Derechos individuales: transformados en delito por el Gobierno

Por Roberto Cachanosky. Publicado el 22/7/12 en http://www.economiaparatodos.com.ar/ver_nota.php?nota=3727

Los argentinos hemos aceptado que nos prohíban comprar, producir y vender lo que queremos, que nos digan cómo debemos ahorrar, que nos cobren cada vez más impuestos sin que el Estado rinda cuenta de sus gastos y hasta que nos digan qué tenemos que pensar y qué podemos decir y qué no públicamente. ¿Somos libres o estamos presos?

Cada día que pasa, el discurso del Gobierno tiende a tratar de convencernos de que los derechos de los habitantes empiezan a transformarse en delitos y que lo que son delitos y abuso del uso del poder, son derechos de los gobernantes que buscan el bienestar de la población.

Si hoy alguien quiere ejercer su derecho a enviar sus ahorros al exterior porque desconfía de la seguridad jurídica, según el discurso del Gobierno es un delincuente, cuando en rigor el acto delictivo lo comete el Estado violando el derecho de propiedad y generando inseguridad jurídica.

Si alguien quiere comprar dólares para defenderse de la inflación, o porque se le da la gana, es un delincuente. Justamente el viernes pasado, el ministro de Economía Hernán Lorenzino afirmó que el mercado marginal o blue hay que verlo como un acto delictivo. Siendo que el dólar es una mercadería como cualquier otra, no se entiende por qué comprar una simple mercadería llamada dólar se transforma en un acto delictivo y no es un delito prostituir el valor del peso. ¿Por qué es delito defenderse de la inflación que genera el Estado y no lo es destruir el peso como moneda?

Si alguien quiere, con el fruto de su trabajo, comprar una mercadería importada es un delincuente si el Estado no lo autoriza, pero no es un acto delictivo que un funcionario público utilice el monopolio de la fuerza para violar el derecho a que cada uno utilice sus ingresos como mejor le parezca y compre lo que considera más conveniente para él.

Alguien que emite una opinión sobre la evolución del mercado inmobiliario inmediatamente es denunciado públicamente por su situación fiscal, desviando el tema de lo que ocurre realmente en dicho mercado, y el derecho a la libre expresión pasa a ser reprimido.

[ Nota relacionada: Cristina y los mitos de la distribución del ingreso ]

Por ejemplo, el soberbio Axel Kicillof acaba de afirmar que el discurso de los economistas opositores hace daño porque algunas personas todavía los escuchan. Resulta que ahora él es el dueño de la verdad y estableció el delito de opinión, porque todo el que opina diferente le hace daño al país. Pareciera ser que los destrozos que está haciendo el Gobierno al que pertenece son una bendición para el país. Generar desocupación, inflación, recesión, pobreza e indigencia tal vez no sea un delito, pero sí falta de idoneidad para gobernar un país y mala praxis profesional.

Insistir con la estupidez de que el sistema jubilatorio de reparto es solidario y el privado es mezquino indica que este joven no estudió matemáticas y no sabe que el sistema de reparto es infinanciable aquí y en cualquier parte del mundo, porque la esperanza de vida aumentó y cada vez se necesitan más activos para mantener a un pasivo. En el caso particular de Argentina, como las jubilaciones dependen de la tasa del impuesto que se aplique sobre los salarios, del nivel de salario y de la tasa de ocupación, todavía es más inviable, porque la desocupación crece, los salarios reales están cayendo y la tasa del impuesto es tan alta que estimula el trabajo en negro.

[ Nota relacionada: Jubilaciones: por qué el sistema estatal es inviable ]

Además, Kicillof no debería presentarse como el dueño del monopolio de la solidaridad ya que no es muy solidario no cumplir con el mandato de la Corte Suprema de pagar el 82% móvil y estirar los juicios para que los jubilados se vayan muriendo y sus reclamos queden en la nada. Especular con la muerte de la gente para no pagar es de una bajeza sin límites.

Por otro lado, ¿quién le otorgó el derecho a decidir cómo me voy a jubilar? Yo no defiendo el sistema de AFJP, defiendo el derecho a que cada uno arme su jubilación como mejor le parezca y no sea papá Estado el que me diga cómo tengo que prevenir mi futuro. En todo caso, el Estado, argumentando solidaridad, ha sumergido a los jubilados en la miseria más absoluta. Mi jubilación la puedo hacer armando una cartera con activos como propiedades, bonos o acciones, entre otras opciones, y no depender de que el Estado le cobre un impuesto al que trabaja para pagar mi jubilación.

Es más, tal es el grado de la burrada de Kicillof cuando afirma que el sistema de reparto es solidario y que el otro no funcionó, que ni siquiera se tomó el trabajo de ver cómo se financia el pago de las jubilaciones actuales: el 100% de los ingresos de la ANSES no proviene de los impuestos al trabajo, sino que este organismo también recibe parte de los impuestos a la ganancia, internos, IVA, combustibles, cigarrillos, entre varios otros. Si fuera por los ingresos de aportes y jubilaciones, los jubilados estarían peor que ahora. Pero, nuevamente, el derecho a que cada uno busque la forma de prevenir su futuro es, para el Gobierno, un delito.

[ Nota relacionada: El sistema jubilatorio estatizado ]

Y más burrada es decir que es “privatista, noventista y reaccionario” que no se destinen los fondos de la ANSES al sistema productivo. Lo de noventista lo habrá dicho por sus jefes los Kirchner que fueron menemistas. Lo de privatista lo dirá por los funcionarios K que hacen fortunas con los negocios que le brinda en bandeja el Gobierno. Pero lo que refleja la ignorancia de este charlatán de tribuna es que si alguien arma en forma libre su jubilación comprado bonos, acciones, propiedades u otros activos, canaliza sus ahorros hacia el sistema productivo. La diferencia es que él quiere manejar nuestra plata y no que nosotros la manejemos. Si la manejamos nosotros sin entrar al sistema de reparto, somos delincuentes evasores. Si ellos las despilfarran y condenan a los futuros jubilados a la miseria son solidarios.

[ Nota relacionada: Para el Gobierno es más importante el Fútbol para Todos que los jubilados ]

Pero dejando de lado los dichos de un funcionario que pretende dar cátedra sobre cómo funcionan la economía la economía en general y la argentina en particular cuando le faltan muchas horas de vuelo, lo concreto es que aquí se están cambiando los valores fundamentales. Los derechos de los ciudadanos son transformados en delitos mediante el discurso K, mientras que las violaciones al orden jurídico y el abuso del poder por parte de los funcionarios públicos son presentadas como un derecho del Gobierno, que si alguien llega a discutir es el enemigo o el destituyente.

Es decir, la violación al estado de derecho se transforma en algo legítimo y los derechos de los habitantes en delitos. Con este cambio de roles, es obvio que el “vamos por todo” no es otra cosa que intentar establecer una autocracia.

Hemos aceptado que nos prohíban comprar lo que queremos, producir y vender lo que deseamos, ahorrar como se nos da la gana, viajar al exterior sin restricciones, que nos obliguen a soportar una enorme carga tributaria sin poder saber en qué se gasta, que la AFIP nos persiga sin derecho a la defensa por opinar diferente, a que nos metan miedo si hablamos y a soportar una cadena atrás de otra para que nos reten. En fin, la lista es tan grande que prácticamente cualquier cosa que hacemos pasamos a ser delincuentes para el Gobierno o merecemos una reprimenda de su “majestad”.

En síntesis, si seguimos este rumbo, cada uno de nosotros va a estar en libertad condicional y siendo atropellado por un gobierno que ha perdido legitimidad al usar el monopolio de la fuerza para violar nuestros derechos.

[ Nota relacionada: ¿Qué pasa cuando en nombre de la patria se violan derechos individuales? ]

Para finalizar, cabe recordar el artículo 29 de la Constitución, que si algún día se recupera la República, debería ser aplicado con todo rigor:

“El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las Legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria.”

Hoy, Cristina Fernández de Kirchner dispone de facultades extraordinarias para manejar el presupuesto. Y Guillermo Moreno, el secretario de Comercio Interior, dispone de la suma del poder público por lo que la vida, el honor y las fortunas de los argentinos quedan a merced del Gobierno o algún funcionario como él.

El artículo 29 de la Constitución ha sido violado de punta a punta. Algún día debería haber un Nuremberg para que nadie más, en el futuro, se anime a violar los derechos de los ciudadanos con total impunidad.

Roberto Cachanosky es Licenciado en Economía, (UCA)y ha sido director del Departamento de Política Económica de ESEADE y profesor de Economía Aplicada en el máster de Economía y Administración de ESEADE.

 

Justificación del Banco Ciudad

Por Martín Krause. Publicado el 30/7/12 en http://puntodevistaeconomico.wordpress.com/

¿Debe un gobierno tener un banco propio?

Explico el tema para los lectores que no conocen la situación particular. El Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, al igual que el gobierno nacional, posee un banco propio. En algunas provincias estos fueron privatizados en los años 90, no así en este caso.

El Banco de la Ciudad recibe ahora todos los depósitos judiciales, es decir, todos los que alguna de las partes de un juicio debe hacer como parte de éste. Como el gobierno nacional está enfrentado políticamente con el gobierno de la ciudad, un legislador ha presentado un proyecto de ley para que quitarle esos fondos y que pasen el banco del estado nacional. El motivo político es obvio, pero ¿cuál es la defensa del gobierno de la ciudad?

En esta columna: http://www.lanacion.com.ar/1491275-los-cuatro-absurdos-de-la-ley-conti, el presidente del Banco, un impecable economista con profunda formación neoclásica defiende la situación actual

Bien, ¿cuáles son sus argumentos en defensa de un banco estatal? Uno esperaría argumentos tales como “fallas de mercado” pero, claro, estos son argumentos opacos para un artículo periodístico, pero podrían presentarse al lector común como “servicios que brinda un banco público que no brinda la banca privada”, por ejemplo.

Sin embargo el artículo menciona dos fundamentales servicios que estaría brindando el banco con esos fondos: préstamos hipotecarios y préstamos a actividades productivas (!?!?!). Entonces, ¿cuál es el argumento? ¿Acaso los bancos privados no dan créditos hipotecarios y a las actividades productivas?

Si no dan los primeros se debe a la ausencia de moneda y, por ende, de ahorro a largo plazo. En Panamá, por ejemplo, los  bancos privados dan créditos inmobiliarios a 30 años de plazo. Y si no hay moneda es porque el estado la ha destruido. En cuanto a préstamos a la actividad productiva, ni hablar.

¿Cuáles podrían ser argumentos económicos “neoclásicos” para justificar este banco? Tal vez a los lectores se les ocurran algunos.

Si no los encuentran entonces tal vez podría lanzarse una propuesta osadamente “austriaca” y políticamente incorrecta que les haría perder gran cantidad de votos, por supuesto, pero que al menos sería clara: si no hay razones que lo justifiquen, aprovechen esta “agresión” del gobierno nacional y cierren el banco. Algo así: “si nos sacan los depósitos el banco va a tener que cerrar, es su culpa, etc”.

O más posible políticamente: venderlo, o regalárselo a todos los ciudadanos que ahora recibirían una acción del banco y harían con ella lo que les plazca. ¿sería algo así tan “políticamente” difícil e incorrecto? El argumento es que si el banco pertenece a los ciudadanos de la ciudad, entonces lo mejor es que ellos reciban acciones, nombren en asamblea un directorio y hagan lo que quieran con su propiedad.

 Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

 

No al relativismo

Por Carlos Rodríguez Braun. Publicado el 24/7/12 en http://www.larazon.es/posts/show/no-al-relativismo

Por recomendación de una gran amiga he leído a Howard Gardner, Truth, Beauty, and Goodness Reframed. Educating for the virtues in the Twenty-First Century, Nueva York, Basic Books, 2011. Me ha gustado mucho su crítica al relativismo pseudoprogresista conforme al cual no hay manera de determinar qué es verdadero, bello y bueno.

Es sabio y prudente al reconocer que una cosa es que seamos ignorantes y otra cosa es sumirnos en la parálisis intelectual, y que no es verdad que seamos el paradigma de la tolerancia, porque en realidad somos más tolerantes que antes en algunas cosas, y en otros lo somos menos. Y es valiente y ejemplar al condenar el vacío moral que a menudo prevalece en la modernidad digital, una suerte de exacerbación de la adolescencia, y al sostener que en lo fundamental siguen valiendo los Diez Mandamientos. Paradójicamente, esas posiciones se solapan con otras políticamente correctas, desde los “modelos de ciudadanía”, que son nada menos que la ONU y la Corte Penal Internacional, hasta los llamamientos en pro de “un planeta frágil”, pasando por aplausos a Chomsky o a Soros, y recomendaciones de autocensura para no ofender al Islam. Es particularmente lamentable en su distorsión de la economía, que presenta como un ámbito privado de valores, donde todo debería ajustarse mágicamente y en realidad es un Estado de Naturaleza hobbesiano. Lógicamente, concluye que la virtud dictamina que lo que debemos hacer es…¡pagar impuestos!

El Dr. Carlos Rodríguez Braun es Catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo Consultivo de ESEADE.

 

Efectos Internacionales sobre la Estructura de Capital: Colombia y Panama (2002-2007)

Por Nicolás Cachanosky. Publicado el 27/7/12 en: http://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2012/07/27/efectos-internacionales-sobre-la-estructura-de-capital-colombia-y-panama-2002-2007/#more-3208

En este post quiero compartir unos resultados preliminares de un borrador que puede ser de interés para los que nos siguen en el blog. En algunos posts anteriores (aquí) y en este paper comenté sobre el problema de transmisión internacional de ciclos económicos de países grandes a países pequeños (centro-periferia). ¿Se transmiten, de alguna manera, las distorsiones en la estructura de capital a economías pequeñas donde hay un tipo de cambio en el medio?

 Según la teoría convencional, los tipos de cambio cumplen un rol fundamental en los ciclos internacionales (Calvo & Mishkin, 2003). Por ejemplo, ante un shock monetario, un tipo de cambio fijo evita afectar los precios relativos del sector no transable respecto al (sic no) transable y así eludir que el shock monetario tenga efectos reales. Por otro lado, ante un shock real (ie. de productividad), un tipo de cambio flotante puede permitir un ajuste en los precios relativos del sector no transable y transable si es necesario dado el shock.

Siguiendo al párrafo anterior, si uno toma un shock monetario y compara los ciclos económicos de economías pequeñas debería encontrar un comportamiento distinto en cada grupo. Sin embargo, esto no siempre es el caso y en ciertas ocasiones no se observan diferencias importantes. Por ejemplo, Canova (2005) encuentra (1) que el ciclo económico del continente americano se encuentra fuertemente influenciado por la política de la Fed pero (2) no encuentra un comportamiento distinto entre economías con tipo de cambio fijo y tipo de cambio flotante.

¿Es posible que distorsiones del tipo descriptas por la teoría Mises-Hayek del ciclo económico sucedan en ambos tipos de economías, y que estas distorsiones en común lleven a que en algunos casos los ciclos se comporten de manera similar? Si ambas economías tienen acceso a un pool con exceso de liquidez a tasas de interés por debajo de su nivel natural o de equilibrio, entonces esto sería posible.

Lo que quiero compartir son unos gráficos que buscan ilustrar este problema con las economías de Colombia (tipo de cambio flotante) y Panamá (dolarizado) para el período 2002-2007. Los siguiente gráficos muestran:

  1. El crecimiento real tres sectores: (1) more roundabout, (2) medium roundabout y (3) less roundabout. Estos grupos se forman con datos de PBI sectoriales. Por ejemplo, sectores de minería son más capital intensivo e implican flujos de fondos más largos que el sector de comercio.
  2. A su vez, el grupo medium roundabout está compuesto por el sector manufacturas, y dado que hay suficiente subsectores, nuevamente divido el sector medium roundabout en more, medium y less roundabout. De este modo podemos ver el mismo análisis en dos niveles distintos de desagregación.
  3. Los gráficos muestran las tasas de crecimiento anuales para el período 2002-2007, y se compara con: (1) una ‘rolling-window’ de 5 años que comienza en 1990 y termina en el 2000, (2) 1990-1997 y (3) 1990-2000.

Cómo se puede ver (con alguna excepeción), las tasas de crecimiento de los sectores more roundabout son mayores que las de medium roundabout que a su vez son menores a las de less roundabout.

PBI por sectores

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Desagregación del sector medium roundabout

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Si bien el problema de ciclos internacionales es complejo, si es el caso que un desvío a la baja de las tasas de interés dada la política monetaria de economías centrales incentivan un crecimiento más pronunciado en sectores que son más capital intensivo, entonces lo que hay es una presencia de efectos particularmente descriptos por la teoría austriaca del ciclo. Esto no quiere decir ni que sea la única explicación que aplica a cualquier ciclo ni que siempre que hay un ciclo siempre sea por las causas descriptas por esta teoría. Pero si estos efectos están presentes y poseen una presencia importante, entonces pueden resultar en comportamiento similares en economías que siguen tipos de cambio distinto.

 Nicolás Cachanosky es Lic. en Economía, (UCA), Master en Economía y Ciencias Políticas, (ESEADE), y Doctorando en Economía, (Suffolk University). Es profesor universitario.

 

Israel: temprano quiebre de la coalición de unidad nacional

Por Emilio Cárdenas. Publicado el 25/7/12 en http://www.lanacion.com.ar/1492983-israel-temprano-quiebre-de-la-coalicion-de-unidad-nacional

La amplia coalición de gobiernoencabezada por el primer ministro Benjamín Netanyahu, que incluía en su seno al partido Kadima, de centro, se acaba de romper. Ya es historia, entonces. El gobierno de unidad nacional duró poco. Apenas unas diez semanas.

Insatisfecho con el pobre resultado de las conversaciones vinculadas con el servicio militar -o público- que deberían cumplir los ciudadanos de los grupos ultraortodoxos, Kadima decidió abandonar el gobierno. Así lo ratificaron 25 de los 28 legisladores pertenecientes a ese partido. La disolución previa del grupo de trabajo especial que se ocupaba del tema -con participación multipartidaria- de alguna manera preanunció lo sucedido. Lo que no priva a Benjamín Netanyahu de contar con una sólida mayoría parlamentaria, salvo que, de pronto, el éxodo incluya a algún otro partido.

No obstante, Netanyahu no contará con la «supermayoría» de 94 parlamentarios sobre los 120 miembros de la legislatura, con la que contaba. La ruptura obliga a Netanyahu a pensar en convocar a elecciones, que para muchos tendrán lugar a comienzos del año próximo, para las que Netanyahu aparece como el gran favorito. Como consecuencia de lo sucedido, la influencia política de los partidos de la derecha religiosa presumiblemente volverá a ser fuerte.

Cuando la guerra civil siria parece haber acorralado al régimen de los Assad, aunque con un final aún incierto, y cuando la cuestión iraní está muy lejos de haberse resuelto, el debilitamiento del gobierno israelí no es lo ideal. Pero así son las cosas.

 La razón de la separación, explicada por el propio líder de Kadima, Shaul Mofaz, tuvo ciertamente que ver con la imposibilidad de alcanzar acuerdos satisfactorios sobre la delicada cuestión del servicio militar de los ultraortodoxos israelíes, que para Mofaz tiene que ver con el principio de igualdad. Acuerdo político que luce urgente, atento a que la Suprema Corte de Israel declaró inconstitucionales las excepciones que actualmente favorecen a los ultraortodoxos o haredim, que expiran el 1° de agosto.

El 17% de los ultraortodoxos hoy presta servicios en las fuerzas armadas israelíes o trabaja en servicios al público. Unos 60.000 estudiantes de ese mismo grupo estaban exentos por la norma recientemente declarada inconstitucional por la Suprema Corte, lo que es mucho más que las 400 excepciones fueran originalmente concedidas para contribuir al futuro de los estudios sobre la Torah.

Kadima pretendía lograr cambios rápidos. Netanyahu es, en cambio, partidario del gradualismo en este tema tan particular. Por ello la coalición no logró un consenso sobre esta cuestión. Una oportunidad realmente histórica para definir un tema no resuelto desde hace 64 años parece haber sido desaprovechada.

Kadima propuso que el 80% de los ciudadanos ultraortodoxos prestara su servicio militar en el plazo de los próximos cuatro años. Para Netanyahu eso era demasiado precipitado. Este desacuerdo terminó provocando la ruptura de la coalición.

Otra cuestión parece también haber irritado a la dirigencia de Kadima: la propuesta del partido de Abigdor Lieberman (Israel Beiteinu) de que los árabes que son ciudadanos de Israel, presten -ellos también- más servicios comunitarios.

Para el debilitado Kadima -un partido que nació en 2005, despegado del riñón del Likud de Netanyahu- la incertidumbre acerca de su propio futuro ha vuelto a flotar. Esta será en el corto plazo, seguramente, su preocupación central.

No es imposible que Ehud Olmert -que acaba de haber sido absuelto de los cargos de corrupción formulados en su contra- vuelva a tener un rol protagónico en ese partido. Para Tzipi Livni, por su parte, quizá aparezca una nueva oportunidad para retornar al centro del escenario partidario, del que había sido desplazada por Mofaz. No obstante, hay quienes creen que, si los líderes de Kadima no conducen bien esta transición, el partido puede hasta enfrentar una implosión o, al menos, una etapa de fuerte desgaste o, quizás, desintegración.

Para Netanyahu, al menos por el momento, no aparecen amenazas serias respecto de sus ambiciones de continuar como primer ministro. Sigue siendo no sólo la figura central del espectro político israelí, sino la más popular de todas. Mientras la incertidumbre continúe flotando en las fronteras de Israel, esto difícilmente se alterará.

Emilio Cárdenas es Abogado. Realizó sus estudios de postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan y en las Universidades de Princeton y de California.  Es profesor del Master de Economía y Ciencias Políticas y Vice Presidente de ESEADE.

 

Martín Krause: «Borges era un anarcocapitalista»

Entrevista publicada el 26/7/12 en: http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/internacional/martin-krause-borges-un-anarcocapitalista-20120720

Argentina tiene arreglo y existen otras soluciones a la crisis que no pasan por la salida del euro. Así de optimista se muestra Martín Krause, el economista más prestigioso de Argentina.

Toda una vida dedicada a la ciencia económica da para mucho. Martín Krause es, con diferencia, el mejor de los economistas argentinos y uno de los más reconocidos mundialmente. Es profesor de la Universidad de Buenos Aires, del prestigioso Eseade y del Swiss Management Center. Se encuentra actualmente en España impartiendo una serie de lecciones magistrales sobre economía en un momento en el que todo el país habla de eso.

  • Muchos comparan la situación de España actual con la de Argentina hace 50 años, ¿es acertada la comparación?

    Son dos casos distintos. En España, con todos los problemas que tiene, hay un mayor grado de institucionalidad del que tenía Argentina. Hay una cierta limitación al populismo que proviene de pertenecer a la Unión Europea. La Argentina podía cometer cualquier descalabro sin ningún tipo de disciplina externa. Podía, por ejemplo, emitir la cantidad de dinero que quisiera emitir, y el país terminó en hiperinflación. España no puede salir de la crisis vía emisión de moneda.

    Ahora bien, las raíces de la crisis son las mismas: crecimiento del gasto y endeudamiento. En nuestro caso la gran crisis del Estado bebía de tres factores: la quiebra del sistema público de pensiones, el déficit de las empresas estatales y la indisciplina absoluta de las provincias.

    ¿Debería salir España del euro?

    Sería una salida que no ataca el problema central, que es el de exceso de gasto. Ocasionaría la monetización de la deuda, y eso es una forma artificial de solucionar el problema. Es una forma menos visible de abordar el ajuste, pero igualmente cruda. Hay formas de salir de la crisis que no implican salir del euro.

    Los males que afligen a la zona euro son muchos, ¿cuál es para usted el peor de todos?

    Todo empezó con esa licencia que todos creyeron tener para gastar, pensando en que luego llegaría para salvarte el quinto regimiento de la caballería, en el último momento, cuando estás rodeado por los indios como en las películas de cowboys. Y esto comenzó con los países más importantes, los primeros que incumplieron los límites fijados en Maastricht fueron Francia y Alemania generando poca credibilidad en las normas.

    Es un problema de calidad institucional. Aunque pareciese que Europa tenía instituciones sólidas, la realidad es que no estaban. Si los grandes no lo cumplen, ¿por qué lo va a cumplir Grecia o cualquier otro? Y así empieza esa carrera de a mi lo que me interesa es gastar y endeudarme porque a la larga me van a rescatar. Y ahora hay que enfrentar el problema de que no hay para rescatarlos a todos.

    Argentina, su país, siempre ha tenido grandes pensadores liberales que ha combinado con los peores políticos del mundo, ¿por qué esa dualidad?

    Argentina ha tenido grandes intelectuales liberales, pero también grandes intelectuales socialistas. El progresismo intelectual siempre ha florecido en Argentina y controla el mundo cultural. El último gran liberal que tuvimos en ese campo, y que a la izquierda le costó muchísimo aceptar, fue Borges, que era un anarcocapitalista. Ellos no podían entender cómo la mayor estrella de la literatura nacional pudiera pensar de esa forma.
    Pero, por regla general, el mundillo cultural argentino siempre ha estado influenciado por el progresismo, que siempre ha mirado a Europa. A este tipo de intelectual le encanta Francia y esos intelectuales franceses que, cuanto más complicado escriba y hable, mejor.

    Esto ha generado un sistema político perverso, en el que los que llegan, por el mero hecho de llegar muestran que han dejado sus principios en la puerta.

    Parafraseando al clásico, ¿en qué momento se jodió la Argentina?

    Tuvo un papel preponderante en eso Perón, que accede al poder en 1945, pero yo creo que empezó antes, en la década del 30. La gran depresión golpeó mucho a Argentina y empezaron a predominar allí opiniones tomadas de Europa, especialmente de los nacionalismos que hubo en España e Italia. Hay algunos autores que plantean una tesis interesante y es que, fue tal el influjo de la inmigración basado en el éxito de la Argentina liberal, que llegó un momento a principios del siglo XX que la mitad de la población de Buenos Aires no hablaba castellano.

    Esto despertó en la clase dirigente preocupaciones nacionalistas, porque ellos querían formar una nación que no existía, aquel era un país nuevo. Preocupados por este aluvión de extranjeros que ni siquiera hablaban la lengua, fueron implementando estructuras gubernamentales y educativas de tipo nacionalista y militarista. Estas estructuras llevaron a esta serie de golpes militares, Gobiernos nacionalistas, lo que, mezclado con el populismo, creo todo este invento criollo que es el peronismo.

    ¿Y a estas alturas tiene arreglo?

    Por un lado los argentinos parece que siempre aprendemos luego de una crisis. Por otro, algunos de esos aprendizajes han calado hondo y otros no tanto, y ahí está la debilidad. El argentino ha aprendido, por ejemplo, que tiene que olvidarse de desórdenes institucionales de tipo golpe militar. La democracia podrá generar un gran número de problemas pero ya es algo que no se negocia.

    Sin embargo, no ha ocurrido lo mismo con los temas económicos. Lo que estamos viviendo ahora es, en cierta forma, lo mismo que vivimos en los años 70 y 80, que terminó en crisis económica, hiperinflación y drásticos programas de ajuste. Pareciera que eso hay que volver a aprenderlo. Yo me doy cuenta que mis alumnos no vivieron la época de la hiperinflación y la época de economías reprimidas que explotaban. No vivieron eso y les cuesta comprenderlo.

    Siempre se habla de que los alemanes no toleran la inflación por lo del año 23, pero, si lo piensas, no queda nadie vivo que recuerde aquello. Pero se les transmitió a los alemanes y siguen teniendo eso en el corazón. Nosotros también hemos pasado por una hiperinflación, pero, lamentablemente, no se transmitió de la misma forma. Vamos a tener que pasar de nuevo por lo mismo para que aprendamos que no había que hacer eso.

    La otra que tendríamos que haber aprendido es la de 2001-2002. De ahí debimos aprender que no hay que endeudarse, porque después fíjate lo que te pasa. Sin embargo ahora el Gobierno vuelve nuevamente a endeudarse. ¿Otra vez tenemos que llegar a eso para entenderlo? Eso es lo que te frustra respecto al posible cambio de la Argentina.

    ¿Después de Kirchner qué?

    No sé que puede venir, pero la demanda de la gente va a ser hacia alguien que sea amable, que respete la institucionalidad y un cierto grado de división de poderes y, especialmente, calma. No hay que implementar ningún modelo fantástico que se tenga en mente. Hay que generar algo de tranquilidad para que cada uno genere el modelo que quiera desarrollar. Esta visión mesiánica que tiene este Gobierno de vamos a por todo porque hay que profundizar en el modelo lleva a este cansancio general. La gente quiere que le dejen hacer su vida y le den ciertas normas fundamentales que le permitan vivir tranquilo.

    El próximo Gobierno, a menos que la situación se vuelva demasiado dramática, no va a ser demasiado revolucionario, pero sí más institucional que este Gobierno, que ha sido un atropello constante en la división de poderes, la independencia de la Justicia, la prensa… La gente va a querer que todo eso se respete más.

    Martín Krause es Dr. en Administración, fué Rector y docente de ESEADE y dirigió el Centro de Investigaciones de Instituciones y Mercados (Ciima-Eseade).

     

Acerca de la portación y tenencia de armas:

Por Alberto Benegas Lynch (h). Publicado el 26/7/12 en: http://www.diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=7393

Es notable el marcado contraste en el continente americano entre el mundo anglosajón y el latino en cuanto a la concepción original de gobierno. En el primer caso, se trató de funcionarios a los que se desconfiaba respecto a las posibilidades de abuso de poder y que, por tanto, había que controlar y limitar severamente en sus funciones al efecto de garantizar los derechos de quienes venían escapados de la intolerancia y la persecución gubernamental. En el sur, en cambio, la idea de gobierno parió con la noción de conquista (salvo casos excepcionales como el extraordinario Fray Bartolomé de las Casas) y el uso de títulos como los de “reverendísimo” “excelentísimo” y sandeces equivalentes que muestran servilismos a todas luces improcedentes dirigidos a meros empleados de ciudadanos libres. Después de la llamada independencia, como pronosticó Juan Bautista Alberdi, dejamos de ser colonos de los españoles para serlo de nuestros propios gobiernos durante buena parte de las historias latinoamericanas. Recién ahora, en Estados Unidos, lamentablemente, se nota una modificación sustancial en dirección a inflamar las atribuciones del Leviatán.
 
En todo caso en buena parte de la historia estadounidense, la libertad estaba garantizada y cuidada en grado sumo. Su Constitución estableció prioritariamente la tenencia y portación de armas al efecto de defenderse de los agresores a los derechos, comenzando por el gobierno que consideraban una simple repartición para la proteger al ciudadano el cual no debía encontrarse desarmado y desguarnecido, del mismo modo que el titular de una propiedad vigilada por sus empleados no se desarma frente a ellos sino que los controla. Más aún, como ha escrito Leonard E. Read “Hay sin embargo razones para lamentar que nosotros en Norteamérica hayamos adoptado la palabra gobierno. Hemos recurrido a una palabra antigua con todas las connotaciones que tiene el gobernar, el mandar en un sentido amplio. El gobierno con la intención de dirigir, controlar y guiar no es lo que realmente pretendimos. No pretendimos que nuestra agencia de defensa común nos debiera gobernar del mismo modo que no se pretende que el guardián de una fábrica actúe como el gerente general de la empresa” (en Government: An Ideal Concept).
 
Por su parte S. P. Halbrook en su obra titulada That Every Man be Armed: The Evolution of a Consitutional Right pone de manifiesto el estrecho correlato entre cantidad de homicidios y asaltos con la prohibición de tenencia y portación de armas, y Brian Doherty en Gun Control on Trial muestra que, hasta el momento, la mayor parte de los conocidos tiroteos en ocurridos en lugares públicos en Estados Unidos se originaron en personas que no tenían permiso de portación y tenencia de armas de fuego, ni mostraron inclinación alguna por obtenerlo. Es que como apunta Cesar Beccaria -precursor del derecho penal- el que desea cometer un delito no pide permiso para utilizar armas mientras que la víctima se encuentra en desventaja manifiesta si la obligan a estar desarmada. Escribe Beccaria en On Crimes and Punishments que la prohibición de contar con armas “sería lo mismo que prohibir el uso del fuego porque quema o el agua porque ahoga […] Las leyes que prohíben el uso de armas son de la misma naturaleza: desarman a quienes no están inclinados a cometer crímenes […] Leyes de ese tipo hacen las cosas más difíciles para los asaltados y más fáciles para los asaltantes, sirven para estimular el homicidio en lugar de prevenirlo ya que un hombre desarmado puede ser asaltado con más seguridad por el asaltante”.
 
No en vano gobiernos como los de Cuba y los Hitler y Stalin del planeta lo primero que decretan es la prohibición para la tenencia de armas y proceden a la confiscación de las existentes. No por casualidad aconsejan la tenencia y portación de armas desde antiguo autores, entre otros, como Cicerón, Ulpiano, Hugo Grotius, Locke, Algernon Sidney, Montesquieu, Edward Cooke, Blackstone, George Washington, George Mason, Adams, Patrik Henry, Thomas Jefferson y Jellinek.
 
De más está decir que la tenencia y portación de armas implica penas muy graves por el solo hecho de amenazar a otra persona sin que medie defensa propia (o alardear y exhibir el arma), lo cual incluye la responsabilidad penal por el uso irresponsable de armas que pongan en riesgo a vecinos y procedimientos equivalentes y, desde luego, la prohibición a menores y delincuentes por lo que, igual que las licencias para conducir, en este caso se requieren autorizaciones de las respectivas agencias. Pero tan desacostumbrado está el habitante de países latinos respecto a las tradiciones compatibles con la sociedad abierta, que el permitir la tenencia y portación de armas en estas regiones suena extemporánea, fantasiosa y atrabiliaria (obsérvese que siempre es “el otro” el que sería imprudente) y que solo los gobiernos pueden estar armados aunque permanentemente usen la fuerza para exprimir y explotar a los gobernados y los asaltos y homicidios se multipliquen por doquier. Y cuando aparecen inmensos carteles en los que se retrata un monstruo acompañado de la leyenda “¿Permitiría usted que esta persona porte armas?” no parece percatarse que, precisamente, ese será el que use armas contra víctimas indefensas.
 
El derecho a la defensa propia resulta esencial, para lo que debe comprenderse que en última instancia el problema no radica en las armas peligrosas sino en los sujetos peligrosos. Los asesinos no reparan en leyes que prohíben el uso de armas cuando estas existen o, de lo contrario, cuando rigen requisitos para sus respectivas adquisiciones y, en cualquier caso, siempre sacan partida de personas indefensas tal como lo demuestra, por ejemplo, la masacre de la semana pasada en Aurora y las anteriores de Oakland, Ohio, Orlando, Fort Hood, Virginia Tech y Columbine. Los terroristas tampoco atienden normas ni restricciones de ninguna naturaleza, pero el problema se agrava exponencialmente cuando las víctimas estás obligadas a estar desarmadas tal como ocurrió en los horripilantes hechos del 11 de septiembre de 2001 que, a pesar de las reiteradas propuestas de dos transportadoras aéreas en relación a nuevos armamentos con un mínimo de detonación en vuelo, una ley federal prohibía a la tripulación estar armada por lo que los homicidas pudieron perpetrar sus crímenes con cuchillitos de plástico.
 
Nada que esté al alcance de los mortales será perfecto, de lo que se trata es de minimizar problemas y, tal como lo demuestran los estudios antes mencionados y las propias declaraciones de delincuentes de gran peligrosidad, resulta inmenso el poder disuasorio para un violador el hecho de conjeturar que su posible víctima pueda estar armada.
 
Hace pocas semanas se trasmitió con bombos y platillos por muy diversos medios periodísticos argentinos y extranjeros la noticia que dos encapuchados asaltaron una conocida joyería ubicada en las instalaciones del Alvear Palace Hotel, uno de los hospedajes más elegantes y concurridos de la ciudad de Buenos Aires, y se dieron a la fuga con un suculento botín, negocio que estaba vigilado por guardias privados…¡pero obligados a estar desarmados debido a la legislación vigente!

 Alberto Benegas Lynch (h) es Dr. en Economía, Académico de la Academia Nacional de Ciencias Económicas y fue profesor y primer Rector de ESEADE.

 

Financiamiento productivo: los costos de no tener ciertas instituciones

Por Pablo Guido. Publicado el 16/7/12 en http://chh.ufm.edu/blogchh/

 Leo en el periódico dominical que mientras en los países desarrollados los créditos al sector privado representan el 121% del PIB, en los países asiáticos emergentes son del 78%, en Europa emergente del 40% y en América Latina del 32%. Teniendo en cuenta que una de las maneras más importantes de financiar la expansión de los negocios es a través del sistema bancario las cifras relevan cierta desventaja para las empresas latinoamericanas. Acá puede haber dos explicaciones: o el ahorro en dichas naciones es insuficiente, generando un costo financiero demasiado elevado o el financiamiento se realiza por vías informales, por fuera del sistema tradicional bancario. En cualquiera de ambos casos supongo que la causa es la falta de garantías sobre los derechos de propiedad que no permiten un porcentaje mayor de financiamiento a las empresas y familias. Es decir, los costos de no poseer reglas de juego a favor de los derechos de propiedad, que van en contra de la generación de ahorros mayores, son nocivos para la economía. En última instancia menores inversiones se reflejan en menor productividad y, por lo tanto, menores niveles de vida. La brecha aún es tan grande, inclusive respecto a los países asiáticos, que el esfuerzo a realizar es sustantivo.

Pablo Guido se graduó en la Maestría en Economía y Administración de Empresas en ESEADE. Es Doctor en Economía (Universidad Rey Juan Carlos-Madrid), profesor de Economía Superior (ESEADE) y profesor visitante de la Escuela de Negocios de la Universidad Francisco Marroquín (Guatemala). Investigador Fundación Nuevas Generaciones (Argentina). Director académico de la Fundación Progreso y Libertad.

 

La argumentación incompleta

Por Eduardo Filgueira Lima. Publicado el 23/7/12 en: http://cepoliticosysociales-efl.blogspot.com.ar/2012/07/la-argumentacion-incompleta.html

Después de un corto período de silencio, nuestro carismático Vice-Ministro de Economía Axel Kiciloff, reapareció ante los medios para expresarse sobre diferentes aspectos de nuestro quehacer económico (Ver aquí).
 
 
Y no es el caso referirse a las “formas” poco académicas – a las que nos tiene acostumbrados y que también esta vez acuñó (“paparruchadas”,…. “cacareo”,…etc) – sino analizar su endeble contexto argumental.
 
Dijo – reconociendo implícitamente que ahora a la Argentina “no le va bien” – que son los agoreros de siempre (la oposición y muchos economistas), los que tienen “mala intención” cuando cuestionan la marcha del Plan Económico oficial y que “hacen daño porque hay personas que todavía los escuchan”.
 
Parecería que a este arribista le molestan las opiniones diferentes,… precisamente las que podrían enriquecer su discurso y pensamiento,… las que le permitirían modificar – si así su amplitud de criterio se lo permitiera – el tortuoso camino por el que el desmanejo de las políticas económicas del  gobierno del que forma parte, nos conducen.
 
 
Pero es mucho pedir a quien como él se mantiene cerrado a nuevas opciones y pensamientos, así como aferrado a la defensa a ultranza de posiciones perimidas que ya han mostrado su fracaso – de diferentes formas – en muchos países. (Me refiero puntualmente a las consecuencias a largo plazo del tan extendido y arraigado pensamiento Keynesiano). 
 
Lo que a Kiciloff le cuesta aceptar es que todas las intervenciones que ha efectuado este gobierno han sido políticas económicas expansionistas del gasto público más allá de lo deseable – recurriendo al saqueo, la expropiación y el endeudamiento (sin mencionar la emisión) – para su reparto discrecional a los fines de lograr las adhesiones de sus “beneficiados” por un lado y centralizar el poder político, con sumisión de los otrora caudillos territoriales, ahora dependientes y expectantes.
 
Finalmente la economía “pasa la factura”: el déficit fiscal ya es verdaderamente preocupante,.. y las medidas han sido crecientemente restrictivas al intercambio comercial, detrás de la hoy incomprensible premisa de “sustituir importaciones”, en un mundo globalizado, cuando “no se puede sustituir todo” y en el que los intercambios no son de “suma 0”, sino de “suma positiva”.
 
Se han apropiado de las AFJP (una enorme y apetecible caja), de AA, de YPF y en cada caso hicieron caso omiso de las advertencias,… solo querían hacerse de los fondos para mantener el gasto que demandan sus políticas.
 
Ahora le toca el turno del APE (disuelto recientemente), con un presupuesto anual de $ 1.200 Millones, cuya función era la de financiar mediante reintegros el tratamiento de patologías de “Alto costo y baja incidencia” a los pacientes afiliados a las Obras Sociales Nacionales (o Sindicales). Y ello no revestiría mayor importancia si lo dispuesto fuera para mejorar la asistencia de los pacientes que así lo necesiten,.. pero todo va en la dirección de suponer que – como todas las acciones de este gobierno – servirá en principio para financiar su «plan económico» y secundariamente beneficiar discrecionalmente a los sindicatos “amigos”. Con seguridad no será la salud de los pacientes su primer objetivo.
 
Son muchos ya quienes alertan al gobierno sobre las consecuencias de políticas económicas expansionistas (hasta el descontrol del gasto público, que supera hoy al 45% del PBI) y genera un déficit fiscal siempre nocivo no solo por lo ineficiente (aunque se anuncien todos los planes “inclusivos” ¿¿?? que se inventen) y que además un día habrá que pagar, pues este endeudamiento, como la emisión descontrolada, o los controles a las importaciones y al libre comercio, compromete además de los recursos de hoy, los de las generaciones futuras.
 
No se trata de que la población sea artera en sus decisiones. Se trata de seres “racionales” que perciben el deterioro creciente – no solo el económico, sino y subsecuentemente el social y el político – por lo que se protege de la pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda y por ello recurre al dólar como reserva de valor.
 
Tampoco la gente es tonta para cuidar el fruto de sus ahorros y a la hora de invertir se pregunta ¿cómo? ¿en qué actividad?, ¿dónde?,.. con la idea de obtener cierta rentabilidad que por lo menos lo cubra de la inflación, hoy por todos reconocida,… espiral inflacionaria, que ya nos hace perder “las señales que suministran los precios,… quedando hoy casi sin referencias”. 
 
Y como no encuentra respuestas – y la calidad de nuestras instituciones tampoco le ofrece garantías suficientes – entonces se reduce la inversión, se frena el consumo y eso a costa de la denostada “fuga de capitales”. Un final que Keynes desmereció y a cuyas puertas nos encontramos: la “estanflación”
 
Kiciloff argumentó también contra los dichos de los «agoreros»: «cuando la economía crecía al 9% anual era por las buenas perspectivas del mundo y si a la Argentina le va mal no es por el mundo sino por las medidas del Gobierno».
 
Y resulta lamentable la argumentación que utiliza, por que “resulta incompleta”[i]. Atribuye resultados (efectos) diferentes a la misma (supuesta) causa. Y no solo la misma causa puede tener diferentes efectos,… sino que diferentes efectos pueden ser producto de la misma o diferentes causas. Ello es como decir: “Juan tiene fiebre por su gripe y Pedro que tiene dolores musculares debe también debe estar engripado.” O también: «Juan tiene fiebre por su gripe, como Pedro también tiene fiebre es seguro que también está engripado».
 
Es casi risible – sino fuera dramático – que un funcionario que tiene a su cargo funciones de tanta responsabilidad, utilice argumentos tan irresponsables y absurdos. ¿O es que no pudiendo razonar supone que tampoco nosotros podemos hacerlo?
 
Su frase (habiendo reconocido tardíamente que “no estamos tan bien” como se nos hacía suponer desde las fuentes oficiales), tal vez de ser sincera debió ser: «….cuando la economía crecía al 9% anual era por las buenas perspectivas del mundo y si a la Argentina hoy le va mal no es solo por el mundo, sino también y fundamentalmente por las medidas del Gobierno,….»
 
Pero esperar de este funcionario tal grado de honestidad intelectual resulta un supuesto exagerado y lo real es siempre posible, lo contrafáctico resbala en el terreno de la especulación.

 Eduardo Filgueira Lima es Médico, Magister en Sistemas de Salud y Seguridad Social,  Aspirante a Magister en Economía y Ciencias Políticas de ESEADE y Profesor Universitario.

 

Paradojas argentinas: ¡Cristina le hace caso a Don Álvaro!

Por Gabriela Pousa. Publicado el 16/7/12 en http://www.perspectivaspoliticas.info/

Posiblemente contradiga a muchos si comienzo estás líneas diciendo que Cristina todavía puede estar tranquila. No, no soy parte del “relato”, pero tengo argumento para afirmarlo. Es verdad que la economía se le desmorona, que no hay una política precisa para solucionar este estado de cosas, y que no cabe más basura debajo de la alfombra. Por más ingreso que obtenga, el Gobierno Nacional, si gasta más de la cuenta, inevitablemente se verá en problemas.

Hay voces de alerta. Ya nada será como antes. Así como le sucedió a Menem, y a otros tantos mandatarios, al oficialismo se le acaba la fiesta. Claro está, que el invitado a ese evento era el pueblo. Desde luego que se trataba de una de esas “invitaciones” modernas, donde cada uno paga lo suyo, pero la división del presupuesto quedó en manos de ineptos. De ese modo, el “pagar lo de uno“, se ha convertido en un “pagar lo de muchos”, es decir, lo de todos aquellos que llegaron al festejo poniendo cara de “uy, no sabía nada“, y argumentando que, lamentablemente, no concurrieron con dinero. Por la inseguridad, ¿sabe?  Sí, sabemos eso y también el resto…

Si en algún lugar abundan los piolas es en la Argentina. Un culto al “me las sé todas” y al“hecha la ley, hecha la trampa”. Después nos quejamos por supuesto. Ejemplos abundan: frente a los radares que miden la velocidad, el argentino siempre tiene un mail que le pasaron, advirtiendo dónde estos se hallan ubicados, o en el mejor de los casos, algún dispositivo capaz de avisarle que se aproxima a la zona donde lo están filmando. Algo similar sucede con la alcoholemia, abundan los medidores “truchos”, y la fórmula de algún brebaje capaz de neutralizar la resaca en sangre. Pero esto no es nuevo, podríamos escribir una enciclopedia con un sinfín de inventos.

Sin embargo, el problema ya no es sólo del invitado, también roza ahora, a quien organizó tamaña ceremonia: festival de cuotas para todos y todas, consumo indiscriminado muy por encima de los ingresos, y de repente, se apaga la luz, se corre el telón y se termina el cuento. ¿Qué hacemos? La respuesta es también una vieja receta: “la culpa no es nuestra”.

Así es como hoy, Europa “se nos cae encima“, y “la crisis mundial provocada por organismos internacionales de crédito“, no nos toca gracias al modelo, pero… (siempre, hay un “pero”), si es necesario porque aquí se hicieron mal las cosas, bienvenida sea la crisis ajena a formar parte del reino de la ultrajada “inocencia”. Poncio Pilatos no nos llega ni a la suela del zapato.Cristina Fernández parece haber hecho un master en lavarse las manos.

Cadena Nacional perpetua

Ante la evidencia, hay que apelar a la reiteración sistemática de la mentira. Aquel “estamos ganando” de los 80′, hoy se traduce en “estamos maravillosamente bien gracias a Él y a Ella“. Claro que el hambriento, cuando la comida no le llega, sólo puede escuchar el ruido de su estómago, no el monólogo de una Presidenta. Estos son “detalles” que la jefe de Estado no ha tenido en cuenta.

En su Argentina, es decir, en la versión oficialista para que se entienda, la cadena nacional es la redención, el arma capaz de multiplicar los panes. El conflicto radica en que la ciudadanía, vive en la otra Argentina, la Blue o la paralela. Ahí no surte efecto el monopolio de medios, ni el atril, ni Angola, ni los cerditos, ni las muñequitas. Todo ello no alcanza siquiera para una empatía mínima, más bien se inclina para el lado opuesto. Todo esfuerzo de la Presidente, por vendernos el país al tipo de cambio oficial, fracasa. En ese contexto, la insistencia del método, hace que se caiga en un estado de abulia que, en muchas oportunidades, puede derivar en un hartazgo amenazante.

Para ser más gráficos, veámoslo con algún acontecimiento cotidiano: uno puede tolerar una llamada telefónica ofreciendo un servicio con múltiples beneficios, etc. Pero cuando las llamadas son insistentes y diarias, el grado de irritación deviene en mal humor o en reacciones ofuscadas. Se puede acabar incluso con cierta animadversión hacia el servicio o el objeto ligado al sonido inoportuno del teléfono.

Al parecer, Cristina Kirchner, no tiene quien le advierta esto, y a esta altura, el sólo anuncio de la cadena oficial, provoca sentimientos muy parecidos al de los llamados de máquinas grabadoras, interrumpiéndonos. Para colmo no hay ningún 0800 donde poder llamar para evitar que, nuestro televisor, se vea afectado impunemente por ese atropello.

La situación se ha tornado más grave todavía. Ya no se puede apagar la radio o la televisión, es imprescindible escuchar qué es lo que dice Cristina. Y es que  podemos sorprendernos con la Presidente “escarchándonos”, por haber dicho en el supermercado “¡cómo subieron los precios!” o simplemente“que caro está el queso“.

Cómo no entender que, su insistencia en aparecer en el momento menos pensado en nuestra TV, es justamente para que cuando vayamos al supermercado, tengamos la sensatez suficiente para decir: ¡Qué barato! Y si fuese posible, agregar un “eso sucede gracias a Néstor primero, y a Cristina luego”. ¡Tampoco nos piden demasiado! Al menos, todavía, no insisten en que agradezcamos también al Secretario de Comercio…

Ahora bien, volviendo a la fiesta, es sorprendente lo pronto que ha terminado, máxime si se tiene en cuenta que todavía faltan tres años para que se produzca un cambio de mandato. Es decir, para tratar de dar con un anfitrión que no nos haga pagar de más, ni con trampa, la entrada al boliche, a la “farra”. Y es que, de seguir así, Argentina tendrá más similitud con un boliche donde todo sea baile, cumbia y salsa, que con un país de los que, hoy, sufren las crisis del malvado neocapitalismo. Para ser más precisos, el parecido será con Cromagnon: improvisación, corrupción, complicidades, víctimas, muertos, y ningún culpable preso…

Las ventajas de Cristina

¿Por qué evidenciando todo ello, Cristina no se ve jaqueada todavía? Por el simple hecho de tener el escenario despejado para ir y volver, una y cien veces, de la ignominia al emparchado. Descontando que no hay políticas de Estado para revertir los obstáculos, todo lo que se hace es “tapar baches”. Así incluso lo manifestó la mismísima Jefe de Estado, al buscar con la vista a la ministro Débora Giorgi en la tribuna, durante un acto, y recordar que no estaba allí por haber ido, justamente, a apagar un incendio de último momento.

No hay políticas, pero tampoco hay políticos que se atrevan a estar del otro lado. El miedo a las carpetas, que afloran como si fuese pasto en tierra fértil durante el verano, hace mella.

La AFIP se ha convertido en una 9 milímetros para muchos dirigentes, y en estos días advertimos que las balas, también están pegando en el simple hombre de trabajo.

El método no es novedoso pero tampoco es democrático. Nadie, sin embargo, pasa el límite del asombro y la queja. Triste es pensar que, todavía, la capacidad de sorprenderse puede ser superada cualquiera de estos días.

Con la fiesta finalizando, es probable que la Presidente eche mano a nuevos recursos para que la diversión se extienda un poco más, y llegado fin de año, le dé el oxígeno el extraño receso que nos tomamos, aunque no se concurra a ningún balneario. Los argentinos son muy parecidos a los estudiantes, que el viernes levantaron las tomas de los colegios, no por lograr el objetivo sino porque el calendario indica vacaciones de invierno.

Con eso especulan en Balcarce 50, mientras se libran internas por la falta de sincronización en las versiones que debe darse a la prensa. Hasta que Fernández de Kirchner no ordene lo contrario, los funcionarios están como la sociedad en general, aunque ésta no goce de los privilegios del voluntario amordazamiento. ¿Temor a las “represalias”? Si asentimos en la respuesta, hay que admitir que Cristina tiene más poder y fuerza de la que se ha especulado. Si acaso es negativa, hay que interiorizarse en la idiosincrasia nacional que impide el surgimiento de líderes,con propuestas capaces de convertirse en alternativas.

¿Quién pone las manos en el fuego y afirma que Ricardo Alfonsín, Francisco De Narváez, Hermes Binner o los Rodríguez Saá, por citar desordenadamente a quiénes más votos recibieron en los últimos comicios, hoy están dispuestos a ser gobierno? Cristina descansa y abusa de ello. Si sumamos el mentado viento de cola, y alguna otra variable que tiene entre manos la Presidente, habrá caja diezmada pero con fondo suficiente para estirar, si no la fiesta, al menos la parodia o el sainete.

¿Quién iba a decir que un gobierno progresista, nacional y popular como se auto define a sí mismo, iba a terminar haciéndole caso al Ingeniero? Pero así es… Como decía Don Álvaro: “Hay que pasar el invierno”. Y Cristina está dispuesta a hacerlo.

Gabriela Pousa es Licenciada en Comunicación Social y Periodismo por la Universidad del Salvador (Buenos Aires) y Máster en Economía y Ciencias Politicas por ESEADE. Es investigadora asociada a la Fundación Atlas, miembro del Centro Alexis de Tocqueville y del Foro Latinoamericano de Intelectuales.