El gobierno reconoce su incapacidad para solucionar la crisis.

Por Roberto H. Cachanosky. Publicado el 23/8/14 en: http://economiaparatodos.net/el-gobierno-reconoce-su-incapacidad-para-solucionar-la-crisis/

 

Kicillof acaba de reconocer que el gobierno no puede solucionar la crisis económica, aunque, por supuesto le echó la culpa a una crisis económica mundial inexistente

Viendo que se les viene la noche desde el punto de vista económico, no sorprende que Kicillof, sin que se le mueva un pelo y sin ponerse colorado, acaba de afirmar, en el Consejo de las Américas, una especie de show oficialista que anualmente organiza la Cámara Argentina de Comercio comandada por el antes ultramenemista Carlos de La Vega y ahora ultrak, que: &»la economía mundial no arranca, y las exportaciones de Argentina, y de todo el mundo, se ven afectadas&». Es Realmente de un descaro nunca visto el tipo de afirmaciones que hacen los funcionarios k para no hacerse cargo de los destrozos económicos que han hecho y siguen haciendo.

¿De qué se queja Kicillof si los k tuvieron la suerte de tener un precio promedio, remarco la palabra promedio, de la soja que fue algo más del doble del que tuvo De la Rúa? Ni teniendo un precio promedio de la soja que más que duplicó el de De la Rúa pueden sostener este inviable modelo que, por definición, tiene el germen de su propia autodestrucción y cada vez en forma más acelerada.

El kirchnerismo siempre negó que fuera el viento de cola externo el que ayudó a sostener tantos años de populismo. Es más, siempre insistieron en el modelo de sustitución de importaciones y en que el consumo interno era el gran motor del crecimiento del modelo. ¿Cuál es el problema que tiene ahora con el mundo si el modelo es vivir con lo nuestro y solo consumir lo que se produce internamente?

La realidad es que lo de Kicillof es una descarada mentira porque EE.UU. acaba de crecer el 2,5%, China el 7,5%, Inglaterra el 3,2%, Eurozona 0,7%, Australia 3,5% y nosotros vamos de cabeza a un -4%. No es la crisis mundial que afecta el precio de la soja, es que EE.UU. está teniendo una cosecha récord. En EE.UU. invirtieron y acá ni sembrar maíz es negocio. O, puesto de forma más crítica, si en el país del trigo producir trigo no es negocio, ¿qué queda para el resto de los sectores productivos?

Al kirchnerismo le está pasando lo mismo que le pasó a todos los ensayos populistas de los últimos 40 años. Usaron el tipo de cambio como ancla contra la inflación y terminaron con una crisis del sector externo y fiscal.

Lo mismo que ahora hace el kirchnerismo lo hizo José Ber Gelbard en 1973 con su famosa inflación cero que terminó en el rodrigazo. A Martínez de Hoz le ocurrió lo mismo con la tablita cambiaria, el plan austral también saltó por los aires al combinar inflación con tipo de cambio anclado. El plan austral fue sustituido por el plan primavera, que también ancló el tipo de cambio y terminó en la hiperinflación. La convertibilidad ya sabemos qué pasó, aunque este caso da para otro debate, y no veo ninguna razón para que ahora no terminemos en otra crisis tan grave o, tal vez más grave, que la de 2002.

Todos estos planes populistas tuvieron como característica principal el déficit fiscal producto del aumento del gasto público. El déficit fiscal, financiado con emisión monetaria, generaba inflación que deterioraba el tipo de cambio real afectando el sector externo, es decir, al caer el tipo de cambio real se castigaban las exportaciones y se estimulaban las importaciones. Aclaremos que el tipo de cambio real no bajaba porque se producía un fenomenal ingreso de capitales producto del optimismo inversor. Caía porque por la inflación subía más rápido que el tipo de cambio nominal. Unos sostuvieron la ficción del dólar barato con controles cambiarios, otros con endeudamiento externo y estos con el cepo y otras medidas arbitrarias.

Ahora bien, en el caso particular de este modelo tiene una dinámica tan perversa que ya es inevitable el estallido. Eso está fuera de discusión. Lo que está en debate es si le estalla al que armó este desastre,  es decir al kirchnerismo, o al próximo gobierno.

¿Cuál es esa dinámica perversa? Como este gobierno ya no tiene chances de generar la más mínima confianza, los únicos dólares que pueden ingresar son los que provienen de las exportaciones. Las exportaciones vienen cayendo al 10% anual, entre otras causas, por la caída del tipo de cambio real. Pero como el gobierno está decidido a anclar el tipo de cambio, por este lado no tiene solución. Por el contrario, tiene más problemas.

Es que al tener cada vez menos dólares por la caída de las exportaciones, cada vez se pueden importar menos insumos. Se estima que hay unos U$S 4.000 millones de importaciones ya realizadas que todavía no fueron pagadas. Algo así como el viejo chiste que dice: mándame la mercadería hoy que mañana te mando el cheque. Y el cheque nunca llega. Estamos, por decirlo suavemente, entrando también en una especie de default comercial. El Central no autoriza los pagos de importaciones realizadas.

Al faltar insumos los productores locales pueden producir cada vez menos. La actividad económica cae, entonces, por falta de insumos, por la caída del salario real que lleva a consumir menos y por falta de inversiones. Al caer la actividad económica disminuye la recaudación en términos reales. Como al mismo tiempo el gobierno sigue subiendo el gasto público, el déficit fiscal aumenta. Esto quiere decir que el Central tiene que emitir cada vez más moneda para financiar al tesoro, produce más más inflación, cae más el tipo de cambio real y desestimula más las exportaciones. Es decir, cada vez se achica más la cantidad de dólares que entran por exportaciones, que es la única vía de ingreso de divisas que hoy le ha quedado al kirchnerismo.

Así, la economía argentina entra en tirabuzón. El déficit fiscal produce inflación, la inflación hace caer el tipo de cambio real, esto conduce a menos exportaciones. Al haber menos exportaciones hay menos dólares para comprar insumos. Faltan insumos y se produce menos, al producirse menos hay menos actividad, menos recaudación tributaria, más déficit fiscal, más emisión, más inflación y así sigue la historia con más desocupación y caída del salario real.

Por eso Kicillof abrió el paragüas y dijo que la crisis internacional impide que las políticas de estímulo internas tengan efectos. Ya le está echando la culpa al mundo por la crisis económica que generaron ellos mismos y ahora no quieren hacerse cargo.

Es más, Kicillof habló de una eventual suba de la tasa de interés en EE.UU. que puede afectar el tipo de cambio en Argentina. Si subiera la tasa de interés en EE.UU. se produciría el flye to quality, o vuelo a la calidad. Los inversores financieros llevan sus capitales a EE.UU. y los retiran de los países emergentes. El punto es que acá no viene un dólar ni por casualidad, de manera que el fly to quality no nos afecta. Pero para el relato político sirve el argumento para zafar cuando no haya más alternativa que devaluar. La culpa será, en ese caso, de la Reserva Federal de EE.UU. que habrá subido la tasa de interés y no de las enormes inconsistencias de esta impresentable política económica.

En síntesis, por las declaraciones de Kicillof todo parece indicar que están poniendo las barbas en remojo porque saben que se les viene la crisis económica encima y en boca del mismo Kicillof dicen que no tienen solución a la crisis que viene porque, como corresponde al relato, la culpa nunca es de ellos.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE.

