Los diez principales problemas ambientales. El de la minería es un problema de derechos de propiedad.

Por Martín Krause. Publicado el 30/9/14 en: http://bazar.ufm.edu/los-diez-principales-problemas-ambientales-el-de-la-mineria-es-un-problema-de-derechos-de-propiedad/

 

En un post anterior comenté un interesante artículo titulado “Urgencias ambientales: los diez problemas que esperan solución”, donde se comentan los resultados de una investigación de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara: http://www.lanacion.com.ar/1720041-urgencias-ambientales-los-diez-problemas-que-esperan-solucion y se los compara con los del informe del Índice de Calidad Institucional 2013, que también consideraba los principales problemas ambientales:http://www.libertadyprogresonline.org/2012/07/12/indice-de-calidad-institucional-2012/

Veamos ahora el tema de la minería:

Para la Fundación:

Mientras a comienzos de los 90 en el país operaban siete empresas internacionales, en 2005 pasaron a ser 55 y aumentaron desde entonces, con un alto nivel de conflictividad social y sin definir las áreas de explotación minera para proteger los ecosistemas, la flora y la fauna autóctonos ni las fuentes naturales de agua dulce.

SOLUCIÓN: Prohibir la actividad minera en las áreas naturales protegidas y limitarla cerca de esas zonas y de sitios con gran biodiversidad o que provean de agua dulce a pueblos y campos.

Informe ICI 2012:

La minería cumple un importante papel en muchos países latinoamericanos, uno que ha adquirido adicional relieve estos últimos años a partir de los altos precios de todos los commodities, y dentro de ellos los minerales. Algunos países tienen una larga tradición de explotación minera, como Chile o Bolivia, otros, como Argentina o Perú, la han estado desarrollando más intensamente.

El establecimiento de claros derechos de propiedad y el principio de responsabilidad estricta convierten a cualquiera en responsable de todo daño que pueda ocasionar sobre la vida o la propiedad de otros. Se han extendido en varios países protestas contra nuevos proyectos mineros, con más prejuicio que información. Quien entienda ser damnificado por las externalidad producidas por esta actividad tiene todo derecho a demandar tanto sea la reparación del daño realizado como la atención sobre un daño potencial. Pero esto debe demostrarse, no puede haber una condena y sanción sin fundamento, que es lo que parece extenderse en las protestas ecologistas.

La minería requiere de grandes inversiones, y es necesario ofrecer seguridad jurídica para atraer capitales dispuestos a llevar a cabo estos proyectos.

La minería, como otras actividades, puede causar problemas ambientales, como la erosión, la contaminación del suelo, aire o agua por químicos que se utilicen en esos procesos, la disposición del material no utilizado. En la mayoría de los países hay regulaciones que requieren que las empresas realicen Evaluaciones de Impacto Ambiental, cumplan con Planes de Gestión Ambiental y lleven adelante Monitoreos Ambientales. En muchos países de América Latina también existen normas de este tipo, aunque su cumplimiento se vea afectado por la baja calidad institucional en algunos países.

Las grandes compañías, además, buscan cumplir estándares adicionales como los Principios Equator, los estándares ambientales de la CFI, o los principios desarrollados por el International Council on Mining and Metals, la certificación ambiental de las normas ISO 9000 y 14000, o la Iniciativa de Informe Global de Ceres .

Recientes rechazos a las operaciones de minería a “cielo abierto”, no toman en cuenta que las empresas acumulan el material estéril en “escombreras” que serán utilizadas en la restauración una vez que se termine la explotación. Han surgido conflictos en Argentina, Perú y Panamá, y el alto precio de los minerales sugiere que surgirán otros en tanto se quieran aprovechar las oportunidades existentes.

La propiedad estatal del subsuelo hace que un proyecto minero se convierta en un costo para los habitantes de la zona, y no una gran oportunidad. Ellos ven que el Estado concesiona la explotación, los recursos van al Estado, nacional o provincial, y deben esperar que la política funcione de tal forma que reciban algo de ello, lo que muchas veces no sucede. Los gobiernos terminan asignando el gasto para otras prioridades y los habitantes se quedan con el costo ambiental sin el beneficio económico. La mina a cielo abierto de Cerro de Pasco en Perú, una ciudad a 4.300 metros de altura, ocupa el 50% del polígono de la ciudad. Por cierto que se generan fuentes de trabajo allí, pero si tuvieran un derecho sobre el recurso su situación sería por completo diferente, el costo sería compensado por un beneficio directo.

 

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

Proyecto de país a largo plazo vs. Cambio de modelo.

Por Adrián Ravier: Publicado el 27/9/14 en: http://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2014/09/27/proyecto-de-pais-a-largo-plazo-vs-cambio-de-modelo/#more-7291

 

Los empresarios piden a la clase política que se comprometa a un plan de largo plazo. La Presidente pide a los ciudadanos que no dejen que se pierda lo que se construyó en estos años. Numerosos académicos afirman que el problema de la Argentina son los vaivenes políticos, los cambios de modelo. Mi impresión es que un proyecto de largo plazo, si va por el rumbo equivocado, no debe sostenerse. Las reglas de juego claras y sostenibles en el tiempo son necesarias, pero no suficientes para un proyecto de país exitoso.

Pensemos en la Cuba que construyó Fidel Castro. Lleva décadas sosteniéndose, pero los ciudadanos de la isla están condenados a un nivel de vida muy pobre en relación con los stándards internacionales o de sus países vecinos.

Un mejor ejemplo lo constituye Chile. La dictadura militar aplicó una serie de reformas de mercado que la concertación socialista mantuvo, que Piñera apenas profundizó y que Bachelet ahora cuestiona, pero enmarcada bajo reglas constitucionales que difícilmente nos permitan ver un gran cambio. Vemos allí un modelo adecuado que ha permitido sostener tasas de crecimiento elevadas, con caída de la pobreza y generación de empleo, basadas en ahorro y su consecuente formación de capital.

Estados Unidos y los países de la Unión Europea también ofrecen un ejemplo de sostenimiento de un modelo de largo plazo. En este caso, abrazando el Estado de Bienestar. La situación se convirtió en crítica a partir de la crisis del 2008, pero los gobiernos avanzan en reformas muy graduales, bajo partidos políticos conservadores que no creen en cambios rutilantes. Mientras esos modelos no completen la corrección, mantendrán dificultades para alcanzar un crecimiento acelerado con generación de empleo.

Argentina equivocó el rumbo desde 2003. Los errores no fueron visibles durante la “década ganada”, porque se aprovechó en este tiempo una coyuntura favorable y unos 30.000 millones de dólares que se supo ahorrar durante la gestión privada del sistema de pensiones, pero la acumulación de planes sociales elevaron el gasto público consolidado más de lo que la Argentina puede sostener genuinamente.

No veo posible, necesario, ni viable sostener este modelo, aunque también habrá que tomar consciencia de que los planes impulsados ofrecen “derechos adquiridos” que difícilmente se puedan abandonar si atendemos a la situación política.

