Toda la esencia conceptual del kirchnerismo resumida en una frase

Por Gustavo Lazzari. Publicado el 12/7/13 en: http://www.iprofesional.com/notas/167803-Toda-la-esencia-conceptual-del-kirchnerismo-resumida-en-una-frase

El autor, economista de la Fundación Libertad y Progreso, pone la lupa en la argumentación de Cristina Kirchner para diseccionar el problema de fondo de una política que sólo se autoconcibe como árbitro de la puja distributiva.

“Creo que estas cosas tenemos que discutirlas sin agravios y sin insultos, yo quiero discutir políticas, quiero hablar de políticas concretas, quiero que me expliquen cómo hago para sacar plata de un lado y no sacársela al otro o que la tenga que poner el otro, porque en economía cuando vos le das uno es porque le dejaste de dar a otro, no hay ninguna otra posibilidad.” (Presidente Cristina F. de Kirchner 14 de Agosto 2013, Tecnópolis)

 

iPROFESIONAL.- Esta frase de la presidenta Cristina revela un concepto muy fuerte que da fundamento a toda la política económica y social del kirchnerismo. Según esta visión, “la riqueza ya está creada”, la tienen unos y por lo tanto no la tienen otros. En ese contexto la forma de obtener riquezas, bienes materiales, ingresos es a través de la exacción a otras personas.

El Estado viene a cumplir ese rol de “extractor de riquezas ajenas benevolente”, por cuanto le sacaría recursos a los más ricos para distribuirlos entre lo más pobres. Esta generosidad estatal entra en conflicto con sectores favorecidos y concentrados que “reaccionan”. Nace el conflicto de intereses que se resuelve en los cuerpos legislativos y en las urnas mediante las mayorías.

Esta suerte de biblia kirchnerista adolece de un defecto fundamental: no se condice con la realidad. La riqueza no se distribuye, se crea. Si el bienestar de las personas dependiera de la distribución de riqueza estaríamos peleando por los taparrabos de Adán y Eva.

La historia de la humanidad es la historia de la creación de riqueza. Las sociedades fueron encontrando mecanismos e instituciones cada vez más eficientes que permitieron superar estadios de confrontación por lo poco para pasar a la cooperación por lo mucho.

Hoy la humanidad está viviendo niveles de prosperidad impensables hace 100 años. Según estudios de Anguss Maddison, en 1820 el 80% de la población era pobre. En 2005 el 18% de la población era pobre.

La pobreza se redujo. Pero en los últimos 20 años hay un dato adicional. Es la primera vez en la historia de la humanidad que la pobreza se reduce en términos absolutos -no sólo relativos-. Cada año hay menos pobres tanto en cantidad de personas como en porcentaje de la población mundial. En la actualidad más de 5.000 millones de personas no son pobres.

¿Acaso podemos llegar a pensar que ese fenomenal aumento de la prosperidad mundial se produjo por “asignaciones universales provistas por los estados”? ¿Acaso fueron los secretarios de comercio quienes permitieron esa avalancha productiva? ¿Fueron las políticas sociales o los estado benefactores?

La creación de riqueza a escala global y generalizada se produjo a partir de la adopción de instituciones básicas como la propiedad privada y la libertad de comercio. Esas instituciones fueron “novedades” que surgieron a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. A partir de allí hay un antes y después en la historia.

El argumento “la pobreza se resuelve con distribución” (varias veces afirmado por la presidenta) es falso de toda falsedad. La pobreza se resuelve con creación y ésta depende de instituciones en las cuales el Estado poco tiene hacer más que protegerlas.

Gustavo Lazzari es Licenciado en Economía, (UCA), Director de Políticas Públicas de la Fundación Atlas para una Sociedad Libre, y fue investigador del Proyecto de Políticas Públicas de ESEADE entre 1991-92, y profesor de Principios de Economía de 1993 a 1998 y en 2002. Es empresario.

Rogelio Tomás Pontón: (RIP)

Ante el repentino e inesperado fallecimiento del Profesor Rogelio Tomás Pontón, acaecido ayer 28/9/13, nos permitimos publicar esta entrevista, en la que se reflejan interesantes aspectos personales y de su vida académica. El triste acontecimiento ocurrió apenás un día después de haber compartido un interesantisimo debate sobre «Escuela Austríaca Vs Escuela de Chicago» con los Dres. Gabriel Zanotti, Alberto Benegas Lynch (h), Martín Krause, Guillermo Cabieses, Alejandro Rodriguez y Julio Elías.

El Profesor Pontón fue profesor de ESEADE, de muchos de sus graduados, originarios de Rosario, y amigo de muchisimos de sus profesores.

Una vida formando austriacos: Entrevista a Rogelio Pontón:

Rogelio Pontón es Contador Público Nacional por la Universidad Nacional de Rosario (UNR), en la Provincia de Santa Fé, Argentina, y ha acumulado varias décadas como profesor de Teoría Económica, Historia del Pensamiento Económico y Economía Argentina, en distintas Universidades de Rosario y ESEADE. Fue presidente de la Fundación Libertad y Rector de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL), de la cual hoy es decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Hoy, además, es Director de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Rosario, del cual depende un departamento de capacitación que prepara alrededor de 2000 estudiantes por año, y donde dirige desde hace más de 20 años el Semanal, que ya acumula 1376 ejemplares, abordando temas económicos y financieros vinculados a la producción de cereales, oleaginosas y subproductos, pero donde se vislumbra un espíritu austríaco.

IS: Rogelio, ¿por qué no nos cuenta algo sobre su educación? ¿dónde fue a la escuela? ¿cómo fue su etapa universitaria? ¿por qué se decidió por esta carrera? ¿qué profesores lo influenciaron?

PONTÓN: Mi primera educación formal fue en la Escuela Almafuerte, en Rosario, donde cursé los seis grados primarios. Lo que recuerdo de esos años es que era bastante exitoso en matemática e historia y no tanto en lenguaje. La educación secundaria la cursé en la Escuela Superior de Comercio General San Martín de la misma ciudad y en los cinco años de ese ciclo tuve un muy buen desempeño, terminando con el segundo promedio de toda la Escuela, turno mañana, tarde y noche.

Durante el ciclo secundario y primeros años de la Universidad no tuve un interés especial por la economía. Mis preocupaciones mayores fueron en materia religiosa y siguen siéndolo hasta ahora. Seguí cursos particulares con algunos profesores destacados en ciencia bíblica y en teología, como el Rdo. Padre Enrique Nardoni, doctor en ciencias bíblicas, y recibí una influencia importante del Rdo. Padre Héctor Valla que me permitió escribir comentarios bibliográficos en algunos números de la revista ‘Didascalia’ que él dirigía. De todas maneras, cuando estaba cursando el tercer año de la carrera de Contador Público, a partir de un libro que me acercó el Dr. Antonio Margariti -me refiero a “Más allá de la oferta y la demanda” de Wilhelm Röpke- el tema de la ciencia económica pasó a ser para mí importante.

En economía no tuve profesores destacados que deba recordar. Fui buen alumno, pero el tener que trabajar no me permitió especializarme con más dedicación. Tengo que recordar que comencé a trabajar cuando tenía catorce años y ahora, en trámite de jubilación, recuerdo que he trabajado en relación de dependencia alrededor de 50 años. Por supuesto, las actividades laborales me restaron tiempo para estudiar una carrera de postgrado, pero la profesión muy variada me enseñó también muchas cosas.

Cuando cursaba la carrera de grado (Contador Público) los libros de texto por los que se estudiaba economía eran los cursos generales de Francesco Vito y Paul Samuelson. No recuerdo de ningún profesor que me haya motivado a dedicarme a la economía; si recibí influencia de Antonio Margariti que era algunos años mayor pero que no fue profesor mío en ningún momento.

De todas maneras, y no como exigencia del plan de estudio, comencé a leer por mi cuenta y fui formando una biblioteca particular hasta el día de hoy de unos 3.000 volúmenes dedicados a temas económicos, bíblicos, teológicos y científicos.

Mi actividad laboral como contador público, especialmente en el rubro costos, la llevé a cabo en varias empresas (los lugares en donde trabajé profesionalmente fueron alrededor de 25). En 1977 ingresé como docente de economía en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Católica Argentina (UCA) de Rosario sustituyendo al Dr. Margariti. En 1979 ingresé como profesor de economía en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario; en 1980 me nombraron director de teoría económica de la Escuela de Economía de esa facultad y en 1982 fui designado director de dicha Escuela. En esas tareas tuve una dedicación prácticamentefull time.

IS: Ud. menciona a Margariti y a Röpke como un primer acercamiento a autores liberales. ¿Qué temas se discutían en la Universidad de los 60? ¿Cómo llega a los austriacos en esos momentos?

PONTÓN: Siempre fue una característica de mi manera de pensar, en economía u otras disciplinas, el interesarme por aquellos autores que no estaban en el estrellato. Eso pasó con los economistas austriacos, especialmente Ludwig von Mises. Yo sabía de su existencia por unos folletos que había leído sobre la historia de Austria y ello incentivó mi interés por él. Bastó que en la Facultad ni siquiera se lo mencionase para que mi interés por él fuese mayor. En los años sesenta, cuanto tenía tiempo libre, recurría a la biblioteca Argentina y a la de la Facultad de Ciencias Económicas, y fue en esos lugares donde comencé a leer sobre los autores liberales. Mises, Röpke, Hayek, Hazlitt, Rueff y otros comenzaron a ser familiares para mí.

Lo que más me llamó la atención de los mencionados autores era que daban una visión global de la economía, especialmente el extraordinario libro de Mises,La Acción Humana. Años después, sobre fines de los sesenta cuando comencé la carrera, nunca terminada, de Licenciatura en Economía, percibí que esa visión global era reemplazada por textos de economía ‘balcanizados’; por eso, de los autores con quienes no me identificaba, siempre tuve un gran respecto por Paul Samuelson y por su “Curso de Economía Moderna”. De los libros de texto que se usaban en ese entonces siempre quise tenerlo a mano porque más allá de las diferencias que podría tener me daba una visión de conjunto.

Posteriormente me fui proveyendo de otros libros de Mises, como Socialismo, Teoría del Dinero y el Crédito, o de Rueff, como El Orden Social, o de Hayek, como Camino de Servidumbre, etc.

Cuando hoy me meto en la página web-blog de un destacado economista de Harvard, como Greg Mankiw, y veo que ante una pregunta de un alumno pidiéndole que le diga qué opinión tiene de La Acción Humana de Mises, contesta con franqueza que “no lo ha leído” porque todo aquello que tiene más de veinte o treinta años se consideraba en las universidades como ‘irrelevante’, se me ocurre pensar: “no llores por mí, economía”.

IS: ¿De qué manera se fue vinculando en esa época con otra gente en Argentina que estaba interesada en los mismos temas? Cuando Ud. estuvo a cargo del Dpto. de Teoría Económica de la UNR, Ud. invitó a dar seminarios a Alberto Benegas Lynch (h), Juan Carlos Cachanosky, Alejandro Chafuen. Cuando se desvinculo de la UNR, Ud. encontró “refugio” por un tiempo en ESEADE. ¿Qué recuerdos tiene de esa época?

PONTÓN: Cuando trabajaba en el estudio contable Riol-Margariti y Asociados, en los años 1978-1979, ya conocía a Alberto Benegas Lynch (h) y a Juan Carlos Cachanosky y había leído algunos de sus escritos. Es por esa razón que cuando realizamos unas Jornadas de Economía en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNR en 1981, siendo ya director del departamento de Teoría Económica, los invité a ellos como disertantes. Uno de los oradores invitados a disertar falleció y es por ese motivo que invitamos también a Alejandro Chafuén.

En el tiempo que fui director en la Escuela de Economía busqué ser equilibrado en cuanto a la enseñanza de la teoría económica. En años anteriores casi toda la bibliografía era keynesiana con alguna participación de la Escuela de Chicago. Es por eso que buscamos la manera, en la enseñanza y en la bibliografía, que la Escuela Austriaca también fuese conocida. Por supuesto que no era cierta la crítica que nos hicieron algunos de que lo único que se enseñaba era la teoría de Mises, Hayek y otros austriacos. Por la preocupación de darles a los alumnos una visión global de las distintas tendencias económicas, siempre les recomendé la lectura del libro de Schumpeter sobre la historia del análisis económico.

Hacia 1981 o 1982 tomó contacto conmigo un alumno llamado Gerardo Bongiovanni, quién comenzó a trabajar para formar una Fundación. Es por ello que nos reuníamos periódicamente con Margariti, Pablo Marchetti y otros para la concreción de la misma. A partir de allí, y más en los años siguientes, desarrollamos una infinidad de charlas sobre temas económicos y de historia económica que tuvieron mucha aceptación entre los jóvenes de las distintas facultades, especialmente ciencias económicas y políticas.

A partir de 1984 fui perdiendo paulatinamente las cátedras que dictaba en ciencias económicas. Se me permitió desarrollar las clases de consulta en la escuela de economía y fue allí donde un conjunto de jóvenes, al principio cuatro o cinco pero luego muchos más, comenzaron a visitarme para requerir mi asesoramiento. Entre esos jóvenes tengo que recordar a Ivo Sarjanovic, Walter Castro, Rafael Beltramino, Eugenio Giolito, Mario Hallberg, Pablo Calderini y otros. Varios de ellos, posteriormente, llegaron a ser destacados economistas. Para mí, en particular, fue un orgullo haberlos tenido en algunos casos de alumnos y de tenerlos hasta hoy de amigos. Ese grupo mantuvo, hasta el día de hoy, una franca relación y en una época fue tradicional la cena en el Comedor del Colegio de Escribanos todos los jueves. Posteriormente se produjo alguna dispersión natural, algunos de ellos viven en el extranjero, pero de todas maneras cuando están de visita volvemos a reunirnos.

Es probable que ellos hayan aprendido algo que yo les trasmití, pero sin la menor duda, yo aprendí mucho más de ellos.

En 1986 di clase en el ESEADE de Buenos Aires, lo que fue para mí una gran ayuda económica. Ya no daba clases en la Facultad de Ciencias Económicas, sí en la Católica de Derecho y también, y complementariamente, en el Liceo Aeronáutico Militar de Funes. En esta institución, la enseñanza que se brindaba a los alumnos era de corte nacionalista y fuertemente crítica del liberalismo. De todas maneras, creo que ejercí una influencia positiva en este sentido y varios de esos alumnos cambiaron a una posición respetuosa de la libertad. La oficialidad y el elenco de los profesores fueron siempre respetuosos de mis ideas y guardo un grato recuerdo de los mismos.

IS: ¿Cómo fue que ingresó a la Bolsa de Comercio de Rosario? Cada vez que lo visito en la Bolsa me hace a acordar a Mises. Mises también era asesor económico de la Cámara de Comercio Austriaca y también se ocupaba de problemas de coyuntura como lo evidencian los artículos que fueron encontrados por los Ebeling en Moscú. ¿Por qué no nos cuenta cuán útil le resulta la teoría austriaca para la comprensión de los problemas económicos del día a día? Y Ud., aparte de este trabajo sigue con su actividad académica en la UCEL (Universidad del Centro Educativo Latinoamericano) y dando seminarios de formación permanentemente. Así que veo muchos paralelos con el gran Ludwig!

PONTÓN: Mi ingreso a la Bolsa de Comercio de Rosario se produjo a mediados de 1986. Para mí fue muy importante desde varios puntos de vista. En primer lugar porque mi situación económica no era la mejor y en segundo lugar porque me insertaba en una de las instituciones más importantes, no sólo de mi ciudad, sino del país. Desde ese momento ocupé el cargo de Director de Informaciones y Estudios Económicos. En la Bolsa de Rosario funcionan varios mercados, pero el más importante es el de la comercialización de granos disponible. Dentro del ámbito de la Bolsa también funciona un mercado de futuros y opciones que es el ROFEX, del cual he sido Síndico durante muchos años. En este mercado colaboré activamente en la implantación del llamado índice de soja Rosafé, cash settlement. Una de mis tareas en la Bolsa era la publicación de un Semanariodonde se abordan los temas económicos y financieros, fundamentalmente los referidos al complejo granario, análisis de los mercados locales e internacionales, especialmente el mercado de Chicago. Cuando estoy escribiendo estas líneas vamos por el Semanario número 1376 y el primer artículo se refiere a “Argentina y los nuevos escenarios económicos”, con especial referencia a la crisis financiera internacional y sus consecuencias. En ese artículo, como en anteriores, aparecen citados artículos o libros de economistas de la escuela austriaca, como Hayek, Mises, Rothbard y otros. Siempre me pareció importante, en los 22 años que llevo como director de la revista, hacer referencia a las principales doctrinas económicas, especialmente a la de los mencionados autores. Como funcionario de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos han pasado tiempo atrás algunos economistas que fueron alumnos, como Ivo Sarjanovic, Eugenio Giolito y otros. De la Dirección depende un departamento de capacitación que desarrolla cursos sobre temas financieros y agrícolas y por donde pasan alrededor de 2000 estudiantes por año.

En el período 1987-2002 fuí Presidente de la Fundación Libertad donde desarrollé innumerables cursos de economía y de historia del pensamiento económico, especialmente sobre los autores de la escuela austriaca. En el día de hoy sigo participando en algunas de sus actividades. Hace unos días integré un panel con otros economistas sobre la crisis financiera actual y conjuntamente con el Dr. Rodolfo Rossi, ex presidente del Banco Central de nuestro país, con quien me une una gran amistad, estuvimos de acuerdo en explicarla esta crisis según el pensamiento de Mises y Hayek sobre los ciclos.

En el período 1992 hasta el año 2000 fui Rector de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL), una entidad de la Iglesia Metodista Argentina, iglesia que tiene una orientación no muy inclinada al libre mercado. De todas maneras, esto no fue obstáculo para que el pensamiento económico de los austriacos esté presente. Desde el 2000 soy Decano, en la mencionada Universidad, de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, desarrollando allí también otras dos actividades que son: la dirección de la publicación académica Invenio y el dictado de la materia “Historia del Pensamiento Económico” y “Economía Argentina” para los estudiantes de la Licenciatura en Economía.

IS: Rogelio, hoy Rosario debe ser la ciudad del mundo con mayor densidad de Escuela Austriaca en el mundo: los profesores de Economía de la UCA son austriacos, en la UCEL se puede estudiar también la Escuela Austriaca, hay grupos en la UNR que estudian Escuela Austriaca en seminarios, el CeyCE tiene estudios de posgrado, la Fundación Libertad invita frecuentemente disertantes de la Escuela y organiza seminarios sobre el tema, la Fundación Bases (junto a la Fundación Hayek), ha organizado ya dos congresos internacionales con participantes de todo el mundo, existen grupos de estudio, desayunos de formación, hay periodistas austriacos que hablan por la radio, escriben en los diarios, y que tienen programas de TV. ¿Cómo puede explicar este fenómeno? ¿Se siente responsable de todo este proceso? Y por último ¿por qué piensa Ud. que hace tantos años que tenemos gobiernos socialistas en una ciudad que es económicamente tan austriaca?

PONTÓN: Es un hecho que la Escuela Austriaca ocupa hoy un papel destacado en las universidades y facultades existentes en Rosario, tanto en las privadas como también en la estatal. Por otra parte, una serie de instituciones como laFundación Libertad y distintos grupos son difusores del pensamiento liberal de von Mises, Hayek y otros autores. Hasta se ha creado una Fundación von Mises en la ciudad de Amstrong, distante alrededor de 100 kilómetros de Rosario, gracias al tesón del Sr. Pieve. La responsabilidad de este desarrollo del pensamiento austriaco no creo que se pueda atribuir a una sola persona, por el contrario han sido muchos los que influyeron para esto.

Personalmente creo que este gran desarrollo se debe en primer lugar a los valores que tiene la propia Escuela Austriaca. Muchos jóvenes se han sentido tocado por ese pensamiento en razón a la claridad del mismo. Cuando uno compara un libro como La Acción Humana de Mises con otros manuales en circulación, de entrada nota una gran diferencia. El tratado de Mises tiene una unidad desde la primera página a la última, que los otros manuales de economía no lo tienen. La economía que comúnmente se enseña en las facultades es una disciplina balcanizada donde los distintos temas no están conectados unos con otros. Esta balcanización tiene como responsable a la metodología aplicada donde la teoría económica se ha convertido en un cúmulo de estadísticas sin conexión.

Si preguntamos a esos textos en circulación sobre qué es la tasa de interés, ¿qué nos contestan? ¿Conocen que además de una tasa monetaria hay una tasa originaria, de preferencia temporal?

Si preguntamos sobre qué es la moneda, ¿qué nos dicen? ¿Es un bien o es una creación del Estado?

Si preguntamos qué papel juegan los precios, ¿nos informan que son señales que influyen sobre la estructura de la producción?

Nada nos dicen, son mudos a esos elementales interrogantes.

Por el contrario, el pensamiento austriaco se ha preocupado de contestar esas preguntas que la mayor parte de los textos en circulación ni mencionan. ¿Por qué la influencia de esta escuela no es mayor? Probablemente porque se hace mayor hincapié, equivocadamente, en lo que se puede “medir”. En este punto hay una influencia negativa de la “mecánica cuántica” que se desarrolló sobre los efectos físicos que se podían medir. Pero en economía es importante la “teleología”, ya que el hombre actúa con una determinada finalidad, lo que no podemos encontrar en la física.

Leamos los comentarios que en gran cantidad se publican sobre la actual crisis financiera estadounidense: ¿qué nos dicen? ¿expresan alguna teoría sobre el ciclo que se pueda comparar a la teoría austriaca de la mala-inversión?

Con respecto al por qué la ciudad de Rosario tiene un gobierno socialista, estimamos que debe ser porque dentro de la pobreza política argentina han dado algunas respuestas que otros grupos no han dado. De todas maneras no hay que ser pesimistas, porque más tarde o más temprano también esas autoridades van a recibir alguna influencia de los austriacos.

IS: ¿Cómo cree que la globalización comercial y financiera afecta a la teoría austriaca del ciclo?

PONTÓN: Con respecto a cómo la globalización comercial y financiera afecta a la teoría austriaca del ciclo, creo, en primer lugar, que no la afecta. La teoría austriaca del ciclo nació con la obra de Mises de 1912, Teoría del dinero y el crédito, en momentos que en el mundo había una globalización comercial y financiera mayor que hoy. En el mundo regía el patrón oro que determinaba la existencia de una sola moneda internacional, el oro, y por otra parte las transferencias de mano de obra y capital eran proporcionalmente mayores a las actuales. En 1910 las inversiones inglesas en el exterior llegaban a 140 por ciento del producto bruto de ese país. Hoy lo que existe es una globalización de la información (gracias a la tecnología) y de los papeles, que no existía en aquel entonces. Reparemos, por ejemplo, en el mundo de los derivados financieros. En el Chicago Mercantile Exchange hay un contrato, el Eurodólar 3 meses, del cual se operó en futuros y opciones el año pasado alrededor de 700 millones de contratos. Cada uno de esos contratos vale 1.000.000 de dólares, por lo que se operaron 700 billones de dólares, más de 10 veces el producto bruto mundial. ¿Para qué se operan esos contratos? Para asegurar la tasa libor de interés. En un estudio del Banco de Basilea sobre las transferencias de capital podemos ver que a principios del siglo XX las tasas de interés de los distintos países del mundo eran muy bajas y diferían muy poco, especialmente porque había una moneda internacional. Hoy toda la gran operatoria en derivados, etc. podrían reducirse sustancialmente si existiera una moneda internacional, no habría riesgo devaluatorio y las tasas de interés serían menores. El movimiento real de la economía es solo una fracción de la llamada “gran globalización” mundial. En la mencionada obra de Mises se analizan algunos de los problemas internacionales de la globalización, pero eran problemas distintos a los actuales.

IS: Ud. cita en la respuesta anterior varios aportes clave de la Escuela Austriaca. ¿Cuál piensa Ud. que ha sido el aporte fundamental y por qué? Y por otro lado, ¿cuál piensa es el mayor punto flojo de la Escuela o qué cosas, si no comparte algo del enfoque austriaco?

PONTÓN: Con respecto a cuáles considero que han sido los aportes fundamentales de la Escuela Austriaca mi respuesta es la siguiente. Un aporte ha sido la crítica al socialismo realizada por Mises y Hayek. Otro aporte fundamental es la unificación de la teoría monetaria y la teoría del valor. En tercer lugar considero el aporte sobre la teoría del capital y el interés, y finalmente, y como una unidad de las dos anteriores, la teoría del ciclo. Un cuarto aporte es la teoría de cómo el mercado utiliza el conocimiento disperso, teoría debida a Hayek. Pero si quisiera resumir lo anterior en una sola respuesta diría lo siguiente: el pensamiento de los autores austriacos, especialmente Mises, conforma una unidad metodológicamente sólida. Tomemos un ejemplo: la tasa de interés. Antes de llegar a explicarla, Mises desarrolla todo un capítulo sobre la ‘acción del hombre en el tiempo’ y después surge la tasa de interés como ‘preferencia temporal’. En este aspecto, el pensamiento de Mises es mucho más claro y sólido que el de otros autores que no ven en la tasa de interés más que un juego entre oferta y demanda monetaria. Por supuesto que existen algunas cuestiones de los pensadores austriacos que tienen que ser revisadas y adaptadas a los problemas actuales, y si hay que mencionar una diría que a veces algunos Austríacos mantienen una actitud poco tolerante con el pensamiento de otras escuelas económicas, posición que no le hace bien a la escuela.

IS: Que economistas fuera de la Escuela Austriaca rescata Ud. como contribuciones claves al pensamiento económico?

PONTÓN: Puedo mencionar a muchos, pero limitándome a los modernos podría citar los siguientes: Knut Wicksell y algunos de sus discípulos, Wilhelm Röpke, Jacques Rueff, Milton Friedman, Dennis Robertson, Piero Sraffa, Paul Samuelson, Robert Mundell y algunas cosas de John Keynes.

IS: En la crisis actual distintos miembros de la Escuela Austriaca enfatizan en diferentes causas: entre ellas la política expansiva de la Reserva Federal, la reserva fraccionaria, las regulaciones del sistema financiero. ¿Cómo ponderaría Ud. estos motivos como los catalizadores de la crisis?

PONTÓN: Creo que las principales razones que explican la actual crisis financiera y económica radican en el tema monetario. El sistema monetario internacional es muy débil y creo que se debilitó aún más a partir de que el gobierno norteamericano de Nixon resolvió eliminar la convertibilidad del dólar en oro en agosto de 1971. Esa medida dio origen a los tipos de cambio fluctuantes entre las distintas monedas del mundo y, como consecuencia, a una serie de derivados sobre tipos de cambio, tasas de interés, etc. Posteriormente, algunos de estos derivados han crecido como hongos después de una lluvia.

Las reservas fraccionarias y los papeles, así como aumentan en los momentos de auge, caen en los momentos de crisis y pueden producir una deflación o crisis secundaria. ¿Cómo salir de ella? En este punto estoy más de acuerdo con Wilhelm Röpke, en su obra Crises and Cycles que con Hayek. El pensamiento de este último esta influenciado por la teoría walrasiana del equilibrio mientras el pensamiento de Röpke se basa en que la expansión de la inversión en bienes de capital es como un cáncer que aún se puede producir sin expansión monetaria. Es por ello que Röpke veía una posibilidad de acción del estado ante una crisis secundaria de deflación. De todas maneras, en un sistema oro puro la cantidad de metal siempre aumenta porque la gente no se desprende de él. Los procesos deflacionarios (como en los primeros años de la década de ’30) solo son factibles con el papel y los encajes parciales.

IS: Cambiando ahora de tema, Ud siempre ha estado muy interesado por la física. ¿Cuál piensa ha sido el impacto de esta ciencia en la economía?

PONTÓN: Aclaro, en primer lugar, que soy un simple lector y aficionado de la física. Contestando la pregunta, creo que ha existido esa influencia y que esa influencia ha sido negativa. Los modelos de la física son modelos matemáticos que luego hay que verificar en los laboratorios. Por el contrario, la ciencia económica, como mostró Mises, es praxelogía, ciencia de la acción humana y en ella es muy importante la teleología. Como muy bien dice el término, es lógica de la acción, y también puede utilizar en algunos desarrollos la matemática, pero hay que usarla con prudencia. Es fundamental en la economía la unidad de los distintos aspectos de la misma, como la teoría del valor, la preferencia temporal, la moneda como medio de intercambio, la teoría del ciclo, la ley de asociación de Ricardo, etc. Lamentablemente, la economía se ha convertido en un conjunto de estadísticas y pululan los laboratorios de econometría, copiando la metodología de la escuela histórica alemana.

IS: Entre sus múltiples inquietudes Ud. ha reflexionado mucho sobre el tema del hombre de ciencia frente al problema religioso, la compatibilidad o no entre ciencia y Dios, etc. ¿Podría resumirnos en pocas palabras por qué piensa que este es un tema tan importante y si tiene o no algún punto de contacto con sus ideas sobre la economía?

PONTÓN: Con respecto a la importancia que le doy a la religión, ausente en algunos economistas pero no en todos (pongo como ejemplo a Röpke), creo que la religión es muy importante en la vida de las personas pues le da un sentido a la misma. Como decía el gran teólogo Romano Guardini: “Sólo quien conoce a Dios conoce al hombre”. Y esto no quiere decir que podemos conocer a Dios y desaparece el misterio, sino todo lo contrario. La de Dios es una búsqueda permanente. Recomiendo en este punto el libro del teólogo Henry de Lubac: “Por los caminos de Dios”.

Si el hombre es un conjunto de genes que tratan de imponerse, como dice Dawkins, ¿dónde queda la libertad para aquellos que la pregonan?

Creo que ciertos desarrollos de la ciencia cosmológica han acercado a muchos científicos a una concepción religiosa. Como ejemplo puedo mencionar el principio antrópico. Desde el origen del universo (big bang) se han dado ciertas relaciones numéricas que de variar en una fracción pequeñísima hoy no estaríamos para contarlo. De existir un sólo universo, es muy difícil que no se llegue a la aceptación de Dios (ver el magnífico libro de Martin Rees, “Sólo seis números”), claro que Rees y algunos científicos como Susskind, creen en la existencia de un multiverso y explican a través de él esas relaciones numéricas, pero nunca vamos a poder demostrar la existencia de esos otros universos. El que algunos crean que la vida inteligente surge por azar implica que son muy crédulos.

Mi preocupación por estos temas está resumida en un artículo sobre “Recientes Debates sobre Ciencia y Fe (Weinberg-Polkinghorne y Dawkins-Collins)” a publicarse en un libro en impresión donde colaboran eminentes científicos como Mario Castagnino, Gerardo Romero y distinguidos filósofos.

El hecho de que le demos importancia a la vida religiosa no implica que aceptemos todos los aspectos institucionales de las distintas iglesias, aunque nadie puede negar que han tenido una influencia importante en la cultura y la ética de las personas.

IS: Hablando de religión, que opinión le merece del Papa Benedicto XVI como intelectual/ filósofo?

PONTÓN: En principio, diría que el Papa es un intelectual muy preparado. Sus distintas obras así lo muestran, aunque más que un filósofo es un teólogo. Su obra Jesús de Nazareth tiene cosas interesantes aunque no está a la altura deEl Señor de Romano Guardini. Estos dos intelectuales, Ratzinger y Guardini, tienen parecidos y también diferencias. Ratzinger es más un catedrático, con citas bibliográficas, Guardini era un ‘creador nato’. Uno de los mejores escritos del Papa actual es, probablemente, el más atacado, y me refiero a su discurso en la Universidad de Ratisbona. Es una pieza brillante, lamentablemente criticada por personas de escaso conocimiento. Por otra parte, la actitud de Ratzinger con respecto a esa conferencia demuestra su gran humildad. Fue corregida en dos oportunidades para que su pensamiento no fuera mal interpretado. Otra obra brillante es su artículo Viernes Santo en donde hace una interpretación de la pintura de Matías Grunewald sobre la “Crucifixión de Cristo” que, personalmente, considero una de las obras más notable de la pintura universal.

IS: ¿Cómo se imagina los próximos años a nivel político, teniendo en cuenta las críticas que están recibiendo los mercados libres como consecuencia de la crisis actual?

PONTÓN: Probablemente, y dependiendo de cada región y lugar, las ideas liberales han sufrido un golpe importante, pero como esas ideas reflejan la verdad van a renacer nuevamente. La crisis financiera mundial pone más en jaque a la soberbia de muchos economistas que a las ideas de Mises, Hayek, Röpke, Rueff, Friedman y otros. Si en el mundo se les hubiese llevado más el apunte a estos economistas no estaríamos envueltos en estos problemas. Tomemos un libro como el de Röpke, Más allá de la oferta y la demanda, ¿en qué se ve afectado por lo que está ocurriendo? El que está afectado es el mundo por no seguir sus consejos y visiones.

IS: ¿Qué consejo les daría a los jóvenes estudiantes que están comenzando en estos día a recorrer ese complicado camino que resulta ser la ciencia económica?

PONTÓN: Les recomendaría que lean aquellos libros que les den una visión del bosque y no tanto de los árboles. Que no pierdan el tiempo en la lectura de libros que ofrecen una visión balcanizada de la economía. Qué comiencen por los libros aparentemente más simples, pero que le hacen tomar posición clara como: Hazlitt, Economía en una Lección; Röpke, Introducción a la Ciencia Económica; Mises, Seis Lecciones sobre el Capitalismo; Rueff, Epoca de Inflación; Mises, La Acción Humana”; la autobiografía de Hayek; del matrimonio Friedman, Libertad de Elegir; los escritos de Bastiat; volver a releer estos libros y releerlos varias veces, detenerse en cada frase, y después pasar a libros más complejos, como El Orden Social de Rueff, trabajos de Hayek sobre “el uso del conocimiento”, y recomiendo el libro de Rothbard sobre la Historia del Pensamiento Económico, lamentablemente sin terminar.

Como ésta es la última pregunta, te agradezco en primer lugar a vos, Ivo, y a los que van a publicar las respuestas, y también a los lectores. Deseo decirles a estos últimos que no me considero un economista ni creo tener la preparación suficiente para ofrecer todas las respuestas. No soy una persona que haya recibido una formación universitaria “formal” como economista y no podría llamarme economista cuando aún no he terminado de leer la obra de Böhm Bawerk, Capital e Interés, en tres tomos, en forma íntegra. Y como decía el gran maestro Ludwig von Mises, “quién no la haya leído totalmente, no puede considerarse un economista”.

Publicada en: http://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2013/09/29/una-vida-formando-austriacos-entrevista-a-rogelio-ponton/#comments

How the Fed Causes Booms and Busts in South America

Por Nicolás Cachanosky. Publicado el 28/9/13 en:  http://mises.org/daily/6548/How-the-Fed-Causes-Booms-and-Busts-in-South-America

 

Nicolás Cachanosky, a native of Argentina who recently completed his Ph.D. under Mises Institute Associated Scholar Ben Powell, spoke with us recently about his research on Latin American monetary policy and his new teaching position.

 

Mises Institute: What led to your initial interest in the Austrian School?

Nicolás Cachanosky: My initial interest in the Austrian School came from my father, who completed his Ph.D. under the supervision of Hans Sennholz on “The Pitfalls of Mathematical Analysis in Economics.”

My interest in economics was sparked midway through high school and my father gave me books by Hazlitt, Hayek, Mises, and Rothbard. The summer I graduated he gave me my first copy of Human Action. I read it for the first time during the summer before going into the Pontificia Universidad Católica Argentina to do my Licentiate in Economics.

When I finished my licentiate studies I went for my Master of Economics and Political Science to ESEADE, the free-market/Austrian graduate institution in Argentina. After two years studying with Martin Krause, Gabriel Zanotti (who was my advisor) and other faculty, I joined Suffolk University and wrote my dissertation under Ben Powell.

Now I’m moving to Metropolitan State University of Denver where I’ll be teaching macroeconomics and money. I’m looking forward to continuing the work of John Cochran (Mises Institute Senior Fellow and retiring MSUD faculty member) and work next to Alex Padilla (Mises Institute Associated Scholar) in his Explore Freedom Project.

MI: Austrians have often looked at how central banks cause the boom-bust cycle domestically. But in recent research, you’re looking at how the Federal Reserve has contributed to unsustainable booms in Latin America.

NC: If we date the first treatment of Austrian business cycle theory (ABCT) to Mises’s Theory of Money and Credit (1912), then a hundred years has gone by. It is to be expected that some of the empirical assumptions that Mises and Hayek were doing at the beginning of the century need revision.

The monetary institution in place is one of those assumptions. The world is not under the gold standard anymore, but under fiat currencies. This means two things. First, because international interest rates are defined by major central banks, major economies have an effect on small open economies.

Second, with fiat currencies we have more than one currency. This means that there is a new price to take into consideration, the foreign exchange rate. If we have a new price, then the market distortions produced by a major central bank are channeled through two variables, not one. Through the interest rate, as is usual in the canonical version of the ABCT, and through the exchange rate, which means a change in the relative price of nontradables to tradables.

For instance, could it be that part of the export-led growth of China is an unsustainable boom that was driven by the Federal Reserve’s loose monetary policy plus China’s central bank’s decision to peg their currency to the U.S. dollar?

MI: What are some specific areas where this has had the greatest impact?

NC: If you look at Latin America’s countries you see that more roundabout (capital-intensive and forward-looking) industries are more sensitive to U.S. monetary policy than less roundabout industries. I don’t think it is a coincidence that the two largest economic crises in Latin America in the last 60 years occurred after the two largest periods of loose monetary policy by the Fed: at the beginning of 1980, and in 2009, after the subprime crisis.

Industries like mining and quarrying, for example, are more sensitive to U.S. monetary policy than, say, real estate intermediation. The pattern predictions of the ABCT hold for Latin America and U.S. monetary policy.

MI: Give us a glimpse into the banking sector in Latin America. Are central banks restrained right now, or are they, like the Bank of Japan and the Federal Reserve, engaging in monetary activism?

NC: It’s hard to say because there’s plenty of variation. What is important is what drives their activism. It is crucial whether a central bank is independent of the Treasury needs. Some central banks in Latin America, like those of Chile, Colombia, and Brazil have been gaining respect in recent times. Others, like the Argentinean and Venezuelan central banks are at the service of the government.

What central banks can’t do is avoid the effects of activism by major central banks. When the Federal Reserve decides to lower their interest rates between 2002 and 2007, the central bank in any of these countries needs to make a decision under such circumstances. Latin American countries that usually have big economic sectors that depend on the export of commodities may very well feel compelled to expand their money supply and keep their exchange rates stable. In this sense, the activism of Latin American countries is dependent of the activism of major central banks.

MI: Of course, American monetary policy is hardly the only challenge faced by Latin American economies. What are some other impediments to sustainable growth faced by the region?

NC: The underlying problem of the region in general is its anti-free-market ideology rooted in political populism, so well represented by Hugo Chavez and the Kirchners. The results of their policies are clear for anyone who wants to see them. Most economic problems ultimately depend on this cultural setting. Populism is a very dangerous road to take with very damaging and long lasting consequences.

MI: Speaking broadly, are free-market ideas gaining traction in the region?

NC: It is not easy to say because some countries have become more prosperous and free, and others less prosperous and less free. Some countries like Argentina, Venezuela, Ecuador, and Bolivia show repressed economic and civil liberties. But other countries like Chile, Colombia, Perú and Paraguay are doing much better.

Still, I remain confident that the outlook of the region will improve in the coming years, especially if the freest countries do not change their course. Countries like Argentina and Venezuela are showing strong manifestations in opposition to their current politicians in power. I can’t say for sure that this is rooted in free market ideas; it is, more likely, against the poor economic performance and the lack of freedom citizens feel every day without a clear connection to free market institutions. However, this situation of civil protest can open the door for some of these countries to follow the Chilean example and get into a more stable road of growth and development.

 

Nicolás Cachanosky es Doctor en Economía, (Suffolk University), Lic. en Economía, (UCA), Master en Economía y Ciencias Políticas, (ESEADE) y Assistant Professor of Economics en Metropolitan State University of Denver.

 

La otra línea roja

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 25/9/13 en: http://www.lanacion.com.ar/1623154-la-otra-linea-roja

En los últimos años, el presidente norteamericano, Barack Obama, trazó dos claras «líneas rojas». Cruzarlas, dijo, es inaceptable para los Estados Unidos.

La primera de esas «líneas rojas» es la que tiene que ver con el uso de armas químicas por parte de Siria. Al respecto, la diplomacia parece -al menos por el momento- haber podido evitar, aunque agónicamente, las acciones militares con las que amenazara el presidente Obama.

Hay, sin embargo, una segunda «línea roja». La que se vincula con la posibilidad de que Irán de pronto se transforme en una potencia militar dotada de armas nucleares. Lo que también sería inaceptable para Obama. Y además para Israel, ciertamente. Tema éste que está lejos de haber sido resuelto o de estar siquiera medianamente encarrilado.

CAMBIOS EN EL ESCENARIO

No obstante, lo hasta ahora sucedido en Siria parece haber abierto algunas opciones también para el caso iraní. Porque lo sucedido respecto de la posibilidad concreta de que los Estados Unidos pudieran utilizar la fuerza en Siria ha tenido algún reflejo en la cuestión iraní.

Después de años de permanentes desencuentros, hay ahora posibilidades para que la comunidad internacional e Irán puedan comenzar a dialogar seriamente sobre cuáles pueden ser las opciones o alternativas de solución para resolver la cuestión nuclear iraní.

Han aparecido entonces, simultáneamente, dos oportunidades para el presidente Obama. Una respecto de la guerra civil que azota a Siria y otra con relación a Irán. Ambas están sobre la mesa. Con sus riesgos y oportunidades. La cuestión siria está en marcha. Tiene plazos y están dándose algunos pasos iniciales indispensables, ya acordados. La oportunidad para resolver la situación iraní no ha comenzado a moverse. Es más, recién empieza a consolidarse como posibilidad.

Irán está, recordemos, debilitada por un esquema riguroso de sanciones económicas y financieras impuestas progresivamente a lo largo de los últimos cinco años. Como consecuencia, en los últimos tiempos han caído severamente las ventas de petróleo iraní al exterior, sumergiendo a la economía de Irán en dificultades serias.

EL IMPACTO SOBRE IRÁN DE LO SUCEDIDO EN SIRIA

Las crisis siria e iraní tienen -como se ha dicho- alguna correlación. Porque en ambos casos existe la sensación de que -por las marchas y contramarchas del presidente Obama respecto del posible uso de la fuerza (los misiles «Tomahawk») y la ostensible falta de apoyo de su Congreso y del pueblo norteamericano- aun si la diplomacia fracasara, la posibilidad del uso de la fuerza por parte de los Estados Unidos es ahora algo más remota.

A su vez, si la diplomacia tiene éxito en Siria, las posibilidades respecto de poder encauzar las conversaciones con Irán, ciertamente complejas, aumentan. Si los sirios, en cambio, terminan burlando de alguna manera a los Estados Unidos -y a Rusia- la posibilidad de avanzar en la cuestión iraní puede complicarse mucho.

UNA SEMANA DECISIVA

Por esto, lo que ha ocurrido esta semana respecto de esos temas puede ser decisivo. Los discursos desde el podio de las Naciones Unidas de los presidentes de los Estados Unidos e Irán, aunque cautelosos, alimentan la esperanza de un diálogo fecundo. El inicio de conversaciones con Irán puede entonces ser una cuestión de tiempo. Lo normal sería comenzar con reuniones preparatorias previas, a nivel de representantes diplomáticos, antes de un eventual encuentro «cumbre», entre los dos presidentes.

Irán, a diferencia de Siria, tiene apuro. Porque procura que se levanten -lo más rápidamente posible- las sanciones económicas y comerciales que tanto daño le están haciendo. Ellas han sido efectivas: Si las sanciones en lugar de desaparecer se endurecen, como pretende el Congreso norteamericano, las ya mermadas exportaciones de crudo iraní podrían reducirse aún más, con las consecuencias adversas para la economía iraní.

Irán -a la manera de carta de presentación y demostración de buena voluntad- liberó a un número reducido de presos políticos. Aunque no a los principales líderes reformistas.

Lo cierto es que el presidente Obama envió a Irán -tres semanas atrás- una carta de apenas una página y media, cuyo contenido específico no se conoce. Pero se cree que allí se sugeriría la posibilidad de conversar y hasta de morigerar las sanciones, contra una conducta iraní clara, sin ambigüedades, transparente y seguida por el cumplimiento -inmediato- de lo comprometido. Todo lo contrario de lo que un Irán hasta hoy recalcitrante, ha venido haciendo a lo largo de desgastantes años de chicanas, de toda suerte de engaños, y de permanentes demoras e incumplimientos.

Además, por razones que tienen que ver con la conducta pasada de Irán, nada será presumiblemente inmediato. Ni tampoco instantáneo. Ni automático. Pese a la referida urgencia iraní. Porque la confianza recíproca no existe.

La respuesta iraní a la carta de Obama fue rápida y breve, de apenas otra página y media. Pero el tono de ambas cartas parece haber sido diferente al de los últimos tiempos. Especialmente respecto del estilo propio del belicoso ex presidente Ahmadinejad. Un sello más abierto, componedor y, en líneas generales positivo, ha aparecido. Los discursos en la Asamblea General de las Naciones Unidas confirman la aparición de un nuevo clima.

El mandatario iraní, Hassan Rohani, por lo demás, se ha mostrado profusamente al público norteamericano. Confiando en que logrará proyectar una imagen distinta, la de la moderación. Saliendo del aislamiento.

Para ello pronunció no sólo el mensaje tradicional desde el podio de la Asamblea General de las Naciones Unidas, sino que además organizó una presentación en el influyente Council of Foreign Relations, otra en la Asia Society y, además, una entrevista televisiva, presentado por Charlie Rose.

A todo ello ha precedido un artículo suyo publicado en el The Washington Post, en el que propone actuar con espíritu constructivo y, sobre todo, no dejar pasar lo que el presidente Rohani define como una oportunidad clara para alcanzar acuerdos después de una década de constantes desencuentros.

UN INTERROGANTE A DEVELAR

El gran interrogante que debe superarse es el de saber si el Líder Supremo de Irán -su máxima autoridad real desde 1989- el Ayatollah Ali Khamenei, está o no consustanciado con la estrategia que desarrolla Rohani.

Ocurre que hasta ahora Khamenei siempre condicionó toda negociación a tres requisitos: (i) que las negociaciones se lleven adelante en un «espíritu de respeto mutuo e igualdad»; (ii) que se dejen de lado ex ante las medidas sancionatorias con las que hoy se presiona a Irán y (iii) que los Estados Unidos aseguren que no buscan un «cambio de régimen» en Irán.

Esos condicionamientos tradicionales eran una constante. Esta vez, sin embargo, no se han enunciado. Al menos, por ahora. Como si no se quisiera enfrentar el riesgo de abortar -de inicio- una oportunidad que se considera importante que acaba de abrirse. Y como si lo que el propio Khamenei llama «una nueva era para el mundo» posibilitara hoy lo que hasta ayer era imposible.

Esta postura del Líder Supremo iraní coincide con otra adoptada por él públicamente. La aprovechada por el Ayatollah Khamenei con motivo del tradicional discurso anual en Mashaad, con el que Irán festeja la llegada de su año nuevo. Este año, con tono de moderación, Khamenei dijo no oponerse al inicio de conversaciones con la comunidad internacional que, sostuvo, deben estar sometidas a un solo y único condicionamiento: el reconocimiento de que Irán tiene derecho a enriquecer uranio para fines pacíficos.

El problema obviamente pasa por poder verificar adecuadamente lo antedicho, en un país conocido como incumplidor, sin confiabilidad, que exporta violencia y terrorismo y del que la comunidad internacional recela, por buenas razones. Seguramente sin proponérselo, nuestra Presidenta, al reclamar una vez más el cumplimiento por parte de Irán del lamentable acuerdo alcanzado sobre la AMIA, sólo ha confirmado que, respecto de Irán, la confiabilidad no puede presumirse.

Pero lo cierto es que ambas partes parecen suponer que ha aparecido una interesante oportunidad para resolver diplomáticamente la cuestión del peligroso programa nuclear iraní y que el desafío -para ambas- es el de tratar de aprovecharla y no desperdiciarla ab initio.

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Es profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.

El paternalismo y sus formas

Por Enrique Aguilar: Publicado el 25/9/13 en: http://www.elimparcial.es/mundo/el-paternalismo-y-sus-formas-128689.html

En un artículo publicado en 2005 en Public Choice bajo el título “Afraid to be Free: Dependency as Desideratum”, el premio Nobel de Economía James Buchanan distinguió cuatro maneras de concebir un control colectivista sobre la libertad de las personas.

En primer lugar, lo que Buchanan llama “socialismo gerencial” en alusión al modelo soviético que postuló por décadas la propiedad colectiva de los medios de producción: un modelo prácticamente desaparecido, en la teoría y los hechos, de la faz del planeta. En segundo lugar, el “socialismo paternalista” o también “dirigista” que presupone que las élites gobernantes conocen mejor que los propios ciudadanos sus verdaderos intereses, razón por la cual se sienten con derecho a imponerles su estructura de valores. En tercer lugar, el “socialismo distribucionista” que, si bien no rechaza la generación de riqueza por parte del mercado, se arroga para sí la facultad exclusiva de distribuirla haciendo uso de una retórica demagógica. En cuarto lugar, finalmente, el “socialismo parental” que, a la inversa del “paternalista”, se origina en la disposición de aquellas personas que resignan con gusto su independencia para vivir conforme a valores y directivas que les son impuestos por otros.

Esta última actitud, señala Buchanan, sería semejante a la del niño que busca permanentemente el cobijo de sus padres recibiéndolo sin retaceos. En estos casos, es de prever que ese niño, llegado a la adultez, buscará en el estado o en alguna otra entidad colectiva un refugio sustitutivo que lo relevará de sus responsabilidades reduciendo por consiguiente su libertad y capacidad de decisión.

Es que, en verdad, no se ha enfatizado lo suficiente el vínculo indisoluble que existe entre libertad y responsabilidad, sobre todo en países que arrastran largos períodos de intervencionismo estatal con ciudadanos habituados a vivir sus días detenidos en la infancia no por mera irresolución o comodidad sino porque, en el fondo, sienten temor de ser libres.

Enrique Edmundo Aguilar es Doctor en Ciencias Políticas. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Políticas y de la Comunicación de la UCA y Director, en esta misma casa de estudios, del Doctorado en Ciencias Políticas. Profesor titular de teoría política en UCA, UCEMA, Universidad Austral y FLACSO,  es profesor de ESEADE y miembro del consejo editorial y de referato de su revista RIIM.

Pueden los grupos concentrados generar inflación?

Por Nicolás Cachanosky. Publicado el 25/9/13 en: http://economiaparatodos.net/pueden-los-grupos-concentrados-generar-inflacion/

No es posible gastar el dinero que no existe, por lo que no es posible tener un aumento generalizado del nivel de precios sin un aumento en la cantidad de dinero

Entre los numerosos argumentos del oficialismo para desentenderse del problema de la inflación, sobresale el de los “grupos concentrados.” Según este argumento, los “grupos concentrados” son sectores o grandes empresas que poseen un poder monopólico en el mercado y por lo tanto pueden subir los precios siendo esta la verdadera causa del flagelo de la inflación. De este modo el Kirchnerismo no sólo se desentiende de este problema, sino que pasa a ser el salvador al combatir esta injusticia por parte de los empresarios contra los consumidores. El asalariado que ve sus ingresos y ahorros derretirse un 25% anual debe agradecer al gobierno por hacer todo lo posible por ayudarlo. Más allá de la retórica K, claramente no son muy eficientes a la hora de combatir la inflación si la inflación no logra bajar del 25% bajo el paraguas del mejor gobierno que ha tenido la Argentina, según el mismo oficialismo, desde la Revolución de Mayo. ¿Es factible, sin embargo, que los grupos concentrados puedan ser la causa de la inflación? En primer lugar es importante distinguir entre al menos dos tipos de monopolios: (1) monopolios naturales y (2) monopolios legales.

El caso del monopolio natural no es otra cosa que el resultado de la escases de recursos en el mundo que nos toca vivir. La escases de recursos hace que sea posible que en cierto mercado no haya lugar para más de un productor. Dado que los recursos productivos deben asignarse entre varios mercados, es posible que los costos no permitan la operación de muchos productores en simultáneo. Algunos servicios de transporte y servicios públicos suelen ser ejemplos de casos como este. Por ejemplo, puede no ser eficiente tener dos tendidos de cañerías para proveer agua, dado que no hay suficientes recursos para hacer esto de manera rentable. Pero supongamos por un párrafo que la tesis Kirchnerista es cierta, y que el productor monopolista puede elevar sus precios un 25% todos los años. El resultado es un notable incremento en la rentabilidad del productor, lo  cual no hace otra cosa que atraer competidores al sector dado que los mayores precios hacen rentable lo que sería “poner una segunda red de cañerías.” Los monopolios naturales tienden a desaparecer cuando la rentabilidad del sector crece. Esto puede ocurrir porque (1) suben los precios (pero no los costos) o (2) nuevas tecnologías hacen más barata la producción. Todo productor compite contra competidores potenciales listos para entrar al sector en cuanto las tasas de rentabilidad así lo justifiquen. Los monopolios naturales no pueden explicar, entonces, un problema inflacionario como el que sufre la Argentina.

Los monopolios legales son distintos. En este caso la presencia de un único productor no se debe al alto costo de producción debido a la escases relativa de recursos, sino a un privilegio legal. El estado no permite la competencia. Si el gobierno se cree su propia tesis que la inflación es debido a la presencia de grupos concentrados, entonces debe mirarse a sí mismo y eliminar los privilegios sectoriales. El monopolista legal no debe temer a la entrada de competidores ante un aumento de precios, por lo que siguiendo la lógica K este tipo de monopolista tiene piedra libre para hacer lo que quiera con los precios. La causa no es, entonces, grupos concentrados, la causa es regulaciones que restringen la competencia. Un mercado competitivo y desregulado es más eficiente para mantener los precios “bajo control” que un secretario de comercio como Guillermo Moreno y proyectos como el “mirar para cuidar.”

Si bien esta distinción entre los dos tipos de monopolios es importante, tampoco es el caso que un monopolio legal puede aumentar producir inflación gracias a que está protegido de la competencia. El monopolista legal no se enfrenta menos a una curva de demanda que pone límites a los precios que el productor bajo libre competencia que lo que lo hace cualquier otro productor. Pero el problema es que la inflación es un problema de un aumento generalizado en el nivel de precios y no el aumento de algunos precios. Toda la economía, entonces debería estar bajo el dominio de grandes grupos concentrados. Esta es una descripción difícil de sostener y, así y todo si ese fuera el caso, que mejor que promover la competencia y abrirse al mundo. Cerrar las importaciones favorece, en lugar de disminuir, la presencia de grupos concentrados. La distinción entre nivel de precios y precios relativos no es menor. En la medida que sea cierto que el monopolista puede aumentar sus precios, entonces el resultado es un cambio en los precios relativos de los bienes producidos por los monopolistas respecto al precio de los bienes producidos por no monopolistas, y no a un aumento en todos los precios. El monopolista podrá, según este teoría, subir sus precios una única vez, pero no puede hacerlo de manera sostenida en el tiempo.

Lo que la explicación K olvida es de dónde proviene el dinero necesario para pagar precios que crecen a un 25% anual. La siguiente tabla muestra los dos efectos posibles de seguir la tesis oficial de que son los grupos concentrados los que general inflación. La tabla asume un punto de partida, llamado Caso 1, dónde hay una cantidad total de dinero por $40.200. El atesoramiento es de $200, lo que deja unos $40.000 de circulante en el mercado. Luego se divide la economía en dos bienes, el bien monopólico y el bien competitivo. Para mantener la tabla lo más sencilla posible, ambos bienes se producen en la misma cantidad de modo tal que el precio sea de unos $100 cada uno dado que se gastan $20.000 en la compra de cada uno de estos bienes.

¿Qué sucede, entonces, si el productor del bien monopólico decide aumentar sus precios un 25% mientras la oferta monetaria no crece? Hay dos alternativas. Tanto en el Caso 2 como el Caso 3 suponemos que se compran 200 bienes monopólicos al precio inflado de $125. Los consumidores deben entonces gastar $25.000, en lugar de $20.000, para comprar las 200 unidades del bien monopólico. Esto deja unos $15.000 para comprar el bien competitivo. Por lo tanto, o la cantidad consumida del segundo bien cae a 150 unidades (Caso 2) o bien el precio debe disminuir a $75 (Caso 3.) En ambos casos lo que hay es un cambio en precios relativos, no de todos los precios. En el Caso el precio relativo de bien monopólico (BP) a bien competitivo (BC) es de pBP/pBC = 1. En los casos 2 y 3 el precio relativo pasa a ser 2 y  2.66 respectivamente.

No es posible gastar el dinero que no existe, por lo que no es posible tener un aumento generalizado del nivel de precios sin un aumento en la cantidad de dinero. El productor monopolista, siguiendo la tesis oficialista, podrá a lo sumo elevar su precio una única vez, pero no puede elevarlo de manera indefinida. Lo que el gobierno no explica es cómo hacen los productores de los bienes competitivos para aumentar también sus precios un 25% cuando no hay más dinero disponible en el mercado. El oficialismo confunde, en definitiva, cambios en precios relativos con cambios en el nivel de precios.

Se podrá argumentar que los grupos concentrados producen bienes que deben ser utilizados para producir otra gran cantidad de bienes, transfiriendo así el aumento de precios al resto de la economía. Si el precio de la energía sube, por ejemplo, entonces los costos de producción de toda la economía aumentan. Si bien el problema no es tan sencillo, compremos una vez más este argumento K por un párrafo. Este caso deja sin explicar a qué se debe el aumento de la energía en primer lugar. Esta línea de argumentación asume la presencia de la inflación al partir del hecho que el precio de los insumos sube un 25% todos. Por supuesto, asumir la inflación no es un buen método para explicar la inflación.

Una vez despojada la tesis oficial de los adornos del relato K, el problema de la inflación se reduce inevitablemente a un problema de expansión de oferta monetaria por encima del aumento en la demanda de dinero.  En última instancia la inflación se debe a un monopolista en particular, el banco central. El banco central no sólo es un monopolio, es un monopolio estatal. Un representante fiel del Kirchnerismo seguramente se preguntará a qué intereses de poder responde…

Nicolás Cachanosky es Doctor en Economía, (Suffolk University), Lic. en Economía, (UCA), Master en Economía y Ciencias Políticas, (ESEADE) y Assistant Professor of Economics en Metropolitan State University of Denver.

Why Does The U.S. Economy Sag? Look No Further Than The Number 17

Por Alejandro A. Chafuén. Publicado el 25/9/13 en http://www.forbes.com/sites/alejandrochafuen/2013/09/25/why-does-the-u-s-economy-sag-look-no-further-than-the-number-17/

The significant efforts in recent years to measure economic freedom did not come from universities. They came from think tanks. These efforts are a powerful proof that think tanks are an essential institution in civil society. More than that, the “freedom truths” they affirm are vital for the world and the United States. This is crucial information that we all need to know.

The two main efforts to document the benefits of economic freedom have been led by think tanks—namely, the Fraser Institute and Heritage Foundation.

For most of its indices, Fraser Institute relied on the expertise of James Gwartney and Bob Lawson. Gwartney is a past president of the Southern Economic Association and former chief economist of the Joint Economic Committee of the U.S. Congress. Lawson holds the Jerome M. Fullinwider Endowed Centennial Chair in Economic Freedom, at the Southern Methodist University, in Dallas, Texas. The new edition of the Fraser Institute’s report, released just last week, also included Joshua Hall (West Virginia University) and scholars from Austria, Germany and Spain. They spearheaded an effort with economists at Fraser and at think tanks across the globe.

Another major effort has been the very influential work of the Heritage Foundation. Several economists collaborated to refine the economic-freedom index prepared by the Heritage Foundation. I personally followed with special interest the effort of Dr. Gerald O’Driscoll, currently a senior fellow at Cato Institute, who had experience as an academic (NYU), government (chief economist for the Dallas Fed), and banking (Citigroup). After his pass through Heritage, and the continued efforts of those who succeeded O’Driscoll, the methodology of the Heritage effort has achieved increased respect. Measurements in social sciences are never perfect and competition should continue to lead to improvements.

Measuring freedom is not perfect and not easy.Freedom House had been compiling a freedom index for some time, but it neglected its economic aspects. The Fraser Institute, in collaboration with the Indianapolis-based Liberty Fund, a private operating foundation, began to focus on the core question: Can we develop a definition of economic freedom that can be measured? Fraser’s motto is, “if it matters, measure it.” Obviously, the effort fit well with its mission. The early meetings attracted Milton Friedman and other talented economists. These high-level discussions led to gradual progress and the development of a workable framework which is still the basis of the index.

The Heritage Foundation also got into the game of assessing economic liberties across the globe. It had a specific goal in mind: try to gauge if U.S. foreign aid had been of any help or if it had been squandered in socialist experiments and failed economic policies.

Despite the different methodologies used by Fraser and Heritage the results were quite similar. The first indices were released in the 1990s. They worked separately and still show a very high correlation. In 1997, when I first studied the results, the correlation between the indices of Fraser (Economic Freedom of the World, EFW) and Heritage was 0.86 (a 1.00 would mean a perfect match). Since then, many more countries were included in the sample. The most current figures, using the latest comparable indices, show a correlation of 0.79. This number correlates well with the top 10 countries in each index. Seven of the top countries in the EFW index are on the top 10 in the Heritage-Wall Street Journal index (HWSJ): Hong Kong, Singapore, New Zealand, Switzerland, Canada, Australia, and Bahrain. On the losing side, the 10 countries at the bottom of the rankings in this new Fraser Institute index also appear in the bottom 20 percent of the HWSJ index. The U.S. continues to decline in both measurements, scoring 77 out of 100 in the EFW (17th place), and 76 in the latest Heritage index (10th place).

Overall, the scores of the Fraser Institute show a world with more economic freedom (an approximate world average of 69 percent as compared to 62 percent with the HWSJ index). The major divergence between the scores of Fraser and HWSJ are caused by the prevalence of corruption across the globe. The countries that had over 10 points of difference had an average rate of transparency of three out of 10: highly corrupt. It is a possibility that corruption, like in Argentina, where government manipulates most prices and data, reduces the accuracy of the indices.

Those of us working at other think tanks and with our own areas of knowledge began using the indices to make comparisons with other trends. In my research, I focused on corruption and inequality. Others have focused on economic freedom and democracy, economic freedom and poverty, and other relevant issues. Some of these studies have been published by Fraser and Heritage. Using similar models, think tanks in Canada, the United States, Spain, and Argentina, have created indices to measure economic freedom within the regions and provinces of their countries. The Fraser Institute keeps track of most the scholarly and other relevant articles that have used and cited its index. The list is very large. It shows all the different aspects of an empirical science of economic freedom.

If we do not know where we are, it is hard to know how to get to our destination. These indices are getting better at showing us where we stand. Now they are being used to show us where to go: the Heritage Foundation recently released its 2013 Global Agenda for Economic Freedom. Based on what they learned from the index, researchers at Heritage’s Center for International Trade and Economics divided the world in seven regions and made specific recommendations about how to move forward in each.

So far, the effort to measure economic freedom has placed think tanks ahead of universities. It has also placed think tanks ahead of the for-profit sector. I forecast that for-profit companies and universities will develop competing and complementary measurements.

“If it matters, measure it.” If it really matters, let many measure it—and let the world learn it.

Derek Carter, an economics, mathematics and finance major at theUniversity of Alabama, conducted research for this article.

Alejandro A. Chafuén es Dr. En Economía por el International College de California. Licenciado en Economía, (UCA), es miembro del comité de consejeros para The Center for Vision & Values, fideicomisario del Grove City College, y presidente de la Atlas Economic Research Foundation. Se ha desempeñado como fideicomisario del Fraser Institute desde 1991. Fue profesor de ESEADE.

ECONOMÍA Y HERMENÉUTICA

Por Alberto Benegas Lynch (h).

Las clases de mi amigo Don Lavoie, prematuramente muerto en su plenitud, suscitaban gran atracción entre los alumnos de George Mason University por su teoría hermenéutica aplicada a la economía. Su fuente principal de inspiración era el economista Ludwig Lachmann profesor en la London School of Economics (a su vez influido por escritos de Max Weber) y el hermeneuta Hans-Georg Gadamer, profesor y Rector de la Universidad de Leipzig.

Lavoie apuntaba a instalar su tesis en el contexto de la Escuela Austriaca retomando la tradición subjetivista que partió con Carl Menger y la extrapolaba no solo a los fundamentos de toda transacción comercial sino a toda comunicación intraindividual.

Con razón mantenía que todo es materia de interpretación: cuando se observa una obra de arte, cuando se lee un texto, cuando se mira un paisaje, cuando se conversa etc. Pero de allí concluía que toda manifestación subjetiva enriquecía y alimentaba lo interpretado. Esta forma de ver las cosas está íntimamente emparentada con el posmodernismo y la adulteración de textos a través de interpretaciones que nada tienen que ver con lo que el autor ha consignado.

Una cosa es la valorización subjetiva en el sentido del me gusta o no me gusta que establece los precios de mercado y otra bien diferente es la objetividad de las cosas que son independientes de las opiniones que de ellas se pueda tener. Esta diferencia epistemológica resulta central para no caer en el dadaísmo cultural.

Es muy cierto que en la apreciación de muy diversos mensajes incluyendo la conversación, la mente no opera como un scanner que toma lo dicho tal cual el emisor lo trasmitió (aún prestando debida atención como aconseja Tom Peters en uno de los capítulos de su Thriving on Chaos titulado muy acertadamente “Become Obsessed with Listening”). Hay un bagaje cultural y un contexto que el esqueleto conceptual del receptor incorpora, lo cual hace que haya diversas interpretaciones, incluso malentendidos de distinta naturaleza, pero de allí no se sigue que todas la interpretaciones sean legítimas: unas se acercarán más a la verdad de lo expuesto que otras, del mismo modo que ocurre con la interpretación de textos y otras manifestaciones de la vida en sociedad. Todo esto es de naturaleza distinta de cuanto ocurre en el mercado, en este proceso es irrelevante la verdad de la interpretación puesto que lo importante son las preferencias de compradores y vendedores.

Otro autor de peso que ha influido en Lavoie es Paul Ricoeur. En una oportunidad formé parte del tribunal de tesis doctoral en economía en la Universidad Francisco Marroquín que versaba sobre una aplicación de Ricoeur a la ciencia económica. No recuerdo quien era el doctorando, si tengo presente que su director de tesis era nada menos que Peter Boettke y que otro de mis colegas en el tribunal era Lawrence White. En todo caso, si bien tengo desdibujado el esqueleto central de ese trabajo, tengo presente que la disertación y las respuestas a nuestras preguntas resultaron satisfactorias. Precisamente, el libro más conocido de Ricoeur es Hermeneutics & the Human Sciences en el que sostiene que dado que las palabras no son unívocas se abre la posibilidad de interpretaciones varias pero que la faena del caso consiste en trabajar la recepción de lo dicho o escrito, lo cual presenta sin duda una serie de problemas a resolver.

En este sentido, es pertinente aludir a las trifulcas que produce la traducción puesto que en definitiva todo es traducción incluso dentro del mismo lenguaje en la simple conversación en cuanto a la secuencia interpretativa. También aquí de lo que se trata es de acercarse lo mejor posible a lo dicho (o escrito) en otro idioma. Traduttore-traditore es un lugar común que ilustra los riesgos de la traducción sin pretender nunca un texto definitivo como decía Borges, en todo caso puede ser lo mejor por el momento, hasta que aparezca una versión más precisa, del mismo modo que nos enseña Popper ocurre con la ciencia. Pero ya que lo mencionamos a Borges, es de interés señalar que ha subrayado que una traducción puede ser mejor que el original (puesto que en otro idioma puede emplearse un vocablo más pertinente)…hasta escribió en una  boutade que “un original puede ser infiel a su traducción” (y, por otra parte, decía esta autor que hay expresiones intraducibles como que fulana “estaba sentadita”).

Sin duda que la traducción “no puede administrarse a puro golpe de diccionario” como ha expresado Victoria Ocampo. Por su parte, Umberto Eco advierte que las traducciones literales resultan en tremendos mamarrachos (como cuando se traduce “it is raining cats and dogs” como “está lloviendo gatos y perros”). Resulta clave el contexto y el sentido en el que se usa una palabra en el texto original. Enrique Pezzoni denomina la traducción literal “servil”. Como apunta Alfonso Reyes “cuando se trata de nombres propios, la adaptación es repugnante”. Tengo muy presente la oportunidad en la que la Universidad de Buenos Aires le entregó un doctorado honoris causa a Friedrich Hayek, mientras bajábamos las escaleras de la Facultad de Derecho (donde tuvo lugar el acto), el homenajeado me señaló su diploma en el que se leía Federico y me dijo con un dejo de disgusto: “you never do this”.

Lachmann, Lavoie y sus numerosos discípulos entienden que las interpretaciones libres constituyen una manifestación del orden espontáneo en economía, primero expuesto por la Escuela Escocesa y luego afinada por Hayek, pero esto es otra extrapolación ilegítima. El orden espontáneo significa que cada una de las personas que persiguen sus intereses particulares en una sociedad abierta contribuyen a formar un orden que no estaba en la mente de aquellos sujetos actuantes, pero para nada implica la tergiversación de los fenómenos observados bajo el pretexto de una mal concebida subjetividad.

En su ensayo titulado “Understanding Differently: Hermeneutics and the Spontaneus Order of Communicative Processes”, Don Lavoie escribe con razón que “ El giro subjetivista que él [Menger] le dio a la economía, destaca que lo que le interesa al economista no son las circunstancias objetivas como tales sino el significado que tienen para el agente correspondiente”, pero de esto no puede inferirse que la subjetividad se aplique a cualquier interpretación de las propiedades de las cosas sino, como queda dicho, a las valorizaciones de lo que se intercambia según satisfaga deseos. Una cosa es concluir la perogrullada de que todo es materia de interpretación y otra bien diferente es afirmar que todo es lo que cualquiera dice que es.

Ya bastantes problemas existen en el seno de la economía como para introducir una visión posmoderna. Mark Blaug en “Disturbing Currents in Modern Economics” resume bien el asunto que venimos comentando: “El posmodernismo en la economía adopta formas diferentes pero siempre comienza con la ridiculización de las pretensiones científicas de la economía tirando agua fría a las creencias de que existe un sistema económico objetivo”.

Por último, una nota breve sobre la interpretación de la historia de los acontecimientos económicos que en no pocos casos también sufre de malformaciones hermenéuticas debido principalmente (aunque no exclusivamente) a una concepción errada de la noción de la filosofía de la historia. Robin Collingwood, en The Idea of History, explica que es inconducente entenderla como envuelta en leyes inexorables  (como Spengler), como la historia universal (como Hegel) ni en cierto sentido como la versión de la historia en la que se enfatizan grupos en bloque (como Toynbee) y mantiene que Voltaire -quien acuñó la expresión “filosofía de la historia”- fue el pionero en estudiarla con criterio independiente y no simplemente reproduciendo noticias consignadas por otros. Collingwood agrega a esta crítica de la reproducción sin más (la técnica “de las tijeras y el engrudo” en sus palabras) la concepción del primer término del binomio como un ejercicio de no solo escudriñar el objeto estudiado sino hurgar en el modo en que piensa el sujeto, y el segundo como la recreación del suceso bajo estudio.

Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía y Dr. En Administración. Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y fue profesor y primer Rector de ESEADE.

El apresurado exitismo no-K.

Por Ricardo López Göttig. Publicado el 21/9/13 en http://lopezgottig.blogspot.com.ar/

 

Apenas se conocieron los primeros resultados de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, se despertó el exitismo de quienes no son kirchneristas, muchos celebrando el fin de un ciclo. Las PASO están funcionando como una “primera vuelta” y las elecciones legislativas de octubre como ballottage, por lo que ahora se están produciendo reacomodamientos y desplazamientos estratégicos pensando en la renovación presidencial del 2015.
Los argentinos pasan fácilmente de la euforia a la depresión, y de allí a una nueva cima de euforia, en un ejercicio agotador de sístoles y diástoles que generan picos de presión arterial a inversores y emprendedores que desean pensar en el largo plazo. Las reglas varían de un período al otro, como si el reglamento de un deporte se cambiara para cada campeonato. Esta hipertensión económica desalienta al espíritu emprendedor y destruye implacablemente la capacidad de ahorro.
La presidente Cristina Fernández de Kirchner terminará su mandato en diciembre del 2015 y, hasta entonces, tomará decisiones que afecten severamente la política económica de su sucesor. Puede seguir expandiendo el gasto público con el nombramiento de sus seguidores más fieles como empleados militantes en la planta permanente del Estado, tal como lo ha venido haciendo el kirchnerismo en este decenio. Puede seguir imprimiendo billetes que alimentan la inflación, restringir aún más los mercados y despilfarrar el dinero público en empresas estatales altamente deficitarias.
Los obstáculos intervencionistas y proteccionistas serían desmontados con gran dificultad por el próximo gobierno, si es que optara por una política que fomente la inserción en los mercados internacionales y la iniciativa privada. Pero el horizonte de ideas sobre la economía es difuso cuando se buscan pistas en lo que expresan los potenciales candidatos para el 2015. Ningún presidenciable se anima a esbozar una orientación favorable hacia la economía de mercado, temeroso de ser rápidamente tildado de “noventista”, un mote que sepulta el debate y las posibilidades de cualquier aspirante con ambiciones a ocupar el sillón de Rivadavia.
El desafío de desarticular el aparato clientelista y la práctica populista, profundizados en esta década declamada, traerá resistencia del kirchnerismo residual que intentará bloquear cualquier reforma del Estado. El próximo presidente, sea del signo que fuere, ¿sabrá formar una amplia coalición política capaz de reducir el costo del Estado y de encauzarlo en sus legítimas funciones? ¿Tendrá la decisión de atraer la inversión privada nacional y extranjera en un ambiente respetuoso de los contratos y reglas de juego claras y transparentes? ¿Podrá vertebrar una mayoría parlamentaria con otros partidos políticos y obtener el apoyo comprometido de gobernadores e intendentes?
Cristina Fernández de Kirchner está habilitada para competir por un próximo y último mandato presidencial en el año 2019, y ya ha demostrado que tiene una gran habilidad para su recuperación electoral. Si el próximo primer magistrado no tiene éxito o pierde la confianza de la ciudadanía, como le ocurrió a Fernando de la Rúa, no sería descabellado que el kirchnerismo se presente dentro de seis años como la salvación de la Patria.
Los acercamientos y alejamientos de las principales figuras políticas no son más que una práctica de supervivencia que nada significa para la vida cotidiana del ciudadano común. Y es que la prosperidad, la paz y la libertad no dependen del cambio de elencos gobernantes, sino del respeto a la Constitucióny las instituciones.

 

Ricardo López Göttig es Profesor y Doctor en Historia, egresado de la Universidad de Belgrano y de la Universidad Karlova de Praga (República Checa). Es Profesor titular de Teoría Social en la Maestría en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE.

¿Logrará el terrorismo de izquierda chileno setentista permanecer en la impunidad?

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 25/9/13 en: http://www.eldiarioexterior.com/emilio-j-cardenas-42916.htm

 

La noticia periodística viene de Chile. A primera vista luce intrascendente porque no parecería (a primera vista) ser demasiado importante.

Pero, como veremos, ciertamente lo es. Porque se refiere a hechos criminales abominables, que ocurrieron en ese país, aunque hace ya más de tres décadas, que lo cierto es que aún están absolutamente impunes.
La “Fundación Simón Yévenes” -que lleva el nombre de un dirigente vecinal asesinado en agosto de 1970 por una de las organizaciones de la guerrilla marxista chilena, el Frente Popular Manuel Rodríguez (FPMR)- presentó una denuncia formal ante la justicia de su país, solicitando que se investiguen 106 atentados, homicidios, secuestros y lesiones graves. Todos ellos acaecidos a partir del 4 de noviembre de 1970, cuando asumiera el gobierno el ex presidente Salvador Allende Gossens, y todos aparentemente cometidos por parte de las distintas organizaciones armadas marxistas que en Chile recurrieron a la violencia contra civiles inocentes para sembrar indiscriminadamente el terror en ese país. Al mismo tiempo que fenómenos bien parecidos aparecieron también en varios otros países de nuestra región.
Entre ellos, el atentado que dejó muerto a Simón Yévenes, así como el que le costara la vida al ex vice-presidente de Chile, Edmundo Pérez Zujovic, el 8 de junio de 1971. En todos los casos, en clara violación de los derechos humanos de las víctimas y de sus familiares.
La Corte de Apelaciones de Santiago, a través de su presidente, Alfredo Peiffer, acogió la denuncia referida y remitió -como claramente correspondía- todos los antecedentes respectivos a la fiscalía.
La denuncia pide inter alia que se cite a declarar como testigos, al ex presidente del Partido Comunista de Chile, Guillermo Tellier, quien en su momento fuera el ex jefe militar del MIR; a la popular ex presidente de Chile, Michelle Bachelet, ahora nuevamente candidata a la presidencia, quien fuera médico de miembros del FPMR; y a su ex pareja: Alex Vojkovic Tries, quien a su vez fuera el vocero del FPMR, entre 1985 y 1987.
Ocurre que en América Latina las Convenciones de Ginebra de 1949, la columna vertebral del Derecho Humanitario Internacional, son apenas “letra muerta”. Con excepción de Perú y ahora también de Colombia. Pese a que esas normas son jus cogens esto es, de aplicación directa y obligatoria en todos los Estados.
En la mayoría de los países de nuestra región, incluyendo concretamente a la Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, esas importantísimas normas -que han simplemente codificado la costumbre internacional- no se aplican. Es como si no existieran. Están rodeadas de un muro sospechoso silencio judicial. No existen, curiosamente, pese a haber sido ratificadas y transformadas en derecho interno. Especialmente, la Cuarta Convención de Ginebra de 1949, aplicable específicamente a los “conflictos armados internos”, como los que estallaran en los cuatro países antes nombrados, en la trágica década del 70.
Esto es así, pese a que la Corte Internacional de Justicia sostuviera que esas normas son aplicables a este tipo de enfrentamientos armados. Lo que ocurrió en el sonado caso “Nicaragua”. Y  a que la propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en el caso “La Tablada”) adoptara idéntico criterio, recordando que la cláusula común 3° de todas esas convenciones (que es la que sintetiza la protección conferida a los civiles inocentes) es ciertamente de aplicación directa también en los “conflictos armados internos”.
Pero la realidad es que en la Argentina, por ejemplo, se sostiene que no hubo nunca un “conflicto armado interno” y, por consiguiente no hubo “crímenes de guerra” (esto es “delitos de lesa humanidad” cometidos durante los “conflictos armados internos”). Sólo hubo, sostienen, delitos comunes, respecto de los cuales ya no es posible accionar, porque han corrido las prescripciones del caso. Por eso es que hay ex responsables directos o indirectos de gravísimas atrocidades, que hoy están transformados en legisladores, filósofos de la realidad, periodistas con alguna inmerecida notoriedad, o hasta presidentes. Como si ellos simplemente no hubieran sido responsables de nada. Directa o indirectamente. De nada.
Solamente hubo, dicen, insurgencia o en todo caso bandidismo. Esto es enfrentamientos armados desorganizados, aislados, esporádicos y de corta vida. De poca intensidad, entonces. Frente a esto, las miles de muertes que, hoy se sabe, son atribuibles a las organizaciones guerrilleras en la Argentina se disfrazan hábilmente de “actos aislados”. Pese a que sus responsables tenían organización militar, controlaron territorio, operaron con su propia oficialidad y hasta con tribunales militares. Y, peor aún, pese a que además está probado que los conflictos armados internos que asolaron a la región y dieron lugar al también abominable terrorismo de Estado, tenía un fuerte apoyo externo, del que se vanagloriara alguna vez el propio Fidel Castro, cuando -en declaraciones del 4 de julio de 1998- admitiera expresamente su papel activo en la promoción -y sostenimiento- de la subversión marxista regional, en procura de crear lo que el mismo llamara: un “Vietnam gigante”.  Cabe agregar que, advertido que fuera por sus correligionarios, de la gigantesca gravedad de su formal reconocimiento, Don Fidel se llamó -desde entonces- a silencio total. Hasta por su propia seguridad personal al deambular por el mundo, particularmente después de la creación del Tribunal Penal Internacional.
Entre 1969 y 1979, las organizaciones guerrilleras y terroristas, representadas principalmente por el ERP, Montoneros y otras estructuras de menor envergadura militar, cometieron 21.644 atentados (uno cada cuatro horas, durante diez horribles años, entre los que se contabilizaron 1.501 homicidios; 1.746 secuestros, y 5.052 colocaciones de bombas. Estos datos surgen de la causa 13, donde se dictara la sentencia condenatoria de la Junta Militar, en 1985.
Con lo antedicho sobre la mesa, la pregunta es: ¿logrará la justicia chilena que los crímenes de la izquierda marxista de los 70 no sigan en la mayor de las impunidades? Admito que soy escéptico, pero todas las posibilidades están abiertas. Como lo están también en la Argentina, cuando el largo ciclo de los Kirchner, que ya ha comenzado a agotarse, finalmente se termine.

 

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Es profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.