Un golpe mortal a la economía

Por Iván Carrino. Publicado el 31/8/14 en: http://opinion.infobae.com/ivan-carrino/2014/08/31/un-golpe-mortal-a-la-economia/

 

Para la mayoría de los economistas del mundo, Estados Unidos salió de la Gran Depresión gracias a la Segunda Guerra Mundial. En efecto, si uno mira los números del PBI norteamericano, 1940 es el año en que se regresa al mismo nivel que 1929. Sin embargo, esos números están fuertemente afectados por el esfuerzo prebélico del Gobierno, lo que hace que el PBI no sea la medida más adecuada para medir el bienestar de la ciudadanía. ¿Por qué? Porque los consumidores no están mejor cuando se fabrican tanques y ametralladoras, sino cuando se innova y se multiplican los bienes de consumo que mejoran directamente su calidad de vida.

Un indicador que tardó más en recuperarse fue la inversión privada, que recién superó los niveles previos a la crisis en 1946, una vez finalizada la guerra, dando lugar a una recuperación verdadera y sostenible que impactó directamente en la calidad de vida de la población. ¿Por qué tardó tanto la inversión privada en recuperarse y, por tanto, en sentar las bases para la recuperación sostenible? Para el economista Robert Higgs, se debió a la “incertidumbre de régimen”, es decir, a la “preocupación por parte de los inversores privados de que los derechos de propiedad sobre su capital y la renta que este produce serán atacados por la acción del gobierno. Tales ataques pueden surgir de muchas fuentes, que van desde simples aumentos de impuestos, a la imposición de nuevos tipos de impuestos, a la confiscación directa de la propiedad privada. Muchas amenazas intermedias pueden surgir de diversos tipos de regulación, por ejemplo, de los mercados de valores, del mercado de trabajo y los mercados de productos. En cualquier caso, la seguridad de los derechos de propiedad no descansa tanto en la letra de la ley sino en el carácter del gobierno que hace cumplir o amenaza esos presuntos derechos de propiedad”.

Como puede verse, Higgs no habla de otra cosa que de lo que conocemos como “seguridad jurídica” o “calidad institucional” y atribuye, nada menos que a este concepto, la demora de los Estados Unidos en recuperarse de la Crisis del 30. El tema no es menor ya que, por estos lares, el gobierno no parece entender bien la importancia de brindar seguridad jurídica o certidumbre de régimen. Para el Ministro de Economía, Axel Kicillof, el concepto en sí mismo es “horrible” y para la presidente Cristina Fernández son los empresarios y no el Gobierno los que tienen que “generar confianza”.

En este sentido, no solo impulsan una modificación a la Ley de Abastecimiento para perseguir a las empresas con la excusa de que ponen precios altos y acaparan mercadería, sino que ya han ensayado con más medidas del estilo como las discrecionales licencias de importación, las sucesivas prohibiciones para exportar productos, la confiscación de los fondos de las AFJP y la imposición de un sistema de control de cambios, donde luego de su flexibilización, solo a la porción más rica de la población se le permite ahorrar en dólares oficiales y hasta el 20% de sus ingresos.

Por si esto fuera poco, en un país que estuvo en default el 52% de los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno entra nuevamente en suspensión de pagos por negarse a pagarle a los holdouts y propone al Congreso una ley para que unilateralmente se cambie la jurisdicción de pago. Esto no solo afecta los derechos de propiedad de los tenedores de bonos, sino que implica un mayúsculo incumplimiento de la sentencia de la Justicia norteamericana, enviando el mensaje de que Argentina es un país que siempre respeta las sentencias a menos que sean en su contra.

Tanto el default -voluntario o involuntario- como las medidas de intervención que le dicen a los empresarios “ustedes van a ganar plata cómo y cuando yo quiera”, son todos elementos que contribuyen a generar incertidumbre de régimen con el consecuente desincentivo a la inversión.

Los resultados de estas políticas están a la vista y por eso es que no solo es necesario que el Congreso no respalde ninguna de estas iniciativas, sino que aquellos que están pensando en postularse para las elecciones del 2015 tengan esto en cuenta y hagan de la seguridad jurídica la piedra fundamental de su política económica. De no ser así, seguiremos la senda del deterioro que emprendimos hace más de 50 años.

 

Iván Carrino es Licenciado en Administración por la Universidad de Buenos Aires y Máster en Economía de la Escuela Austriaca por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Trabaja como Analista Económico de la Fundación Libertad y Progreso, es profesor asistente de Comercio Internacional en el Instituto Universitario ESEADE y profesor asistente de Economía en la Universidad de Belgrano.

El mercado imperfecto:

Por Gabriel Boragina. Publicado el 30/8/14 en http://www.accionhumana.com/2014/08/el-mercado-imperfecto.html

 