Debemos evitar repetir el error del radicalismo en los años 1980, que basado en buenas intenciones pero en un equivocado diagnóstico macroeconómico, produjo una inflación acelerada y creciente que terminó en hiperinflación.

Debemos evitar también repetir el error del menemismo en los años 1990, que basado en las mismas buenas intenciones pero en otro equivocado diagnóstico macroeconómico, duplicó la deuda pública externa en dólares en sólo 10 años, dejando una pesada carga para sus sucesores.

Este modelo que aplicó Argentina a partir de 2003, acumuló planes sociales expandiendo el gasto público, nuevamente, a niveles insostenibles. Si no se asume este diagnóstico, las buenas intenciones de quienes promueven sostener todos los planes e impulsar nuevos, sólo culminarán en escenarios semejantes a los de 1989 y 2001.

Mantener un modelo en el largo plazo es necesario, pero no es suficiente. Si intentamos sostener un modelo inconsistente, éste  puede explotar por los aires, junto con un daño social innecesario.

La clase política debe buscar un modelo económico genuino, sin desequilibrios fiscales, monetarios y cambiarios como los que tiene hoy la Argentina. Déficit fiscal, inflación y atraso cambiario son problemas que este gobierno no resolverá y que quedarán como tareas pendientes para el gobierno que llegue al poder hacia fines del 2015. Ahora el debate que se debe abrir es acerca de la transición hacia un nuevo modelo.

 

Adrián Ravier es Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Master en Economía y Administración de Empresas por ESEADE y profesor de Macroeconomía en la Universidad Francisco Marroquín.

 

El Consejo de Seguridad de la ONU y una elección clave.

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 24/9/14 en: http://www.lanacion.com.ar/1729761-el-consejo-de-seguridad-de-la-onu-y-una-eleccion-clave

 

El 69° período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas está en curso. Entre las próximas actividades previstas aparece la elección de miembros no-permanentes del Consejo de Seguridad. Ello ocurrirá el próximo 16 de octubre.

Se trata de reemplazar a cinco de los miembros no-permanentes del Consejo, designando a quienes lo integrarán por el período 2015-2016. Esto supone elegir un miembro en representación del Grupo Africano, para reemplazar a Ruanda; un miembro por el Grupo Asiático y de las pequeñas islas, para reemplazar a la República de Corea; un miembro por el Grupo de Países de América latina y el Caribe, para reemplazar a la República Argentina (que a fin de año se retira del Consejo de Seguridad); y 2 miembros por el Grupo de Países de Europa Occidental y Otros, para reemplazar a Australia y Luxemburgo.

Respecto de la representación de los Grupos Africano, Asiático y de América latina y el Caribe, la situación parece simple. Cada uno de los respectivos candidatos regionales ha obtenido su endoso, lo que supone que competirán sin rivales. Esta es la situación de Angola, que ya ha estado una vez en el Consejo de Seguridad (2003-2004); de Malasia, que ha estado en el Consejo de Seguridad tres veces (1965, 1989-1990, y 1999-2000); y la de Venezuela , que ha estado cuatro veces en el Consejo de Seguridad, la última de las cuales fue en 1992-1993. Uno de ellos quedará afuera.

En cambio, hay tres candidatos para cubrir las sólo dos vacantes que corresponden al Grupo de Países de Europa Occidental y Otros. Ellos son Nueva Zelanda, España y Turquía. Todos son veteranos en el Consejo. EspañaTurquía han estado ya cuatro veces, y Nueva Zelanda, tres.

Cabe señalar que todavía hay 75 Estados Miembros de las Naciones Unidas que nunca han sido miembros del Consejo de Seguridad. Esto es aproximadamente un 39% de la membresía total de la organización. Más de un tercio, entonces.

Para ser electo, un país necesita obtener dos tercios de los votos de los Estados que están presentes en la respectiva sesión de la Asamblea General. En cifras, esto significa que deben lograr 129 votos del total de 193 que conforman la Asamblea General. Hay situaciones en que los miembros pueden perder su derecho a votar, si registran atrasos en sus contribuciones a las Naciones Unidas, según lo dispuesto en el artículo 19 de la propia Carta de las Naciones Unidas.

Aún aquellos países que han sido endosados deben ser objeto de votación específica. Si ningún candidato obtiene los votos necesarios en una primera rueda, la segunda rueda y las tres primeras ruedas sucesivas que fueren necesarias sólo toman en consideración a los dos candidatos más votados en la primera rueda. Si en ellas no se alcanzan los 129 votos, en las tres ruedas siguientes la votación no está restringida a los dos candidatos más votados. El número de posibles candidatos, entonces, se reabre. El procedimiento descripto continúa hasta que finalmente alguno de los candidatos obtenga los votos necesarios.

No es infrecuente que las elecciones generen varias ruedas de votación. Tampoco que si dos candidatos, al cabo de varias ruedas no alcanzan los votos necesarios, negocien entre sí para dividir entre ambos el mandato que procuran. Esto quiere decir que uno de los candidatos se desempeñe en el primer año del período, para ser reemplazado por el otro para cubrir el segundo año del mandato.

La prácticamente segura elección de Venezuela supondrá que el Consejo de Seguridad funcione con un miembro al que puede tildarse de «anti sistema». Presumiblemente escucharemos, en consecuencia, la pesada cuota de retórica que caracteriza a los estados «bolivarianos». Para hacer las cosas más complejas todavía, en este momento una de las hijas de Hugo Chávez , María Gabriela Chávez, de 33 años, técnica superior en comunicación, en clara manifestación de nepotismo por su falta de antecedentes y experiencia, acaba de ser designada como Representante Permanente Alterna de su país ante la organización multilateral. Esto sugiere que -presumiblemente- alguna vez se sentará en el Consejo y dirá lo que tenga que decir. Aunque parezca insólito, entre los postulados enunciados por Venezuela durante su campaña como aquellos que guiarán su actuación aparece la lucha contra el terrorismo. Quien tenga en cuenta la intimidad de Venezuela con las guerrillas de las FARC y el ELN que operan en Colombia, tiene seguramente serias dudas acerca de la sinceridad del enunciado.

Como en el Consejo los miembros se sientan en riguroso orden alfabético, la banca de Venezuela estará ubicada al costado mismo de la de los Estados Unidos .

La previsible nueva composición del Consejo de Seguridad no parecería tener demasiado impacto en aquellas cuestiones graves que han dividido al organismo. Tales como la situación en Ucrania , en Siria; o en el conflicto entre Israel y Palestina . Además, algunos de los candidatos tienen en su mochila vinculaciones estrechas con distintos temas puntuales que están en la agenda del Consejo de Seguridad. Este es el caso de Angola, respecto de la República Democrática del Congo y ciertamente también el de Turquía respecto de Medio Oriente. También el de España, respecto del Norte de África. Pero no el de Nueva Zelanda que pareciera tener mayor independencia, menos intereses en juego, gran experiencia y la proverbial sensatez que lo caracteriza.

