PROGRAMA DE EXTENSIÓN ACADÉMICA EN CIENCIAS SOCIALES

INICIA EL 12/8/14:

 

El PEACS se dicta con éxito desde varios años. Está dirigido a estudiantes universitarios y jóvenes graduados que deseen ampliar su formación en el área de ciencias sociales, y que busquen conocer e interactuar con gente que comparta su inquietud por conocer los fundamentos de una sociedad libre. .

Opinión sobre el PEACS

“El programa resultó una puerta de entrada hacia una nueva forma de abordar la economía, y me brindó las herramientas y los conocimientos multidisciplinares generales que me ayudaron a reorientar mi interpretación del problema económico. Allí encontré las respuestas que estaba buscando, y conocí gente que compartía mis inquietudes y mi visión de las Ciencias Sociales. Jamás olvidaré lo aprendido, dado que produjo un cambio tangencial en mi concepción de la Ciencia Económica.” Julián Alberto Batista (PEACS, 2009)

“EL PEACS fue una gran oportunidad para adquirir conocimiento sobre temas fundamentales, tanto en forma teórica como aplicada. Me brindó las herramientas para entender cuestiones de las que muchos hablan pero pocos realmente entienden”, Catalina Fuentes Benítez (PEACS, 2011).

 

http://www.eseade.edu.ar/cursos-de-extension/programa-de-extension-academica-en-cs-sociales/programa.html

 

 

Tribunal Electoral de Brasil ordena a Google retirar publicidad crítica de Rousseff

Por Belén Marty: Publicado el 30/7/14 en:

 

El Partido de los Trabajadores acusó a una consultora de «terrorismo económico» por asociar malos panoramas financieros a la reelección Dilma Rousseff en octubre.

En pleno escenario de campañas políticas, el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil ordenó el domingo a Google retirar inmediatamente de la red toda publicidad irregular lanzada por la consultora financiera Empiricus. El oficialismo acusa a la empresa brasileña de tener nexos con el candidato opositor Aécio Neves y de utilizar la especulación para sembrar “terror”, ya que la publicidad cuestionada advertía sobre un supuesto caos financiero en el caso de que la presidente ganase las elecciones el próximo cinco de octubre.

El pedido al organismo estatal fue realizado el pasado 25 de julio por el Partido de los Trabajadores (PT) que postula a Rouseff nuevamente como candidata presidencial y la noticia del domingo fue replicada en el portal oficial de la campaña oficialista Muda Mais (“Más Cambios”).

Allí explican que si bien respetan la libertad de expresión, lo que sucedió en este caso fue que los anuncios de Empiricus en los portales de noticias más importantes de Brasil (Estado de Minas y Correio Brazilense) sobrepasaron sus límites e interfirieron con lo que dictamina la ley electoral.

“Al anunciar formas de ‘proteger su patrimonio de Dilma’, la compañía crea un escenario de terror, vinculando la reelección de la presidenta a una posible oscilación —normal, por cierto— del mercado financiero”, informó el sitio web electoral de Rousseff.

Por su parte, el coordinador del PT Flavio Caetano expresó que Empiricus Research estaba emprendiendo un “terrorismo económico” y que “la empresa Empiricus ha utilizado posteos patrocinados en Google para divulgar contenido propagandístico favorable a Aécio [Neves] y desfavorable a Dilma, lo que es jurídicamente reprobable”.

En el documento enviado por los representantes de Dilma Rousseff, se pide que se suspenda en carácter preliminar y hasta el fin del período electoral, cualquier anuncio de la empresa Empiricus que pueda vincularse con la pelea por la presidencia de 2014 o con cualquiera de los candidatos. Además, pidieron a la justicia que interfiera y aplique una multa de R$30.000 (US$13.300) al opositor Aécio Neves, a Empiricus y a Google, esta última por ser la compañía contratada para la distribución del material aparentemente ilegal.

La defensa de Empiricus

En una nota de aclaración publicada en el sitio web de la empresa el 28 de julio, Empiricus responde a la acusación de publicación de propaganda electoral indebida.

Ejemplos de publicaciones de Empiricus en Google.

En primer lugar, invitan a la presidente a mostrar que realmente existe un nexo entre el opositor Aécio Neves y la empresa. Luego explican que la investigación que ellos realizaron demuestra que en caso de que la presidente resulte reelecta, los activos financieros se depreciarán. “Esto no es una opinión, es un hecho”, afirmaron.

“Los mercados reaccionan de manera diferente, con mayores posibilidades a favor de Aécio que de Dilma. Por supuesto, no hay ninguna predicción de que habrá una ruptura de esta correlación. Si fue así en el pasado, y es así en la actualidad, por tanto se supone que el mismo impulso continuará en el futuro, ya que no hay nuevos hechos que representen un cambio estructural en el proceso”, manifestaron.

En un subtítulo que rezaba “explicación para tontos”, describen cómo es el proceso de selección de anuncios de Google a modo de algoritmos que premian a los anuncios que másclicks reciben. Los anuncios relacionados con Dilma generaron muchísimas más visitas que aquellos de su opositor.

“Si bien es un hecho —no una opinión— que los mercados reaccionan de manera diferente a Aécio [Campos] que a Dilma, entonces uno no puede, al hablar de los mercados, dar el mismo trato a Aécio que a Dilma”, continuaron explicando.