Un lector critica mi definición de capitalismo en los siguientes términos:
«Por principio, no me gustan las definiciones. El Capitalismo, como cualquier otro Sistema, ha ido evolucionando con el paso del tiempo, porque las circunstancias han cambiado.»
Siguiendo el criterio de este lector, tendríamos que postular el cierre definitivo o clausura de la Wikipedia. Pero naturalmente con ello no sería suficiente. Además, también tendríamos que postular el cierre definitivo de la Real Academia Española. Y enviar a la hoguera todos los diccionarios y enciclopedias del mundo. Con todo, no creo que mediante estos procedimientos pudiéramos acabar con las definiciones que no le gustan a nuestro amigo lector. Claro que no.
Con el tiempo he aprendido que cuando alguien me dice que «no le gustan las definiciones», en realidad lo que me está queriendo decir es que lo que no le gustan son mis definiciones y en cambio le gustan sus definiciones. Como veremos, cuando analicemos como continúa su mensaje el lector en cuestión, nos daremos cuenta que también es su caso. Lo que no le gusta a este lector es mi definición, solamente porque contradice la de él, que obviamente le gusta más.
Pero notemos como continúa su crítica este lector. Dice seguidamente a lo anterior esto:
«Vivimos en un mundo en el que se adora al Mercado».
Para refutar esta falsedad me permito -inmodestamente- citar un párrafo de mi libro Socialismo y Capitalismo,donde digo:
«Catalácticamente; el mercado es un proceso de intercambio de valores y no mucho más que eso en esencia, proceso en el cual, intervienen millones de personas, virtualmente todo el mundo y dentro del cual, los valores intercambiados no son necesariamente materiales, en el mercado, se truecan valores (por definición, inmateriales) que recaen sobre objetos materiales o inmateriales, en última instancia; y como bien han subrayado los economistas austriacos, todos los valores transados en el mercado son inmateriales, algo que un antiliberal niega, sea por ignorancia o bien por pura maldad.» (ob. Cit. Pág. 293)
Un poco más abajo digo:
«….si estudiar el complejo mecanismo de funcionamiento del mercado puede llevar algún tiempo y una cierta dosis de preparación y especialización, entender qué es el mercado no requiere un esfuerzo análogo, como ya hemos explicado; allí donde hay dos personas y se verifica un intercambio, por minúsculo e insignificante que sea, allí ya tendremos un mercado, toda persona que consume, que produce, que demanda o que oferta cualquier cosa, está formando parte del mercado, con lo cual, difícilmente pueda hablarse de «excluidos» del mercado, y –nuevamente digámoslo- que el mercado no excluya a nadie no implica otorgarle facultades sobrenaturales ni divinas; todos formamos parte del mercado en la medida que cumplimos alguna o todas de dichas actividades, ocurre que no se puede estar «fuera» del mercado, como no es posible que haya personas que estén «fuera» de la sociedad. Claro que, otra cosa será hablar de cuál será el nivel de satisfacción y de vida de dicha sociedad; pero sea que hablemos de sociedades ricas o pobres, ambas siempre lo serán o no, pero invariablemente dentro de la estructura del mercado.» (ob. Cit. Pág. 296)
Como percibimos, a través de los párrafos transcriptos, no tiene ninguna clase de sentido decir que «se adora al mercado».
Tal quedó plasmado en las citas de mi libro, el mercado no es otra cosa que la palabra mediante la cual designamos el proceso por el que la gente hace intercambios entre sí. Estos intercambios se efectúan por necesidad (o -mejor dicho- para satisfacer una necesidad) y no por «adoración». Nadie compra un par de zapatos porque «adore» entregarle su dinero al zapatero. Ni el zapatero compra el pan porque «adore» darle ganancias al panadero. Si vamos al caso, sería más «adorable» poder tener de todo sin necesidad de comprar ni vender nada, es decir tener todo gratis. Desde este punto de vista, el mercado no tendría nada de «adorable». Se trata -como tantas veces dijimos- simplemente de un mecanismo de intercambio entre personas. Nadie «adora» al mercado. Se podrán «adorar» los productos que en este mercado se producen, pero no al mercado en sí mismo. La importancia del mercado no reside en que sea o pueda ser objeto de «adoración».
Continúa nuestro lector de esta manera:
«Creo en los mercados como herramienta y no creo en el Comunismo ni en el Populismo».
Como recordaremos al comenzar nos dijo que no le gustaban «las definiciones». Pudimos inferir que, lo que en realidad quiso decir fue que no le gustaba mi definición de capitalismo, sino la suya (que por cierto tuvo buen cuidado en ocultarla o callarla, aunque podemos imaginarla). Pero cuando dice que no cree en el comunismo ni en el populismo (ignoramos el porqué las letras capitales en ambos vocablos) ello implica que reconoce como diferentemente definidoslos términos «capitalismo-comunismo-populismo». Si estas tres palabras no estuvieran definidas de manera diferente, las tres deberían significar la misma cosa para el crítico lector, pero es evidente que no usa las tres como sinónimos. Ergo, lasdefine de manera separada, con lo que él mismo se autoinvalida cuando -en contrario- afirma que «no le gustan las definiciones». De hecho, está usando definiciones, está definiendo… claro, a su gusto y a su manera. Pero define. Al menos, lo hace cuando distingue entre «capitalismo-comunismo-populismo».
Y sigue, el amable lector, así:
«pero no es cierto que los mercados se autoregulen»
Y ya que el lector define (aunque lo niegue) recordemos que, según la definición de mercado (conforme la Escuela Austriaca de Economía en varios de sus autores) esta palabra sólo designa a un mínimo de dos y un máximo de infinitas personas realizando intercambios. ¿Tiene sentido decir que las personas que intercambian no se pueden «autoregular»? Es más, ¿tiene sentido decir que estoy impedido de «auto-regularme» cuando voy a comprar al supermercado? En realidad, tanto el lector como yo y todos estamos «auto-regulados» cuando vamos al supermercado. Lo que nos «auto-regula» es la cantidad de dinero que tengamos al momento en nuestras billeteras (o saldos en las tarjetas de crédito). Si yo no pudiera «auto-regularme» cuando voy a comprar, sería un comprador compulsivo, gastaría todo mi ingreso, y en poco tiempo me quedaría en la miseria.
En este sentido, el mercado me «auto-regula» en cuanto a lo que gano (que no es más que una cierta cantidad) y lo que gasto o puedo -mejor dicho- gastar (que necesariamente tiene que ser siempre una cantidad inferior a la primera).
Y cierra su comentario, nuestro amable lector, con esta frase:
«entre otras cosas porque no existe el mercado perfecto»
Esta especie de humorada la hemos refutado cientos de veces. ¿Alguien puede creer que en un mundoimperfecto existen cosas «perfectas», por ejemplo, un mercado? Ningún liberal pro-capitalista creyó ni creerá jamás en «mercados perfectos».
Pero en realidad, quienes se quejan de que los mercados son imperfectos están asumiendo que, los que -según ellos- deberían regular los mercados (es decir, los burócratas estatistas) son «por» definición «perfectos». En suma, quienes se consideran «perfectos» son precisamente los que se quejan de que los mercados son imperfectos. O sea, todos quienes discrepen con ellos son «por definición» imperfectos. Y «perfectos» serian los que «se dan cuenta» que los mercados son imperfectos. F. A. v. Hayek dio como título a su último libro el nombre de este síndrome: La fatal arrogancia. Cuidémonos pues de los que acusan a los mercados de imperfectos, ya que ello implica que ellos -o quienes ellos designen en su lugar- serán aquellos a quienes señalen como «perfectos» para controlar, no sólo los mercados sino a todos nosotros.
Tener que explicar todas estas cosas indica, a las claras, la poca idea que se tiene en general de lo que es tanto el capitalismo como el mercado.

 

Gabriel Boragina es Abogado. Master en Economía y Administración de Empresas de ESEADE.  Fue miembro titular del Departamento de Política Económica de ESEADE. Ex Secretario general de la ASEDE (Asociación de Egresados ESEADE) Autor de numerosos libros y colaborador en diversos medios del país y del extranjero.

Cuando el horror enciende las alarmas

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 28/8/14 en: http://www.lanacion.com.ar/1722393-isis-cuando-el-horror-enciende-las-alarmas

 

El avance de las milicias del llamado «Estado Islámico en Irak y el Levante» parecía ser -hasta no hace sino unos pocos días- una marea incontenible. El grupo de milicianos islámicos fanáticos sunnita que responde a ese «califato», se ha apoderado de nada menos que un tercio del territorio de Siria, así como de un tercio del territorio de Irak. En poco tiempo, entonces, ha llegado a controlar un territorio bien significativo, afectando la integridad territorial de los dos países mencionados.

Además ha capturado lo sustancial de los yacimientos de hidrocarburos que estaban en producción en el primer país y cinco yacimientos adicionales en territorio de Irak. Todo un temprano botín de guerra, que se acrecentó dramáticamente cuando -al apoderarse de Mosul, la segunda ciudad de Irak- las fuerzas de ISIS (según las siglas en inglés) se hicieron de fondos líquidos que algunos estiman en unos 500 billones de dólares.

A ello se suma, en términos de peligrosidad real, el disponer de toda suerte de modernos armamentos norteamericanos anteriormente suministrados a las fuerzas armadas de Irak, de los que esas fuerzas se apoderaron al tiempo de tomar Mosul.

No obstante, dos acontecimientos recientes, particularmente graves, parecen haber conmocionado a la comunidad internacional y, como veremos enseguida, acercado a enemigos de ayer, ahora repentinamente unidos por una dramática realidad que, para todos por igual, es inaceptable.

Nos referimos, primero, a la cobarde decapitación de James Foley, un periodista norteamericano. Realizada con fines intimidatorios, ocurrió diez años después de la del empresario Nicholas Berg por las milicias iraquíes de Abu Musab al-Zarqawi, las antecesoras directas de ISIS.

Y, segundo, a la persecución genocida de la minoría Yazidi, un pequeño grupo étnico enrolado en el zoroastrismo, cuyo pasado se hunde en la antigüedad, que casi muere de hambre, sed y frío en las montañas del norte de Irak, escapando de esas fuerzas.

Ambos hechos, por la intensa repugnancia que generan, parecen haber disparado, de pronto, todas las alarmas. Que ahora se escuchan en los más diversos rincones del mundo. Con componentes de urgencia.

Ocurre que estamos frente a un peligro real al que el propio Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Chuck Hagel, acaba de definir como «una amenaza inminente a todos nuestros intereses». Paradójicamente, hasta el líder religioso supremo de Irán, el Ayatollah Ali Khamenei, podría seguramente haber utilizado exactamente las mismas palabras, respecto de lo que significa para su país.

Para la vida diaria de las personas sometidas a la presencia de ISIS, su aparición en sus vidas supone una inmediata -y absolutamente depravada- regresión al pasado.

Lo que sucede en la ciudad de Raqqa, en el norte de Siria que, desde mayo del año pasado funciona como centro neurálgico de ISIS- así lo demuestra.

Allí las mujeres deben vestirse con el velo «niqab». Los pantalones, en consecuencia, les están vedados. Corren, asimismo, el riesgo de ser circuncidadas, contra su voluntad. A los ladrones, se les amputan las manos. A las mujeres presuntamente infieles, se las apedrea hasta morir. Los opositores corren el riesgo cierto de ser decapitados o crucificados, con las imágenes de sus muertes multiplicadas y difundidas por los medios electrónicos, una de las armas constantemente utilizadas por los jihadistas. En las pocas peluquerías de mujeres que quedan en la ciudad se debe pintar de negro las imágenes femeninas de los envoltorios de los respectivos productos. La música es silenciada, como si fuera una aberración. Y los helados, así como el alcohol, están terminantemente prohibidos. Por lo demás, quien no se detiene a orar las cinco veces por día previstas por el Islam corre, instantáneamente, riesgo de vida.

Un súbito retorno a la Edad Media se ha impuesto por la fuerza. Si es necesario, a sablazos. Con prescindencia de sus circunstanciales víctimas.

Por esto, los Estados Unidos, convocados -expresamente y de urgencia- por el gobierno de Irak, han vuelto a combatir en ese país. Aunque, por ahora, tan sólo desde el aire. Sus 35 bombardeos aéreos -realizados en apenas tres días- fueron todo lo eficaces que se suponía. Porque permitieron a las fuerzas militares de la minoría kurda, los peshmerga, recuperar el control sobre la represa de Mosul, en una acción estratégicamente crítica. Insólitamente, los cazas norteamericanos debieron bombardear allí a varios sistemas de armas de origen norteamericano, que en algún momento fueran entregados al ejército de Irak, capturados por ISIS en Mosul.

En este tipo de enfrentamientos, cuando no hay apoyo aéreo, las cosas son mucho más difíciles, según lo demuestran los tres intentos fracasados por retomar la ciudad de Tikrit, emplazada a un centenar de kilómetros al norte de Bagdad, aún en manos de IRIS.

Por esto Barack Obama está pidiendo a su Congreso autorización para poder actuar desde el aire también en el espacio aéreo de Siria. Más allá de los meros vuelos de reconocimiento que ya están operando. Lo que supondría comenzar a mantener alguna coordinación con la aviación siria. Algo impensable, hasta no hace mucho.

Los milicianos son eficientes. Combaten bien pertrechados y están curtidos por tres años de una durísima guerra civil en Siria. Además imponen una confrontación basada en la movilidad constante de sus pickups artilladas. Distinta. Veloz. Cambiante. Sin demasiados blancos fijos.

Pese a la enorme importancia que cabe asignar al apoyo aéreo, lo cierto es que ninguno de los países árabes del Golfo ha participado, ni ofrecido participar, en las operaciones militares aéreas realizadas contra ese grupo fanático. Hablamos de más de un millar de cazas de última generación, estacionados en tierra. Esto, presuntamente, debería cambiar. Pronto. En línea con lo que Egipto y los Emiratos están haciendo en Libia.

La existencia esta realidad de horror y salvajismo está precipitando cambios. Como el de Alemania, que acaba de ofrecer expresamente armamentos a Bagdad. Pese a ser el tercer exportador de armas del mundo, Alemania se había -hasta ahora- opuesto insistentemente al levantamiento del embargo europeo de armas respecto de la guerra civil en Siria. Francia, mucho más activa en esto que Alemania, está desde hace rato suministrando armas a los insurgentes sirios. Hablamos de aquellos que pertenecen a las líneas más moderadas que combaten al régimen de los Assad en el norte de su país. Y está sugiriendo que Irán debería coordinar su acción contra ISIS con la del resto de la comunidad internacional. Italia, por su parte, está también suministrando armas a los opositores moderados sirios. Fuerzas especiales británicas buscan hoy en el terreno a quien se supone fuera el verdugo de James Foley.

A lo que cabe agregar que, en el plano de los hechos, las cosas también están cambiando. Las tropas de Irán, por ejemplo (a estar a las noticias difundidas por Al Jazeera) acaban de combatir junto a los kurdos en territorio iraquí, aportando una columna de 1.500 hombres, con tanques. Y los veteranos de la guerrilla kurda conocida como «PKK», que hasta ahora sólo combatían contra el gobierno turco, hoy lo están haciendo -codo a codo- con los «peshmerga», esto es con los milicianos kurdos iraquíes, en las cercanías de Erbil, contra ISIS.

Turquía, que tiene a 49 miembros de su consulado en Mosul secuestrados por ISIS, que los utiliza como escudos humanos, se está enfocando, por ahora, sólo en la ayuda humanitaria de los desplazados «Yazidis».

El gran cambio en el escenario es que, de pronto, los Estados Unidos e Irán tienen, según queda visto, un enemigo común: ISIS. Que, además, está en guerra con el régimen de los Assad, en Siria.

Comprensiblemente, todos reaccionan con horror ante la repugnante brutalidad de las acciones de ISIS, desplegadas siempre con una suerte de omnipotencia arrogante, propia de quienes pretenden actuar en nombre de un Dios que (creen) no condena, sino bendice, su inhumana depravación y sus injustificables series de asesinatos.

ISIS es una amenaza mayor de la que Al-Qaeda supusiera en su momento. Inmediata. Brutal. Desafiante. Para casi todos, incluyendo a China y Rusia.

Tiene, por lo menos, unos 20.000 combatientes en Siria. Y quizás otros tantos en Irak. Dispone de billones de dólares en efectivo; vende -subrepticia, pero exitosamente- crudo y gas natural; controla recursos naturales; y hasta cobra impuestos. Y ha cooptado a un grupo de antiguos oficiales del régimen de Saddam Hussein y de su partido, el «Baath», con amplia experiencia en el uso -y abuso- de la violencia.

Pese a que la aparición de los califatos radicales no es un fenómeno nuevo -como lo demuestra lo sucedido en Afganistán en tiempos de los «talibanes»; o en Sudán, Mali, Bengazzi o Nigeria, más recientemente- nunca esos experimentos habían obtenido tanto poder y representado un peligro directo tan enorme para la comunidad internacional.

Las banderas negras de ISIS han aparecido ya en protestas callejeras tanto en París, como en Bruselas y Londres. Puede entonces hasta pensarse que las banderas negras que representan a la intolerancia como identidad podrían aparecer, de pronto, también entre nosotros. Quizás, como alguna vez aparecieron las palestinas en nuestros estadios de fútbol. Sería grave. Particularmente cuando nuestra sociedad está aturdida por haber sido víctima de toda una década de prédica incansable de odios y resentimientos.

Ocurre que, para ISIS, todos estamos incluidos en la lista de aquellos que, si no abrazan su credo, renunciando al propio, deberían en algún momento morir. Lo que parece un absurdo en el mundo de hoy pero que, no obstante, como realidad es innegable.

Esa es, precisamente, la razón de las alarmas que hoy resuenan por doquier. Cabe recordar que los cristianos hemos, en el pasado, sido intransigentes en lo religioso. Incluyendo a Santo Tomás. Y a Juan Calvino, cuando la ejecución de Miguel Servetus. No obstante, desde el Concilio Vaticano Segundo, hemos comprendido que la fe no puede nacer y, menos aún, crecer o mantenerse a sablazos, desde que debe nutrirse de la libertad, todo lo contrario a la coacción.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Es profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.

Alberdi y Perón…, la Biblia junto al calefón, pero es mejor que el progresismo “berreta”.

Por Martín Krause. Publicado el 27/8/14 en: http://bazar.ufm.edu/alberdi-y-peron-la-biblia-junto-al-calefon-pero-es-mejor-que-el-progresismo-berreta/

 

En una sección del diario La Nación llamada “Políticos en el diván”, el presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires, Gustavo Marangoni, sostiene que “el progresismo en la Argentina es muy berreta”. http://www.lanacion.com.ar/1721096-sin-titulo

En primer lugar, aclaremos el término para los lectores de otros países. Según el Diccionario del Lunfardo de Oscar Conde, “berreta” es: adjetivo: “aplicable a algo de fina apariencia y poca calidad. 2) Falso, apócrifo, adulterado. 3) Ordinario, de mala calidad”. Por otro lado, “la Biblia junto al calefón” es parte de la letra de un famoso tanto llamado “Cambalache”, un comercio donde se vendía de todo.

Parece bastante osado al plantear que la síntesis perfecta del pensamiento sería entre Alberdi y Perón, aunque cómo pueden compatibilizarse dos cosas tan distintas está por verse. De la misma forma, también parece que él mismo tiene un costado alberdiano y otro más bien peronista, al menos en temas económicos.

Le preguntan:

“-¿En cuánto estima la inflación?

-Es muy alta. Yo no quiero fijar un número. Pero una inflación de dos dígitos en el contexto actual del mundo es alta. Y una inflación alta no es conveniente, no sirve.

-Marque verdadero o falso: “La emisión genera inflación”.

-Es verdadero, pero depende del contexto de la emisión. Por ejemplo, en 2004, 2005, 2006, vos tenías un alto nivel de emisión, pero había una fuerte necesidad del público de pesos, y los absorbían. Entonces, no tenía un impacto inflacionario. Hoy es diferente. Si vos querés financiar el gasto exclusivamente con emisión, vas a tener un impacto inflacionario.

-¿Qué le parecen las medidas del Gobierno contra la inflación?

-Me parece que hay que terminar el puente. Tres cuartos no sirven. El cuarto final es salvar esta situación con los holdouts. Habiendo un fallo, lo que hay que ver es cómo cumplirlo sin comprometer el resto.”

Me quiero concentrar ahora en la respuesta correcta, o alberdiana. Dice que es verdadero que la emisión genere inflación, aplicando claramente un principio básico de la teoría cuantitativa del dinero. Correcto. Pero la TCD lleva muchas veces a un análisis lineal y erróneo: todo crecimiento de la oferta monetaria genera aumento de precios. Eso no es así: todo depende del comportamiento de la demanda. La respuesta, correctamente señala que hubo períodos de aumento de la demanda de dinero por lo que el aumento de la oferta no generó inflación. Dice “hoy es diferente”, es decir, hoy no aumenta la demanda de dinero, por el contrario, cae.

Pero luego le preguntan:

“-Si fueran gobierno, ¿cómo harían con la inflación?

-La inflación baja con inversión. Daniel tiene muy claro cómo generar un ámbito para que haya inversiones. Para eso tenés que poner reglas de juego claras.”

Si bien la inversión es fundamental para el crecimiento y, al aumentar la oferta de bienes tiende a reducir los precios, la inversión requiere de tiempo para tener efecto y la inflación, siendo como es, un problema monetario, requiere también de una política monetaria para resolverlo. Es decir, hay que dejar de emitir. Y para dejar de emitir hay que cerrar las causas que llevan a ello, en nuestro caso el excesivo gasto público con un déficit fiscal que se cubre con expansión monetaria. Esto es mencionado en la pregunta anterior, pero no aparece cuando se pregunta directamente cuál es la solución.

Por supuesto que hay que alentar la inversión y el crecimiento del capital pero incluso para esto es necesario dejar de emitir ya que la inversión necesita previsibilidad en los precios futuros, y para ello será necesario reducir el gasto y eliminar el déficit.

A los políticos les cuesta decir esto porque significa “ajuste” pero cualquiera sabe que cuando está gastando de más no queda otra que ajustarse.

 

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

Dominica será el primer país del mundo en adoptar Bitcoin:

Por Belén Marty: Publicado el 28/8/14 en:  http://es.panampost.com/belen-marty/2014/08/28/dominica-sera-el-primer-pais-del-mundo-en-adoptar-bitcoin/

 

Por primera vez en la historia, un país adoptará oficialmente el Bitcoin como moneda: Dominica, una isla y república en medio del Caribe. Será recién en marzo de 2015, gracias a un acuerdo entre las autoridades y los representantes de Coinapult, Aspen Assurance, Bitcoin Beauties y College Cryptocurrency Network (CCN).

La iniciativa, denominada “Let the Bit Drop” (“Deja al bitcoin fluir”) enviará cierta cantidad de bitcoins a cada habitante de la isla a través de un mensaje de texto al celular. De esta manera, Dominica concentrará en sus más de 70.000 residentes la comunidad Bitcoin de mayor densidad del planeta.

“El objetivo es simplemente aumentar la adopción de Bitcoin en el mundo. Vamos a crear decenas de miles de nuevos usuarios de Bitcoin de la noche a la mañana. Por supuesto que esperamos que estas personas disfruten y continúen utilizando bitcoins, y que el proyecto funcione como evidencia del concepto en comunidades similares en todo el mundo. Queremos que haya miles de proyectos como este”, manifestó el CEO de Coinapult, Ira Miller en exclusiva para PanAm Post.

La enigmática fecha elegida, un homenaje a la matemática

La fecha elegida por los organizadores para su lanzamiento será el 14 de marzo de 2015 a las 9:26, hora local (en inglés se leería 3/14/15 a las 9.26) que coincide con el día mundial del número π (pi), la famosa constante matemática.

“Ese día es el día de pi, el número matemático. Pi es un objetivo, una verdad matemática, no una creación humana. Todo el mundo puede comprender, utilizar y fortalecerse por el pi. De la misma manera, Bitcoin aplica la misma objetividad y transparencia en las transacciones financieras”, indicó el directivo, aludiendo a los principios matemáticos subyacentes a Bitcoin que le dotan de seguridad y transparencia.

“El día de pi convenientemente es justo después del Carnaval, una de las creaciones humanas gloriosamente más imperfectas”, además explicó Miller.

Ese día los organizadores de “The Bit Drop” celebrarán el lanzamiento de la entrega de bitcoins con una fiesta nacional en la que invitarán a músicos, celebridades, realizarán sorteos y tendrán stands con material introductorio y educativo sobre la criptomoneda.

Por su parte, otro de los socios del proyecto, Crypto College Network (CCN) de la universidad Massachussets Institute of Technology (MIT) estará encargado de distribuir material educativo en toda la isla sobre qué es el Bitcoin, cuáles son sus ventajas y sus usos.

El director ejecutivo de Coinapult, Ira Miller, y Kenneth Darroux, ministro de Ambiente y Planeamiento de Dominica.

Además, colaborarán para educar a los locales minoristas de Dominica sobre los beneficios de aceptar Bitcoin como medio de pago y podrán montar puestos de venta de sus productos el día de la fiesta.

El financiamiento de la compra de los bitcoins que luego serán distribuidos gratuitamente vendrá de donaciones del público en general, así como del patrocinio de empresas que deseen participar en el proyecto.

En cuanto a la relación entre los socios organizadores y las autoridades de la isla, Miller explicó que su acercamiento con los funcionarios de Dominica fue mayormente con fines educacionales.

Según el CEO de Coinapult, los ministros con los que habló fueron abiertos a la adopción de esta iniciativa porque creen en el potencial económico que podría dar Bitcoin a esta isla caribeña.

Los interesados en donar para que este proyecto pueda llevarse a cabo exitosamente pueden entrar a letthebitdrop.com. Sarah Blincoe, la líder del proyecto le contó a PanAm Post que aquellos que donen 0,1 o más bitcoins participarán de un sorteo por un viaje todo incluido para participar de la fiesta de lanzamiento.

Bitcoin, una oportunidad para Dominica

Geográficamente, Dominica está localizada sobre el mar Caribe, al norte de Venezuela y al sudeste de República Dominicana. Dominica es una república que forma parte de la Mancomunidad Británica (el Commonwealth británico), posee una desocupación del 23% y una bajo índice de inflación anual (2,1%).

Según datos de la Fundación Heritage, Dominica se encuentra por sobre el promedio del mundo en cuanto a su apertura económica, pero aún cuenta con altos índices de corrupción interna.

En 2008, Dominica se unió al ALBA, la alianza comercial de países, liderada por Hugo Chávez, que mantiene una visión socialista de la economía.

 

Belén Marty es Lic. en Comunicación por la Universidad Austral. Actualmente cursa el Master en Economía y Ciencias Políticas en ESEADE. Conduce el programa radial “Los Violinistas del Titanic”, por Radio Palermo, 94,7 FM.

Justicia e Igualdad

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 26/8/14 en: http://www.carlosrodriguezbraun.com/articulos/la-razon/justicia-e-igualdad/

 

Manos Unidas es una importante ONG católica que promueve el desarrollo en el Tercer Mundo y cuyas ideas rara vez se apartan del pensamiento único antiliberal (una crítica a su forma de pensar aquí: http://goo.gl/ZNGUFY). Lo volví a comprobar hace algún tiempo al ver uno de sus carteles publicitarios, que mostraba a una mujer sosteniendo una balanza equilibrada, y el texto: “No hay justicia sin igualdad”.

Todo sugería que no se trata de la única igualdad realmente compatible con la justicia y la libertad, que es la igualdad liberal, la igualdad ante la ley. Al contrario, la igualdad a la que aludía el cartel de Manos Unidas es la igualdad socialista, la igualdad mediante la ley, es decir, la igualdad que exige la violación de la libertad y los derechos de los ciudadanos a cargo del poder político y legislativo.

A veces la propaganda antiliberal suaviza esta igualdad coercitiva con un adjetivo, y habla de “igualdad de oportunidades”, pero esto es esencialmente una ficción: lo que el socialismo de todos los partidos persigue nunca es la igualdad de oportunidades sino de resultados impuestos a la fuerza por la política. Todo esto pulveriza la idea misma de la justicia. Nótese que en el caso de la igualdad ante la ley la consigna de Manos Unidos puede funcionar coherentemente en los dos sentidos: no sólo no hay justicia sin igualdad sino que tampoco hay igualdad sin justicia. En cambio, si se trata de la igualdad mediante la ley, a la postre ni hay igualdad ni hay justicia.

 

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE.

Los diez (u once) principales problemas ambientales en Argentina (y en América Latina).

Por Martín Krause. Publicado el 26/8/14 en: http://bazar.ufm.edu/los-diez-u-once-principales-problemas-ambientales-en-argentina-y-en-america-latina/

 

En un interesante artículo titulado “Urgencias ambientales: los diez problemas que esperan solución”, La Nación comenta los resultados de una investigación de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara: http://www.lanacion.com.ar/1720041-urgencias-ambientales-los-diez-problemas-que-esperan-solucion

Como el informe del Índice de Calidad Institucional 2013 también consideraba los principales problemas ambientales, aunque en este caso eran 11 y se referían a toda América Latina, era bastante sencillo comparar un caso con el otro: http://www.libertadyprogresonline.org/2012/07/12/indice-de-calidad-institucional-2012/

De los 10 temas presentados por la Fundación, hay 8 que también se consideran en el informe: agua, residuos, energía, minería, bosques, glaciares, pesca comercial y fauna silvestre. Los que no están, aunque se mencionan en otros puntos son áreas protegidas y leyes ambientales. Y los que no tiene el informe comentado son cambio climático (tal vez porque se atiene a los problemas locales), contaminación del aire (es raro que esto no se haya incluido), agricultura, asentamientos urbanos informales y conciencia ambiental.

Pero la diferencia más importante no está en los ítems que se consideran sino en el enfoque. El de la Fundación es predominante en el área de los estudios ambientales. Está claro que el ambiental, como otros, no es un problema que deba ser analizado desde una sola perspectiva, y es claro también que tienen componentes históricos, sociológicos, culturales, etc. Eso no se puede negar. Pero tampoco se puede negar que tiene componentes económicos. Y estos brillan por su ausencia en el artículo. No hay una sola referencia a derechos de propiedad o precios. He aquí la gran diferencia con el informe del Índice.

Una frase del director de la Fundación señala correctamente la necesidad de considerar incentivos: “No se puede recurrir solo a la buena voluntad de la gente para cuidar el medio ambiente”.

Correcto, la voluntad (vinculada con la conciencia del problema) es muy importante. Nosotros diríamos que nada mejor que apuntalar la voluntad con incentivos económicos, con premios y castigos monetarios, como los imponen los derechos de propiedad y los precios.

Porque, ¿no hay acaso un problema de precios en el del agua o la energía que se consumen. Políticas populistas han mantenido esos precios bajos por años con el objetivo de favorecer el bolsillo del consumidor, pero esto hace que no se “economicen” esos recursos. Si no hay mucho que pagar no hay mucho incentivo para ahorrar en el consumo de agua o energía.

Dadas las soluciones que el informe plantea, la correcta frase de que no se puede recurrir solo a la buena voluntad parece concluir que hay que recurrir al garrote de las leyes, regulaciones y el poder del estado. Sin embargo lo que aparece planteado en el ICI 2012 es que puede haber incentivos económicos. No hace falta el látigo de la norma cuando hay que asumir el costo de las decisiones que se toman.

En posts futuros compararé las soluciones regulatorias propuestas por este informe con las que se proponen en el informe del ICI.

 

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

 

ORIGEN DE LA PROPIEDAD

Por Alberto Benegas Lynch (h)

 

Con total desconocimiento de la realidad social, se dice que todos los humanos tienen derecho sobre la Tierra por el solo hecho de haber nacido. Si ese fuera el caso, si todos tuvieran derecho sobre la Tierra aparecería de inmediato “la tragedia de los comunes” primero expuesta conceptualmente por Aristóteles, un fenómeno así bautizado por Garret Hardin. Es decir, si fuera de todos en verdad no sería de nadie y necesariamente mal utilizada puesto que los incentivos de utilizar lo propio es completamente distinto a lo que teóricamente pertenece a todos, tal como revela reiteradamente la experiencia cotidiana.

 

Dado que los recursos son escasos en relación a las necesidades se hace imperioso asignar derechos de propiedad a los efectos de darle el mejor uso posible a criterio de quienes compran o se abstienen  de comprar en el supermercado y equivalentes. En ese contexto el que mejor uso le da a su propiedad está mejor sirviendo los deseos y preferencias del prójimo. En otros términos, cada propietario para mejorar o mantener su propiedad debe ofrecer bienes y servicios que agraden a los demás. Si deja inexplorados sus recursos o los explota mal a criterio de otros, incurrirá en quebrantos y se consumirá el capital. Es decir, las posiciones patrimoniales no son irrevocables, cambian de manos según sea su uso y los que dan en la tecla en el gusto de los demás preservarán o incrementarán su patrimonio.

 

Como hemos apuntado antes, las diferencias de ingresos y patrimonios son,  en el mercado abierto, el resultado de las votaciones en el plebiscito que tiene lugar con las transacciones cotidianas. Ahora bien, debe destacarse muy especialmente que nada de lo dicho tiene lugar si en vez de operar el mercado los operadores reciben privilegios gubernamentales de cualquier naturaleza que sean. En  este caso las diferencias de ingresos y patrimonios son el resultado de una tremenda injusticia debido a que proceden de la vil explotación de llamados empresarios a sus congéneres puesto que nada tiene que ver con la competencia y el favor de la gente sino del favor de los aparatos estatales que, como queda dicho, otorgan dádivas a los amigos del poder.

 

En cambio, la asignación de derechos de propiedad hace que los más meritorios administren los escasos recursos para bien de los demás, lo cual, simultáneamente aprovecha al máximo el capital y maximiza las inversiones que es el único factor que hace que los salarios e ingresos en términos reales aumente. Y esto último es el fin y el propósito de la sociedad abierta desde la perspectiva económica y que permite en el contexto del respeto recíproco que cada uno siga su camino sin lesionar derechos de terceros.

 

Los fundamentos del derecho de propiedad se han ido solidificando a través del tiempo con innumerables contribuciones, básicamente con los trabajos notables de John Locke, Robert Nozick e Israel Kirzner (en ese orden). Paso a resumir esta triada pero antes subrayo que para los empecinados en que la Tierra es de todos, estas elucubraciones no resultarán relevantes puesto que lo que les interesa no es la fundamentación de la propiedad a través de la historia, en cambio tal vez los convenza lo dicho hasta aquí en cuanto a la conveniencia de la institución para obtener el máximo provecho de los escasos factores productivos para todos, pero muy especialmente para los más necesitados. De lo contrario, en ausencia de propiedad privada (nadie sembrará para que otros cosechen y así sucesivamente) que es lo que produjo, por ejemplo, las hambrunas horribles en el nuevo continente a raíz del experimento comunista de los primeros 102 colonos instalados en Plymouth en lo que luego sería Estados Unidos que desembarcaron del Mayflower en 1620. Hambrunas detalladas en el célebre informe del Gobernador William Bradford (Of Plymouth Plantation) donde resultan claras las razones por las que se abandonó la idea de la propiedad colectiva, cambio también señalado por no pocos economistas y cientistas políticos.

 

En The Second Treatise on Government Locke fundamenta el                      orígen de la propiedad del siguiente modo “cada hombre tiene la propiedad de su propia persona, a esto nade tiene derecho más que él mismo. El trabajo de su cuerpo y el trabajo de sus manos podemos decir que son propiamente suyos. Entonces, cualquier cosa que remueva el estado de naturaleza significa que ha mezclado su trabajo y lo ha juntado con algo que es suyo, y, por tanto, lo hace de su propiedad. Lo ha removido del estado común y le ha agregado trabajo lo cual excluye eso del derecho común de otros hombres”. Es decir, el derecho de cada cual sobre sí mismo se extiende a lo que obtiene lícitamente, el derecho a la vida supone el de mantenerlo sin lesionar derechos de terceros. Pero aparece una complicación cuando Locke agrega lo que se conoce como el lockean proviso y es que “esta trabajo es incuestionablemente la propiedad del trabajador, ningún hombre sino él tiene el derecho sobre aquello que ha sido de este modo anexado por lo menos allí donde hay suficiente que queda en para otros” (la cursiva es nuestra).

 

Y aquí es donde viene la crítica de Nozick en su Anarchy, State an d Utopia quien sostiene que este lockean proviso es un absurdo puesto que aquella limitación hace imposible el derecho de propiedad ya que al invertir la secuencia partiendo de la persona que “no dispone de lo suficiente” no se debería permitir que la persona más próxima anterior pueda apropiarse de lo que le falta, por tanto, esa otra persona no podría ejercer su derecho. A su vez, la situación de esa otra persona “fue afectada” por una tercera persona al apropiarse de cierta propiedad, por lo que ésta tercera persona no tendría derecho a la propiedad y así sucesivamente hasta llegar al ocupante original. En base a esta secuencia argumental el propietario original es el causante de todo lo demás, lo cual conduce a que no podría existir el derecho de propiedad mientras hayan indigentes.

 

Este análisis Kirzner, en Discovery, Capitalism an Distributive Justice, lo reemplaza al enfatizar el elemento del descubrimiento de un valor por parte del propietario original expresado por medio de signos por el que le resulte claro a terceros quien descubrió ese valor del cual se apropia sin que haya tenido propietarios anteriores. Se elimina así el lockean proviso y las objeciones adicionales de Nozick que mencionaremos más abajo, mostrando como el proceso de mercado optimiza la productividad, especialmente para los más necesitados. Los usos y costumbres harán que varíen los aludidos signos exteriores, los cuales deben ser renovados periódicamente al efecto de que resulte claro a quien pertenece esa propiedad.

 

En la obra mencionada de Nozick también descarta la noción lockeana  de “mezclar el trabajo” puesto que sostiene que no resulta claro, por ejemplo, hasta donde se extiende la propiedad de un astronauta que decide limpiar una parcela en Marte: no es claro si es dueño de la parcela o de todo ese planeta. También escribe que no resulta claro que la construcción de un cerco es solo dueño de la tierra bajo el cerco o si es dueño de toda la tierra cercada (añade que tampoco es claro que tipo de trabajo debe realizar para ser propietario en cada grano de tierra, para no decir nada del subsuelo). Asimismo, se pregunta cual es la razón de que el mezclar trabajo lo hace propietario en lugar de perder ese esfuerzo y se cuestiona el motivo por el que quien arroja una lata de jugo de tomate al mar se adueña del océano al mezclarse con sus moléculas. Por último, se cuestiona el porqué mantener que agregar trabajo incrementa el valor del bien, lo cual no sucede, por ejemplo, con un cuadro al que se le tira una lata de pintura encima.

 

Antes de cerrar esta nota periodística aludo a dos temas adicionales. En primer lugar, algunos que han leído el trabajo de Thomas Sowell en el que apunta que el problema de la sobrepoblación malthusiana no es tal puesto que en los setenta toda la población del planeta cabría solo en el estado de Texas con 670 metros cuadrados por familia tipo de cuatro personas y que Manhattan tiene la misma densidad poblacional que Calcuta y lo mismo Somalia respecto a Estados Unidos, al efecto de destacar que el problema no es la población sino la calidad de los marcos institucionales. En este contexto equivocadamente se ha propuesto que se otorgue tierra a todos en propiedad con lo que se desconoce que si se expropia para tal fin en realidad no hay propiedad ya que esta institución requiere continuidad en el uso y disposición en un marco de seguridad jurídica.

 

En segundo lugar y por último, al margen señalo que hay quienes siguen a Henry George sosteniendo que las cargas fiscales deben concentrarse en el factor tierra ya que argumentan que el valor de éste crece con el tiempo cuando se incrementa la población “sin que tenga mérito alguno el propietario”, lo cual -la tesis de la “renta inmerecida”- desconoce que esto está atado a todos nuestros ingresos que son fruto de las tasas de capitalización que generan otros, con el lenguaje que de hecho existía antes de nuestro nacimiento, lo mismo con las diversas instituciones y demás externalidades positivas. La renta de la tierra y nuestros ingresos son consecuencia principal del modo en que asignemos recursos y la productividad en línea con las preferencias de terceros y, como queda dicho, según las acciones de otros en el mercado que derivan en el valor de los activos. Pero no importa el valor que esos otros le atribuyan a un factor de producción, si el titular no le da el uso adecuado, no podrá retener el bien.

 

Por último, invito a mis lectores a que observen los abultadísimos patrimonios -casi siempre malhabidos- de quienes atacan la propiedad desde el poder político, es “la nueva clase” de que nos habla Milovan Djilas.

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. En Administración. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y fue profesor y primer rector de ESEADE.

Preocupa la situación económica de Venezuela

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 22/8/14 en: http://www.lanacion.com.ar/1719913-preocupa-la-situacion-economica-de-venezuela

 

A quienes seguimos de cerca la evolución de la situación de Venezuela no nos sorprende demasiado que la prestigiosa Fundación Gétulio Vargas, que a través de su Instituto Brasileño de Economía mide anualmente el «clima económico» de los distintos países de la región, acabe de informar que el menos atractivo de todos esos «climas» es hoy el de Venezuela. Precisamente aquel que nosotros pareciéramos empeñados en replicar.

Lo que, en cambio, sí es sorprendente, es la visión de Venezuela que tiene públicamente la principal «calificadora de riesgo» china. Particularmente después que China y Venezuela, envueltos en la retórica, acaban de suscribir una panoplia de 38 nuevos acuerdos de cooperación socioeconómica, que ya forman parte de los 400 acuerdos bilaterales suscriptos entre los dos países desde 1999 hasta la fecha.

Me refiero a la calificadora china Dagong Global Credit Rating, que fuera fundada en 2009, conjuntamente por el Banco del Pueblo y por la Comisión de Comercio y Economía del Estado de China.

Para Dagong, Venezuela enfrenta graves desequilibrios macroeconómicos que son capaces de sumirla, en el corto plazo, en una recesión. Si esto ocurriera, la calificadora china cree que el malestar social que ya existe en Venezuela podría exacerbarse.

Dagong define al gobierno venezolano como ineficaz, cuando de enfrentar los problemas económicos se trata. Esto es respecto de poder corregir el elevado déficit fiscal, recomponer la debilidad de las reservas internacionales y ajustar el tipo de cambio. Para la calificadora, esa ineficacia en resolver los problemas estructurales repercute negativamente en la administración de Nicolás Maduro. Por ello, explica, existe un clima generalizado de descontento, a lo que se agrega inestabilidad política. Sin decirlo, es evidente que Dagong advierte que los «bolivarianos» han perdido ya el apoyo mayoritario de su pueblo.

La calificadora china señala que el año 2013 ha sido negativo para Venezuela. Adverso, entonces. Porque derivó en una moneda nacional groseramente sobrevaluada y en una inflación creciente. Casi fuera de control, en rigor. A lo que suma el impacto, también negativo sobre la economía venezolana, del constante declive del volumen total de la producción de petróleo y la creciente debilidad del precio internacional del barril de crudo. Para un país que esencialmente depende del petróleo, muy mal augurio.

Según Dagong, la economía de Venezuela se contraerá este año. En su opinión, un 2,3% del PBI venezolano. Fuertemente, entonces. A lo que agrega que, en el mediano plazo, el posible crecimiento de Venezuela será, en todo caso, lento y débil.

Respecto de las finanzas públicas venezolanas, las proyecciones de Dagong son también malas. Estima que este año habrá un déficit fiscal de casi el 15% del PBI y que la deuda pública, para fines de año, habrá de superar el 52% del PBI, lo que no parece desesperante. Aunque Dagong nos advierte que el nivel de endeudamiento habrá de seguir en ascenso en los años sucesivos, lo que sí es preocupante.

En un análisis prolijo de la realidad venezolana, Dagong expresa asimismo su preocupación por el bajo nivel de reservas internacionales de Venezuela, que es de apenas el 5,7% del PBI del país. También formula un alerta respecto del desusado crecimiento del endeudamiento público denominado en dólares, en momentos en los que la moneda norteamericana pareciera haber ingresado en una etapa de apreciación respecto de otras monedas.

El pago de la deuda venezolana se ubica ya en el 20% de los ingresos venezolanos por exportaciones de hidrocarburos, las que, a su vez, generan el 96% de las divisas del país. Lo que evidencia una dependencia particularmente peligrosa de los ingresos que son generados por las exportaciones de crudo, prácticamente las únicas que genera Venezuela.

Cabe señalar que el gobierno venezolano cancela frecuentemente sus pasivos financieros con China mediante pagos con petróleo. En especie, entonces. No está, sin embargo, demasiado claro cuánto de los 56 billones de dólares que Venezuela le debe a China ha sido cancelado de esa manera.

Queda claro que la calificadora china es realista. Y que, respecto de Venezuela, sabe ser sincera, aunque sin aparecer brutal

Por lo antedicho no llama la atención que Venezuela haya aparentemente encargado al banco de inversión Lazard Ltd. la venta de una enorme refinería que tiene en los Estados Unidos y de su cadena norteamericana de estaciones de servicio (Citgo), cuyo valor está estimado en unos 10 billones de dólares. Tampoco sorprende que el ineficaz Nicolás Maduro haya finalmente reconocido la verdad al admitir públicamente -por primera vez- que su gobierno enfrenta «dificultades económicas severas». Es absolutamente así. Para Dagong y para casi todos los observadores serios.

El tamaño y la voracidad creciente del estado venezolano, así como la absurda política de subsidios han sido los principales responsables de la vorágine inflacionaria que se ha apoderado del país, motorizada siempre por el vértigo en la emisión de bolívares con la que se financia al sector público del país caribeño y se mantiene el esquema de subsidios que, desde hace rato, desangra al tesoro venezolano.

En un comentario típico de Nicolás Maduro, señaló que la deuda que su país mantiene con China «no es una deuda pesada, es un financiamiento». De no creer. Mientras tanto, la petrolera estatal venezolana Pdvsa acaba de decidir que, en más, los dólares producidos por sus exportaciones de crudo se depositarán en cuentas del China Citic Bank. Más dependencia, es obvio.

Para no terminar en un previsible colapso, Venezuela necesita imperiosamente aumentar sus exportaciones de crudo. Ampliar su capacidad de oferta. Revertir entonces el ciclo de descenso de los últimos años. Invertir. Ocurre que para 2016 Venezuela se ha comprometido a exportar a China un millón de barriles diarios, lo que hoy es simplemente imposible. Pese a que Pdvsa ha reducido enormemente sus despachos a terceros países.

Queda claro que la calificadora china es realista. Y que, respecto de Venezuela, sabe ser sincera, aunque sin aparecer brutal. No disimula sus opiniones, pese a ser ellas, según queda visto, sumamente negativas respecto del presente y del futuro de Venezuela. Ni siquiera la extensa madeja de relaciones políticas edificada entre ambos países parece haber podido nublar su parecer.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Es profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.