En función de lo expresado en las campañas de quienes procuran ser electos el próximo 16 de octubre es también previsible que aumenten los esfuerzos del Consejo en materia de prevención de conflictos. Así como los vinculados con la transparencia y la necesidad de que la labor del Consejo sea lo más inclusiva posible.

A la presencia de Chile y Jordania, países que manifiestan vivo interés en los métodos de trabajo del Consejo, podría adicionarse la de Nueva Zelanda, que ha tenido en el pasado un reconocido liderazgo sobre ese mismo tema. A todo lo antedicho cabe adicionar que es probable que el Consejo mantenga su interés en paliar los efectos sociales y humanitarios de la dura guerra civil siria, esfuerzo que siempre confronta con las posiciones de varios miembros permanentes del Consejo de Seguridad.

Habrá, finalmente, que ver cuales de los países que ingresan logran ser «penholders», y sobre qué temas. Esa reciente «categoría» supone que en los distintos temas que componen la agenda del Consejo de Seguridad exista un «penholder», esto es un país responsable de redactar los proyectos a ser considerados por el Consejo de Seguridad en el respectivo tema. Los miembros permanentes del Consejo se reservan los temas que más les interesan.

Dependiendo del resultado de las elecciones que se aproximan, podría también declinar el apoyo del Consejo a la Corte Penal Internacional, atento a que se retiran la Argentina, Australia, Luxemburgo y la República de Corea, todos miembros del Tratado de Roma, siendo reemplazados por solo tres posibles nuevos miembros (España, Nueva Zelanda y Venezuela) que -como ellos- pertenecen al Tratado de Roma. Esto podría ser quizás compensado por la salida de Ruanda, país extremadamente crítico respecto de la Corte Penal Internacional, que seguramente será reemplazado por Angola, detractor también, pero menos virulento.

Más allá de la recomposición del Consejo de Seguridad, la efectividad del organismo como columna vertebral del sistema de seguridad colectiva multilateral dependerá, como ha ocurrido siempre, del uso o amenaza de uso por parte de los Miembros Permanentes del Consejo de Seguridad del «derecho de veto» al que, según la Carta, tienen derecho.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Es profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.

Secuestran y asesinan a un diputado nacional junto a su asistente en México.

Por Belén Marty: Publicado el 26/9/14 en: http://es.panampost.com/belen-marty/2014/09/26/secuestran-y-asesinan-a-un-diputado-nacional-junto-a-su-asistente-en-mexico/

 

El diputado nacional de México Gabriel Gómez Michel fue secuestrado de su vehículo, asesinado y calcinado según confirmó la Fiscalía del país este jueves. Aún sin detenidos, la justicia presume que se trataría de un grupo organizado vinculado con el narcotráfico.

De profesión médico pediatra, el legislador de 49 años del partido gobernante PRI y su asistente fueron abducidos de su camioneta el lunes a plena luz del día mientras se dirigían al aeropuerto por una autopista al sur de la ciudad de Guadalajara, estado de Jalisco.

Los cuerpos del diputado y su asistente fueron encontrados calcinados dentro de la camioneta totalmente incendiada en el estado de Zacatecas. Según la Fiscalía de ese estado los cadáveres “corresponden al del Diputado Federal Gabriel Gómez Michel y su acompañante Heriberto Núñez Ramos”.

Las cámaras de vigilancia de la carretera muestran cómo en unos minutos un comando de seis autos y camionetas cercan el vehículo en el cual iba el legislador y unos hombres armados que viajaban en una combi blanca lo obligan a descender.

El legislador, que había asumido al Parlamento con el Partido Verde y luego se pasó a la bancada del PRI, no utilizaba guardaespaldas, algo muy común entre los políticos mexicanos.

Sus compañeros de bancada recordaron, según informa El Universal de México, que el legislador no andaba alertado y que solía decir: “¿Para qué traes a esos [guardaespaldas]?, si haces las cosas bien Dios te protege”.

La Fiscalía a cargo del caso afirmó que continúa la búsqueda por evidencias “para esclarecer los hechos y llevar ante la justicia a los responsables del doble homicidio”. Aún no se conocen los motivos de este doble crimen que sacude la política mexicana.

Según Luis Carlos Nájera, fiscal de Jalisco, la causa de que se haya perpetuado el crimen con tanta premeditación puede deberse a la “pésima coordinación entre las corporaciones [de policía]“, hecho que está bajo investigación.

Nájera expresó que el legislador jamás había manifestado temor o problemática por amenazas contra su persona.

Dada la naturaleza del incendio los peritos no pueden confirmar si hubo torturas, golpes o violencia previa a su muerte.

Posibles explicaciones

Durante una entrevista para una radio mexicana, Manlio Fabio Beltrones, coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, indicó que la abducción y el homicidio del legislador puede haber sido una confusión.

Beltrones llega a esta conclusión porque Gómez Michel había comprado la camioneta azul en la que viajaba a su compañero de partido Marco Barba Marsical.

Por el contrario, estarían descartando la hipótesis de un secuestro con fines económicos porque el asesinato se produjo antes de que se cumplieran 24 horas de su desaparición y porque la familia asegura no haber recibido ningún llamado extorsivo.

Presunto cártel detrás del homicidio

Según informó el fiscal de Zacatecas, el cártel mexicano que tiene mayor presencia en Jalisco es Nueva Generación.

Este estado ha sido víctima de la violencia perpetuada por las bandas de narcotráfico desde hace tiempo. Al menos 17 cadáveres fueron encontrados en febrero enterrados al sur de Guadalajara y en marzo de 2013 el secretario de Turismo regional fue herido de muerte a balazos. En ese entonces, el condenado por la muerte del secretario había declarado que quien envió la orden fue “El mencho” (alias de Nemesio Oseguera) líder del cártel Nueva Generación.

“Todos los ciudadanos son importantes, pero en términos de la función (de Gómez Michel) y por la forma que fue secuestrado y asesinado, nos habla de una situación de vulnerabilidad que sigue encontrándose en algunas partes del país”, precisó Javier Oliva, experto en seguridad de la pública Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a la agencia AFP.

Desde 2006, con la política activa llevada a cabo por el entonces presidente de México Felipe Calderón, han muerto 80 mil personas víctimas de crímenes asociados al narcotráfico.

En cuanto a casos de políticos, el último caso resonante fue el asesinato por balazos del candidato a gobernador de Tamaulipas en 2011.

La repercusión de su muerte

Más de cuatro mil personas, incluido el gobernador del estado de Jalisco, Artistóteles Sandoval, políticos locales, colegas parlamentarios y el rector de la Universidad de Guadalajara, Tonatiuh Bravo, se congregaron en Grullo, Jalisco para presenciar el funeral de Gómez.