El periodista y bloggero Reinaldo Azabedo de Veja —parte de la editorial Abril, una de las mas importantes de este país— escribió en su columna del 28 de julio: “¡Atención, lectores! Te puede gustar o no un periodista. Puede o no gustarte el análisis de un banco; puede o no gustarte la opinión del asesor. Aprobar o desaprobar estas consideraciones son parte del juego democrático. Lo que no pertenece al juego democrático es censurar las voces disidentes o, peor todavía, intentar impedir simples debates”.

¿Terrorismo electoral? publicidad de la empresa de consultoría en Google. (Empiricus).

El Banco Santander alerta a sus clientes de peso

La semana pasada, la filial brasileña del banco Santander envió un informe a sus clientes de mayor poder adquisitivo, en el cual aseguraba que la economía empeoraría en el caso de que Rousseff consiguiera la reelección. Los representantes del PT calificaron este hecho también como “terrorismo electoral”.

“Eso es terrorismo económico. Ellos hicieron eso en el pasado; ese tipo de análisis de Santander es una forma disimulada de asumir que tiene otro candidato”, indicó el vicepresidente del PT, José Guimaraes.

A raíz de este hecho, el banco envió una carta formal de disculpas a la presidente Rousseff y sacó un comunicado el viernes pidiendo perdón. Además, al menos uno de los autores del informe ya fue despedido de la institución.

 

Belén Marty es Lic. en Comunicación por la Universidad Austral. Actualmente cursa el Master en Economía y Ciencias Políticas en ESEADE. Conduce el programa radial “Los Violinistas del Titanic”, por Radio Palermo, 94,7 FM.

“Capitalismo y Libertad, el Legado de Milton Friedman“

Este jueves 31 de julio a las 18.30 tendrá lugar la charla anual “Capitalismo y Libertad, el Legado de Milton Friedman“, que tendrá entre sus oradores a Emilio Ocampo, Edgardo Zablotsky y Gustavo Lazzari.

El evento será realizado por el Instituto Maci de Unión por la Libertad y la Fundación Libertad y Progreso, con el auspicio de HACER.org y del Instituto Universitario ESEADE. Acompaña la Fundación F. Naumann para la Libertad – Argentina.

Cronograma:
18:10 Acreditaciones
18.20 Inicio del evento. Bienvenida a cargo de Yamil Santoro
18.30 Oradores: Edgardo Zablotsky, Emilio Ocampo y Gustavo Lazzari.
19.30 Preguntas
19.50 Cierre

¡Los esperamos!

El crimen de la guerra

Por Alejandro O. Gomez. Publicado el 29/6/2014 en: http://www.elcato.org/el-crimen-de-la-guerra

 

En las últimas semanas hemos sido testigos del recrudecimiento de las acciones bélicas en Israel y Ucrania. La guerra es siempre una catástrofe que no se puede justificar bajo ninguna circunstancia y así los expresó Juan Bautista Alberdi en su escrito de 1870: El crimen de la guerra. Por lo general se cree que el texto fue escrito en repudio a la Guerra del Paraguay o Guerra de la Triple Alianza (1865-1870), pero la realidad es que Alberdi escribió ese texto (que sería publicado luego de su muerte) para presentarlo al concurso de la “Liga Internacional y permanente para la Paz” que se llevó a cabo en Europa al finalizar la Guerra Franco-Prusiana.

El libro comienza analizando el origen histórico del derecho de guerra, destacando la paradoja que se presenta al analizar los hechos realizados por un individuo y por una nación, siendo que por lo general hay actos que cometidos por individuos son considerados como un delito, pero que al ser cometidos por un país son tomados como algo heroico y noble. Así las cosas, para Alberdi el crimen de la guerra reside en que cada una de las partes que participa en el conflicto cree tener la verdad y que el derecho los apoya en sus “legítimos” reclamos, sin considerar por un instante en si al otro le corresponde aunque sea una parte de razón. Así las cosas, en el pensamiento alberdiano la única guerra justificada sería la que se hace para defender la propia existencia, pero considera que el exceso en esta defensa convierte al agredido en agresor, con lo cual pierde su legitimidad.

Al examinar las causas de las guerras, Alberdi encuentra que entre las principales están la búsqueda de territorios y de poder. Por esta misma razón, rechaza la idea de “guerra justa” porque sería lo mismo que hablar de “crimen justo”, o la idea de “guerra civilizada” porque sería lo mismo que hablar de “barbarie civilizada” una contradicción que no merece mayor análisis según él. Su propuesta para mitigar los conflictos armados se basa en la tradición  medieval gala en la que cuando dos reyes estaban enfrentados, eran ellos los que tenían que luchar. Del mismo modo, proponía que las guerras fueran llevadas a cabo por los gobiernos y no por los ciudadanos, de esta manera habría menos posibilidad de conflictos.

En su opinión, la mejor manera de terminar los conflictos sería fomentando el libre comercio, ya que “cada tarifa, cada prohibición aduanera, cada requisito inquisitorial de frontera, es una atadura puesta a los pies del pacificador; es un cimiento puesto a la guerra”. En este sentido, la guerra debilita a los países porque les hace perder población y riqueza, ya que en lugar de fomentar el progreso fomenta el atraso. Por ello consideraba que el ferrocarril y el vapor eran mucho más provechosos que cualquier acuerdo internacional. Aunque lo más costoso de todo, según Alberdi, es que con la guerra se pierde la libertad. Es por ello que en su libro aboga por una paz basada en la libertad de comercio y la ausencia de proteccionismos.

Su visión en cuanto al futuro era muy optimista, aunque uno teniendo en cuenta lo que sucedió en el siglo XX podría decir  ingenuamente optimista. Él pensaba que a medida que el siglo avanzara el progreso ayudaría a evitar las guerras por medio de tribunales supra nacionales que actúen como árbitros entre las naciones. Creía que una Sociedad de Naciones podría cumplir este rol, ya que los países a medida que progresaran se podrían dar cuenta de que la paz les convenía mucho más que la guerra. Más allá de estas consideraciones, Alberdi no fue antimilitarista, y creía en la guerra justa y defensiva. Por este motivo, desarrolló la idea de la legítima intervención internacional en un estado independiente, si en este último se están violando los derechos individuales de las personas. Como una síntesis de lo que sería su pensamiento sobre todas estas cuestiones vale la pena citar una oración de El Crimen de la Guerra donde dice: “Una espada no es gloriosa por la sangre que ha derramado, sino por la  que ha impedido derramar”.

 

Alejandro O. Gomez se graduó de Profesor de Historia en la Universidad de Belgrano, en el Programa de Maestría en Economía y Administración de Empresas en ESEADE. Es Master of Arts in Latin American Studies por la University of Chicago y Doctor en Historia por la Universidad Torcuato Di Tella. Es profesor de Historia Económica en la Universidad del CEMA

UN EJEMPLO DE HONESTIDAD INTELECTUAL

Por Alberto Benegas Lynch (h)

 

David Theroux, el presidente del Independent Institute, me invitó a presenciar por la vía cibernética la conferencia en vivo de Ron Paul copatrocinada por esa entidad y pronunciada en el auditorio de la Universidad de California en East Bay el 9 de abril del corriente año.

 

Como es sabido, Ron Paul fue elegido por cuatro períodos consecutivos miembro del Congreso en Washington DC y en tres oportunidades fue candidato presidencial (una por el Partido Libertario y dos por el Partido Republicano). Es médico y autor de veinte libros sobre economía, educación y filosofía política, la mitad de ellos estuvieron en la lista de “best-sellers” durante varios meses en The New York Times. Actualmente conduce un programa de televisión y preside varias fundaciones.

 

Muchos son los temas que el orador abordó en la mencionada ocasión, pero para esta nota periodística selecciono algunos de lo que estimo fueron los puntos sobresalientes de su disertación. En primer lugar, se mostró alarmado por lo que dijo viene ocurriendo en la configuración social en su país. Señaló que en este sentido que la característica tradicional en Estados Unidos ha sido una amplísima franja de personas de ingresos medios y en las puntas los más exitosos y, por ende, muy prósperos por haber sabido satisfacer las necesidades de sus semejantes y en la otra los de menores ingresos con grandes aspiraciones y posibilidades de ascender en la escala social debido a su dedicación, esmero y cultura del trabajo.

 

Sin embargo, manifestó que lo que viene sucediendo es realmente alarmante: en una punta se destacan nítidamente los amigos del poder que se han enriquecido como consecuencia del privilegio otorgado por el aparato gubernamental de turno, la franja del medio, en gran medida se ha erosionado y el extremo más bajo se ha engrosado exponencialmente con pocas perspectivas de mejorar. Esto dijo se debe a las políticas intervencionistas de las últimas largas décadas que básicamente se tradujeron en subas extraordinarias de impuestos, incrementos impagables de la deuda pública, déficits fiscales esporádicos pero incompatibles con la prudencia financiera más elemental y regulaciones crecientes que recortan peligrosamente las libertades individuales, en un contexto de dependencia cada vez mayor del gobierno central y desmoronamiento del federalismo.

 

Ahora se publicó un libro de David Stockman en el que enfatiza lo dicho por Ron Paul en cuanto a los peligros de la modificación del cuadro social debido a los inmorales bailouts y equivalentes realizados con el fruto del trabajo de quienes no tienen poder de lobby. El libro se titula The Great Deformation. The Corruption of Capitalism in America. Es parecido a lo que señala Dinesh D´Souza en el también reciente libro titulado America: Imagine a World Without Her y a la colección de Thomas Sowell bajo el muy sugestivo título Desmantling America. Esta triada se ha traducido en un muy llamativo y gratificante éxito editorial en el mercado estadounidense.

 

En la referida exposición, Ron Paul subrayó que a los habitantes de su país se los perjudica dos veces todos los días: cuando se les cobra impuestos desmedidos y cuando se les da destino a esos ingresos tributarios dirigidos a recortar los espacios de libertad de cada uno, en cuyo contexto se detuvo a considerar numerosos ejemplos de lo que consideró un inaceptable desborde de las funciones del aparato de la fuerza incompatibles con los preceptos constitucionales.

 

Se detuvo a analizar el escandaloso programa de espionaje a ciudadanos pacíficos denunciados por quienes calificó como héroes por denunciar a quienes violaron de modo grotesco el espíritu y la letra de la Constitución estadounidense. En esta línea argumental subrayó que los rechazos mayores a esta política partieron de gobernantes de otros países al verificar que estaban siendo espiados pero poco se dijo de lo más bochornoso, como queda dicho, el ataque a la privacidad de los mandantes, es decir, los gobernados que de este modo se convierten meros súbitos.

 

Destacó la irresponsabilidad del gobierno al insistir en la frustrada e inconveniente guerra contra las drogas alucinógenas para usos no medicinales en el contexto de la fenomenal corrupción de políticos, policías, jueces y miembros de oficinas encargadas de combatir la producción, distribución y consumo de las drogas en cuestión (salvo la Guerra del Opio en China debido precisamente a los controles, desde 2000 AC no hubo problemas con las drogas hasta que Nixon impuso la prohibición en 1971 que, además, los márgenes operativos justifican al irrupción de las sintéticas). Se quejó de la impertinencia que los gobiernos consideraran vicios como crímenes y del encarcelamiento de personas que nunca lesionaron derechos de terceros así como también del crecimiento de la drogadicción debido al estímulo de márgenes operativos enormes resultado de la prohibición, todo lo cual mantuvo que se genera por las mismas causas a que condujo la llamada Ley Seca (ahora hay un push para liberar el consumo solamente lo cual favorece aun más a las mafias del narcotráfico).

 

Se extendió en la malsana tendencia al igualitarismo de ingresos y recalcó que se debe no solo a la ignorancia en temas económicos puesto que las diferencias dependen de las decisiones de los consumidores en el mercado libre cuando no hay privilegios ni empresarios prebendarios, sino también al resentimiento y la envidia que finalmente producen igualdad en la pobreza de la que principalmente escapan los burócratas y sus amigos.

 

Volvió sobre los resultados catastróficos de la política exterior estadounidense en cuanto a las intervenciones militares en otros países que han perjudicado gravemente las vidas de los soldados y sus familias, han desmembrado la economía local, han exterminado a inocentes y torturado y han creado una muy mala predisposición contra Estados Unidos debido a sus arbitrariedades difundidas con una propaganda digna de la Gestapo. En este capítulo manifestó que no deberíamos hacer a otros lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros.

 

Se detuvo a analizar la política monetaria que apuntó nos conducirá tarde o temprano a otra crisis severa. Resaltó lo contraproducente de la Reserva Federal y sus nefastas decisiones, lo cual dijo es advertido cada vez por una mayor cantidad de economistas apoyados en una nutrida bibliografía y en investigaciones de envergadura.

 

Aludió a la importancia de trabajar en el terreno educativo al efecto de que se comprendan y acepten los valores y principios que son consubstanciales a la mejor tradición de Estados Unidos para obligar a los políticos a exponer un discurso muy distinto a la demagogia que se viene practicando hace ya muchas décadas.

 

Apuntó que la idea de la libertad es en realidad reciente en la muy larga historia de la humanidad, lo corriente era el despotismo. Dijo que solo hacen ochocientos años que comenzó una lucha abierta y sistemática a favor de la protección de los derechos individuales, pero, comentó que de un tiempo a esta parte se ha tendido a revertir esa dirección para aceptar nuevamente el autoritarismo. En este contexto puso en evidencia que en los momentos que corren hay mucha gente que se ha percatado de este serio problema y hacen esfuerzos muy fértiles para frenar la avalancha y volver a las fuentes de la libertad y no solo en Estados Unidos sino en muy diferentes países. Consignó que esto último constituye indudablemente una esperanza cierta y muy vigorosa para el futuro.

 

Lo mencionó a Leonard Read que en la década de los cuarenta comenzó la lucha intelectual de modo sistemático y metódico a favor de la libertad al crear la Foundation for Economic Education en New York, pero estaba muy solo. Hoy, en cambio, pasó revista a una larga serie de nuevas instituciones y cátedras que le dan sustento al optimismo del distinguido orador. En sentido opuesto, se explayó sobre las buenas intenciones de tantas personas que para salir de la pobreza aconsejan recetas dañinas para la gente y sus posibilidades de progreso, pero dijo que las intenciones nunca resuelven los problemas si no se ha entendido cual es el diagnóstico y su correspondiente tratamiento.

 

Finalmente, en el período de preguntas luego de la disertación tuvo la oportunidad de ampliar los fundamentos de sus sugerencias y agregar otros temas como el último punto que encaró sobre la llamada ayuda externa a países denominados subdesarrolados, lo cual criticó con vehemencia al mostrar los perjuicios de apoderarse de recursos coactivamente a través de organismos internacionales para entregarlos a gobiernos estatistas y, muchas veces, corruptos. Luego de lo cual obtuvo de la nutrida audiencia una larga ovación de pie.

 

Por nuestra parte observamos tal como lo habíamos hecho en otras oportunidades, que la honestidad intelectual de Ron Paul se destaca nítidamente en las épocas que corren: es un ejemplo de integridad y conducta frente a todos los cómplices de la decadencia y timoratos que les da pánico pronunciarse por algo “políticamente incorrecto”, incapaces de abrir cauce a ideas nobles.

 

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. En Administración. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y fue profesor y primer rector de ESEADE.

CRISIS DE LA RAZÓN Y CRISIS DE LA DEMOCRACIA

Por Gabriel J. Zanotti. Publicado el 27/7/14 en: http://gzanotti.blogspot.com.ar/2014/07/crisis-de-la-razon-y-crisis-de-la.html

 

El presente libro tiene su origen en unos humildes apuntes redactados con el fin de  introducir a alumnos de post-grado a ciertos temas de la filosofía política contemporánea.

Fue redactado en el primer semestre de 2004. Sin embargo, a medida que iba profundizando ciertos temas, me di cuenta que, aunque el carácter del texto era introductorio, contenía una tesis que podía ser ofrecida perfectamente a los colegas filósofos preocupados por los grandes temas de la modernidad, la post-modernidad y la crisis de la democracia. La tesis central del libro radica en una presentación liberal clásica de la tesis central de la escuela de Frankfurt (Adorno, Horkheirmer). El diagnóstico de ellos en la década del 40 era que el proyecto emancipatorio de la Revolución Francesa había fracasado totalmente en Occidente, pues se había convertido en una mera racionalidad instrumental, alienante, que ellos identificaban con el desarrollo del capitalismo, a lo cual unían también la crisis de la democracia. Por ello su discípulo Habermas llama al rescate de la Modernidad por medio de una racionalidad dialógica, no alienante (“alienante”, esto es, las estructuras de “dominio” que son fruto de la racionalidad instrumental). A esa crisis de la razón occidental que, queriendo liberar, oprime, la llamaron ellos “Dialéctica de la Ilustración”. Pues bien: la tesis sostenida en este libro es que si, que tienen razón, que hubo y hay en Occidente una forma de concebir la razón que condujo hacia el fracaso, y ese fracaso está totalmente relacionado con la crisis actual del sistema democrático. Pero esa crisis de la razón emancipatoria fue mejor denunciada por Hayek y su crítica al “Constructivismo”, y el paso de una razón alienante a una razón dialógica fue mucho mejor hecho por P. Feyerabend y su proyecto de una “Nueva Ilustración”. A su vez, esta crisis de la razón tiene que ver con una forma de concebir la democracia que ha abandonado paulatinamente los humildes ideales liberales clásicos anglosajones, y ha convertido a los poderes ejecutivo y legislativos en monstruos burocráticos de redistribución masiva de bienes públicos, siendo ello la principal causa, no sólo de la crisis del sistema político, sino de la “racionalización del mundo de vida” denunciado por Habermas. De este modo, se ofrece también en este libro una síntesis de las propuestas de reforma institucional realizadas por Hayek y por Buchanan hace ya más de 30 años, propuestas que fueron pensadas para EEUU y Europa Occidental. Es mi humilde esperanza que los pensadores latinoamericanos, tan carentes de nuevos paradigmas orientadores en medio de sus recurrentes crisis institucionales, encuentren en esos autores y en esas propuestas una fuente de inspiración para adaptarlas a su propia situación. Ello se verá hacia el final del libro, donde creo que digo algunas cosas que puedan dar cierta esperanza también a la crisis política latinoamericana que a veces parece no tener ningún tipo de solución.

 

http://www.ucema.edu.ar/publicaciones/download/documentos/370.pdf

 

Gabriel J. Zanotti es Doctor en Filosofía, Universidad Católica Argentina (UCA).  Es profesor full time de la Universidad Austral y en ESEADE es Es Profesor Titular de Metodología de las Ciencias Sociales en el Master en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE.

La “batalla por los alimentos” y a mi me gustan las papas fritas de McDonalds

Por Martín Krause. Publicado el 29/7/14 en: http://bazar.ufm.edu/la-batalla-por-los-alimentos-y-a-mi-me-gustan-las-papas-fritas-de-mcdonalds/

 

El lenguaje militar es totalmente inútil para describir lo que ocurre en los mercados, no obstante muchos lo usan y a veces a los periodistas les encanta. Así, Nora Bär publica una nota en La Nación con el título “Alimentos: el campo de batalla del siglo XXI”. http://www.lanacion.com.ar/1712875-alimentos-el-campo-de-batalla-del-siglo-xxi

¿Dónde hay una batalla? ¿Quién está bombardeando a quién? En todo caso habrá competencia, pero eso está lejos de ser una guerra. Es cierto que luego la autora suaviza el título, que seguramente habrá sido puesto para atraer la atención del lector: “Esta metáfora belicista no hace más que reflejar las pasiones que enciende el tema de la alimentación. Pocas esferas de la actividad humana atraviesan todos los planos de nuestro universo cultural -desde la economía hasta la tecnología, la psicología, la medicina y la ecología- y a su vez están atravesadas por controversias tan acaloradas.”

Bien, entonces “batalla” se usa para decir “debate”. Sería más claro decir las cosas como son.

“En esta ensalada de conflictos, se enfrentan vegetarianos contra carnívoros, partidarios de la agricultura orgánica contra defensores de los organismos genéticamente modificados, industrias contra sanitaristas… y todo sazonado por el desafío de producir suficiente cantidad de comida para abastecer las demandas de una población creciente que, se calcula, podría llegar a los 9000 millones de personas en 2050. Una dieta difícil de digerir.”

McDonalds fries

Para todos los que no somos “constructivistas sociales”, es decir que no queremos imponer a nadie el tipo de sociedad en el que nos gustaría vivir, la solución es muy simple, que cada uno elija el tipo de comida que quiere comer.

Por ejemplo, dice el artículo: “La nutrición está en el centro de nuestras preocupaciones. Los vegetarianos reniegan de la carne, los “naturistas” aconsejan prescindir de los lácteos, los partidarios de la “dieta paleolítica”, de las harinas y el azúcar refinado. A tono con los tiempos que corren, la industria de la alimentación cultiva una imagen cada vez más cercana a la farmacia y la alta tecnología, con productos que prometen fortalecer los huesos, reducir los niveles de colesterol o mejorar el tránsito intestinal. Sin embargo, es blanco de los nutricionistas por las estrategias que pone en práctica para seducir el paladar de sus clientes, reducir costos y prolongar la “vida de góndola” de sus productos.”

De nuevo, que los vegetarianos no coman carne, que otros no coman lácteos, o harinas, etc. Eso por el lado del consumo. Pero algo similar ocurre por el lado de la producción. “Laissez-faire” significa que cada uno es libre de producir como estima más conveniente.

Por ejemplo. Dice el artículo: “Una de las voces que más se hacen escuchar a favor de una agronomía sustentable es la de Marie-Monique Robin. En Las cosechas del futuro. Cómo la agroecología puede alimentar al mundo (De la Campana, 2013), Robin, periodista de investigación y documentalista, refuta la tesis de que sólo la agricultura industrial sumada a los pesticidas pueden cultivar grandes volúmenes de alimentos. “El modelo agroindustrial promovido incansablemente desde hace medio siglo no ha conseguido ni de lejos «alimentar al mundo»”, escribe.”

Otra vez la solución es simple: Marie-Monique…, si tienes una idea de cómo debería ser la producción es fácil, adelante, ponte a producir de esa forma. Mark Zuckerberg o Steve Jobs también tuvieron alguna idea de que había que producir algo y la llevaron adelante. Si tienes éxito, si los consumidores te prefieren, te harás millonaria. El modelo que criticas ha sacado a más gente del hambre de la que existió en la Tierra en los 2000 años anteriores; pero, vamos, muestra que se puede hacer mejor.

“Además de su investigación en nueve países, Robin se basa en la tesis de Olivier de Schutter, jurista belga y relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, que en 2011 presentó un informe en el que afirma que “Resulta imprescindible un cambio de orientación. Las antiguas recetas no son válidas en la actualidad”. Hasta ahora, las políticas de apoyo a la agricultura estaban destinadas a orientarla hacia la agricultura industrial. Hoy es necesario orientarlas hacia la agroecología en la mayor cantidad de lugares posibles”. Esta última modalidad consiste básicamente en combinar los árboles y cultivos según un sistema “fundado en la asociación y la biodiversidad”.”

Perfecto, que haya un cambio de orientación. Muéstranoslo. Pero no nos obligues. A mí me gustan las papas fritas de McDonalds.

 

Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

No es Griesa, es el gasto público

Por Roberto H. Cachanosky. Publicado el 29/7/14 en: http://www.lanacion.com.ar/1713857-no-es-griesa-es-el-gasto-publico

 

Si finalmente el país ingresa en un default, no será justamente un hecho inédito para la economía argentina. Desde la Segunda Guerra Mundial hasta la fecha el país estuvo en cesación de pago más del 50% del tiempo en cuatro períodos diferentes. Pero, al mismo tiempo, desde que fue creado el Banco Central (BCRA) en 1935, la Argentina destruyó cinco signos monetarios. El peso moneda nacional, el peso ley 18.188, el peso argentino, el austral y éste que está agonizando.

La pregunta es: ¿por qué tantos defaults y destrucciones monetarias? La respuesta es muy sencilla, el gasto público no ha parado de crecer durante todo el siglo XX y lo que va del siglo XXI, y por eso el incremento de la presión impositiva hasta niveles confiscatorios ha sido insuficiente para financiar el gasto público. Dicho de otra manera, el populismo imperante en la Argentina desde hace décadas ha disparado constantemente el gasto público hasta niveles en que el déficit fiscal requería de endeudamiento público externo (por eso la deuda pública y los continuos defaults) para financiar el desequilibrio de las cuentas públicas. ¿Y por qué deuda en moneda extranjera? Porque las diferentes monedas que tuvimos nunca lo fueron en el estricto sentido de la palabra ya que no fueron reserva de valor. La inflación las asemeja a barras de hielo que se derriten. Pero, lo más importante, los persistentes ataques a la propiedad privada, fundamentalmente vía el sistema impositivo, hicieron que el ahorro de los argentinos se fugara al exterior en busca de seguridad jurídica, por lo que el mercado de capitales interno siempre fue muy reducido.

Un país como la Argentina, sometida a décadas de populismo, ha generado escasa riqueza, es decir ingreso

Hay poca oferta de ahorro interno porque la gente que lo hace opta por realizarlo en el exterior en la búsqueda de seguridad jurídica. Recordemos que el ahorro es la contrapartida del crédito: sin aquel, que es ingreso no consumido, no hay crédito. De manera que, un país como la Argentina, sometida a décadas de populismo, ha generado escasa riqueza, es decir ingreso. Como éste es reducido, el ahorro también y, encima el escaso ahorro que se genera se fuga al exterior. Por lo tanto, la oferta de ahorro interno es tan reducida que si el Estado entra al mercado a tomar crédito para financiar el gasto público, desplaza rápidamente al sector privado, eleva la tasa de interés y genera recesión. Un ejemplo sencillo nos puede dar una idea de lo mínimo que es el mercado de capitales doméstico. Mucho se habla de Vaca Muerta. El tiempo dirá si es tan importante como se dice o se limita a ser otra fantasía más de las que inventamos los argentinos. Lo cierto es que más allá del verdadero potencial del yacimiento, nadie piensa que las inversiones necesarias para explotarlo puedan llevarse a cabo con ahorro del mercado local. Todos piensan en inversores de afuera del país que tienen fácil acceso al mercado de capitales externo. Bien, si el ahorro interno no alcanza para financiar las inversiones en Vaca Muerta, mucho menos para financiar el gigantesco déficit fiscal en el que solemos incurrir en cada una de las fiestas populistas que llevan el gasto público hasta niveles exorbitantes.

No es casualidad, entonces, que los argentinos vivamos destruyendo nuestros signos monetarios y cayendo en default. Es el alto nivel de gasto público el que requiere de financiamiento extra, emisión monetaria y endeudamiento externo, hasta llegar a un punto en que la inflación se dispara destruyendo por completo la moneda y la deuda es impagable.

Nuestro problema no es el juez Thomas Griesa , ni la cláusula RUFO, ni el stay, ni los holdoutsNuestro problema es el gasto público que requiere de niveles de financiamiento que, llegado un punto, nos lleva al default y a la inflación, megainflación e hiperinflación, porque en esa materia también probamos todo.

Es el alto nivel de gasto público el que requiere de financiamiento extra, emisión monetaria y endeudamiento externo, hasta llegar a un punto en que la inflación se dispara destruyendo por completo la moneda y la deuda es impagable

Obviamente, el gasto crece porque buena parte de la dirigencia política nos ha vendido que ellos tienen el monopolio de la bondad y la solidaridad, así que hay que subir el gasto para redistribuir, hacer planes que ellos llaman sociales y a contratar legiones de burócratas que no hacen nada productivo. Más bien se dedican a entorpecer a quienes producen. Entre los empleados públicos a nivel nacional, provincial y municipal y los que viven de los llamados «planes sociales» son cada vez más los que consumen sin producir y cada vez menos los que producen para sostener el aparato estatal.

Quien haya leído la Rebelión de Atlas, de Ayn Rand, puede llegar a pensar si ese libro no fue escrito para la Argentina actual, porque como ocurre en él, finalmente la gente productiva se cansa de ser explotada por los burócratas y dejan de producir o busca otros países para hacerlo.

Nuestro problema es que tenemos un Estado que no solo gasta fortunas y en forma ineficiente, sino que, además, se encarga de complicarle la vida a los que producen y pagan impuestos, con lo cual, el gasto público termina siendo no financiable y cada tanto hacemos alguna llamarada inflacionaria para bajarlo en términos reales y/o «defaulteamos» la deuda. En realidad nos encanta hacer una combinación de ambas.

Ya estamos en niveles de presión impositiva brutales. No hay ahorro interno que pueda financiar este nivel de gasto. Cada vez es más difícil cobrarle a la gente el impuesto inflacionario y no tenemos acceso al mercado de crédito externo. Todo esto quiere decir que con Griesa o sin él, con RUFO o sin esta cláusula, el nivel de gasto público llegó a un punto en que ya no puede financiarse y estas reglas de juego son insostenibles.

 

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA) y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE.

Vencer al terrorismo.

Por Alejandro Tagliavini. Publicado el 27/7/14 en: http://independent.typepad.com/elindependent/2014/07/vencer-al-terrorismo.html

 

Durante un reciente encuentro, en Cartagena, que se llamó “La Tercera Vía: El camino a la prosperidad económica y social”, los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso, de Brasil; Ricardo Lagos, de Chile; Felipe González, de España; Bill Clinton, de Estados Unidos, y el ex primer ministro británico Tony Blair firmaron una declaración de apoyo al proceso de paz entre el Gobierno colombiano y los guerrilleros de las FARC. Pero durante la misma reunión, aclararon que el objetivo de su “Tercera Vía” es “tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario”. Hay algo de incoherencia en esto.

No es casual que en Medio Oriente y Latinoamérica, entre los pobres, el terrorismo tenga más auge. Recibí uno de esos correos electrónicos en cadena: “analicemos las siguientes reglas: prohibido tomar bebidas alcohólicas y los bares, prohibida la televisión e Internet, prohibidos los deportes, estadios, fiestas, prohibido tocar bocina, prohibido comer carne de cerdo, prohibida la música y la radio. Comer solamente con la mano derecha”. Y como si esto fuera poco “arena por todos lados, harapos en vez de ropa, gritos de agonía de un enfermo que no tiene un médico, no te puedes afeitar, ni duchar, las mujeres tienen que usar vestidos que parecen bolsas y velos todo el tiempo y a tu esposa te la elige otro”.

De pronto, te dicen que cuando mueres vas al paraíso y tienes todo lo que soñaste. ¿No te suicidarías? Si no te suicidas puedes emigrar… Aunque, la Unión Europa y EEUU te pillarán y te repatriarán y a cambio, darán a los gobiernos que te oprimen ayudas “para que tengas mejores condiciones de vida” pero que, en realidad, financiarán a los que te seguirán oprimiendo. Si Occidente no puede recibir inmigrantes, es porque su propia falta de libertad –leyes laborales y seguridad social, etc.– provoca desocupación y marginalidad.

Lo cierto es que la persona, usando su natural libertad, al realizar su vocación promoverá la vida. Pero si coactivamente –violentamente– lo oprimen, le imponen “tanto Estado como sea necesario”, es decir, leyes laborales como el salario mínimo que de hecho deja desocupados a los que ganarían menos, o cobran impuestos que terminan empobreciendo a los pobres ya que los empresarios, para pagarlos, bajan salarios o suben precios, entonces por aquello de que toda acción produce una reacción es probable que reaccionen violentamente. De modo que, mientras persistan estas opresiones que producen marginación e inducen la reacción violenta, será difícil erradicar el terrorismo.

Lo que ocurre en Medio Oriente, donde se matan entre todos y los aliados de hoy financian a los terroristas y son los enemigos de mañana, demuestra que las guerras son una farsa, donde mueren “los tontos”, y son los políticos y los traficantes de armas los que ganan. Es notable como personas que saben, por caso, que la inflación no se cura reprimiendo precios, creen que el terrorismo puede solucionarse reprimiendo guerrilleros, cuando el principio ontológico es el mismo. Al terrorismo solo se lo vence con libertad y paz, cualquier otra cosa lo potenciará, sobre todo las armas que son siempre opresoras y liberticidas. Por tanto, es una exigencia humana el terminar con todas las guerras incluida la guerra “contra el terrorismo” e incluida también otra muy atroz, que solo en México lleva más muertos que la de Vietnam y que financia a los terroristas, la guerra “contra las drogas”.

 

Alejandro A. Tagliavini es ingeniero graduado de la Universidad de Buenos Aires. Es Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California y fue miembro del Departamento de Política Económica de ESEADE.

Extraña rendición ante el mercado libre

Por Carlos Rodriguez Braun: Publicado el 27/7/14 en: http://www.libremercado.com/2014-07-27/carlos-rodriguez-braun-extrana-rendicion-ante-el-mercado-libre-73050/

 

El periodista y escritor Javier Reverte aludió en ABC al fracaso europeo, «que tiene dos caras: la de un capitalismo que ha vuelto a recuperar sus hábitos de voracidad despiadada y la de una ideología socialdemócrata que no ha sido capaz de sujetar las riendas al desbocado capital financiero». Diagnosticó así la situación de los socialistas: “su rendición a los dictados de las leyes del mercado ha supuesto una capitulación sin condiciones” de su idea original de “conciliar la libertad con la justicia social”, y el resultado ha sido que «la riqueza es hoy más poderosa que los gobiernos». Aquí hay tres errores.

Veamos primero la piedad capitalista. Uno podría recaer en las habituales caricaturas de los capitalistas malvados, pero lo que no puede hacerse nunca es dar a entender implícitamente que la perversidad censurada depende críticamente de la institución que es objeto de censura. Digamos, si afirmamos que el capitalismo es despiadado y no decimos nada más, estamos sugiriendo que el no capitalismo rebosa de piedad. El señor Reverte no puede no saber que esto último no es verdad, porque las instituciones del capitalismo –la propiedad privada y los contratos voluntarios– han sido más o menos quebrantadas en el planeta en el pasado, y nada permite concluir que su quebrantamiento está asociado con más piedad que su preservación.

El segundo equívoco estriba en diseñar el perfil de la impiedad capitalista. Don Javier presume de diagnosticarlo: el capitalismo era menos voraz pero ahora es más voraz. No hay forma de probar esto seriamente. Si el capitalismo fuera más voraz nunca habría permitido que sus beneficios fueran expropiados; al contrario, habría arrinconado al Estado y habría reducido su tamaño, peso y poder. Asombrosamente, eso es lo que dice el señor Reverte que ha sucedido: «La riqueza es hoy más poderosa que los gobiernos». La verdad es justo la contraria, porque nunca los Estados han sido más grandes, nunca las regulaciones han sido más intrusivas, nunca los impuestos han sido más elevados.

El tercer error se refiere a la socialdemocracia. Cualquiera que la conozca mínimamente sabe que no es cierto que se haya «rendido» al mercado libre. Ningún socialista de ningún país jamás ha hecho tal cosa, y, al contrario, todos los socialistas del mundo reivindican un papel importante del Estado que limite el mercado libre, y cuando gobiernan llevan a la práctica esa idea, como hemos visto reiteradamente en España y muchos otros países.

Por fin, la noción de «conciliar la libertad con la justicia social» jamás ha sido una idea peculiar del socialismo sino la cálida ficción que ha amparado el crecimiento del Estado, o que al menos ha bloqueado su reducción apreciable, en todos los países y bajo todas las ideologías de todos los partidos.

 

Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE.