.Stalin, Obras, Madrid, Ediciones Vanguardia Obrera, 1984, Tomo 15, págs. 7-28). Del antiliberalismo y simpatías socialistas de Wells no caben dudas, y los he analizado en este rincón de Expansión (cf. Panfletos Liberales III, Madrid, LID Editorial, 2013, págs. 44-45). No sólo era incapaz, como tantos otros intelectuales, de percibir el carácter empobrecedor y criminal del comunismo, sino que de hecho lo elogia: “he visto ya las caras contentas de hombres y mujeres sanos” (pág. 27; véase también http://goo.gl/U4ubIU).

Lo interesante del caso es que Wells intenta convencer al dictador ruso de las bondades del mercado limitado utilizando como ejemplo a Franklin Delano Roosevelt, a quien califica sin ambages de socialista. Sostiene que en esa época se estaba produciendo una confluencia entre el capitalismo norteamericano y el comunismo ruso, porque en Estados Unidos “está naciendo una economía planificada, una economía socialista” (pág. 8). El ejemplo más claro era el New Deal rooseveltiano, una iniciativa política “socialista” (pág. 10).

La hostilidad hacia el liberalismo era patente entonces, y en el fondo no ha dejado de serlo desde entonces, cuando las idas y venidas de las alianzas políticas y las traiciones político-militares llevaron a que Stalin se aliara con Hitler primero, y después con el propio Roosevelt, a la vez que Mussolini, que sería derrotado por los aliados, expresó su gran admiración hacia el presidente estadounidense por sus políticas estatistas: “es un verdadero fascista”, aseguró.

En esta entrevista Stalin guarda las distancias con Roosevelt. Tiene hacia él palabras amables, pero lo trata como lo que era, un intervencionista o un socialista que admitía algún grado de propiedad privada. Esto último para el líder del Partido Comunista de la Unión Soviética era despreciable e inútil, porque no podría funcionar: la única solución pasaba por liquidar totalmente la propiedad privada. Wells, en cambio, se inclina por el intervencionismo que finalmente ha prevalecido, el que no es revolucionario pero tampoco liberal, el de John Stuart Mill, y no el de Karl Marx.

En todo caso, H.G.Wells es un ejemplo más de la fascinación que todas las variantes del socialismo, desde la más vegetariana hasta la más carnívora, han ejercido siempre sobre los intelectuales. Antonio Escohotado recuerda la definición que dio Wells sobre Stalin: “la persona más justa, sincera y honesta que haya conocido”. Con acierto habla el ensayista español de “el colapso del liberalismo inglés”. Esto fue precisamente lo que sucedió, aunque no sólo en Inglaterra: el grueso de los intelectuales abrazaron la causa antiliberal hasta hoy, y estuvieron dispuestos a mirar hacia otro lado a la hora de ponderar sus consecuencias, hasta hoy.

 

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE.

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