Por esto, el pleno del congreso mexicano hizo un minuto de silencio en memoria de su compañero secuestrado el lunes. Silvano Aureoles, presidente de la Cámara de Diputados manifestó su solidaridad y respeto para la familia, amigos y compañeros del PRI de Gómez por lo sucedido y le pidió a la Justicia el esclarecimiento inmediato.

“No queremos que la muerte del diputado Gómez Michel forme parte de las estadísticas como un número más de muertes en este país, porque hoy el problema de la inseguridad que se vive en México es un asunto grave que demanda la firme participación del Estado mexicano”, declaro Aureoles.

Añadió: “No podemos acostumbrarnos a que el crimen y la violencia se sigan cobijando con la impunidad”.

Con intención de abordar el problema de inseguridad, el coordinador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Miguel Alonso Raya, señaló que lo que le sucedió a Gómez sacudió sin dudas a todo el Parlamento.

“Debemos empujar una política integral de seguridad pública que realmente pueda combatir la delincuencia, con el mayor nivel de consenso por las fuerzas públicas”, instó Raya.

 

Belén Marty es Lic. en Comunicación por la Universidad Austral. Actualmente cursa el Master en Economía y Ciencias Políticas en ESEADE. Conduce el programa radial “Los Violinistas del Titanic”, por Radio Palermo, 94,7 FM.

Hong Kong And Beijing: The Future Of Economic Freedom:

Por Alejandro A. Chafuén. Publicado el 9/9/14 en: http://www.forbes.com/sites/alejandrochafuen/2014/09/09/hong-kong-and-beijing-the-future-of-economic-freedom/

 

Over the last few years I have seen student protests in the United States, Spain and Venezuela. I never expected, during my recent trip to Hong Kong, that I would witness a new “Occupy” movement. But, the leaders of “Occupy Central with Love and Peace” are not complaining about the lack of economic freedom. In fact, according to the Economic Freedom Index prepared by the Heritage Foundation, Hong Kong’s economic freedom score is 90.1, making it the top-rated economy for the 20th consecutive year. This includes the years that have elapsed since Hong Kong reverted to the mainland. In the Human Freedom index, produced by Cato, Fraser Institute and the Liberales Institut, which includes personal freedoms, Hong Kong still qualifies with an enviable third spot in the rankings.

The movement I saw in Hong Kong is prompted by the fear and frustration that the powers in Beijing will erode the strength of the institutions which led this tiny place on earth, to become a rock of liberty and prosperity. The central business district of Hong Kong, targeted by this “Occupy” movement, is seen as the headquarters of the business power elite. It is this elite which has played a relevant role in creating and preserving the strength and freedom of today’s economy.

Is the frustration based on overvaluing the voting aspects of democracy? That seems to be the belief of those who defend the decision of the National People Congress Standing Committee (NPCSC) who are restricting the number of candidates to the two or three approved by 1,200 electors who were selected by—and are loyal to—Beijing.

A relevant player, C.H Tung, resurfaced to defend the decision of the NPCSC. Tung was the first chief executive of Hong Kong, from the transfer of sovereignty in July 1997 until March 2005, when he stepped down before completing his term. Tung’s main message to those who want more democracy could be summed up by “be patient” or “count your blessings.” Although most freedom champions, especially those from abroad, concentrate on the limited choice allowed by the recently approved electoral law, Tung asks them to reflect that “in the short span of just 20 years—Hong Kong would have moved from having Britain parachute a governor into Hong Kong to having five million voters choosing their own leader.” Claudia Rosett however, of the Foundation for Defense of Democracies and a Forbes contributor who spent many years in Hong Kong, argues that comparing the nomination of Hong Kong governors by Great Britain, with its tradition of rule of law and democratic processes, with the nomination process by Beijing, with its authoritarian and dictatorial track record, is misleading.
Tung also praised the NPSCS decision as a “well-deserved fruit of our desire for democracy” and a “glittering achievement.” He revealed the political philosophy behind his position when he stated “Democracy doesn’t have a final destination. And to fight for democracy is far from being the whole story in improving people’s livelihoods which, after all, is the ultimate test of good governance.” As he is well versed on how the West understands freedom, Tung knows that he is being provocative. For more than a decade, Tung was a member of the Board of Overseers of the Hoover Institution at Stanford University. The statement by Larry Diamond, a senior fellow at Hoover, after the NPSCS announcement, that “it was a sad day for Hong Kong, and for democracy” must not have come as a surprise to Tung.

In the late 1980s, free-market champions based in Hong Kong founded the Hong Kong Centre for Economic Research (HKCER) and C.H. Tung was one of the first to send money for support. His willingness to defend Beijing’s decision was again reaffirmed when he made an all-out defended China’s reform efforts at the gathering of the Mont Pelerin Society (MPS). Tung defended China’s record and goals not only on the economic arena but on human rights, the environment, and even describing Beijing’s government as a major force in the search for peace. Many MPS members were not pleased with his remarks.

Y.C. Richard Wong, a Chicago Ph.D. who has been the director of HKCER since its founding, played an important role in trying to liberalize and democratize the electoral process. He was one of the most active members of a Group of 13 experts (G-13) who recommended opening the nominating committee for the chief executive election in 2017 to public participation and making it more democratic. They proposed doubling the size of the existing election committee from 1,200 to 2,400 members, with the expanded members being elected by registered voters in Hong Kong. When I asked him about the G-13 proposal his answer can be described as realistic fatalism. He said, “Our G-13 proposal now is in the wastepaper basket, we have a new law and we have to respect it.” It was clear that for Wong the decision was not ideal, but engaging in a major battle to oppose it might, in his mind, create more barriers to the move towards a more extended and transparent democracy.

What is next for the relationship between Hong Kong and the mainland? Businessmen and economists tend to focus on economic incentives. The more trade the less the chance for conflict. Speaking at a private function organized by the Reason Foundation, Louis-Vincent Gave, a Hong Kong based money manager and author of Too Different for Comfort highlighted that 15 percent of China’s trade takes place in renminbi, RMB, up from almost zero percent in 2009 and likely to increase. Hong Kong is the most important RMB center outside the mainland. During the last five years, RMB deposits in Hong Kong had surged tenfold to approximately RMB 900 billion. Gave believes that the increased RMB internalization will provide another boost to Hong Kong’s role as a leading financial center for China. Hong Kong is important to China for several other economic reasons. Despite that its economy represents only 3 percent of that of the mainland, Hong Kong is its second largest trading partner, representing over 9 percent of total trade. It is also the largest source of foreign investment and the largest recipient of Chinese external investment.
But not everything is economics, John Greenwood, a founder of HKCER and a member of the Hong Kong currency board, believes that the prime driver of these last and the coming decades is Chinese national pride. Regaining control of Macau and Hong Kong was essential, but only a first step to bring Taiwan to their fold. They will make major efforts to avoid messing up the integration of Hong Kong in a way which would endanger a peaceful reunification with Taiwan.

The relationship between China and Hong Kong is not simple, one freedom champion, such as Greenwood can testify that the government never pressured or criticized HKCER, even when the studies contradicted “party line.” Another, such as publisher Jimmy Lai, feels political pressure to tone down his support for political liberties. Andrew Shuen, of the Lion Rock Institute argues that “the goal is to maintain the balance that allows the continuity of economic flourishing and a gradual enhancement of political liberties, which will be best achieved by the people learning continuously from the consequences of choices made when exercising those very liberties.”

The road might be longer than some expected, but I sense that a majority will help them maintain the course.

 

Alejandro A. Chafuén es Dr. En Economía por el International College de California. Licenciado en Economía, (UCA), es miembro del comité de consejeros para The Center for Vision & Values, fideicomisario del Grove City College, y presidente de la Atlas Economic Research Foundation. Se ha desempeñado como fideicomisario del Fraser Institute desde 1991. Fue profesor de ESEADE.

Justicia social.

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 28/9/14 en: http://www.libremercado.com/2014-09-28/carlos-rodriguez-braun-justicia-social-73587/

 

Leí este titular sobre el presidente francés: «Hollande reclama a su Gobierno que concilie crecimiento y justicia social». Y el famoso actor mexicano Gael García Bernal declaró: «La falta de justicia social es el mayor lastre que carga México y el resto de Latinoamérica. Sin paz social no hay justicia. Hay una cantidad absurda de millonarios, y una cantidad absurda de pobres».

Es llamativo que prosperidad y justicia sean consideradas antónimas. Obviamente, nunca lo son, salvo en el caso de que algunas personas prosperen estafando o robando, en cuyo caso su riqueza es injusta, y es un juego de suma cero, donde lo que gana uno lo pierde otro. En todas las demás circunstancias, cualquier mejoría en la condición de las personas es justa, precisamente porque se ha conseguido sin violar derechos ajenos.

Más aún, la justicia es condición de la prosperidad, puesto que su preservación anima los esfuerzos de todo ciudadano en mejorar su propia condición. Ausente la seguridad jurídica, esos esfuerzos no rinden fruto o los rinden para el poder y quienes a su socaire medran.

¡El poder! Ese gran impostor es lo que el presidente Hollande y el pensamiento único convocan, porque «concilia» crecimiento y justicia, lo que, como hemos visto, es un disparate: dicha conciliación reclama la libertad, no la coacción. En cambio, la corrección política actúa como si el poder tuviera la magia de lograr algo que en realidad se logra con su abstención.

La explicación de esta falacia estriba en la desvirtuación de la noción de justicia, a la que se hace aparecer como la igualdad forzada mediante la ley, es decir, la igualdad hostil a la libertad, que considera que la propia prosperidad de algunos es por definición injusta, y que reclama por tanto la reparación a cargo del poder político y legislativo.

Curiosamente, la acción de ese mismo poder drena la prosperidad a partir de la equívoca noción de «justicia social», que sólo puede significar injusticia perpetrada por los poderosos para hacernos iguales, identificando mentirosamente prosperidad con injusticia, es decir, precisamente lo que la propia intervención de los poderosos produce.

Con esa falsa noción, se comprende el desvarío de García Bernal, que considera «absurdo» no sólo que haya muchos pobres, sino también que haya muchos ricos, como si fuera lo uno causa de lo otro.

Tanto Hollande como García Bernal consideran que cuando el poder arrebata los bienes de las personas, eso es, por una extraña razón,«justo».

 

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE.

Exportaciones k: la peor evolución en 113 años.

Por Roberto H. Cachanosky. Publicado el 28/9/14 en: http://economiaparatodos.net/exportaciones-k-la-peor-evolucion-en-113-anos/

 

Muletilla k: en 200 años de historia Argentina nunca estuvo mejor que ahora en tal o cual indicador. En exportaciones el período k fue el peor

En el relato k, dónde todo funciona a la perfección a pesar de que todo se cae a pedazos, hay un muletilla muy característica. Esa muletilla es decir, muy sueltos de cuerpo, que en sus 200 años de historia Argentina nunca estuvo mejor que ahora en tal o cual indicador.

Tan pegada tienen esa muletilla los k, que unos días atrás, Kicillof, para no ser menos que su líder, no tuvo mejor idea que afirmar que en los 200 años de historia de Argentina nunca se habían producido  tantos autos como ahora, patinada que, obviamente, generó todo tipo de chistes al respecto. Afirmar semejante barbaridad, muestra que sus discursos están vacíos de contenido y se limitan a lanzar frases hechas sin importarles cuándo las dicen ni en qué contexto. Ellos van, abren sus bocas y largan la frase cohete correspondiente para tratar de impresionar a su propia tropa, porque a esta altura del partido dudo que puedan convencer a alguien que no sea un incondicional k. Es decir, alguien con dos dedos de frente. A ese, más bien,  se le ríen en la cara.

Pero dejando de lado la parte anecdótica de los 200 años de historia argentina y la producción de autos de Kicillof, también se suele afirmar que las exportaciones han batido récord en 200 años de historia.

Sin duda que las exportaciones crecieron durante los últimos 12 años gracias al aumento de la producción de granos, más específicamente el yuyito, y de la suba de sus precios. Sin embargo, hace rato que Argentina viene teniendo una muy mala performance en materia de exportaciones. Mala performance que ni siquiera lograron revertir con los extraordinarios precios de la soja que imperaron en la era k y, a decir verdad,  todavía sigue imperando buenos precios a pesar de la baja de los últimos tiempos.

Gráfico 1

El gráfico 1 muestra la evolución de las exportaciones argentinas como porcentaje del total de las exportaciones mundiales durante los últimos 113 años. El gráfico es lo suficientemente elocuente y podemos ver que durante todo el período k las exportaciones argentinas siempre se mantuvieron en el 0,4% del total de las exportaciones mundiales.

Curiosamente, en 1980 y 1990 las exportaciones argentinas también representaron el 0,4% del total mundial. Es decir, ni aún con la nueva tecnología de la siembra directa y del fenomenal aumento del precio de la soja, el kirchnerismo logró mejorar la marca de períodos que detesta tanto como los 80 y los 90.

Ahora, si uno observa la curva, puede ver que las exportaciones argentinas representaban el 1,5% de las exportaciones del mundo en 1900 y luego la curva muestra una clara tendencia ascendente hasta llegar al 3,1% en 1928, es decir, un año antes de la gran crisis de 1929. Pero lo cierto es que durante casi 50 años las exportaciones argentinas representaran entre el 2,0% y el 2,5% de las exportaciones mundiales.

Si Argentina hubiese mantenido esa participación en el comercio mundial como lo hizo, por ejemplo, Australia, que se mantuvo entre el 1,5% y el 2% a lo largo de los 113 años considerados, hoy Argentina tendría que estar exportando unos U$S 375.000 millones anuales en vez de los U$S 81.600 millones de 2013, que encima son falsos porque el INDEC terminó reconociéndole a la CEPAL U$S 5.000 millones menos de lo que informa internamente.

Puesto de otra manera, no solo ha sido realmente muy pobre la evolución de las exportaciones argentinas durante la famosa década ganada, a pesar de los formidables precios para la soja, sino que, lo que es más grave, cabe preguntarse cuántos puestos de trabajo no se crearon por exportar casi U$S 300.000 millones menos de lo que podríamos estar exportando.

Antes de continuar con el análisis muestro el gráfico 2 en el cual se puede ver la participación de las exportaciones australianas en el comercio mundial durante el mismo período que analizo para el caso argentino.

Gráfico 2

El gráfico es lo suficientemente elocuente muestra una participación relativamente constante de Australia en el total de las exportaciones del mundo. Aproximadamente entre el 1,5% y el 2%. Lo curioso es que Australia partió, a principios del siglo XX, con la misma participación de Argentina pero ella se mantuvo en el mismo rango durante más de 100 años y nosotros tuvimos un momento de gran declive básicamente a partir de la segunda presidencia de Perón para entrar en una caída continua que nunca se revirtió. Hace más de 30 años que estamos estancados en el 0,4% del total de las exportaciones del mundo.

Las razones son múltiples. Una es que en esos 30 años hubo varios períodos, como el actual, en que su hizo caer el tipo de cambio real para tratar de esconder durante un tiempo serios problemas inflacionarios.

Además tenemos profundos problemas de competitividad derivados de una pésima legislación laboral, pesada carga tributaria, regulaciones, etc. que entorpecen la productividad de la economía y hace que los productos argentinos no sean competitivos a nivel internacional.

Finalmente quedó demostrado que la sustitución de importaciones ha sido letal para el desarrollo de la economía argentina, la capacidad de exportar y, por consiguiente, la posibilidad atraer muchas más inversiones y generar más puestos de trabajo y mejor remunerados. La sustitución de importaciones solo trae escasas inversiones para abastecer un reducido mercado interno. No busca grandes inversiones que apunten a competir en el mundo.

El tan ponderado modelo de sustitución de importaciones del que se vanagloria el kirchnerismo se ha traducido en un brutal estancamiento de las exportaciones, las que, por cierto, en el último año vienen cayendo en forma bastante pronunciada.

Los números son más elocuentes que los discursos del relato. Muestran que bajo este gobierno las exportaciones han tenido la peor performance en los últimos 113 años. Hoy estamos en el piso de la serie histórica de participación en las exportaciones mundiales.

Por eso, en economía siempre es importante tener presente lo que se ve y lo que no se ve. ¿Qué se ve con este modelo? Legiones de gente que viven de planes sociales, no trabajan y, en muchos casos cobran, entre los diferentes planes sociales, hasta mucha más plata que el cajero del banco que tiene la responsabilidad de manejar la caja diaria. Lo que no se ve es todos los puestos de trabajo que no pudieron crearse por encerrarnos al mundo y exportar U$S 300.000 millones menos de los que podríamos estar exportando, aclarando que en términos absolutos a principios de siglo Australia exportaba lo mismo que nosotros y en 2013 exportó U$S 252.000 millones contra los U$S 81.600 truchos nuestros.

Por eso, cuando me preguntan qué hacemos con la gente que vive de planes sociales, mi respuesta es: hagamos las reformas estructurales para ser competitivos, busquemos la integración con el mundo y lograremos atraer inversiones para exportar U$S 300.000 millones más creando los puestos de trabajo para los que hoy viven del trabajo de ajeno.

Una vez más el problema no es económico, sino esencialmente institucional. O vivimos con clientelismo político que ya no se puede financiar o la gente vive de la dignidad de su trabajo. Y posibilidades de trabajo hay viendo la capacidad exportadora  que tenemos. La cuestión es querer trabajar.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE.

El poder de la propaganda malsana.

Por Alejandro Tagliavini. Publicado el 28/9/14 en: http://independent.typepad.com/elindependent/2014/09/el-poder-de-la-propaganda-malsana.html

 

Según los organizadores, más de 300.000 personas -incluidos el secretario general de la ONU, el exvicepresidente Al Gore y Leonardo DiCaprio- se manifestaron en la víspera de la Cumbre sobre el Clima, que comenzó el 23 de septiembre en la ONU de Nueva York, para exigir una «acción» urgente contra el cambio climático. «Estoy marchando por mis hijos… para que puedan vivir… sin preocuparse de que la próxima gran tormenta destruya sus comunidades», afirmó uno de los participantes.

¿A qué tormenta se refiere? Evidentemente creyó la masiva propaganda oficialista -que suele estar dedicada a asustar intencionalmente a las personas- que asegura que semejante tormenta podrá venir «si no se hace algo» para reducir la emisión de CO2 que amenazaría al medio ambiente. Como no se trata de un especialista, evidentemente su afirmación solo proviene de la fe oficial que difundió que las autoridades norteamericanas reportaron que agosto fue el más caluroso en los registros, con 75 décimas de grado por encima del promedio global del siglo XX.

Mi  impresión personal es que las temperaturas hoy son las mismas que cuando era niño pero, en fin, debo reconocer que este no es un criterio científico. Y como tampoco soy especialista en el tema, debo escuchar las diversas opiniones y no creerle sin más a la propaganda oficialista. Hay científicos que niegan el calentamiento y, entre otras pruebas, aseguran que el hielo del Ártico, observable en fotos de la NASA, desde 2002 hasta 2014 no ha variado en promedio y hoy está por encima de 2012 cuando ocurrió un excepcional deshielo por causas naturales. En el verano de 2014 quedaron 5 millones de kilómetros cuadrados de hielo marino, mientras que en 2012 fue de 3 millones.

Hay también de los que dicen que sí hay un cambio climático, pero que se debe a causas absolutamente naturales en las que la mano del hombre o el denominado efecto invernadero producido por el CO2 no tienen ninguna responsabilidad. Los detractores de la fe oficial, tienen razón al decir que el «cambio climático» parece ser un gran negocio. Existen importantes intereses, tasas, impuestos, sanciones, noticias sensacionalistas de los grandes medios de comunicación, etc., que esconden enormes sumas de dinero que se reparten instituciones como la ONU.

Pero del otro lado también habrá intereses económicos, de modo que tampoco este es un criterio serio para decidir quién es «el bueno de la historia». Así las cosas, no sé quién tiene razón pero, por principios y por sentido común, desconfío de quienes se aferran a la violencia para «imponer» sus verdades, por aquello de que el que el que se impone brutalmente es porque no puede hacerlo razonablemente. Y los oficialistas cuando dicen «hacer algo» respecto del cambio climático se refieren a que los gobiernos utilicen el monopolio de la violencia estatal -la violencia – para imponer su verdad.

Y desconfío de quienes asustan a los niños, como la Comisión Europea que promueve un «cuento infantil» llamado «Un Calor Achicharrante» que dice barbaridades como que «Tomás disfrutaba del campo… ¡cuánta paz! De repente… ¡Oh, no!… Una espesa columna de fuego… Pensó en su amiga Lila… Suplicó… que las llamas no la hubieran atrapado… Los bomberos… luchaban contra un monstruo rojo». Monstruosidad es que esta propaganda barata llegue a los niños con el evidente fin de asustarlos.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Es Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

El origen de las normas y la propensión al intercambio, hasta en los monos.

Por Martín Krause. Publicado el 28/9/14 en: http://bazar.ufm.edu/el-origen-de-las-normas-y-la-propension-al-intercambio-hasta-en-los-monos/

 

Con los alumnos de OMMA-UFM en la Maestría de Economía, un interesante grupo con predominio de españoles y guatemaltecos, comenzamos a ver el papel de las normas en el funcionamiento de los mercados y la economía en general. Revisaremos la teoría y comenzamos ahora a considerar el libro. De su primer capítulo, destaco aquí la importancia de la normas:

“La convivencia pacífica en sociedad es posible porque seguimos ciertas normas, formales e informales, que nos permiten determinar cuál va a ser la conducta de los demás. En ausencia de ellas, la vida en sociedad sería difícil. El filósofo inglés Thomas Hobbes pensaba que se asemejaría al “estado de naturaleza” donde rigen la “ley de la selva” y el “sálvese quien pueda”.

No obstante, parece que nunca ha existido tal cosa como un “estado de naturaleza” donde el ser humano viviera sin normas pues éstas serían anteriores al hombre mismo. Y éste nunca vivió en un paraíso de independencia individual sino que siempre, desde su origen, formó parte de grupos. Los estudios antropológicos muestran que los derechos de propiedad existieron mucho antes que el desarrollo de la agricultura hace unos diez mil años, lapso que es tan sólo un breve momento en la historia del ser humano quien ha cazado y producido herramientas en pequeños grupos de familias o tribus por unos dos millones y medio de años. El origen del comercio se remonta a unos cien mil años atrás.

Nuestros esquemas de normas éticas habrían surgido, no como el fruto del uso de la razón, sino al compás con su desarrollo.[1] Ciertas visiones enfatizan la necesidad de un acto formal que de origen a la norma. Por ejemplo, Buchanan (2009, p. 26) plantea este ejemplo: Robin Hood y el Pequeño Juan se encuentran frente a frente en un puente donde solamente pasa uno de ellos. No habría ninguna regla “natural” que se pudiera invocar para quien sigue y quien se retira[2]. Sin embargo, esto es muy dudoso, a esa altura de la evolución es más que probable que existiera ya una norma que es generalmente reconocida como tal: la establecida por el propietario del puente, o por quien lo construyera, la del que llega primero al comienzo del puente, la del que viene del Norte, o de Sur, la del que va a la ciudad, o el que regresa, etc.

Las normas fueron desplazando a nuestras respuestas instintivas porque los individuos comenzaron a ver los resultados positivos que obtenían respetándolas. De la misma forma en que los animales comenzaron a desarrollar sus propios instintos de “posesión” o “territorio”, los seres humanos desarrollaron tempranas normas de propiedad, muy probablemente en relación a sus propios “territorios” o a sus herramientas y utensilios. Las bandas de cazadores no tenían desarrollado un concepto de propiedad sobre la tierra, pero sin duda respetaban distintos territorios y sabían muy bien de quién era cada herramienta y el derecho que tenía para usarla.[3]

Intercambio monos

La propensión al intercambio, según Vernon Smith, estaría presente incluso en los ancestros del ser humano. Si los seres humanos y los chimpancés modernos se separaron de nuestro ancestro común hace unos 5 a 6 millones de años, comparten, más que ningún otro primate no humano, una notable so­fisticación en su organización social y tienen una notable capacidad para involucrarse en actos de reciprocidad, tanto positiva como negativa. Smith llama “reciprocidad po­sitiva” al acto en que un individuo respondea los bienes o favores que otro le ha transferido previamente. Citando las investigaciones del biólogo holandés Frans de Waal comenta que el número de transferencias de comida entre chimpancés en una dirección se relacionaba positivamente con las transferencias en la dirección opuesta: “si A comparte mucho con B, entonces B, en general, comparte mucho con A, y si A comparte poco con C, entonces C también comparte poco con A”. También “el acicalamiento afecta el compartir posterior: la probabilidad de A de ob­tener comida de B mejoraba si antes A había acicalado a B duran­te el día” (De Waal, 1996).

 

[1] Dice Hayek (1990, p. 55):“La capacidad de aprender es más el fundamento que el logro de nuestra razón o de nuestro entendimiento. El hombre no viene al mundo dotado de sabiduría, racionalidad y bondad: es preciso enseñárselas, debe aprenderlas. No es la moral fruto de la razón, sino que fueron más bien esos procesos de interacción humana propiciadores del correspondiente ordenamiento moral los que facilitaron al hombre la paulatina aparición no sólo de la razón sino también de ese conjunto de facultades con las que solemos asociarla. El hombre devino inteligente porque dispuso previamente de ciertas tradiciones –que ciertamente hay que emplazar entre el instinto y la razón- a las que pudo ajustar su conducta. A su vez, ese conjunto de tradiciones no derivan de la capacidad humana de racionalizar la realidad, sino de hábitos de respuesta. Más que ayudarle a prever, se limitan a orientarle en cuanto a lo que en determinadas situaciones reales debe o no debe hacer.”

[2] Una vez que salimos de las actividades que son en gran medida (si no completamente) internas de las personas, estrictamente privadas en el sentido real de éste término, hay pocos límites ‘naturales’ que puedan lograr de manera convincente un acuerdo general”. “En ausencia de fronteras ‘naturales’ entre individuos en las actividades que puedan emprender, surge la necesidad de una estructura definitoria, una imputación entre personas, en sí misma, sea arbitraria”. (Buchanan 2009, p. 27).

[3]Comenta Vernon Smith (2004, p. 124): “La clave para entender nuestra vieja “propensión al trueque e intercambio” se encuentra, creo, en nuestra capacidad para la re­ciprocidad, que fue seleccionada evolucionariamente y que cons­tituye la base del intercambio social, mucho antes que hubiera co­mercio en el sentido económico convencional. Todos los humanos, en todas las culturas, intercambian favores. Aunque la forma en que se expresa culturalmente la reciprocidad es infinita­mente variable, desde un punto de vista funcional, la reciprocacidad es universal. Hacemos cosas beneficiosas para nuestros amigos e implícitamente esperamos que nuestros amigos hagan cosas bene­ficiosas para nosotros. Es más, esta condición define esencialmen­te la diferencia entre amigos y enemigos. Evitamos relacionarnos con aquellos que no reciprocan. Tú me invitas a comer y dos me­ses después yo te invito a comer. Te presto mi auto cuando el tu­yo está en el garage y luego tú me ofreces tus entradas para el fút­bol cuando estás de viaje. Las amistades no necesariamente están conscientes de “llevar cuentas” de sus reciprocidades mutuas y el hecho que estemos en una relación de intercambio es tan natural como inconsciente, por lo que, en la práctica, la damos por senta­da. Sin embargo, una vez que dos amigos toman conciencia de una asimetría en la reciprocidad, la amistad se ve amenazada. Más aún, a las personas que persistentemente tienen problemas en es­tablecer o mantener amistades se les califica de sociópatas subclí­nicos (personalidad antisocial), que no poseen la capacidad in­consciente y la intuición para la reciprocidad”.

 

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

Explotación y plusvalía.

Por Gabriel Boragina. Publicado el 27/9/14 en: http://www.accionhumana.com/2014/09/explotacion-y-plusvalia.html

 

La principal crítica que suele hacerse al sistema capitalista dice que, como consecuencia de su funcionamiento, los obreros o trabajadores -en general- son «explotados» por los capitalistas que los emplean.
Este planteo tiene su origen en la teoría de «la plusvalía» marxista, por la cual K. Marx sostenía que «el valor» de todos los bienes que se producen en el mercado reside pura y exclusivamente en el trabajo que a ellos les dedican tales obreros y empleados. Del total de este «valor», el capitalista extraería una pequeña porción del mismo que entregaría al obrero en concepto de salario, y la «mayor diferencia» se la apropiaría aquel para sí mismo. A esta «mayor diferencia», K. Marx la llamó «plusvalía». De donde concluirá que el obrero era «explotado» por el capitalista y por esa misma diferencia (o «plusvalía»).
De inmediato, aparecieron varios detractores de esta absurda tesis, entre los que destacaron, como los más contundentes, los autores de la Escuela Austriaca de Economía, principalmente su fundador Carl Menger, y uno de sus más aventajados discípulos, Eugen von Böhm Bawerk, los que con éxito demostraron que no existe tal «plusvalía», ya que el valor de las cosas no descansa en su trabajo. Las cosas no valen porque se haya «trabajado» en ellas, sino que se les dedica trabajo porque valen. El valor es anterior al trabajo y no su resultado. Esto es de sentido común en realidad, como demostraremos seguidamente.
Cuando el ama de casa va de compras al supermercado y compra una salsa de tomates, al llegar a la caja para pagar no le pregunta a la cajera «cuantas horas de trabajo utilizó el empleado de la plantación de tomates para la cosecha del producto», y en función de esa respuesta conocer y pagar la supuesta «plusvalía». Simplemente, elije la salsa de tomates considerando solamente dos parámetros: 1) el precio y 2) la calidad del producto, (y -quizás- uno tercero, relacionado con el segundo, que es la marca). En su elección, no cuenta la «plusvalía», no sólo porque no la conoce (ni puede conocerla) sino y fundamentalmente porque no le interesa en absoluto para consumar su compra.
Supongamos ahora que el capitalista productor de tomates quisiera ganar $ 500 por cada unidad de salsa de tomates y el obrero de la plantación que lo cosecha estimara por su trabajo su «plusvalía» también en $ 500.- por unidad (es decir, en la misma suma), pero que sin embargo, terminado el producto y puesto a la venta en el comercio minorista, el público decide no pagar más de $ 100.- por cada unidad de esa salsa. ¿Dónde queda pues la «plusvalía» del obrero cosechador y de su patrono el productor capitalista? Exacto: queda en la nada…en cero. Lo que demuestra nuevamente que la fantasmagórica «plusvalía» no es más que un febril e imaginario invento marxista. Toda la ganancia, tanto del obrero como del capitalista estará contenida en alguna suma inferior al precio de venta que el consumidor ha decidido libremente pagar. Lo que, a su turno, nos dice que, tanto la ganancia del capitalista como el salario del obrero emergen de ese precio de $ 100.- abonado finalmente por el ama de casa en el supermercado, y que es el precio que estima justo para una unidad de salsa de tomates. ¿Alguien quiere hablar en este supuesto de «explotación»? Pues es libre de hacerlo. Pero en todo caso, quien estaría «explotando» al obrero de la plantación de tomates no es el capitalista, sino el consumidor. Aunque en realidad, el consumidor no está «explotando» a nadie, simplemente está pagando lo que considera es el precio de mercado, el precio justo del producto que adquiere, lo mismo cuenta para cualquier bien o servicio: ropa, calzado, electrodomésticos, muebles, inmuebles, automotores, barcos, aeronaves, motores, fábricas, empresas, etc. En el capitalismo, el consumidor decide quién gana y quién pierde. Quien pierde podrá quizás lamentarse y considerarse «explotado por el sistema», pero esto le importa un comino al consumidor. En el capitalismo, el consumidor es el soberano, el director real del «sistema», y tiene al capitalista y a sus obreros y empleados, a sus pies.
¿Y quién es el consumidor de los productos elaborados por el capitalista? Pues –curiosamente- sus mismos obreros y empleados, mas los obreros y empleados de los demás capitalistas que compiten con el primero. Con lo que, quien decide su nivel de ingresos como obrero de la plantación es el mismo obrero en su rol de consumidor al consumir la salsa de tomates que el mismo ha colaborado en producir mediante el trabajo de cosecha.
Alguien podría pensar que la «explotación» surgiría de todos modos en la manera en que el capitalista distribuye esos $ 100.- (que -en definitiva- el consumidor paga por cada lata de tomates) guardándose para sí $ 99 y entregándole $ 1 al obrero. Pero esta suposición sigue siendo pueril. En la vida real del mercado, con esos $ 100.- obtenidos por el capitalista deberá: 1) pagar los créditos que haya tomado para llevar adelante su producción, por ejemplo, préstamos bancarios, de los cuales deberá sufragar el capital prestado y sus intereses. 2) Seguidamente, de esos $ 100.- también deberá pagar los costos de sus instalaciones (amortización de maquinarias, alquileres, hipotecas, gastos de energía como luz, gas, teléfono, combustible de cosechadoras, etc.). 3) De esos $ 100.- también deberá afrontar los impuestos con los cuales el gobierno grava todo lo anterior, más también su producción. 4) Luego, de esos $ 100.- deberá pagar los salarios de sus obreros y empleados. Y, (5) recién en quinto lugar, luego de pagar todos esos gastos previos, podrá deducir lo que se llama su «ganancia». De donde observamos que, descontados todos sus costos, sus «ganancias» apenas representarán un quinto de lo cobrado por el producto final.
Va de suyo que, la distribución de esos $ 100.- no puede hacerla de un modo tal que «explote» a sus prestamistas; locadores; proveedores de materias primas; servicios públicos; al fisco, obreros, empleados, etc. Todos estos costos del capitalista son costos fijos, y no puede decidir no pagarlos o pagarlos en la cuantía «que quiera», so pena de quebrar y cerrar definitivamente su producción. No le queda pues ningún margen para «explotar» a sus obreros y/o empleados. No le queda más remedio que pagarles lo que realmente les debe por su trabajo. Que como ya vimos, no consiste en ninguna «plusvalía», cuya inexistencia ya hemos demostrado.

 

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE.  Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero.